Esto hay que repetirlo

Después de la primera vez en el área de descanso, quieres repetir. pero quieres más.

ESTO HAY QUE REPETIRLO

(Primera vez en el área de descanso 2.)

Han pasado ya más de dos meses. Cada vez que volvemos del motel de carretera donde te gusta poner los cuernos a tu marido y pasamos cerca del área de descanso, sale la misma conversación. Lo morboso que fue… lo bien que te lo pasaste, lo emocionante… Siempre hablas de la misma historia.

Miras de reojo. Sé que quieres, pero no te atreves a decir nada. Lo deseas. Cada día más. Y no sabes cómo pedirlo.

Hemos parado varios días, pero no ha pasado nada. O no eran las horas adecuadas o no hemos tenido suerte. O simplemente no hemos esperado lo suficiente. Aunque ahora con el calorcito del verano, se ve más gente.

Este puente tu marido tiene ruta. Todo el viernes, sábado y domingo libre. Nada más saberlo pienso para mí que hay maquinar algo nuevo, distinto, más fuerte. Siempre pides más. Otra cosa, algo diferente. Algo retador. Y se me ocurrió durante la cena.

-. El próximo sábado saco la moto. Ya te mandaré un e mail desde el trabajo y te diré cómo te tienes que vestir y qué ropa te vas a poner.

Sé que pasarás estos días dándole vueltas a la cabeza. Cada día más caliente. Sé que lo imaginarás de mil formas. Que te masturbarás pensando en ello…

Y por fin llegó el e mail. “Mañana pasaré a buscarte con la moto sobre las 20.30”.

Aun es de día. En moto, el paseo es agradable. Tardamos una media hora. Tal vez algo más. Lo suficiente para que comience a caer el sol.

Me desvío de la autopista. Una carretera comarcal. Una casa abandonada cerca. Fuera de la vista de todos. Además, no hay coches ni nada. Ideal. Paramos. Vemos la puesta de sol. El final del atardecer. En una hora, o puede que menos, comenzará a anochecer.

Te cambias, bueno más bien te desnudas.

Fuera pantalones. Una faldita mini, mini, mini corta. Casi enseñas hasta el coño. Fuera bragas. Sí fuera bragas. Por detrás se ve el nacimiento del culito, por delante el coño….

-. Ummmm

Arriba es fácil. Te doy mi camisa vaquera, la de los corchetes. Sabes que, con un simple tirón, estará abierta de par en par. Esa es la idea.

Pero nada de sujetador. Encima si quieres, ponte la chupa de motera para el viaje, pero en cuanto paremos fuera cazadora. Escoge si la camisa o solo la chupa sin nada debajo.

Te tapas como puedes al subir en la moto. Todo el muslamen al aire. Espatarrada veo tu coño. Te morreo, te sobo, te masturbo un poco, te caliento.

-. Estás impresionante, para sacarte una foto de revista porno.

Casi ya es de noche. Aún es pronto, te digo. Nadie te ve, pero sé que te pone estar medio desnuda exhibiéndote. Tu coño no miente. Te giro. Te colocas mirando hacia atrás, recostada sobre el depósito. Me ofreces las tetas. Lamo tus pezones. Acaricio suavemente tu empapado coñito. La cabeza sobre el manillar. Te dejas masturbar hasta que un pequeño orgasmo te sacude.

Algo más relajada te colocas. Tienes que subir aún más la minifalda. Tu coño está directamente sobre el asiento. Todo el muslamen al aire…

Arranco. Sé que la vibración de la moto te hará cosquillas ahí. Te pegas a mí. Siento la presión de tus tetas en mi espalda. Me abrazas. Me sobas el paquete.

Paramos en el área de descanso. Parece que hoy tendremos suerte. Hay unos cuantos coches aparcados. Los cascos directos a las maletas de la moto. La chupa también. Hay luna. Casi llena. No hay nubes. Buena visibilidad.

Rodeamos las mesas. Una familia cenando. Un par de camioneros sentados fumando. Los tíos han vuelto la cabeza para mirarte. Abrazada por la cintura vamos caminando hacia los arbustos, por detrás de la caseta, cerca del canal. Hay algunos hombres paseando.

Te agachas como si fueras a mear. No puedes. Desabrochas el lateral y me das la faldita. La camisa te queda grande, como si fuera un vestido.

