Estando muy cerca de la muerte (19)

ojala lo disfruten leyendo, como nos divertimos haciendolo... =) para ustedes!

-bien Sami ¿vos crees que yo tengo toda la vida para esperarte?

-huuumm pero si estás sensible mujer! sólo fueron qué? 30 minutos?

-aja, claro, claro, 30 minutos mas otros 15

-tanto tiempo? – me sorprendí, el tiempo se me había pasado tan rápido que

-con razón venís todos los días al hospi

La miré, parecía con una enfermedad terminal – hospi? ese es el nuevo diminutivo que le das a un hospital?

Sonrió divertidamente – está bueno, no?

-ja! y eso que estudias medicina, que terror, pero por que me dices eso?

-pff, yo dije – se levantó de la sillita tocando su cabeza – bueno, les doy 15 minutos, para que se saluden, hablen, compartan, no?

-si… y?

-y bueno, yo entré así disque para asustarlas y el susto me lo llevé yo, jee! en un hospital? ¡no jodas Sami!

Las carcajadas que salieron de mi, fueron impresionantes – sos una mal pensada, allá no hicimos nada, yo tan sólo la estaba saludando

-jajaja con esos saludos, yo llego a un orgasmo – dijo en un tono chistoso, un señor pasó mirándonos sorprendido, en especial a Cris, por que fue ella quien dijo eso ultimo. La risa me invadía de nuevo, al ver su vergüenza en su rostro por la mirada que le dedicó el hombre – ya; si vez? ¡por tu culpa! pero en todo caso, ponete seria, es un hospital, no un motel!

-jajaja todo se dañó, jaja a que no sabes lo que hizo – eso que había hecho Camila, me pareció tan… es que ni siquiera encuentro la palabra, que ni rabia me dio, de solo recordarlo; volvía a reírme.

-¿Qué pasó? – preguntó curiosa

-jaja apretó el botoncito ese que suena cuando se pone mal

-acaso estabas abusando de ella?

-al parecer si jajajaja no sabes, hubieras visto su carita, todavía no lo creía, y yo reafanada por componerme la camisa y pumm, llegan los enfermeros

-¿Por qué lo hizo?

-no se, a lo mejor olvidó quitárselo, o hizo un poco de presión..

-ahh ¡única! – se rió, detallé su mejilla derecha, todavía tenia algo de colorado en ella – será que podemos irnos ya? oh queres terminar lo que estabas haciendo allá dentro?

-nah, no hay con quien, aunque si queres… - la miré sonriente

-claro, hacele para que mañana Luisa me mate por completo

-Cris… ¿Cómo se lo dijiste para que se pusiera así?

-sólo le dije que me había besado con otra chica, se quedó quieta, se quedó callada y luego cuando intenté explicarle, se me vino encima, gritándome y pegándome así, si vos no llegas, Luisa acaba conmigo – susurró tristemente – hay Sami

-no digas nada, yo se que se equivocó, pero entendela Cris, su vida dio un giro de 180 grados en menos de lo que ella misma, podía soportarlo. Ahora tu eres lo mas importante en su vida, y es obvio que se refugie en vos así sea de ese modo

-Sami, viste como se calmó cuando le hablaste? – su mirada se perdió – a veces pienso que… todavía existe algo

-es un chiste cierto?

Su rostro me respondió un directo ¡No! me decepcionara que pensara eso, yo sabia muy bien que nada de lo que ella acababa de decir, era cierto, por ninguna parte, ni por Luisa, ni por mi.

-uf Cris, bacana tu confianza, eh? – la miré con un cambio total en mi – y disculpa si la confianza que tenemos tu novia y yo, te da para pensar esas estupideces, no volverá a pasar; ¿Vamos?

No permití que dijera nada, no era justo que pensara eso, no era justo que si quiera lo imaginara. Subimos a su auto, puse una emisora de baladas, y recosté mi cabeza sobre el espaldar, sentía cansado mi cuerpo, agotado de no dormir bien, de tantas emociones últimamente, de los tragos de ayer, de la discusión de hoy, de lo que pasó allá adentro con Camila… cerré mis ojos no se por cuantos minutos, hasta que su voz, me despertó.

-Soy una tonta ¿si? ok, lo acepto, se que no tienen nada, sólo me descontroló como se comportó conmigo y como llegaste tú y supiste calmarla.

