Estando muy cerca de la muerte (18)

Algunas confesiones

Estando muy cerca de la muerte 18.

-¡Samantha Díaz! ¿Hasta cuando?

Dios, me dolía mucho la cabeza, sentía que el mundo daba vueltas y que todo a mí alrededor me veía de manera absurda, el solo pensar en ver a mi mamá con esta cara de borracha, mi ropa desordenada y sin saber como responderle sin ofender su paciencia, producía un ligero cosquilleo de incomodidad. Me costó muchísimo darme la vuelta y ver a mi madre, pero al fin, lo hice.

-¿Señora? – traté de que mi voz no sonara extraña

Con el gesto de su mano haciendo un breve movimiento aleatorio, me indicó que entrara a la casa. Caminé despacio mirándola a los ojos, me sentía realmente borracha, me avergonzaba profundamente de sentirme así, y más que ella me viera.

Diablos! ayer como estábamos de bien, y tengo que dañar las cosas así de feo<<

Entré…cerró la puerta y se ubicó tras ella mirándome con sus brazos cruzados pidiendo una explicación que obviamente, no me sentía capaz de dársela.

-arrrggghhhhhhhhhhh mejor no te digo nada! ve y acuéstate que luego hablamos – manifestó molesta, sonreí, la vi hermosa, siempre tan conciente, siempre tan paciente

Me levanté y caí al mismo instante, mi mamá se acercó a ayudarme y yo

-no ma, yo, yo… p…puedo – me levanté por mi misma, ella me miró entre preocupada, molesta, y a la vez divertida – oye – la miré antes de subir a mi habitación – te amo ¿Lo sabes?

-Yo También Sami – me abrazó – más de lo que puedes imaginar – suspiré cerca a su oído, sentía esa necesidad de refugiarme en ella – ¿pasa algo?

-solo me he dado cuenta de que tengo mas de lo que merezco – la tomé del rostro y besé su frente – te amo, te amo, te amo

Apoyé mi cuerpo al pasa-manos que sostenían las escalas y subí, como cuando un niño apenas comienza sus primeros logros al caminar.

pff esto es absurdo Sami<<

Llegué a mi habitación, cerré mis ojos y pude dormir sin pensar en nada más.

Cristina

-fíjese! – gritó una señora con una expresión molesta en su rostro - ¿o está ciega?

-P…Parece que siiih por que sólo veo un extraterrestre hablando español, con gafas de payaso – y señalé los lentes que llevaba puestos, se quedó con ganas de decirme miles de cosas y a la vez sin saber que mas decir, traté de conducir hasta que me di cuenta de que no podía, me era simplemente imposible, no era capaz de sostener ni la palanca. Lo ultimo que vi, antes de que mis ojos ganaran la batalla en donde se cerraban a que quedaran abiertos, fue una calle con una zona verde gigante, y casas unifamiliares del mismo color, alcancé a ponerle seguridad al auto y a subir las ventanillas de modo que nadie pudiera verme más.


Toc – Toc – Toc

es Ridículo esto<< estoy tocando la puerta de mi casa con miedo, aún teniendo las llaves en mis manos… mi corazón me late a mil, y siento ganas de llorar. La puerta se va abriendo lentamente, y tras ella; aparece a mí vista a la mujer más hermosa de todo este planeta. Su cabello rubio organizado en una cola con un mechón cubriendo la parte derecha de su frente, sus labios rojos, al igual que sus ojos.

-hola – susurré avergonzada, mi cabeza daba vueltas de manera brutal

-hola – respondió secamente – pasa – entré, Maite secaba su cabello, no sabia que hacer… todo esto me preocupaba, sentía que había hecho algo malo, pero todavía no recordaba qué

-¿y esto? – pregunté al ver tres maletas grandes al lado del sofá

-estaba esperándote, ya me voy Cristina – anunció y sentí como todo se venia para atrás. ¿Irse? pero ¿cómo? ya me había acostumbrado a esto… a ella

-Luisa

-ya no digas nada Cris, ya es suficiente. Disculpa todo lo malo, y perdóname por lo que pasó ayer, esa no fui yo. – Bajó su rostro – Maite, te espero abajo – se acercó al sofá y cogió dos maletas – Cuídate – y pude ver como se escapó de sorpresa una lagrima que ella quiso ocultar

Caminó tres pasos, los suficientes para darme cuenta de que no iba a permitir que diera otro más, los suficientes para estar segura de que no iba a dejarla escapar de mi vida, los suficientes para recordar.