-. Voy a guardarla en la moto. Te dejo sola un instante… a ver qué haces so guarra…

Sonríes con picardía. Varios hombres te miran con disimulo.

-. Te espero aquí…

Nada más verme volver te agachas. Se te ve todo. Has aprendido el juego. Meas. No esperas a que esté a tu lado.

Te observo algo alejado. Hay un tío que no te quita ojo. Se está poniendo las botas. Cuando estoy a tu altura veo que le sonríes mientras te levantas y limpias con un pañuelo de papel.

Como si no hubiera pasado nada, caminas agarrada a mi cintura. Disimuladamente vamos hacia la zona donde hay más arbustos, donde el primer día, donde pensamos que puede haber más gente.

Nos vamos morreando. Mi mano va de una nalga a otra, levantando la camisa. Un botón fuera, dos… Te vas lanzando. Pasamos cerca de dos tíos que caminan fumando en silencio.

De vez en cuando paro, te morreo. Te sobo descarado las tetas cuando sé que nos miran.

Detrás de nosotros viene un tío. Insisto en pasar la mano de una nalga a otra. Todo tu culito está al aire, seguro que te le ha visto entero. Recojo un poco la camisa. Se te verá la mitad.

Uno viene de frente. Suelto más corchetes. Se oye el “clic”, “clic”. Tienes casi todas las tetas al aire. Te mira con descaro. Le sonríes. Se queda quieto detrás. Lo sé porque no oigo sus pasos. Te estarán viendo los dos.

Me preguntas si te están mirando, si les veo. Vuelvo mi cabeza un instante. No les veo. No sé dónde están. Intuyo que se han apartado un momento del sendero.

Nos retiramos un par de metros del camino. Te recojo más la camisa. Todo tu culo está al aire, te morreo y abro la camisa de par en par. Ahora también lo están tus tetas. Te las meneo. No les veo. Aunque sospecho que muy lejos no están. Seguimos andando.

Te voy sobando. Hay arbustos y matorrales a los dos lados del camino. Cada vez está más oscuro.

Ahora sí les he oído. Te giro lentamente.

Están frente a ti separados, cada uno a un lado del camino, pero frente a ti. Es una zona de cruissing gay pero estos dos deben hacer a todo.

Uno se toca por encima del pantalón. Desde atrás beso tu cuello y sobo tus tetas. Las levanto y se las enseño. Estiro los pezones. Te los pongo bien de punta. Una mano baja a tu coño. La siguen con la mirada. Te masturbo. Estás mojada.

Cada vez se ve menos. Hay menos luz. Eso significa que el juego se aproxima. No te lo he dicho. No hace falta. Los dos sabemos que hoy va a ser más fuerte que el del otro día.

-. Joder… tienes el coño encharcado… Te gusta que vean lo guarra que eres… Lo digo en voz alta. Quiero que me oigan.

Jadeas cada vez más escandalosa.

-.¿Te gustaría ver sus pollas? te pregunto al oído susurrando…¿Quieres que te toquen? ¿verdad que sí?... Se lo voy a decir…

-. ¿Qué? ¿qué les vas a decir?... Preguntas medio ida, con los ojos cerrados.

-. Pues eso…. Les voy a decir que se las saquen… que te toquen… que te soben… que hagan contigo lo que les dé la gana… Quiero verlo…

No contestas. No hace falta. Te dejas sobar y masturbar. Te estás poniendo a tope. Gimes. El mínimo roce hace que te convulsiones.

Y por fin lo dices…. No sé si es una pregunta o una afirmación… solo gimes.

-. ¿Me vas a hacer follar con ellos?

-. Sí, en cuanto se acerquen, te digo convencido de ello.

Un prolongado suspiro. Gimes…

-. No te importo nada… Me tratas como una puta, dices de repente entre jadeos.

-. Si zorra… y me encanta… contesto tajante, aunque lo digo algo asustado, temiendo que se rompa el encanto y nos vayamos.

Jadeas. Cada vez más. Noto tu calor y tu humedad en mis dedos.

-. Vale… Si es lo que quieres… Soy una zorra... una guarra… una puta…. Pero solo soy tuya… soy tu puta… Solo para ti…

Uno ya la tiene fuera y se masturba enseñándote presumido su rabo tieso.

-. Mira guarra… mira su polla…. So puta… Les estás poniendo a mil… ¿Quieres follar con ese o con el otro? … Escoge guarra…

-. Pe, pe, pero… ¿de verdad quieres verme follar con otro?

