Esther, mi mujer, es una puta 2

Continua la degradación de Esther y Pedro, en manos de Don Arturo.

La furgoneta era amplia. Un monovolumen de nueve plazas, con los cristales tintados. Esther y yo nos colocamos detrás de Julian y Miguel, su compañero, y salimos del parquing , en silencio, solamente se oía la música de la radio del vehiculo.

Julian, que iba de copiloto, fue el primero en romper el silencio incomodo.

-Muy bien, parejita, ya vereis como esto no es tan malo, llega un momento en que te acostumbras, verdad Miguel? cuantas putas ya hemos llevado al club? todas iban aqui con la misma cara que vosotros, pero cuando las conozcais, vereis como ya ni se acuerdan de aquel mal trago, ahora aceptan su destino, e intentan ser felices con lo que las ha tocado vivir.

Miguel asentía a cada comentario de Julian.

-si, y tanto, hay alguna que parece que haya nacido para esto, jajaja.

Mi mujer y yo, cogidos de la mano, mirabamos hacia el suelo, empezaba un viaje al infierno, y sabiamos que no podiamos evitar todo lo que vendría, incluso lo habiamos aceptado voluntariamente, no había nada que objetar, el destino nos jugaba esta mala pasada.

Media hora mas de silencio se vio rota por el sonido de un telefono movil. Era Don Arturo, llamaba a Julián.

-si, Don Arturo, en unas tres horas estaremos allí....si...no se preocupe que no haremos ninguna parada, llevamos combustible suficiente, y esta misma noche ya podrá incorporarse al servicio...seguro..si....bien........si? muchas gracias, Don Arturo....de verdad.....si...sin excesos...espere, ahora le paso el teléfono....

-Esther? toma....es para ti...

ESther se puso el teléfono en el oido..escuchando a Don Arturo hablar....para acabar con un simple -si...está bien...como diga.

Devolvió el teléfono a Julián, que colgó y se lo guardó en el bolsillo del pantalón.

-Diseló...va. dijo Julián mientras me señalaba a mi con la mirada.

  • Pedro, Don Arturo....dice que antes de llegar al club quiere que les haga un servicio a sus dos hombres, que quiere que vaya ya sabiendo lo que es ser una puta, y que no hay nada mejor que empezar ya. Que considere esto mi bautismo de puta, me ha dicho.....rompió a llorar, tapandose con las manos la cara.

Me abracé a ella mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, miraba yo a Julián, que contemplaba la escena con una medio sonrisa, sabedor de lo enamorado que estaba yo de mi esposa y de la humillación que para los dos suponía todo esto.

-bien, bien, dijo Julián interrumpiendo nuestro momento de hundimiento, a ver, Pedro, ya que no podemos parar, lo mejor será que te pases tú a mi asiento, así tendré un poco de intimidad con la put...con Esther, quiero decir.

Esther dejó de abrazarme, soltandose de mi, resignandose a lo que la esperaba, se quedó en su asiento limpiandose las lagrimas mientras yo pasaba al lado de Miguel y Julian ocupaba mi lugar.

Me dispuse a mirar a la carretera, una larga autopista, el tráfico no era excesivo . No podía evitar escuchar a Julián atrás, con Esther.

-bien, Esther, comienzas chupandomela? me gusta que me la chupen, no muchas putas saben hacerlo...no te creas!

No pude evitar mirar de reojo, Julián estaba con los pantalones quitados, solamente le quedaba la camiseta, sentado en el asiento, muy comodo, las piernas separadas, mi mujer desde el asiento de al lado, sin la gabardina, se inclinó hacia él y comenzó a chuparsela, de lado, mientras Julián aprovechaba para acariciar sus tetas, sus pezones, manosear su culo, iba palpandola como se palpa a una bestia, sin miramientos.

-ummm, si....no eres mala del todo chupando, sabes? unas doscientas pollas mas y serás una gran mamadora, estoy seguro, de esto entiendo, jajaja.

Esther seguía con la polla metida en su boca, chupando, mientras con una mano acariciaba los testiculos de Julián, suavemente, esperando darle placer, supongo.