-¡Luisa! Yo te amo!

-Cristina

-no digas nada, solo escúchame, yo no quiero que te vayas ¡amor! ¿Cómo vamos a terminar con esto por una equivocación?

-entonces ¿Quién es ella? – soltó sus maletas pidiendo una explicación

-Paola es mi… - y el timbré sonó, Luisa abrió la puerta y allí estaba

-¡CRISTINA! – corrió a mi en suplica de un abrazo, sus lagrimas pasaron por mi cuello, y traspasaron mi camisa – no se que más hacer

Me aferré fuerte a ella, como me dolía verla así; se había enamorado de un hombre que le prometió hacerla feliz y ella simplemente creyó en el amor… ahora sólo obtiene malos tratos, golpes y engaños

-¿Dónde está? – lo se, no puedo engañarme, no puedo contra un hombre millonario y con poder – maldita sea Paola, te lo dije – y la abrasé mas fuerte, abrí mis ojos y Luisa también lloraba, supongo que la escena de mi hermana y yo, estaba siendo por demás, bastante conmovedora-

La calma demoró en llegar, pero al fin, llegó. No se como pude soportar la resaca mas todo este problema con Paola

-¡no es eso Cris!

-¿pero por qué sigues defendiéndolo? pff que mediocridad, y así quieres que te entienda? ¡Deja de ser boba Paola! veni para acá para mi casa que sabes que aquí podes quedarte ¿Cuál es tu maldito problema?

-¡que no te ha dado la gana de escucharme! – por fin habló

-perdón – expresó Luisa – Cristina, si no la escuchas es muy difícil que se entiendan

Quise levantarme y decir lo que sentía, pero antes de causarme un dolor de cabeza peor, mejor asentí por escuchar.

-Pedro no ha abusado de mí

-¿y entonces?

-Cris… es que vas hacer tía y no sé si tu cuñado quiera ser padre – musitó temerosamente

Dios , que esto no sea cierto<<

Me quedé en silencio, mi hermana estaba embarazada de un hombre que en unos años, parecería ser el abuelo más no el padre de la criatura.

-¿en que estás pensando Paola? donde diablos tenes la cabeza?

-Cr

-cállate! tenes 20 años ¡20 años! andas casada con un hombre que arrrghhhhh y encima vas hacer mamá? pff ¿y tu futuro qué? ¿quedarte en la casa cuidando al bebé dependiendo de un hombre para vivir? – me ofusqué, la verdad esto que estaba diciendo no tenia coherencia, la mayoria de mujeres viven así y son felices, pero en mi caso esto pasaba… los recuerdos de mi infancia, mi madre callándose las verdades para no molestar a papá, esperando a que el se dignara a comprarle algo para vestir, prefiriendo aguantar sus razones, porque nosotras fuéramos felices. ¿por qué de nuevo? - ¿por qué? acaso

-Cris ¡estoy enamorada! entiéndelo! te necesito conmigo, no quiero dar un nuevo paso en mi vida, estando mal con la única persona que tengo - lloró –

ella te apoyó cuando se dio cuenta que estabas con una mujer<<

-no quiero que sufras, no igual que mamá – la abrasé sintiendo como mi frivolidad se convertía en simple llanto colmado de ternura y miedo por que la misma historia no se repitiera de nuevo – no lo quiero.

-shh, solo apóyame, si luego nos damos cuenta que siempre tuviste la razón, yo sabré aceptarlo, pero no quiero estar así, no así

Miré a Luisa, de nuevo lloraba, se veía tan linda así, provocaba miles de cosas, acogerla en mis brazos y decirle todo lo que la estaba amando

-me prometes que me buscaras si algo malo pasa?

-no pasará nada malo hermanita – sonrió en medio de lagrimas – te quiero muchísimo Cristina!


El sol golpeó con fuerza la ventana, dándome sus rayos en todo el rostro, ahora estaba en mi habitación, reacomodé mi cuerpo y la vi, durmiendo, con sus ojitos cerrados, su pensamiento viajando por lugares y momentos imposibles de saber para mi. Llevé mi mano a su rostro, acaricié la parte izquierda de él, la bajé por su cuello, sus brazos y volví a subirla. >>como te amo Luisa<<

Me quedé viéndola por minutos seguidos, Luisa es verdaderamente hermosa ¿Qué hice para merecerla?