-. Si…vas a follar con otros para que te vea… Pero espera…espera… A ver cómo me obedeces…Quiero ver lo puta que eres. No vas a follar con ellos… ellos te van a follar a ti… Te voy a vender… Te voy a convertir en mi puta de verdad. Quiero que me lo digas…

Gimes…te masturbo con más fuerza, con más rapidez. Por tu forma de jadear puedes estar cerca… muy cerca de correrte.

-. Si… soy... tu… puta… Entrégame si quieres… Haré lo que tú quieras… Me dejaré follar para ti…  Solo te pido que no dejes que me hagan daño….

Casi ni puedes hablar… Esto ya es imparable. Estás empezando a correrte.

Tus temblores, tus convulsiones solo significan una cosa. Te estás corriendo…

Te recuperas un poco y te vuelves hacia mi…. Nos besamos…

-. Cuando quieras me dices...

Te quito del todo la camisa. Estas completamente desnuda.

Hago gestos para que se acerquen. Y luego hago el gesto del dinero con los dedos… Me miras perpleja.

-. ¿De verdad me vas a… a vender?

Asiento con la cabeza.

-. Eres mi puta… acabas de decírmelo.

Uno saca la cartera. Dice que no quiere follarte, solo quiere sobarte las tetas y que se la mames…

El otro no… El otro no quiere hacerte nada… Solo mirar… El tercero… ¿El tercero? Sale de su escondite. No le habíamos visto. Ese quiere más, quiere follarte, literalmente dice, “joderte el coño” … Solo el oír esa burrada ha hecho que toda la piel se te erice.

No te mueves, no sabes qué hacer. Yo sigo tocándote el coño y las tetas.

Cada vez está más húmedo…. Te ofrezco…

-. Vamos puta… Decídete… Quiero ver cómo te follan… te digo susurrando al oído,

Coloco mis manos en tus nalgas y suavemente te empujo en su dirección. Quiero verte follar…te repito murmurando.

Recojo el dinero… Veo cómo te dejas colocar a cuatro patas en la hierba. El de atrás, el escondido, no pierde el tiempo. Se pone la goma y directamente a metértela.

Un pequeño grito y ya la tienes dentro. Toda. Entera. Estocada completa. Hasta los huevos. No me extraña que haya entrado tan bien. Estás calada y súper excitada. Tu coño tiene que estar abierto de par en par.

Alucino mirándole. Joder con que ansía te folla, no sé si va a aguantar mucho. Me miras. La boca entreabierta. Los ojos como platos. Te está gustando. Tu cara no puede mentir. Gimes, escandalosa. Es fascinante el baile de tetas colgando. Menudos meneos.

El otro te soba como puede. Se arrodilla a tu lado. Parece que no se puede esperar. No me extraña que no pueda aguantarse. Intenta agarrarte las tetas. Es complicado con esos meneos. Termina metiéndote la polla en la boca. No le has dicho que no, no has vuelto la cara en ningún momento. Al final te va a gustar esto.

Saboreas la polla del desconocido. Sé que no es muy higiénico, pero… Tu primer trio, pienso sonriendo.

Te miro, me gusta verte así… Un objeto, agujeros para meter la polla… Estoy súper excitado. No puedo aguatar mucho más. Me da algo de palo, pero…. qué más da. Rodeado de mirones y pervertidos, me la saco y te la enseño. La miras.

-. No te distraigas puta, dice el que pagó para que se la comieras. El otro no para de darte viajes.

Tú, sumisa, te dejas empotrar y al mismo tiempo permites que te sujete la cabeza y te la incruste más. Hay algunas veces que te la mete hasta los cojones. Menos mal que no es una polla gigantesca que si no te ahoga….

Bufff… La escena va subiendo de tono.

Cada vez hay más mirones. Algún gay pasa, lo ve y sigue su camino. Otros se paran un poco, te miran sonriendo y siguen. Dos tíos se morrean y se soban el paquete mirándote, les anima la escena.

-. Esto se está llenado de gente... El que quiera que pague, que no es gratis. Digo en voz alta.

Uno de los mirones se acerca a mí con su polla tiesa. ¿Quieres que te los espante? . No espera contestación, aleja a todos menos a uno. No, menos a un par de ellos que han dicho que pagarán… Se pone a mi lado…

-. ¿Es tu mujer? Pregunta.

