Esto pasó ayer con un compañero de trabajo.

Andaba muy cachonda y quería una buena cogida.

Esto pasó ayer.

Desde que me desperté sabía que en la noche tenía que coger. Estaba caliente, quería me la metieran duro, rico, como la golfa que soy. Hace unas semanas tuve una fuerte discusión con mi novio porque encontró en mi celular unos mensajitos algo subidos de tono entre un compañero del trabajo y yo. Hace poco más de un año que tengo encuentros sexuales con él –coge delicioso- así que mi novio encontró varios mensajes. Evidentemente nos peleamos, yo le dije que era sólo un amigo y que malinterpretó las cosas, pero no me creyó y apenas comenzamos a hablarnos de nuevo; quién sabe qué pase entre nosotros, pero en fin el que busca encuentra.

Volviendo al relato, les comentaré que como estaba muy ganosa, me vestí como le gusta a Rodián –mi compañero cogelón- falda negra arriba de la rodilla, blusa rosa de botones dejando ver un buena parte de mis tetas y ropa interior blanca, pequeñita. Fausto y Nacho –otros compañeros de la misma área- me chulearon bastante y me hicieron una que otra insinuación, estuvieron cerca de convencerme, pero tenía ganas de coger con Rodi, así que los dejé con las ganas.

Después de la comida inicié mi insinuación, le envié un mensajito “Cómo estás? No se te antoja un queso en la nochecita?”, “Queso? Depende de qué tipo” me respondió. “Una rica Quesobadota…jejeje”, no se resistiría. “Esa siempre se antoja, Teresita. Qué? Andas calientita?”. “Siempre y más contigo, eres mucha tentación, Rodi”. “De qué tienes ganas, Tere?”. “De que me cojas. Quiero que me la metas…quiero tu v… en mi boca, en mi concha, quiero tu leche sobre mi, papito”. Necesito una buena cogida”. “Suena bien, Teresita. Nos vemos en mi casa o la tuya?”. “Vamos a un hotel.”.

Poco después de haber quedado con Rodián, me llamó mi novio –o ex novio- para invitarme una copa y platicar, pero le inventé que estaba cansada, que tal vez el miércoles o el jueves. Tenía ganas de coger no platicar. Finalmente, luego de estar saboreando la rica cogida que me esperaba, salí de la oficina y me dirigí al hotel que habíamos acordado. Cuando llegué, Rodián ya estaba ahí. Entré a la habitación, lo saludé con un beso en la boca y él me acarició las nalgas.

-         Cómo me encanta este culo.

-         Es tuyo, papito, todo tuyo.

-         Pues lo voy a disfrutar y lo voy a llenar de leche.

-         Sí, haz lo que quieras –me giró para restregar mi culo en su paquete. Me acarició las tetas sobre la blusa y la desabotonó lentamente mientras su paquete se endurecía.

-         Te vestiste como me gusta, Teresita.

-         Me vestí para ti –bajó sus manos a mi cadera, me levantó la falda acariciándome los muslos hasta llegar a mi entrepierna. Acarició mi conchita sobre la panty –era tan pequeña que algunos vellitos se me salían- mmmmmmm…qué rico.

-         Me encanta esta panty…se te salen los pelos…eres una guarra.

-         M-hm…soy una golfa y quiero que me cojas como tal, Rodi.

-         Estás empapada, hasta las piernas te mojaste, Teresita. Estás hinchadita, palpitante –yo movía la cadera hacia atrás para sentir mejor su endurecidísimo paquete. Tomé su mano y la metí en mi panty, para que me dedeara directo en mi conchita. Su otra mano estaba en mis tetas- quieres dedo? Quieres que te masturbe, chiquita?

-         M-hm…-le dije muy mimosa- síguele, Rodián, síguele, papito. Mi ex quería que nos viéramos hoy…pero

-         Pero querías verga, verdad? Querías coger, querías una buena verga dentro de ti, verdad? Querías andar de pu-ta, Teresita. Pues cuando quieras aquí tienes lo que te gusta, zorrita –eso bastó para tener mi primer orgasmo. En cuanto terminé me dijo que hincara y que se la mamara. Así lo hice, me hinqué le acaricié el paquete –que ya era inmenso- le abrí la bragueta, desabroché el pantalón, le bajé el boxer y saltó frente a mi cara su enorme herramienta. La acaricié, la olí y se la fui chupando poco a poco, luego se la mamé. Él me decía lo rico que se la mamaba y jadeaba un poco.

