Estando muy cerca de la muerte 21

Un placer hacer esto, para ustedes =)

Estando muy cerca de la muerte

21

Fran07 – Danii2

Su cuerpo… el mío… todo era diferente… sus ojos se perdían a través de una mirada profunda que viajaba al norte.

-¿Sami?

-¿Si? – reaccionó mirándome con una de sus sonrisas mas tiernas.

-¿Qué pasa?

Suspiró, mientras tomaba la sábana y se cubría su cuerpo.

-Me siento extraña ¿Sabes? Es…

-¿Qué?

-Eres la primera mujer con la que estoy, después de Luisa ¿lo sabias? – asentí, ya estaba preparada para esto… - es solo amor qué… cuando estuve con ella por primera vez, le dije que sólo iba a estar en cuerpo, con ella… y bueno – giró su cabeza  me miró – por mas cursi que sea, yo prometí alguna vez, que solo me interesaría eso… estar con ella, y cuando pasó todo con Cristina, con rabia, dolida, y todo… también dije que estaría solo por sexo.

-¿Por sexo?

-Si

Bajé mi rostro ¿Acaso me estaba diciendo que lo que acababa de pasar era solo producto de un deseo carnal? ¿Un impulso de su cuerpo por sentir placer? ¿Sexo y ya?

-Pero contigo todo cambia, Cami… - me encantaban sus ojos, así fueran ellos los culpables de enamorarme tanto – te amo.

Tomé su rostro, cerré mis ojos, y uní mis labios a los suyos.

-Yo también te amo hermosa.

Mis ojos se fueron directo a su mano derecha, en toda la muñeca, donde se encontraba una marca – esto no volverá a pasar.

-Lo se – asintió - ¿vamos a bañarnos?

-Me gusta eso!

Me levanté de mi cama, y la tomé por su espalda, mientras caminábamos en dirección al baño.

-¿Nos vamos a quedar todo el día aquí?

Se volteó mirándome con un gesto que me dijo que no.

-¿Tu puedes salir?

-¿A dónde?

-Ah espera ¿hoy es viernes?

Una risita salió de mí…

-Si… eso creo.

-Jajaja vale, hoy nos quedamos aquí, pero mañana vamos a mi casa.

-Y eso? Si me vas a presentar con mi suegra, de hecho ¡ya la conozco! – bromeé.

-mm no… de hecho – me besó mientras yo quitaba la sabana enrollada en su cuerpo – mañana le haremos una fiesta sorpresa a Cris que está de cumpleaños.

-Si? ¡Que bueno! Vale, mañana vamos… pero amor ¿En tu casa? ¿A cuántas personas invitaste?

-No, es que yo no se, el amigo de ella, ayer me habló y me dijo y bueno, yo le dije que no quería a muchas personas allá.

Miré sus labios y le indiqué que se acercara mas, tomé su mano, medí la temperatura de la ducha, y entré con ella, el agua que se encontraba en un estado medio, inició su función, su cabello comenzaba a humedecerse, su cuerpo desnudo, y mi mirada se perdía en el fondo de la suya, acaricié su rostro y no pude resistirme…

-Sami… te amo tanto, tanto, tanto…

Se ubicó en mi posición anterior…

-Yo también te amo – sonrió acercándose mas.

Sus manos y las mías, se unieron, parecía esto… un verdadero sueño… tan solo colmado de miradas… de palabras que no se escuchaban pero podíamos sentir que decían… de caricias tenues y sutiles que no hacían otra cosas mas, que incrementar la ternura entre las dos… podía sentir el miedo que m e invadía de repente… ya estaba lo suficiente enamorada de esta niña, ya comenzaba de nuevo a sentirme dependiente de un amor que estaba haciéndome la mujer mas feliz… pero el miedo crece cada vez mas… el solo hecho de imaginarme que esto puede acabar… ó…

-Oye – susurró con sus labios cerca de mi oído – no pienses tanto en lo que va a pasar… - sentí la humedad de ellos, treparse dentro de mi – mírame – la miré – estoy aquí – un corto besito – contigo – y otro más.

Mis manos fueron en dirección a su espalda, sus manos se ubicaron atrás en mi cuello, la cercanía de su cuerpo, el tacto de sus caricias, mi piel erizada… el sentimiento de tantas cosas unidas en una sola… mis dedos bajaron despacio… por toda su espalda, deslizándose con lentitud…

-Mírame – susurré con mi mirada perdida – si sabes todo lo que te amo?

Sonrió de la manera más divertida, haciéndome reír a mi también – si lo sé.

Y en un impulso imprevisto de su parte, me estrechó un poco contra la pared, que daba a todo el frente de la ducha, ese simple acto, me desconcentró por completo, la desnudez de su cuerpo, me obligaba a reaccionar a favor de mis deseos por ella, tomé su rostro y junté mas su cuerpo al mío…

El agua que caía perfectamente por encima de nuestras pieles, hacia un intimo contacto con cada parte de ambos cuerpos, sus manos dibujaban una tierna caricia sobre mi cintura, subiendo con lentitud, por mis brazos, deteniéndose en mis hombros, refugiándose en mis pechos… arqueé mi cabeza hacia atrás, y sus labios se adueñaron de mi cuello, su lengua hacia un jugueteo perfecto en todo lo que besaba… eso, me hacia llegar a un lugar de satisfacción plenamente excitante… subió con sus labios hasta encontrar los míos… la intensidad al besarla, desbordaba en cada segundo que pasaba con ella, mas el amor que sentía…

La sensualidad del momento daba para que de nuevo un encuentro en el que ella y yo, expresáramos cada uno de los sentimientos, apareciera…

Sus labios, iniciaron caricias leves… el ritmo del beso subía de tono, yo… ya me sentía incapaz de retener los suspiros que ella me hacia provocar.

-Te amo – te amo – te amo – te amo – te amo – y te mereces esto… y mucho, mucho mas!

Y con su mano derecha, buscó mi cabello, mientras su cuerpo se encogía un poco, y bajaba de mis labios, descendientemente a mi cuello… mis hombros…

Sus manos volvieron a juntarse, uniéndose sobre mi pecho... mordí mis labios en el mismo instante que sentí sus labios y sus caricias sobre ellos… el deseo por querer llegar a sentir mas, por disfrutar cada cosa que ella hacia, la excitación en la que se encontraba mi cuerpo… ¡todo! Ayudaba considerablemente a sentir mas de lo que yo misma, quería permitir.

Busqué sus manos con las mías, e incrementé presión sobre ellas, al mismo tiempo en que vi como su cuerpo bajaba lentamente hacia el sur…

Mi piel se eriza… y un pequeño cosquilleo sobre mi vientre, me pone aun más nerviosa con esta situación…

Sus labios besan con ternura… mi abdomen… y llegando al costado de mi cintura, situándose con ellos, sobre la herida… sonrío al sentir ese gesto… y con cuidado, sigue bajando hasta llegar al final de mi abdomen… al principio de mi vientre…

Abro mis ojos al sentir que se detiene, la miro… me está mirando >>¿Qué pasa?<<

Sus ojitos en busca de una respuesta que ya debería saber… asiento con mi mirada, y esa es la entrada a que ella termine de conocer de mi, lo que aun no conoce…

El agua cae sobre mi pecho, y mi sexo se inunda en besos que me suben al cielo… el jugueteo de su lengua sobre mi, hace estremecerme por completo, espero un poco... o quizás es mucho tiempo… hasta que se atreve a adentrarse un poco mas... me indica que abra un poco mas mis piernas… y aumento la presión con mis manos sobre su cabello, y ella misma me lleva de nuevo a ese lugar de satisfacciones plenas como las que hace pocos minutos, estaba llegando.

Su agilidad al incrementar más la velocidad de sus movimientos, la tensión de mi cuerpo al estar en ese paralelo cuestionario de si se atreve a llevarme al punto final del momento... o alarga por un tiempo más el sentimiento como algo eterno…

Un ultimo sentir… un ultimo espasmo recorrer mi espalda… un ultimo suspiro… y un gemido que devolvió un sin fin de sensaciones en el mismo momento en que me aferré a lo primero que me devolviera un equilibrio racional para no caer…

-¡¡Dios!! ¡¡Samiiiii!! -

Y suspiré finalmente satisfecha…

Abrí mis ojos, allá estaba ella, con una sonrisita traviesa – me encantas Camila.

Luisa

-Feliiz Cumpleaños Hermosiita – tomé su cintura con mis manos, y obligué a que su cuerpo volteara velozmente en dirección a mí, apenas estaba levantándose y a sus ojos les costaba en forma, mirarme completamente abiertos.

-Amor! – sonrió al ver el ramo de rosas que yacían a su lado, y el desayuno casi que en sus piernas - ¡que lindo esto!

-Happy Birthday Honey, espero que te guste mi regalo.

-No, sabes que es el mejor que he recibido?

-¿Qué?

-Que tú estés conmigo Luisa – me tomó del cuello acercándome a sus labios.

-Te amo – y me dio otro beso.

-Yo más.

Me era imposible tener su cuerpo así de cerca sin poder darle algo mas que no fuera un beso, agité mi cabeza y me separé de ella – desayuna y luego lo que quieras – reí.

-Y si lo quiero ya, qué?

Alcé mi ceja mientras ella se quitaba el vestidito de pijama - ¿Segura?

-ajammm

Puse la bandeja a un lado de la cama y de nuevo la besé – no, espera.

-Luisa!

-Mor, a penas dejemos que se caiga qué? Mira que… me demoré una horita haciéndolo,

-Si?

-Si…

-Sabias que te ves sexi cuando haces ese tipo de pucheros? – sonreí.

-Sii  jajaja

Volví acomodar la bandeja pero en el tocador que estaba a un paso de la cama – ahora sí.

Subí mi cuerpo sobre el de ella, ubicando perfectamente mi muslo derecho justo sobre su sexo, sus manos se refugiaron en sus senos, y sus ojos comenzaban a mirar de una manera más penetrante.

Podía sentir como su pantie iniciaba un revelador gesto que denotaba que su cuerpo, estaba sintiendo a la perfección la presión de mi pierna sobre ella.

-ven – susurró, bajé a ella, sus labios sobre los míos, me besaba de una manera encantadora, todo era como tan completo de cada una de las cosas que me fascinaba sentir a su lado. Busqué sus pechos, tan solo la cubría esa pequeña prenda, descendí mi mano despacio hasta llegar a su  vientre… su abdomen se movía  rítmicamente… introduje mi mano debajo de su pantie y sentí la humedad de su sexo enredarse tan deliciosamente en mi… el solo hecho de sentirla así, me embriagó por completo, con su mano derecha, hizo presión sobre la mía… no faltó que me indicara nada… inmediatamente inicié movimientos circulares, subió su dedo corazón a sus labios y lo mordió ¿acaso podía ser mas sensual? Ubicó al abrir un poco mas sus piernas; mi mano en todo el inicio de su intimidad, en el mismo momento en que ella, entrelazó su pierna izquierda en el centro de mi sexo… por Dios… esto es… francamente… lo más excitante que he podido vivir, asimiló el ritmo de su cadera, con el que comenzaba con su pierna, me quedaba a la perfección la frotación de ella, conmigo…

En un afán casi desesperante, quité mi ropa interior, ubicándome nuevamente a la posición en la que estábamos, miré su cuerpo… Cristina… >>La amo<<  es hermosa. Bajé su pantie con mis dientes… halándolo para que al deshacerme de el, no interrumpiera nada mas, con mi deseo de hacerla mía, froté con movimientos agiles su clítoris, mi mano se deslizaba casi tan de repente al mismo instante en que la posaba sobre ella, aumenté un poco mas mi presión, me estaba quedando difícil concentrarme en hacerlo todo bien, cuando ella no dejaba de hacer lo mismo con su pierna… moví mas, lo mas que pude mi cadera, chocando el ritmo consecuentemente con el que ella estaba oponiendo con su cuerpo, su respiración agilizó un 100% y los suspiros que delataban su sentir, se convertían en pequeños grititos que se ahogaban cómodamente con los míos, creando un sonido elocuentemente excitante para mis oídos, la miré… me estaba observando del mismo modo que yo a ella, sonreí al asegurarme por 50 vez en esto que llevaba de la mañana, que era ella la mujer que quería para mi, solo para mi y por mucho tiempo en mi vida, con este pensamiento, como si ella adivinara lo que estaba pensando, obtuvo en una rápida pose de medio lado, que su pierna estuviera perfectamente en sintonía con mi sexo, un rápido espasmo pasó por mi espalda y luego, por mi cuerpo; dejándome sin razón por cortos segundos, estimulé por última vez  su clítoris y ese grito escapado de sus labios, indicó cortésmente que era el momento de seguirla, sus manos rayaron mi pecho, y yo me tensé por completo, siendo victima de la sensación tan… perfecta que acababa de sentir. Un largo suspiro salió de mis labios, al igual que ella… me miró con expresiones satisfechas en su rostro, y me besó.

-Feliz cumpleaños corazón ¿te gustó mi regalo?

-Ese fue tu regalo? Hum… puede repetirse, no?

-Cris – acaricié su cabello – me entrego a ti, en alma cuerpo y corazón – y sellé con el beso mas tierno, lo que acababa de pronunciar.

Cristina

-Bonita – susurré tan despacio… tan suavemente… que… sólo atinó a mover su cuerpo un poco, y volver a quedar plácida en su sueño.

