Esto no está bien

No podía imaginar que un dia de visita de mi suegra acabase de esta manera.

Cuando llegué a casa, mi mujer estaba terminando de preparar la comida. Había venido a pasar el fin de semana mi suegra, una mujer de buen ver, alta delgada de pelo castaño y buen pecho. A veces era simpática y otras muy seria y fría.  Hoy se la notaba algo más alegre de lo habitual. Mi mujer salió a comprar algo para terminar de hacer la comida, con lo cual me quedé solo con mi suegra. Por cierto, se llama Rosa...

-Qué calor hace Raúl, pon un poco el aire acondicionado-  me dijo mientras quitaba unos trastos de la mesa.

-Sí, si hace calor, ahora mismo pongo un rato el aire acondicionado Rosa.

Ella se sentó en el sofá y encendió la tele, llevaba un vestido que la llegaba un poco por encima de las rodillas, no era muy largo pero tampoco muy corto, yo me senté en el sillón de al lado y empecé a observar sus largas piernas de aspecto suave. Enseguida noté como su mirada se clavaba en mí.

Rápidamente cambié la vista de sus piernas al monitor. Notaba su mirada fija en mí, me sentía muy cohibido.

-¿Te gustan mis piernas? - Me preguntó en un tono muy pícaro.

  • sí, tienes unas piernas realmente muy bonitas Rosa- dije finalmente casi en voz baja.

-¿Las quieres tocar? No muerden-

Sin pensarlo dos veces pasé mi mano derecha por su pierna izquierda, despacio, recorriendo su piel suave.

Ella me agarro la mano, y empezó a llevarla a su zona más intima, levantando lentamente su vestido. Con la yema de mis dedos rasgué sus bragas, eran de encaje, empecé a dibujar pequeños círculos.

Soltó un pequeño pero intenso gemido.

Se levantó del sofá, me agarro de las manos y fuimos al dormitorio, comenzamos a besarnos, a tocarnos y manosearnos.

-Estoy muy cachonda Raúl, llevo mucho sin tener nada con ningún hombre desde que murió mi marido...

Lentamente se desvistió, quedándose solo con su sujetador y sus bragas a juego. Se puso de rodillas y me bajó los pantalones, y después los calzoncillos.

Estaba desenfrenada, cogió mi polla, la recorrió con sus labios carnosos y la introdujo en su boca. Notaba como con la punta de su lengua recorría la puntita, cada movimiento suyo al recorrer mi pene era una leve descarga agradable en mi cuerpo, un verdadero placer.

Se levanto y nos acostamos en la cama. Yo también quería saborear su dulce y experimentado fruto. Se tumbo encima de mi, y siguió lamiendo mi polla mientras yo introducía mi lengua en su mojado coño. Lo saboreaba, lo recorría mientras ella disfrutaba de mi trabajo y yo del suyo.

Se incorporó y se puso a gatas en la cama.

-Dame Raúl, métemela entera, quiero sentirla muy dentro- decía con voz jadeante.

Me puse de rodillas justo detrás, agarré mi miembro, lo introduje fuertemente, tan fuerte que se le escapó un gemido, creo que dolor. La agarre del culo y empecé a embestirla, despacio, para que la sintiera bien, empecé ha darla mas rápido y fuerte.

Notaba como me mojaba la polla, su coño estaba ardiendo. La embestía una y otra vez. Estaba a punto de vaciarme, entonces se echo hacia delante sacando mi polla de su interior, se giro y me la empezó a comer rápido, mientras me miraba a los ojos, y fue ahí cuando vacié mi esencia en su boca…

No estaba bien, me acababa de follar a mi suegra…