Estas son mis historias

Descubrí un mundo donde mi marido me ve con otro, y el otro me paga.

Daniel fue un buen amante, es un hombre hermoso, me gusta su físico, su manera de ser, su carácter, y por su puesto, su polla. Gruesa, no muy larga, pero si bastante gruesa. Es una delicia tenerla entre mis labios, y cuando me folla, es sensacional, tiene esa manera de metérmela hasta el la base, pero luego, en vez de sacarla, empuja mas adentro. ¡Me vuelve loca!

Y aparte que tiene mucho dinero.

Pero bueno, todo llega a su fin, la última vez que lo vi, fue un día que mi esposo y yo nos pusimos de acuerdo, le dije que mi Luis, estaría fuera de la ciudad, y quedamos de vernos donde siempre. Daniel pensó que yo engañaba a Luis, pero en realidad, todo fue con consentimiento de mi marido.

Llegué antes que Daniel a la cita, del brazo de mi marido, y cuando llegó Daniel, le dije que el que estaba enseguida de mi (Luis) era un viejo amigo de la escuela, y que tenía mucho tiempo de no verlo. Terminé en la cama con Luis y Daniel. Entre las lamidas de coño de mi ‘viejo amigo de la escuela’, y las folladas espectaculares de Daniel, me hicieron que me chorreara una y otra vez, perdí la cuenta de tanto orgasmo delicioso que mi marido y Daniel me provocaron. Me follaron toda la noche, como hasta la tres de la mañana, y luego como desde las once del día, del día siguiente, hasta las siete u ocho de la noche, haciendo pausa solo para comer y beber. Me dejaron deshecha, me dolió mi coñito por un par de días después de eso. Pero mas que valió la pena.

Daniel, me anunció ese día que se iba a México, y que si algún día regresaba, me llamaría. Le di una buena chupada, y lo mandé a casa sin gota de leche en sus bolas.

Lo que voy a contarles ahora, es reciente.

Digamos, comenzó hace apenas unos tres meses. Conocí a una chica en un spa. Carla es joven, de 24 años, muy bonita, con un cuerpo envidiable. No me quedo muy atrás, tengo buen cuerpo también, pero la jodida tiene las tetas mas grandes que las mías, y quiero aclarar, que lo que tengo es mas que suficiente para atraer a los chicos.

Nos hicimos buenas amigas, y varias veces tomamos café en su casa, o veces viene a la mía. Lo que nunca tuve bien claro, es, exactamente en lo que trabaja. Se que es recepcionista para una firma grande en el centro de la ciudad. Pero una recepcionista no gana suficiente dinero para conducir un BMW, ni para tener una membresía de oro en el spa y gimnasio. Trabaja solo de cinco a seis horas al día, y es estudiante de tiempo completo en la universidad, y eso cuesta miles por semestre. Un día, en su condominio, se nos hacía tarde, y las dos estábamos ya pasadas de alcoholes. Me contó de los varios cruceros que ha hecho, por la Bahamas, por México, hasta por Alaska, y viendo alrededor de la casa, vi muebles caros, decoración de muy buen gusto y muy cara. Cuando le pregunté de dónde sacaba tanto dinero para su estilo de vida, me sorprendió su respuesta.

Pensé que tuviera un novio por ahí, como Daniel, con mucho dinero. O que sus padres la estuvieran ayudando, algo así, pero me dijo a secas y sin titubear: soy prostituta.

Me sorprendí, pero no me escandalicé, cada cuál su vida. ¿No?

Pero si me interesé. Hacer lo que mas me gusta, follar… ¿Y que me paguen por eso…? Tiene sus posibilidades.

Le conté a mi esposo lo que la chica hacía, y le dije que tenía interés. Esa noche follamos como locos.

Para no hacer muy larga la historia, les voy a contar de un cliente en particular, es un señor cuarentón, pero muy bien conservado, es de tez blanca, cabello negro, mas o menos bien parecido, creo es casado, pero, si no se han dado cuenta hasta ahora, a mi eso no me importa. Lo acompañé a un restauran, y luego me pidió que fuera con el a su hotel, por fin. Es que la compañía nos paga solo por ‘acompañar’ a sus miembros. Y solo son ciento cincuenta miserables dólares. Lo que pase después, es por nuestra cuenta. Tony, dijo llamarse, me llevó a uno de los hoteles más caros aquí en Orlando. Pasamos toda la noche follando y me pagó los mil quinientos dólares que le pedí. Pero lo que a el le interesaba era hacerme su putita para atraer clientes de otras compañías. Me pidió que lo acompañara a Atlanta, que la pasaría bien todo el fin de semana, y que me pagaría bastante si le ayudaba a cerrar un contrato importante. Sin pensarlo dos veces, le dije que si.

