Estando muy cerca de la muerte (20)

¡Te amo!

Estando Muy Cerca De La Muerte

20

-hola mi vida – vi su carita sonriente - ¿Cómo amaneces?

-bien ma, y tú? ¿Qué haces levantada tan temprano?

-hum… yo creo que para ser las 11 de la mañana, ya es justo para estar despierta, no?

-¿11?

-si, por eso vine a  verte ¿no vas a pasar por el hospital hoy?

-mierda!! ¡Mamá!! Por que no lo hiciste antes? – retiré las cobijas lejos de mi, levantándome con brusquedad.

-¿Cómo dijiste señorita?

-pues ma, me hubieras levantado antes – traté de cambiar mis palabras – Camila me está esperando.

-ok, no me dijiste que te despertara temprano hoy, organízate, baja a desayunar y te vas, listo?

-si señora – cerró la puerta, y me metí en el baño; me organicé lo mas pronto que pude, anoche no me acosté muy tarde, para haberme levantado a esta hora… me duché, vestí, desayuné, hablé un momento con mi mamá y salí inmediatamente para el hospital.

Tomé un taxi, y ya tan sólo me quedaba esperar.

Los padres de ella, ya se habían ido, la mamá se quedó esperando esa respuesta que a lo mejor, ya sabía. Camila me comentó que todavía no era el momento de contarle, no; estando ella; internada todavía. El conductor, me avisó que debía bajarme una cuadra antes de llegar por qué al parecer había un problema con la via próxima. Le pagué y me dirigí a la entrada. Saludé al portero que ya me conocía ¿y como no? si todos los días había estado allí.

Llegué a recepción, estaba la recepcionista que por alguna razón, siempre era antipática conmigo, la miré pero no la saludé, subí al ascensor, marqué el número del piso, de su habitación y esperé.

Caminé por el pasillo; choqué con los ojitos de una niña de unos 15 años, realmente hermosos… seguí, hasta que llegué frente a su habitación.

Toqué 3 vececitas, pero nadie me contestó… insistí de nuevo, y recibí la misma respuesta; nada.

Le di, media vuelta a la cerradura, y abrí la puerta, la cama estaba totalmente tendida con una sabana blanca, ligeramente acomodada al grosor de la cama, el olor de la habitación era a jazmines, las ventanas estaban abiertas, permitiendo la libre entrada del viento que hacia en la ciudad, el aire daba un toque de tranquilidad, ya no había nada de ella… fui hasta el baño, y no encontré nada.

Salí confusa, buscando alguna enfermera.

-hola – toqué a una de ellas, que me daba la espalda – disculpa – hice que se volteara y me viera – pero – su sonrisa era linda, la hubiera preferido a ella que a esa tal Sofía – podrías decirme donde está Camila Gómez?

-ella es la que estaba en la habitación central?

-si, esa misma.

-ah, espérame – caminó tres pasos mas, entrando a una especie de recepción pero mas pequeña, observando detenidamente el ordenador.

-¿me repites su nombre por favor?

-Camila Gómez.

-Humm, mira aquí me aparece que su orden de salida fue dada a las 11:50 del día de hoy.

Miré la hora de su reloj - son las 12:20 ¿o sea que

-la verdad no te se decir muy bien, yo apenas recibo turno, pero si quieres, ve y pregúntale a Eliana, la niña de información del primer piso, ella debe saber.

-¿tiene que ser ella? – pregunté confundida ¿Cómo que Camila ya había salido?

-pues, es ella la única que te puede dar alguna noticia.

-ok, gracias – sonreí y me despedí, bajé las escalas rápidamente, en el ascensor, había mucha gente esperando, por lo que era mas adecuado, llegar a pie, justo al piso que necesitaba.

Ella, tenia el teléfono en su mano, y sus ojos se adueñaban de la pantalla, después, respondió a la persona que se encontraba al otro lado de la línea y colgó, cruzó sus piernas, se  veían bien desde el punto en el que yo me encontraba, metió la puntita de su esfero en sus labios e hizo un pequeño movimiento de su cabeza

que sexi<<

Agité mi cabeza, recalcándome a mi misma y me acerqué con la misma antipatía con la que ella me miró.