Allá estaba ella… con su carita de medio lado, su espalda totalmente descubierta, bajé mi mano lentamente por toda su columna… me encantaban sus bellitos… esos que hacían que su figura trasera se viera aun mas sexi de lo que ya era… besé su cuello… y una extraña sensación me recordó a sami… alguna vez me dijo lo mucho que le atraía el cabello de Luisa a ella…  lo observé, mentiría si dijera que ahí algo de su cuerpo que no sea hermoso… su cabello, baja hasta la mitad de su espalda, naturalmente lacio, y con un ondulado suave que quiebra el liso totalmente a la mitad de su altura, rodeé su cuerpo con un abrazo… este sentimiento a tranquilidad… a plenitud a su lado… a quererla conmigo… los celos de pensar en alguien más que tan solo; pueda mirarla demás ¿alguna vez sentí lo mismo por alguien mas?

¿Existió otra persona que me haya hecho ser,  lo que soy cuando estoy a su lado?

El timbre sonó, y recordé el día que es hoy… ¡mi cumpleaños numero 23! El sonido repetitivo consecutivamente tres veces seguidas, me alarmó… sólo una persona tocaba así… >>oh oh<<

Me levanté rápidamente pero sentí su mano retenerme – voy yo, amor.

-Que tramposa eres – recreé un puchero – estabas despierta! – reclamé cruzando mis brazos.

-Sabias que amaneciste más hermosa que siempre? – se fue acercando, analicé su cuerpo desnudo juntarse al mío, sus piernas largas; perfectamente torneadas, su abdomen plano, y su cintura curvearse tentadoramente, sus pechos… de un tamaño perfecto para hacer soñar a cualquiera, su cuello; su rostro… Dios! Tenia como novia a la mujer mas hermosa que haya visto, sus labios me hicieron reaccionar y correspondí a su beso perfectamente.

-tu amaneciste el triple de hermosa de lo que estoy yo.

-no, no, no ¡tu!

Tomé su cintura y aferré su cuerpo al mío – te amo, y eso que pasó ahorita, me hizo comenzar el día, muy muy bien.

-¿Ah si? – mordió su labio seductoramente y yo no atiné a hacer otra cosa mas que apurarme con mi pasó, y morderle su labio antes que ella volviera hacerlo… lo atrapé con mis labios, y lo besé lento…

El sonido del timbre retumbó en mis oídos fuertemente, esto no era una broma… ¿acaso era cierto?  - yo abro – dije, retirándome de sus labios con precaución

-¿Esperas a alguien? – esa miradita de “estoy casi celosa” apareció en su rostro y me daban ganas de cogerla, besarla y hacerle el amor por mucho tiempo, pero no me era posible en este momento…

-no amor, solo voy abrir.

-vale, pero ¿piensas abrir así?

Me miré, estaba sin una sola prenda que cubriera mi cuerpo, me sonrojé automáticamente, poniéndome una bata de baño.


Llegué a la puerta…

Y antes de abrir, su voz corroboró que mi presentimiento no me había fallado…

-¿Cristina? – llamó un poco mas duro de nuevo.

Luisa, salió de la habitación - ¿Por qué no abres?

-si, ya…

Abrí la puerta… y allí estaba Teo… su presencia logró ponerme nerviosa, seria por que hace muchos días no sabia nada de el, o por que Luisa estaba ahora conmigo, y antes, pensaba en el, como la única persona que quería a mi lado…

-Teo… - lo miré – hola.

Entró tan rápido que no pude detenerlo, tomó mi cuerpo con sus manos y me alzó en un gran abrazo que me sacudió por completo. – feliz cumpleaños mi vida! – me bajó de sus  brazos y me miró con una sonrisa tremenda en sus labios – wow, sí que estás hermosa Cristina, 23, eh?

di algo Cris<<

-Gracias Teo, ¿quieres pasar?

-Vale – entró animado, y tras el, un peluche Gigante con los chocolates que mas me gustaban – al fin pude conseguir tu oso panda – señaló al peluche.

-¿Es enserio? – Recordé cuando salimos de compras los dos, se rifaba un peluche de un oso panda, el mas hermoso que pude ver… lo  pedimos, y no quisieron venderlo por que solo era una rifa… ese día,  buscamos en todas las tiendas de peluches uno igual, y no lo encontramos - ¿Cómo le hiciste?

-Ya ves, lo estaba aguardando para este día – y su mirada se ubicó en Luisa que apenas aparecía de la cocina – hola – la saludó.

-Hola – le respondió ella en el mismo tono – Que es amor? – se acercó a mi, y me tomó por su espalda, me encanta su reacción… como esa seguridad a demostrarle a cualquiera que ahora ella compartía su vida conmigo.

-Un peluche ¿te gusta?

-Sii, está lindo – miró a Teo - ¿Quién eres tu?

-Un amigo suyo – me miró a mí, sorprendido pero igual de sonriente - ¿sabes Cris? Me porté mal contigo y no supe valorarte, espero que esta señorita, logre hacerlo – se acercó a mi, y me dio un beso gigante en mi mejilla – feliz día chiquita.

Lo abrasé, no terminamos bien, pero… siempre fue mi amigo, antes que mi novio – Gracias Teo.

-No, las Gracias las doy yo Cris, me ayudaste a madurar ¿Sabes? Eres una mujer… como pocas, con tu permiso – dijo para Luisa – pero tienes a la mejor, eh? ¡aprovéchala! Si no quieres arrepentirte como lo hice yo.

Sonreí de nuevo – Cuando me necesites ¡llámame! Y sino... ¡también! ¿Sí? Aquí tienes a un buen amigo que fue un mal novio.

-Jaja vale, lo tendré en cuenta, y Gracias de nuevo.

-Que disfrutes tu día, hermosa – otro beso mas, tendió su mano para despedirse de Luisa, y salió.

Abrasé al oso y me senté sobre el - ¿Es hermoso, no? – le dije a ella, mientras lo tomaba y examinaba determinadamente.

-Sii, amor, está lindo – se sentó a mi lado – el es tu ex?

-Si ¿Qué te parece?

-Está bueno – sonrió besándome – pero mejor, estas tu

-Sí?

-¡Sí!

Unimos nuestros labios nuevamente, cuando mi celular, sonó… en la pantalla, se veía el nombre de Manolo, Luisa suspiró sonriendo al mismo momento.

-Ve y organízate ya, que tu casi-novio se está muriendo, vale?

-Me vas hacer mucha falta ¿todo el día sin ti?

-Nos veremos en la noche, recuerda que es en casa de Sami, va?

-Oye ¿por qué allá?

-Porque Camila no se puede exponer al frio y en la noche llueve amor.

-ok, estaré allá –me levanté – y que no se te olvide que es mío, bueno?

-ja ja ja ja – abrasó al oso sacándome la lengua

Se me hizo irresistible verla – no, sabes qué? ¡No aguanto! - la tomé de la mano, y la llevé conmigo al sofá, empujé su cuerpo, cayó riendo… y me tendí sobre ella… volví a besarla… y hacerla mía de nuevo.

-Te amo.

-Te amo.

Sami

-Aquí?

-Sí, voltea a la derecha y cuadras allá.

-Oye Sami, por aquí no hay amiguitas… que… - lo miré

-Cállate ¿quieres?

-hay no Camila, que estrés… tu no ayudas en nada – se refirió a Camila, quien apenas comenzaba a despertarse.

-¿Cómo te sientes amor?

-Mejor ¿Cómo terminó todo?

-Excelente – respondió Poncho por mí, riéndose… viendo por el retrovisor como me había dejado con las palabras en la boca – ya pusimos una orden de caución, y no se puede acercar a ti, sin una orden.

La miré, parecía con miedo – va a estar todo bien, hermosa – tomé su carita y le robé un besito.

-Sami,  ahí hay otro carro, ¿Dónde lo parqueo?

Miré hacia la calle, era cierto… y ese... era el auto de Freddy

mier…da…<< >>vale, piénsate que le vas a decir a Camila<<

Me bajé del auto, allí estaba él, sentado en el borde de la acera, jugando con un llavero, se levantó en bien me vio, y sonrió… este tipo, tenia algo agradable en su ser.

-Hola Freddy

-Samantha ¡casi que no doy contigo, mujer! ¿Hay que pedir cita? – bromeó mirando al carro de Camila.

-No, claro que no, espérame un momento, ayudo a mi novia a bajarse del auto y hablamos, va?

-Claro, necesitan ayuda?

-No, gracias

Di tres pasos hacia atrás, Poncho ya estaba bajando a Camila, de hecho… solo sostenía sus manos.

-¿Por qué eres tan terquita amor? ¡Déjate ayudar!

-¿pero es que, no me ven? ¡Puedo caminar! ¡No necesito silla de ruedas amor!

Asentí, era cierto… pero me preocupaba que se sobresaltara y algo malo le pasara – preséntame con tu amigo, ya lo había visto antes, no?

-Eh, si – dije – Freddy, te presento a Camila, mi novia, y el, es… -  miré a poncho – bueno, el es poncho – reí, mientras el hacia  un gesto molesto

-Un placer Freddy – Camila lo saludó con agrado - ¿puedo saber quien eres?

-Claro, soy un amigo de Samy, bueno, amigo todavía no, pero si casi amigo –me miró a mi, manejaba una inocencia que se me hacia por demás, tierna – y es un gusto para mi también conocerte, por ti, Samy,  me dijo que no, sabias?

-¿Qué no, que?

-Que no – me metí – que no, saldría con él, en plan de algo mas, cierto?

-Exacto, eso mismo.

Camila me miró, y una risita sarcástica, salió de sus labios - ¿ya llegó Luisa?

-Sí, debe estar adentro, Freddy ven con nosotros – le ofrecí

-No hermosa, no debo demorar, ahorita comienzo turno, solo vine a decirte una cosita.

-Claro decime.

-¿Te acuerdas de Valeria? – dijo en un tono que…

problemas… ¿Quién rayos es Valeria? <<

-No Freddy, estás bien? No conozco a ninguna Valeria

-Sí, la niña por la que te metiste la… >>pff, que tipo tan imprudente<< otra vez.

-Cami, vamos adentro – interrumpió Poncho, le supe agradecer – Sami nos alcanzas, un gusto Freddy, suerte viejo.

-Bien, lo mismo  - le respondió él.

Camila asintió a su hermano, y entró con él, mi mamá abrió la puerta, y tras ella, podía ver a Marcela, giré mi cabeza, y observé a Freddy.

-La regué?

-¿Qué crees? ¡No digas eso delante de ella! Y enserio ¿Quién es Valeria?

-La niña por la que te metiste la otra vez, en la pelea con el hombre musculoso ese.

-Ahh sii  - hice un gesto de darle la razón – al que tu le tenias miedo, si, si, lo recuerdo – y reí.

-No era miedo, solo me prevenía de salir lastimado

-Jajaja, que conveniente eso, ¿Cómo está? Vení, entremos a casa, no? Aquí hace algo de frio.

-No Sami, solo te digo que ella me preguntó por ti y yo le – y se quedó viendo la figura de una rubia, francamente espectacular, salir por la puerta de mi casa - ¿Quién es ella?

-Una amiga – dije mirándolo agraciadamente, mientras él se embobaba con la visión, volteé y lo seguí… estaba ¡divina! Llevaba un jean de color negro, con algunos rotos y parches  en partes puntuales de sus piernas, un blusón que tapaba el inicio de su pantalón, haciendo que su figura se calcara a la perfección, bajo el, sostenía un pequeño top del mismo color de su pantalón, su cabello rubio, bajaba por sus hombros, y varios mechones acomodados convencionalmente a su alrededor, todo esto, venia acompañado con un par de botines… realmente… perfecta.

-Sami…

-Sí?

-¿La conoces?

-Aja, es una amiga ¿no me escuchaste?

-Ahh si – me miró – está linda.

-Sí, mucho – asentí, sabía que quería decir mucho más.

-Bueno, más que linda… para…

-Calla, si? No digas nada inoportuno.

-Bueno, tú me entiendes, no?

-Aja, supongo que si

Luisa se acercó – Hola sami – beso en la mejilla – hola – se refirió a Freddy

-Hola, un placer conocerte – estiró su mano y se atrevió a besarle su mejilla.

-A dónde vas?

-A comprar al resto de cosas para la decoración, me acompañas?

-¿Y Camila?

-Está adentro.

-mm, pero no nos demoramos

-Sí, compramos y salimos

Y antes de hablarle a Freddy, sonrió – ya debo irme Sami, me encantó verte, cuídate mucho, y no te pierdas tanto, quieres?

-Claro, deseas algo más?

-No, creo que así está bien – se despidió de ambas, y se dirigió a su auto.

Caminé con Luisa, ninguna dijo nada, la notaba nerviosa, y con ganas de decir algo que no podía.

-¿Pasa algo?

-No

-mm

Dimos otros 10 pasos más o menos, sin hablar

-Sami.

-¿Sí?

-Tengo miedo.

Sonreí, sabia que algo le pasaba.

-¿Qué pasa?

-Estoy enamorada – mordió su labio en muestra de sus nervios e inseguridad al confirmar lo que decía.

-Y por qué estas así?

-No quiero hacerle daño, no como te lo hice a ti.

-No, Luisa – la miré, podía ser la persona mas frágil, todo lo que había pasado, le había dejado un amargo sabor, y una culpabilidad que ya no era de ella – no digas eso, si? Ambas estábamos comenzando un nuevo camino, las dos estábamos confundidas y…

-Yo te fallé – culminó – Sami dime una cosa, si?

-Que te digo?

-Tú piensas que yo me enamoré de ti, o solo fuiste un capricho.

-Un poco de las dos – afirmé directa.

-Mírame – tomó mi rostro con sus manos, y clavó sus ojitos sobre los míos – yo si me enamoré de ti, y lo de un capricho… digamos que… a pesar de que sabía que te estaba amando, también me obsesioné, quizás por eso, cometí tantos errores.

