Esto queda entre nosotros (1)

De repente vi el móvil de ella en la mesilla de noche, y descubrí una confesión que me cambiaría la forma de pensar sobre mi hermana.

Es un alivio estar de nuevo en casa, había sido un verano muy movidito. Me desperté y, como de costumbre, me puse a ver la tele, a mirar el móvil y, en general, perdiendo el tiempo hasta la hora de comer. Llamadme cabroncete, pero no me gusta levantarme de la cama pronto porque muy probablemente mi madre me pida ayuda en las tareas del hogar, y menos hoy, que estaba con una especie de depresión post-vacacional. Mi familia y yo pasamos unas bonitas vacaciones en la playa, digo bonitas porque el sitio era precioso, pero la verdad es que juntar padres con vacaciones no es la mejor idea. Mi hermana y yo estábamos deseando volver a casa, a nuestra vida de siempre.

Cuando llego a mi cama un ligero olor a carne asada me levanté, estaba muerto de hambre y tenía mucho calor. Cuando cruzaba el pasillo me fijé que la cama de mi hermana estaba ya arreglada, nos solíamos levantar a la vez en vacaciones, cuanto más tarde mejor. Me hice un poco el dormido al llegar a la cocina, donde ya estaba la mesa puesta.

- Cada día te levantas más tarde hijo, deberías retomar un horario más decente – Me dijo mi madre mirándome de reojo.

- Si, bueno, estaba cansado del viaje – Intenté desviar la conversación excusándome .

Mi madre se ahoga en un vaso de agua, siempre se preocupa por todo. Mi madre me tuvo bastante joven, yo acababa de cumplir la mayoría de edad y ella apenas tiene 39 años. Es mucho más bajita que yo, no llega al metro sesenta, tiene el pelo bastante largo y liso. Mamá se solía cuidar mucho, estaba siempre con una de sus dietas a pesar de no estar gordita, se preocupaba mucho por su piel y se echaba mil cremas, en fin, como os dije se ahoga en un vaso de agua y se come la cabeza con nada. Era morena, pero usaba tinte rubio, a pesar de que odio que se tinte el pelo, a ella le queda bastante bien. Me senté en la mesa mirando para los lados, estábamos ella y yo solos.

- Mamá, ¿dónde está Alba, y papá?

- Tu hermana se fue a casa de su novio, que la invitaron a comer. Papá tenía que arreglar papeleo y me dijo que comería por ahí.

Se hizo un silencio, aproveche para revisar mi móvil. Mamá trajo el caldero a la mesa y empezamos a comer solos, ella encendió la tele y yo comí en silencio sin levantar la vista del plato.

- Tu tía me dijo que si te apetecía ir hoy a su casa. – Rompió el silencio mi madre.

- ¿Por qué? – Pregunté con cara de sorpresa.

- Como que por qué, para que los veas, llevas 2 semanas de vacaciones y me lo dijo amablemente para que hicieses algo.

- Quería quedar con mis amigos, pero bueno, tampoco le voy a hacer el feo.

- Al menos está Marta – Me dijo intentando convencerme .

- Bueno, ya te dije que iba, luego hablo con ella por whatsapp para concretar una hora.

No tenía nada de ganas, tristemente tenía que ir a pesar de que prefería quedar con mis amigos. En lo que llevábamos de verano no había ido a casa de mi tía, pero solía quedarme los findes en su casa. Vivía tan cerca que podía ir caminando. Recogí la mesa rápido, y le envié un mensaje a mi tía para ver a qué hora quedar, y le dije a mis amigos que no iba a poder salir porque estaba revuelto del estómago, mejor mentirles que decirles la verdad en este caso. Me vestí para ir al gimnasio, llevaba varias semanas sin ir y las vacaciones me estaban costando caro en mi físico. Llamadme depravado o cosas así, pero me encantaba ir al gimnasio y hacer deporte, pero sobre todo me encantaba alegrarme la vista con las chicas que iban. Intentaba que no se dieran cuenta, miraba con disimulo, e incluso intentaba ni mirar para no sentirme tan viejo verde, pero siempre acababa echando un vistazo, supongo que sería la edad o que en todas las vacaciones no había tenido nada de nada con nadie.