-puedo pedirte un favor?

-si se puede

-lo que pasa es que una de las enfermeras del sexto piso, me dijo que Camila Gómez salió hace menos de una hora del hospital.

-aja y?

Alcé mi ceja >>¡que fastidio de mujer!<< - pues que eso debe ser una equivocación, a mi nadie me informó.

-no puedo ayudarla – volteó su rostro hacia la pantalla.

-¿podrías decirme al menos con quien se fue?

-mire niña,  tengo cosas importantes que hacer, mas no quedarme ahí esperando a que su noviecita se reporte con quien está y con quién no.

Suspiré.

-vale, gracias.

Toqué mis bolsillos, y sentí una corriente de mala vibra recorrerme, ni siquiera había llevado mi celular, había salido tan a la ligera de mi casa que no atiné a llevármelo.

De un teléfono público, justo a la salida del hospital, llamé a mi casa

-mamá… ¿podrías ir a mi habitación y tomar el celular y dictarme el numero del celular de Poncho?

-¿Sami?

-ja! ¿Es que tienes más hijas? – Dije irónicamente – si ma, soy yo, Sami… ¿si me puedes hacer el favor?

-bueno ¿a ti que te pasa? ¿No ibas para el hospital?

-si, estoy aquí pero resulta que Camila ya salió y a mi nadie me dijo nada, por eso necesito hablar con poncho.

-ahh, listo, espérame yo lo busco.

-ok.

-Sami?

-si?

-¿Dónde está el celular?

Suspiré – en mi habitación mamá, debe estar sobre la cama o en la mesita de noche.

Tardó 2 minutos para hablarme de nuevo, preguntando como buscaba el nombre de poncho… :S pero al fin, pudo dármelo… lo llamé a el, pero no contestó… marqué al apartamento de Camila, pero aun no me respondían, volví a entrar al hospital, eso se me hacía muy extraño, Camila me hubiera avisado, o al menos no se… la constante preocupación por que Sergio le hiciera algo, me estaba descontrolando. La recepcionista volvió a mirarme con esa miradita burlona que, más que causarme rabia, me retaba.

-es enserio, dime que pasó? por qué le dieron de alta tan imprevistamente… si?

En un descuido suyo, vi como sus ojos bajaron a mis labios y se quedaron allí por segundos… por lo que tuve que optar, por arriesgarme y conseguir que me dijeran algo, de algún modo.

-¿podrías decirme tu nombre?

-Eliana.

-¿por qué eres tan grosera conmigo?

Mi tono de voz, sonó un poco más en confianza.

-porque usted, también lo ha sido – reposó su cuerpo sobre el asiento, por lo que su falda subió un poco mas de sus rodillas, a la mitad de sus piernas.

-si, tienes razón… pero, podemos comenzar de nuevo, no? – le sonreí y vi como ella asintió casi tan de repente, que llegué a pensar, que estaba jugando a lo mismo que yo.

-aja y como seria eso?

-pues – me incliné un poco mas en la barra – mucho gusto Eliana, soy Samantha – le tendí mi mano y rosé la suya en un gesto coqueto.

Dios… es increíble que yo esté haciendo esto<<

-Igual – trató de sonar indiferente pero no lo hizo, increíble!... le gusto a esta chica y por eso me la estaba montando tanto.

-hacemos las paces?

-está bien.

Bien. Es ahora o nunca Sami<<

-Eliana, en verdad… ayúdame con eso, si?

-la niña esa es… tu pareja?

-este… pues depende – busqué su mano, mientras con mi mirada, alejaba cualquier rastro que indicara que alguien nos estaba observando – si tu quieres que sea mi pareja… lo es… sino, no lo es.

Que desgraciada Sami<<

Con su mano, alejó un botón de su camisa, dejándome observar el color de su sostén y el inicio de su pecho. – pues seria interesante, que estuvieras… solita...