Mierda!<< mi celular comenzó a sonar, lo busqué antes de que ella despertara y logré contestarlo.

-si? hola?

-k’ hubo Cris – su voz estaba igual de ronca a la mía

-Sami! que vocecita la que tenes – sonreí - ¿Cómo estás?

-¿te acordas de lo que hiciste anoche Cris? – el tono con que me lo dijo, logró asustarme ¿anoche? mi cabeza parecía no funcionar

-anoche… --miré a Luisa, salí de la habitación para hablar mas cómodamente – anoche tomé mucho, yo te llamé… --mientras hablaba, trataba de obligarme a recordar que mas había pasado

-si

-y tu me dijiste que fuera a un b

puta vida<< todo se me vino a la mente en cuestión de segundos, con el solo hecho de recordar esa palabra "bar" llegué, reclamé a Sami por haberme dejado así buscándola por tanto tiempo… la mujer que estaba a su lado… ella… sus miradas… sus labios… el tequila… la canción… el baile… sus manos… sus besos

-mierdddda Sami!!!!!!!!! - no lo podía creer, mi estado empeoraba considerablemente - ¿Es enserio?

-Cris sos una pendeja! cuando llegué se estaban besando marica! y si no las paro, ustedes se siguen ¿Qué diablos te crees con tragos? ¿súper Cristina?

-tu sarcasmo no me ayuda – susurré, tocando mi cabeza ¿Cómo pude haber hecho eso? – arghhhr ¿Quién era ella?

-se llam

-¿Quién es Cristina? – Luisa apareció de repente, ni siquiera me percaté de cerrar la puerta, ni siquiera reaccioné y no me dirigí al balcón, a la cocina… tan solo estaba a tres pasos fuera de la habitación, cerré mis ojos ¿Qué hago ahora?

-espérame que ya voy para allá – fue lo ultimo que escuché de Sami, colgué el teléfono y volteé mi cuerpo para mirarla a ella

Sus manos abrigaban sus brazos, de repente el clima cambiaba, y como hace unos minutos hacia calor, ahora comenzaba a hacer mucho frio

Me acerqué a ella, tenía ganas de golpearme a mi misma ¿Cómo pude serle infiel?

-te amo chiquita – dije tomando su rostro, y bajé a sus labios sin darle tiempo a reaccionar

Inicié un beso encantador, sus labios encajaban perfectamente con los míos, el ritmo del beso era pleno, mas bien lento… tierno… bajé mi manos a su cintura y acerqué mas su cuerpo a mi – te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo – la miré separándome - ¿si te queda claro?

-quizás… --mordió su labio, se veía espectacular así – con otro beso, me quede clarísimo – y sonrió divertidamente

Ahora fue ella quien tomó la iniciativa, sus manos pasaron de mi cuello a mi espalda, era increíble como podía causar ese montón de sensaciones y cambios en mi cuerpo en cuestión de segundos, besó mis labios con un toque mas pasional, jugueteé jalando su labio, y el beso que anoche me di con esa mujer se hizo presente recriminando mi infidelidad.

-¿Qué pasa?

-nada – me di la vuelta tratando de encontrar las palabras para decírselo

-¿tan mal estuvo?

-Luisa…yo… - la miré; sus ojos intactos a mi mirada, su cuerpo abrigado por un buzo de color negro y un jean azul claro >>es esto lo que quiero para mi! no la vayas a embarrar cristina<<

¿Qué hago?

dile<< >>no, no, mejor no… << >>dile la verdad<< >>si, la verdad…. aunque…<< mi cabeza daba vueltas, no lograba aclarar nada

-amor – se sentó a mi lado tomando mis manos – perdóname por haber desconfiado de ti, se que actué como una niña chiquita, se que fui grosera y que tienes toda la razón – me abrazó, sentí su aroma… corrí un poco su cabello y divisé su cuello, parte de su espalda… algunos bellitos monos distrajeron mis pensamientos por unos segundos – Cris yo te amo hermosa, y el sólo hecho de haberme imaginado sin ti, o que otra mujer ocupara mi lugar, me sacó de lugar – susurró de nuevo, aún abrazándome – mor ¡eres todo para mi! – y cerré mis ojos, no podía mentirle, esa no era yo… si algo claro me quedó de las mentiras, era que podían destruir hasta los mas lindos sueños de alguien que no se lo merecía, jugar con la vida y las emociones de esa persona a quien amas, no está bien.