Hacia las seis y media llegue a mi casa con mucha prisa, en parte porque había quedado en estar a las siete en casa de mi tía y no me había ni duchado. Llegué a mi casa y solté la mochila en la entrada, fui corriendo a elegir la ropa y fui al baño para ducharme rápido. Cuando crucé por el pasillo me di cuenta que mi hermana ya había llegado, pues su móvil estaba encima de la mesilla de noche, pero no le di mayor importancia. Cuando llegue a la puerta del baño me quede helado, estaba ocupado, toqué la puerta esperando que ocurriese un milagro.

- ¿Mamá?

- Soy yo imbécil, acabo de llegar. – Me dijo Alba desde el otro lado de la puerta.

- ¿Te queda mucho? Llevo prisa.

- Acabo de entrar – Abrió el grifo de la ducha – Te aguantas.

Mi hermana no era la persona más amable en el mundo, pero bueno, era mi hermana tenía que aguantarla. Alba era el cisne de la familia, era inteligente y muy guapa, era como mi madre, pero más joven, con la particularidad de que no se teñía el pelo de rubio. Varias veces me había fijado en su cuerpo, la había ojeado y reojeado, pero nunca se me pasó por la cabeza nada más que eso, era simplemente que me alegraba las vista con ella de vez en cuando.

- Estoy en mi cuarto, cuando acabes me avisas, date prisa por favor. – Dije desesperado al ver el reloj.

- ¡¡Vale!! Pero vete ya, pesado.

Cuando volvía a mi cuarto me paré un momento en la puerta del cuarto de mi hermana, mi madre habría salido a cualquier cosa porque no se oía nada más que el grifo de la ducha, en ese momento vi el móvil de mi hermana y se me vinieron a la cabeza mil pensamientos, pero al final me decidí, tome valor y me senté en su cama. Cuando iba a desbloquear el móvil me fije que tenía patrón de desbloqueo, pero ya había visto cuál era y no era difícil para nada, lo primero que hice es quitar la conexión wifi y los datos móviles, para que no se viese que estaba conectado, y me metí a whatsapp a ver sus conversaciones. La primera conversación que busqué era la de su novio, pero no la encontré, a lo mejor la había borrado o no habían hablado por aquí recientemente. La mayoría de conversaciones eran grupos de chicas, pero no tenía mucho tiempo para cotillear que estaban diciendo, entonces me fui directamente a las conversaciones directas. Revise un poco por encima, tenía una conversación con una amiga suya que me gustaba desde pequeñito, pero nada importante, en general todo era bastante normal. Hasta que me paré en una conversación un tanto rara con una de sus compañeras de clase, en la conversación ponía:

Alejandra : Tia que te pasa que no contestas – Enviado a las 23:31

Alba : Ahora te cuento uff – Enviado a las 23:39

Alejandra : Estas bien? Me tienes preocupada – Enviado a las 23:40

Alba : Tia le puse los cuernos a David… Estoy hecha polvo – Enviado a las 23:43

En ese momento me quede petrificado, la noticia me cogió muy por sorpresa. Entonces me apresuré a ver cuándo había sido esta conversación, hace 6 días… ¡¡Mi hermana había sido infiel a su novio durante las vacaciones en familia!! Proseguí leyendo:

Alejandra : Que hiciste alba… David no se merece eso – Enviado a las 23:43

Alba : Estoy de vacas con mi familia y con la excusa de ir a dar una vuelta conoci a un chico y paso lo peor – E nviado a las 23:45

Alejandra : Te lo tiraste? Que fuerte alba – Enviado a las 23:46

Alba : No, pero se la chupe, estoy muy nerviosa – Enviado a las 23:47

Me quede boquiabierto, mi hermana mientras mis padres y yo dormíamos se la estaba comiendo a un hombre que acababa de conocer, y parecía modosita. Cuando me puse a leer de nuevo oí de inmediato como el grifo de la ducha paraba, y deje todo más o menos como me lo encontré, cuidando los detalles, active de nuevo el wifi y los datos móviles, y dejé el móvil en la misma posición. Tenía una erección muy fuerte después de saber los servicios que iba haciendo mi hermana a los desconocidos, cuando abrió la puerta me apresuré a ir al baño y me intenté tapar con la ropa, para que no se diese cuenta de nada.