  • Pedro, abre la guantera y dame un condón, escuché decir a Julián, que la tu mujercita ya me la ha puesto como una piedra, tengo que reconocer que tiene un cuerpazo, joderrrr.

Abrí la guantera, dentro había una bolsa, con docenas de preservativos, le alcancé uno, mientras veía a mi mujer, ya en su asiento, recostada hacia detrás, intentando estar relajada, el movimiento del vehiculo, la situación, no era facil. Julián se fué a la última fila, echó el respaldo hacia atras, quedando una especie de cama, y se tumbo allí, con la polla mirando hacia arriba, solamente con la camiseta puesta.

Dió un golpe al asiento, indicando a Esther que se fuera para allá, ella obedeció. - Montaté encima, ordenó Julián.

En pocos segundos mi mujer iba a cien kilometros por hora, por la autopista, empalada en la polla de Julián, mientras él jugaba con sus tetas, que sobresalian por encima del sujetador recortado. Ni el tanga le quitó, estaba apartado a un lado.

-asi, asi, puta, asi, muevete, sigue, sigue....era lo único que se oía.

No podía dejar de mirar hacia atras, Julián sonreía, me miraba, y seguía jugando con las tetas de Esther, con su culo, viendola subir y bajar de su polla.

De golpe la furgoneta se detuvo en el lateral de la carretera, y Miguel me miró.

  • Pedro, tu sabes conducir, no? pues venga, ponte al volante, que vas a acabar pelandotela viendo follar a tu mujer y aún vas a quedar más patético.

Salió de la furgoneta para entrar por el portón lateral y me vi pasando al lado del conductor, e iniciando la marcha mientras Miguel se situaba junto a Julián, tumbado en aquel gran asiento.Tardó un segundo en estar como su compañero, sin pantalones, solamente con la parte superior. Tuve que pasarle otro preservativo.

Les oía hablar a los dos.

  • venga, puta, a ver si sabes manejarte con dos pollas, que esto te lo vas a encontrar muchas veces, una mujer como tú estará muy solicitada!. Julián, como le ves el coño?

-Apretado, de momento, jajaja, ya cambiara con el paso de los días, pero ahora mismo es una gozada meterla aquí.

Durante media hora escuché, mientras conducía, toda clase de comentarios, humillantes. Esther, callada, obedecía a todas sus demandas, que no pasaron de querer que les chupara la polla, los huevos, sobar sus tetas, su culo, y de metersela por el coño. En aquella furgoneta, en marcha, tampoco estaba la cosa para florituras, y creo que el culo sabían que lo tenían prohibido, porque ninguno de los dos demostró intención ni de rozarlo.

Cuando se cansaron de follarsela, uno primero y luego el otro, volvieron a los asientos intermedios, ellos dos sentados, ella de rodillas, y primero Julián y despues Miguel, acabaron en su boca, ordenandola que se tragara el semen, debía acostumbrarse a ese sabor, iba a ser algo cotidiano.

Julián, mientras Esther daba las ultimas chupadas a la polla de Miguel me dio una palmada en el hombro.

  • Joder, Pedro, que maravilla de mujer tienes, como chupa , y como recibe polla, será una pijita de ciudad estirada, pero dentro lleva una verdadera puta.

Ellos no podían verlo, pero yo conducía mientras me caian lagrimas , de rabia, de impotencia, de humillación, esa de la que hablaban era mi mujer!!!!.

-Yaaa, puta, yaaaa, dijo Miguel, con placer, cuando se vació en la boca de Esther...quedaté asi, dejala en la boca, que se vaya ablandando..mmmmmm, muy bien, muy bien.

Oí un cuchicheo, algo que Miguel decía al oido de Esther.

Esther, desde el asiento de atrás, entre ellos dos, me dijo:

  • Pedro, Don Arturo les ha dicho que ya que no me has querido follar en su despacho, te da ahora la opción de hacerlo, incluso, si quieres, te da la oportunidad de follar mi culo, sé que nunca te lo he dado, pero a partir de hoy seguramente se lo tendré que dar a muchos hombres, y dice Don Arturo, que para que veas lo buena persona que es, te deja que seas tu el primero en meterla en mi ano.