-me besé con otra mujer – manifesté sin ser capaz de abrir mis ojos, el abrazo siguió intacto, inmune… ella no dijo nada, tampoco se movió… yo la abrasé con mas fuerza y tomé su cabello con mi mano – yo

-ssshhhh – me calló tan de prisa, que la sola pronunciación de ese sonido pidiendo silencio, me llenó de temor – no… digas… nad…a… - murmuró con su voz quebrantada

Abrí mis ojos, Maite nos veía desde la cocina, tenia el mismo cabello de su hermana, los mismos ojos, y muy seguramente, iba a ser mas hermosa de lo que era Luisa, así; natural… sus manos expresaron calma, y esa continua mirada, incrementaba mi desesperación.

-¿Sami lo sabe? – preguntó iniciando la separación de nuestros brazos

-este…si… pero

-ya, suficiente – se levantó, acomodó su buzo, me dio la espalda y solo pude seguirla

-déjame explicarte! - >>carajo, que vas a explicar? si no te acordabas de nada<< - Luisa, yo no quise, yo

Luisa:

A lo mejor era todo lo que me había pasado últimamente, el hecho de ser una niña sociablemente reconocida, estar catalogada como la mas hermosa, tener a cuanto hombre quisiera, enamorarme perdidamente de Sami, poner su mundo al revés, dañar su vida, la de su familia, querer demostrar a los demás y a mi misma que era capaz con todo, sin pensar en las consecuencias, conocer a Cristina, entender que una mujer ya no me era indiferente, engañar a Sami, volver a joderle su existencia, mi maldito orgullo por querer cumplir un capricho, el miedo a un nuevo sentimiento, la soledad que sentía… estar sin mi madre teniéndola tan cerca… saber que no le importé nunca, descubrir que mi novio me engañaba con ella… meterme con Cristina, sentir realmente como cambió mi vida en segundos, enfrentar todo por ella… el supuesto embarazo de Maite… hacerme cargo de una responsabilidad que no era mía… sentir otra vez el abandono de mi madre, la falta de mi padre… descubrir una amistad sincera en una mujer que odié por meterse con lo que era "mío" descubrir lo equivocada que estuve siempre por ser tan materialista, tan superficial… mi cambio, el riesgo de ser yo… las amenazas de Pablo, vivir en el apartamento de mi novia con mi hermana, la vergüenza por no tener a donde ir… por sentirme tan desprotegida, por ver que mis amigos fueron solo eso.. de palabras… el accidente de Sam… el apoyo de Camila, de Sam… de Cris… todo lo que pasó con Pablo… el sentirme tan enamorada de Cristina… ver un gran cambio de mentalidad en mi vida… sentirme nueva, renovada, mejor… los celos por pensar en que no era la única en su vida… la inseguridad porque me dejara, a lo mejor temer que iba hacer conmigo lo mismo que hice con Sami… todo, todo esto fue rápido… todo esto quizás… muy posiblemente, causó que mi reacción al escucharla decir eso; fuera de este modo.

No quise escuchar una excusa, miré a Maite, volteé de nuevo mi cuerpo, ahí estaba, la mujer a quien le entregué mi corazón, mi cuerpo, el mas sincero sentimiento, queriendo explicar un acto que no me interesaba escuchar… mi furia se desató y con fuerza golpeé su rostro… tan duro, que cayó sobre el sofá desprotegida. Sentí ganas de ayudarla… pero algo me detenía… ella volvió a levantarse y yo volví a golpearla… una y otra vez… cuando lo iba a intentar de nuevo, su mano me detuvo… empujé su cuerpo con rabia caí sobre ella gritándole por qué me había engañado… estaba fuera de mi, ni los gritos de mi hermana me hicieron reaccionar… no, hasta que sentí a Sami alterada, deteniéndome con fuerza.

-ya! ya! ya! para ya! – me gritó mientras me cogía con fuerza apretándome a su cuerpo

Las lágrimas escaparon de mis ojos, Cris estaba acostada llorando del mismo modo, apreté a Sami con fuerza y mi rabia incrementó más

-comienzas a alcanzarme! resultas siendo igual! – la alejé y ella incrementó mas presión, uniéndome de nuevo a sus brazos - ¿por qué me fallas Sami?