-Olvida lo que haya pasado, y vive lo que está pasando ¿Si? No vas hacerle daño a Cris, ni ella te lo hará a ti.

-y… ¿si no funciona?

-pues, quedará el recuerdo de que fue algo lindo, no?

-Ja… esperaba que me dijeras que si iba a funcionar – armó un puchero, la gente nos veía tratando de comprender que pasaba-

-Pues, puede que si,  y puede que no, por eso te digo, vive lo que está pasando, tienes a tu lado a una niña hermosa que te ama.

-Jamás pensé que serias tu, quien me dijera todo esto – buscó mi mano, y entrelazó sus dedos con los míos – sabes todo lo que te adoro, no?

-Si lo sé, y tu… ¿Sabes todo lo que te adoro yo? – le sonreí.

-Sí, y ¿te acostaste con Camila, no?

Solté mi mano de la suya, y la miré sorprendida, entre enojada y sonriente.

-¿De que hablas?

-Dímelo ¿Sí o no?

-Wey espera… ¿Cuándo te pregunto yo eso?

-Bueno, a lo mejor es por que no te importa saberlo, pero a mi si!

-Wow, esto me parece una escena de celos amistosa – acerqué mi mano a su cabello – sabias que…

-Sí, te encanta mi cabello – rió con ternura – lo admito, yo también lo amo.

-Luisa, ¡eres tan presumida!

-Bueno, pero ¿Estoy mintiendo?

-No, si es lindo, pero seria mejor donde fueras modesta – terminé de decir, y llegamos a una tienda de detalles.

-Hoy el ex, de Cris, le llevó un Oso Gigante.

-Humm, detallista, eh?

-Sí, pero se portó bien ¿Sabes? Dijo que, Cris se merecía lo mejor, y que esperaba que yo la hiciera feliz.

-Que lindo – expresé mientras cogía la lista de faltantes – quieres un helado?

-Sí.

-Ok – volteé, y mientras ella compraba lo que faltaba, yo me dirigí a una heladería cercana; compré dos helados, escogí su preferido y para mí, el mismo.


Allá estaba, con sus manos ocupadas en las bolsas, y con un puchero gigante de que me moviera, porque estaba cansada, le recibí una bolsa y le cedí un helado.

-Sami, respóndeme

-Luisa ¿Es enserio? ¡Eso es personal!

Me miró, como pocas veces lo hacia – Poncho dijo algo relacionado, cuando llegó al apartamento y te vio a ti con una prenda de Camila, dijo que habías pasado la tarde con ella.

Asentí lentamente mientras consumía el helado – Así fue.

-¿Recuerdas que alguna vez…

-Sí – la interrumpí – se lo que te prometí, pero…

-Lo se, se que yo dañé esa promesa.

-¿Por qué te pones así?

-Sami, no quiero verte mal… y sé que Camila hace lo correcto… solo, escuché a Poncho y recordé el día que… ¿Recuerdas cuando fuimos… bueno… la ultima vez que estuvimos juntas?

-Sí…

-Bueno, solo recordé lo que dijiste…

-Tú sabías que ese día, yo sabía que tú estabas con otra persona?

Dejó de chupar de su helado y me miró preocupada, sus ojos brillaban, su sus labios estaban húmedos, y ese gesto tan lindo... en su mirada….

-¿Cómo así?

-Yo ese día, te vi hablar con alguien mas, a escondidas… de que yo no te viera ni te escuchara… ya era obvio… y esa fue mi despedida.

Intentó hablar pero no la dejé – no te traumatices más por lo pasado Luisa, tú sabes que me tienes aquí, eh? Tu sabes lo que fuiste y lo que significas en mi vida, y que a pesar de todo, me ayudaste a madurar, a  crecer, a valorarme y a entender.

-Solo si me prometes una cosa.

-¿Qué – suspiré, no iba a dejar esa manía de las promesas.

-Que siempre me consideraras como tu primera vez, como lo primero en tu vida… como esa niña especial.

La miré y la abrasé con fuerza – no tienes que decirlo – y sin pensarlo, estábamos de nuevo al frente de mi casa, todos estaban mirándonos, busqué la mirada de ella… en sus ojos, se creaba una expresión a no saber como determinar lo que acaba de ver, Luisa y yo nos separamos.


Saludé a mi mamá, y luego, tomé a Camila de mi mano, asegurándole que nada pasaba, y que de nada debía dudar, le robé un beso y luego, abrasé con fuerza a Marcela, hace días que no la veía, aceptaba tristemente que por mi culpa, era la  falta de comunicación entre ambas. Me senté a su lado, y luego me acomodé entre sus piernas – valga la redundancia – ( no piensen mal, es decir, compuse mi cabeza, sobre sus piernas… ¿siguen pensando mal, verdad? Es decir… ella se acostó y yo me… bueno… ya me entendieron… :S )

Hablamos por un largo rato, Poncho organizaba todo con Luisa, Cami hablaba con mi mamá… todo estaba casi listo, el celular sonó, y Marcela se marchó un instante… y yo aproveché, caminé tres pasos mas, y me acerqué a ella…

-¿Cómo sigues bonita?

Me miró, esa sonrisa iluminaba todo a su alrededor, me perdía en sus ojos – excelente – guiñó su ojo y se acercó a mis labios – te amo –

La abrasé, el timbre sonó, me levanté. Pero choqué con un tazón, y enredé mi pierna con un objeto que no alcancé a ver

-Yo voy amor – manifestó ella, tomé su mano pero con su rostro asintió a seguir adelante, todos estaban lejos de la puerta, me quedé mirándola, al mismo instante en que componía mi ropa, miré a mi mamá, había quebrado toda una reliquia para ella, su cara de pocos amigos apareció.

-Solo quedan dos de mi colección – advirtió y no atiné hacer mas que reírme.

Hasta que la  voz de mi novia, obligó a mirarla inmediatamente  - alguien te busca – dijo a medias.

Me acerqué a ella, chocando con Poncho, miró a la persona que estaba buscándome y devolvió su mirada a mí.

-Por Dios… - susurró.

Abrí un poco más la puerta, Camila volvió a entrar, me costó solo 5 segundos recordar su figura…

Una estatura, un poco mas baja que la mía… su cabello rubio, pero que, a diferencia que el de Luisa, era natural… aunque un poco mas corto, sus ojos eran de un color miel muy claro, juraría que casi eran verdes, sus labios de una figura perfecta, vestía muy formalmente, pero eso no le quitaba lo sexi que se veía.

-¿Samantha?

-Sí, si – reaccioné ¿Qué hacia ella aquí?

-Hasta que por fin te veo - >>sexi… sexi… si, está linda… y su voz, complementa con su cuerpo<<

-¿Me buscabas?

-Sí, necesitaba agradecerte.

-¿Quieres pasar?

-No, solo quería disculparme por haberme ido así la otra vez, además de que me salvaste de una golpiza tremenda, me seguiste, y yo solo me fui.

-No te disculpes. Supongo que estabas asustada – reparé su rostro, la otra vez era de noche, y no vi lo linda que era.

-Sí quería hacerlo, espero no te moleste que haya venido así, le dije al portero del bar con el que te vi, hablar esa noche que me dijera donde podía encontrarte.

-Ahh, tu eres... ¿Valeria?

-Sí – sonrió – la misma.

Estiré mi mano – es todo un placer, soy Sami y no hay rollo, solo espero que… eso no vuelva a sucederte, no es lindo que alguien te pegue, eh? No dejes que eso vuelva a pasarte, tu… eres linda y… quien te maltrata no te merece – la inspiración se me salió de repente, el solo recordar como la golpeó ese tipo la otra vez, me invadió mi sensibilidad.

Sonrió con ternura – enserio, te agradezco, y créeme que ese animal no hace parte de mi vida, ya; no te busqué antes, porque estaba viajando, pero a penas regreso y esto, fue lo primero que quise hacer.

Le tendí mi mano, y ella se inclinó y me dio un corto abrazo que supe entender como el agradecimiento final.

-Que estés bien Sami – dio la vuelta después de separarse de mí, y encaminó rumbo a un automóvil.

La sensación a plenitud, llegó, sabia que había hecho bien… al defenderla.

Cristina

-Manolo son las 8:00 pm (20:00) ¡demonios! Eso me pasa por salir contigo.

-ehh relájate, no te tomes enserio lo de tu cumple, si sigues con ese genio, llegaras a los 30 con el cabello blanco.

-jahh jahh jahh Luisa me espera, de hecho todos…

-Vale, pago esto y vamos – acarició mi mejilla con su mano.

Llevaba en mi mano, un estuche… lo había pensado toda esta semana... ya era el momento, no quería esperar mas… no iba a pedirle que se casara conmigo, pero si que necesitaba sentirla mía completamente, ¿iba a comprometerme? Si! Por la mujer que amo... le pediría a Luisa, que se quedara conmigo en mi departamento y que comenzáramos una vida no como un noviazgo sino como algo mas serio… ya era hora, ya me sentía segura de mis sentimientos, y era ella, la mujer que quería en mi vida, para mi, conmigo, y por el tiempo que Dios me permitiera vivir.

Estando muy cerca de la muerte

21

Fran07 – Danii2

Su cuerpo… el mío… todo era diferente… sus ojos se perdían a través de una mirada profunda que viajaba al norte.

-¿Sami?

-¿Si? – reaccionó mirándome con una de sus sonrisas mas tiernas.

-¿Qué pasa?

Suspiró, mientras tomaba la sábana y se cubría su cuerpo.

-Me siento extraña ¿Sabes? Es…

-¿Qué?

-Eres la primera mujer con la que estoy, después de Luisa ¿lo sabias? – asentí, ya estaba preparada para esto… - es solo amor qué… cuando estuve con ella por primera vez, le dije que sólo iba a estar en cuerpo, con ella… y bueno – giró su cabeza  me miró – por mas cursi que sea, yo prometí alguna vez, que solo me interesaría eso… estar con ella, y cuando pasó todo con Cristina, con rabia, dolida, y todo… también dije que estaría solo por sexo.

-¿Por sexo?

-Si

Bajé mi rostro ¿Acaso me estaba diciendo que lo que acababa de pasar era solo producto de un deseo carnal? ¿Un impulso de su cuerpo por sentir placer? ¿Sexo y ya?

-Pero contigo todo cambia, Cami… - me encantaban sus ojos, así fueran ellos los culpables de enamorarme tanto – te amo.

Tomé su rostro, cerré mis ojos, y uní mis labios a los suyos.

-Yo también te amo hermosa.

Mis ojos se fueron directo a su mano derecha, en toda la muñeca, donde se encontraba una marca – esto no volverá a pasar.

-Lo se – asintió - ¿vamos a bañarnos?

-Me gusta eso!

Me levanté de mi cama, y la tomé por su espalda, mientras caminábamos en dirección al baño.

-¿Nos vamos a quedar todo el día aquí?

Se volteó mirándome con un gesto que me dijo que no.

-¿Tu puedes salir?

-¿A dónde?

-Ah espera ¿hoy es viernes?

Una risita salió de mí…

-Si… eso creo.

-Jajaja vale, hoy nos quedamos aquí, pero mañana vamos a mi casa.

-Y eso? Si me vas a presentar con mi suegra, de hecho ¡ya la conozco! – bromeé.

-mm no… de hecho – me besó mientras yo quitaba la sabana enrollada en su cuerpo – mañana le haremos una fiesta sorpresa a Cris que está de cumpleaños.

-Si? ¡Que bueno! Vale, mañana vamos… pero amor ¿En tu casa? ¿A cuántas personas invitaste?

-No, es que yo no se, el amigo de ella, ayer me habló y me dijo y bueno, yo le dije que no quería a muchas personas allá.

Miré sus labios y le indiqué que se acercara mas, tomé su mano, medí la temperatura de la ducha, y entré con ella, el agua que se encontraba en un estado medio, inició su función, su cabello comenzaba a humedecerse, su cuerpo desnudo, y mi mirada se perdía en el fondo de la suya, acaricié su rostro y no pude resistirme…

-Sami… te amo tanto, tanto, tanto…

Se ubicó en mi posición anterior…

-Yo también te amo – sonrió acercándose mas.

Sus manos y las mías, se unieron, parecía esto… un verdadero sueño… tan solo colmado de miradas… de palabras que no se escuchaban pero podíamos sentir que decían… de caricias tenues y sutiles que no hacían otra cosas mas, que incrementar la ternura entre las dos… podía sentir el miedo que m e invadía de repente… ya estaba lo suficiente enamorada de esta niña, ya comenzaba de nuevo a sentirme dependiente de un amor que estaba haciéndome la mujer mas feliz… pero el miedo crece cada vez mas… el solo hecho de imaginarme que esto puede acabar… ó…

-Oye – susurró con sus labios cerca de mi oído – no pienses tanto en lo que va a pasar… - sentí la humedad de ellos, treparse dentro de mi – mírame – la miré – estoy aquí – un corto besito – contigo – y otro más.

Mis manos fueron en dirección a su espalda, sus manos se ubicaron atrás en mi cuello, la cercanía de su cuerpo, el tacto de sus caricias, mi piel erizada… el sentimiento de tantas cosas unidas en una sola… mis dedos bajaron despacio… por toda su espalda, deslizándose con lentitud…

-Mírame – susurré con mi mirada perdida – si sabes todo lo que te amo?

Sonrió de la manera más divertida, haciéndome reír a mi también – si lo sé.