-pues es un hecho... que estoy solita

-¿enserio? – inclinó su cuerpo cerca al mío, acercándose peligrosamente a mi

Donde Camila me viera…<<

-ajam – susurré – dime que pasó con ella, así yo se… y ya no me preocupo mas por nada y a lo mejor… me quede algo interesante que hacer hoy.

-ah si? y que haces hoy?

-a lo mejor tenga la suerte de salir contigo

Le guiñé mi ojo mientras ella, corría de nuevo su cabello… enserio eso… era lo más sensual que había visto…  me quedé viéndola hasta reaccionar, y decirme a mi misma que esto solo era para saber donde diablos estaba mi novia.

-entonces linda?

-dale, mira… a ella, le dieron de alta esta mañana, si no estoy mal, salió hace una hora mas o menos.

-sii

-y nadie vino por ella, Sofía que era la encargada de avisar, informó que no se había podido comunicar con nadie de sus familiares ni allegados por lo que ella misma se ofreció a llevarla, según dio instrucciones, su turno terminaba, además de que entabló buena relación con la paciente, por lo que no fue complicado que Camila saliera con ella.

es una…. puta<<

-ya, ok linda, muchas gracias – su rostro de “¿Es enserio?” se armó inmediatamente, por lo que comprendí que no debía irme así – digo, gracias por la información – miré el reloj que estaba al fondo del corredor – será que me podrías dar tu numero y llamarte luego?

-con la condición de que si me llames

-claro que si - >>claro que no<<

Sacó de su bolso una tarjetica con su nombre y el número telefónico de su casa y de su celular, me la entregó inclinándose un poco a mi rostro, rosando sus labios con la finalización de mi mejilla derecha.

Salí de ese hospital con mi temperatura a mil, no por lo que acababa de pasar con la recepcionista sino de la rabia que sentía con esa enfermera, ese si era el colmo. ¿Cómo podía atreverse hacer algo así?

Llamé como por sexta vez al celular de poncho hasta que por fin logró contestarme.

-Hola.

-¡Samy! Eppa! Pero que sorpresa cuñadita ¿Cómo vas? ¿Tanta falta te hago que no aguantas más de una semana sin escucharme?

-poncho ¿Dónde está Camila?

-¿Cómo así? Pues en el hospital!

-dime la verdad ¿Dónde está?

-Samy, yo iba a ir hoy en la mañana y Sofía, la enfermera que la trata, me informó que mañana le daban de alta, por lo que hoy no habían visitas para cuadrarle lo ultimo que le faltaban de los exámenes que debían tomarle.

-¿tu estás en su apartamento?

-no, yo estoy por el centro de la ciudad, necesitaba girarle un cheque a un trabajador de mi papá ¿pero que pasa?

-bien, yo voy a pasar por allá, al parecer Sofía cuadró todo para que nadie fuera a ver hoy a Camila y así ella la llevara a casa.

-¿Cómo así?

-nada, no te preocupes,  yo soluciono eso, todo está bien.

-entonces yo ya voy para allá.

-no poncho, no te preocupes por eso, dale que nada está mal, mas bien yo te aviso mas tarde.

-ok, si algo pasa me llamas.

-va, cuídate

-igual Sami.

Colgué irritada, me dolía pensar, mis pensamientos mismos estaban jugándome doblemente… imaginarme a Camila con esa enfermera… argh… me daña el genio, me hierve la sangre de tan solo

Tomé un taxi, dirigido solo para allá… di el  nombre del edificio… esperé pacientemente el resto de minutos que me quedaban… ¿Cuántos? 15? 20? A lo mejor el trafico no estaba de mi lado hoy, por lo que se aproximó la media hora y todavía no llegaba… no quise marcar el número de su casa, me irritaba imaginarme que me pudiera contestar ella… sentía el puño de mi mano derecha, encogerse con fuerza, me dolía la garganta al tragar… miré mi rostro por el retrovisor del automóvil, el conductor también se notaba igual de preocupado a mi, al verme.