Su mirada se perdía en las calles, en los otros autos, en las personas que le pedían que por favor esperara un segundo para pasar la calle, en los semáforos que causalmente, todos nos daban en rojo.

-Sami, no sabes cuanto la quiero y pues... argh, estoy, yo… - golpeó la palanca con fuerza en muestra de no saber que decir – perdóname

-Cris, ya basta de tantas peleas… y enserio – al miré – ponete seria y deja de decir tantas estupideces ¿Listo? al parecer la resaca te pone retardada

Sonrió, sus ojitos parecían una combinación hermosa de muchos sentimientos encontrados, parecía contenta, triste, enojada, y enferma.

Después, de esperar varios minutos, por fin llegamos a la universidad, antes de salir de mí casa, había preparado todo, y cuando fui a su apartamento; quedamos en que íbamos después de salir del hospital, que por esta razón, se molestó tanto al esperarme.

-nos encontramos aquí?

-dale

-Sami, espera – me detuvo antes de que me diera la vuelta

-si?

-dame un abrazo – y sin dejarme al menos asentir, sus brazos se abrieron expresivamente, refugiándome ante ellos – perdóname – y me llenó de besos en el cabello, como si yo fuera una niña chiquita, miré a la gente que nos veían, y se reían divertidamente de la situación que Cris estaba obsequiándoles

-siiiiii, te perdono pero no me cojas así – me separé de ella, y le saqué la lengua – tonta!

-jajaja paso ahorita por vos!

-va

Caminé despacio por los pasillos, notaba como otro ambiente comenzaba a formarse cuando me veían caminar… las miradas incrementaban, las sonrisas de algunas niñas que guiñaban sus ojos mientras me veían, el cambio de muchos de los que consideraba como amigos de Pablo, conmigo

-Perdona – se puso ante mí, un muchacho delgado, de casi mi misma estatura, con una sonrisa que para mí, estaba demasiada coqueta, sus ojos brillaban y se imponía una seguridad en su apariencia, que causaba respeto. – se quien eres, por pura casualidad, sabes quien soy yo?

Reparé el signo de pregunta en su rostro, esperando mi respuesta - ¿Debería saberlo?

-Pues, si tuvieras un poco de concentración en las personas que estudian en esta universidad, a lo mejor

-ah perdóname tú, pero la verdad no he sido buena para eso. ¿Quién eres?

-Manolo – sonrió felizmente estirando su mano, no entendía bien que estaba pasando pero este muchachito, causaba algo de confusión en mí con su actitud. Estiré mi mano, para responderle su saludo, cuando la vi perderse en un movimiento rápido, que segundos después, fue un abrazo – jeje Soy Manolo y pues, quería hablarte, yo soy un amigo de Cristina, ¿Sabes quien es ella o también olvidas a las mujeres con quien te acuestas?

wooh… eso que fue?<<

-¿perdón? – lo miré intranquila, seguía con su misma mirada tranquilizante

-jajaja bromeo, pero es cierto que soy amigo de Cris y quería hablarte

-oh, bueno... un placer Manolo, yo soy Samantha – detallé sus prendas, llevaba una camisa verde que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, un pantalón negro que era igual de ajustado a su camisa, un par de zapatos de una marca que jamás había visto, pero eran lindos. Subí mi mirada de nuevo, cautelosamente, mientras el me hablaba, en su mano derecha se reposaba un reloj pequeño pero muy fino, y en su izquierda, una manillita de color azul claro y blanco. Aparentemente, estaba bien, pero ese paradito

es Gay<<

-¿si sabias?

-¿perdón?

Alzó su ceja, me había acabado de delatar… - disculpa, es que me distraje en tu reloj, está lindo – le sonreí y el lo miró sintiéndose visiblemente alagado

-te decía que Cris cumple años en dos días y pues quería darle una fiesta sorpresa, hace días que no hablamos bien por todo lo que ha pasado – lo miré y su respuesta a mi gesto, me hizo entender que estaba enterado de todo – tranquila, no hay problema, pero si quisiera hacerle algo, y había pensado en que quizás me podrías ayudar con eso.

-Claro que si – dije animada - ¿Cuántos años cumple? – pregunté como lo mas normal del mundo

-¿me estás charlando, cierto?