-. No … es mi puta.

-. Si…Eso ya lo veo... Se ríe… Es algo más que tu puta…. Dice.

-. ¿Tu amante?

Joder qué pesado es el preguntón…

-. Te he dicho que es mi puta y basta. A ver, te gusta mirar como la follan ¿verdad?... Pues cállate la boca. Si no te vas y punto.

En ese momento noto su mano en mi polla… le miro….

También tiene la suya fuera y se está tocando. Se la miro con el mismo descaro que te mira a ti o mira la mía. Es grande. Recta. Se nota durísima. Suavemente, despacio me masturba…

El que la tiene en tu boca comienza a gruñir. Menudos meneos. Te empuja, se retuerce, te empuja… Cuando me acerco ya se ha corrido. No he podido verlo. Te ha dejado la cara toda pringada…

El otro parece que va a llegar dentro de nada. Impresiona ver qué empujones te da. Te sujeta por las caderas, si no, creo que te caerías.

Jadeas. Gimes. Gritas. Sé que no finges. Te está haciendo gozar. ¡Joder qué pintas tienes! Solo te quejas de las rodillas. Las tetas te bailan locas.

Terminas por gritar de placer.

Se acerca otro. Me da un billete y le hago una seña afirmando. No sé lo que quiere, pero me da igual. Ha pagado… Solo se pone delante de ti, no deja que toques su polla. En medio minuto se corre frente a tu cara llenándote otra vez de semen. Seguro que algún chorro te ha entrado en la boca. Babeas saliva y semen. Si… algo te habrás comido.

Por fin el de atrás parece que se va a correr…

-. ¿Quieres tragarte su corrida? No da tiempo a responder a la pregunta…. Se corre. Jadea unos instantes. En cuanto se recupera un poco, se retira y ni un simple adiós. Se ha salido de ti, pero sigues a cuatro patas.

Otro la tiene ya lista. Una mamadita por cuenta de la casa y puedes follártela. Le digo.

No es una gran polla. Solo el que me toca la mía, el preguntón la tiene, digamos, algo más grande de lo normal. No son pollas escandalosas como tú querías en tus fantasías…

Te la meten. Un chillidito. Otra vez el baile descontrolado de tus tetas…

Miro de reojo la polla del preguntón. Bueno. Bien mirada… Es bastante más grande de lo normal.

Se da cuenta. Se la sujeta por la base y la mueve. Es grande. No es un disparate, pero creo que es la más grande de todas.

Al oído me susurra “tócamela… no te quedes con las ganas” … Me anima. Me provoca.

¿Y por qué no? Me digo, ¿Curiosidad? ¿Vicio? ¿Morbo? Y lo hago. No lo sé, pero lo hago…. Nunca se la había tocado a un tío. Es una sensación extraña. No me desagrada. Está durísima, tremendamente dura…

-. Joder tío, le digo. ¿No te apetece follártela? Solo por ver la cara qué pone si la metes esto merece la pena. Te dejo que la empotres un poco….

-. No…. Prefiero otras cosas… dice apretando con más fuerza mi rabo… Y sin más se agacha besando la punta de mi polla y recogiendo con la lengua una gotita de mi semen. Con mi pene en su boca ladea la cabeza mirándome.

Sin perder detalle de cómo me la está comiendo, me miras sonriendo.

¿Me la chuparás tú o él?  ¿Y por qué no los dos? Pienso.

Le hago parar. Se incorpora. Me acerco a tu cara. Alargo el brazo y tiro de su polla hasta que se pone a mi lado.

Miras. Al principio con cara de sorpresa. Luego sonriendo. Se la sobo. Sopeso los cojones. Te la estoy enseñando. Él está en la gloria. Cierra los ojos y jadea. Recorro su aparato un par de veces de arriba abajo. Acaricio con suavidad sus huevos.

-. Es grande... Susurras.

-. Bastante más grande que la mía so puta.

De gruesa, a lo mejor es el doble. Nada más acercártela te lanzas a chupársela. Te atrae.

Hago que las alternes. Primero la de él y luego la mía. Él se deja hacer. El de atrás te folla con más ímpetu. La escenita parece que le gusta.

-. Espera, me dice y se desnuda del todo.

