Esther y Miguel
Miguel es el albañil que se está follando a mi mujer
Hacía tiempo que Miguel nuestro albañil de cabecera, era amante de Esther mi mujer y el mío. Su potencia sexual parecía no conocer límites. Su enorme polla hacía las delicias en todos los agujeros de mi esposa y a mí me tenía cebado el sabor de su leche y la forma en que me producía un tremendo orgasmo cuando me follaba y excitaba mi próstata. En verdad sentía que despertaba mi lado femenino cuando ese proto macho me follaba. A mi mujer terminé confesándole que ya los había visto pero que en realidad quería que grabara la mayor parte de sus sesiones con Miguel. Accedió un poco recelosa, pero con el tiempo nos acostumbramos a tener sexo de lo más bueno después de ver juntos los videos en los que era masacrada con el pollón de 20 centímetros de Miguel.
Un día me dio una sorpresa. En uno de los videos aparecían 2 personas más aparte de Miguel y mi mujer. Eran dos jóvenes muy bien dotados de máximo 18 años. Ese día cuando Miguel llegó a su cita con mi Esther, no llegó solo. Mi mujer al principio se cohibió bastante, pero al mismo tiempo no dejaba de ver los notorios bultos de esos dos chicos. Parecía que eran de la misma especie que Miguel.
Ella quiso apartarse cuando Miguel la empezó a abrazar y besar. Descaradamente la tomó de las nalgas y ella lo quiso empujar pues no entendía que pretendía exhibiendo su pasión enfrente de los dos jóvenes que solo observan discretamente. Miguel insistió y forzó a Esther a sentir sobre la ropa su tremenda polla que ya estaba dura como la roca. Ella apenas podía balbucear algo como “espera, aquí no, me da pena, que van a decir estos chicos” . Entonces Miguel simplemente le dijo algo que la dejó perpleja y sin saber que decir o hacer : “te vamos a follar entre los tres”. “Pero, ¿cómo crees?, no entiendo”. “No tienes que entender nada” . Entonces antes de que ella pudiera reaccionar, él le quitó hábilmente en dos movimientos su falda y la blusa. Ella quedó solo con un tanga de seda blanca y sus preciosas tetas al aire.
Ella se sentía aturdida Miguel en un abrir y cerrar de ojos estaba desnudo con su magnífica polla de animal como un mástil. Volteó a mi mujer, la empinó sobre uno de los sillones y colocando un poco de lubricante que traía preparado, se la metió de una estocada, mi mujer sintió ese dolor tan intenso como la primera vez. Muy rápido sin embargo el dolor de transformó en placer. Vio cuando los dos chicos sin mencionar ninguna palabra se despojaron de su ropa. Se acercaron y uno de ellos puso su enorme polla en su boca. Miguel la cogió de los pelos y le ordenó , “chupasela ”. Mi mujer que ya estaba más cachonda y lubricada que nerviosa, obedeció mamando con suma excitación la polla del más joven, primero despacio y suave, después casi con furia.
En un momento dado, Miguel desensartó a mi mujer y le volvió a ordenar que montara al otro chico que se había estado masturbando mientras veía. Eran tres pollas de 20 centímetros para ella sola. Completamente mojada, se empaló en el chico que estaba sentado, Miguel la volvió a penetrar por atrás y el más joven se subió al sillón para volver a poner su polla en la boca de mi mujer.
“Parece que la señora anda necesitando una buena polla dura…”
“La señora es una perra y a las perras también se les da por el culo…”
Todo era jadeos y resoplidos. Mi mujer sudaba copiosamente y su sudor se mezclaba con el de sus tres folladores simultáneos. Empezó con uno, después con otro y otro orgasmo. Ella estaba ya acostumbrada a tener corridas múltiples.
“No paréis, por favor, no paréis, métemela más fuerte, más fuerte” esto animo a Miguel quién parecía que le iba a romper el culo. Su coño se contraía involuntariamente a un ritmo frenético y su líquido fluía por entre sus piernas. Sentía perfectamente como dentro de sus entrañas, las dos pollas con los que estaba siendo follada chocaban sus cabezas. Se quería comer la tercera polla y se la metió hasta las anginas. De nuevo otro orgasmo múltiple . “Haaa, qué bueno, me encantan vuestras grandes pollas…darme más, darme fuerte, metérmela toda…toda… hasta el fondo ”. Esta vez fue tan intenso que cuando terminó de chorrear sus jugos, quedó flácida como una muñeca de trapo. Sintió un tremendo chorro de leche que inundaba su culo, otro más que llenaba su coño que no dejaba de vibrar y finalmente saboreó la leche de la polla que tenía en la boca.