Y en un impulso imprevisto de su parte, me estrechó un poco contra la pared, que daba a todo el frente de la ducha, ese simple acto, me desconcentró por completo, la desnudez de su cuerpo, me obligaba a reaccionar a favor de mis deseos por ella, tomé su rostro y junté mas su cuerpo al mío…

El agua que caía perfectamente por encima de nuestras pieles, hacia un intimo contacto con cada parte de ambos cuerpos, sus manos dibujaban una tierna caricia sobre mi cintura, subiendo con lentitud, por mis brazos, deteniéndose en mis hombros, refugiándose en mis pechos… arqueé mi cabeza hacia atrás, y sus labios se adueñaron de mi cuello, su lengua hacia un jugueteo perfecto en todo lo que besaba… eso, me hacia llegar a un lugar de satisfacción plenamente excitante… subió con sus labios hasta encontrar los míos… la intensidad al besarla, desbordaba en cada segundo que pasaba con ella, mas el amor que sentía…

La sensualidad del momento daba para que de nuevo un encuentro en el que ella y yo, expresáramos cada uno de los sentimientos, apareciera…

Sus labios, iniciaron caricias leves… el ritmo del beso subía de tono, yo… ya me sentía incapaz de retener los suspiros que ella me hacia provocar.

-Te amo – te amo – te amo – te amo – te amo – y te mereces esto… y mucho, mucho mas!

Y con su mano derecha, buscó mi cabello, mientras su cuerpo se encogía un poco, y bajaba de mis labios, descendientemente a mi cuello… mis hombros…

Sus manos volvieron a juntarse, uniéndose sobre mi pecho... mordí mis labios en el mismo instante que sentí sus labios y sus caricias sobre ellos… el deseo por querer llegar a sentir mas, por disfrutar cada cosa que ella hacia, la excitación en la que se encontraba mi cuerpo… ¡todo! Ayudaba considerablemente a sentir mas de lo que yo misma, quería permitir.

Busqué sus manos con las mías, e incrementé presión sobre ellas, al mismo tiempo en que vi como su cuerpo bajaba lentamente hacia el sur…

Mi piel se eriza… y un pequeño cosquilleo sobre mi vientre, me pone aun más nerviosa con esta situación…

Sus labios besan con ternura… mi abdomen… y llegando al costado de mi cintura, situándose con ellos, sobre la herida… sonrío al sentir ese gesto… y con cuidado, sigue bajando hasta llegar al final de mi abdomen… al principio de mi vientre…

Abro mis ojos al sentir que se detiene, la miro… me está mirando >>¿Qué pasa?<<

Sus ojitos en busca de una respuesta que ya debería saber… asiento con mi mirada, y esa es la entrada a que ella termine de conocer de mi, lo que aun no conoce…

El agua cae sobre mi pecho, y mi sexo se inunda en besos que me suben al cielo… el jugueteo de su lengua sobre mi, hace estremecerme por completo, espero un poco... o quizás es mucho tiempo… hasta que se atreve a adentrarse un poco mas... me indica que abra un poco mas mis piernas… y aumento la presión con mis manos sobre su cabello, y ella misma me lleva de nuevo a ese lugar de satisfacciones plenas como las que hace pocos minutos, estaba llegando.

Su agilidad al incrementar más la velocidad de sus movimientos, la tensión de mi cuerpo al estar en ese paralelo cuestionario de si se atreve a llevarme al punto final del momento... o alarga por un tiempo más el sentimiento como algo eterno…

Un ultimo sentir… un ultimo espasmo recorrer mi espalda… un ultimo suspiro… y un gemido que devolvió un sin fin de sensaciones en el mismo momento en que me aferré a lo primero que me devolviera un equilibrio racional para no caer…

-¡¡Dios!! ¡¡Samiiiii!! -

Y suspiré finalmente satisfecha…

Abrí mis ojos, allá estaba ella, con una sonrisita traviesa – me encantas Camila.

Luisa

-Feliiz Cumpleaños Hermosiita – tomé su cintura con mis manos, y obligué a que su cuerpo volteara velozmente en dirección a mí, apenas estaba levantándose y a sus ojos les costaba en forma, mirarme completamente abiertos.

-Amor! – sonrió al ver el ramo de rosas que yacían a su lado, y el desayuno casi que en sus piernas - ¡que lindo esto!

-Happy Birthday Honey, espero que te guste mi regalo.

-No, sabes que es el mejor que he recibido?

-¿Qué?

-Que tú estés conmigo Luisa – me tomó del cuello acercándome a sus labios.

-Te amo – y me dio otro beso.

-Yo más.

Me era imposible tener su cuerpo así de cerca sin poder darle algo mas que no fuera un beso, agité mi cabeza y me separé de ella – desayuna y luego lo que quieras – reí.

-Y si lo quiero ya, qué?

Alcé mi ceja mientras ella se quitaba el vestidito de pijama - ¿Segura?

-ajammm

Puse la bandeja a un lado de la cama y de nuevo la besé – no, espera.

-Luisa!

-Mor, a penas dejemos que se caiga qué? Mira que… me demoré una horita haciéndolo,

-Si?

-Si…

-Sabias que te ves sexi cuando haces ese tipo de pucheros? – sonreí.

-Sii  jajaja

Volví acomodar la bandeja pero en el tocador que estaba a un paso de la cama – ahora sí.

Subí mi cuerpo sobre el de ella, ubicando perfectamente mi muslo derecho justo sobre su sexo, sus manos se refugiaron en sus senos, y sus ojos comenzaban a mirar de una manera más penetrante.

Podía sentir como su pantie iniciaba un revelador gesto que denotaba que su cuerpo, estaba sintiendo a la perfección la presión de mi pierna sobre ella.

-ven – susurró, bajé a ella, sus labios sobre los míos, me besaba de una manera encantadora, todo era como tan completo de cada una de las cosas que me fascinaba sentir a su lado. Busqué sus pechos, tan solo la cubría esa pequeña prenda, descendí mi mano despacio hasta llegar a su  vientre… su abdomen se movía  rítmicamente… introduje mi mano debajo de su pantie y sentí la humedad de su sexo enredarse tan deliciosamente en mi… el solo hecho de sentirla así, me embriagó por completo, con su mano derecha, hizo presión sobre la mía… no faltó que me indicara nada… inmediatamente inicié movimientos circulares, subió su dedo corazón a sus labios y lo mordió ¿acaso podía ser mas sensual? Ubicó al abrir un poco mas sus piernas; mi mano en todo el inicio de su intimidad, en el mismo momento en que ella, entrelazó su pierna izquierda en el centro de mi sexo… por Dios… esto es… francamente… lo más excitante que he podido vivir, asimiló el ritmo de su cadera, con el que comenzaba con su pierna, me quedaba a la perfección la frotación de ella, conmigo…

En un afán casi desesperante, quité mi ropa interior, ubicándome nuevamente a la posición en la que estábamos, miré su cuerpo… Cristina… >>La amo<<  es hermosa. Bajé su pantie con mis dientes… halándolo para que al deshacerme de el, no interrumpiera nada mas, con mi deseo de hacerla mía, froté con movimientos agiles su clítoris, mi mano se deslizaba casi tan de repente al mismo instante en que la posaba sobre ella, aumenté un poco mas mi presión, me estaba quedando difícil concentrarme en hacerlo todo bien, cuando ella no dejaba de hacer lo mismo con su pierna… moví mas, lo mas que pude mi cadera, chocando el ritmo consecuentemente con el que ella estaba oponiendo con su cuerpo, su respiración agilizó un 100% y los suspiros que delataban su sentir, se convertían en pequeños grititos que se ahogaban cómodamente con los míos, creando un sonido elocuentemente excitante para mis oídos, la miré… me estaba observando del mismo modo que yo a ella, sonreí al asegurarme por 50 vez en esto que llevaba de la mañana, que era ella la mujer que quería para mi, solo para mi y por mucho tiempo en mi vida, con este pensamiento, como si ella adivinara lo que estaba pensando, obtuvo en una rápida pose de medio lado, que su pierna estuviera perfectamente en sintonía con mi sexo, un rápido espasmo pasó por mi espalda y luego, por mi cuerpo; dejándome sin razón por cortos segundos, estimulé por última vez  su clítoris y ese grito escapado de sus labios, indicó cortésmente que era el momento de seguirla, sus manos rayaron mi pecho, y yo me tensé por completo, siendo victima de la sensación tan… perfecta que acababa de sentir. Un largo suspiro salió de mis labios, al igual que ella… me miró con expresiones satisfechas en su rostro, y me besó.

-Feliz cumpleaños corazón ¿te gustó mi regalo?

-Ese fue tu regalo? Hum… puede repetirse, no?

-Cris – acaricié su cabello – me entrego a ti, en alma cuerpo y corazón – y sellé con el beso mas tierno, lo que acababa de pronunciar.

Cristina

-Bonita – susurré tan despacio… tan suavemente… que… sólo atinó a mover su cuerpo un poco, y volver a quedar plácida en su sueño.

Allá estaba ella… con su carita de medio lado, su espalda totalmente descubierta, bajé mi mano lentamente por toda su columna… me encantaban sus bellitos… esos que hacían que su figura trasera se viera aun mas sexi de lo que ya era… besé su cuello… y una extraña sensación me recordó a sami… alguna vez me dijo lo mucho que le atraía el cabello de Luisa a ella…  lo observé, mentiría si dijera que ahí algo de su cuerpo que no sea hermoso… su cabello, baja hasta la mitad de su espalda, naturalmente lacio, y con un ondulado suave que quiebra el liso totalmente a la mitad de su altura, rodeé su cuerpo con un abrazo… este sentimiento a tranquilidad… a plenitud a su lado… a quererla conmigo… los celos de pensar en alguien más que tan solo; pueda mirarla demás ¿alguna vez sentí lo mismo por alguien mas?

¿Existió otra persona que me haya hecho ser,  lo que soy cuando estoy a su lado?

El timbre sonó, y recordé el día que es hoy… ¡mi cumpleaños numero 23! El sonido repetitivo consecutivamente tres veces seguidas, me alarmó… sólo una persona tocaba así… >>oh oh<<

Me levanté rápidamente pero sentí su mano retenerme – voy yo, amor.

-Que tramposa eres – recreé un puchero – estabas despierta! – reclamé cruzando mis brazos.

-Sabias que amaneciste más hermosa que siempre? – se fue acercando, analicé su cuerpo desnudo juntarse al mío, sus piernas largas; perfectamente torneadas, su abdomen plano, y su cintura curvearse tentadoramente, sus pechos… de un tamaño perfecto para hacer soñar a cualquiera, su cuello; su rostro… Dios! Tenia como novia a la mujer mas hermosa que haya visto, sus labios me hicieron reaccionar y correspondí a su beso perfectamente.

-tu amaneciste el triple de hermosa de lo que estoy yo.

-no, no, no ¡tu!

Tomé su cintura y aferré su cuerpo al mío – te amo, y eso que pasó ahorita, me hizo comenzar el día, muy muy bien.

-¿Ah si? – mordió su labio seductoramente y yo no atiné a hacer otra cosa mas que apurarme con mi pasó, y morderle su labio antes que ella volviera hacerlo… lo atrapé con mis labios, y lo besé lento…

El sonido del timbre retumbó en mis oídos fuertemente, esto no era una broma… ¿acaso era cierto?  - yo abro – dije, retirándome de sus labios con precaución

-¿Esperas a alguien? – esa miradita de “estoy casi celosa” apareció en su rostro y me daban ganas de cogerla, besarla y hacerle el amor por mucho tiempo, pero no me era posible en este momento…

-no amor, solo voy abrir.

-vale, pero ¿piensas abrir así?

Me miré, estaba sin una sola prenda que cubriera mi cuerpo, me sonrojé automáticamente, poniéndome una bata de baño.


Llegué a la puerta…

Y antes de abrir, su voz corroboró que mi presentimiento no me había fallado…

-¿Cristina? – llamó un poco mas duro de nuevo.

Luisa, salió de la habitación - ¿Por qué no abres?

-si, ya…

Abrí la puerta… y allí estaba Teo… su presencia logró ponerme nerviosa, seria por que hace muchos días no sabia nada de el, o por que Luisa estaba ahora conmigo, y antes, pensaba en el, como la única persona que quería a mi lado…

-Teo… - lo miré – hola.

Entró tan rápido que no pude detenerlo, tomó mi cuerpo con sus manos y me alzó en un gran abrazo que me sacudió por completo. – feliz cumpleaños mi vida! – me bajó de sus  brazos y me miró con una sonrisa tremenda en sus labios – wow, sí que estás hermosa Cristina, 23, eh?

di algo Cris<<

-Gracias Teo, ¿quieres pasar?

-Vale – entró animado, y tras el, un peluche Gigante con los chocolates que mas me gustaban – al fin pude conseguir tu oso panda – señaló al peluche.

-¿Es enserio? – Recordé cuando salimos de compras los dos, se rifaba un peluche de un oso panda, el mas hermoso que pude ver… lo  pedimos, y no quisieron venderlo por que solo era una rifa… ese día,  buscamos en todas las tiendas de peluches uno igual, y no lo encontramos - ¿Cómo le hiciste?

-Ya ves, lo estaba aguardando para este día – y su mirada se ubicó en Luisa que apenas aparecía de la cocina – hola – la saludó.

-Hola – le respondió ella en el mismo tono – Que es amor? – se acercó a mi, y me tomó por su espalda, me encanta su reacción… como esa seguridad a demostrarle a cualquiera que ahora ella compartía su vida conmigo.

-Un peluche ¿te gusta?

-Sii, está lindo – miró a Teo - ¿Quién eres tu?