-¿Cómo?

-enserio no sabes cuantos años cumple Cris?

-pues... no recuerdo que me lo haya dicho

-ve, pero tu si que sos el colmo, no?

-bueno, me vas a decir o no? – comenzaba a entrar en confianza con el, sin siquiera pensarlo

-23

-muchas Gracias, y decime ¿Dónde le haremos la fiesta?

-pues, no lo sé… en su casa, ella se dará cuenta porque mira, hoy es jueves, y en dos días, es sábado

-jaja que inteligente – dije sin pensarlo, me reí yo misma de esa ultima ocurrencia mientras él ponía un gesto sarcástico en su expresión – lo siento, continua

-ja.. ja.. ja.. – sabia que estaba charlando, pero aún así, continuaba fingiendo, como si el que hablara conmigo, no le fuera importante – así que no se, debemos pensar en eso.

-si queres, podemos hacerlo en mi casa – antes de que me respondiera un siiiii! porque era mas que visto que eso me iba a decir, me adelanté – pero tenes que decirme quienes van a ir

-nah, somos pocos... conta con unos 15 mas yo

Sonreí de nuevo, por alguna razón se me parecía a Poncho cuando salía con este tipo de palabras o esas ocurrencias tan

-vale, entonces encárgate de estar con Cris toda la tarde para organizar todo, ok?

-perfecto – alzó la palma de su mano derecha, indicándome que hiciera lo mismo; su delicadeza, se me hacia tierna, porque eran actitudes que el no las provocaba, solo le nacía hacerlo, atiné a hacer lo mismo y se inclinó hacia mi, robándome un besito pequeño en mis labios – antes de que me digas algo, gracias! – y salió a paso rápido

Me encogí de hombros >>está loco<<

Seguí adelante, hasta que llegué a mi clase, hoy me parecía un día excelente, tocaríamos en un ensayo que habíamos estado preparando todos estos días, según el Doc. La productora llegaría para esta semana y lo mas seguro era que el lunes, ya nos viera y nos hablara de su propuesta.

Sara, una de mis compañeras, que tenia simplemente una voz perfecta, atinaba a jugar con las notas… muchos, sólo nos veían puesto que todos no podríamos al mismo tiempo, otros, seguían concentrados en sus instrumentos, yo, me enrollé, escuchando a Carlos en la batería, era increíble como movía sus manos de rápido y como sonaba de bien, lo que el tocaba.

-señorita Díaz?

Lo miré, volviendo a la tierra de nuevo – Dígame Doc.

-alarga la lirica de Do mayor en la quinta cuerda, con Fa sostenido en la tercera, el ante-tiempo que Leo hace controversiando, tu lo robaras para que suene con estilo mas popular, ¿Estamos?

-¡claro! – jugué con la guitarra todo el tiempo, el tiempo se me pasaba volando, cada tres minutos, alguna cuerda se safaba por toda la presión que estaba causando en el cambio de notas, afinaba y volvía a afinar la guitarra, una y otra vez, la velocidad del sonido, hacia divertida la situación, mientras que otros dos, metían en ante-tiempo con el bajo, Leo y yo subíamos la tensión, logrando obtener lo que el Doc. había pedido. Todavía faltaban varios asuntos, pero ya no podíamos mas, la clase había terminado hace 15 minutos, y no había ni una sola persona, que hubiera salido... aun seguíamos todos, era una conexión increíble, las yemas de mis dedos, me dolían…podía sentir el ardor al tocar o rozar alguna cuerda.

El siishhhshhhhhhhh, como cuando pasas por la calle y algún tipo antes de echarte un piropo agradable, o de ser un cerdo que sólo dice estupideces, se escuchó… allí estaba ella, indicándome que saliera ya. Organicé todo, y dejé listo lo que me faltaba. aun me quedaba el fin de semana para continuar con esto, al menos debería dedicarle a pulir lo que me faltaba mas o menos 3 horas seguidas. Salí del auditorio y su desespero por que llegara pronto a donde ella, me hizo preguntar:

-¿Cuál es tu afán?