Cuando estaba listo le dije a mi hermana que me iba a casa de nuestra tía, ella ni me contesto, estaba ensimismada con el móvil hablando. Para mí mismo pensé “estará hablando con su amiga de los trabajitos que hace” pero me fui sin decirle nada. De camino a casa de mi tía intenté no pensar mucho en eso porque, obviamente, no quería llegar a su casa con un bulto en los pantalones. El marido de mi tía no estaba en la casa por motivos laborales, estaba en un viaje de negocios desde hacía una semana y no volvería hasta el próximo mes, así que pensé que no me haría esas típicas preguntas incómodas como “¿tienes novia ya?” o cosas similares. Nunca había tenido novia formal como tal, pero si había tenido amiguitas especiales y algún rollo esporádico, pero sinceramente me incomodaba que me lo preguntará constantemente. Junto a mis dos tíos vivía su hija: Marta, mi prima era más hermana mía que mi propia hermana, tenía mucha confianza con ella y siempre mantenemos el contacto, pero aun así al ser mi prima hay ciertos temas que me cuesta hablar con ella. Toqué el timbre, mientras echaba un vistazo a los alrededores, mi tía salió con una sonrisa y me abrió la puerta.

- No eres muy puntual Nacho. – Me dijo mi tía en un tono divertido.

- Es que mi hermana…

-No te preocupes hombre, es broma jajaja. – Me paso la mano por detrás del cuello y me invito a pasar.

Encontré en el salón a Marta, mi prima, comiendo palomitas mientras veía la tele.

-Si no te das prisa me las acabo – Dijo mientras señalaba las palomitas.

Me senté y cogí un buen puñado. Mi tía se fue para dentro, no sé para qué se fue, pero ni me lo pregunté, estaba muy a gusto viendo la película con mi prima. Marta, como os dije antes, es una de mis mayores confidentes y me llevo genial con ella, es de mí mismo año, pero nació unos meses antes. Le quedaba poco para cumplir los 19 años, tenía el pelo por los hombros, se lo cuidaba bastante. Tenía una cara preciosa, era bajita de estatura pero tenía unos pechos bastante considerables, en general mi prima era un bellezón pero nunca me había fijado en exceso, pues nuestra relación es sobre todo fraternal.

-¿Qué tal las vacaciones? – Rompió el silencio Marta.

- Bien, aburridas en general, pero muy bien.

- Pues vaya rollo jajaja, te faltaba yo para divertir tus días.

- No jodas, lo que me faltaba, que hubieses ido tú. – Le dije riéndome.

- No tendrás ese gusto majo. – Sentenció con un puño en mi hombro.

En ese momento en la película surgió una escena incómoda, donde los dos protagonistas hablaban si estaban o no depilados, yo me sentí bastante incómodo e intenté dejar la mirada perdida.

-¿Tú te depilas primito? – Me dijo viendo que me incomodaba.

- Cállate tonta. – Le dije acomodándome.

- Pero dime, ¿te depilas o no? – Me hice el loco. – No pases de mí, dime, a mí me gustan depilados pero no completamente, que si no parecen bebés.

Seguí sin hacerle caso, simplemente vi la película e intenté olvidarme. De repente, mi prima se acomodó en el sofá dejando a la vista, a través del short, un culito pequeño, pero bastante prieto. Miré sin querer, giré la cabeza inmediatamente, esperando que no se haya dado cuenta y que si se fijó que no me diga nada.

- Nacho. – Dijo rompiendo el silencio de nuevo.

- Di-dime Marta – Contesté muy nervioso.

- Ya acabó la película, y sigues mirando atentamente los anuncios, ¿estás bien?

No me había dado cuenta, aquella vista me había descolocado, pero le dije excusándome:

- Pensaba que te habías dormido y no quería moverme.

