Esto si es de verdad, no más relatos fantasiosos 2

Una historia verdadera. Quien haya leido mi anterior relato sabrá de qué se trata.

Hace apenas un par de días que publiqué mi primer relato en este sitio, intitulado : "Esto si es de verdad, no más relatos fantasiosos!" y veo con profunda sorpresa que, ¡durante apenas un par de días mi relato ha sido leído ya por más de 10,000 personas!, será que estas personas estaban en busca de un relato real… que estaban cansadas de fantasías de pubertos ignorantes esclavos de la masturbación e incapaces de tirarles un piropo a las chicas en la calle.

Pues bien, ahora que se que les gusta leer sobre relatos de la vida real, les contaré otra de mis experiencias, la cual, al igual que la anterior, es totalmente verídica, sin adendas fantasiosas ni correcciones de estilo.

Está de más decir que, en realidad encuentro harto placentero el hecho de escribir sobre mis experiencias, en honor a la verdad debo decir que me produce un gran placer recordar el gozo sexual que experimenté en estas situaciones… como dicen por ahí: "recordar es volver a vivir".

Este es el relato verídico de la segunda vez que abusé sexualmente de una mujer, a diferencia de la primera vez con "Fany", esta resultó aún más violenta, pues, además del simple hecho de satisfacer mis deseos sexuales mediante el cuerpo de la interfecta, también estaba en busca de una satisfacción más profunda, se convirtió en una cuestión de honor, de amor propio y, por qué no decirlo… de venganza.

La verdadera naturaleza humana sólo se manifiesta abiertamente durante el acto sexual… antes, la vida es una mascarada repleta de falacias y esquemas impuestos no sujetos a análisis

El hombre inventó a los dioses cuando tuvo miedo del trueno en una tormenta; cuando el primer hombre le aulló a la Luna en busca de respuestas trascendentales, la naturaleza humana sufrió un revés del que no se ha repuesto hasta la actualidad

Que soy un animal… no les quepa duda… que soy un simio desprovisto de pelo, que no tengo nada de divino…. Que trago, cago y me apareo como cualquier otro animal en este planeta… ¿a qué necesidad traumática servimos cuando pretendemos sentirnos por encima de los demás animales?... que somos racionales, que un Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, que no estamos solos en el Universo, que los demás animales obran por mero instinto… ¿Acaso no es el mero instinto en acción cuando un hombre clava su mirada en el trasero de una hembra bien dotada?, ¿Qué carajos hay de malo en ello?, ¿Por qué habríamos de apenarnos de ser lo que somos?, ¿Acaso cuando bailamos en pareja no estamos cumpliendo con un simple ritual de apareamiento?, ¿Acaso no los machos más fuertes de nuestra especie tienen para si a las mejores hembras?, ¿Alguno de Ustedes se atreve a cuestionarse libremente sobre la diferencia entre el hombre y el resto de los animales?, ¿Alguno de Ustedes ha visto alguna vez a un cadáver humano, lo ha olido, lo ha tocado…qué tiene de divino?. ¡Somos carne!, sépanlo de una vez y por su bien, que el hombre que no está consciente de esto está destinado a convertirse en un esclavo de quienes sí lo saben, lo digieren… y aprenden a vivir con esta certeza.

Cuando camino por la calle, con mi aspecto humilde, promedio… inofensivo, a veces pienso: ¿Cómo es posible que la gente que pasa a mi lado no se de cuenta de lo que soy?, ¿Acaso no se dan cuenta de que represento un peligro para ellos?, ¿Acaso no distinguen a un depredador de una presa?, ¿No saben que el depredador no tiene sentimiento alguno para con su presa, ni bueno ni malo?, ¿No saben que un depredador comerá cada vez que sienta hambre?, ¿Acaso la sociedad les ha metido en la cabeza la idea del "hombre malo", es decir, un tipo mal encarado, pobremente vestido, desaseado, con rictus de agresividad en la cara, con pómulos y cejas prominentes?... El hecho es que, mi apariencia me hace invisible entre el mar de personas que pululan por las calles, más aún, si alguien tuviera que señalar a un "hombre malo" seguramente señalaría a millones de personas antes de señalarme a mi… como las manchas de un leopardo le sirven para camuflarse en la jungla al acechar a su presa, así mismo, para algunos de nosotros, nuestro aspecto es una herramienta útil al momento de saciar nuestros instintos fundamentales

Todos los hombres son animales sexuales… que gran noticia les traigo… sexuales en el sentido de que gran parte de su actividad diaria se encamina a un solo objetivo: el sexo. Todo en nuestra vida de hombres gira en torno al sexo: trabajo para tener dinero y, con dinero se puede tener sexo (prostituta, esposa, amante, etc.) no se puede tener sexo sin tener dinero. Estudio para después poder trabajar y tener dinero y… Todo es una cadena que nos lleva al mismo eslabón inicial: el sexo. Las mujeres ven en el sexo lo mismo que los hombres, con una gran diferencia; para las mujeres el sexo es al mismo tiempo una necesidad natural que una moneda de curso corriente, tan es sí, que algunas de ellas son verdaderas especialistas en el arte de darle un valor monetario a su cuerpo… ya sea como esposas, como amantes, como amigas o; en casos extremos, como simples prostitutas.

La historia que les contaré a continuación, como todas las que les he de contar, es cien por ciento real, nada de fantasías ni de inventos. Esta historia narra los hechos reales, siempre verídicos y completos de una experiencia que tuve con la esposa de un primo, la cual, era del tipo de mujeres que, sabedoras de su buena presencia física, usaba sus encantos para conseguir todo tipo de favores de todos, siempre a cambio de un coqueteo, de una sonrisa o, en casos extremos de un abrazo, un beso y la ilusión en el sujeto de un posible encuentro sexual (el cual nunca llegaba); cuando quiso incluirme a mi en su grupo de sirvientes a cambio de sus coqueteos, se topó con un depredador sexual, ella no lo sabía, su vida cambió por completo

Valga mi advertencia para Ustedes, lectores… El relato que presento a continuación puede ser considerado demasiado crudo por algunos soñadores que piensan que el mundo es color de rosa, si Usted es una de esas personas, individuos inconclusos, que, ni sufren mucho ni gozan mucho… le recomiendo que no lea este relato.

Ella es un mujer escultural, salta a la vista… es una hembra real… nalgona, caderona, tetona… en fin… es el sueño dorado de todo hombre en edad de necesidades fisiológicas.

Yo la conocía prácticamente desde niños, pues vivíamos en el mismo vecindario y, está de más decirlo, fue mi novia (al igual que fue novia de la mayoría de los chicos de la colonia) y, mientras lo fue, a eso de los 12 años tuve con ella muy buenas experiencias, sin llegar al sexo, la manosee a placer, le metí la lengua en su boca y hasta le mostré mi verga en alguna ocasión; sin embargo las indefiniciones de nuestra niñez no permitieron que entre ella y yo se diera un encuentro sexual, cuestión de edad, a saber.

El caso es que esta real hembra a la que llamaré "Claudia" terminó casándose con uno de mis primos (con el cual llevo una relación cordial, sin llegar a considerarlo un amigo). La verdad, lo envidié (al igual que muchos) al pensar en el suculento manjar sexual que se llevaba para si, una hembra deliciosa, de esas que son capaces de enloquecer a cualquier hombre.

Desde que "Claudia" se casó con mi primo dejé de verla, pues ambos se fueron a vivir a otra zona de la Ciudad, sólo la veía con motivo de las fiestas familiares, en donde no pasábamos de saludarnos y… nada más.

En una de estas fiestas, la de 16 de Septiembre (en México, el día de la independencia) coincidimos y, contra lo usual, pudimos platicar un poco sobre nada en concreto… que cómo nos había ido, qué a qué nos dedicábamos, etc., y fue en esta plática informal que me enteré por su propia boca que mi primo tenía empleo en una empresa cervecera local, lo que provocaba que el mismo tuviera que viajar en ocasiones hasta por 20 días por motivos de su trabajo… No puedo negar que esa noticia me alegró de insana manera, pues, como todo hombre, no pude evitar empezar a calcular las posibilidades de aprovechar esas ausencias de mi primo para darle una buena empalada a mi ahora "primita" del alma.

Fue en esa fiesta que, me decidí a averiguar qué posibilidades habría de reventarle el ano a esta hembra de lujo, durante toda la fiesta estuve buscando la ocasión de poder hablarle otra vez, pero mi primo, sabedor del monumento de mujer que tiene por esposa, no se separaba de ella ni un momento, por lo que mis expectativas se vieron frustradas… sin embargo, un amigo vendría en mi ayuda… el alcohol.

Así es, desde siempre he sabido que mi primo es muy débil a la hora de beber alcohol, por lo que, solícito, le llevé una botella de buen Tequila Sauza Hornitos Reposado, esperando que su debilidad por tan amargo brebaje terminara por desmoronarlo… mi predicción resultó a pedir de boca… como a las 2 de la madrugada ya mi primo estaba que se caía solo de tan borracho que estaba y, como se imaginarán, no faltaban los hombres "atentos" a apoyar a "Claudia" con su embriagado esposo

Aproveché la ocasión y me ofrecí a llevarlos a ambos en mi auto hasta su casa, la cual está bastante lejos… Ella accedió de inmediato a que los llevara pues, debido al estado de mi primo, era un hecho que él no podría conducir su auto ni a la esquina.

Subimos a mi primo en el asiento trasero del auto mientras que ella se sentó en el asiento del copiloto de mi auto… la situación era magnífica… sin embargo este era un momento en que cualquier principiante cometería el error de llegar demasiado lejos, frustrando así sus iniciales intenciones de cogerse a ese monumento de mujer

Una técnica aplicable a un caso como este, con una mujer a la que no solo queremos manosear, sino clavarle la verga por todos lados es, LA INDIFERENCIA… me explico: una mujer que se sabe bella, que se sabe buenota, mamazota… se viste y actúa acorde a esa percepción que tiene de si misma, esto implica que los avances de los hombres son cosa de todos los días para ella… pero, si un hombre le demuestra indiferencia, esto dispara una glándula que las mujeres tienen en el cerebro y que es enorme… esa glándula se llama "vanidad", y ese es el punto débil de mujeres de este tipo. El hecho de mostrarse indiferente ante sus nalgas, sus tetas, sus muslos, nos convierte en un objeto raro, deseable, conquistable, pare ellas; pues les resulta atípico que un hombre promedio no se deje vencer por sus hormonas y muestre más interés por el camino que por sus piernas en el automóvil.