Miró a todos lados como si alguien la observara, me asusté e hice lo mismo

-ven – su mano hizo un ademán para acercarme – es que… - miré sus piernas como se encogían y juntaba sus rodillas, subí a su rostro y mordía su labio con impaciencia – tengo muchas ganitas de ir al baño

Suspiré, hasta llegué a pensar en sostenerla para que no cayera, supuse que se sentía mal o que le habían hecho daño, y antes de decirle algo, me cogió de la mano obligándome a correr con ella, por los pasillos dirigiéndonos al baño-

Mientras esperaba a que saliera, reacomodé mi cabello, retoqué mi maquillaje, y le di una última mirada a mi figura por medio del espejo que tenía al frente. Abrí el lavabo y comencé a enjabonar mis manos; cuando sentí que abrieron la puerta, y dos niñas entraron. Una de ellas, imitó la actitud de Cris, pasándole ligeramente su bolso, sus papeles, su celular, y una carpeta a la otra, para después correr a uno de los baños que se encontraban desocupados. Me reí interiormente de la situación, era exactamente igual a como me había acabado de pasar a mi, se acercó al otro lavabo, me miró indiferente, compuso sus cosas a un lado, tal y como las tenía yo, y después, se miró en el espejo, yo seguía intacta observándola, hasta que Cris salió. Miró a la niña por que me vio mirándola, y me golpeó suavecito en el hombro

-descansaste?

-ufff, si llego un minuto después, no creo que lo hubiera soportado – reí, lo dijo en medio de un drama que parecía que actuara

-pero al menos el pañal te sirve de apoyo, no? –

-claro – me siguió en la broma – donde es que los compras vos? es que como veo que usas tantos, te deben de salir mas económicos, no?

La niña sonrió ante nuestra broma, su sonrisa era retierna, y sus ojitos chocaron con los míos.

La otra niña que entró con ella, salió del baño y nos miró, luego a su amiga sonriéndole, haciéndole el mismo gesto que Cris, volví a reírme, era divertido ver eso… luego, devolvió su mirada mi… Cris, se aplicaba brillo labial y ella se acercó.

-¿tú eres Sami?

La miré tratando de recordarla pero no di con nada, la otra niña cubrió su rostro

-si, ¿te conozco?

-no, mira yo soy Camila – asentí, ese nombre me gustaba, o a lo mejor, era por que recordaba a esa niña que no dejaba de pensar – y ella es Tania – señaló a su amiga – y bueno, te vimos tocar con todos los del proyecto musical y queríamos felicitarlos.

-hah muchas gracias – le agradecí

-¿podemos invitarlas a algo? – Cris dejó de verse al espejo y me miró a mi, yo no supe que hacer… Tania llamaba a su amiga avergonzada de su atrevimiento

-vamos! – optó por responderle Cristina.

Salimos del baño las cuatro, Camila iba adelante con Tania y Cris me susurraba sonriente que quería saber hasta donde le llegaban las agallas a la niña.

-¿Cómo así?

-pues que esa niña ha estado siguiéndome todos estos días, pero a la vez, finge ignorarme, y mira con lo que salió ya, pues vamos a ver hasta donde le llegan los humitos de coqueta

-ja! y yo que creí que era por mi – fingí resignación

-lo siento Sami, esta vez soy yo la irresistible – me guiñó su ojo sonriendo, a lo mejor sentía esa necesidad de olvidarse de lo que le había pasado hace unas horas con Luisa, nos fuimos a la cafetería, las niñas se acomodaron de primeras en una de las mesas mas visibles y cómodas, Camila se ubicó frente a Tania, por lo que no era de mucha inteligencia adivinar que yo tendría que hacerme al frente de Cris, por ende, al lado de Tania. Pedimos malteadas, y comenzamos hablar de cosas triviales, como en que estaban estudiando, en que semestre iban, como les parecía, y lo mismo con nosotras.

-siempre eres así de calladita? – le pregunté a Tania, sus ojos eran oscuros y el brillo que se desprendía de ellos, era hermoso

-pues si – dibujó una pequeña sonrisa entre sus labios – pero va, trataré de no serlo mas – acomodó un poco mas su cuerpo para quedar frente a mi, totalmente – cuéntame de ti, ¿Cómo va ese proyecto?

-¿sabes de el?

-si, casi todos lo sabemos, la verdad que ese día les fue muy bien, tocaron lindo!

-¿y cuantos años tienes?