Tu boca va de una polla a otra. Intenta besarme no le dejo. No quiero. Pero aprovecho y empujo sus hombros hacia abajo. Le pongo junto a tu cara. Ahora mi polla va de una boca a la otra. Me la chupáis los dos.

El que te está follando gime escandalosamente…. No me extraña… menudo cuadro… Por los empujones que te da, no debe faltar mucho. A ti parece que tampoco.

Cuando se corre no aguantas más. Te tumbas estilo misionero sobre la camisa. Se acerca otro. Paga. Otro te folla. Es el tercer rabo que visita tu coño. De momento va ganando tu boca. Cuatro a tres.

Este último te ha pillado a punto. En dos minutos te estás corriendo. Retorciéndote de gusto. Moviendo la pelvis descontrolada. Clavándole las uñas en el culo para que te la meta más adentro… Tu baile de caderas hace que dure poco.

Se retira de ti dejándote tumbada, espatarrada más bien. Jadeante. Respirando a borbotones. Como si vinieras de correr. Estás preciosa.

Nos colocamos uno a cada lado. Sobamos tus tetas. El corazón te sigue latiendo a mil por hora. Te damos las pollas para que las vuelvas a chupar. El preguntón sujeta tu cabeza, te la gira y mete su rabo. Se acaricia el culo. Veo como él solo se mete un dedo por el ano.

Se tensa. Me mira. Asiento con la cabeza. Te obliga a comértela entera. Se va a correr. No te apartas. Ni me miras. Se la sujetas y empiezas a tragar. El semen te sale por la comisura de los labios. Sonríes con picardía. Te relames sacando la lengua con cara de lujuria.

-. Joder tía… Te has convertido en un come pollas de primera. Ya no te da asco. ¿Eh?. Has pasado de no querer ni verlo a no desperdiciar ni una gota.

No se viste. Se levanta y se acerca a unos matorrales. Directamente se pone a cuatro patas mirando hacia nosotros. Hay un tío esperándole con la polla fuera. Sabe que se la van a enchufar, le van a sodomizar.

-. Quiero verlo.

No le bailan las tetas, le cuelga el pollón a medio gas y los cojones recién vaciados. Los empujones son bestiales.

-. Ven aquí cacho puta.

Hago que te acerques. Haré lo mismo que te hicieron a ti, metérsela en la boca estando a cuatro patas mientras le follan.

-. Quiero que te morrees con él. Sí así con la cara llena de semen.

Los dos sonríen. Tú te colocas y obedeces. Os morreáis. Te lame el rostro entero. De vez en cuando una mano agarra tus tetas por debajo y te las estruja. Parece que le gustan.

Me desnudo. Me pongo detrás de ti. Te rozo… Estoy a mil por hora…

-. Agáchate más zorra… cara frente a cara.

Me gusta ver al preguntón-sodomizado y a ti morreándoos…

La visión desde atrás de tu cuerpo es espectacular. Los hinchados labios asomando por debajo. Tu coño brillando por tus jugos… Tus dos entradas accesibles. ¿qué agujerito escojo? ¿Te desvirgo el ojete?

Estoy a tope y no aguantaré mucho pienso… Unos cuantos roces y ya la tengo a tope. Disfrutaré mucho pero poco tiempo… Dudo. Abrirte el ojete allí mismo. ¿Humillarte más?. No creo que si te doy por el culo te humille más. Como mucho te haré chillar delante de estos dos. Puede que atraiga nuevos visitantes… Me excita la idea. Pero estoy a tope. Decido reservarlo para otra ocasión.

No necesito empujar mucho. Coloco el capullo a la entrada. Entra entera al primer empujón. Estás abierta. Lubrificada a tope. Le tienes encharcado. Mi polla chapotea en tu coño. Te follo despacio. Lentamente. Quiero disfrutar de cada milímetro que te meto. Una delicia. Te gusta. Vuelves a jadear. Meto una mano por dentro. Toco tu clítoris.

Me siento sobre los tobillos. Tu te la clavas. Meneas las caderas. Le ofreces las tetas al preguntón.

Tus fluidos me mojan. Consigues alcanzar otro orgasmo.

Vuelves a besarte con el preguntón. Vuelve a sobar tus tetas. Tu alcanzas a coger su polla morcillona y empiezas a masturbarle.

La saco y justo cuando os estáis morreando, aprieto las cabezas y la coloco justo en medio de vuestras bocas. Siento las dos lenguas. Los cuatro labios. Sin avisar ni decir nada me corro en medio. Salpico las dos caras al tiempo y os reparto el semen con mi polla. Lucháis por él. Vuestras lenguas se pelean en un intenso y obsceno morreo.