- ¡Anda ya! No me he dormido aún tenemos que hablar de muchas cosas.

- ¿De-de que?

- De nada en especial Nacho, como siempre, ¿qué te pasa? Anda vamos para el cuarto ya, apaga la tele.

Dirigiéndonos para su cuarto no pude evitar mirarlo de nuevo, nunca me había fijado el culito que tenía mi prima, era perfecto, redondito, invitaba a darle un azote. Mi tía se había acostado, porque las luces estaban todas apagadas. Cuando entramos al cuarto Marta se empezó a reír a lo que yo me quede bastante confuso, mire para abajo y ahí estaba… Mi bonita y llamativa erección. Me tapé rápidamente y avergonzado me senté donde pude.

- No te preocupes tonto, son cosas que les pasan a los hombres. – Mi prima me intentaba tranquilizar.

- Perdón Marta.

- No tienes por qué primo, es una chorrada.

- Te lo juro que no es por ti, lo siento.

- ¿Y por qué es? – Me dijo intrigada y mirándome fijamente.

- Por nada en especial, son cosas que pasan sin más – Le mentí, me puse así porque tiene un culo de sobresaliente.

- No me tomes por tonta, ¿qué te puso así?

Se dio un silencio muy incómodo, estaba muy nervioso y de repente me acorde del whatsapp de mi hermana, ese whatsapp donde le confesaba a una amiga que sus vacaciones no habían sido tan aburridas como las mías.

- Es que antes, en casa, miré curioso el móvil de Alba y… Me quede flipando. – Mi prima me miraba sin perder detalle. – Le puso los cuernos a David en las vacaciones.

- ¿¡QUÉ!? Cuenta cuenta venga.

- Pues… Le vi el whatsapp, no le digas nada eh, y vi como se confesaba con una compañera de clases.

- ¿Se lo tiro? Que fuerte.

- No, no. – Le dije parándola. – Solo se la chupo una noche.

- Jajaja así que la prima es una golosa eh jajaja.

Me quede sorprendido de la forma que se lo tomo, se reía a carcajadas, la erección no se calmaba y ya estaba sudando de los nervios. Sin querer había confesado los secretillos de mi hermana por justificar que mi excitación no era por mirar descaradamente los encantos de Marta.

- Y, ¿eso te pone así?

- … Sí. – Me declaré delante de ella con mucho nervio.

- Y, ¿por qué? ¿Por qué te pone que tu hermana utilice la boca para cosas así? Normalmente te deberías enfadar.

Lo curioso es que no sabía por qué pero pensar en esa escena me ponía a mil.

- No sé Marta, yo que sé.

- ¿Te pone que tu hermana coma pollas?

- ¡MARTA! – No me había gustado que dijese eso. – N o digas tonterías, imbécil.

- Si te molestas es que algo hay jejeje

- Cállate, por favor, te lo pido. Si, me gusta pensar en eso.

- No sé si callarme algo tan fuerte primo…

- No me jodas Marta, por dios, que me moriría por dos razones, por mirarle el teléfono y por excitarme con eso.

- Y, ¿qué gano por mi silencio?

- Hacer feliz a tu primo.

Se hizo el silencio incómodo de siempre, me tapaba con un cojín mientras seguía sentado. Marta se reía mirándome como sufría por haberle contado tal cosa. De repente empezó a andar a gatas hacía mí. La miraba atento intentando entender lo que estaba haciendo. Se quedo de rodillas frente mía, estaba muy nervioso y cachondo.

- ¿Te ayudo?

- No Marta, por favor, ya está. No me gusta esto ni un pelo, fue sin querer, vamos a dormir.

Me aparto el cojín, y mirándome me dijo:

- Hazme caso… O se lo cuento a Alba. – Estaba atrapado en su chantaje.

- Marta, ¿por qué haces esto?

- Porque quiero divertirme con mi primito.

Me agarro el bulto por fuera del pantalón, estaba muy excitado, ya no veía a mi prima, ahora solo veía a una zorrita con ganas de divertirse. Me desabrochaba el pantalón sin apartar la mirada fija de mi cara, me estaba excitando de sobremanera verla tan deseosa y dispuesta a chantajearme para sacarme todo. Metió la mano por mi ropa interior y saco mi polla, ya muy dura, y abrió la boca sorprendida.

