Esther, mi amiga

Gracias a una enfermedad en la que Ether me cuido, descubri que me gustan las mujeres.

Un día, haciendo el amor con Carmen me confeso que hace unos años había tenido un experiencia no premeditada con la vecina de arriba. Yo había insistido muchas veces para que tuviera ese tipo de relaciones, pero ella me decía siempre que no la atraía en absoluto.

Esta es la historia contada por ella y escrita por mí, de un hecho del que yo no tenia ni idea.

Era el mes de Julio, estaba enferma y Carlos llevaba tres días fuera de casa y aun quedaban dos para que volviera de su viaje. Me encontraba enferma con fiebres de 39º y me dolía todo el cuerpo. Tenia pánico de que me pasara algo estando sola, por lo que decidí pedir ayuda a mi amiga Esther que vive el en piso justo encima del mío para que pasara la noche conmigo. Al no tener teléfono fijo, y ni móvil todavía, tuve que hacer un esfuerzo y subir a su casa a pedírselo. Nada mas abrir y verme, se dio cuenta de que me encontraba bastante mal. No podía ni hablar, los labios me temblaban del frió que tenia.

  • ¿Carmen que te pasa?

Me decía Esther alarmada mientras que me pasaba una mano por la cintura evitando que cayera al suelo. Me llevo a rastras hasta el sofá y fue a buscar un vaso de agua que puso en mis labios.

¿Pero chiquilla que tienes?

Llevo un par de días con fiebre y ya no aguantaba mas, me da miedo quedarme sola.

Pero bueno. ¿Eres tonta? Y porque no me lo has dicho antes. Te podías haber venido aquí conmigo desde el primer día, Juan esta fuera de viaje. Te voy a poner el termómetro, estas muy caliente.

Si, pero antes dame una manta.

No puedes taparte, tienes que disipar ese calor.

Salio para volver corriendo con el termómetro en la mano.

Estas hirviendo tienes 39.6. Ahora mismo te voy a dar un baño.

Levantándome me llevo medio en volandas a la bañera. Me desnudo completamente y me ayudo a meterme dentro.

Te la voy a poner un poco templada al principio, pero después la dejare completamente fría. Tranquila que yo cuido de ti.

Abrió el grifo y me fue rociando de agua. Creía que mis dientes iban a partirse del castañeteo que tenían. Cerro el agua caliente y dejo que entrara completamente fría, la sensación era insufrible. Por dentro ardía y por fuera era un témpano. Me moría de frió. Cuando consiguió que mi temperatura bajara a 37.8 me saco de la bañera y envolviéndome en una toalla me llevo a su dormitorio. Me tendió en la cama y me quito la toalla dejándome completamente desnuda.

Te voy a dar friegas de agua fría con un paño. Veras como te alivia.

Me dejo desnuda en la cama. Yo me veía en las puertas del armario reflejada. Me daba un poco de vergüenza pero no estaba en condiciones de tener pudores.

Esther volvió con agua y un paño. Mojándolo me lo pasaba por todo el cuerpo. Recorría mis piernas despacio, subiendo desde los pies por las piernas hasta remontar la curva de mis nalgas y desde ahí subir por toda la espalda hasta el cuello.

Yo era consciente de mi desnudez, pero no me importaba, estaba disfrutando del trato que Esther me estaba dando.

Cuando llego a al cuello, a la vez que me daba mensajes con el agua fría, me besaba suavemente en la nuca y detrás de la oreja. Era muy agradable y deseaba que no terminara nunca. Cuando sentía sus labios frescos en mi piel se me ponían los pelos de punta. Me susurraba palabras de consuelo y cariño que a mi me trasportaban a un mundo de sensaciones desconocidas para mi, pero muy agradables. Su aliento cerca de mi oído, y las palabras, me hacían que me abandonara a esas sensaciones, disfrutaba de cada contacto y de sus susurros en mi oído.

Sus labios me cojian con suavidad el lóbulo de la oreja y tiraban de el a la vez que me mordía ligeramente. Tenia su mano apoyada en mi culo, y sus dedos se cerraban haciendo presión sobre mi nalga. La mano suave y tibia me recorría despacio, como absorbiendo cada curva.

Yo me había olvidado por completo de mi fiebre y estaba empezando a notar calor, pero de un origen muy diferente.

Ansiaba que su mano fuera mas osada y me explorara mas íntimamente. Como si adivinara mis pensamientos, se deslizo en medio de las piernas.

¿Te encuentras mejor?

Abrazándome por la cintura me obligo a girarme. Así de esta postura me sentía mucho mas expuesta. Mi coño ya de por si con poco vello se mostraba completamente y ella lo veía todo a su antojo. Mis pechos mas generosos que los de Ella, caían un poco hacia los lados. Los pezones eran como piedras completamente tiesos, mas debido a la excitación, que al frió.

Mis sensaciones eran un caos total. Por un lado no tenia ganas de nada y me encontraba mal. Pero por otro lado no quería que cesara en sus cuidados y el cariño con que me trataba.

Siguió recorriendo mi cuerpo con el paño de agua fría, que de vez en cuando mojaba. Frotaba mis piernas, mi estomago. Cuando llegaba a mis pechos yo notaba como deliberadamente se entretenía mas de la cuenta. Lo mismo que que cuando una de las veces que recorría mi estomago paso por primera vez el paño por encima de mi coño.