-shh dame tu mano – esa frasecita siempre me la dijo, siempre cuando peleábamos, cuando estaba triste o molesta con ella, y siempre de la manera menos pensable lograba calmarme con ella, estiró su mano derecha y buscó la mía… - ya cálmate ¿Si?

La miré, su mirada me devolvió algo de tranquilidad, fue ahí cuando me di cuenta de lo que acababa de hacer… golpeé a Cristina por que se besó con otra mujer, y ¿Cuándo me juzgó ella por andar en su cama y en la de Sami?

-Lo Siento – susurré apenada… triste… ofuscada… arrepentida

Sami intentó abrazarme de nuevo pero me negué, Maite se quedó inmóvil al lado de Cristina, y mis pies perdieron su fuerza y caí lentamente al suelo dejándome llevar por el sentimiento que estaba sintiendo.

Lloré, lloré como nunca antes lo hice, lloré por el infinito miedo que tenia, lloré por haber hecho esto… lloré por ver a la mujer que amo, con su rostro rojo de las cachetadas que le di… lloré por sentirme sola… tan frágil

-fue una mujer que apenas conocí anoche – sorpresivamente su voz estaba a escasos centímetros de mi oído derecho, ella se había sentado a mi lado, obteniendo, la misma posición a la mía – me sentía triste por que tu no confiabas en mi, Luisa ¡tu eres todo lo que yo tengo! – la miré, sus ojos se clavaban en mi mirada tratando de hacerme entender algo que yo sabia – y el licor, mas todo lo que sentía, me hizo cometer ese error… yo ni siquiera lo recordaba, fue Sami quien me lo dijo ahorita que me llamó y todo lo que pasó anoche llegó a mi mente

-¿y tu te besabas con otra mientras tu novia está en un hospital por salvarte la vida a ti? – le reproché a Samantha enojada – que Triste Sami, que no sep

-shh, Sami en ese momento te llamó ¿lo recuerdas? – y de nuevo sentía como la embarraba de nuevo – cuando ella llegó, obviamente nos alejamos

-¿Quién es?

-su nombre es Claudia – manifestó Sami sentándose en el sofá – también la conocí ayer y se sentía muy apenada, le iba a proponer matrimonio a su novia, y en un accidente automovilístico, perdió la vida

-¿enserio Sami? – preguntó Cris inquieta

-si… eso fue a penas hace una semana – ella bajó su rostro – y ayer aprendí muchas cosas… o mejor dicho, ella me enseñó a crecer en lo que todavía era, una niña – jamás la había visto tan segura de algo que decía – Luisa, Cris estaba ebria… yo no me puedo meter en sus problemas pero eso si, no peleen por tonterías, tu aprende a confiar en esa mujer – me señaló a mi – y tu deja de ser tan impulsiva cuando tomas – señaló a Cris

Se levantó y miró a Maite - ¿vamos?

-si Luisa me deja

-a donde?

-voy a ver a mamá

-no.. yo voy contigo, también necesito hablar con ella –

-oye

-si?

-volverás ¿no? – preguntó sutilmente, con una expresión tiernísima en su rostro

-si – sonreí avergonzada

-entonces acompáñame al hospital – le dijo a Cris

Yo, salí con Maite… las dejé a ambas allá… mi reacción había sido inmadura y demasiado violenta… pero irónicamente, eso me había servido para asegurarme mas, de todo lo que estaba siendo Cristina en mi vida.

Camila

-lo hago por ti ¿Está bien?

-Gracias Sofía

Salió de la habitación no muy contenta, podía notarlo pero no importaba… necesitaba que le quedara claro que Sami era mi novia y necesitaba quedarme con ella mas tiempo… pero, no llegaba… siempre acostumbraba a venir antes de las 11 de la mañana, y ya eran las 11:28… ayer se fue molesta conmigo, lo sabia, y a lo mejor, hoy no pasaría a visitarme.

