Estando muy cerca de la muerte (2)

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(Se supone que el relato, debía enviarlo Fran (que es la personita con la que lo estoy haciendo) pero en su cuenta no deja enviar relatos, hasta ahora. Entonces por eso lo envío yo. Ojala les guste, con mucho cariño de mi querido compañero y yo. Un beso)

¿Qué pasa con mi vida? ¿Qué pasa conmigo?

Todo se distorsiona y yo sigo aquí en mi habitación pensando en ella

¿Cómo es que después de todo lo malo que hacen las personas sigues amando más o igual que la primera vez?

-¿Sami estás segura de que quieres ir?

-Cesaaaaaar - recreé un puchero – no comiences si?

-Ok, ok, ok – rió lentamente y me observó como si me fuera a sermonear – pero sabes que si pasa algo, me dices! ¿Está bien?

Asentí calladamente, tratando de sonar convincente –ok, hablamos ahora – le di un beso, y caminé por todo el corredor… mirando de reojo a todas las personas que indiscutiblemente me miraban sin ningún reparo. Supongo lo que estarían diciendo "Cornuda" "Idiota" "eso le pasa por se lesbiana""jajá pobre" Dios

Jamás había reparado que tan extensa era la universidad, el camino se me hizo largo, como si los segundos se convirtieran en largos minutos que me atormentaban sin piedad… bajé mi rostro queriendo olvidar lo pasado ¿por qué me duele tanto esto? Caminaba sin saber a que dirección dirigirme, solo me limitaba a observar mis zapatos

-fijaTeeee!!! – me gritó la voz de una mujer

-perdón – dije sin mirarla, sin alzar mi rostro

Continué caminando

Hasta que muy adentro sentí el impulso de mirar hacia adelante

Y los vi, nuevamente… tomados de la mano, Pablo me miraba y Luisa me daba la espalda… - suspiré tratando de contener mi rabia –

Caminé, pasando – para mi mala suerte – por su lado

-Hola Sami ¿Cómo estásssssss? – la horrorosa voz de ese tipo me hizo detener – jeje – me cogió del brazo con fuerza – ven te presento a mi novia – levanté mi cabeza y la miré a ella – jajá cierto que está buenísima? – Preguntó con ironía mientras que yo, por mi parte la seguía viendo a ella, aguantándome calmadamente sus palabras – vamos, dilo… está bien ¿no crees? – Luisa me miraba con desolación, incomoda por la situación – Diloooo – gritó, cogiéndome del brazo fuertemente, los amigos de ellos que estaban alrededor de nosotros se reían, y yo… tristemente me iba debilitando

Esperé a que ella dijera algo, a que al menos le expresara a él, que me dejara en paz… pero no lo hizo, solo se limitó a bajar su cabeza y guardarle pleitesía al silencio.

-¡¡Me das asco!! ¿Lo sabias? – se refirió a mi con antipatía

-déjame en paz – le dije con rabia

-¿es una amenaza? – Se rió con sus amigos – vean muchachos, esta vieja, me está amenazando jajá, no seas estúpida

Solté mi brazo de su mano tan brusco como pude, mirándolo con un odio infinito… el me soltó y tomó a luisa del rostro y la besó en mi presencia ¿podía hacerme mas daño que ver la mujer que amo en brazos de alguien que no la merece? Pff por Dios Samantha si son tal para cual

-Cariño; te estaba buscando ¿Qué haces aquí? – una voz desconocida me habló, su dueña me cogió la mano y me miraba fijamente a los ojos

Abrí mis ojos y sacudí mi cabeza… y ella seguía ahí viéndome, y ellos… se quedaron observando la situación - ¿Amor? – con su mirada me hacia gestos que todavía no entendía

-hah – pronuncié inquieta – ehh vamos, vamos – apreté su mano con fuerza pasando por el lado de ellos

Cuando caminábamos, cuando apenas lográbamos salir de ese hueco donde me tenían aprisionada, ella se devolvió conmigo - ¿Qué haces?

No me dijo nada y volvimos al centro, donde Pablo aún seguía abrazando el cuerpo de Luisa – una cosa niñita – se refirió a Luisa – y también va para ustedes manada de idiotas – los insulto sin reparo – la bromita que hicieron, en esa; también cayeron ustedes mismos… Sami siempre ha sido mi novia y si aceptó salir con Luisa era por probar y jugar… por nada más – en todo el centro de ese montón de personas que cada vez más se iba llenando con mas estudiantes, me besó sin previo aviso.