-         La tienes deliciosa…mmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…qué cosota tienes –se sentó en la cama, yo seguí mamándosela y él me quitaba el cabello de la cara para ver bien cómo se la estaba mamando.

-         Siéntate en mi cara, quiero hacer el 69, Teresita –me acomodé e hicimos esa posición que tanto le gusta. Me come el coño delicioso, así que ambos disfrutamos de nuestras boquitas. De repente era tanta mi excitación que ya no pude seguir mamándosela…me vine otra vez.

-         Ya métemela, Rodi, métemela, por favor. Ya no aguanto -me moví hacia el frente, acomodé su reata en la entrada de mi conchita y me senté sobre ella. Él acostado en la cama y yo montándolo dándole la espalda para que pudiera apreciar mis nalgas. Él me daba nalgadas y luego de un rato comenzó a estimularme el culito.

-         Así móntame, putita. Ay, qué rico, pinche Tere. Coges delicioso. Y qué rico culito…-me metió su dedo pulgar en el culo- te gusta? Te gusta el dedito en el culito?

-         Sí, papito, sí Rodián…dedéame el culo. Qué vergota tienes, cabrón, me vuelves loca.

-         Sí, déjate venir con esas nalgas tan ricas, Teresita.

-         Pégame! Dame nalgadas! Ay, así, así, papito. Qué rica vergaaaaaaaa!

-         Ahora voltéate, móntame de frente –me di la vuelta, él se sentó en la cama y sentí como su palo entraba hasta lo más profundo. Yo me incliné hacia atrás para sentir más. Él me quitó la blusa y el brassiere, después me lamió las tetas y me agarraba las nalgas con fuerza jalándome hacia él- Te acuerdas qué rico cogimos aquella vez en Vallarta? Ahí me las diste por primera vez. Cómo te llené de leche, Teresita.

-         Ay, sí, qué rico! De haber sabido te las doy desde antes.

-         Pues hay que aprovechar el tiempo perdido –empecé a moverme hacia delante y hacia atrás, en círculos y en ochos; él se concentró en mis tetas-

-         Te gusta como cojo, Rodián? Sí, papito?

-         Sí, coges de diez.

-         Te gusta metérmela? Te gusta mi conchita? Te gustan mis tetas?

-         Sí, Tere. Eres una zorra de primera.

-         Ahora cómo quieres metérmela?

-         Ponte de perrito. Me fascina verte las nalgas y el culo –me puse de perrito sobre la cama y él paró debajo de la cama, detrás de mi, me acarició un poco las nalgas levantando mi falda, luego hizo a un lado la panty y me la dejó ir de un solo golpe.

-         Ay, pero rica vergota tienes, papito. Me entra delicioso.

-         Disfrútala, Teresita, atáscate, zorrita.

-         Ay, sí, sí.

-         Así que ya descubrió tu novio que eres una golfa, no? Y te vale madres, verdad?

-         Sí, me encanta coger. Me encanta tener quienes me cojan, me llenen de leche…soy una golfa, una güila –Rodián me daba nalgadas-.

-         Me voy a venir, Teresita…-le apretaba la verga con mi panochita para sacarle la lechita ardiente.

-         Dónde te quieres venir, papito?

-         En tus nalgas…-sacó la pija y casi de inmediato me llenó las nalgas de su ardiente leche. Ahhhhh…qué delicia, me encanta llenarte las nalgas de lechita.

-         Mmmmmm…sí, que rico…calientita…-con su verga me embarró su semen en las nalgas y un poco en el culito- la tienes bien rica, Rodián –seguía acariciándome las nalgas con su reata que poco a poco perdía su dureza. Deslizaba la verga por el canal de mis nalgas llenas de semen. Me excité de nuevo al ver nuestro reflejo en el espejo, así que me di la vuelta y empecé a mamarle la reata, él se recostó y yo seguí tratando de reanimar su sabrosa herramienta. Él notó mi insistencia.

-         Qué haces, Teresita?

-         Reanimarte…mmmmmmmmmm…mmmmmmm…quiero más, Rodi

-         Quieres más? Quieres que te siga cogiendo?

-         M-hm…mmmmmmmmm…estoy muy caliente, Rodi…-lo miré con una cara de puta insaciable que rogaba por más sexo- cógeme –le acaricié la verga con mi cara ronroneando, mi cabello acariciaba su vientre y mis pezones sus piernas y ocasionalmente su verga- me vas a dejar con las ganas? –me di la vuelta para ponerle mi conchita en la cara y animarlo más.