Así pues, sin apenas mediar palabra los llevé a ambos a su casa, sin siquiera voltear a ver al monumento de mujer que llevaba sentada junto a mi… durante todo el camino ella iba en silencio, ensimismada en sus pensamientos, tratando de dilucidar el por que no le veía yo las piernas o intentaba entablar conversación con ella, máxime si su marido estaba ahogado de borracho en el asiento trasero… cuantos imbéciles habrían intentado tocarle un muslo e incluso más durante el trayecto para finalmente pedir entrar en su casa y ser rechazados olímpicamente… Estas situaciones requieren paciencia y cierto uso intenso del encéfalo.

Al llegar a su casa, bajé cargando a mi primo al tiempo que ella abría la puerta, entré hasta su recámara, lo deposité en la misma y, con frialdad fingida, me despedí cortésmente de ella… Ella me preguntó si no quería tomar algo, a lo que le respondí que no, que la hora ya no era propicia para tomar café, que mejor se durmieran de una vez.

Antes de salir, me dio una tarjeta con el nombre de su marido y su teléfono, a lo que correspondí dándole una de mis tarjetas de mi Cibercafé enfatizando que si algo se le ofrecía no dudara en llamarme

Me fui, eso si, con la verga bien parada por tener tan cerca aquel monumento… dudaba sobre si había actuado bien o si había desperdiciado una oportunidad de oro para cogerme a esa mujer en su misma casa, con su marido ebrio en su recámara… en esas dubitaciones estaba cuando de pronto sonó mi celular… era ella, hacía 10 minutos que me había despedido de ella y ya me estaba llamando… la llamada era para agradecerme lo atento que me había portado con ellos y para asegurarme que a la mañana siguiente su esposo me llamaría para agradecerme personalmente por la atención… de paso me pidió la dirección exacta y con referencias de mi Cibercafé para, según ella, pasar a visitarme cualquier día de éstos.

Yo sabía de antemano que "Claudia" era del tipo de mujer vividora que acostumbraba obtener todo lo que quería usando sus encantos (sin llegar a entregarse a nadie), sólo con amagos de coquetería… ella conseguía lo que quería, con solo una sonrisa, una minifalda y con arrumacos, pero eso si, cuando un hombre quería tomar todo de ella, ella de inmediato se negaba, aduciendo que nunca había dado motivos para tal situación… ese era su "modus operandi" y, muy pronto intentaría ponerlo en práctica conmigo.

Un buen día, de pronto y sin previo aviso, "Claudia" se presentó a mi Cibercafé, vestida con una minifalda entalladísima que le hacía lucir sus nalgas enormes y paradas que tan famosa la habían hecho en el vecindario… Nos saludamos de beso (cosa rara entre nosotros) y, tras invitarla a tomar un refresco nos sentamos y platicamos sobre tonterías por espacio de una hora… Mientras estábamos sentados, ella aprovechaba cualquier momento para abrirse un poco más su ya de por sí amplio escote, dejando entrever sus enormes y redondas tetas… todo esto lo hacía con un propósito… éste pronto saldría a relucir en la plática… me contó que su esposo tenía ya algunos días fuera de la Ciudad, y que no le había depositado dinero en su tarjeta de débito, que era el caso que necesitaba realizar algunos pagos y, que si podía Yo prestarle tres mil pesos en efectivo para que pudiera salir del apuro, en lo que regresaba su esposo o le depositaba en su cuenta… De inmediato hice cuentas mentales: Una buena prostituta cobra alrededor de dos mil pesos por una hora de placer, ella me estaba pidiendo tres mil, lo que seguramente pensaba pagarme solo con una sonrisa y uno que otro coqueteo discreto… la mercancía que ella me ofrecía no se equiparaba a la cantidad que pretendía sacarme; además, Yo sabía de antemano que ese dinero muy difícilmente regresaría a mi bolsa alguna vez… Sin embargo, saque el dinero de la caja de seguridad y se lo entregue en propia mano, aprovechando el momento para tomarla del codo intentando acercarla a mi, ante esto, ella tomó apresuradamente el dinero y se alejó un paso hacía atrás, dejándome a entender que "podía ver, pero no podía tocar", esa es la actitud de este tipo de mujeres, acostumbradas a ofrecer todo sin entregar nada… piensan ellas que los hombres vivimos en un estado de brama perpetua, que nos hace esclavos de nuestros deseos y… eso es en parte cierto… lo que no es cierto es que todos los hombres se contentarán con sólo "ver" sin poder "tocar", como ya es sabido, habemos en el mundo hombres que simplemente tomamos lo que queremos… de una forma u otra.

Ella se fue despidiéndose de beso nuevamente (este tipo de mujeres son especialmente cariñosas cuando las aflige una necesidad), prometiéndome que a la brevedad posible tendría yo mi dinero de regreso… He de reconocer que en esta ocasión ella ganó, me venció fácilmente… Simplemente tuvo que mostrarse "cariñosa" conmigo, mostrar sus nalgas y sus muslos, dejarme observar sus tetas bajo su escote y… salió con tres mil pesos en efectivo… así de fácil.

Lo que talvez ella no había tomado en cuenta es que cuando una mujer va por la vida obteniendo favores de los hombres como lo hacía ella, tarde o temprano se toparán con un depredador que se ha de cobrar cada uno de esos favores y con intereses moratorios.

Sabedora de su anterior victoria sobre mi, nuevamente se presentó "Claudia" en mi negocio… esta vez, al igual que la ocasión anterior, me llegó con el cuento de que su hermana estaba muy enferma y que necesitaba urgentemente dinero para pagar las cuentas del hospital, nuevamente me contó que su marido se encontraba de viaje y nuevamente me pidió dinero, esta vez fue más lejos y me pidió la friolera de diez mil pesos en riguroso efectivo para solventar los supuestos gastos de hospitalización de su hermana… No fue necesario de mi parte hacer mención sobre el adeudo anterior que tenía conmigo… ella misma reconoció tal adeudo asegurándome que no lo había olvidado el mismo y que, nuevamente, en cuanto su marido le depositara dinero a su cuenta me cubriría todo el adeudo por completo

Esta vez yo estaba preparado, le dije que en ese momento estaba muy ocupado (falso) y que además no contaba yo en ese momento con tal cantidad en efectivo (falso también), le sugerí que regresara alrededor de las 10 de la noche, hora en que cierro mi negociación a efecto de que la pudiera yo atender, además le aseguré que vería la forma de conseguirle la cantidad que me estaba solicitando

Ella se fue muy contenta, pensando que nuevamente había yo caído en su juego erotico-financiero… Sin embargo, yo ya lo tenía todo planeado

La situación que se estaba dando con "Claudia" me mantenía bastante molesto… no tanto por las cantidades de dinero que me solicitaba, sino más, y por sobre todo, porque yo estaba perfectamente enterado de que a ella no le afligía ninguna necesidad económica, de hecho, su marido ganaba bastante buen dinero en su trabajo… y todo lo dedicaba a satisfacerle hasta el más mínimo capricho… no, lo que en realidad le sucedía a esta mujer malévola era que estaba acostumbrada a usar a los hombres para sus muy particulares intereses… Hay tantas mujeres que practican esta filosofía!...

Pues bien… llegó la hora, despedí a mi última clienta, a la cual manosee un poco durante su estancia (era una de mis habituales "victimas" de manoseo)… Y me senté en mi escritorio a esperar a "Claudia", esta vez con la firme idea de al menos darme gusto manual con su sensacional cuerpazo.

"Claudia" llegó media hora tarde a la cita, llegó vestida toda de negro (como si estuviera de luto) con un vestido súper entallado al cuerpo que hacía lucir su escultural silueta rematada por un par de melones enormes que tenía por tetas aquél portento de mujer… Sus nalgas parecían artificiales… enormes, regordetas, firmes… nalgas que, me consta, eran muy naturales, atributo natural de todas las mujeres de su familia

Como de costumbre llegó muy cariñosa a saludarme de beso, fingiendo una gran alegría al verme (como si tuviéramos años sin vernos)… Yo la saludé de beso también, pero esta vez, prolongué deliberadamente el beso para ver su reacción… nada, ella lo tomó como "gajes del oficio de embaucar hombres" y no le dio mayor importancia.

Le ofrecí una silla que había dispuesto estratégicamente junto a la mía… depositó ahí sus despampanantes nalgas apachurrándolas, cosa que me provocó una erección de antología… Le dije que no obstante mis múltiples gestiones no había conseguido la cantidad que me solicitaba, que sólo contaba en ese momento con cuatro mil pesos en efectivo y que si le servían, con gusto se los prestaría, recalcándole además que no me urgía que me los devolviera, que se tomara su tiempo hasta que no le representara una carga el pagarme. Por supuesto que ella no puso ningún pero en la cantidad que le ofrecía, estaba segura de salirse con la suya una vez más

Ya era tarde, como las 11 de la noche, le dije que necesitaba cerrar mi negocio… ella pareció dudar ante la posibilidad de quedarse a solas conmigo dentro del local, pero accedió sin darle mayor importancia… después de todo… la situación estaba bajo su control… o al menos eso pensaba ella.