La idea le gusta al sodomizador y me imita, pero su polla huele mal. Y supongo sabrá peor. Sonrío viéndoos. Es divertido ver cómo las lenguas, los labios compiten por chupar la polla sucia hasta que se desinfla del todo.

El preguntón ha manchado tu mano. Algo tus tetas. Un hilillo cae de tu pezón. No podrás catar ese cañón pienso divertido.

Caes rendida en la camisa. Espatarrada. Sucia. Jadeante. Visto y no visto, desaparecen. El preguntón no ha dicho ni adiós. El otro un gesto con la mano.

Como si no hubieran estado allí…

En un par de minutos no hay nadie. Confiesas que estás reventada.

Recojo mi camisa vaquera toda sucia y caminamos. No merece la pena. Lo hago por no dejarla allí tirada. Volvemos andando hacia la moto.

Te hago pasar completamente desnuda por toda el área de descanso.

Dos camioneros se acercan, vienen de frente. Me acerco. Tú te quedas detrás.

Solo oyes el final de la conversación.… Uno se agarra el paquete. Da la impresión de que está muy bien armado.

El otro, el más gordo, te está comiendo con la mirada. Te tapas disimuladamente los pechos y te giras un poco ocultando el coño. ¿Te ha entrado la vergüenza de repente?

Me acerco y te lo cuento: Me pagan bien… Quieren una hora a solas en la cabina...¿Quieres ir ? pregunto irónico.

Agachas la cabeza. Ya no sonríes. Estás seria. Creo que el juego se ha terminado. Cuando les voy a decir que no, que nos vamos, te oigo a mi espalda.

-. Espera…

Me vuelvo alucinado. Asientes. Te limitas a confirmarlo con un simple “soy tu puta”, tu eres el que manda.

Me quedo a cuadros. Alucino. Flipo en colores. Nunca entenderé esa sumisión, el enganche que tienes conmigo. Estás encoñada como no lo ha estado nunca ninguna mujer de mí. O estás majara perdida vamos. O… te gusta, disfrutas con ello y lo único que necesitabas para hacerlo era un empujoncito…

-.¿Estás segura? Creo que te van a follar como nunca… a lo bestia… como a una puta de carretera…

-. Soy tu puta, repites, me lo llevas diciendo toda la tarde. Te parecerá poco lo que me has hecho hacer… Iré con ellos… Pero por favor… diles que no me hagan daño… que se la chuparé, que me follen las veces que quieran… pero que no me hagan daño…

Asiento. Me dirijo a ellos y lo digo en voz alta para que tú también lo oigas.

-. Vale… dos horas en la cabina. Eh, ya la habéis oído, joderla como queráis… Dejádmela bien follada… Menos pegarla y hacerla daño, podéis folladla como os dé la gana.

Todos, todos los vehículos aparcados te han visto. Y ahora te verán subir al camión…

Un camionero, el más gordo abre la puerta del camión. Te mira de arriba abajo sonriendo. Te sujeta por los hombros y te hace girar. Te está examinando. Sientes sus manos como palpan tus nalgas, como te agarran las tetas. Sigue sonriendo con cara de baboso putero. Vuelve a sujetarte por los hombros y te sacude. Quiere ver como se menean tus tetas. Lo repite divertido.

-. Buenas domingas, dice mirando a su compañero sopesando uno de tus pechos.

El otro desde la cabina te da la mano. Te ayuda a subir.

Cuando has subido un par de peldaños, cuando tus nalgas están casi a la altura de su cara, te da un sonoro azote.

-. ¿Y este culito? ¿Podemos joderla también por el culo?

Vuelves la cara aterrada. Te miro…

-. No… Por el culo no… Es virgen… Me ha dicho que su marido no la ha estrenado por aquí… Pensaba hacérselo yo.

-.¿Su marido?

-. Si… Esta puta está casada con un camionero. Él se folla a las de los puticlubs y ella ya ves…

Sé que el nombrar a tu marido camionero ha sobrado. Lo he dicho para provocar que te follen con más saña. Se van a vaciar los cojones muy a gusto.

-. Así que casada con uno de los nuestros… dice con tono irónico mientras te separa las nalgas.