-Un amigo suyo – me miró a mí, sorprendido pero igual de sonriente - ¿sabes Cris? Me porté mal contigo y no supe valorarte, espero que esta señorita, logre hacerlo – se acercó a mi, y me dio un beso gigante en mi mejilla – feliz día chiquita.

Lo abrasé, no terminamos bien, pero… siempre fue mi amigo, antes que mi novio – Gracias Teo.

-No, las Gracias las doy yo Cris, me ayudaste a madurar ¿Sabes? Eres una mujer… como pocas, con tu permiso – dijo para Luisa – pero tienes a la mejor, eh? ¡aprovéchala! Si no quieres arrepentirte como lo hice yo.

Sonreí de nuevo – Cuando me necesites ¡llámame! Y sino... ¡también! ¿Sí? Aquí tienes a un buen amigo que fue un mal novio.

-Jaja vale, lo tendré en cuenta, y Gracias de nuevo.

-Que disfrutes tu día, hermosa – otro beso mas, tendió su mano para despedirse de Luisa, y salió.

Abrasé al oso y me senté sobre el - ¿Es hermoso, no? – le dije a ella, mientras lo tomaba y examinaba determinadamente.

-Sii, amor, está lindo – se sentó a mi lado – el es tu ex?

-Si ¿Qué te parece?

-Está bueno – sonrió besándome – pero mejor, estas tu

-Sí?

-¡Sí!

Unimos nuestros labios nuevamente, cuando mi celular, sonó… en la pantalla, se veía el nombre de Manolo, Luisa suspiró sonriendo al mismo momento.

-Ve y organízate ya, que tu casi-novio se está muriendo, vale?

-Me vas hacer mucha falta ¿todo el día sin ti?

-Nos veremos en la noche, recuerda que es en casa de Sami, va?

-Oye ¿por qué allá?

-Porque Camila no se puede exponer al frio y en la noche llueve amor.

-ok, estaré allá –me levanté – y que no se te olvide que es mío, bueno?

-ja ja ja ja – abrasó al oso sacándome la lengua

Se me hizo irresistible verla – no, sabes qué? ¡No aguanto! - la tomé de la mano, y la llevé conmigo al sofá, empujé su cuerpo, cayó riendo… y me tendí sobre ella… volví a besarla… y hacerla mía de nuevo.

-Te amo.

-Te amo.

Sami

-Aquí?

-Sí, voltea a la derecha y cuadras allá.

-Oye Sami, por aquí no hay amiguitas… que… - lo miré

-Cállate ¿quieres?

-hay no Camila, que estrés… tu no ayudas en nada – se refirió a Camila, quien apenas comenzaba a despertarse.

-¿Cómo te sientes amor?

-Mejor ¿Cómo terminó todo?

-Excelente – respondió Poncho por mí, riéndose… viendo por el retrovisor como me había dejado con las palabras en la boca – ya pusimos una orden de caución, y no se puede acercar a ti, sin una orden.

La miré, parecía con miedo – va a estar todo bien, hermosa – tomé su carita y le robé un besito.

-Sami,  ahí hay otro carro, ¿Dónde lo parqueo?

Miré hacia la calle, era cierto… y ese... era el auto de Freddy

mier…da…<< >>vale, piénsate que le vas a decir a Camila<<

Me bajé del auto, allí estaba él, sentado en el borde de la acera, jugando con un llavero, se levantó en bien me vio, y sonrió… este tipo, tenia algo agradable en su ser.

-Hola Freddy

-Samantha ¡casi que no doy contigo, mujer! ¿Hay que pedir cita? – bromeó mirando al carro de Camila.

-No, claro que no, espérame un momento, ayudo a mi novia a bajarse del auto y hablamos, va?

-Claro, necesitan ayuda?

-No, gracias

Di tres pasos hacia atrás, Poncho ya estaba bajando a Camila, de hecho… solo sostenía sus manos.

-¿Por qué eres tan terquita amor? ¡Déjate ayudar!

-¿pero es que, no me ven? ¡Puedo caminar! ¡No necesito silla de ruedas amor!

Asentí, era cierto… pero me preocupaba que se sobresaltara y algo malo le pasara – preséntame con tu amigo, ya lo había visto antes, no?

-Eh, si – dije – Freddy, te presento a Camila, mi novia, y el, es… -  miré a poncho – bueno, el es poncho – reí, mientras el hacia  un gesto molesto

-Un placer Freddy – Camila lo saludó con agrado - ¿puedo saber quien eres?

-Claro, soy un amigo de Samy, bueno, amigo todavía no, pero si casi amigo –me miró a mi, manejaba una inocencia que se me hacia por demás, tierna – y es un gusto para mi también conocerte, por ti, Samy,  me dijo que no, sabias?

-¿Qué no, que?

-Que no – me metí – que no, saldría con él, en plan de algo mas, cierto?

-Exacto, eso mismo.

Camila me miró, y una risita sarcástica, salió de sus labios - ¿ya llegó Luisa?

-Sí, debe estar adentro, Freddy ven con nosotros – le ofrecí

-No hermosa, no debo demorar, ahorita comienzo turno, solo vine a decirte una cosita.

-Claro decime.

-¿Te acuerdas de Valeria? – dijo en un tono que…

problemas… ¿Quién rayos es Valeria? <<

-No Freddy, estás bien? No conozco a ninguna Valeria

-Sí, la niña por la que te metiste la… >>pff, que tipo tan imprudente<< otra vez.

-Cami, vamos adentro – interrumpió Poncho, le supe agradecer – Sami nos alcanzas, un gusto Freddy, suerte viejo.

-Bien, lo mismo  - le respondió él.

Camila asintió a su hermano, y entró con él, mi mamá abrió la puerta, y tras ella, podía ver a Marcela, giré mi cabeza, y observé a Freddy.

-La regué?

-¿Qué crees? ¡No digas eso delante de ella! Y enserio ¿Quién es Valeria?

-La niña por la que te metiste la otra vez, en la pelea con el hombre musculoso ese.

-Ahh sii  - hice un gesto de darle la razón – al que tu le tenias miedo, si, si, lo recuerdo – y reí.

-No era miedo, solo me prevenía de salir lastimado

-Jajaja, que conveniente eso, ¿Cómo está? Vení, entremos a casa, no? Aquí hace algo de frio.

-No Sami, solo te digo que ella me preguntó por ti y yo le – y se quedó viendo la figura de una rubia, francamente espectacular, salir por la puerta de mi casa - ¿Quién es ella?

-Una amiga – dije mirándolo agraciadamente, mientras él se embobaba con la visión, volteé y lo seguí… estaba ¡divina! Llevaba un jean de color negro, con algunos rotos y parches  en partes puntuales de sus piernas, un blusón que tapaba el inicio de su pantalón, haciendo que su figura se calcara a la perfección, bajo el, sostenía un pequeño top del mismo color de su pantalón, su cabello rubio, bajaba por sus hombros, y varios mechones acomodados convencionalmente a su alrededor, todo esto, venia acompañado con un par de botines… realmente… perfecta.

-Sami…

-Sí?

-¿La conoces?

-Aja, es una amiga ¿no me escuchaste?

-Ahh si – me miró – está linda.

-Sí, mucho – asentí, sabía que quería decir mucho más.

-Bueno, más que linda… para…

-Calla, si? No digas nada inoportuno.

-Bueno, tú me entiendes, no?

-Aja, supongo que si

Luisa se acercó – Hola sami – beso en la mejilla – hola – se refirió a Freddy

-Hola, un placer conocerte – estiró su mano y se atrevió a besarle su mejilla.

-A dónde vas?

-A comprar al resto de cosas para la decoración, me acompañas?

-¿Y Camila?

-Está adentro.

-mm, pero no nos demoramos

-Sí, compramos y salimos

Y antes de hablarle a Freddy, sonrió – ya debo irme Sami, me encantó verte, cuídate mucho, y no te pierdas tanto, quieres?

-Claro, deseas algo más?

-No, creo que así está bien – se despidió de ambas, y se dirigió a su auto.

Caminé con Luisa, ninguna dijo nada, la notaba nerviosa, y con ganas de decir algo que no podía.

-¿Pasa algo?

-No

-mm

Dimos otros 10 pasos más o menos, sin hablar

-Sami.

-¿Sí?

-Tengo miedo.

Sonreí, sabia que algo le pasaba.

-¿Qué pasa?

-Estoy enamorada – mordió su labio en muestra de sus nervios e inseguridad al confirmar lo que decía.

-Y por qué estas así?

-No quiero hacerle daño, no como te lo hice a ti.

-No, Luisa – la miré, podía ser la persona mas frágil, todo lo que había pasado, le había dejado un amargo sabor, y una culpabilidad que ya no era de ella – no digas eso, si? Ambas estábamos comenzando un nuevo camino, las dos estábamos confundidas y…

-Yo te fallé – culminó – Sami dime una cosa, si?

-Que te digo?

-Tú piensas que yo me enamoré de ti, o solo fuiste un capricho.

-Un poco de las dos – afirmé directa.

-Mírame – tomó mi rostro con sus manos, y clavó sus ojitos sobre los míos – yo si me enamoré de ti, y lo de un capricho… digamos que… a pesar de que sabía que te estaba amando, también me obsesioné, quizás por eso, cometí tantos errores.

-Olvida lo que haya pasado, y vive lo que está pasando ¿Si? No vas hacerle daño a Cris, ni ella te lo hará a ti.

-y… ¿si no funciona?

-pues, quedará el recuerdo de que fue algo lindo, no?

-Ja… esperaba que me dijeras que si iba a funcionar – armó un puchero, la gente nos veía tratando de comprender que pasaba-

-Pues, puede que si,  y puede que no, por eso te digo, vive lo que está pasando, tienes a tu lado a una niña hermosa que te ama.

-Jamás pensé que serias tu, quien me dijera todo esto – buscó mi mano, y entrelazó sus dedos con los míos – sabes todo lo que te adoro, no?

-Si lo sé, y tu… ¿Sabes todo lo que te adoro yo? – le sonreí.

-Sí, y ¿te acostaste con Camila, no?

Solté mi mano de la suya, y la miré sorprendida, entre enojada y sonriente.

-¿De que hablas?

-Dímelo ¿Sí o no?

-Wey espera… ¿Cuándo te pregunto yo eso?

-Bueno, a lo mejor es por que no te importa saberlo, pero a mi si!

-Wow, esto me parece una escena de celos amistosa – acerqué mi mano a su cabello – sabias que…

-Sí, te encanta mi cabello – rió con ternura – lo admito, yo también lo amo.

-Luisa, ¡eres tan presumida!

-Bueno, pero ¿Estoy mintiendo?

-No, si es lindo, pero seria mejor donde fueras modesta – terminé de decir, y llegamos a una tienda de detalles.

-Hoy el ex, de Cris, le llevó un Oso Gigante.

-Humm, detallista, eh?

-Sí, pero se portó bien ¿Sabes? Dijo que, Cris se merecía lo mejor, y que esperaba que yo la hiciera feliz.

-Que lindo – expresé mientras cogía la lista de faltantes – quieres un helado?

-Sí.

-Ok – volteé, y mientras ella compraba lo que faltaba, yo me dirigí a una heladería cercana; compré dos helados, escogí su preferido y para mí, el mismo.


Allá estaba, con sus manos ocupadas en las bolsas, y con un puchero gigante de que me moviera, porque estaba cansada, le recibí una bolsa y le cedí un helado.

-Sami, respóndeme

-Luisa ¿Es enserio? ¡Eso es personal!

Me miró, como pocas veces lo hacia – Poncho dijo algo relacionado, cuando llegó al apartamento y te vio a ti con una prenda de Camila, dijo que habías pasado la tarde con ella.

Asentí lentamente mientras consumía el helado – Así fue.

-¿Recuerdas que alguna vez…

-Sí – la interrumpí – se lo que te prometí, pero…

-Lo se, se que yo dañé esa promesa.

-¿Por qué te pones así?

-Sami, no quiero verte mal… y sé que Camila hace lo correcto… solo, escuché a Poncho y recordé el día que… ¿Recuerdas cuando fuimos… bueno… la ultima vez que estuvimos juntas?

-Sí…

-Bueno, solo recordé lo que dijiste…

-Tú sabías que ese día, yo sabía que tú estabas con otra persona?

Dejó de chupar de su helado y me miró preocupada, sus ojos brillaban, su sus labios estaban húmedos, y ese gesto tan lindo... en su mirada….

-¿Cómo así?

-Yo ese día, te vi hablar con alguien mas, a escondidas… de que yo no te viera ni te escuchara… ya era obvio… y esa fue mi despedida.

Intentó hablar pero no la dejé – no te traumatices más por lo pasado Luisa, tú sabes que me tienes aquí, eh? Tu sabes lo que fuiste y lo que significas en mi vida, y que a pesar de todo, me ayudaste a madurar, a  crecer, a valorarme y a entender.

-Solo si me prometes una cosa.

-¿Qué – suspiré, no iba a dejar esa manía de las promesas.

-Que siempre me consideraras como tu primera vez, como lo primero en tu vida… como esa niña especial.

La miré y la abrasé con fuerza – no tienes que decirlo – y sin pensarlo, estábamos de nuevo al frente de mi casa, todos estaban mirándonos, busqué la mirada de ella… en sus ojos, se creaba una expresión a no saber como determinar lo que acaba de ver, Luisa y yo nos separamos.