Sus manos se adueñaron de mi cuello con seguridad, sus labios estaban sobre los míos, y yo… solo me preguntaba ¿Qué pasa aquí?

Y

Después de un minuto más o menos, nuestros labios se separaron y todos se quedaron viéndonos con curiosidad, pasamos nuevamente por el lado de ellos y salimos de allí—

Ella tomaba la delantera y me llevaba, pasábamos por el mismo camino en donde siempre voy a la pequeña terraza, subimos despacio, todavía cogidas de la mano, ni siquiera me miraba y yo tampoco lo hacia.

Abrió la puerta y llegamos.

-pasa – expresó con sus ojos clavados en mi mirada

-pensé que solo a mi; me gustaba este lugar

-¿Cómo? Tú también vienes aquí?

-si – asentí – me encanta esta vista – me fui a un lado de la terraza y me senté en el borde del balcón

-ten cuidado – advirtió con cautela – puedes caerte

-¿Qué mas da si caigo ó no?

-¿perdón?

-nada – reí – no me prestes atención

Ella se hizo a mi lado, aunque, le costó mas 3 de minutos estar a mi altura – vaya que si es alto esto – manifestó divertidamente

-¿Por qué hiciste eso allí abajo?

-no me gustan las injusticias

-no necesitaba tu ayuda

-lo se

-¿entonces?

-solo quise hacerlo

Sus piernas estaban levantadas, de manera tal; que con sus manos atrapaba sus pies y observaba el campo de juego, mientras que por mi lado, la miraba pausadamente. No era ni delgada, como tampoco era gorda… su cuerpo era bastante atractivo, su apariencia era de un estilo propiamente relajado, jeans negro, tenia una pequeña chaqueta de color blanco que marcaba firmemente su figura y un par de zapatos del mismo color de su chaqueta, su cabello estaba suelto con alguno que otro mechón fuera de su puesto pero eso la hacia ver mas sexi.

-¿te gusté? – me sacó de mi detenida contemplación

-jajaja perdona – miré a otro lugar sonrojada – tienes un rostro muy lindo

-tu me estabas mirando el cuerpo – logró ponerme mas nerviosa de lo que estaba

-perdona – me excusé sin mirarla

-jejeje solo bromeo, no te lo tomes enserio

-está bien –

Después de un momento en el que ella no decía nada y yo la seguía al pie de la letra, sacó de su pequeña mochila un paquete de cigarrillos mentolados - ¿fumas? – extendió el paquete hacia mi

-no

-entonces a pesar de todo eres niña juiciosa

-como que ¿A pesar de todo?

-tienes una apariencia algo fría

-lo se

-por lo tanto un previo análisis es que eres diferente

-lo se

-¿Dónde vives?

-en el norte de la ciudad

-Ya

Siendo sincera, pasó mas de una hora en la que las dos contemplamos la vista que nos otorgaba este pequeño lugar, vimos la universidad, vimos a Luisa y a sus amigas entrenar, vimos todo… nos vimos a nosotras mismas, las miradas chocaban sigilosamente pero inmediatamente cambiaban de dirección, hasta que la lluvia se hizo presente y nos obligó a marchar---

-¿tienes automóvil?

-no – respondí mientras me colocaba la capota de mi buzo

-si quieres puedo llevarte

-no, gracias – Dios… ni siquiera me sabia su nombre – puedo preguntarte algo?

-claro, lo que quieras

-¿Cómo es tu nombre?

Sonrió – Cristina Gómez

-ok cristina, un gusto conocerte y gracias por lo que hiciste

Asintió, se montó a su carro y se fue… me quedé afuera esperando la buseta y pensando detenidamente en que fue todo eso que pasó.

Capitulo 2

Luisa

Jamás pensé que verla a ella besarse con otra mujer me iba a producir tantos sentimiento negativos, la confianza con la que la trataba esa vieja me enojó sobremanera… además de solo saber que ella también jugó ¿soy una tonta? Claro que si… yo sé que Sam no jugó conmigo, sé que ella si fue sincera, sé que quizás…. Yo fui la única culpable ¿quizás? Uff… soy el descaro total.

-¿amor?

-hola

-¿te llevo a casa?