-acabo de cumplir 18

-uf, rebien eso – le sonreí, Cris hablaba con Camila, aparentando prestarle atención, ella disfrutaba de lo nerviosa que ponía a su nueva admiradora, jugando con sus manos, tratando de rozar alguna parte de su cuerpo. – ey Cris; ¿Vamos ya? necesito ensayar, o ¿te quedas?

-nah, vamos – miré a Tania, se levantó y extendió su mano

-ha sido todo un placer hablar contigo Sami

-digo lo mismo bonita – tomé su mano, y me incliné a su rostro, dándole un pequeño beso en su mejilla – que estés muy bien

Cristina también hacia lo mismo, pero Camila, tomó su mano y la obligó a sentarse de nuevo, acercándose a su oído… inmediatamente, trató de separarse simuladamente, hablando pero no con tanta cercanía

Me concentré en su conversación, cuando los silbidos de todos los hombres; me obligaron a mirar hacia adelante, para ver que pasaba.

Y vi a la niña mas divina… si, no puedo mentir en esto… ella… ella es la mujer mas hermosa que haya podido ver. Su caminar era atractivo, su cabello rubio, jugaba a favor de su sensualidad, desde aquí, podía observar, su rostro

La mayoria de las niñas la veían, reparando cada parte de su cuerpo, unas dando con su gestos, un punto de aprobación porque les agradaba y otras, criticando algo que no debían, porque en su cuerpo no había absolutamente nada de imperfecto. Cristina se dio la vuelta, y simultáneamente se giró mirándome con sorpresa. Camila siguió su mirada y también me observó a mí, y yo solo atiné a cruzarme de brazos esperando a ver que iba a pasar.


-hola – musitó algo insegura en su voz, me miró alzándome la ceja, como reprochándome por qué estaba ahí y no al lado de su novia, detalló a Tania, y luego a Camila, hasta que por fin su mirada, se centró en ella.

-hola – respondimos Cristina y yo al mismo tiempo – como estás?

-ya mejor – asintió con ternura

-hola mi vida – en ese momento, uno de los porristas que practicaba con ella, la abrasó de repente, robándole un gigantesco beso en su cachete – hasta que por fin te encuentro, eh?

Luisa se volteó y saltó a sus brazos, abrazándolo fuertemente, recordé como cuando andábamos, una vez le reclamé eso… esa confianza con él… y siempre se defendió, diciendo que nunca iba a cambiar su amistad por nadie… hasta que aprendí a aceptarlo

Cris la observó por segundos, hasta que después, cambió su mirada de lugar, Camila aún insistía en ligar con ella, a lo mejor ignorando quien era Luisa… la niña estaba linda, pero no podía competir nunca al lado de Luisa

Mi celular sonó, contesté… y escuché su voz

-hola amor

Automáticamente, la mejor de mis sonrisas apareció sin ser llamada

-hola divina ¿Cómo estás?

-bien… ¿tú?

-bien, estoy aquí en la universidad pero ya vamos a salir y tu? como te acabó de ir?

-mm… bien… aunque todavía no me lo creo – comenzó a reírse y yo la seguí

-jajaja ¿sabias que Cris nos vio?

-¡oh! ¿Hablas enserio? – su risa se detuvo y de repente, un tono de voz que denotaba preocupación, nació… mis ganas de reírme se incrementaron

-siii… me dijo que entró pa saludarte y pum, nos vio!

-Dios… ¡que vergüenza! Samiiiii!! Que pena con ella!!

-no, no te preocupes por eso amor – el amigo de Luisa, acababa de irse, Cris, hablaba con Camila sin darse cuenta de que Luisa estaba mirándola – puedo llamarte ahorita hermosa?

-¿pasa algo?

-hum… creo que… - y Camila pasó su mano por la pierna de Cristina, esta ultima volvió alejarse, girando su cabeza, encontrándose con la mirada de una Luisa con ciertos gestos de expresión, muy parecidos a una persona celosa. – te llamo ahorita Cami, te… te adoro hermooosa – y colgué.

-¿ella es la novia, cierto? – susurró Tania cerca a mi oído

-ajam – asentí con miedo a la reacción futura de Luisa

-bueno, este... nosotras nos vamos – tomó su bolso mirando a su amiga – vamos Cami?

-espérame – su mirada desafió la de Luisa, Cris me miró pidiéndome ayuda pero yo no sabía qué hacer – nos vemos mañana?