No le gustó mucho a mi esposo, pero el dinero era mucho para ignorar.

En Atlanta, me la pasé de primera. Tony me mimó comprándome vestidos, zapatos, joyas, con visitas al spa, masajes, faciales y todo eso que tanto nos gusta a las mujeres. De regreso al hotel, la suite estaba oscura, con velas por todos lados, Tony me ordenó que me desnudara.

Me dijo que me pusiera sobre el escritorio, cuando caminaba al escritorio, escuché otras voces. Sus homólogos.

Fueron tres los que me follaron esa noche. Dos señores como de la edad de Tony, y un joven, mas joven que yo. Tony, se sentó y se dedicó a ver mientras uno por uno se turnaban a follar mi coño o mi boca. Las tres pollas estaban deliciosas, duras y aunque no muy grandes, eran suficientes para llevarme de un orgasmo a otro. El joven se chorreó dos veces en mi coño, igual que los señores, pero también se chorreó una vez en mi boca.

Al día siguiente Tony se dedicó a mimarme mas, y por la noche me mandó al cuarto del joven, (el que estuvo la noche anterior follándome) y me la pasé toda la noche con el. Me hubiera gustado que tuviera la energía de mi marido o de Daniel, pero aún así, me folló muy rico por un buen rato, luego me pidió que se la chupara. Le lamí la tranca hasta que me llenó la boca con su semen. Me tragué todo y me metí su glande en la boca para sacarle todo lo que se pudiera.

Al día siguiente, platicando con Tony, me preguntó si tenía novio, le dije que estaba casada, se sorprendió. Me preguntó si mi marido sabia lo que estaba haciendo, le dije que si. Le conté de nuestra relación y las cosas que hemos hecho. Tony me pidió que invitara a mi esposo al hotel la noche que regresáramos. Le hablé a Luis y le dije que Tony lo invitaba, Luis se calentó y me dijo que iría.

De regreso a Orlando, en el hotel, Tony me ordenó desnudarme mientras el estuviera ahí, y que no importaba quien entrara o saliera, estaba bajo órdenes de no hablar con nadie mas que con el. Ni siquiera con mi marido.

Luis llegó como a las siete de la tarde. Lo recibí yo pero de inmediato me regresé al lado de Tony. Tony saludó muy amable a Luis y le dijo que tenía mucha suerte de tener una putita como yo. Luis se sentó frente a nosotros, yo estaba de pie junto a Tony a su izquierda, el sentado en su reclinable, con la mano izquierda detenía su cerveza y la otra sobre su hombro. Me pidió la cerveza, le dio dos tragos y me la devolvió. Su mano izquierda recorría mi culo, mis piernas, y de vez en cuando, mi coñito. Ser usada de esta manera me estaba excitando mucho, sobre todo porque estaba frente a mi esposo. Luis tenía problemas concentrándose en la plática, pues veía con atención lo que la mano de Tony hacía sobre mi cuerpo.

Como a los diez minutos de haber llegado Luis, alguien llamó a la puerta. Tony me ordenó que abriera. Era un camarero que nos llevaba la cerveza que Tony me había ordenado que pidiera. El camarero se quedó boquiabierto al verme desnuda, y a manera de propina le di un beso en los labios, mi esposo se sonreía. Regresé al lado de Tony después de que puse la cerveza en el pequeño refrigerador, en eso le dijo a Luis:

-¿Te gustaría ver lo que tu puta hizo por mi anoche? Luis dijo que si.

-Ven aquí,- dijo, poniéndose de pié y haciendo a un lado la bata que traía puesta, no traía nada mas debajo, así que su pene quedó al descubierto. Entendiendo lo que decía, me puse de rodillas frente a el, abrí mi boca y me tragué lo mas que pude. Su verga respondió al instante, la sentí hacerse grande, y Tony comenzó a follar mi cara.