Al cerrar el negocio y, ante la perspectiva de estar a solas con ella consideré que estaba obligado a intentar cogérmela ahí mismo… mi verga ya no aguantaba más la espera, ella era como un vaso de agua que se ofrecía a un naufrago, vaso de agua que se acercaba, pero cuando se le pretendía tomar, de inmediato se alejaba dejándolo aún más sediento

Así que, regresando a mi sitio en el escritorio, me senté en el mismo al frente de ella, ella aprovecho el momento para abrirse un poco más el escote y dejarme ver sus sensacionales tetas… Le pregunté si recordaba nuestra niñez, cuando habíamos sido "novios" a lo que ella respondió que si, que había sido una época muy linda de su vida… ese comentario la hizo ponerse en guardia, ella sabía que Yo estaba muy caliente, se podía ver el tremendo bulto que había bajo mi bragueta, así que ella apuró la "transacción" diciendo que se le hacía tarde para llegar a una cena con sus amigas (eso explicaba el vestido de noche que vestía), sin más, abrí la caja de seguridad, saqué el dinero antes convenido… se lo entregué en la mano y le dije que se veía muy hermosa con ese vestido… acto seguido y, mientras ella guardaba el dinero en su bolso, aproveche el momento y la tomé por la cintura

Ella reaccionó con una sonrisa nerviosa… la atraje a mi cuerpo y le di un beso en la boca, ella no correspondió al beso, pues en todo momento mantuvo la boca cerrada

Ella se mantuvo muy tranquila ante mi avance, ese tipo de mujeres están acostumbradas a que de vez en cuando, algún hombre les robe un beso o les agarre una nalga, pero ese es el límite que ellas mismas se ponen

Ella me dijo en tono recriminatorio: -"No… eso no está bien, somos primos, estoy casada"- Yo le respondí: -"Somos adultos, me gustas mucho… nadie tiene que saberlo"- a lo que ella respondió en tono aún más severo: -"¿Qué te pasa?, ¿estás loco?, ¿yo no te he dado ningún motivo?". La situación era ya muy tensa… intenté volverla a besar, pero esta vez ella giró la cabeza negándome su boca.

Tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad… en ese momento decidí que esa mujer tendría que ser mía… pero, de otra forma, no en el piso de mi negocio ni solo un rato, no… sería mucho mejor en la suave cama de su casa, y toda una noche… Decidí ceder esta vez, para ganar la batalla final… la cual debería preparar desde este preciso momento

Fingiendo tener mucha pena por lo ocurrido le dije: -"Caramba Claudia, por favor perdóname, de verdad te pido que me persones… soy un imbécil… Perdóname por favor… pero entiéndeme, soy hombre…"- Ella interrumpió mi discurso: -"No, no te preocupes, está bien, no hay bronca, pero es que Yo te quiero mucho y no quiero que por una calentura perdamos nuestra amistad desde niños, además, piensa que soy la esposa de tu primo"-. Aprovechando la puerta que me abría le respondí -"Si, tienes razón, ¿cómo pude ser tan estúpido para faltarte al respeto?, caray, no sabes lo apenado que estoy…"- Nuevamente me interrumpió: -"Ya olvídalo, no pasó nada, no te preocupes"-. Fingiendo estar terriblemente apenado, le abrí la puerta del local, no sin antes decirle: -"De verdad no sabes lo mal que me siento por lo que hice"-. Ella ya estaba afuera de mi negocio cuando me dijo, -"Ya bájale, nos vemos"-. Se subió a su coche y se fue… Yo me quedé pensando cuántas ocasiones ella había pasado por la misma situación, cuántas veces había tenido que parar los ímpetus de los hombres a los que embaucaba, seguramente ella sabía de memoria las frases, las situaciones, todo lo que tenía que hacer para no entregar lo que ofrecía a cambio de la ayuda de su víctima en turno

Esa noche fragüé mi plan, debería ser un plan perfecto, exacto, sin posibilidades de error, hice acopio de toda la maldad contenida en mi cerebro, de toda mi experiencia… consideré todas las variables posibles, todas las aristas imaginables… me llevó horas armar un plan que me satisficiera a plenitud… el objetivo primordial era gozarme a ese mujerón toda la noche, y el mejor lugar para ello sería su propia casa

Llegó el día de poner en marcha mi plan maquiavélico… tenía todo preparado

Eran aproximadamente las 9 de la noche, subí a mi auto una computadora completa, y me dirigí a su casa. Al llegar, toqué el timbre un par de ocasiones y, me percaté de que no había nadie en casa… Decidí estacionarme del otro lado de la calle para vigilar la casa y percatarme del momento en que llegara ella. No tuve que esperar mucho, en menos de media hora se estacionó una camioneta suburban blanca que era conducida por una mujer, su hermana… "Claudia" descendió de la camioneta y se despidió de ella, entró a su casa y la camioneta desapareció entre las calles

Acto seguido decidí esperar media hora más en el auto, para que mi repentina llegada no le pareciera "sospechosa"

Cumplido el tiempo de espera, le di la vuelta a mi auto hasta estacionarle frente a su casa… Bajé del mismo y toque el timbre... Ella no abrió la puerta, sino que desde la ventana de la planta superior preguntó un sonoro -"¿Quién?"- Di unos pasos hacia atrás para que pudiera verme bien y le respondí: -"Soy yo Claudia, perdón por venirte a molestar a estas horas, pero tengo un problema"-. Yo sabía que estaba completamente sola. Ella me miró haciendo los ojos pequeños, como para distinguir bien mi rostro en la semi oscuridad y respondió con fingido interés: –"¡Hola!, qué pasó, ¿estás bien?"-, le respondí: -"Si, todo bien, gracias"-. Dando un suspiro como de hastío, ella respondió: -"espérame, te abro en un momento"-. Seguramente ella pensaba que andaba Yo caliente y que intentaría nuevamente gozármela, cosa a lo que ya estaba de alguna manera acostumbrada con sus acreedores, seguramente pensó que sólo tendría que despacharme otra vez para después irse a dormir tranquila

En cuanto abrió la puerta, estratégicamente me quedé parado al lado de mi coche (la primera parte de mi plan entraba en ejecución: ganarme nuevamente su confianza o al menos hacerla dudar sobre mis intenciones), era imperativo que ella no percibiera ningún intento de mi parte por entrar a su casa

Ella apreció mi decisión de no acercarme a la puerta de su casa como un gesto de "caballero", así que desahogada salió de su casa a mi encuentro, me saludó con un desganado beso y me pregunto: -"¿Qué onda, que te pasa?"-, a lo cual respondí con tono cansado al tiempo que señalaba la computadora que traía en mi coche: -"Perdón por molestarte… lo que sucede es que un cliente me llevó su computadora para que le diera servicio, me dio su dirección, convine con él en venírsela a dejar a su casa… pero no logro encontrar la dirección que me dio"- Le extendí un papel con una dirección, falsa por supuesto, sólo correspondía en el nombre de la Colonia, pero la calle y el número eran falsos… Ella tomó el papel entre sus manos, lo leyó y empezó a voltear a derecha a izquierda como tratando se ubicarse… Estaba aún vestida con un sensacional vestido color verde brilloso, caído, que se sostenía maravillosamente en cada una de sus esculturales curvas, mientras yo la admiraba de arriba a abajo ella dijo: -"La verdad no se en dónde queda esta calle, creo que está en esa dirección, pero no estoy segura, ¿estás seguro que es en esta Colonia?"-, Respondí: -"Esa es la dirección que me dio mi cliente, no creo que se haya equivocado, lo peor del caso es que, aunque tengo su número de teléfono, no le puedo hablar porque a mi celular se le acabó el crédito y a estas horas ¿en dónde puedo comprar una tarjeta?"-. Esa era la parte más delicada de todo mi plan, si ella sospechaba mis intenciones, seguramente me sugeriría que buscara una de esas tiendas que están abiertas las 24 horas del día, pero Yo confiaba en que ella pensaría que un gesto así de su parte sería atentatorio hacia nuestra "amistad", además, ya me había sacado buen dinero a costa de nada por lo que no le convendría tener un gesto de "mala amiga" para conmigo, después de todo mi "amistad" le convenía financieramente, y… como lo había estado esperando, como lo había planeado, como lo había soñado, como lo había imaginado y practicado una y otra vez en mi mente ella dijo despreocupadamente: -"Si quieres, pasa a la casa, y llámale desde ahí"- Tuve que esforzarme para que no se notara la excitación que producía en mi el ver que mi plan marchaba a pedir de boca; respondí en tono de obviedad –"Gracias, de verdad te lo aprecio mucho"-

Ella se dio vuela y caminó hacia la puerta de su casa, Yo la seguí con las manos en la espalda… ya todo estaba preparado… me daría un festín de antología con ese cuerpo de diosa… ahora mi única interrogante era: ¿Qué tanta violencia tendría que emplear para cogerme a esta muñeca?, ¿Sería posible que ella estuviera resignada a pagarme con su cuerpo el dinero que me debía y que por es motivo me hubiera invitado a entrar a su casa estando completamente sola?, ¿O en realidad ella pensaba solamente dejarme hacer la llamada telefónica para deshacerse de mi lo más pronto posible?. Pronto tendría mi respuesta

El traspasar la puerta de su casa fue un momento mágico que no puede compararse con nada… es la certeza de que por fin se habrá de disfrutar lo que tanto trabajo a tomado obtener, como un montañista que tras enormes esfuerzos avizora por fin la cima de la montaña

La tercera parte de mi plan entraba ahora en ejecución: Hacerle saber que sería mía, que nada podría interponerse a mi objetivo de darle garrote por el ano…y, más importante aún… que para conseguir tal objetivo estaba dispuesto a matarla si era preciso

Inmediatamente dentro de su casa, cerré la puerta tras de mi

Saqué de la parte trasera de mi pantalón mi siempre fiel y enorme amiga, mi pistola negra Colt .45, la más grande y amenazadora que existe… Se la mostré frente a mi pecho, en pose artística… Ella se sorprendió enormemente de ver un arma así en mis manos, y dijo afligida: -"¿Pero, qué es eso?"- A lo que Yo le respondí con una sonrisa: -"Es una amiga que viene conmigo"-, a lo que ella respondió con más sorpresa aún: -"No manches, ¿cómo andas con una cosa así en la calle?"-… Fueron muchos los malos momentos que me hizo pasar esta mujer, me había calentado cuantas veces quiso para sacarme dinero y siempre me dejaba sólo con mi calentura… Yo estaba muy molesto con ella, así que, ya dentro de la casa y con la situación en mi total control, sin siquiera pensarlo, le di un puñetazo en el rostro con toda mi furia… Sobra decir que ella cayó fulminada ante mi certero golpe, cayó completamente sin sentido azotando su escultural figura contra el piso cual si hubiera muerto. Me detuve un momento a observar ese panorama… No pude evitar regocijarme ante la nueva situación que había entre ella y Yo, además, sentí que de cualquier manera, se lo tenía bien merecido

Por fin, como los recién casados, estábamos solos

Sin perder el tiempo y aprovechando su desmayo, la tomé entre mis brazos y me dirigí a la planta superior de la casa, entré a su habitación y la deposité en la cama… estaba toda ensangrentada de la cara, al parecer el golpe había sido más fuerte de lo que creía, me dirigí al baño, tome una toalla, la empapé y de regreso con ella, le limpié la cara… El golpe había reventado por igual labios que fosas nasales, la sangre brotaba copiosamente, así que decidí colocarla de costado para que no se fuera a ahogar con su propia sangre, aproveche para revisarle la lengua y vi que estaba intacta… Ya en alguna ocasión, en una pelea le había yo pegado a un tipo, el cual, al tener abierta la boca en el momento equivocado se había mordido la lengua, casi se la había cercenado, afortunadamente no era este el caso con ella.