Saludé a mi mamá, y luego, tomé a Camila de mi mano, asegurándole que nada pasaba, y que de nada debía dudar, le robé un beso y luego, abrasé con fuerza a Marcela, hace días que no la veía, aceptaba tristemente que por mi culpa, era la  falta de comunicación entre ambas. Me senté a su lado, y luego me acomodé entre sus piernas – valga la redundancia – ( no piensen mal, es decir, compuse mi cabeza, sobre sus piernas… ¿siguen pensando mal, verdad? Es decir… ella se acostó y yo me… bueno… ya me entendieron… :S )

Hablamos por un largo rato, Poncho organizaba todo con Luisa, Cami hablaba con mi mamá… todo estaba casi listo, el celular sonó, y Marcela se marchó un instante… y yo aproveché, caminé tres pasos mas, y me acerqué a ella…

-¿Cómo sigues bonita?

Me miró, esa sonrisa iluminaba todo a su alrededor, me perdía en sus ojos – excelente – guiñó su ojo y se acercó a mis labios – te amo –

La abrasé, el timbre sonó, me levanté. Pero choqué con un tazón, y enredé mi pierna con un objeto que no alcancé a ver

-Yo voy amor – manifestó ella, tomé su mano pero con su rostro asintió a seguir adelante, todos estaban lejos de la puerta, me quedé mirándola, al mismo instante en que componía mi ropa, miré a mi mamá, había quebrado toda una reliquia para ella, su cara de pocos amigos apareció.

-Solo quedan dos de mi colección – advirtió y no atiné hacer mas que reírme.

Hasta que la  voz de mi novia, obligó a mirarla inmediatamente  - alguien te busca – dijo a medias.

Me acerqué a ella, chocando con Poncho, miró a la persona que estaba buscándome y devolvió su mirada a mí.

-Por Dios… - susurró.

Abrí un poco más la puerta, Camila volvió a entrar, me costó solo 5 segundos recordar su figura…

Una estatura, un poco mas baja que la mía… su cabello rubio, pero que, a diferencia que el de Luisa, era natural… aunque un poco mas corto, sus ojos eran de un color miel muy claro, juraría que casi eran verdes, sus labios de una figura perfecta, vestía muy formalmente, pero eso no le quitaba lo sexi que se veía.

-¿Samantha?

-Sí, si – reaccioné ¿Qué hacia ella aquí?

-Hasta que por fin te veo - >>sexi… sexi… si, está linda… y su voz, complementa con su cuerpo<<

-¿Me buscabas?

-Sí, necesitaba agradecerte.

-¿Quieres pasar?

-No, solo quería disculparme por haberme ido así la otra vez, además de que me salvaste de una golpiza tremenda, me seguiste, y yo solo me fui.

-No te disculpes. Supongo que estabas asustada – reparé su rostro, la otra vez era de noche, y no vi lo linda que era.

-Sí quería hacerlo, espero no te moleste que haya venido así, le dije al portero del bar con el que te vi, hablar esa noche que me dijera donde podía encontrarte.

-Ahh, tu eres... ¿Valeria?

-Sí – sonrió – la misma.

Estiré mi mano – es todo un placer, soy Sami y no hay rollo, solo espero que… eso no vuelva a sucederte, no es lindo que alguien te pegue, eh? No dejes que eso vuelva a pasarte, tu… eres linda y… quien te maltrata no te merece – la inspiración se me salió de repente, el solo recordar como la golpeó ese tipo la otra vez, me invadió mi sensibilidad.

Sonrió con ternura – enserio, te agradezco, y créeme que ese animal no hace parte de mi vida, ya; no te busqué antes, porque estaba viajando, pero a penas regreso y esto, fue lo primero que quise hacer.

Le tendí mi mano, y ella se inclinó y me dio un corto abrazo que supe entender como el agradecimiento final.

-Que estés bien Sami – dio la vuelta después de separarse de mí, y encaminó rumbo a un automóvil.

La sensación a plenitud, llegó, sabia que había hecho bien… al defenderla.

Cristina

-Manolo son las 8:00 pm (20:00) ¡demonios! Eso me pasa por salir contigo.

-ehh relájate, no te tomes enserio lo de tu cumple, si sigues con ese genio, llegaras a los 30 con el cabello blanco.

-jahh jahh jahh Luisa me espera, de hecho todos…

-Vale, pago esto y vamos – acarició mi mejilla con su mano.

Llevaba en mi mano, un estuche… lo había pensado toda esta semana... ya era el momento, no quería esperar mas… no iba a pedirle que se casara conmigo, pero si que necesitaba sentirla mía completamente, ¿iba a comprometerme? Si! Por la mujer que amo... le pediría a Luisa, que se quedara conmigo en mi departamento y que comenzáramos una vida no como un noviazgo sino como algo mas serio… ya era hora, ya me sentía segura de mis sentimientos, y era ella, la mujer que quería en mi vida, para mi, conmigo, y por el tiempo que Dios me permitiera vivir.

Estando muy cerca de la muerte

21

Fran07 – Danii2

Su cuerpo… el mío… todo era diferente… sus ojos se perdían a través de una mirada profunda que viajaba al norte.

-¿Sami?

-¿Si? – reaccionó mirándome con una de sus sonrisas mas tiernas.

-¿Qué pasa?

Suspiró, mientras tomaba la sábana y se cubría su cuerpo.

-Me siento extraña ¿Sabes? Es…

-¿Qué?

-Eres la primera mujer con la que estoy, después de Luisa ¿lo sabias? – asentí, ya estaba preparada para esto… - es solo amor qué… cuando estuve con ella por primera vez, le dije que sólo iba a estar en cuerpo, con ella… y bueno – giró su cabeza  me miró – por mas cursi que sea, yo prometí alguna vez, que solo me interesaría eso… estar con ella, y cuando pasó todo con Cristina, con rabia, dolida, y todo… también dije que estaría solo por sexo.

-¿Por sexo?

-Si

Bajé mi rostro ¿Acaso me estaba diciendo que lo que acababa de pasar era solo producto de un deseo carnal? ¿Un impulso de su cuerpo por sentir placer? ¿Sexo y ya?

-Pero contigo todo cambia, Cami… - me encantaban sus ojos, así fueran ellos los culpables de enamorarme tanto – te amo.

Tomé su rostro, cerré mis ojos, y uní mis labios a los suyos.

-Yo también te amo hermosa.

Mis ojos se fueron directo a su mano derecha, en toda la muñeca, donde se encontraba una marca – esto no volverá a pasar.

-Lo se – asintió - ¿vamos a bañarnos?

-Me gusta eso!

Me levanté de mi cama, y la tomé por su espalda, mientras caminábamos en dirección al baño.

-¿Nos vamos a quedar todo el día aquí?

Se volteó mirándome con un gesto que me dijo que no.

-¿Tu puedes salir?

-¿A dónde?

-Ah espera ¿hoy es viernes?

Una risita salió de mí…

-Si… eso creo.

-Jajaja vale, hoy nos quedamos aquí, pero mañana vamos a mi casa.

-Y eso? Si me vas a presentar con mi suegra, de hecho ¡ya la conozco! – bromeé.

-mm no… de hecho – me besó mientras yo quitaba la sabana enrollada en su cuerpo – mañana le haremos una fiesta sorpresa a Cris que está de cumpleaños.

-Si? ¡Que bueno! Vale, mañana vamos… pero amor ¿En tu casa? ¿A cuántas personas invitaste?

-No, es que yo no se, el amigo de ella, ayer me habló y me dijo y bueno, yo le dije que no quería a muchas personas allá.

Miré sus labios y le indiqué que se acercara mas, tomé su mano, medí la temperatura de la ducha, y entré con ella, el agua que se encontraba en un estado medio, inició su función, su cabello comenzaba a humedecerse, su cuerpo desnudo, y mi mirada se perdía en el fondo de la suya, acaricié su rostro y no pude resistirme…

-Sami… te amo tanto, tanto, tanto…

Se ubicó en mi posición anterior…

-Yo también te amo – sonrió acercándose mas.

Sus manos y las mías, se unieron, parecía esto… un verdadero sueño… tan solo colmado de miradas… de palabras que no se escuchaban pero podíamos sentir que decían… de caricias tenues y sutiles que no hacían otra cosas mas, que incrementar la ternura entre las dos… podía sentir el miedo que m e invadía de repente… ya estaba lo suficiente enamorada de esta niña, ya comenzaba de nuevo a sentirme dependiente de un amor que estaba haciéndome la mujer mas feliz… pero el miedo crece cada vez mas… el solo hecho de imaginarme que esto puede acabar… ó…

-Oye – susurró con sus labios cerca de mi oído – no pienses tanto en lo que va a pasar… - sentí la humedad de ellos, treparse dentro de mi – mírame – la miré – estoy aquí – un corto besito – contigo – y otro más.

Mis manos fueron en dirección a su espalda, sus manos se ubicaron atrás en mi cuello, la cercanía de su cuerpo, el tacto de sus caricias, mi piel erizada… el sentimiento de tantas cosas unidas en una sola… mis dedos bajaron despacio… por toda su espalda, deslizándose con lentitud…

-Mírame – susurré con mi mirada perdida – si sabes todo lo que te amo?

Sonrió de la manera más divertida, haciéndome reír a mi también – si lo sé.

Y en un impulso imprevisto de su parte, me estrechó un poco contra la pared, que daba a todo el frente de la ducha, ese simple acto, me desconcentró por completo, la desnudez de su cuerpo, me obligaba a reaccionar a favor de mis deseos por ella, tomé su rostro y junté mas su cuerpo al mío…

El agua que caía perfectamente por encima de nuestras pieles, hacia un intimo contacto con cada parte de ambos cuerpos, sus manos dibujaban una tierna caricia sobre mi cintura, subiendo con lentitud, por mis brazos, deteniéndose en mis hombros, refugiándose en mis pechos… arqueé mi cabeza hacia atrás, y sus labios se adueñaron de mi cuello, su lengua hacia un jugueteo perfecto en todo lo que besaba… eso, me hacia llegar a un lugar de satisfacción plenamente excitante… subió con sus labios hasta encontrar los míos… la intensidad al besarla, desbordaba en cada segundo que pasaba con ella, mas el amor que sentía…

La sensualidad del momento daba para que de nuevo un encuentro en el que ella y yo, expresáramos cada uno de los sentimientos, apareciera…

Sus labios, iniciaron caricias leves… el ritmo del beso subía de tono, yo… ya me sentía incapaz de retener los suspiros que ella me hacia provocar.

-Te amo – te amo – te amo – te amo – te amo – y te mereces esto… y mucho, mucho mas!

Y con su mano derecha, buscó mi cabello, mientras su cuerpo se encogía un poco, y bajaba de mis labios, descendientemente a mi cuello… mis hombros…

Sus manos volvieron a juntarse, uniéndose sobre mi pecho... mordí mis labios en el mismo instante que sentí sus labios y sus caricias sobre ellos… el deseo por querer llegar a sentir mas, por disfrutar cada cosa que ella hacia, la excitación en la que se encontraba mi cuerpo… ¡todo! Ayudaba considerablemente a sentir mas de lo que yo misma, quería permitir.

Busqué sus manos con las mías, e incrementé presión sobre ellas, al mismo tiempo en que vi como su cuerpo bajaba lentamente hacia el sur…

Mi piel se eriza… y un pequeño cosquilleo sobre mi vientre, me pone aun más nerviosa con esta situación…

Sus labios besan con ternura… mi abdomen… y llegando al costado de mi cintura, situándose con ellos, sobre la herida… sonrío al sentir ese gesto… y con cuidado, sigue bajando hasta llegar al final de mi abdomen… al principio de mi vientre…

Abro mis ojos al sentir que se detiene, la miro… me está mirando >>¿Qué pasa?<<

Sus ojitos en busca de una respuesta que ya debería saber… asiento con mi mirada, y esa es la entrada a que ella termine de conocer de mi, lo que aun no conoce…

El agua cae sobre mi pecho, y mi sexo se inunda en besos que me suben al cielo… el jugueteo de su lengua sobre mi, hace estremecerme por completo, espero un poco... o quizás es mucho tiempo… hasta que se atreve a adentrarse un poco mas... me indica que abra un poco mas mis piernas… y aumento la presión con mis manos sobre su cabello, y ella misma me lleva de nuevo a ese lugar de satisfacciones plenas como las que hace pocos minutos, estaba llegando.

Su agilidad al incrementar más la velocidad de sus movimientos, la tensión de mi cuerpo al estar en ese paralelo cuestionario de si se atreve a llevarme al punto final del momento... o alarga por un tiempo más el sentimiento como algo eterno…

Un ultimo sentir… un ultimo espasmo recorrer mi espalda… un ultimo suspiro… y un gemido que devolvió un sin fin de sensaciones en el mismo momento en que me aferré a lo primero que me devolviera un equilibrio racional para no caer…

-¡¡Dios!! ¡¡Samiiiii!! -

Y suspiré finalmente satisfecha…

Abrí mis ojos, allá estaba ella, con una sonrisita traviesa – me encantas Camila.

Luisa

-Feliiz Cumpleaños Hermosiita – tomé su cintura con mis manos, y obligué a que su cuerpo volteara velozmente en dirección a mí, apenas estaba levantándose y a sus ojos les costaba en forma, mirarme completamente abiertos.

-Amor! – sonrió al ver el ramo de rosas que yacían a su lado, y el desayuno casi que en sus piernas - ¡que lindo esto!

-Happy Birthday Honey, espero que te guste mi regalo.

-No, sabes que es el mejor que he recibido?

-¿Qué?

-Que tú estés conmigo Luisa – me tomó del cuello acercándome a sus labios.

-Te amo – y me dio otro beso.

-Yo más.

Me era imposible tener su cuerpo así de cerca sin poder darle algo mas que no fuera un beso, agité mi cabeza y me separé de ella – desayuna y luego lo que quieras – reí.