  • venga, Pedro, dijo Julián, no seas tonto, piensa que es la última oportunidad, si no lo haces ahora, no lo vas a hacer en un año, y además, quieres que sea otro el que desvirgue a tu mujercita el culo? por unos miserables euros? no quieres ser tú el que tenga el honor de hacerlo? tú sabrás, chico, pero yo no lo dudaría.

Esther acarició mi pelo con su mano..por favor...susurró, ven atrás conmigo.

Detuve el vehículo en el arcén, bajé y pasé atrás, mientras Miguel ocupaba el lugar del conductor y Julián se colocaba a su lado.

Nos fuimos al final de la furgoneta, aquella cama improvisada, se tumbó Esther, yo a su lado, vestido, la acaricié, acaricié sus tetas, su cintura, sus hombros, brazos, la besé, notando el sabor del semen de aquellos dos gorilas, pero me dió igual, a saber cuando volvería a poder hacerlo. Esther cogió con su mano mi mano y la llevó a su coño, para que la acariciara allí, me abrazó y me besó , besó mi cuello, mientras sus manos se dirigian a mi pantalon, abriéndolo, sacando mi polla, realmente ya dura.

Sus labios en mi oreja, susurraron..

  • Por favor, follame el culo, no quiero que nadie más que tú me lo desvirgue, por favor....

En silencio, sin casi hacer ruido, sabiendo que los dos de delante nos estaban observando por el rabillo del ojo, la giré, quité su tanga dejándolo apoyado en el reposacabezas de los asientos de delante y ella misma se colocó a cuatro patas, con su cara mirando hacia la luneta trasera, suerte de los cristales tintados, sino el espectáculo para los de fuera sería increible.

Separó sus piernas, y me coloqué detrás, ella misma se llevo dos dedos a su boca, los ensalivó y los frotó por su ano.

La situación era humillante y excitante a la vez, pero la interrumpió Julián, de golpe.

  • Pedroooo, no te olvides el condón, jajaja, dijo tirandome uno, a las putas no se las folla a pelo!!!!

Risas de los dos, recogí el preservativo y me lo coloqué, apuntando mi polla hacia su ano, poco a poco, suavemente, fuí introduciendo mi polla, aunque en algún bache fué un poco brusco, con mucha delicadeza, y con el silencio de Esther, que estoy seguro que estaba sufriendo.

Tras unos minutos mi polla estaba dentro de su ano, practicamente entera, al no ser muy grande pudo soportarlo.

cerré los ojos y me concentré en poner un ritmo tranquilo, que permitiera a Esther disfrutar aunque fuera un poco, estaba follando su culo, algo que jamás me había planteado hacer, y ante la mirada de dos desconocidos que hacía unos minutos habían estado follando con mi esposa.

Tengo que reconocer que en ese momento se comportaron ellos dos, manteniendo el silencio.

No sé el motivo, pero en menos de dos minutos me corría, cayendo sobre el cuerpo de Esther, abrazandola, acariciando sus tetas, duras, oliendo la piel de su espalda, ella quieta aceptaba el uso que le había dado, claro está, sin disfrutarlo, por una vez no la había follado como el hombre al que amaba, me había comportado como cualquiera de los clientes que la iban a usar en el próximo año.

Ni cinco segundos después, desde la parte delantera, llegaron aplausos, gritos, cachondeo.

  • Muy bien, Pedroooo!!!!, dijo Miguel mientras conducía. Campeón!!! así se le folla el culo a una puta!!!! jajaja

  • bien, pareja, bien, continuó Julián, más respetuoso,  ahora quedaros ahí, relajaos, queda una media hora para llegar.

Saqué mi polla, ya blanda, del culo de Esther, el preservativo estaba sucio, lleno de mierda de ella, se notó en el vehículo..

Tira eso por la ventanilla, tio, a ver si aprende la puta que hay que llevar las tripas limpias cuando un cliente quiere anal, joder...dijo Miguel.

Obedecí, tirando el condón , y coloqué de nuevo el tanga a Esther, cogí la gabardina, tirada en el suelo, y la tapé, seguia tumbada, me abracé a ella y cerré los ojos, como cuando en casa acababamos de hacer el amor....