-no Pablo – solté su mano de la mía – quiero irme sola, quiero tomar un poco de aire

-ah bueno entonces vamos mi vida

-quiero ir sola – dije directamente

-¿para qué quieres irte sola? ¿Para verte con esa hi

-cállate

-¿qué? – Me miró retándome - ¿te duele que la insulte?

-agghhh no se que diablos te pasa – murmuré ofuscada – hablamos luego

-adiós – se despidió dejándome hablando sola

Salí de la universidad y miré a Samantha despedirse de "su novia", se quedó mirándola y después de un rato en el que el transporte no pasó decidió caminar

La seguí calladamente, detallé cada uno de sus pasos… esa manera tan particular de expresar sus sentimientos; incluso hasta cuando está en silencio. Tenia la capota de su chaqueta sobre su cabeza, tenía un jean que le quedaba entre ajustado y un poco ancho, que – a propósito – resaltaba a la perfección su cadera

Sus manos estaban refugiadas en los bolsillos de su chaqueta, y caminaba a paso lento… sentía tantas ganas de decirle que en realidad…en realidad… yo… yo la… yo la quiero… de que me hace falta tenerla a mi lado, mirarla… todavía recuerdo el día en que estuvimos juntas ¿alguna vez tuve un momento tan mezclado? Es decir… tan lleno de una perfecta combinación entre pasión, ternura, deseo, miedo…ingenuidad… a su lado todo era así

¿En que momento comencé a quererla por Dios? ´

Después de caminar más de 5 cuadras, se sentó en la acera de una pequeña tienda y compró una botella de agua

Sacó de su mochila una caja blanca

Y recordé

Solo una vez la vi tomando esas pastillas, tomo tantas que… quedó inconsciente

Se tomó una, bebió el botellón de agua

Luego otra

Después otra

Y otra

Y seguía ahí sentada, me preguntaba ¿Qué pasaba por su mente? ¿Por qué hacia eso? ¿Acaso no se da cuenta de que eso le hace daño?

Cuando vi que sacó todas las pastillas que había y se las iba a tomar, me adelanté y cuando iban directamente a sus labios las tiré

-¿Qué te pasa? – preguntó enojada pensando que yo era otra persona

-¿para que carajos haces eso?

Miró a otro lado, cogió su mochila y siguió caminando hacia adelante

-claro, huye en eso eres perfecta – reclamé con dolor de ver como se destruía su vida y eso no le importaba

-déjame en paz

-Sam no hagas eso por favor – expresé llorando

-ahora vienes a llorar? Pff por favor, deja de ser ridícula Luisa, vete y déjame tranquila, déjame vivir mi vida

-vivir tu vida? – cuestioné pacientemente – querrás decir acabar con mi vida – aclaré

-y ¿si es así que? Es mía… tu lo dijiste, yo veré que hago con ella – me respondió groseramente – deja de seguirme por favor

-por qué lo haces? – Le grité, alcanzándola, y cogiéndole el brazo – vamos!! Dime!! ¿Por qué carajos haces esa mierda?

-por que me da la gana – gritó también con rabia en su mirada

-¿por eso? Simplemente por que quieres? Y por que no dejas de ser cobarde y te matas de una buena vez – le grité más fuerte sin saber que decía

-por qué siempre que lo intento nunca sale – contestó de la manera más simple posible

-por favor son excusas, tu solo quieres llamar la atención

-jajá ni siquiera sabia que estabas ahí entonces dime ¿llamar la atención de quien?

-la mía

-deja de creerte importante para mi vida que no lo ERESSSSSS – siguió gritando – veteee!! Largateee!! Déjame sola!! Dejameee ser libreee!!

-entonces no hagas eso por favor – le pedí

-para que vienes a pedirme ahora cuando ya el daño está causado?

-

-habla ¿por qué ahora? La conciencia te está jugando doble luisa? Te da miedo pensar que puedo hacerme daño por tu culpa?

-………………………………………………………………………..

-deja de ser descarada por favor – bajó el tono de su voz resignadamente – deja de seguirme, yo entendí que valgo simplemente una apuesta de la niña chic de la universidad

-eso no es cierto

-¿Entonces por qué lo hiciste?