-¿Es aquí, señorita? – cuestionó con un tono en su voz, muy prudente

-si señor, cuanto le debo?

Me respondió, le pagué… me bajé… miré la ventana de su habitación, quedaba en uno de los pisos mas altos de todo el edificio… el portero, me recibió con una sonrisa amable.

-¿Camila Gómez se encuentra?

-eh – pensó antes de responderme – si, pero no hace mucho llegó, ella está con una enfermera que la trajo, espéreme yo la anuncio, si?

-no, no me anuncie, Camila sabe que yo estoy aquí, si hace que el citófono suene, a lo mejor la despierte, debe estar descansando.

-esta bien señorita – asintió – adelante.

Le di un gracias, subí las escalas, pensando en como iba a reaccionar al mirar a Sofía en el apartamento de mi novia, caminé despacio tratando de relajar mi mente, hasta que llegué al frente de la puerta. Tapé con mi mano, el agujero de la puerta para evitar que la persona que quisiera ver quien era, no lo pudiera hacer.

Una vez… dos veces… tres veces

-¿Quién es? – y fue inevitable no irritarme mas al escuchar su voz.

-Samantha – contesté segura.

La puerta se abrió despacio… y tras de ella, la figura de esa enfermera… estaba con ropa informal, un blusón que alcanzaba los muslos de sus piernas, dejando ver visiblemente, el inicio de su pecho, marcando a la perfección su cintura, un jean de color blanco, con un par de botines medio altos, del mismo color que su blusa, su cabello, estaba ligeramente abandonado a algunos rizos que, hacían ver su rostro mas atractivo, su cara maquillada, y sus labios húmedos, debido al lápiz labial que, por lo que pude notar, se lo había aplicado, hace muy pocos minutos.

Entré violentamente, chocando con su hombro, buscando a Camila.

-¿Dónde está?

-en la habitación – supongo que mi ira, sobresalía por todos los poros de mi cuerpo.

Entré, su cuerpo reposaba sobre su cama, tenia una pijama de color azul claro, que hacia que su figura, se escondiera un poco bajo la tela. La blusa del pijama, estaba un poco mas arriba de su ombligo, y ella masajeaba pacientemente, la herida, al costado de su cintura.

Cambió de posición al verme, pero el gesto que se apareció sobre su rostro, me delató que no estaba bien conmigo.

-Hola Sami

Volteé mi mirada, Sofía entraba con una bandeja, y sobre ella, un refresco con dos pastillas al lado.

-vallase ya de aquí – dije.

-¿perdón?

Le arrebaté de sus manos la bandeja, reposándola sobre el nochero al lado de la cama, tomé su brazo y fui sacándola con fuerza de la habitación.

-¡aquí no estamos en el hospital! Entonces no voy a permitir que me siga tratando como le da la gana, niñita.

-ya… ¿y que me piensa hacer?

-sabe que? – y antes de que dijera algo, la voz de Camila la detuvo

-¿Qué pasa?

-que esta niña anda mal de la cabeza.

-ultima vez – advertí – vallase.

-¿Cómo así? Que pasa Sami? O sea… no  ves que antes me trajo hasta aquí?  No seas grosera.

-¿Grosera? ¿Volvemos con lo mismo? >>calmada Sami<< - ¿Sabes que hizo esta enfermera? Llamó a todos los que te visitábamos a decir que salías mañana por lo que hoy, nadie podía ir a visitarte, y a ti, te dijo que nadie llegó. Eso no se hace Sofía, juegue limpio niña, al menos así, es menos sucia – y su mano se levantó en dirección a mi rostro, cambié de posición, no quería pelear… solo quería no verla mas.

-o se larga ya, o llamo al hospital y le digo a su jefe lo que usted hizo.

-eres una mal nacida! – murmuró.

-¿Sofía es enserio esto?