-buen día –

La miré >>retiro lo dicho<< su cabello suelto, ondulado y lacio a la vez, una sonrisita algo escondida, sus ojitos… un poco rojos… por lo que supuse que se había acostado muy tarde o había tomado ayer, llevaba una remera de color verde con un jean claro... tan solo podía limitarme a mirar la mitad de su cuerpo, puesto que estaba medio asomada al borde de la puerta

-ya va un minuto… los otros 9 los repartiré en encontrar las palabras adecuadas para pedirte perdón – susurró

Sonreí, apuesto a que mi rostro debería haber sido demasiado tonto, por la risita que salió de sus labios, perderme en su mirada me hacia olvidar el como yo actuaba, hablaba o tan simple como el que no sabia ni que gestos hacia cuando la observaba.

-si no me digas… - giré mi mirada

-como estás? – entró despacio, con cierto aire seductor que me volvía intranquila

-ya que estás aquí, estoy perfecta – se sentó en el borde de la cama – y tu´? – observé mas de cerca sus ojos… >>ayer tomó, por eso su mamá no sabia nada de ella<<

-bien, yo… venia a decirte que… siento haberme comportado así ayer, pero no me arrepiento de lo que le dije a esa enfermera

-aja, o sea te disculpas y a la vez no? – sonreí – ok, clarísimo – necesitaba un beso suyo… ¿por qué no me lo da?

-estás hermosa – y su mano pasó por mi mejilla - me hacía falta verte – y bajó despacio rozando mi cabello con su rostro… mi rostro… mi cuello… cerré mis ojos, un rápido cambio en mi cuerpo, me alarmó de inmediato, no podía jugar a esto con ella… no soy capaz de solo jugarlo

-tu también – suspiré al mismo tiempo en que hablaba – estás divina amor – y me acerqué a sus labios buscando un beso suyo

-Cami perdóname por todo lo malo que te he hecho, si? – tomó mi rostro con sus manos hablándome claramente, con la necesidad de que yo le respondiera, con afán de que yo entendiera lo que me decía – tu eres demasiado para mi, no te imaginas cuanto – yo… yo siento muchas… muchas… cosas por ti… - esta escena me parecía francamente un exceso de ternura, como si le costara decirlo… - yo a ti… yo… - llegar así, de repente, seducirme y jugar conmigo, luego se pone seria y me dice todo esto… y ya estar a punto de decirme lo que tanto he soñado con escuchar

-tu

-Camila yo a ti t… - y como si viviera mi peor pesadilla, como si estuviera en una película de suspenso, o en una telenovela donde el capitulo se corta, de nuevo aparece ella

-perdón – dijo mirándonos a las dos – pero necesitaba chequear como andabas, ya voy a hora de almuerzo - la miré queriendo estrangularla, Sami ni siquiera se molestó en observarla, solo sentí como apretó la sabana con el puño de su mano

-vale, ya puedes irte, ella queda en buenas manos – comentó sarcásticamente, el rostro de Sofía cambió de su tono normal, a rojo de la rabia que me imagino, provocó Sami con su comentario… la miró y salió al mismo tiempo tirando con fuerza la puerta. – jajaja ¿será que me espera a la salida?

-Sami… - ignoré su broma, era importante que me dijera lo que yo necesitaba escuchar – que me decías?

-no, en otra ocasión – y la temperatura me subía, yo sabía… yo sabía que ella no iba a repetirlo… - cuando encuentre el momento indicado, te lo digo ¿ok?

Asentí, no me quedaba más que asentir… que resignarme a que pasara cuando ella lo decidiera, cuando se sintiera cómoda.

-oye, me encantas! – su sonrisa me trasladaba a un lugar fantástico, irreal, mágico – uff mucho, mucho

-¿mucho, mucho? – y me levanté despacio para no estar mas acostada sino sentada

-siiii… - se acercó mas a mi, no podía mirar otra cosa que no fueran sus labios, me acerqué y crucé lo ultimo que nos quedaba de distancia, sentí su respiración, calmada… tranquila… besé sus labios, a un ritmo lento… sus manos en mi cuello… mis manos pasando por sus hombros… brazos… manos… devolviéndose al mismo paso… el cambio de velocidad, ahora no era tan lento… pero no dejaba de ser tierno, sus labios iniciaron un leve jugueteo sobre los míos, me entregué a ella por completo, todos los problemas se olvidaban, todos los dolores, se curaban, todas las preocupaciones, desaparecían, y tan solo quedaba eso… eso que solo sentía con ella