- Wow, vaya vergota tenía mi primo escondida.

No podía abrir la boca, estaba encantado de esa situación.

- Y al final si que estabas depilado jajaja al final lo averigüé.

Cogió mi sexo por el tronco, y empezó a masturbarme lento. No apartaba la vista de mí, le encantaba tenerme chantajeado y pendiente de su mano subiendo y bajando. De repente, sin preverlo se inclinó, y se metió en esa boquita para el pecado un huevo.

- Mmmm, Marta, esto no está bien ahh, joder.

- No te resistas, disfruta. – Dijo intentando relajarme.

- Vale, lo intentaré…

Gemía muy flojito mientras llenaba de saliva mis huevos, se turnaba de uno al otro, los saboreaba. Su lengua era experta, le daba vueltas con la punta de la lengua repasando su forma ovalada.

- ¿Te gusta así?

- Uff sí, lo haces genial.

Se saco los huevos de la boca y paro la paja para mirarme y reírse, abrió la boca lo más que pudo, y bajo tragándose toda mi polla. Estaba en la gloria, tenía a mi prima comiéndome la verga como una profesional.

- No es la primera vez que chupas una. – Le dije curioso.

- No, ni la última.

- ¿Chupas mucho?

- Cuando acabe la mamada lo sabrás.

Chupaba a ritmo, lo hacía muy placentero, se escuchaba el típico sonido de cuando la punta llega a la garganta, y me estaba llenando la verga de su saliva. Estaba tan excitado que iba a correrme no en mucho tiempo, pero intenté aguantarme para disfrutar más.

- Quítate la camiseta Marta, anda. – Dije intentando ganar tiempo, para que parase la mamada y disfrutar más tiempo.

Se la quito lentamente, quería ponerme lo más cachondo posible, sin decirle nada también se quitó el sujetador dejando a la vista esos pechos que ya me había imaginado. Mi prima con esa relación tan fraternal que tenía no había despertado este deseo en mí, pero había entrado por la puerta grande. Esas tetas eran perfectas, de gran tamaño, pero sin ser desproporcionadas, no estaban caídos y tenía los pezones rosaditos, no sé por qué, pero entre eso y el pelo por los hombros me estaba volviendo loco esa escena con mi rabo erguido. De nuevo reanudo la mamada, era una profesional haciéndolas, sabía muy bien cómo hacerlas y ahora que teníamos una relación más cercana me tenía que contar todo lo que había hecho en el pasado.

- Mar-marta, chupa más rápido.

- Te gusta eh – Aumento el ritmo, la mamaba lo más rápido que podía.

- Joder sí, no pares que me corro, no pares por dios.

Comenzaron a salir chorros de semen sin que mi primita, ya no tan inocente, apartase la boca de ella, la seguía chupando y saboreando cada centímetro. Cuando acabe de correrme y ya empezaba a perder la erección aparto la boca, y me miró sonriendo. Abrió la boca enseñándome que no quedaba lechita en su boca.

- Marta, ¿te la tragaste?

- Sí primo, estaba muy rica jejeje. – Me dijo placentera.

- Uff Marta esto es una locura.

- Y, ¿qué más da? – En cierta manera tenía razón, lo pasamos bien ambos y ahora tenía una mejor relación con ella.

- Nada, pensándolo en frio esto es mejor de lo que pensaba. Ya me contarás donde aprendiste a hacer estas cosas.

- Jajaja más quisieras que te contase.

- Oye, no le cuentes nada a nadie por favor, ni lo del whatsapp de Alba ni de lo que paso en esta habitación. Por cierto, ¿eso de mamar rabos viene de familia eh? Jajaja.

- Eso parece, y tranquilo, que esto que acaba de pasar queda entre nosotros.

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Es mi primer relato, nunca había hecho nada parecido anteriormente, así que una valoración y un comentario para mejorar ayudaría y mucho. Si veo que tiene aceptación sacaré más partes.