Usando las tres pollas que había disfrutado estaban fuera de sí, ella se dejó caer en el sofá. Su tranquilidad no duró mucho. Los tres jóvenes tenían fuerza de sobra y con los ojos cerrados ella sintió como empezaron a lamerla toda. Uno se aplicó en su pipa, otro en sus pechos y el tercero le metió la polla en la boca. Sin ver, ella sabía que era la polla del otro joven.
El chico que se estaba ocupando de su pipa mostró una tremenda habilidad. En unos segundos mi mujer estaba arqueando la espalda y aullando de placer. Tomó las manos del que le estaba acariciando sus pechos y le indicó que masajeara más fuerte. Cuando obtuvo el ritmo deseado, con las piernas abrazo y casi ahoga al que le estaba metiendo la lengua en su coño completamente húmedo. Entonces tomó la polla que tenía en la boca y al mismo tiempo que chupaba y saboreaba, la empezó a pajear deseando probar esa otra leche.
De nuevo un orgasmo sincronizado. Al mismo tiempo que ella se venía mojando la cara del que estaba en su coño, sintió un chorro un poco menos abundante, otro más que se aplicó como crema en sus pechos.
Los tres quedaron sentados y se acariciaban como agradeciendo el placer que había tenido. Solo pasaron 10 minutos, tomaron agua y mi mujer en una acción instintiva se puso en cuatro patas sobre la alfombra al mismo tiempo que tocaba, jugaba y mamaba dos de las pollas disponibles. Uno de los jóvenes entonces la metió como un perro en brama. Solo se escuchaba el chasquido de la enorme polla entrando y saliendo de su coño que más lubricada no podía estar. Mientras tanto Esther se atragantaba las dos enormes pollas y se las ponía en la cara, las acariciaba, las chupaba, las mamaba casi con desesperación.
Se turbó un poco cuando vio que Miguel y el otro chico a quiénes se las estaba mamando, se empezaron a besar. Entonces recordó que Miguel era bisexual. En unos minutos había dos parejas follando Miguel y su amigo en un intenso 69 y mi mujer cabalgando sobre el joven que estaba tumbado en la alfombra. No tardó mucho en correrse pues mi mujer en esa posición podía regular el ritmo, la intensidad y la profundidad de la penetración. Cuando estaba a punto de tener su corrida, el chico se sorprendió bastante cuando sintió como el coño de mi mujer contraía su gran polla. Apretaba y aflojaba como si fuera una mano habilidosa e inteligente. Al mismo tiempo que apretaba y aflojaba alternadamente, Esther experta en esto, se movía hacia arriba y hacia abajo, sobre todo cuando apretaba. El chico de pronto empezó a jadear sin poder creer lo que estaba sintiendo: la hembra perfecta, el coño perfecto, la follada perfecta. Esther sintió el chorro de leche y vio como el chico arqueaba la espalda y apretaba fuertemente sus muslos. “Ohh Dios, nunca me habían hecho sentir esto… estás deliciosa”.
Entonces el otro chico dejó la polla de Miguel y se acostó al lado del que estaba montando mi esposa. Ella entendió y se desensartó, a continuación, se volvió a ensartar la polla del recién acostado. La misma acción y el mismo efecto. Sin embargo, Miguel que prefería el culo de Esther, se aplicó a metérsela por el culo mientras ella masajeaba magistralmente con su coño, la gran polla del joven. Rompieron récord de sincronía. De nuevo se corrieron simultáneamente.
Vio como ellos simplemente recogieron su ropa, se vistieron, le dieron un cariñoso beso y le dijeron, “hasta pronto”. Miguel solo preguntó al pasar, “¿te gustó?” Ella, preguntó, “¿cuándo vuelves?” “pronto, pronto”.Pues cuando vengáis venir los mismos porque quiero sentir dos buenas pollas follandome las dos el coño entendido “Vale dijeron” hasta la próxima.