Poco a poco iba recobrando el conocimiento, le di un par de nalgaditas para que reaccionara, al paso de unos minutos se despertó por completo… Al recobrar el conocimiento por completo abrió los ojos al máximo, como queriendo aclarar sus confusas ideas… no dijo nada… se sentó sobre la cama en silencio absoluto, al tiempo que se tocaba con los dedos los labios reventados de su boca… Permaneció quieta y en silencio durante unos instantes… no se atrevía a levantar la mirada…finalmente, cuando levanto la vista me encontró parado al pie de la cama con mi pistola apuntándole al rostro. Por increíble que pueda parecer, en ningún momento perdió la compostura… esta era una mujer de hierro o aún no alcanzaba a comprender lo que estaba sucediendo… ante su silencio la cuestioné burlonamente: -"¿Que te pasó mi reina?"- Le señalé la toalla mojada y le indiqué que se limpiara la cara… Ella, de inmediato obedeció mi orden limpiándose las plastas de sangré que aún tenía en la cara, mientras hacía esto le dije: -"Ahora si, hija de tu puta madre, ahora sí me vas a cumplir, cabrona, ¿quién te crees para andarme viendo la cara de tu pendejo?"-, -"¿Así que te sientes muy chingona, no?"-. Ante esta tanda de improperios ella alcanzó a decir: -"Espérate, aquí tengo tu dinero, te lo iba a llevar pasado mañana"-. Le respondí de inmediato para aclarar la situación de una buena vez: –"No quiero dinero, no chingues, te quiero a ti sabrosura, te quiero meter el palo por el chiquito"-. Ante esta solemne exposición de mis motivos ella dijo con molestia: -"No era necesario todo esto, cabrón, si me las hubieras pedido, te las hubiera dado"- (refiriéndose a sus nalgas), a lo que respondí con burla: -"Claro, por supuesto, pendeja, ¿acaso crees que soy tan buey como para seguir esperando que un buen día te de la gana dármelas?, no mames, mejor de una vez me las tomo, tal vez hasta te guste y luego me las des ya con gusto"-.

La situación, como podrá verse estaba por completo bajo mi control… todo había salido perfectamente bien… el trabajo ya estaba hecho, ahora seguía lo mejor de todo… ¡a gozar!.

Sin más preámbulos le solté: -"Quítate toda la ropa, pero ya"-. Ante esta orden, ella se puso agresiva, respondió: -"Te vas a chingar a tu madre, pendejo, te voy a chingar"-, mientras decía esto se levantó de un salto e intentó llegar a la puerta de la habitación… de inmediato me lancé sobre ella y la tomé de los cabellos, ella intentó patearme, y, aunque alcanzó a darme algunos cuantos golpes, éstos me parecieron caricias… La jalé violentamente de los cabellos y me puse en posición de darle otro puñetazo en la cara… le bastó ver que echaba el puño hacia atrás para que de inmediato se llevara los brazos a la cara para protegerse del golpe que se avecinaba… aproveché esta situación y la abracé fuertemente de la cadera levantándola del piso, antes de que pudiera intentar algo más la lancé por los aires y fue a aterrizar de bruces en la cama. Yo ya estaba que echaba espuma por la boca, en realidad estaba perdiendo el control ante esta hembra suicida, que lejos de amedrentarse parecía que se envalentonaba cada vez más…Lo que le dije a continuación cambió por completo su perspectiva de la situación y la llevó a someterse a mis deseos, le dije con los ojos enrojecidos de furia: -"Mira pendeja araña, hoy te voy a coger, por todos lados y muchas veces… más te vale estarte quietecita o la cosa se va a poner de la chingada… hoy te voy a reventar el ano, tengo toda la noche para hacerte gozar… la única duda es, si quieres estar viva durante todo esto o si quieres que de una vez te mate"-. Ante tan firme advertencia y viendo que físicamente estaba en total desventaja frente a mi, finalmente se tranquilizó… No volvió a abrir la boca en toda la noche, a partir de ese momento quedó muda y eso, también me tranquilizó a mi; fue una jugarreta psicológica de mi parte: hasta antes de esta advertencia ella luchaba por no ser violada… ahora la lucha era por mantenerse con vida y, el único factor que la mantenía con vida era mi deseo de gozármela a ella y no a su cadáver.

Con el terror reflejado en su rostro se puso de pie y empezó a bajarse los tirantes de su vestido, Yo la detuve en el acto: -"No, no, no!…báilame mientras te quitas la ropa, mamazota, ¡estas buenísima!"-. Con extrañeza frunció el rostro como dándome a entender que no podía creer lo que acababa de escuchar… -"Apúrate que ya estoy que ardo, nalgota"- le dije, al tiempo que me desabotonaba el pantalón… Incrédula todavía, se sentó en la cama y se quitó las zapatillas… Pensé mejor la situación y desistí de mi anterior deseo de que bailara sensualmente al tiempo que se despojaba de sus ropas, pensé que sería más excitante desnudarla yo mismo… Me acerqué a ella y la puse de pié ante mi… de inmediato le pasé las manos por la cintura y, por primera vez me apoderé de ese portentoso par de nalgas… las tomé con ambas manos sólo para corroborar que no me alcanzaban las manos para abarcarlas todas… eran un par de nalgas suculentas, enormes, firmes, una maravilla… abrazarla por las nalgas era como querer abarcar el tronco de un árbol de buena edad, simplemente me parecía maravilloso tener prensada a tan fabulosa hembra sujetándola firmemente por sus nalgas… Ya en esta suculenta posición le dije –"Bésame, mi reina"-, ella sin chistar me ofreció sus labios, los cuales sellé con los míos con urgencia, le metí la lengua hasta las amígdalas, recorrí sus dientes, la parte interior de sus labios… el sabor ocre de su sangre combinado con su saliva me pareció en ese momento el néctar más delicioso del mundo, seguí besándola y gozándome sus nalgotas por unos instantes, de inmediato dirigí mis labios a su cuello, a sus orejas, le metí la lengua en los oídos, le mordisquee el cuello de un lado y de otro, empecé a entrar en una vorágine de excitación que pocas veces había sentido en mi vida… la simple idea de que estaba a punto de gozarme a una mujer tan suculenta nublaba mi razón, haciendo que la parte animal, la bestia que habita en lo profundo de cada uno de nosotros saliera a la superficie para tomar el control de la situación.

Ya enloquecido por el flujo incesante de testosterona en mi cerebro, le levanté el vestido hasta la cintura, le pase las manos por sus hermosos muslos, le metí una mano bajo la pantaleta y pude palpar ese delicioso frío de las nalgas de mujer, le sobe la nalga una y otra vez, le volví a acariciar los muslos al tiempo que seguía devorando su cuello con mis labios… Ella no se movía, permanecía inmóvil, ausente a todo lo que estaba ocurriendo… tomé sus manos y me las puse en el pecho, le dije –"Acaríciame ricura, gózame"-, ella empezó a mover sus manos de arriba abajo sobre mi pecho, el contacto de sus manos sobre mis pezones me producía una sensación muy parecida al ardor pero tan placentera que de inmediato me desabotoné la camisa y la tiré al suelo, le dije entonces llevando su cabeza a la altura de mi pecho: -"Bésame aquí"-, ella empezó a succionar mi pezón derecho, su lengua recorría mi pezón describiendo pequeños círculos… Ya a estas alturas era obvio que ella había caído en cuenta que su vida estaba realmente en peligro y que, si me hacía gozar de verdad, tendría mejores posibilidades de salir con vida de esta situación… Así ella empezó a esforzarse por prodigarme el mayor placer posible… Yo recibí esta nueva actitud en "Claudia" con mucho gusto, ante sus caricias con la lengua en mi pezón sólo atisbé a decirle: -"Así mi reina… así"-.

Como un hambriento que no ha comido en días deja para el final la mejor parte del bocado que se le ofrece… así también Yo dejé deliberadamente para el final del manoseo previo sus impresionantes tetas… Yo ya era más que experimentado en el sexo, pero a fuerza de decir verdad, nunca en toda mi vida había tenido a mi merced un par de tetas tan maravillosas como las que tenía para mi esta noche. Con cuidado, despacio, como queriendo prolongar lo más posible el primer contacto de mis manos con sus tetas, acerqué mi mano izquierda a su teta derecha, lentamente la fui acercando hasta que finalmente, con la punta de los dedos hice contacto con su pezón… Un torrente de sangré irrigó mi pene, al grado que sentí molestia por algunos vellos púbicos que habían quedado aprisionado en el resorte de la truza ante el sensacional aumento de mi ya de por sí brutal erección… Como un niño ante su primera vez… así posé mi mano plenamente sobre su teta derecha, pasé la palma de la mano por debajo de su teta para sentir el peso de la misma… era maravillosa… enorme… rígida… perfecta en su redondez, era todo un prototipo de lo que debería ser la teta perfecta. Saqué la mano derecha de debajo de su pantaleta y la dirigí a su otra teta… así tuve en mis manos ambas tetas, igual de enormes, igual de perfectas… las presioné… las estrujé una y mil veces, las juntaba y las separaba, las levantaba y las dejaba caer por su propio peso, sus tetas se tambaleaban tras cada "caída", se movían en una danza que ninguna otra parte del cuerpo femenino puede emular

Todo este manoseo inicial lo llevé a cabo por encima de la ropa… hay que mencionar que es muy diferente manosear a una mujer vestida que a una desnuda… es igual de placentero… pero, ciertamente es muy diferente sentir la textura de la tela que envuelve las formas de un cuerpo de hembra tan exquisitamente formada como ésta.