-T e a m o

y no dejé que se separa de mi, viajé con mis manos a su cintura… a su espalda… su respiración cambiaba, el aumento de mis latidos hacían mas intenso el momento, tomó mi labio inferior con los suyos y sentí como hizo presión hacia ella, jalándolo al mismo tiempo en que lo besaba… no pude evitar… no pude evitar dejar salir un suspiro de satisfacción al sentir eso… lo soltó despacio, como si no quisiera hacerlo, y de nuevo sentía otra vez sus labios con los míos, la suavidad de ese beso… la ternura que expresaba… la pasión que comenzaba a desbordar mi cuerpo con su sola cercanía… olvidé que estaba en un hospital, olvidé la ética y el protocolo de que "esto no está bien" me atreví a intensificar mas ese acto, y fui metiendo la puntita de mi lengua sobre sus labios, esperé su respuesta y noté como se repetía la misma situación de los suspiros, con la diferencia que era yo ahora, quien lo escuchaba.

-UUffff… - expresó tomando un poco de aire, ese beso se había prolongado por muchos minutos, me miró, sus ojos estaban mas oscuros, su mirada no se limitaba sólo a buscar la mía, necesitaba decirme lo mismo que yo estaba sintiendo, volvió a juntarse a mi, volví a cerrar mis ojos, dejé mis dedos jugando entre su cabello, mientras sus manos oprimían un poco mas de fuerza en mi rostro, fue ella quien me siguió, introduciendo su lengua… la excitación que había ignorado todo este tiempo mientras se daban este tipo de situaciones con ella, esperando a que llegara el momento en el que me demostrara que no era plenamente un solo gusto o atracción lo que sentía por mí, aparecía con fuerza, cobrándome de manera violenta el hecho de ocultarla por tantos días… mi piel erizada… el descontrol en su respiración, el inicio de sentirme sumamente excitada, sensible a todo contacto con su cuerpo, entrelacé mi lengua con la suya, el vaivén impulsivo de estas, haciendo algo instintivo… estaba soportando no avanzar mas, pero ya estaba llegando a un limite donde mi cuerpo me exigía mas… bajé mis manos por toda su espalda, sin reaccionar a la fuerza que estaba oprimiendo al aparatico que tenia en mi dedo… un fugaz estremecimiento, pasó por mis manos culpables de causar eso en ella, ahora solo podía darme cuenta, de que sus labios bajaban por mi mentón, mientras yo solo atinaba a morderme los míos, la palma de su mano, rodeó mi pierna, mi muslo… subiendo por mi abdomen, descansándola allí, esperando quizás que yo diera otro paso, esperando quizás… prenderme mas de lo que ya lo estaba yo, esperando quizás… tomar un poco mas de valor y atreverse a algo mas, yo, metí mi mano por dentro de su remera palpando su espalda, se tensó, y sin poder emitirlo, un pequeño gemido salió de sus labios, ocasionando una alerta en mi vientre, ese cosquilleo… subí mi mano, casi llegando a tocar su sostén; cuando sentí el pitico que sonó alguna vez, cuando me sentí asfixiada, después de haberlo oprimido.

-ay no, no pue…ede ser – mi voz sonó casi como si estuviera llorando – que tonta… - reproché a mi misma molesta

Sami se separó, y compuso su camisa mientras secaba cualquier rastro que evidenciara lo que habíamos estado haciendo en sus labios, me miró y esa mirada me confundió, no era molesta pero tampoco la mas feliz del mundo

arrrggghhhhhhh como pude hacer esa tontería…. como oprimí ese estúpido botón… ashh Camila, Camila!!<<

Por la puerta entraron 2 enfermeras y el doctor, bajé mi rostro excusándome con que había sido un error, ellos midieron mis signos, para después sonreír, preguntándome que estaba haciendo para haberlo presionado con tanta fuerza. Me sonrojé y la risa de Sami, me hizo mirarla.

El doctor aprovechó para decir que ya se acercaba la hora de revisión que hacia todos los días, o sea que en pocas palabras diciéndole a Sami que no podía quedarse por mucho tiempo. Ella asintió, acercándoseme con la misma sonrisa que en ese momento odié… al menos ella podría hacer algo para calmarse… ¿yo como con este doctor acá? ni siquiera podía ir al baño!!