-¿perdón? – contestó Luisa inmediatamente, el continuo zapateo afirmaba la ira que estaba sintiendo. Con seguridad, se sentó sobre las piernas de Cris… tomándola por el cuello, y mirándola a los ojos, corrió un mechón de su rostro y se acercó sutilmente a sus labios… le dio un beso tierno, ni muy corto ni muy largo... podría jurar que al menos el 80% de las personas que estaban en la universidad, estaban presenciando ese beso entre ellas dos.

Camila se levantó molesta, la vergüenza que estaba pasando en este momento, no se la deseaba a nadie, mucha gente comenzaba charlas pesadas sobre su actitud… pero eso le pasaba por lanzada... oh bueno, eso pienso yo.

Tania, se despidió de mí con una sonrisita y salió detrás de su amiga, ahora sólo podía encontrarme como violinista en medio de esa escena. Carraspeé mi garganta fuertemente, para que reaccionaran y se dieran cuenta que yo estaba ahí. Cris apenas abría sus ojos y Luisa sonreía felizmente.

-me choca cuando se ponen con esas babosadas

-jajá queres unirte? – Cuestionó Cris con un tono irónico en su voz – ya está bien, no digo más!

-dejá de ser boba Cris! ¿Podemos irnos o que más me espera? - un tipo alto, y bien parecido se acercaba a la mesa, era de suponerse que venia en ataque para coquetear con Luisa, y sorpresivamente, Luisa lo despidió con ademan en su mano, diciéndole un efusivo hasta luego. Y de nuevo, comenzaban las burlas, las bromas, y esos típicos silbidos de mal gusto, gozándose a él recién llegado.

Al fin, concluimos salir… las cosas entre ellas, todavía estaban tensas, suponía que esta noche seria bastante larga para hablar… para arreglar sus cosas, para solucionar sus problemas.

Me dejaron en mi casa, fue cómico, Cris me llevaba en su auto, mientras que Luisa, iba sola siguiéndonos.

-prométeme algo, si?

-dime

-no dudes mas de lo que ella siente por vos, y de que mis deseos por que superen su amor, es sincero – le dije de la manera mas honesta; podía sentir como ahora yo misma tomaba otro tipo de acciones diferentes a las que solía aferrarme anteriormente.

Me bajé del auto, no sin antes, rozar su mejilla con mi mano.

Cerré la puerta, y me dirigía a donde Luisa cuando su voz, me llamó.

-Sami, vení… - sus ojos se clavaron en mi mirada de la forma mas intensa – vos sabes todo lo que significas para mi, no?

-ajamh – observé su rostro, me miraba como si fuera una niña chiquita, que apenas entiende lo que le están diciendo

-lo que dije ahora fue una total estupidez, yo… yo no desconfío… - bajó su rostro al mismo tiempo en que acomodaba su cabello – ¡Sami te adoro!

-dejá de ser cursi boba! – le saqué mi lengua, haciendo que estuviera casi a punto de mandarme a… - jajá, mentiras Cris, yo también te adoro bonita. – le sonreí – ojo con sobre-pasarte ahora, mira que aun estas con resaca, eh?

-que quieres decir con eso?

-que de pronto gastas lo poco que tienes de energía y quizás no te de para ser capaz ahora – mi risa interna me haría fallar ante mi broma

Alzó su ceja – me estás queriendo decir que mas tarde puedo ser impotente?

-puede ser – encogí mis hombros, Luisa hizo pitar su carro, y me despedí de Cris. – que pases buena noche Cris, ojala tengas suerte – me reí irónicamente – o fuerza?

-hay Samantha!! – alcancé a escuchar mientras ese gesto de ella, en donde habitualmente siempre que se molestaba juntaba un poco mas sus cejas, se me hizo mas divertido, aún.

Me acerqué a Luisa, abrió su puerta y de repente su carita creaba expresiones tiernísimas!!

-y entonces señorita?

-Sam… - hace muchos días no escuchaba que me llamara así en ese tono… ella era la única que usaba ese diminutivo conmigo, ambas nos dimos cuenta, y nos miramos instantáneamente – necesito un abracito

Cris arrancó, me senté a su lado, desabrochó su cinturón y tomé su carita con mis manos y le di un abrazo lleno de todo… - trata de solucionarlo, ok?

