Esto es tu culpa

Con un movimiento rápido, mi lengua llegó a su clítoris. Sentí cómo su cuerpo perdía el control. Mi lengua continuaba haciendo círculos, líneas y todo tipo de figuras sobre su clítoris y su entrada.

Me senté en la cama a esperar a Mica que estaba terminando de arreglarse. Elegí para ella unos jeans y una blusa con un moño para su cabello, sé que a ella le encanta vestir así, simple, por eso elegí ese conjunto. Y yo estaba ansiosa por ver cómo le quedaba. Estaba tardando demasiado…

“Estoy lista!” dijo. Al fin! Levanté la cabeza y abrí la boca del asombro. Hasta podría jurar que empecé a babear. Mis ojos escanearon su cuerpo; ella estaba usando un vestido negro y muy ajustado que abrazaba su cuerpo perfectamente, resaltando sus delineadas curvas. También tenía un muy buen escote. Tampoco tenía puesto el moño en su cabello; lo tenía suelto y con todo su volumen sobre uno de sus hombros. Se lamió sus labios que tenían un rojo brilloso y yo estaba muda, incapaz de formar palabra alguna.

Mordió su labio inferior y empezó a caminar hacia mí con confianza. Ese fue el momento en el que literalmente sentí empezar a sudar. “Wow… Estás hermosa- Sólo…wow!”. Creo que era imposible para mí no mirarla solo a ella en ese momento.

Quedó parada frente a mí, aún mordiéndose el labio. Dios, que sexy es! “Bueno..”, me dijo, su voz causando que mi estómago de todo tipo de vueltas. Subiendo a la cama seductoramente, puso sus piernas a los costados de las mías… “Voy a tomar eso como un cumplido”.

Yo seguía sin poder decir ninguna palabra y solo puse mis manos en su cintura. Acercó su boca a mi oreja y me dijo “Gracias, amor” después me lamió el lóbulo y creo que olvidé cómo respirar. Empezó a chuparlo y un gemido se escapó de mí. Qué fue lo que la agarró para que esté así de seductora? Ella casi nunca es quién inicia este tipo de interacciones. Sea lo que fuere, me estaba excitando y la necesitaba en ese momento. Necesitaba tocar cada centímetro de su cuerpo y ya no lo soportaba más.

Sus labios se empezaron a acercar a los míos. Me besó debajo de la oreja, y todo el cuello. Yo cada vez gemía más fuerte y pude sentir su sonrisa entre los besos que me daba.

Una de sus manos se perdió entre mis cabellos mientras que la otra acariciaba mi costado, hasta llegar a uno de mis pechos. Dejé escapar un gemido más fuerte, ella continuaba lamiendo y chupando mi cuello. “Micaela, qué te agarró…?” Dije entre gemidos.

Ella se detuvo y me miró a los ojos mientras sonreía y volvía a morderse el labio inferior. “Vos”, respondió con una voz ronca y confidente. Y ahí, ahí es cuando ya no pude resistirme. Puse mis manos en su cuello y la besé. Nuestras lenguas peleaban hasta que ella mordió y chupó mi labio inferior. Las dos gemíamos durante el beso, mientras mi mano acariciaba sus piernas. Masajeé sus muslos mientras que mis dedos tocaban ese punto donde ella más quería. Su cuerpo tembló sobre el mío y tomé eso como una invitación a seguir por ese lugar. “Lili…”, gimió, “tenemos la cena…” Pero las dos sabíamos que ella no quería que pare.

“Nadie te dijo que te vistas así de sexy” dije contra su cuello, “esto es tu culpa”.

Mi dedo pasó sobre su centro y eso la volvió loca “Entonces dejá de tentarme y hacé lo que tenés que hacer”.

“Pero…” dije, parando mis movimientos. Ella me miró fijamente.

“Pero? Pero nada. No vas a parar”.

“Pero, Mica, en serio tenemos que ir yendo a la cena si no queremos llegar tarde”. Lo dije sin poder evitar sonreír, tentándola. “Esto debería enseñarte una lección”. Pero en realidad, todo lo que quería hacer era tocar cada parte de su cuerpo posible.

Ella se quejó pero eventualmente lo aceptó y se levantó.

Caminamos a la puerta y yo estaba por abrirla hasta que Mica se acercó a mí y me susurró al oído mientras apretaba mis nalgas, “Supongo que me porté mal, eh? Soy una nena mala”.