Sin soltar por un instante sus tetas, dirigí mi boca a su cuello, el cual estaba ya enrojecido de tanto mordisco, esta vez recorrí con mi lengua su cuello de un lado a otro al tiempo que me daba gusto sobándole las tetas

Solté una de sus tetas y tomé uno de los tirantes de su vestido, lo bajé hasta el codo, luego bajé el otro tirante hasta la misma altura… ya lo único que sostenía la tela de su vestido… eran sus enormes tetas… el vestido pesaba y parecía que luchaba por mantenerse ceñido a su cuerpo aferrándose de ese par de montañas suculentas, tome la tela que atoraba con sus tetas y la liberé… de esta manera cayó todo el vestido hasta el suelo dejándola semidesnuda… solo tenía el sostén, las pantaletas y las medias… nada más.

Di un paso atrás para poder apreciar el panorama a placer, mis ojos recorrieron su cuerpo de arriba abajo… le dije: -"Quítatelo"- al tiempo que señalaba su sostén… ella de inmediato se llevó las manos atrás y desabrocho cada uno de los broches de su sostén, en un movimiento mil veces ensayado, se quitó finalmente el sostén quedándose con él en la mano derecha… Sus tetas finalmente se presentaban ante mi como un manjar imposible de resistir… en ese momento desee ser antropófago y arrancarle una de ellas de una dentellada… La miré con los ojos nublados por la lujuria, repito nuevamente que nunca había visto unas tetas tan perfectas, tan grandes, tan bien formadas… tan mordibles, deseaba amputárselas a mordidas para llevármelas a casa

La dejé de pie unos momentos mientras me sacaba el pantalón y la truza… más aún, me quité hasta los calcetines… después de todo… tendría toda una noche con ella, la gozaría como si estuviera en mi propia casa… como si ese fuera mi lecho nupcial… como si ella fuese mi mujer… aunque de una manera totalmente diferente a lo que acostumbraba vivir con su marido.

Ya desnudo, miré hacía abajo y vi que mi verga estaba tan enorme que me alegré, estaba completamente hinchada y brillaba de tan inflamada que estaba

En cuestión de sexo… he de mencionar que nunca he sido muy afecto al sexo oral… simplemente no me produce el mismo placer que una buena penetración anal o vaginal, pero, en este caso y ante la perspectiva de muchas horas por delante… la senté de un empujón en la cama, puse su rostro a la altura de mi verga y sin más, dirigí la punta de mi garrote a sus labios, ella abrió de inmediato la boca y le dio paso a todo mi garrote, la parte inferior de mi pene descansaba sobre su lengua, empecé a moverme acompasadamente: adentro…afuera…adentro…afuera, ella se quejaba, pues sus labios estaban heridos después del puñetazo que le propiné, pero aguantó el dolor y apretó mi verga lo cual encontré muy placentero, tomé una de sus manos y la puse en mi garrote, ella de inmediato entendió mi intención y, mientras chupaba la mitad superior de mi verga, con la mano me masajeaba el pene muy lentamente… eso si que me gustó bastante. Estuvimos así unos minutos, durante los cuales no perdí oportunidad de agarrarle las tetas y pellizcarle los pezones… Cuando empecé a sentir que mi verga reaccionaba ante las débiles caricias de su lengua, se la saqué de la boca, pues, como les comento… el sexo oral no es mi preferido.

Ella se había prodigado en la mamada porque creo que pensó que Yo quería terminar en su boca, además supongo que pensó que no le vendría mal hacerme chorrear porque de esta manera se aseguraba de restarme energías si es que tenía Yo pensado penetrarla… Por eso, cuando le saque la verga de la boca, se sorprendió sobremanera… Le dije: -"Acuéstate sabrosura, te llegó la hora mi reina"-. Ella no obedeció de inmediato, se me quedó mirando como esperando que le dijera otra cosa… Le puse la mano en la cabeza y la empujé para tenderla sobre la cama… Al quedar horizontal sobre la cama, sus tetas se aplastaron un poco bajo su propio peso y se desplazaron hacia los costados (no excesivamente)… eran pedazos de carne fenomenales, suculentos y, esperaban por mi boca. Le tomé las piernas y la hice girar para quedar tendida a lo largo de la cama y no a lo ancho como había quedado… así pues… me dejé caer sobre su cuerpo, dejando mi rostro a la altura de sus tetas… Con ambas manos agarré fuertemente sus tetas, ella giró su rostro hacia el lado contrario como para no ver lo que sucedía… me metí lo más que pude de una de sus tetas en la boca y empecé a succionar a placer… de cuando en cuando le mordía levemente el pezón, lo que la hacía exclamar un pequeño –"ahhhh"-, seguí mamándole ambas tetas de la misma manera y, empecé a notar que sus pezones se ponían duros y erectos… Como lo digo en mi relato anterior: "No hay mujeres de palo", la reacción de sus pezones ante tanta mamada y mordisco fue una mera reacción fisiológica involuntaria, estoy seguro que ella hacía el esfuerzo por no excitarse, pero a fuerza de tanto manoseo, tanta mamada y mordiscos, sus reacciones físicas involuntarias terminaron por vencer su voluntad.

Mientras me encontraba tendido sobre ella empecé a mover mi cadera de manera de sobar mi pene en sus muslos, podía sentir la textura de sus medias en mi verga… Seguí mamándole las tetas por varios minutos… dejé en paz por un momento sus mordisqueadas tetas y dirigí mi bocas hacia su estómago, con la lengua fui recorriendo la parte inferior de sus tetas, ahí en donde se juntan con su cuerpo, le pasé la lengua por todo el abdomen… me entretuve un rato con su ombligo, volvía a subir a sus tetas, volvía a bajar hasta el inicio de su pantaleta… Raramente le dedico tanta atención a una mujer… generalmente me las cojo sin más preámbulo que unas cuantas mamadas en las tetas y unos cuantos lengüetazos en las nalgas y en medio de ellas… Pero este monumento de hembra se merecía que recorriera con mi lengua cada centímetro de su escultural cuerpo… además, como dije… tenía toda la noche para hacer lo que me viniera en gana

Tomé entre mis dientes el elástico de sus medias y comencé a bajárselas hasta un poco antes del pubis… ante mi estaba su pantaleta blanca, inmaculada… tomé entre mis dientes el elástico de la pantaleta y repetí la operación… sin embargo, las proporciones fenomenales de sus nalgas me hicieron imposible bajarle ambas prendas sólo con los dientes. Me levanté de mi posición hasta quedar de rodillas con sus muslos entre los míos… tomé con ambas manos a ambos lados de sus caderas tanto la pantaleta como las medias y se las empecé a bajar… Mientras le bajaba la ropa interior ella sollozó casí en silencio… Cuando las prendas llegaron a las rodillas pude percibir en mis fosas nasales el tenue olor de su vagina… ese olor ya bastante conocido para mi, pero que nunca nos cansaremos los hombres de oler… pues significa el preámbulo de una sensacional cogida.

Finalmente le saqué completamente la pantaleta y las medias, ahora sí estaba completamente desnuda y a mi merced… Lo primero que hice fue abrirle las piernas… ella no se resistió ante este avance que implicaba ya, de hecho, dejarse vencer totalmente por mi… Le abrí las piernas y empecé a recorrer sus bien torneados muslos con mi lengua, un muslo a la vez, iba y venía en sus muslos mi extasiada lengua… dirigí mi rostro hacía su vagina… Inspiré profundamente para recoger todo el olor de su coñito… me extasié al instante. Me encontré con una vagina perfectamente rasurada, sin un solo pelo que estorbara… puse mi boca sobre sus labios vaginales para prodigarle un beso… con mi lengua abrí sus labios, le introduje sin trabajo alguno la lengua… le dí algunos piquetes para después lamerle la parte exterior de su vulva… ella no podía ocultar que mis caricias le resultaban de alguna manera placenteras, tan es así que, para mi sorpresa empezó a jadear cada vez que le daba un lengüetazo completo de abajo hacia arriba… ella se estaba humedeciendo en contra de su voluntad… para mi fue fantástico pensar que, no obstante que la estaba violando sexualmente y que la había golpeado, también le estaba produciendo ondas de placer cada vez que restregaba mi lengua entre sus labios vaginales… Ella emitía sonoros –"Ahhhhhhh"- cada vez que la lamía… el sonido de su voz me volvió loco… en ese momento me desplacé hacía arriba para besarla, busqué su boca y la encontré de inmediato, le metí la lengua en la boca al tiempo que metía ambas manos bajo su cuerpo y me apoderaba de sus nalgas… mi verga quedó aprisionada en medio de nuestros cuerpos, aún no la había penetrado, no había ninguna prisa… seguí besándola… encontré muy placentera esa posición y empecé a moverme para tallarle mi verga en su pelvis y en su barriga… ella ya estaba completamente rendida ante mis caricias y por momentos me pasaba las manos por la espalda y me apretaba contra ella… Ella estaba respondiendo activamente a mis caricias, en parte por darme el placer que posiblemente le salvaría la vida en cuanto esto terminara pero, ya no podía ocultar que también estaba gozando dentro de lo posible con la situación. No olvidar que el dolor y el placer van ligados de la mano

Seguí besándola y tallando mi verga contra su cuerpo por un rato más, pero mi pene ya pedía más… Pensé en penetrarla de inmediato pero… recordé que lo que más me enloquecía de esta hembra eran sus portentosas nalgas