-¿Camila no me crees a mi? – le pregunté

Bajó su rostro – que decepción, vallase! – se refirió a la enfermera

Sofía la miró fijo a los ojos, como si le doliera en verdad lo que Camila estaba diciéndole, y mas rabia me daba aún, parecía como si la quisiera, sus ojos delataban fríamente que se estaba enamorando de ella.

Me acerqué, la tomé del hombro y la llevé con brusquedad a la puerta, no quería verla, ni saber más de ella.

Salió en silencio, asintiendo a lo que yo, estaba diciéndole calladamente, he de suponer que muy seguramente, estaba sintiendo la necesidad de descargar toda mi ira sobre ella, a lo mejor quiso detener algún accidente, o simplemente reaccionó a la desubicación de actitud que tomó al jugar de ese modo con Camila y con todos nosotros.

Camila

Su rostro dibujaba gestos que obviamente demostraban lo molesta que estaba… el escuchar a Sofía decirme que la había llamado y que dijo que no podía recogerme por que debía hacer otras cosas urgentes, me puso algo mal… no deseo ser lo primordial en su vida pero ¡como no venir por mi hoy, que me dan de alta! Y luego pasar así con todos… ¿Qué pasa? Es que se les olvidó que no puedo irme sola a casa? Ni Poncho, ni mis compañeras de trabajo, ni nadie… ni Cristina, ni Luisa, ni siquiera la mamá de Sami que ha estado pendiente de todo de mí, desde que mis padres se fueron

Si, a lo mejor debí tener algo mas de malicia… a lo mejor pensar en que era muy extraño que todos tuvieran algo que hacer

-¿por qué eres así Camila?

Su voz me obligó a tomar viaje de nuevo a la realidad

-así, cómo?

-¿Cómo que, así cómo? ¡Era obvio que yo si podía! Pero claro ¡vos le crees a ella, no!?

-cálmate y hablamos ¿Si?

-no, ya se que estás bien, ya llamo a Poncho para que venga a cuidarte, ve y descansa que hablamos luego.

Verle su carita así de sofocada por toda esta situación me causaba ternura

-¿entonces te vas y me dejas sola?

-¡no! – Buscó el teléfono – voy a comunicarme con tu hermano para que venga y luego me voy.

-¿pero por qué te enojas?

-hay veces que eres el colmo ¿sabes? Que quieres? Que esté feliz?

-no, pero no es para que estés así, se que ella hizo mal ¿pero como iba a saberlo?

-ya te dije que no quiero hablar mas,  ve y descansa ¿bueno?

Me dio la espalda, marcó veces seguidas, per Poncho no le  contestaba, y yo solo estaba rogando por que siguiera así, sin hablarle.

-no comprendo por que te pones así – me di la vuelta esperando a que me respondiera.

-¿por qué? – alzó un poco más el tono de su voz – me preguntas por qué? – Suspiró - ¡porque te amo!

si es un sueño... Por favor... Que no me despierten<<

-si! Te amo ¿ya? ¿Feliz? Porque desde que te accidentaste me di cuenta de lo importante que eres en mi vida, y desde ese momento esa niña ha estado tras de ti, porque me cabrea mucho!! Que ni siquiera respete que eres mi novia!! Y sabes que me molesta mas? ¡Que tu asientas a que ella te acompañe!

Las palabras se esfumaron… mi cerebro trabajaba rápido, si… y podía sentir como los latidos de mi corazón cobraban con el pasar de los segundos, mas sentido al cumplir con su función.

-repítelo – di tres pacitos, sonriendo tontamente… mirando sus ojos

Bajó su rostro en un gesto resignado – ya Camila... Ya lo sabes… te amo

Tomé su rostro y me acerqué fugazmente a sus labios… el sólo rose con ellos, hizo estremecerme… todavía parecía que estuviera soñando… en realidad lo dijo… y… se escuchó tan lindo… se sintió tan bien

La besé como no lo hice antes… la besé con todo el amor que podía sentir, con todo lo bueno que podía entregarle de mí, me aferré a su cuello, mientras sentí como iba cediendo a mi caricia.

-Sami… ¡eres todo para mí!

