Esther 3
Siguen en el Salón de Belleza. Ahora le tocará a su parte trasera..
La pareja sonreía malévolamente. No ha estado mal, pero te ordenamos chupar el juguete y tu lo has tirado al suelo, espero que aprendas para próximas veces, guapa.
Si que aprenderá, David, no te preocupes, si no le enseñaré yo, jajajaa. Venga zorra, aun nos queda tu culo por arreglar, ponte a 4 patas y separa las nalgas.
Continuará...
Esther, todavía a mil pulsaciones, se incorporó y se puso como le ordenaron. Mostraba su culo a la pareja mientras trataba de relajar su respiración. Aunque se iba tranquilizando y a pesar de los 2 orgasmos, increíblemente, seguía excitada. Ahora iban a depilar su trasero, otra vez esa mujer que la humillaba insultando y tratándola como un objeto la iba a dejar “arreglada” para su amante.
Le aplicaremos cera, David, quedará muy suave, como a ti te gusta. Su culo también es bonito, como su coño y después de retirar este vello quedará perfecto para que lo uses.
A Esther que hablaran entre ellos como si no estuviera y se refirieran a ella como un objeto le volvía a provocar una excitación que no acababa de comprender. Estaba descubriendo su cuerpo, ya que nunca había pasado de un sexo “normal” hasta que conoció a David, hace ahora un mes. Ahora David se acercó a ella, pasándole la palma de la mano por toda la espalada, suavemente, hasta llegar a su nuca, volvía a bajar por toda la espalda y volvía a ascender, así un par de veces, muy despacio, hasta que la tercera vez la agarró del pelo y dirigiéndosela hacia su propia cara la besó apasionadamente. A ella le encantó su beso a pesar del tirón de pelo, pero ni se atrevió a protestar ni a moverse. David cogió el consolador del suelo, sin soltarla y se lo acercó a la boca. Lo has tirado al suelo y tienes que limpiarlo, le dijo suavemente. Esther dudó pero con el tirón de pelo que sintió abrió la boca al instante. Empezó a chuparlo y lamerlo mientras el se lo metía y sacaba de la boca. Ahora le había soltado el pelo y con el dorso de la mano acariciaba su vientre e iba ascendiendo hasta los pechos, rozando, casi sin tocar los pezones qu estaban duros como diamantes. En ese momento Beatriz empezó a aplicarle la cera caliente, separando sus nalgas con dos dedos y poniéndole la cera por toda la zona. Esther volvía a estar como una moto, David acariciando todo su cuerpo, muy suave, rozándola, metiendo y sacando el consolador de su boca. El consolador que había estado en su coño y luego en el suelo y Beatriz toqueteando su culo poniéndole la cera había vuelto a subir su grado de excitación.
Ya está, dijo Beatriz, en un momento podremos retirarla. David volvió a ponerse detrás de Esther llevando el consolador consigo. Acaricio sus nalgas para continuar por sus piernas, con la yema de sus dedos las acariciaba muy despacio, pasando por el interior delos muslos, luego continuo por las pantorrillas hasta llegar a la planta de los pies. Volvio a hacer el recorrido inverso hasta llegar otra vez a sus nalgas. Apoya la cara en la camilla, pon tu culo en pompa y separa bien las nalgas con tus manos. Obedeció al instante, no hubo que insistirle. Jajajaja, va aprendiendo, dijo Beatriz, creo que vuelve a estar mojada la muy guarra. David introdujo un par de dedos en su coño, muy despacio y vovlvio a comprobar lo que su amiga le decía. Los retiró y substituyó por el consolador. Despacio se lo introdujo hasta el fondo, sujetándoselo dentro con una mano y con la otra, después de lamer sus dedos, empezó a acariciar su clítoris. De la excitación Esther dio como un respingo, no se lo esperaba. David le dio un cachete en una nalga, sin decir palabra, ella entendió que debería estar quieta. Dejó de acariciar su clítoris y empezó a meter y sacar el consolador, mas bien rápido. Esther empezó a jadear, ya no se cortaba, ya le habían hecho de todo, que mas daba... Por sus sonidos el orgasmo avecinaba pronto pero David redujo la marcha hasta parar por completo. Volvió a empezar e ir cada vez mas rápido, no quería que llegase al orgasmo, por ahora. Así estuvo jugando con ella mas de 20 min. Hasta que ella, en un momento que se acercaba al orgasmo y el se detuvo dio como un pequeño grito. Que pasa? Dijo el. Por favor, déjame llegar. Le dijo Esther, casi implorando. Tendrás que pedírmelo.
Por favor, déjame llegar al orgasmo.
David seguía metiendo y sacando, muy despacio. No me lo has pedido bien, tienes que decir: “por favor señor, me puede hacer llegar al orgasmo?”.
Por favor señor, me puede llevar al orgasmo? Dijo al momento Esther. La pareja sonrio y el empezó a mover mas rápidamente el consolador, sabiendo que llegaría en un momento al climax, justo cuando se iba a correr, Beatriz le retiró la cera de un tirón, Esther gritó pero el dolor no le impidio llegar a un tercer orgasmo todavía mas intenso y largo que los dos anteriores. Siguio gritando y jadeando aunque no sabía muy bien qué se lo había provocado si el dolor o el inmenso placer q David le había dado. Casi no respiraba de lo acelerada que estaba, apoyaba las manos en la camilla, abriéndolas y cerrándolas, moviéndose delante y atrás, despacio, con el consolador entrando y saliendo, ahora despacio y saboreando ese último orgasmo,
Beatriz retiraba los restos de cera, limpiando la zona y aplicando algún tipo de crema que la relajase. Ahora si que estás guapa, zorra, ahora David si que podrá disfrutar de ti .
Continuará
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