Llaveando la puerta, decidí que no había manera de salir de ahí sin antes haberla hecho mía. Me dí vuelta y ahí estaba esa pícara sonrisa demostrando que se había dado cuenta de lo que estaba por pasar.

Agarré su cintura y la presioné contra la pared. Mis labios atacaron los suyos. Ella gemía mientras mis labios bajaban para besar su cuello. Chupé cada punto que recorría, dejando todo tipo de marcas en su sensitiva y caliente piel.

“Li-lili, tenemos una cena después, no voy a poder cubrir todas estas marcas!”.

“Bueno, debiste haber pensado dos veces antes de actuar así, no?” Mis manos bajaron por su espalda hasta agarrar con fuerza sus nalgas.

Ella gimió fuerte y con una de mis manos bajé lentamente el cierre de su hermoso vestido sintiendo como temblaba.

Me costaba respirar mientras miraba su tonificado cuerpo. Lamí mis labios dejando mis ojos recorrer toda su piel, luego saqué la lencería negra que tenía puesta. Cuando mis ojos volvieron a los suyos, ella tenía una sonrisa en su rostro.

Me saqué la blusa que tenía puesta y la tiré a un costado. Acerqué mi cuerpo al suyo y volví a juntar nuestros labios desesperadamente. Mis dedos recorrieron su espalda y ella gemía contra mis labios.

Su lengua recorría mi boca y sus dedos se perdían entre mis cabellos.

La abracé fuerte y la alcé. Ella me rodeó con sus piernas acercándome más, mientras que nuestros pechos se presionaban entre sí.

La moví hasta el escritorio que estaba cerca mientras mis labios recorrían su cuello y bajaban hasta sus pechos. Su respiración era cada vez más pesada… Hasta que mi celular empezó a sonar…..-

“No, ni te atrevas” dijo, “no pares”.

Sonreí. La verdad es que pensé en dejarla por un segundo. Pero la miré, estaba hermosa así; toda sonrojada y con la respiración acelerada, no podía evitar continuar con lo que empezamos.

Sólo tengo que hacerlo rápido, pensé. Me arrodillé y agarré sus piernas con mis brazos. Empecé a besar desde sus rodillas, dibujando círculos con mi lengua de vez en cuando. Su respiración era cada vez más pesada y sus piernas estaban temblando.

Con un movimiento rápido, mi lengua llegó a su clítoris. Sentí cómo su cuerpo perdía el control. Mi lengua continuaba haciendo círculos, líneas y todo tipo de figuras sobre su clítoris y su entrada. Ella gemía mi nombre y decía cosas como “Dios”, “más”, “no pares”.

Chupé y estiré su clítoris, sintiendo como sus manos agarraban mi cabeza empujándome más cerca.

Inserté un dedo en su interior, mientras que frotaba mi pulgar contra su clítoris. Podía sentir el orgasmo formándose en su interior mientras que agregaba otro dedo y empezaba a penetrarla más fuerte mientras estimulaba su clítoris con mi lengua. Luego de unos segundos más, ella perdió el control y estaba prácticamente chillando mientras atravesaba su orgasmo. Cuando terminaron sus espasmos, levantó sus manos de mi cabeza y yo retiré mis dedos de su interior. Me levanté sonriendo y lamiendo mis dedos mientras miraba cómo quedó; con los ojos cerrados y la boca abierta, respirando profundamente.

La seguí observando mientras salía de su estado orgásmico. Luego empecé a vestirme. Cuando terminé, ella empezó a vestirse también. Todavía se veía abrumada.

“Lástima que tenemos que irnos ya, sino te devolvía el favor ahora” dijo después de terminar de vestirse. Se acercó y me susurró “supongo que dejamos eso para después de la cena”.


Sé que muy pocas personas leen las notas al final de las historias pero bueno.

Si alguno sigue los relatos de mi novia, se habrá dado cuenta de que no es ella la que escribió este relato. Mientras ella decide si quiere seguir escribiendo o no, pensamos que era una buena idea dar otro punto de vista a sus relatos y acá me tienen…ja!

Gracias por leer y no se olviden de comentar. Sean buenos conmigo, es la primera vez que escribo este tipo de...historias, sé que es algo corto pero bueno. Tal vez el siguiente lo haga más largo-si hay algún siguiente. Las críticas constructivas son bien recibidas.