-por estupidaa!! – toqué mi rostro con rabia – por que soy una estúpida

-en verdad… solo déjame en paz

-Sam yo te qu

-cállate – sin esperarlo sus ojos se fueron poniendo cada vez mas pequeños y su voz ya sonaba quebrantada – cállate Luisa, no digas eso… No ofendas tan crudamente al amor – me cogió del rostro fuertemente encerrándome entre sus manos – ya supéralo, como yo lo estoy haciendo

-claro – separé su cuerpo del mío – con esa vieja ¿verdad?

Ó sea ¿WHAT? ¿Qué demonios dije? Acaso ¿fue un reclamo?

-eso no es de tu interés

-tu no la quieres, no te engañes Samantha, sabes bien que me quieres a mi y ya – afirmé con una seguridad de la que yo misma me estaba sorprendiendo – solo a mi

-te equivocas – lo difícil de su personalidad es que es casi imposible saber cuando miente y cuando dice la verdad – eras importante… pero ahora no

-ja y ese es todo el maldito amor que decías tenerme – volví a subir el tono de mi voz exaltadamente, sin importarme que estábamos en un lugar publico y que ya habían varias personas viéndonos – eres una mentirosa…. Tú también jugaste!! Tú también mentiste!!

-engáñame a mi, engaña al que quieras; pero no te engañes a ti misma, y sabes perfectamente que a ti, te amé

Se dio la vuelta, con su cuerpo ya dopado por la cantidad de pastas que tomó, si lo se… fueron solo 4 pero deben tener mucho efecto… deben de ser muy fuertes… quise seguirla, protegerla… estar segura al menos de que cuando llegara a su casa se sintiera mejor… pero yo a lo mejor, estaba peor… me sentía peor de lo que se pudiera haber estado sintiendo ella.

Tomé un taxi directo a mi casa, llegué y en la puerta estaba Pablo con esa carita tan característica en el

-Hola preciosa – me atrajo hacia el y me besó apresuradamente – hace rato que te estaba esperando

-Hola Pablo, Eeehh… pasa que estaba viendo algunas cosas para comprar

-claro – sonó bastante irónico si tono de voz – por eso no contestas el celular, y también por eso; no traes nada comprado.

Miré mis manos y estaban vacías (¿no pude inventarme otra mejor?) – es que solo estaba averiguando, no era nada fijo

-ok, ven; vamos a comer, yo invito

-nooo… - dije con voz perezosa – la verdad es que no estoy de animo Pablo, hoy el día fue bastante intenso y no tengo ánimos

-¿Intenso Luisa? Pff… si ni siquiera tuvimos sexo

Lo miré con un gran interrogante en mis ojos - ¿podrías ser mas amable al decir ese tipo de cosas?

-Ahhh a ti que rayos te está pasando? Últimamente te duele todo mi amor, andas muy susceptible

-Si – asentí groseramente – será por que ni tú que eres mi novio, me cuidas?

-ya, ya… no vamos a discutir tu y yo… entonces invítame a pasar ¿Si?

¿Qué mas podía hacer? No entendía nada del por que él, últimamente estaba tan… encima de mi, pero bueno

-claro, pasa – abrí la puerta con mis llaves y lo primero que vi, fue el cuerpo de mi madre, sobre el de un hombre que ni siquiera podía verle el rostro – MAMÁAA!!! – Grité enojada - ¿Qué diablos haces por Dios?

-Luisa – se levantó apenada – voltéense carajo!! – exigió mientras se vestía

Cerré mis ojos y ni me importó dejarla hablando sola, subí a mi cuarto y dejé a Pablo en la sala de estar… es ridículo todo esto, mi madre se comporta como una triple P… (Se los dejo a su imaginación)… Sam me echó sin importarle nada, Pablo solo quiere sexo conmigo, Sam no siente nada por mí, mi vida es un desastre, la extraño

¡¡Maldición!! ¿Por qué soy tan estúpida? Desde un principio sabia que ella me gustaba que me parecía especial, jugué a ser irresistible y ahora… ahora solo puedo atenerme a soportar de que ella ya no quiera nada conmigo y esté con alguien mas.. A parte ¿Quién es esa tipa? ¿Su novia? Pff

Me acosté envuelta en lágrimas llenas de rabia y frustración, necesitaba hablar con Sam, necesitaba… decirle que, me perdone ¿Por qué me importa tanto lo que diga la gente? Si por culpa de los que llamo "amigos" estoy perdiendo, o mejor dicho perdí a la persona que ha hecho posible que sienta algo diferente que no sea netamente atracción física.