Sin levantarme por completo le di vuelta para dejarla boca abajo… ella se estremeció de miedo al entender cuál era mi objetivo, al grado que intentó volverse a colocar boca arriba, cosa que impedí de inmediato poniéndole una mano en la espalda. Una mezcla de sollozo y súplica fue lo que salió de su boca: -"Noooooo!"- dijo con la voz quebrada por el miedo. En cuanto le quité la mano de la espalda ella intentó de nuevo darse vuelta… Yo respondí a este intento de resistencia empujándola fuertemente contra la cama y le dije amenazante: -"Quédate quieta chingao"-… Ante mi orden, ella dejó caer su cabeza sobre la almohada y dejó de ofrecer resistencia… Me monté sobre ella dejando mi verga en medio de sus dos nalgas, la talle maravillosamente entre sus glúteos al tiempo que le besaba la nuca, ella pujaba de cuando en cuando pues el peso de mi cuerpo le dificultaba por momentos la respiración… deje de tallar mi palo entre sus nalgotas y me senté sobre sus rodillas… ante mi estaba la visión más impresionante que había vista hasta entonces… un par de nalgas enormes que, por la postura del cuerpo de ella se veían aún más grandes y suculentas, no pude evitar decirle nuevamente: -"Estás buenísima, mamazota… mira nada más que culote tan rico tienes, sabrosura… no te la vas a acabar, mi reina"-… Ella hundió aún más su cabeza en la almohada como queriendo evadirse de mis comentarios como lo haría una avestruz que mete la cabeza en un agujero… De inmediato me posesioné de ese par de nalgas tan perfectas, las tomé entre mis manos, las apreté, las separé y las junté una y otra vez… Dirigí mi rostro hacía ellas y las besé con locura desenfrenada, le pasé la lengua por ambas nalgas y en medio de ellas al tiempo que con mis manos le sobaba la cintura. Dirigí entonces mi atención a su ano… separé sus nalgas para poder apreciarlo y lo encontré… apretado, oscuro, arrugado… de cuando en cuando ella lo apretaba aún más, pues se notaba cierto movimiento en él, como si ella quisiera cerrarlo empleando todo el poder de los músculos que rodean y controlas tan añorado orificio… Sin perder tiempo me abalance sobre su ano, lo besé primero notando la ausencia total del típico olor a mierda que desprende, cosa que me agradó sobremanera, seguí dándole besos con la dificultad que suponen un par de nalgas tan exuberantes las cuales me hacían un tanto difícil posar mis labios en su ano… sus nalgas apretaban mis mejillas como queriendo proteger al inquilino que habitaba en medio de ellas… sin embargo pude darle lengua a placer

Cabe hacer mención de que ella era analmente virgen… podía saberse de inmediato al apreciar el tamaño de su ano, así como por la dificultad que encontraba mi lengua para penetrar un poco en él… La verdad no podía entender a mi primo… era increíble para mi el hecho de que no le hubiera metido la verga por atrás a su mujer nunca… Pensé, que era un verdadero imbécil al no haberse gozado a su mujer por el ano ni siquiera una vez… No pude evitar sentir lástima por él

Pues bien, mientras meditaba sobre estos tópicos yo seguía dándole lengua al ano, de cuando en cuando le masajeaba una nalga a placer… pero era hora ya de gozar de verdad

Me incorporé de la cama y fui hasta el tocador, abrí un par de cajones del mismo hasta que encontré un envase de crema facial… no era precisamente lo que buscaba, pero seguramente serviría para mis propósitos

Cuando regresé a la cama ella ya se había dado vuelta y me esperaba con las piernas abiertas de par en par, ofreciéndome su vagina para que la penetrara… su intento de cambiar su ano por su vagina resultó infructuoso, de inmediato la tomé de un hombro y le di vuela violentamente… esta vez ella opuso más resistencia de lo normal… Por primera vez en toda la noche… empezó a llorar mientras repetía una y otra vez: -"Nooo!, así nooo!"-. Ante su resistencia, tuve que dejar sobre la cama el bote de crema para sujetarla fuertemente por los hombros, le dije: -"Ya estate quieta, carajo"- a lo que ella respondió: -"Nooo, nooo… así no!"-. Dándole un empujón final que la hizo sumirse profundamente en la cama la solté de los hombros… noté que temblaba como gelatina de sólo imaginar lo que le esperaba… seguramente consideraba, tras ver mi verga de cerca, que resultaría casi imposible para su ano recibir en su interior mi enorme paquete al máximo de su erección… además el sexo anal resultaba para ella algo nuevo y aterrador, ya que su marido nunca se había tomado el trabajo de desflorar su minúsculo agujero…Tal vez, lo más que había recibido en su ano eran un par de dedos… nada comparable a o que le esperaba ahora.

Volví a tomar el bote de crema, me unté generosamente los dedos de la mano derecha y le dejé caer una plasta de crema en el ano… ella respingó de inmediato al sentir lo frío de la crema en su anito caliente… noté que su respiración se hacía cada vez más agitada… con la misma mano le unté la plasta de crema hasta cubrir totalmente el ano y las partes cercanas también… acto seguido, me unté otra plasta de crema en mi enorme garrote… aproveche el momento para darle algunos rudos masajes para asegurarme de que estuviera al máximo de dureza en cuanto se presentara ante el ano de mi víctima… Ella seguía repitiendo como una loca: -"Noooo, así no"- al tiempo que con ambas manos se aferraba de la almohada como si temiera caerse de la cama

Me volví a montar sobre ella, esta vez a la altura correcta para penetrarla… En cuanto sintió mi cuerpo sobre el suyo aumentó el volumen de sus súplicas

Tomé con mi mano mi verga y la dirigí al punto exacto… ella instintivamente apretó las nalgas y cerró con fuerza las piernas… Utilizando todo el peso de mi cuerpo, coloqué una rodilla entre sus rodillas y presioné hacía abajo hasta que mi pierna quedó en medio de las suyas, acto seguido repetí la operación con mi otra pierna…tiré de sus cabellos para inmovilizar la parte superior de su cuerpo… abrí mis piernas para abrir las suyas y, en cuanto consideré que la apertura era suficiente, jalando aún más de sus cabellos le dije: -"¿Te vas a estar quieta o qué?"-… no hubo respuesta… solo más llanto

Probé a relajar la presión de mis piernas entre las suyas y noté que ella ya no intentaba cerrarlas… entonces me tumbé nuevamente sobre ella… solté sus cabellos y, haciéndome un poco de lado tomé mi verga con mi mano derecha, la dirigí al punto soñado hasta asegurarme de haberlo encontrado, una vez en la posición correcta, muy suavemente empecé a hacer presión con la punta de mi verga directamente sobre su ano… ella ya respiraba con mucha dificultad, jadeaba y se quejaba sin parar… Aumenté un poco más la presión… un poco más… de pronto sentí cómo su agujerito empezaba a dilatarse… ella empezó a bufar y a emitir toda clase de quejidos irreproducibles… Finalmente, cuando consideré que ya su ano estaba lo suficientemente dilatado como para metérsela decidí conquistar por fin tan precioso agujero… Tomé posición para apoyar todo el peso de mi cuerpo en mi verga… y de un empujón se la introduje hasta un poco menos de la mitad… La crema facial que le había untado había cumplido con su propósito a las mil maravillas… mi verga resbaló fácilmente hacía adentro… sin embargo lo estrecho de su anito era impresionante, me sorprendí al ver que una mujer tan buenota y casada tenía un ano virgen y estrechísimo. Su reacción ante la penetración ya se la podrán imaginar… soltó un grito lastimero que resonó en la oscuridad de la noche: -"Aaaaaaaaahhhhhh!!!"-, era como si la hubieran empalado (literalmente)… como si le hubieran amputado una extremidad sin anestesia… seguramente el nivel de dolor que sintió le hizo cambiar para siempre su concepto de "dolor". Ella se quejaba completamente fuera de sí –"Aaaaggghhh"-, hacía toda clase de movimiento desesperados por intentar darse vuela, sin embargo, mis 95 kilos sobre ella se lo impedían absolutamente… Intentaba decir algo, pero el dolor le impedía articular palabra alguna… bufaba, echaba aire por la boca… no paraba de quejarse.

Me recosté sobre ella para aminorar un poco la presión vertical de mi verga (sin sacársela), ante esto ella pareció tranquilizarse un poco, me quedé quieto unos minutos, durante los cuales ella se fue tranquilizando cada vez más, ya no se movía como una loca y sus quejidos eran ahora sólo un murmullo apagado… Durante este tiempo que me quedé inmóvil aproveche para darle masaje a las nalgas y abrirlas lo más posible para facilitar mi tarea

Una vez que consideré que ya había recuperado el aliento, empecé a presionar nuevamente para introducir un poco más de mi verga en su ano… como era de esperarse ella se empezó a quejar una vez más a medida que mi garrote avanzaba extremadamente lento hacia sus profundidades… Ya había entrado más de la mitad de mi aparato… solo restaba el empuje final… ya un tanto cansado de tener que esperar tanto, de un empujón le metí el resto de verga que faltaba… esta vez el grito fue aún peor que el que había dado al principio de la penetración… clavó la cara en la almohada y pude apreciar que la mordía con fuerza desmedida, como si quisiera trasladar un poco de su dolor hacia la almohada con su terrible mordida… Su rostro estaba deformado en un rictus de dolor impresionante… mi verga ya estaba toda dentro de su minúsculo agujerito… Sentí que una humedad extraña cubría mi verga… era una buena cantidad de sangre… le había reventado el ano.

Ya totalmente penetrada por detrás "Claudia" se preparó para mis embistes… una vez más decidí dejar mi garrote dentro un par de minutos sin moverme para propiciar la dilatación de su colon… en cuanto sentí que era suficiente espera comencé a moverme muy, muy lentamente… al principio de mis movimiento casi no le sacaba nada de verga, es decir, sólo me movía pero dejando totalmente dentro todo mi pene…Ella empezó a acostumbrarse al invasor que tenía en sus entrañas así que aproveche para aumentar la cantidad de verga que entraba y salía en cada embiste… cada vez lograba entresacar y meter más verga de su ahora dilatado agujero… estuve así, limando lentamente por espacio de unos 40 minutos al cabo de los cuales ella ya no se quejaba sino que solo sollozaba, entonces, fiel a mi costumbre, pasé mis manos por debajo de su cuerpo apoderándome de sus caderas… empecé entonces un mete-saca furioso, la cama empezó a rechinar tal y como me gusta… ella se empezó a quejar otra vez, pero estos quejidos eran ahora ahogados por mis gemidos de placer… me estaba cogiendo a este mujerón como nadie lo había hecho nunca… la cama tronaba, chirriaba como un barco viejo en una tormenta… mis embestidas eran feroces, mis manos jalaban su cadera obligándola a mantener las nalgas muy paradas… de vez en cuando, cuando sentía las primeras sensaciones de chorrearme, disminuía el ritmo hasta que éstas cesaban por completo… solo para proseguir después con mis embestidas salvajes contra su recién estrenado agujero… logré controlar la eyaculación muchas veces… no las conté… el hecho es que no quería que esto terminara jamás… esto era estar en el cielo.