-lo siento… - susurré pacito para que ellos no escucharan

-si, yo también lo sentí – dijo riéndose, alcé mi ceja y acarició mi mejilla tirándome un besito. – ¡te veo mañana! – y salió dejándome, mas enamorada, con un aire de ternura por eso ultimo que hizo, demasiado excitada y frustrada a la vez; sabiendo que había sido por mi culpa.

-ok, ¿lista? – Manifestó el doctor y por primera vez, lo odié – comencemos! si todo sale bien, supongo que mañana mismo, podrás salir de aquí.

Luisa:

Parqueé el carro en el garaje de la casa, melancólica al recordar que hace ya varios días esta ya no era mi casa, entré… abrí con mis llaves, todo estaba en orden, como siempre, al fondo se escuchaba una canción de salsa clásica, y el susurro de la voz de mi mamá, cantándola al pie de la letra. Maite me tomó de su mano, y dando un gran suspiro, gritó:

-Mamaáaaaaaaaaaa!

No contestó, por lo menos no en ese momento, no sabia el por qué me encontraba tan nerviosa, no sabia si mi mamá, estaba enterada de todo lo que había pasado, a estas alturas, todavía me era difícil saber, si sabia que ahora su hija modelo, tenia una novia.

-Dios! – Dijo mientras bajaba las escaleras, - ustedes aquí, de nuevo – sonrió, Maite se apuró a subir y abrazarla, las lagrimas de mi mamá me conmovieron, hacia mucho tiempo no la veía llorar, no con tanto sentimiento.

Después de la muestra de afecto, por parte de ambas, concluyeron no estar mas en medio de las escalas, y bajar.

La miré, me miró, quería abrazarla, y a la vez gritarle ¿Cómo podía estar aquí así de tranquila mientras ni siquiera sabía nada de nosotras?

-hola mamá – dije secamente

-Hola hija – sus lagrimas se multiplicaron – ven – extendió sus brazos para recibir un abrazo que no pude darle.

-supongo que ya sabes lo que pasó

--y si… si me di cuenta

-¿ni siquiera una llamada mamá? – no pude aguantar mas, necesitaba una explicación

Ella se dirigió a la barra, prendió uno de sus cigarrillos, y sacó una copa

Maite se sentó a su lado, la acompañó en el llanto… una canción de Rubén Blades sonó "Amor y Control" me dolía verla así… sea como sea, es mi mamá y me duele… y como yo necesité de otras personas para recomponer mi vida, ella necesitaba de nosotras para hacerlo también

Me acerqué a ella, hablamos por muchos minutos seguidos, en los que me desahogué, y exploté, reclamándole el hecho de haberme dejado sola siempre, de que en las noches, eran primero sus amigas y sus ligues antes que yo, que lo mismo hacia con Maite, que me crió a base de superficialidades que solo me sirvieron para ser una mujer materialista

Le reclamé su descuido con mi educación, toda su inexperiencia como mujer y como madre, todo… y todo lo aceptó, por que en todo, tenia la razón.

Me pidió perdón, y se que esto no sería fácil, pero necesitaba recomponer mi vida y la de mi familia costara lo que costara.

Al final, no fui capaz de confesarle mis sentimientos, de decirle que estaba viviendo con Cris, y por lo visto ella ignoraba nuestra relación.

-vamos a organizar la cama y dormimos las 3 – propuso sonriendo, dejando su copa, con aire mas tranquilo, y sus ojitos cansados de llorar, ya se había anochecido

-mamá, yo no seguiré aquí.

Su rostro se descompuso por completo, y una expresión a no entender nada, se formó al mismo tiempo.

-¿por qué? ¿Acaso no vamos a intentarlo?

-si pero… hay muchas cosas que no sabes, y necesitaras del tiempo para aceptarlas, mientras te doy ese tiempo, me quedaré en otro lugar.

-¿con quien?

-con… Cristina, allá hemos estado estos días. Yo estaré bien – miré a Maite, ni siquiera me hacia falta preguntarle que quería hacer, esa obvio que se quedaría con mi mamá – y tu?

-también – sonrió, me abrazó, y me llenó de besos con un montón de "te amo" seguidos.

Respiré profundamente, este era el momento que me decía que en realidad yo comenzaba a crecer como persona, me iba a poner a estudiar y dar la cara por ellas dos… lo que tenia que arreglar era mi relación con mi novia… salí de la casa, en paz con mi mamá, aún dolida, pero al menos sentía que el perdón, había llegado.