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Me levanto, algo desubicada; mi cuarto sigue igual que ayer, no me recaté de saber en que había concluido la noche de ayer… me ducho, me organizo, bajo para desayunar y mi mamá está de espaldas solo con su sostén y un pequeño short color azul.

-buen día – digo sin mirarla a los ojos

Inmediatamente se voltea y trata de decir algo que sus labios no pueden expresar – ¿Cómo estás hija?

¿What?

¿Está loca?

¿No me va pedir disculpas?

-supongo que bien, estoy viva – sonrió irónicamente - ¿y tu?

-excelente mi amor – asienta con una sonrisa triunfadora – pasé una noche estupenda

-genial – me preparo un sándwich y me voy rápidamente de ese lugar

No la soporto, me produce por así decirlo; algo de asco

Cada noche la veo salir con un tipo diferente, llega en las horas de la madrugada con tragos en su cabeza, comienza a reírse hasta que entre lucia (mi hermana menor) y yo, logramos acostarla.

Me voy en mi automóvil, pero ¿A dónde? La primera clase que tengo hoy es a las 10:00 de la mañana y solo son las 8:50.

Tomo mi celular, marco su número y me limito a suspirar

-¿bueno? – a los 8 segundos de esperar a que contesten, escucho la voz de una mujer que no es ella

-¿con quien hablo?

-¿a quien necesitas?

-pásame a Samantha – exigí

-¿Quién lo dice?

-¿Quién eres? – comenzaba a desesperarme esa mujer

-¡¡que me la pases!! – repetí exasperada

-¿Quién te crees niñita? Llamas y no pides el favor ¿estás loca?

-dime una cosa ¿tú `por que le contestas el celular a mi novia?

¿Queeeeeeeeeeeee? Yo dije eso? ¿Novia? Luisa, ¿Cuál novia? Espera… espera… sigue diciendo eso

-pues tu novia está conmigo en este momento

-¿y tú quien eres? – traté de sonar amable

-Diana

-ok Diana, pásame a Sam por favor

-¿sam?

Hay Dios ¡que estúpida!

-sam es un diminutivo, una abreviación de su nombre

-oye!! Eres tan chocante

Alcé mi ceja – donde está ella?

-por la autopista en un pequeño bar que se llama crazy Bar

-y que hace ella a esta hora allá?

-vea niña, ella está inconsciente, no ha tomado licor pero si la vi tomando una droga y eso la tiene sin reaccionar

-aaagghhh, hazme un favor… tenla un momento ahí que yo estoy allá en 10 minutos ¿Si?

-claro – y colgó-

Ahora me preparaba para encontrar a Sam en alguna situación que me conmoviera ¿Por qué se hace tanto daño? ¿Por qué se toma eso si le hace mal? Mis lagrimas comenzaban a caer sin pedir permiso, me dolía sentir que quizás muy en el fondo de su corazón, lo hacia por desahogar en gran medida lo que pasó entre las dos. No se como hice pero en menos de 10 minutos estaba allá, suplicándole al cielo que no estuviera mal.

Y solo entré, pregunté por ella… y estaba inconsciente sobre un sofá, vi a varias personas tratando de ayudarla pero no quise reconocer a ninguna, pasé por encima de ellas hasta tocar su rostro

-Sam despierta – le di pequeños golpecitos en sus mejillas – despiertaa!!

-tu eres Cristina? – la misma voz con la que había hablado hace poco ahora me confundía con una mujer que ni siquiera sabia quien era

-no – respondí secamente – soy Luisa

-ahh, ella ha estado así inconsciente desde hace una hora aproximadamente

-Y ustedes no son capaz de llamar una ambulancia maldita sea?

-vea niña – la mujer me cogió del brazo para que la mirara – para pedir una ambulancia se necesitan tener papeles de ella, además de que no sabíamos quien era.

-está bien – dejé de discutir – yo la llevo ya para el hospital

-pero es que ya viene cristina

-¿y a mi que me importa quien es cristina? Yo soy Luisa, su novia – afirmé nerviosa, ver a Samantha así me producía miedo… sus signos vitales ni siquiera funcionaban correctamente, hasta que vi pasando por medio de ellos, a esa vieja que dijo "era su novia" ayer.