Sus manos subieron a mi cabello, tomando un poco de presión juntando más su cuerpo al mío… el beso fue pasando a un tono mas profundo, sólo me faltaba escuchar esa palabra para confirmar que si… que era ella… a quien quería… solo en mi vida… me sentía eternamente enamorada… absorbida en tantas cosas que estaban volviéndome loca.

Sus labios abrieron paso a  los míos… el sentimiento que aparecía con solo sentir su tacto, era verdaderamente increíble

Nada podía pasar ahora… nada que nos interrumpiera, nada que dañara el momento… no podía pasar nada… solo dejar fluir lo que quise hacer desde el primer día que la conocí.

Las yemas de sus dedos se ubicaron al compas del ritmo del beso, sobre mi espalda… bajo la blusa de la pijama que traía puesta… mi cabello estaba húmedo… hacia tan solo pocos minutos que había salido de la ducha… un fuerte corrientazo recorrió mi cuerpo con afán

Me separé sin quererlo, intentando componer la compostura, no quería hacer nada inadecuado, nada ligero ni nada contrario a eso… yo solo quería ser esa respuesta a lo que fuera que ella se estuviera preguntando.

Me costó abrir mis ojos, porque no dejó que la distancia que tomé por contados segundos, se alargara mas… nuevamente sus labios sobre los míos… los míos sobre los suyos… la humedad que salía de ellos, el dulce sabor que penetraba mis sentidos… mi gusto…  todo… compenetraba una maravillosa sintonía de todo lo que no me esperaba… no pensaba sentirme mejor que como en este momento, no hasta que por instinto pude apreciar hasta donde estaba llevándome esto… a penas comenzaba a introducir mi lengua en su boquita, la sorpresiva bienvenida que ella le dio… jugueteé con ella sobre sus labios… sobre su lengua, conociendo cada parte, como haciéndola mía… tomó mi lengua ofreciendo una considerable presión con sus labios… inició un suave masaje, y luego, miles de caricias, que ya me tenían sin un poco de cordura.

Bajé de sus labios a sus cuello… llevé mis manos a su abdomen… la situación comenzaba a estresarme, era la primera vez que sentía que en realidad, este era el momento en que iba a amarla completamente… pero el miedo a hacer algo que no le gustara… me carcomía por dentro.

-Cami… tu… ¿si puedes?

Su vocecita a penas cobraba fuerzas… sus ojos se dirigieron justo a mi cintura… sobre la herida que estaba cubierta por un vendaje… ¿es enserio?

-si… tu me puedes… amar,… así… creo que no hay problema.

Una sonrisita apareció en sus labios, me sentía terriblemente nerviosa… la intensidad de su mirada lograba descolocarme por completo… pocas veces me había mirado de esa forma

-ven conmigo

Estiró su mano derecha, y yo la tomé… caminamos las dos por todo el apartamento, ella iba adelante, y yo me perdía pensando en que seria lo siguiente que iba a pasar.

Abrió la puerta de mi habitación, la cama estaba destendida, hacia tan solo unos minutos estaba allí acostada… preparándome para dormir ¿Cuándo iba a imaginarme que esto iba a pasar? ¿Por qué todo me agarra de sorpresa cuando de ella se trata?

Se ubicó justo frente a mi, palpó mi rostro con sutilidad bajando su mano a su mentón - ¡te amo! – susurró y escondió su rostro entre mi orejita y mi cuello… cerré mis ojos y mordí mis labios… escuchar el ritmo de su respiración, sentir sus labios en mi cuello… sus manos en mi cadera

-no sabes todo lo que me haces sentir

-si lo sé… porque tú me haces sentir lo mismo

La tela de la blusa fue subiendo… sus manos subían con ella, alcé mis brazos y dejé que se deshiciera de la primera prenda. Volví a sus labios, la besé de la manera mas pasional que pude hacerlo… caímos juntas sobre la cama… me refugié en sus brazos… quité el botón de su pantalón y sentí como mi piel comenzaba a erizarse… como los continuos escalos-fríos sacudían mi cuerpo de la tensión que estaba sintiendo… mis manos viajaron por todo su cuerpo… al igual que ella, quité su camisa… y obligué a bajar mas su pantalón del lugar en el que se encontraba… aprecié el conjunto de ropa interior que llevaba puesta, se veía hermosa… todo tan tierno... tan romántico… tan sensual… no quería que esto acabara jamás