Una lagrimita salió de sus ojos – no quiero perderla a ella… no como te perdí a ti

Dejé de mirar al frente, para fijar mis ojos sobre sus manos, tomé su mano y la entrelacé con la mía - ¡mírame! aquí me tienes Luisa, no me perdiste

-Sam – se acercó mas a mi – tu si me perdonaste?

Sus labios sonrieron, su cabello me encantaba, me era imposible tenerla así de cerca, sin rozarlo, llevé mi mano junto a su hombro y jugué con parte de él

-cuando uno ama, olvida ¿Sabias? – susurré cerca a su oído – no la pierdas, ustedes se lo merecen

De nuevo, volvimos a abrazarnos, sabia que tenia miedo, era este el momento donde nuestras vidas al fin, tomaban un nuevo rumbo, y dejábamos de ser eternamente adolescentes, pensando que todo llegaría en su momento… este era el momento… le di un besito sobre la puntita de su nariz y bajé de su carro… la vi alejarse en la misma dirección que Cristina… suspiré, el recuerdo de su vocecita me llegó a la mente, y unas ganas inmensas por tomar el teléfono y llamarla, acudieron a mi cuerpo.

Capitulo Vll

Luisa

-hola ¿pasa algo?

-vamos a cenar? – sentía miedo a que su respuesta fuera una total negativa

-si, no vamos para la casa?

-si, digo… Cris… te invito a cenar ¿Queres venir conmigo?

Calló unos segundos, todavía seguíamos conduciendo, ella iba a 2 metros más adelante que yo

-¿Dónde?

-seguime – le dije, y me adelanté… hoy estaba dispuesta a que mi relación con la mujer que amaba no se fuera al carajo

La llevé a un restaurante que me gustaba mucho, cenamos calmadamente, hablando de cosas que no tenían nada que ver con nuestra relación, le conté que ya mañana comenzaba nuevamente con las clases en la universidad, y de cómo me fue donde mi madre. Ella por su lado, desahogó todo lo que tenia que decir con ese asunto de su hermana, cada vez que la nombraba; sentía una gran vergüenza… ¿Cómo pude creer que me engañaba y justo atinar a celarla con la hermana? ¡eso solo me pasa a mí!

Comía pacientemente, sus manos sobre la mesa, sus labios se abrían de vez en cuando para probar la comida.

-¿Sabias que eso me desespera?

-¿Qué? ¿Qué coma tan despacio?

-aja, exacto… ¡eso mismo!

-bueno, no puedo ingerir todo en un minuto, no?

-en un minuto no, pero si en 15 o 20… - sonreí, yo ya había terminado y ella sólo iba en la mitad – Cris

-¿si?

-¿te molestó lo que hice en la U?

La intensidad de su mirada, causó un fugaz nerviosismo en mi cuerpo, estaba seria ¡demasiado seria! y lo peor es que yo ni siquiera sabia como comenzar hablar, de lo que verdaderamente, me interesaba.

-¿al fin vas a quedarte conmigo? – expresó tiernamente, esperando una respuesta que era mas que obvia

-sólo si tu me quieres contigo

-tu sabes que no hace falta responder

-ya no quiero que sea solo por una temporada, ni por un tiempo, ni un intento para ver que puede pasar mas tarde

-¿De que hablas?

-de que yo te quiero en mi vida, como la persona que amo, la persona que adoro, la persona con la que quiero pasar mucho tiempo, la persona con la que deseo conformar una nueva vida, y con la que quiero vivir mi presente y compartir mi futuro - dije todo esto sin planearlo, el solo hecho de mirarla a los ojos y encontrarme con ese ser que siempre creé en esas fantasías que tiene toda persona, era lo único importante. – yo se que lo que he hecho, lo que he sido, como he actuado, demuestra claramente que no te merezco, pero quiero llegar a ser esa persona que tu eres para mi. – intentó hablar, pero yo continué – Cris, es enserio... sé que lo que hice hoy no tiene explicación… ni yo misma lo entiendo, yo… yo solo se que… sentí miedo… a quedarme sin ti… - bajé mi rostro, me dolía verle su carita y observar que todavía su mejilla izquierda, estaba sonrojada. –

-¿tienes algo mas para decir? – cuestionó secamente

-si… ¡te amo!