-Y si lo quiero ya, qué?

Alcé mi ceja mientras ella se quitaba el vestidito de pijama - ¿Segura?

-ajammm

Puse la bandeja a un lado de la cama y de nuevo la besé – no, espera.

-Luisa!

-Mor, a penas dejemos que se caiga qué? Mira que… me demoré una horita haciéndolo,

-Si?

-Si…

-Sabias que te ves sexi cuando haces ese tipo de pucheros? – sonreí.

-Sii  jajaja

Volví acomodar la bandeja pero en el tocador que estaba a un paso de la cama – ahora sí.

Subí mi cuerpo sobre el de ella, ubicando perfectamente mi muslo derecho justo sobre su sexo, sus manos se refugiaron en sus senos, y sus ojos comenzaban a mirar de una manera más penetrante.

Podía sentir como su pantie iniciaba un revelador gesto que denotaba que su cuerpo, estaba sintiendo a la perfección la presión de mi pierna sobre ella.

-ven – susurró, bajé a ella, sus labios sobre los míos, me besaba de una manera encantadora, todo era como tan completo de cada una de las cosas que me fascinaba sentir a su lado. Busqué sus pechos, tan solo la cubría esa pequeña prenda, descendí mi mano despacio hasta llegar a su  vientre… su abdomen se movía  rítmicamente… introduje mi mano debajo de su pantie y sentí la humedad de su sexo enredarse tan deliciosamente en mi… el solo hecho de sentirla así, me embriagó por completo, con su mano derecha, hizo presión sobre la mía… no faltó que me indicara nada… inmediatamente inicié movimientos circulares, subió su dedo corazón a sus labios y lo mordió ¿acaso podía ser mas sensual? Ubicó al abrir un poco mas sus piernas; mi mano en todo el inicio de su intimidad, en el mismo momento en que ella, entrelazó su pierna izquierda en el centro de mi sexo… por Dios… esto es… francamente… lo más excitante que he podido vivir, asimiló el ritmo de su cadera, con el que comenzaba con su pierna, me quedaba a la perfección la frotación de ella, conmigo…

En un afán casi desesperante, quité mi ropa interior, ubicándome nuevamente a la posición en la que estábamos, miré su cuerpo… Cristina… >>La amo<<  es hermosa. Bajé su pantie con mis dientes… halándolo para que al deshacerme de el, no interrumpiera nada mas, con mi deseo de hacerla mía, froté con movimientos agiles su clítoris, mi mano se deslizaba casi tan de repente al mismo instante en que la posaba sobre ella, aumenté un poco mas mi presión, me estaba quedando difícil concentrarme en hacerlo todo bien, cuando ella no dejaba de hacer lo mismo con su pierna… moví mas, lo mas que pude mi cadera, chocando el ritmo consecuentemente con el que ella estaba oponiendo con su cuerpo, su respiración agilizó un 100% y los suspiros que delataban su sentir, se convertían en pequeños grititos que se ahogaban cómodamente con los míos, creando un sonido elocuentemente excitante para mis oídos, la miré… me estaba observando del mismo modo que yo a ella, sonreí al asegurarme por 50 vez en esto que llevaba de la mañana, que era ella la mujer que quería para mi, solo para mi y por mucho tiempo en mi vida, con este pensamiento, como si ella adivinara lo que estaba pensando, obtuvo en una rápida pose de medio lado, que su pierna estuviera perfectamente en sintonía con mi sexo, un rápido espasmo pasó por mi espalda y luego, por mi cuerpo; dejándome sin razón por cortos segundos, estimulé por última vez  su clítoris y ese grito escapado de sus labios, indicó cortésmente que era el momento de seguirla, sus manos rayaron mi pecho, y yo me tensé por completo, siendo victima de la sensación tan… perfecta que acababa de sentir. Un largo suspiro salió de mis labios, al igual que ella… me miró con expresiones satisfechas en su rostro, y me besó.

-Feliz cumpleaños corazón ¿te gustó mi regalo?

-Ese fue tu regalo? Hum… puede repetirse, no?

-Cris – acaricié su cabello – me entrego a ti, en alma cuerpo y corazón – y sellé con el beso mas tierno, lo que acababa de pronunciar.

Cristina

-Bonita – susurré tan despacio… tan suavemente… que… sólo atinó a mover su cuerpo un poco, y volver a quedar plácida en su sueño.

Allá estaba ella… con su carita de medio lado, su espalda totalmente descubierta, bajé mi mano lentamente por toda su columna… me encantaban sus bellitos… esos que hacían que su figura trasera se viera aun mas sexi de lo que ya era… besé su cuello… y una extraña sensación me recordó a sami… alguna vez me dijo lo mucho que le atraía el cabello de Luisa a ella…  lo observé, mentiría si dijera que ahí algo de su cuerpo que no sea hermoso… su cabello, baja hasta la mitad de su espalda, naturalmente lacio, y con un ondulado suave que quiebra el liso totalmente a la mitad de su altura, rodeé su cuerpo con un abrazo… este sentimiento a tranquilidad… a plenitud a su lado… a quererla conmigo… los celos de pensar en alguien más que tan solo; pueda mirarla demás ¿alguna vez sentí lo mismo por alguien mas?

¿Existió otra persona que me haya hecho ser,  lo que soy cuando estoy a su lado?

El timbre sonó, y recordé el día que es hoy… ¡mi cumpleaños numero 23! El sonido repetitivo consecutivamente tres veces seguidas, me alarmó… sólo una persona tocaba así… >>oh oh<<

Me levanté rápidamente pero sentí su mano retenerme – voy yo, amor.

-Que tramposa eres – recreé un puchero – estabas despierta! – reclamé cruzando mis brazos.

-Sabias que amaneciste más hermosa que siempre? – se fue acercando, analicé su cuerpo desnudo juntarse al mío, sus piernas largas; perfectamente torneadas, su abdomen plano, y su cintura curvearse tentadoramente, sus pechos… de un tamaño perfecto para hacer soñar a cualquiera, su cuello; su rostro… Dios! Tenia como novia a la mujer mas hermosa que haya visto, sus labios me hicieron reaccionar y correspondí a su beso perfectamente.

-tu amaneciste el triple de hermosa de lo que estoy yo.

-no, no, no ¡tu!

Tomé su cintura y aferré su cuerpo al mío – te amo, y eso que pasó ahorita, me hizo comenzar el día, muy muy bien.

-¿Ah si? – mordió su labio seductoramente y yo no atiné a hacer otra cosa mas que apurarme con mi pasó, y morderle su labio antes que ella volviera hacerlo… lo atrapé con mis labios, y lo besé lento…

El sonido del timbre retumbó en mis oídos fuertemente, esto no era una broma… ¿acaso era cierto?  - yo abro – dije, retirándome de sus labios con precaución

-¿Esperas a alguien? – esa miradita de “estoy casi celosa” apareció en su rostro y me daban ganas de cogerla, besarla y hacerle el amor por mucho tiempo, pero no me era posible en este momento…

-no amor, solo voy abrir.

-vale, pero ¿piensas abrir así?

Me miré, estaba sin una sola prenda que cubriera mi cuerpo, me sonrojé automáticamente, poniéndome una bata de baño.


Llegué a la puerta…

Y antes de abrir, su voz corroboró que mi presentimiento no me había fallado…

-¿Cristina? – llamó un poco mas duro de nuevo.

Luisa, salió de la habitación - ¿Por qué no abres?

-si, ya…

Abrí la puerta… y allí estaba Teo… su presencia logró ponerme nerviosa, seria por que hace muchos días no sabia nada de el, o por que Luisa estaba ahora conmigo, y antes, pensaba en el, como la única persona que quería a mi lado…

-Teo… - lo miré – hola.

Entró tan rápido que no pude detenerlo, tomó mi cuerpo con sus manos y me alzó en un gran abrazo que me sacudió por completo. – feliz cumpleaños mi vida! – me bajó de sus  brazos y me miró con una sonrisa tremenda en sus labios – wow, sí que estás hermosa Cristina, 23, eh?

di algo Cris<<

-Gracias Teo, ¿quieres pasar?

-Vale – entró animado, y tras el, un peluche Gigante con los chocolates que mas me gustaban – al fin pude conseguir tu oso panda – señaló al peluche.

-¿Es enserio? – Recordé cuando salimos de compras los dos, se rifaba un peluche de un oso panda, el mas hermoso que pude ver… lo  pedimos, y no quisieron venderlo por que solo era una rifa… ese día,  buscamos en todas las tiendas de peluches uno igual, y no lo encontramos - ¿Cómo le hiciste?

-Ya ves, lo estaba aguardando para este día – y su mirada se ubicó en Luisa que apenas aparecía de la cocina – hola – la saludó.

-Hola – le respondió ella en el mismo tono – Que es amor? – se acercó a mi, y me tomó por su espalda, me encanta su reacción… como esa seguridad a demostrarle a cualquiera que ahora ella compartía su vida conmigo.

-Un peluche ¿te gusta?

-Sii, está lindo – miró a Teo - ¿Quién eres tu?

-Un amigo suyo – me miró a mí, sorprendido pero igual de sonriente - ¿sabes Cris? Me porté mal contigo y no supe valorarte, espero que esta señorita, logre hacerlo – se acercó a mi, y me dio un beso gigante en mi mejilla – feliz día chiquita.

Lo abrasé, no terminamos bien, pero… siempre fue mi amigo, antes que mi novio – Gracias Teo.

-No, las Gracias las doy yo Cris, me ayudaste a madurar ¿Sabes? Eres una mujer… como pocas, con tu permiso – dijo para Luisa – pero tienes a la mejor, eh? ¡aprovéchala! Si no quieres arrepentirte como lo hice yo.

Sonreí de nuevo – Cuando me necesites ¡llámame! Y sino... ¡también! ¿Sí? Aquí tienes a un buen amigo que fue un mal novio.

-Jaja vale, lo tendré en cuenta, y Gracias de nuevo.

-Que disfrutes tu día, hermosa – otro beso mas, tendió su mano para despedirse de Luisa, y salió.

Abrasé al oso y me senté sobre el - ¿Es hermoso, no? – le dije a ella, mientras lo tomaba y examinaba determinadamente.

-Sii, amor, está lindo – se sentó a mi lado – el es tu ex?

-Si ¿Qué te parece?

-Está bueno – sonrió besándome – pero mejor, estas tu

-Sí?

-¡Sí!

Unimos nuestros labios nuevamente, cuando mi celular, sonó… en la pantalla, se veía el nombre de Manolo, Luisa suspiró sonriendo al mismo momento.

-Ve y organízate ya, que tu casi-novio se está muriendo, vale?

-Me vas hacer mucha falta ¿todo el día sin ti?

-Nos veremos en la noche, recuerda que es en casa de Sami, va?

-Oye ¿por qué allá?

-Porque Camila no se puede exponer al frio y en la noche llueve amor.

-ok, estaré allá –me levanté – y que no se te olvide que es mío, bueno?

-ja ja ja ja – abrasó al oso sacándome la lengua

Se me hizo irresistible verla – no, sabes qué? ¡No aguanto! - la tomé de la mano, y la llevé conmigo al sofá, empujé su cuerpo, cayó riendo… y me tendí sobre ella… volví a besarla… y hacerla mía de nuevo.

-Te amo.

-Te amo.

Sami

-Aquí?

-Sí, voltea a la derecha y cuadras allá.

-Oye Sami, por aquí no hay amiguitas… que… - lo miré

-Cállate ¿quieres?

-hay no Camila, que estrés… tu no ayudas en nada – se refirió a Camila, quien apenas comenzaba a despertarse.

-¿Cómo te sientes amor?

-Mejor ¿Cómo terminó todo?

-Excelente – respondió Poncho por mí, riéndose… viendo por el retrovisor como me había dejado con las palabras en la boca – ya pusimos una orden de caución, y no se puede acercar a ti, sin una orden.

La miré, parecía con miedo – va a estar todo bien, hermosa – tomé su carita y le robé un besito.

-Sami,  ahí hay otro carro, ¿Dónde lo parqueo?

Miré hacia la calle, era cierto… y ese... era el auto de Freddy

mier…da…<< >>vale, piénsate que le vas a decir a Camila<<

Me bajé del auto, allí estaba él, sentado en el borde de la acera, jugando con un llavero, se levantó en bien me vio, y sonrió… este tipo, tenia algo agradable en su ser.

-Hola Freddy

-Samantha ¡casi que no doy contigo, mujer! ¿Hay que pedir cita? – bromeó mirando al carro de Camila.

-No, claro que no, espérame un momento, ayudo a mi novia a bajarse del auto y hablamos, va?

-Claro, necesitan ayuda?

-No, gracias

Di tres pasos hacia atrás, Poncho ya estaba bajando a Camila, de hecho… solo sostenía sus manos.

-¿Por qué eres tan terquita amor? ¡Déjate ayudar!

-¿pero es que, no me ven? ¡Puedo caminar! ¡No necesito silla de ruedas amor!

Asentí, era cierto… pero me preocupaba que se sobresaltara y algo malo le pasara – preséntame con tu amigo, ya lo había visto antes, no?

-Eh, si – dije – Freddy, te presento a Camila, mi novia, y el, es… -  miré a poncho – bueno, el es poncho – reí, mientras el hacia  un gesto molesto

-Un placer Freddy – Camila lo saludó con agrado - ¿puedo saber quien eres?

-Claro, soy un amigo de Samy, bueno, amigo todavía no, pero si casi amigo –me miró a mi, manejaba una inocencia que se me hacia por demás, tierna – y es un gusto para mi también conocerte, por ti, Samy,  me dijo que no, sabias?