Durante el tiempo que le di verga por el ano, de vez en cuando sacaba las manos de debajo de su cuerpo y me apoderaba de sus tetas, le pasaba las manos alrededor de los hombros para impulsarme más brutalmente… un par de veces le manosee una nalga al tiempo que le bombeaba… me di gusto completamente… hice cuanto quise con ella… estaba completamente bañado en sudor… el sudor caía hacía ella tornando su cuerpo en una masa deliciosa de carne resbalosa… seguí cogiendo alternando mis manos entre sus nalgas, sus caderas, su barriga, sus tetas, sus hombros… En un arrebato de puro músculo empecé a moverme a una velocidad y con una fuerza que no había logrado en ninguna ocasión anterior… sus nalgas chocaban contra mi pelvis produciendo un sonido parecido al de los aplausos… carne contra carne… cuerpo contra cuerpo… la cama tronaba sonoramente amenazando con romperse en cualquier momento… ella gritaba como loca y Yo bufaba como un toro de lidia, como una bestia salvaje que intenta perpetuar su semilla genética… La velocidad de mis embestidas aumento aún más… y más... ahora casi le sacaba la verga por completo en cada embestida para volvérsela a enterrar íntegramente… Nuestros cuerpos rebotaban rítmicamente en el colchón… la crema que había servido de lubricante era ahora sólo un líquido que se mezclaba con todo género de fluidos corporales… saliva, sudor… un poco de sangre se había fugado ya de su ano y escurría hacía su vagina… sentí que me venía… Coloqué mis manos bajo su cuerpo a la altura de sus caderas y me preparé para entregarle el primer torrente de leche de la noche… Aumenté la velocidad del bombeo a un nivel inconcebible… le mordí un hombro… seguí bombeando hasta que sentí los espasmos de la eyaculación… le di algunas clavadas más hasta que finalmente me vacié dentro de ella… le clavé la verga hasta donde me fue posible… llegó el clímax: -"Ahhhhhhhh!!!, Ahhhhhh!!!!, Ahhh!"-

Me tumbé sobre ella… su respiración era agitadísima al igual que la mía… le di algunas embestidas más antes de sentir que mi verga se empezaba a poner flácida… Vi mi reloj… eran apenas las 1:40 de la madrugada… la noche era joven

Me dejé caer hacia un lado… descansé un rato hasta recuperar por completo al aliento, estuve recostado un rato con una mano en una de las nalgas de "Claudia"… ella seguía boca abajo, sin moverse… solo sabía que estaba viva porque veía como su tórax se movía a cada respiración… Me incorporé hasta quedar sentado sobre la cama… le di un beso en la espalda y pude observar que sus nalgas estaban enrojecidas, como si la hubieran nalgueado… no era para menos… su ano aún palpitaba, como si una verga fantasma de bajo calibre le estuviera bombeando todavía… de su agujerito salía un líquido lechoso de color rosado, una combinación sublime de su sangre con mi semen, este líquido escurría mucosamente desde su ano para ir a parar a las sábanas…me puse de pie… busqué entre el tiradero las medias de "Claudia", de un tirón las rompí hasta convertirlas en dos partes simétricas… me dirigí hasta ella y le amarré cada pedazo de media a cada una de sus muñecas… acto seguido busqué la manera de asegurar los extremos a las patas de la cama, cosa que conseguí sin mucho esfuerzo debido a la elasticidad de esa tela… tensé ambos amarres al máximo hasta asegurarme de que la había dejado completamente inmóvil… ella seguía sin reaccionar… le di una sonora nalgada lo que la hizo respingar… me dirigí hacía el baño… me lavé la verga que estaba cubierta de sangre y otros fluidos indescriptibles… volví a humedecer la toalla que previamente había usado para limpiarle la cara y regresé a su lado, esta vez me aboqué a limpiarle todo el cuerpo, principalmente las nalgas, la vagina y el ano…note que ya no había sangrado en el mismo pero para mayor seguridad dejé por unos momentos la toalla húmeda en su ano para que recogiera todos los restos de sangre que pudiera haber aún.

De inmediato desamarré sus manos… (solo la había amarrado para poder ir libremente al baño).

Volví a recostarme a su lado… esta vez frente a su rostro… le acaricié los cabellos y no pude evitar acurrucarme junto a ella, la abracé, coloqué mi rostro bajo su mentón y con mi brazo rodee su cintura… era una cintura totalmente libre de grasa o tejido adiposo… así permanecí por espacio de 20 minutos, gozando con la vista que tenía frente a mi… tenía a una mujer deliciosa, una mujer de ensueño… y todavía tenía mucho que hacer con ella.

Finalmente ella abrió los ojos y me miró… su mirada me dijo que estaba dolida… incrédula… humillada… Yo solo atisbé a sonreírle

Le dije: -"Ya pasó mi reina…ahora te toca gozar a ti, mamazota…te haré gozar como nadie lo ha hecho. Déjate llevar, ricura"- Por supuesto que lo único que me interesaba era mi propio gozo y no el de ella, pero, pensé que podría arrancarle al menos un orgasmo en lo que me quedaba de la noche… Ella respondió con horror: -"Ya… ya no!"-.

Sin dejarla pensar, me abalance nuevamente sobre sus tetas… las empecé a mamar una vez más… no podría cansarme jamás de mamarle ese suculento par de melones… Me volví a montar sobre ella, esta vez frente a frente, busque su boca otra vez… le di lengua en la boca, le sobé los muslos, le agarré las nalgas una vez más… le comí el cuello por ambos lados, las mejillas… le apreté las tetas entre mis manos… se las estrujé por algunos minutos… le dí lengua otra vez en las tetas… hasta que pasados algunos minutos empecé a sentir cierta dureza en sus pezones… mis caricias estaban dando resultado… la reacción de ella ante mis avances provocó que mi miembro empezara a recuperarse nuevamente… en unos momentos más logré una nueva erección lo cual hizo palidecer el rostro de "Claudia"

Bajé hasta colocar mi boca en su vagina… le abrí las piernas lo más que pude para darle lengua a placer… ella permanecía húmeda, tal vez avizorando lo que a continuación sucedería… Sin más preámbulo, coloqué mi verga en la entrada de su vagina y de un solo empellón se la clavé hasta el fondo… Debo decir que, a diferencia de su ano, su vagina era bastante amplia, producto del trabajo incesante de mi primo en su lecho nupcial… Celebré la amplitud de su bollito porque eso significaba que ella estaría mucho más tranquila y que, posiblemente hasta lo llegaría a disfrutar.

Al entrar entero mi garrote ella lanzo un quejido: -"Ahhhhhhhhhhh!"-… me atrevería a pensar que fue más de placer que de dolor… Esta era una mujer casada, acostumbrada a recibir el garrote de mi primo por su bollito… pero creo que no le resultaba del todo desagradable tener adentro mi garrote, después de todo ya me había sentido en acción en su ano y supongo que consideraba que a diferencia de aquello, esto resultaría mucho más placentero

Empecé a bombear sin la menor precaución, mi verga entraba y salía sin ninguna dificultad por su amplia raja… al grado que, para aumentar el placer, pude hacer algunos movimiento circulares dentro de ella… cosa que terminó por encenderla definitivamente. Aumenté la velocidad e intensidad de mis embestidas… nuevamente la cama empezaba a chirriar… a crujir como si ya estuviera rota… Le pasé las manos por debajo de su cuerpo para apoderarme de sus dos nalgas… ya ella gemía sin intentar disimular su gozo… la empecé a clavar con fuerza… ella empezó a acariciarme la espalda hasta que finalmente posó una de sus manos en mi nalga derecha… era un hecho que ambos estábamos gozando de esto… seguí dándole garrote con toda mi fuerza… detuve el ritmo y le di algunos fuertes empellones para clavarle la verga hasta la barriga… me detuve, le saqué la verga

Me tumbé a un lado de ella para quedar boca arriba… Cuando se tiene en la cama a una mujer nalgona como esta, la mejor posición posible es: ella arriba y Yo abajo, porque de esta manera se tiene acceso a ese par de glúteos tan fabulosos

La jalé por la cintura para colocarla sobre mi… a ella pareció agradarle la idea porque ayudó colocándose de inmediato en la posición deseada… Me acomodé perfectamente debajo de ella, tomé con una mano mi verga, la dirigí a la entrada de su raja y se la volví a meter… esta vez… debido a la posición, mi garrote rozaba sensacionalmente contra su clítoris… empecé a moverme acompasadamente… ella, sabedora de lo que venía, se recostó sobre mi, hecho que aproveche de inmediato para apoderarme de sus nalgas… las bombeadas empezaron a hacerse más profundas y rápidas… cada vez que ella bajaba, Yo aprovechaba para presionarla de las nalgas en contra de mi miembro… esto era delicioso

La bombeada que le di en esa posición pocas veces la he podido emular con otras mujeres… esta hembra era un verdadero manjar… sus dimensiones perfectas, sus carnes firmes y finalmente, sus tetas descansando a plenitud sobre mi pecho hicieron que ambos entráramos en una vorágine de placer… para este momento ella estaba totalmente excitada… simplemente no podía ocultarlo… el trabajo de una buena verga en sus adentros ya le producía intensas oleadas de placer

Como ya me había corrido en su ano, esta vez aguantaría mucho tiempo más sin correrme… estuve dándole garrote por mucho tiempo… no sé cuanto tiempo estuvimos en esa posición la cual me resulta deliciosa… de cuando en cuando buscaba con mi boca alguna de sus tetas y se la mamaba a placer al tiempo que ella se movía como autómata cabalgando mi enorme instrumento

El placer aumentaba, ella gemía cada vez que mi verga llegaba al tope de sus profundidades, ya el ritmo era salvaje, de cuando en cuando me quedaba quieto para dejar que ella se moviera libremente… en cuanto bajaban los espasmos eyaculatorios de mi verga reanudaba la clavada… cada vez más rápido… cada vez más profundo

Se requiere mucha práctica para aprender a controlar la eyaculación sin demeritar el placer… Contuve la eyaculación muchas veces, hasta que perdí la cuenta… ella se había vuelto loca ya… Yo ya no realizaba ningún movimiento, era ella quien se movía, quien buscaba las mejores posiciones en busca de mayor placer cada vez que se clavaba mi pedazo de carne en su cueva