Veo cómo se chupa el dedo índice. Lo acerca a tu ojete y presiona. Apenas te ha metido un poco.

-. Joder va a ser verdad. Lo tiene muy cerrado. Parece que a esta puta todavía no se la han follado por el culo. Esto está estrechito… Muy estrechito…

Lo ves venir. Intentas bajar, pero su compañero tira de tu pelo y te aplasta la cara contra el asiento. Su mirada lo dice todo. Sus ojos están inyectados de lujuria.

-. Quieta puta, de aquí no te mueves, dice chillando.

Esta vez el azote sí ha sido sonoro de verdad. Has gritado. Te ha dejado marcada la mano. Ha tenido que doler.

Estiro la mano. Miro el billete. Te miro. Estás más que asustada. Sin soltar tu cabeza se la saca. La pone delante de ti. Miras boquiabierta. No es una gran herramienta, pero da la impresión de estar durísima.

Te resistes, intentas bajar. Te amenaza con darte un bofetón.  Su gesto es suficiente…

Lloras…

-. Por favor… no les dejes…por ahí no… este la tiene muy gorda… por favor, por favor, me van a hacer daño…

Los dos se ríen.

Sin soltar tu cabeza se gira y se sienta al borde del asiento de copiloto. Te hacen apoyar los pies en las escalerillas de la cabina del camión. Su polla está a la altura justa. Se ayuda de la otra mano y aprisiona tu nuca. No necesitas que te diga nada. Abres dócil la boca.

Empuja. Oímos tu tremenda arcada. Literalmente te la mete hasta la garganta. Te ahogas. Te agitas, te mueves desesperada tratando de liberarte. Luchas contra sus brazos. Intentas apartarte. No puedes.

-. Respira por la nariz so guarra, te grita aplastando aún más tu cabeza contra su pubis. Eso es zorra… así… tranquilízate y cómetela…

Mirándome con chulería me “riñe”: -. Tienes muy mal enseñada a esta puta.

-. Es nueva en esto, le respondo.

El otro coge tu pierna. La levanta y la coloca en un saliente. Se aproxima a ti. Se baja ruidosamente la bragueta. Va a penetrarte. Tú sigues revolviéndosete, luchando contra ese pene que te asfixia.

-. ¡Estáte quieta puta!. Otro fuerte azote que hace bailar tus nalgas refuerza su orden.

El coño te brilla. Los pezones están encabritados. Recogidos sobre las aureolas. Puntiagudos como nunca. Frio. Miedo. O… excitación. No sabría qué decir. La verdad es que no me importa.

Vuelve a colocarte y a acercar su polla a tu entrada. Se roza con tus labios.

-. Esta zorra está babosa, dice.

Su capullo ha entrado en ti. Un poco. Un empujoncito y su cadera se pega a tus nalgas. Estás abierta. Completamente abierta.

Separa tus nalgas con las manos y se retira hacia atrás haciendo que su glande roce tu segunda entrada. Me mira buscando mi permiso. Lo repite. Extiende tus jugos. Deja fija su punta. Sin moverse. Quiere que la sientas allí. Amenazante. Preparada para entrar.

Por un segundo imagino un brusco empujón. Todo tu cuerpo tenso de repente. Un chillido tremendo. Y tu pobre culito abierto para toda la vida. Te veo ensartada en su polla. Agitándote, chillando mientras el tipejo ese te taladra…

Se me empieza a poner morcillona.

Estoy seguro que si no tuvieras esa polla metida en la boca que te impide hablar, estarías gritando que no, que no quieres que te sodomicen, que quieres parar esto, que quieres irte…

Estás temblando.

Si te dejo allí sé que te van a hacer lo que les dé la gana. Todo. Te van a hacer de todo. Por mucho que diga yo que no, te van a joder por el culo. Te van a reventar el ojete en cuanto me dé la vuelta. En cuanto termines de subir al camión. Va a ser lo primero que hagan. Seguro que tú también lo sabes.

Finjo dudar. Vuelvo a extender la mano. Recibo otro billete. Me enseñan otro. Entiendo perfectamente el mensaje.

Por fin respondo: Toda vuestra… dos horas y vengo a buscarla…

Me doy la vuelta y comienzo a andar hacia la moto.

-. Vale tío… ¿y el culo qué, la jodemos o no?

No es un permiso. Es una orden: abrídselo….

Undia_esundia@hotmail.com