-¿Qué no, que?

-Que no – me metí – que no, saldría con él, en plan de algo mas, cierto?

-Exacto, eso mismo.

Camila me miró, y una risita sarcástica, salió de sus labios - ¿ya llegó Luisa?

-Sí, debe estar adentro, Freddy ven con nosotros – le ofrecí

-No hermosa, no debo demorar, ahorita comienzo turno, solo vine a decirte una cosita.

-Claro decime.

-¿Te acuerdas de Valeria? – dijo en un tono que…

problemas… ¿Quién rayos es Valeria? <<

-No Freddy, estás bien? No conozco a ninguna Valeria

-Sí, la niña por la que te metiste la… >>pff, que tipo tan imprudente<< otra vez.

-Cami, vamos adentro – interrumpió Poncho, le supe agradecer – Sami nos alcanzas, un gusto Freddy, suerte viejo.

-Bien, lo mismo  - le respondió él.

Camila asintió a su hermano, y entró con él, mi mamá abrió la puerta, y tras ella, podía ver a Marcela, giré mi cabeza, y observé a Freddy.

-La regué?

-¿Qué crees? ¡No digas eso delante de ella! Y enserio ¿Quién es Valeria?

-La niña por la que te metiste la otra vez, en la pelea con el hombre musculoso ese.

-Ahh sii  - hice un gesto de darle la razón – al que tu le tenias miedo, si, si, lo recuerdo – y reí.

-No era miedo, solo me prevenía de salir lastimado

-Jajaja, que conveniente eso, ¿Cómo está? Vení, entremos a casa, no? Aquí hace algo de frio.

-No Sami, solo te digo que ella me preguntó por ti y yo le – y se quedó viendo la figura de una rubia, francamente espectacular, salir por la puerta de mi casa - ¿Quién es ella?

-Una amiga – dije mirándolo agraciadamente, mientras él se embobaba con la visión, volteé y lo seguí… estaba ¡divina! Llevaba un jean de color negro, con algunos rotos y parches  en partes puntuales de sus piernas, un blusón que tapaba el inicio de su pantalón, haciendo que su figura se calcara a la perfección, bajo el, sostenía un pequeño top del mismo color de su pantalón, su cabello rubio, bajaba por sus hombros, y varios mechones acomodados convencionalmente a su alrededor, todo esto, venia acompañado con un par de botines… realmente… perfecta.

-Sami…

-Sí?

-¿La conoces?

-Aja, es una amiga ¿no me escuchaste?

-Ahh si – me miró – está linda.

-Sí, mucho – asentí, sabía que quería decir mucho más.

-Bueno, más que linda… para…

-Calla, si? No digas nada inoportuno.

-Bueno, tú me entiendes, no?

-Aja, supongo que si

Luisa se acercó – Hola sami – beso en la mejilla – hola – se refirió a Freddy

-Hola, un placer conocerte – estiró su mano y se atrevió a besarle su mejilla.

-A dónde vas?

-A comprar al resto de cosas para la decoración, me acompañas?

-¿Y Camila?

-Está adentro.

-mm, pero no nos demoramos

-Sí, compramos y salimos

Y antes de hablarle a Freddy, sonrió – ya debo irme Sami, me encantó verte, cuídate mucho, y no te pierdas tanto, quieres?

-Claro, deseas algo más?

-No, creo que así está bien – se despidió de ambas, y se dirigió a su auto.

Caminé con Luisa, ninguna dijo nada, la notaba nerviosa, y con ganas de decir algo que no podía.

-¿Pasa algo?

-No

-mm

Dimos otros 10 pasos más o menos, sin hablar

-Sami.

-¿Sí?

-Tengo miedo.

Sonreí, sabia que algo le pasaba.

-¿Qué pasa?

-Estoy enamorada – mordió su labio en muestra de sus nervios e inseguridad al confirmar lo que decía.

-Y por qué estas así?

-No quiero hacerle daño, no como te lo hice a ti.

-No, Luisa – la miré, podía ser la persona mas frágil, todo lo que había pasado, le había dejado un amargo sabor, y una culpabilidad que ya no era de ella – no digas eso, si? Ambas estábamos comenzando un nuevo camino, las dos estábamos confundidas y…

-Yo te fallé – culminó – Sami dime una cosa, si?

-Que te digo?

-Tú piensas que yo me enamoré de ti, o solo fuiste un capricho.

-Un poco de las dos – afirmé directa.

-Mírame – tomó mi rostro con sus manos, y clavó sus ojitos sobre los míos – yo si me enamoré de ti, y lo de un capricho… digamos que… a pesar de que sabía que te estaba amando, también me obsesioné, quizás por eso, cometí tantos errores.

-Olvida lo que haya pasado, y vive lo que está pasando ¿Si? No vas hacerle daño a Cris, ni ella te lo hará a ti.

-y… ¿si no funciona?

-pues, quedará el recuerdo de que fue algo lindo, no?

-Ja… esperaba que me dijeras que si iba a funcionar – armó un puchero, la gente nos veía tratando de comprender que pasaba-

-Pues, puede que si,  y puede que no, por eso te digo, vive lo que está pasando, tienes a tu lado a una niña hermosa que te ama.

-Jamás pensé que serias tu, quien me dijera todo esto – buscó mi mano, y entrelazó sus dedos con los míos – sabes todo lo que te adoro, no?

-Si lo sé, y tu… ¿Sabes todo lo que te adoro yo? – le sonreí.

-Sí, y ¿te acostaste con Camila, no?

Solté mi mano de la suya, y la miré sorprendida, entre enojada y sonriente.

-¿De que hablas?

-Dímelo ¿Sí o no?

-Wey espera… ¿Cuándo te pregunto yo eso?

-Bueno, a lo mejor es por que no te importa saberlo, pero a mi si!

-Wow, esto me parece una escena de celos amistosa – acerqué mi mano a su cabello – sabias que…

-Sí, te encanta mi cabello – rió con ternura – lo admito, yo también lo amo.

-Luisa, ¡eres tan presumida!

-Bueno, pero ¿Estoy mintiendo?

-No, si es lindo, pero seria mejor donde fueras modesta – terminé de decir, y llegamos a una tienda de detalles.

-Hoy el ex, de Cris, le llevó un Oso Gigante.

-Humm, detallista, eh?

-Sí, pero se portó bien ¿Sabes? Dijo que, Cris se merecía lo mejor, y que esperaba que yo la hiciera feliz.

-Que lindo – expresé mientras cogía la lista de faltantes – quieres un helado?

-Sí.

-Ok – volteé, y mientras ella compraba lo que faltaba, yo me dirigí a una heladería cercana; compré dos helados, escogí su preferido y para mí, el mismo.


Allá estaba, con sus manos ocupadas en las bolsas, y con un puchero gigante de que me moviera, porque estaba cansada, le recibí una bolsa y le cedí un helado.

-Sami, respóndeme

-Luisa ¿Es enserio? ¡Eso es personal!

Me miró, como pocas veces lo hacia – Poncho dijo algo relacionado, cuando llegó al apartamento y te vio a ti con una prenda de Camila, dijo que habías pasado la tarde con ella.

Asentí lentamente mientras consumía el helado – Así fue.

-¿Recuerdas que alguna vez…

-Sí – la interrumpí – se lo que te prometí, pero…

-Lo se, se que yo dañé esa promesa.

-¿Por qué te pones así?

-Sami, no quiero verte mal… y sé que Camila hace lo correcto… solo, escuché a Poncho y recordé el día que… ¿Recuerdas cuando fuimos… bueno… la ultima vez que estuvimos juntas?

-Sí…

-Bueno, solo recordé lo que dijiste…

-Tú sabías que ese día, yo sabía que tú estabas con otra persona?

Dejó de chupar de su helado y me miró preocupada, sus ojos brillaban, su sus labios estaban húmedos, y ese gesto tan lindo... en su mirada….

-¿Cómo así?

-Yo ese día, te vi hablar con alguien mas, a escondidas… de que yo no te viera ni te escuchara… ya era obvio… y esa fue mi despedida.

Intentó hablar pero no la dejé – no te traumatices más por lo pasado Luisa, tú sabes que me tienes aquí, eh? Tu sabes lo que fuiste y lo que significas en mi vida, y que a pesar de todo, me ayudaste a madurar, a  crecer, a valorarme y a entender.

-Solo si me prometes una cosa.

-¿Qué – suspiré, no iba a dejar esa manía de las promesas.

-Que siempre me consideraras como tu primera vez, como lo primero en tu vida… como esa niña especial.

La miré y la abrasé con fuerza – no tienes que decirlo – y sin pensarlo, estábamos de nuevo al frente de mi casa, todos estaban mirándonos, busqué la mirada de ella… en sus ojos, se creaba una expresión a no saber como determinar lo que acaba de ver, Luisa y yo nos separamos.


Saludé a mi mamá, y luego, tomé a Camila de mi mano, asegurándole que nada pasaba, y que de nada debía dudar, le robé un beso y luego, abrasé con fuerza a Marcela, hace días que no la veía, aceptaba tristemente que por mi culpa, era la  falta de comunicación entre ambas. Me senté a su lado, y luego me acomodé entre sus piernas – valga la redundancia – ( no piensen mal, es decir, compuse mi cabeza, sobre sus piernas… ¿siguen pensando mal, verdad? Es decir… ella se acostó y yo me… bueno… ya me entendieron… :S )

Hablamos por un largo rato, Poncho organizaba todo con Luisa, Cami hablaba con mi mamá… todo estaba casi listo, el celular sonó, y Marcela se marchó un instante… y yo aproveché, caminé tres pasos mas, y me acerqué a ella…

-¿Cómo sigues bonita?

Me miró, esa sonrisa iluminaba todo a su alrededor, me perdía en sus ojos – excelente – guiñó su ojo y se acercó a mis labios – te amo –

La abrasé, el timbre sonó, me levanté. Pero choqué con un tazón, y enredé mi pierna con un objeto que no alcancé a ver

-Yo voy amor – manifestó ella, tomé su mano pero con su rostro asintió a seguir adelante, todos estaban lejos de la puerta, me quedé mirándola, al mismo instante en que componía mi ropa, miré a mi mamá, había quebrado toda una reliquia para ella, su cara de pocos amigos apareció.

-Solo quedan dos de mi colección – advirtió y no atiné hacer mas que reírme.

Hasta que la  voz de mi novia, obligó a mirarla inmediatamente  - alguien te busca – dijo a medias.

Me acerqué a ella, chocando con Poncho, miró a la persona que estaba buscándome y devolvió su mirada a mí.

-Por Dios… - susurró.

Abrí un poco más la puerta, Camila volvió a entrar, me costó solo 5 segundos recordar su figura…

Una estatura, un poco mas baja que la mía… su cabello rubio, pero que, a diferencia que el de Luisa, era natural… aunque un poco mas corto, sus ojos eran de un color miel muy claro, juraría que casi eran verdes, sus labios de una figura perfecta, vestía muy formalmente, pero eso no le quitaba lo sexi que se veía.

-¿Samantha?

-Sí, si – reaccioné ¿Qué hacia ella aquí?

-Hasta que por fin te veo - >>sexi… sexi… si, está linda… y su voz, complementa con su cuerpo<<

-¿Me buscabas?

-Sí, necesitaba agradecerte.

-¿Quieres pasar?

-No, solo quería disculparme por haberme ido así la otra vez, además de que me salvaste de una golpiza tremenda, me seguiste, y yo solo me fui.

-No te disculpes. Supongo que estabas asustada – reparé su rostro, la otra vez era de noche, y no vi lo linda que era.

-Sí quería hacerlo, espero no te moleste que haya venido así, le dije al portero del bar con el que te vi, hablar esa noche que me dijera donde podía encontrarte.

-Ahh, tu eres... ¿Valeria?

-Sí – sonrió – la misma.

Estiré mi mano – es todo un placer, soy Sami y no hay rollo, solo espero que… eso no vuelva a sucederte, no es lindo que alguien te pegue, eh? No dejes que eso vuelva a pasarte, tu… eres linda y… quien te maltrata no te merece – la inspiración se me salió de repente, el solo recordar como la golpeó ese tipo la otra vez, me invadió mi sensibilidad.

Sonrió con ternura – enserio, te agradezco, y créeme que ese animal no hace parte de mi vida, ya; no te busqué antes, porque estaba viajando, pero a penas regreso y esto, fue lo primero que quise hacer.

Le tendí mi mano, y ella se inclinó y me dio un corto abrazo que supe entender como el agradecimiento final.

-Que estés bien Sami – dio la vuelta después de separarse de mí, y encaminó rumbo a un automóvil.

La sensación a plenitud, llegó, sabia que había hecho bien… al defenderla.

Cristina

-Manolo son las 8:00 pm (20:00) ¡demonios! Eso me pasa por salir contigo.

-ehh relájate, no te tomes enserio lo de tu cumple, si sigues con ese genio, llegaras a los 30 con el cabello blanco.

-jahh jahh jahh Luisa me espera, de hecho todos…

-Vale, pago esto y vamos – acarició mi mejilla con su mano.

Llevaba en mi mano, un estuche… lo había pensado toda esta semana... ya era el momento, no quería esperar mas… no iba a pedirle que se casara conmigo, pero si que necesitaba sentirla mía completamente, ¿iba a comprometerme? Si! Por la mujer que amo... le pediría a Luisa, que se quedara conmigo en mi departamento y que comenzáramos una vida no como un noviazgo sino como algo mas serio… ya era hora, ya me sentía segura de mis sentimientos, y era ella, la mujer que quería en mi vida, para mi, conmigo, y por el tiempo que Dios me permitiera vivir.