Decidí parar… la abracé para evitar que se siguiera moviendo… podía sentir el palpitar de las paredes de su vagina… completamente húmeda

La arrojé a un lado… ella gemía como si no hubiera suficiente oxígeno en el aire… Me incorporé, la tomé por las caderas hasta ponerla en posición de "perrito", es decir, en cuatro puntos… sin perder tiempo me coloqué detrás de ella y con la mano dirigí mi verga nuevamente a la entrada de su vagina… un solo empujón y se fue completa mi verga… la penetración vaginal desde atrás siempre resulta más profunda que por enfrente… ella de inmediato sintió la diferencia y empezó a lanzar alaridos de placer: -"Ahh!, ahhh!, ahh!, ahh!"- al tiempo que se agachaba al máximo para ofrecer el mejor ángulo de penetración

Tomándola de las caderas, empecé entonces un bombeo brutal… cada vez que la embestía sus tetas ibas y venían colgando maravillosamente… no perdí oportunidad para masajearle las tetas mientras la bombeaba… Por razones antropométricas, esta es la mejor posición para darle una super cogida a una hembra… La penetración es total, profunda sin ningún estorbo que se entrometa

Lo que más me gusta de esta posición es "meterle aire" a la vagina, me explico: de vez en cuando, durante el bombeo en esta posición… se saca por completo la verga y se vuelve a meter, esto produce que una pequeña cantidad de aire quede aprisionada en el interior de la vagina… en cuanto la verga vuelve a entrar ese aire aprisionado busca una salida, produciendo un sonido: "Ppprrrrttttt" algo parecido a un gas intestinal, como si la mujer si tirara una ventosidad… ese sonido es delicioso y, combinado con el chirriar de la cama, los gemidos y quejidos de ella, mis propios bufidos y el sonido que produce el choque de los cuerpos… es… es, música celestial.

Empecé a cogérmela de la manera que me gusta… sus nalgas chocaban contra mi barriga produciendo ese sonido tan característico de carne contra carne, un sonido parecido a las nalgadas pero que se repite a una velocidad muy superior… en cuanto empecé con el bombeo indiscriminado ella empezó a gritar al ritmo de mis embestidas: -"Ayy!, Ya!, Ya!, Ya!"- Su ritmo respiratorio me hacía notar que su excitación estaba llegando al máximo, era el momento de prodigarme en mis esfuerzos… empecé a moverme a una velocidad inusitada, ella se retorcía de placer…. finalmente… clavó la cara en la almohada y contuvo la respiración por unos instantes… de inmediato sentí un torrente de humedad que bañaba mi verga… sentía sus espasmos… ella estaba teniendo un orgasmo salvaje… Aprovechando el momento y la nueva humedad en su cueva decidí hacerle segunda… me aboqué al traca-traca final hasta que sentí que mi verga se endurecía aún más y de ella escapaban chorros de leche caliente y espesa: -"ahhhhh!, ahh!"-

Bañado en sudor y sin aliento me dejé caer sobre ella, ella también se dejó caer en la cama quedando bajo mi cuerpo… aún en esa posición mi verga seguía bien incrustada en su palpitante bollo… le di las estocadas finales antes de perder por completo la erección… las sábanas estaban empapadas de sangre, sudor, semen, fluidos vaginales, etc., el silencio de la noche sólo era interrumpido por nuestra desaforada respiración.

Llevábamos algunas horas cogiendo… era imposible que ella tuviera la suficiente fuerza de voluntad como para no sentir nada… sin importar la tensión de la situación era lógico que ella se rindiera por completo a las sensaciones… que el constante entrar y salir de mi verga en su vagina terminara por producirle un orgasmo… tal como finalmente sucedió

La noche era joven aún… me la cogí dos veces más en la madrugada… no volví a meterle la verga por el ano, no era conveniente. Las dos cogidas más que le di en la noche ya no tuvieron la misma intensidad que las dos primeras, aunque fueron más que satisfactorias… la gocé de muchas maneras… me la senté en la verga, le mordisquee las tetas muchas veces más… la volví a penetrar vaginalmente desde atrás… me la mamó un buen rato… le di lengua en el bollo hasta que casi le arranco otro orgasmo… la monté, hice que me montara… me la cogí de costado (desde atrás)… nuevamente en la posición tradicional con mis manos en sus nalgas le di garrote por un buen rato… le volví a meter aire en la vagina varias veces… le mordisquee los labios, el cuello, los hombros… Tallé mi garrote entre sus tetas… en fin, fue una noche mágica de placer desbordado

Cuando ya no quedaba ni una gota de esperma en mi, decidí poner en práctica la última parte de mi plan… ¿Cómo explicaría ella las lesiones en su cara?...

Estas situaciones requieren una planificación perfecta… nada debe quedar al azar.

Abreviaré en este punto mi relato.

Le ordené que se vistiera, le pedí las llaves de su automóvil… me puse mi pistola en el pantalón… la amenacé con volarle los sesos si intentaba algo… La subí a su propio auto (un Shadow blanco), me subí en el asiento del conductor… arranque el auto y salimos de su cochera. Dirigí el auto a una zona de la ciudad en donde estaban cambiando el asfalto de las calles, por esa razón la zona estaba totalmente solitaria… solo de vez en cuando nos topábamos con algún otro auto en sentido contrario… Ella estaba segura de que la mataría… durante todo el trayecto no paraba de suplicarme que no la matara, asegurándome que no le diría a nadie lo ocurrido y que si quería podía llevarme al auto conmigo

Avizoré al frente una calle que desembocaba en unos terrenos de labor… me dirigí a ellos y conduje por una vereda… no más de cien metros, hasta que encontré lo que buscaba: un árbol de buen tamaño

Apunté el frente del auto hacia el tronco del árbol… me aseguré de que ambos lleváramos debidamente colocado el cinturón de seguridad… sujeté con toda mi fuerza el volante… bajé la velocidad aplicando un poco de freno… y

El impacto fue moderado… Lo suficiente para deformar aparatosamente el frente del auto...

Corroboré que no había nuevas lesiones en mi acompañante… conduje en reversa por la misma vereda

Llegamos de nuevo a su casa… observé mi reloj: eran las 5:10 a.m.

No era necesario abundar en explicaciones… entramos a su casa, estacioné su auto en la cochera, bajamos… Al entrar en su casa nuevamente ella pareció por fin entender que saldría bien librada de toda esta aventura

La conduje hasta la sala de su casa… la senté en el sofá y le pregunté: -"¿cuándo regresa tu esposo?-"... Ella no respondía, permanecía con la vista clavada en el piso… Le repetí la pregunta sentándome frente a ella… Ella respondió: -"Creo que el jueves"- Lo que le dije a continuación selló un trato tácito entre ella y Yo, le dije: -"¿Y, crees que se moleste cuando le digas que chocaste el auto contra un árbol del Boulevard?"- Ella me miró fijamente y de inmediato comprendió el objeto de mi cuestionamiento… -"No, no creo"- respondió resignada y un tanto desahogada ante la fácil salida que le proponía para explicar los golpes en su rostro.

Me levanté y me dirigí hacia ella, la levanté tomándola por el mentón… posé mis manos en sus nalgas… le besé el cuello mientras le daba el masaje final a sus portentosas nalgas… Le dije: -"Gracias mi reina, me la pasé súper"-.

Yo confiaba en que ella, al no poderle explicar a su marido el hecho de que me había embaucado dos veces con buenas cantidades de dinero (y quién sabe a quién más), preferiría decirle que, en el camino a casa había perdido el control del auto y había chocado de frente contra un árbol, golpeándose el rostro contra el volante… después de todo, había evidencia física que corroboraba éste hecho

Ella nunca me delató… pasaron los meses, paso un año, luego otro… cuando volvimos a vernos, en una cena familiar… nuestras miradas se cruzaron por solo un momento… no pude evitar una erección monumental al recordar lo que había vivido con esa real hembra y, supongo que ella también habrá recordado que, al menos le produje un buen orgasmo y que lo gozó en la medida de lo posible

Cuando un hombre como Yo toma la decisión de abusar sexualmente de una mujer, lo hace consciente de que llevar a cabo tal acción bien puede costarle la vida… No culparía a mi primo si decidiera llenarme el cuerpo de plomo… Seguramente Yo lo haría si estuviera en su lugar y supiera la verdad… Lo único que puedo decir ante esta aparente contradicción en mi pensar es que… Soy un animal… tan solo soy una bestia parlante… pero no dejo de ser una bestia al igual que todos Ustedes, lectores… La única diferencia entre Ustedes y Yo es que yo si me atrevo a jugarme la vida para conseguir algo que deseo intensamente, considero que la vida se debe vivir con intensidad, sin miedo… que los riesgos son parte de la vida y… que la muerte es también parte de la vida misma… así pues, cuando la muerte me tome del brazo, al menos pensaré que nunca me quedé con las ganas de hacer algo excitante, que nunca me dejé vencer por el miedo ni por lo estándares establecidos por la hipócrita sociedad

Cualquiera de Ustedes que se atreva a juzgarme lo que hará en realidad será demostrar un poco de su frustración… ¿será acaso envidia?, ¿Cuántos de Ustedes no han imaginado tener para si a una súper hembra y hacer con ella lo que les viniera en gana, cuántos lo han soñado, cuántos han estado a punto de hacerlo y no se han atrevido?... Yo si me atreví… y gané la apuesta… Estoy consciente de que, un buen día algo podría salir mal… y que eso pudiera costarme la vida… pero, ¿Para que es la vida, si no es para vivirla intensamente, para gozarla, para disfrutarla a nuestro gusto?.

Quien se rehúse a creer la veracidad de mi relato… no los culpo. Se muy bien que hay personas que no ven más allá de sus narices, personas que saben que el cielo es azul sólo porque "lo es" y que jamás se atreverán a cuestionar tales "certezas"… a esas personas les digo que tengan cuidado… que la vida es muy corta para vivirla a medias… y que si se descuidan terminarán haciendo honor a su actitud… se convertirán en simples presas.

¿Moral?... ¿De qué moralidad me hablan?... Es una cuestión de selección natural… no de moral.