El silencio ganó la partida, el hecho de que ella callara, me decía muchas mas cosas que cuando pudiera digitar alguna palabra. Pagué la cuenta, y salimos del restaurante… ¿acaso iban a quedar así las cosas?

-Cris ¿no dices nada? – la retuve, cuando estuvo apunto de subirse a su auto

-si – sonrió – gracias por la cena, estuvo deliciosa.

La ira se me subió tan rápido que sólo pude sentirla, la miré como nunca antes lo había hecho y me subí a mi carro, enojada! ella se acercó mientras yo lo encendía, y asomó su cabecita por la ventana.

-antes de que te vayas

-¡quée!

-me muero por hacerte el amor – susurró cerca de mi oído, inclinando un poco mas su cuerpo hacia mi, llegando a rozar con sus labios, mi orejita – tu sabes que te amo mas que a mi vida Luisa, y que eres el único motivo por el que me levanto con esa cara de enamorada… - mi piel se me erizó por completo, sus labios entraban en perfecto contacto con mi piel, mas su palabras…conformaban un perfecto aumento de mis latidos – no quiero separarme de ti, no quiero alejarte de mi, no quiero que desconfíes de lo que siento, porque yo estoy sintiendo, gracias a ti, hermosa!

Volteé mi rostro… sus manos se refugiaron en mi cuello – t… e… a… m… o

Y no pude contenerme, acorté la distancia que había entre las dos, y besé sus labios… en un sutil rose, colmado de tantas cosas... que son infinitamente imposible de escribirlas todas

-¿vamos a casa?

-¿a casa?

-si – robó otro besito de mis labios – a nuestra casa amor

Sami

Marqué su número unas 10 veces seguidas, aún estaba temprano, no era muy posible que ya estuviera durmiendo

Cené, me duché, y volví a intentarlo, hasta que decidí mejor, llamar a recepción y preguntar… al final, logré que atendieran a su habitación, y fue esa… esa… ¿Cómo le digo? ¡estúpida! ¿ nah, muy poco… esa… infeliz!! esa está mejor; la que me contestó

-podrías pasarme a Camila por favor? – manifesté lo mas sarcástico que pude

-un momento – dijo burlonamente – Camii – la llamó como si tuvieran mucha confianza

Esperé… una pequeña sensación de malestar, me cobijó un instante

-hola?

-hola

-hola amor! ¿Cómo estás?

-bien y tu?

-bien, mira que al parecer saldré mañana o pasado

-wow, que bien amor

-¿pasa algo?

-sí, ¿Por qué no contestabas y por qué todavía anda ella contigo?

Sentí como una pequeña risita, se escapó - ¿Estas celosa?

-no, solo estoy preguntando

-bueno, no solo estoy con ella, sino también con el doctor, y lo del teléfono, es porque estaba en exámenes

-umm ya, ¿ya cenaste?

-si, hace poco. ¿Cómo te fue hoy?

-bien, fue un día lleno de todo, mañana te cuento bien.

-va, sami

-si?

-Te amo, y no sabes las ganas que tenia por escucharte

Sonreí – yo también quería escucharte hermosa. ¿vas a estar bien?

-si, ¿soñaras conmigo?

-ajam – jugueteé con mis pensamientos pensando en lo que hacíamos antes de salir del hospital – a lo mejor terminando lo que tu manito interrumpió – y no pude evitar reírme

-argh… eso fue un chiste?

-jajaja, vale estuvo bien, no?

Calló

-jaja, tomo eso como un sí?

-oye

-dime

-me gustó cuando me tiraste ese besito

-si? – lo recordé

-siii, se vio lindo!

-Cami, no he dejado de pensarte hoy, sabes? – y miré a mi mamá llegando de repente, sonriendo ante mi declaración, al mismo instante, como la voz del doctor la llamaba – se que debes colgar, solo piensa en eso y en que teeeee… he pensado muchísimo, y en que siento muchas cosas por ti, que descanses.

-mañana vente mas temprano, quiero que pasemos mas tiempito, si?

-vale! – le tiré otro beso, sorprendiéndome yo misma – soñaré contigo

-yo igual amor, te espero mañana

-chau hermosa – colgué, y por fin, acepté sin peros… que me estaba enamorando de nuevo, con la diferencia, de que no era de la persona equivocada.