¿Estás aquí?

¡Estás aquí! Frente a mí con ese vestido rojo que tanto me gusta y rosando con tus pies el verde pasto del jardín, tu bella piel morena y tus ojos cafés,

Hoy al amanecer, no sé si benéfica o maléficamente pero, amanecí con tu recuerdo en mi mente asombrándome porque tu aroma estaba impregnado en lo más profundo de mi  olfato, a cada lugar que me dirigía podía percibir tu delicioso aroma, bruscamente di un  salto de la cama para perseguir una sombra que mis ojos notaron, corrí pero no me fue posible encontrar persona alguna, aun así seguía percibiendo un aroma maravilloso, el tuyo, devolviéndome a mi habitación decidí vestirme con tan solo mi camisa y salir a tomar el sol en el jardín, aun inquieta por haber visto aquella sombra y no encontrar a nadie, me dirigí a aquella hamaca que yacía bajo la sombra de ese frondoso árbol que siempre ha sido mi compañero fiel en momentos de alegría o melancolía,  una vez hay solo me dispuse a gozar del silencio y tranquilidad que me impone ese lugar.

Entre mis pensamientos permanecía la duda del "¿por qué percibo su aroma si ella no está aquí a mi lado?, instante seguido a mis oídos llego el sonido de la puerta delantera abriéndose para después volverse a cerrar rápidamente, ¿será que mis oídos quieren ser participes de aquella broma tan pesada que me gastaban mi olfato y mis ojos o será que en realidad gozaría de compañía este día? Mi asombro fue aún mayor cuando se acerco a mí una escultural figura inconfundible, ¿qué está sucediendo?, ¿qué podía estar pasando?, ¿eres realmente tu amor mío quien se postra ante mí y me besa con la dulzura de tus labios entre los míos? Quiero pensar que esto es real y que decidiste venir a mi casa este día pero, ¿Por qué justamente hoy?  ¿Porque hoy que cumpliríamos un año más de felicidad?  ¿Por qué hoy si hace ya casi un mes que no te veo y que no quieres contestar ni mis llamadas, mensajes o algún intento de comunicarme contigo? ¿Será verdad? O quizás ¿será mentira?

Ya no puedo pensar en nada más que en un… ¡Estás aquí! Frente a mí con ese vestido rojo que tanto me gusta y rosando con tus pies el verde pasto del jardín, tu bella piel morena  y tus ojos cafés, ¡estás aquí! Te siento entre mis brazos llenándome de besos, ¡estás aquí! Tengo que confesarte que no sé cómo reaccionar, ni que pensar, ni que es realmente lo que siento aparte de la felicidad de que ¡ESTÁS AQUÍ!

Correspondo a tus maravillosos besos, abri mis ojos  y me lleve una sorpresa una cruel y dura sorpresa, es mi mente la que apoyada por todos mis sentidos te trajo aquí, es mi mente quien genero tu imagen, olor, textura y esencia basada en tantos recuerdos que tengo de ti, y tantas ganas que tengo de que vuelvas, y lo hiso hoy porque es hoy cuando mas deseo tenerte a mi lado porque fue un día como hoy el que me diste la oportunidad de besar tus labios, tocar tu piel y hacerte mi mujer, me aceptaste como pareja y comenzamos una historia que nos lleno de alegría en su momento y que por tu cobardía y mi desconcierto llego a su final de una manera muy cruel, prometiendo ser amiga de la que hice mi mujer, de aquella musa con la cual me inspire a hacer bellas poesías, de aquella muñeca que me encanto tener entre mis brazos y que con tan solo un beso se formo dueña de mi alma, vida y corazón, esa princesa que gobernaba en mi castillo y que se aterro ante la idea de que la corte se enterase de nuestro idilio, que no quiso pelear conmigo en la batalla para defender nuestro amor y me hiso retirar las tropas causándome un gran dolor.