-Tu mujer es una buena come vergas. Me gusta mucho cuando me la chupa.- Le decía a mi marido mientras seguía follando mi cara. Dejé de moverme, su polla entraba y salía de mi boca. Me sentía como una verdadera golfa, frente a mi marido, si que participara, mi coño estaba ardiendo, y quería que Tony se chorreara. Pero Tony sacó su polla y me dijo que era suficiente por ahora, se volvió a sentar y me tuve que aguantar las ganas. Sus manos volvieron a mi culo. Me pidió una cerveza, y muy obediente, fui por ella. Luis me veía y yo quería ir a su lado, a abrazarlo, y besarlo, a decirlo y decirle que lo amo. Pero su mirada me decía que estaba disfrutando el juego, y yo por supuesto, también.

Luego de un rato de conversar con Luis, Tony me ordenó se la reviviera, metiéndomela en la boca otra vez. Luego de unos minutos de lamerle la tranca, se le puso dura, entonces me ordenó me pusiera al la mesa. Me levanté, camine hasta la mesa, me recargué en ella, dijo entonces:

-No putita, ponte como a mi me gusta.

M e di la vuelta, puse las palmas de mis manos sobre la cubierta, dejando mi cuerpo en ángulo, con mi culo al aire, Tony se puso detrás de mi, y con un empujoncito, metió su polla en mi coño, después de tres o cuatro empujones mas, estaba metido hasta la base. Me agarró de las caderas para metérmela mas fuerte. ¡Ahhh! ¡Por fin! Sentir una polla dentro de mi, mi coño ardía. Tony comenzó a follarme lento, pero energético y vigoroso. ¡Que ricura, mi coñito por fin recibía el alivio a la comezón que traía desde hace tres o cuatro horas!

Pero el cabrón de Tony, con lo poco de haberlo conocido, sabía leer bien mi cuerpo, justo antes de venirme, se detenía y me mantuvo al borde del orgasmo varias veces.

-Tu mujer es una puerca, una puta, irremediable, no cabe duda. Pero putas como ella son raras- dijo.

-¿Cómo es eso?- Preguntó Luis.

-Por que a tu mujer le gusta la polla, de eso no me cabe duda.- Dijo. – Además, es la única puta que llega al orgasmo fácilmente, y hombres como tu y como yo sabemos llevarla hasta ahí.-

Mi marido me veía, mejor dicho veía la polla de Tony entrar y salir de mi, mientras Tony hablaba con el.

-¿Te gusta la puta de mi mujer?

-¡Hombre! Es una hermosidad, ¡Y de que manera le gusta la polla a la chica!

Tony dejó de follarme justo antes de poder venirme. Sacó su polla y me ordenó que se la chupara. Me puse otra vez de rodillas frente a el, pero el poniéndonos a manera de que Luis pudiera ver su polla entrar y salir de mi boca. Así estuvimos un rato, hasta que anunció que se venía, tomé su polla en mis manos y se la jalé varias veces, con cuidado de apuntar a mi boca, luego de unas cuantas pajeadas, con un gruñido, Tony me dejó ir varios chorros de leche caliente a mi boca, la mayoría de su lefa cayó justo en mi boca, me tragué todo, pero pocas gotas de su leche me cayeron en el pómulo y la mejilla derecha. Usando la cabecita de su polla, recogí las pocas gotas de mi cara y luego se la limpié con mi lengua. De reojo pude ver a Luis remolinearse en su asiento, tratando de acomodar su bulto, obviamente estaba bastante excitado.

Tony me folló dos veces mas esa noche, pero antes le dijo a Luis que era hora de que nos dejara. Luis se despidió de Tony, y le dijo que la próxima vez se pudiera hacer en nuestra casa, Tony dijo que eso era una posibilidad. Me quedé pensando que quizá sería bueno que le presentara a una de mis amigas para que ayudaran a Luis a descargar sus energías cuando yo estuviera ocupada con ‘clientes’, pero eso ya es otra historia, para otro día.

Les agradezco sus e-mails, son todos ustedes muy amables en ofrecerme sus esposos o sus pollas, gracias. No se les olvide escribirme a: mrclonedcat@yahoo.com

Besos.