-¿su novia? – alzó su ceja derecha y me miró con intriga

-¡su novia! – dije en tono seguro

-permiso – me corrió hacia un lado y comenzó a sacar una serie de instrumentos de esos que tienen los médicos, midió su pulso, su presión y la tocaba como si supiera lo que hacia

-ahí por Dios!! Ahora te la vas a dar de doctora? Deja de ser ridícula – discutí groseramente – yo me la llevo para un hospital

– si, su presión está muy elevada y ella no reacciona.

Entre la dos la levantamos y la sacamos de ese lugar, el siguiente problema que comenzaba a presentarse era en el carro de quien la llevábamos

-vamos en mi carro, es mas rápido – dije tomando la delantera

-No!! La llevamos en el mío – se interpuso ella – es mas seguro

-en el mío – contradije su palabra

-eres una niña demasiado caprichosa – comentó con fastidio – pero está bien. Llevémosla en tu carro pero yo manejo

-no voy a permitir que toques mi carro

-ahí por Dios, entonces ojala que no vayas ni muy rápido ni muy lento ¿ok?

Me quedé en silencio, ni su presencia estaba siendo agradable para mi, solo quería estar pendiente de Sam, no reaccionaba, a pesar de que ella… hacia hasta lo imposible por que estuviera consiente, era… casi… que

-Apúrate!! ¿No vez que sus signos vitales están mermando cada vez más?

-no me digas nada que hago lo que puedo, acaso no vez el trafico que hay?

No me respondió, solo hizo lo debido… y yo, apuré mi paso para llegar mas prontamente al hospital, me comenzaba asustar esto en forma

Después de unos largos 15 minutos llegamos por fin a un centro de atención, nos atendieron inmediatamente… la entraron y hasta ahí supimos de Sam

Me refugié en un pequeño sofá pensando lo peor, tenía miedo, su piel estaba pálida y sumamente fría, aunque fría--- siempre se mantiene… pero la veía diferente, el hecho de que ni siquiera abriera sus ojos me tenía mas que asustada.

-¿ahora estás feliz? – ella se sentó al frente mío

-déjame en paz – respondió aparentemente sofocada – tu eres la que menos debe hablar aquí – traté de digitar palabras alguna en mi defensa pero inmediatamente me interrumpió - ¿ó que me vas a decir? ¿Qué tú no has hecho nada? Si eres la única culpable de que Sami esté así, la única culpable.es que… dime una cosa – su voz sonaba molesta ¿Qué mas te falta por hacerle?

La vi a los ojos, como si en realidad le doliera lo que pasaba con Samantha, todo… todo… todo se me dificultaba entenderlo ¿Quién es ella? ¿Por qué le interesa lo que pase con Sam? ¿En realidad tienen algo?

-vete de aquí por favor – pidió decentemente – vete

-No, no me voy a ir

-¿Por qué?

-por que quiero estar con ella

-¿estar para que?

-¿como que para que? – cuestione confundida

-si ¿para que? ¿Para hacerle mas daño del que ya le has causado?

-tu no sabes nada niñita – comenzaba a enojarme en forma – así que no eres quien para decirme si me quedo ó me voy

-ok, quédate pero te advierto de que no la estas ayudando mucho que digamos

-cállate, vive tu vida y déjame en paz – me di la vuelta dejándola con las palabras en la boca

El tiempo transcurría, para el cabo de una hora, ya la mamá con el que supongo es el papá y 3 mujeres mas nos acompañaban en la sala, observar la figura tan sumamente melancólica de la mamá, pidiéndole a Dios que no fuera nada grave, llorando con lagrimas envueltas en tristeza y preocupación, todo eso… estaba haciéndome sentir culpable ¿en realidad si soy yo la culpable de todo?

Esperé calmadamente una hora mas, hasta que salió un doctor que a propósito era bastante mayor con esa cara que ponen todos los médicos así sea para dar buenas noticias

-¿Familiares de Samantha?

-si – dijeron todos

-está bien. Ya se encuentra estable ¿Quién es la mamá?

-yo doctor – dijo la señora

-acompáñeme por favor

Ellos dos se fueron, yo; me quedé sentada con mis piernas temblando "Reacciona Luisa, Samantha intentó Matarse"

-¿podemos hablar? – la voz del padre de Sam me hizo poner mas nerviosa de lo que ya estaba

-claro

-vamos a la cafetería

Me levanté, y vi como las pocas personas que estaban en esa salita nos miraban, subimos al ascensor "silencio puro" el me miró, yo lo miré "silencio puro" se abrió la puerta del ascensor, caminamos un poco y llegamos finalmente a la cafetería.