-         Cómo me gusta tu coñito, Tere –se lo acerqué aún más al rostro-

-         Huélelo…saboréalo…-lo hizo unos minutos, después levantó un poco el torso y empezó a lamerme el culo, yo le lamía y chupaba la verga y los huevos, incluso alcanzaba a lamerle el culo, eso acabó de reanimarle la herramienta que tanto deseaba nuevamente- Me fascina que me saborees mi culito…qué delicia, papito…-en cuanto recuperó plenamente su erección aproveché su posición e hicimos la butaca –sentándome sobre él con mi espalda en sus piernas y mis piernas en su pecho. Después él se hincó en la cama y yo me senté sobre él- Ay, estás hasta adentro, papito…-él comenzó a estimularme el culo con su dedo índice- Me urgía una buena cogida.

-         Te hubiera armado una buena fiestecita en casa, preciosa.

-         Prefieres compartirme o te gusta ver lo puta que puedo ser? Eh? Te gusta ver cómo me la meten? Cómo saboreo una verga? –y le susurré- cómo me llenan de leche? –le lamí la oreja.

-         Todo eso. Me encanta lo zorrita que eres, lo cabrona que eres.

-         Métemela por atrás, Rodi, me encanta que me la metas por atrás –me acostó en la cama como si fuéramos a hacer las cucharas, pero no se acostó detrás de mi sino que se hincó perpendicular a mi posición (creo que a esa posición se le conoce como tornillo) y me penetró levantándome una pierna y dándome nalgadas. Las embestidas eran cada vez más fuertes.

-         Así lo quieres? Eh? Te la meto duro? Así te gusta, verdad Teresita, zorrita?

-         Sí, papito, así me gusta…ay, qué rico me coges, cabrón –las nalgadas eran más duras- así, así, métemela como la golfa que soy.

-         Andabas bien caliente, putita y no te bastó con una cogida, verdad? Pues ahorita vas a ver, pinche zorra –metió su pulgar en mi culito mientras seguía metiéndome su vergota en la panochita-.

-         Ay, cuidado, Rodi…ay!

-         No te hagas si te encanta que te dedeen el culo, Teresita.

-         Sí, me encanta…-su macana crecía aún más y se endurecía- a-a-a-a-a-a-a, sí, qué rico, síguele…me voy a venir otra vez, papito.

-         No tienes llenadero, Tere…pero ahorita te voy a atascar de reata como te gusta. Ya está aflojando tu culito, preciosa…-me vine de sólo imaginar qué me esperaba- ponte de perrita, güila –así lo hice, me pude en cuatro patas esperando su vergota- Ahí te va, chiquita.

-         Con cuidado, Rodi.

-         Cállate, putita y muerde la almohada si quieres –lentamente me penetró el culo con su enorme palo. Era la segunda vez que me la metía por el culo Rodián, ya que la tiene muy grande y la primera vez me lastimó un poco, pero esta vez estaba tan caliente que dejé que me la metiera de nuevo.

-         Ay, que rico

-         Tienes un culo delicioso, pinche Tere, apretadito pero deja entra la reata. Te gusta? Te gusta mi verga en el culo?

-         Sí, Rodián, me encanta tu vergota en el culo…ayayayay, despacito, por favor.

-         Apriétame la verga con el culito, Teresita…como tú sabes, zorrita. Así, así.

-         Vente, Rodi, vente, dame tu leche otra vez.

-         Ya quieres que me venga?

-         Sí, papito, vente en mi culito.

-         Primero te la voy meter en la panochita otra vez, Teresita –así lo hizo, se salió de mi culito y me la metió en la concha, pero volvió a meterme el pulgar en culo. Eso me vuelve loca y me puso a mil de nuevo- Así te gusta?

-         Sí, sí, dame verga duro, papi –las embestidas eran muy violentas- así, cabrón, rómpeme en dos…aaaaaaaaaaaaa

-         Satisfecha, zorrita?

-         Sí, papi, sí.

-         Dónde quieres echarme tu lechita ahora?

-         En tus tetas –se salió de mi, me acosté en la cama boca arriba, él se sentó sobre mi estómago levemente, le mamé la reata o él me cogió la boca y en segundos estaba listo para eyacular- Me voy a venir, Teresita.

-         Vente, papito, dame tu leche en mis tetas, en la cara, quiero saborearla –en efecto unos segundos después se vino llenándome las tetas y la cara de su semen. Igual que hizo la primera vez, embarró con su verga la lechita en mis tetas y cara y luego me la dio a lamer.

Nos quedamos recostados un ratito y luego me fui a la casa. Mi ex me llamó y le inventé que había estado en casa de mi mamá. No sé si lo creyó o no, pero ya me ocuparé de eso.