Fui yo la primera que inició con todo… con los besos... las caricias… y el simple de hecho de quererla hacer mía… ubiqué mi cuerpo sobre el suyo, sus manos subían lentamente por mi abdomen… deteniéndose justo en el inicio de mi pecho… sentía no aguantar mucho

Los suspiros de ambas llenaban de excitación la habitación, me estaba volviendo loca estar así… sobre su cuerpo… sus manos sobre mis senos… la expresión de placer de su rostro frente a cada movimiento que le ofrecía mi cuerpo, los pequeños gemidos que comenzaban a salir de sus labios, el cosquilleo que sentía en mi vientre, las ganas de querer mas, y a la vez, las ganas de paralizar este momento… inclinó un poco mas su cuerpo hacia mi, y logré zafarle su sostén; con mis labios, bajé  a su pecho casi al mismo momento en que lo hice libre…  su cadera inició un movimiento rítmico seguido de la mía, mi cabello estaba preso a sus manos, mientras que sus senos, lo eran a mis labios… el aumento del tono de su voz, la agilidad de su respiración, la forma en como sentía sus músculos tensarse... todo me indicaba que estaba haciéndole sentir lo mismo que ella, a mi… con todo el amor que tenia para entregarle, me encargué de que sintiera con todo esto, que yo iba enserio… y que no deseaba ser un juego para ella, ni ella para mi… ni alguien que pasó y se fue,  ni nadie que no pasara de ser una persona con la que tuvo “Algo” yo quería ser… La persona de su vida

-te amo hermosa – susurré y con sus manos, me obligó a subir mi rostro a sus labios, nos besamos por un momento largo

Fue deshaciéndose de mis últimas prendas, ella ya estaba sin nada que cubriera la desnudez de su cuerpo

En medio de roses y vueltas… fue ella quien quedó sobre mí, no era necesario demostrar que todavía me dolía la herida, por lo que estar arriba, con movimientos bruscos, podría afectarme severamente

Esa imagen… ¡Dios! La guardaré por siempre

Su cuerpo sobre el mío… su cadera envuelta en ritmos circulares verdaderamente excitantes, la mirada en sus ojitos, el recordar como se puso cuando vio a Sofía aquí... las palabras… ese te amo… sus labios húmedos… la humedad de su piel… de su cuerpo… de su sexo… mezclarse perfectamente con la mía… sus manos en mis pechos recobrando un poco de equilibrio... y las mías comprobando la velocidad que tomaba cada segundo que pasaba sobre mi… seguí sus movimientos… la caricia… su intimidad, rosar justo en los lugares precisos mi sexo… la intensidad de mi vientre recorrer mi cuerpo por medio de espasmos que hacían deliciosamente apasionado este momento

Los suspiros de ambas chocaron, cerré mis ojos con fuerza, me costaba pronunciar una mínima palabra, sentía que todo se hacia mas profundo… sentía que estaba a punto de sentir físicamente el mejor placer que podía ofrecerme el ser que amo.

-te amooo.

Dijo, y eso fue suficiente para hacernos llegar a un estado de éxtasis completo… ella por darse cuenta de lo que siente, y yo por escuchar finalmente lo que tanto había esperado de sus labios… al final, la espera había valido la pena.


Bueno, se que tardamos mucho con esta parte pero fue por problemas técnicos de mi computador. Se que solo se relató a 2 de las 4 protagonistas pero era preciso, hacer esta parte así. Y no respondí a los comentarios anteriores por la misma razón, a penas esta semana, mi pc volvió a vivir  : p.

Esperamos les guste, y Gracias por leernos =)

Atte: FRADA72