Ambos pedimos dos cafés calientes.

-Lo escucho – lo miré intranquila mientras bebía un sorbo del café

-¿Qué pasó entre Samantha y tú?

-no considero conveniente hablar de esto señor

-dime por favor

No sabia ni como empezar ¿Cómo decirle que enamoré de su hija teniendo como fin cumplir una #$%&/ apuesta?

-mira ehhh

-Luisa – complementé

-Gracias, para mi no es fácil saber y sobre todo aceptar que mi hija tiene inclinaciones homosexuales ¿Si?

-si – asentí

-pero ya ha pasado mucho tiempo y considero que si esto pasa pues… no se, son cosas del destino

-si – repetí

-Sami no ha estado bien en estos días Luisa, de hecho desde sus 11 años no la veo bien en ningún momento

Alcé mi ceja extrañada - ¿me explica eso por favor?

-como ves, sami es un poco – trató de buscar la palabra apropiada – extraña

-¿Se refiere a como ella es?

-si, es decir – explicó – ella es callada, solo responde lo necesario, ella unos días come como una persona normal y otro ni siquiera se aparece por el comedor, unos días la veo seria; como si estuviera enojada y otros "normal" es decir, ni se ríe pero tampoco demuestra lo contrario, ¿si?

Mi mente trataba de acumular toda la información que iba recibiendo – eso no lo trata un psicólogo?

-suponíamos que si, pero Samantha ha estado con mas de 8 psicólogos y 3 psiquiatras en este año

-ufff – respiré profundamente - ¿por qué intenta acabar con su vida?

-por que es una persona muy frágil, te explico… Sami nunca desde que recuerdo se ha sentido cómoda con su existencia

-usted me está diciendo que Sam es una niña ¿autista?

-no lo se Luisa – comentó sinceramente – por eso te traje, en la casa no me dicen nada, solo que está otra vez en sus crisis, pero ella hace un mes y medio estaba… - de sus ojos salían contadas lagrimas que el, como hombre, trataba de borrarlas, pero entre mas hablaba, mas lloraba – estaba bien, recuerdo que en contadas situaciones la vi sonriendo

Y no pude aguantar mas la culpabilidad de lo miserable que había sido – ella, dejó de encerrarse en su habitación, dejó de salir contadas veces para quedarse viendo una película en familia, y recuerdo que solo; cuando logré ganarme su confianza lo único que me dijo era que si estaba así; era gracias a ti.

Detuve al señor pidiéndole que no continuara mas

-yo soy la culpable de que su hija esté aquí hoy, de que no quiera seguir con su vida

-no te voy a decir que le hiciste, solo te pido que, si tú mas que un bien le has causado daño, aléjate de ella.

-es que

-no la hagas sufrir mas po favor

-yo la quiero – dije desde lo mas profundo de mi corazón – señor yo quiero arreglar todo con ella

-no es tan fácil

-¿usted que sabe de lo que es fácil ó no? – pregunté en forma de reclamo

-yo solo se que estas confundida, quizás tu miedo es el de pensar que a sami le puede pasar algo y tu cargaras con ese peso

-Noo!! Yo la quiero – seguía llorando

-solo te pido que la dejes en paz

-¿entonces que se quede con ella esa vieja?

-¿Quién?

-esa niñita que se cree inteligente – murmuré furiosa – es un tonta

El se levantó y se fue alejando de mi vista lo mas pronto que pudo, me quedé sobre ese asiento desubicada del mundo externo… Necesitaba verla y decirle que no quería estar mas en esto… pero ¿en que? Si, se que la quiero ¿pero puedo estar con ella sentimentalmente? No.

Salí de ese hospital destrozada, sin tener la más mínima idea de si se iba a quedar allí ó la remitían a su casa

Anduve toda la ciudad en mi carro… pensando una y otra vez lo que estaba pasando

Cristina

Que conmovedora escena, supuestamente preocupada por el estado de Sami ¿le importó el día que decidió jugar con ella?

La verdad no me esperaba algo así, ver a Sami así de mal, sin siquiera reaccionar, eso, justamente eso, me preocupada demasiado.