Metía su mano con el paño por en medio de las piernas y tirando de ellas me hizo separarlas un poco. Las recorría una y otra vez y a cada pasada se aproximaba mas a los labios de mi sexo.. En una de estas pasadas me rozo ligeramente para pasar el trapo por encima y frotarme. Mi clítoris reacciono sintiendo las caricias. Ella debió notarlo y aproximándose a mi me dio un beso en los labios.

Tienes mejor color. Mientras me decía esto su mano seguía encima de mi coño..

Si, gracias. Me encuentro mucho mejor.

Me volvió a poner el termómetro. Mi temperatura era de 37.2 , Me voy a duchar, duerme un poco.

Entre sueños vi como salía del cuarto de baño. Estaba completamente desnuda y se encaminaba a la cama. Se tumbo a mi lado y creyéndome dormida, paso el brazo por mi cintura y se pego a mi.

Notaba sus pechos con los pezones tiesos en mi espalda y como acoplaba su cuerpo al mío con las piernas dobladas. Su sexo hacia presión contra mi culo y su mano en mi cintura fue bajando despacio hasta situarse encima de mi sexo. Con la yema de los dedos jugaba con el escaso bello que tenia. Su calido aliento lo sentía en mi nuca.

La palma de su mano se poso de lleno sobre mi coño y la dejo ahí quieta, sentía su calor. Me abandone, y no pensaba nada que no fuera en disfrutar de ese momento, la ternura y la calidez de su piel contra mi me encendían y ansiaba que ella se lanzara y me hiciera disfrutar totalmente.

Pose mi mano sobre la suya y presionándola hundí uno de sus dedos en medio de los labios de mi coño. Notaba como se introducía en mi interior, ahora los escalofríos que sentía eran de placer. Empezó a frotarme el coño y sus dedos me exploraban introduciéndose cada vez mas dentro de mi.

Gire el tronco lo suficiente para mirarla a los ojos. Esther poso sus labios sobre mis parpados. Los dedos seguían dentro de mi cada vez mas mojados. Me giro completamente y poniéndose de costado pegada a mi, me beso en los labios. Me cogia los labios y me lo mordía con delicadeza. Yo sacando la lengua busque su boca.

Esther sacando su mano de mi coño me toco los labios buscando abrirse paso. Deje que me introdujera sus dedos en mi boca, olían a mi, impregnados de jugos. Cogiendo su mano fui chupando uno a uno los dedos mientras ella descendiendo la cabeza empezó a besarme en los pezones. Pasaba su mano por mi cara.

Su boca empezó a descender por mi estomago. Yo estaba impaciente por que llegara a mi sexo, pero ella se detenía y volvía a mis pechos, así una y otra vez. Hasta que una de las veces prosiguió hasta llegar a mi coño. Me mordió, pero esta vez con mas fuerza, sentía sus dientes hasta hacerme un poco de daño, pero era agradable y nuevo para mi, era la primera vez que una mujer me hacia ese tipo de caricias y era terriblemente excitante y muy, muy agradable. Nunca antes un hombre me había hecho sentir así. Poso su boca sobre los labios de mi coño y con la lengua se abrió paso entre ellos para introducirse como un ariete, el calor de su boca en mi coño estaban haciendo mucho efecto en mi y estaba apunto de estallar en un orgasmo salvaje.

Su mano volvió a explorarme a la vez que su lengua, metió dos dedos dentro de mi, mientras que con los labios aprisionaba mi clítoris y lo succionaba. Empezó a meterlos y sacarlos despacio primero, para poco a poco ir acelerando sus movimientos.

Ya no pude aguantar mas y cogiendo su cabeza y aprisionándola contra mi coño estallar en un orgasmo que lleno de temblores todo mi cuerpo.

Ella apoyo la cabeza en mi estomago y se quedo quieta dejándome que me recuperara. Mis manos acariciaban su cabeza enredando mis dedos en sus cabellos.

Gracias por haberme descubierto un mundo de sensaciones desconocido para mi. Ahora déjame que disfrute yo de ti.

La aparte y poniéndola de espaldas fui besándola por todo el cuerpo. Mi lengua recorría su espalda hasta introducirse en medio de sus nalgas. Estaba disfrutando de algo que yo pensaba que me iba a dar asco. Le pasaba lengua por el ano y presionándolo le introducía la punta de la lengua. El olor de sus sexo y ano era embriagador.

La gire y hundiendo mi cabeza en medio de sus piernas me dispuse a comer mi primer coño. Me encanto saborear sus jugos e introducir mi cara y boca en un contacto si cabe mas intimo y salvaje. Esther no tardo en tener un orgasmo que estallo en mi boca. Sentía sus convulsiones en mis labios.

Me incorpore un poco para tumbarme encima de ella a la vez que la besaba en los labios e introducía mi lengua.

Jamás me hubiera imaginado que esto me iba a gustar tanto. Te prometo que voy a estar enferma durante mucho tiempo...¿Me cuidaras?

No. Voy a hacer lo posible para que permanezcas en cama mucho, mucho, tiempo.

Desgraciadamente no volvió a repetirse. Su marido volvió de viaje, tuvieron una gran pelea. Ella abandono precipitadamente su domicilio. Mas tarde me entere de que se habían separado. Nunca mas supe de ella y tampoco volví a tener relación con ninguna otra mujer. Y es una lastima, porque con ella descubrí que todos tenemos un poco de homosexualidad en nuestro interior. Y no me avergüenzo de ello, lo que siento es no poder haberlo disfrutado mas. Y no haber tenido mas oportunidades...

Donde quieras que estés, gracias Esther. Por descubrir la otra mujer..que hay en mi.

Este relato esta dedicado a Esther una buena amiga..

Pifucha@hotmail.es