A su familia ni la conocía, pero saqué de donde pude algo de valentía y me presenté ante ellos, Gracias a Dios fui recibida mejor de lo que yo pensaba; analizar la situación que vivían cada uno de ellos era algo deprimente, estar a la expectativa de ¿está bien ó no?

¿Tan poco se quiere ella?

¿Tanto ama a Luisa?

-me quieres decir que ella ha intentado matarse mas veces?

-así es – asintió Marcela, su amiga – hace poco hizo lo mismo, pero al menos reaccionó por un momento

-todo esto se debe a lo que pasó con ella y Luisa ¿verdad?

-Si, lastimosamente Sami se enamoró bastante de esa niña y, pasó lo que mas me negaba a aceptar

-pero es que no es justo que intente quitarse la vida por alguien mas

-no Cristina – me corrigió – Sami no intenta suicidarse por Luisa, es solo que ella, erróneamente encuentra en esas putas pastillas que toma; una salida a todo lo que siente

Me quedé en las mismas

-te explico mejor – sonrió al ver que no había entendido nada – sami es un tanto diferente, ella… simplemente cuando se siente mal, triste enojada ó simplemente cuando ni siquiera siente algo; toma esas pastillas, eso la duerme; algunas veces hasta por días, pero últimamente no había intentado tomar una sobredosis tan fuerte.

-ella debería estar vigilada por atención medica

-ya lo estuvo, y salió en las mismas – se encogió de hombros – ahí días en los que hablamos y me dice que no siente la mas mínima ilusión de vivir, ella lo dice sinceramente y por mas que le doy ánimos que le doy motivos para ser feliz no los acepta, simplemente porque no siente una ideal de vida, y lo encontró en Luisa, siempre aunque lo negara le había gustado, y el hecho de ver que pudo concretar con ella algo que la hacia sentir sutilmente feliz, la motivó a dejar toda esa droga

-es triste saber todo eso

-si, es muy triste pero es la realidad… sami es muy terca y… así le digan que se vayan un tiempo de por aquí; en otra parte pasará lo mismo

-Luisa es una h

-shh – me calló – ella no hizo lo correcto, pero también es justo decir, que ignoraba el problema de Samantha

-es que de todos modos, si no lo supo desde un principio Marcela, ese tipo de cosas no se hacen, no se pueden jugar con los sentimientos de las personas así de esa manera tan burlona y tan cruel.

-si – estuvo de acuerdo.

Esperamos hasta que la mamá de sami saliera del consultorio de el doctor con su rostro cubierto en llanto y en un rostro saturado en aflicción y desconsuelo, producía nostalgia verla…era triste ver a una madre sufrir de esa manera por una hija que no quería su vida-

Y después de otro momento que se me hizo eterno, pude entrar y verla. Le costaba abrir sus ojos; y aun más le costaba hablar, pero como pudo, dio de lo que mas pudo por demostrar una media sonrisa

-Hola – dije tocando su cabello

-que gusto verte Cristina – su voz estaba ronca, ronca, ronca – lastima que sea en estas condiciones

-¿estás loca Samantha? ¿Cómo se te ocurre tomar tantas pastillas al mismo tiempo mezcladas con licor?

-no quiero sermones

-claro, no quieres que te regañen, no quieres que te sermoneen pero entonces ¿Qué? Dejamos que sigas atentando contra tu vida de ese modo tan brutal???!!!.

Cerró sus ojos y cerró su boca, dispuesta a escuchar de mala gana lo que tenia que decirte

-¿Luisa vale tanto para que por ella, te mates?

-tu no sabes nada de eso Cristina

-yo solo sé lo que veo, y lo que veo es que estás acabando con tu vida solamente por que la "niña linda" de la universidad te engañó. ja – reí alzando mi tono de voz – te vez súper madura, súper sensata y así lo demuestras? Esa apariencia que pones ante el mundo no es más que una armadura para que no te hagan daño y fíjate ya te lo hicieron Samantha

Salí de esa habitación con una rabia gigantesca ¿Por qué? Ni la dejé hablar, solo quise irme de allí y pensar, pensar y pensar

Pensar en todo.. pensar en que ella, quiere a otra persona, pensar en que a mi me gusta ella, pensar en que estoy metiéndome en un asunto bastante serio, pensar en que Samantha tiene su vida y yo; no puedo cambiarla.