Estando muy cerca de la muerte (15)

mmmm... ¿que poder decir cuando somos tan ciegos y no vemos mas allá de lo que queremos ver? :(

Estando Muy Cerca De La Muerte 15

Empuñé mis manos, mi cuerpo iniciaba a sentir un verdadero calor interno, haciéndome querer más

Su continua presión con su pierna, causaba un rápido descontrol en todos los sentidos… de nuevo, nos dimos otro beso mas, tomé su rostro >>Te amo, Te amo, Te amo, y cada día te amo mas, sami!!<<

Hasta que la respiración, nos pidió un descanso… me costó abrir mis ojos… sus labios estaban húmedos, su mirada evitó la mía… sus manos, dejaron de tocar mi cuerpo, y su cuerpo se volteó

di algo Camila<<

-¿Sami? ¿Te disgustó algo? – traté de sonar normal

-no, yo... Lo siento

-¿sientes qué?

-esto… ayer me dijiste que

-shhhh – tomé sus manos y la miré a los ojos – ¿esto fue el comienzo de una escena de sexo?

-NO! nunca, no digas eso.

En ese momento, Poncho apareció, instintivamente mi vista se vio ocupada en verificar si mi ropa estaba completa y en su lugar, para mi tranquilidad, si.

-ajaam – puso tono de "las descubrí" – ¿qué estaban haciendo?

-oye, yo he conocido hombres tontos, te lo juro, hombres que uno dice "pero Dios ¿Por qué perdiste tu tiempo así?" hombres que les cuesta respirar, hombres que lo único que hacen son simples y físicas estupideces, pero créeme que nunca, nunca, conocí al rey de esos tontos, mucho gusto ¡Samantha! – y extendió su mano

Poncho alzó su ceja, fingiendo seriedad y rudeza – si, el placer es mío. ¿Y tú eres? la "hombre fobia" ¿verdad?

-exacto – sonrió Sami >>a este paso… voy a quedarme así<< - aunque deberías decir "hombrestontosfobia"

-JAAAH, JAHHH, JAAAAH que chistosa, se que quieres tener mi mismo sentido del humor, pero renuncia, ya perdiste corazón!

Y cuando Sami se disponía a responderle, yo me adelanté

-ya, ya, se que se quieren mucho pero no lo demuestren tanto, y Poncho deja de pensar que todo gira alrededor del sexo ¿si?

-uuuf, en pocas palabras, eres un ninfómano o un frustrado por el sexo - de nuevo se metió Sami >>pero ¿Qué? aquí la única que está mal ¿soy yo?<<

-no, simplemente que como yo tengo tanta experiencia en ese ámbito, es por eso que hablo de el –

Me acerqué a Sami, tomándola de la mano… sino, esa conversación con mi hermano, duraría hasta que saliéramos del apartamento

-espera – me dijo ocupándose otra vez de poncho

bien, no insisto mas<< - yo creo que la única experiencia que tienes sexualmente, es con tu manito! jajajaja

ok, lo acepto, eso fue muy gracioso, pero no puedo reírme, Poncho me retira como su hermana<<

-¿sabes que Camila? llévatela mejor por que estoy que le doy!!

-jaja ¡te dolió! ausshh di en el punto fijo

Yo, me cansé de escuchar la súper discusión entre mi hermano y Sami, decidí irme a bañar, cambiarme y prepararme para salir. Ya eran las 7 de la noche pasadas (19:00) el tiempo se me había olvidado… no podíamos llegar tarde por ninguna razón.


-oye, lo siento… me enredé con Poncho y

-nah no te preocupes – sonreí sinceramente – no hay problema ¿ya te sientes bien?

-si algo – se encogió de hombros – yo… - sus palabras no salían, simplemente incapaz de expresarse como quería – te vez bien

Reí, esos continuos cambios y los más inesperados motivos que me hacían confundir, lograban del mismo modo, hacerme sonreír.

-ah ¡gracias!

-eh

Se sentía nerviosa, podía percibirlo, a veces actuaba conmigo como si nunca hubiera salido con nadie mas – ya está que llega Cristina, voy a despedirme de Maite

-ok

Me di la vuelta, para terminar de arreglar mi cabello, cuando sentí sus labios en mi cuello – te vez hermosa – me volteó fugazmente sin darme tiempo a reaccionar, se acercó a mi, y me robó un beso – te espero – y salió

Al final, terminé de organizarme… no se por que razón lo hice tan bien, o mejor dicho, quedé bien.

-Eppa! – vaciló poncho – estás hecha toda una lindura, Cami!

Sonreí, buscando a Sami… estaba en el balcón observando hacia abajo, aleatoriamente al escuchar a poncho, se volteó

Del mismo modo, se acercó… me tomó por la cintura, con su mirada fija en mis ojos, juntó mi cuerpo al suyo, y subió su mano derecha a mi rostro – estás hermosa – expresó en voz baja, y de pronto… como pocas veces… me cobijó en sus brazos. Dándome un abrazo colmado de calor y ternura.

En ese momento, el timbré sonó… - esa debe de ser Cristina

Nos despedimos de Maite y Poncho, salimos y afuera estaba ella sentada, Cristina siempre me ha parecido una mujer muy segura, se levantó de las escalas en las que estaba sentada y nos miró, a lo mejor preocupada.

-¿Listas?

-si – respondimos Sami y yo

-nada puede salir mal

-nada va a salir mal – afirmé con seguridad

tomamos rumbo pensando ir justo al lugar cercano del encuentro, pero en el trayecto, uno de los agentes se comunicó con ella, avisándole que era mejor ir a la discoteca que quedaba cerca

Sami estaba perdida en sus pensamientos… como me gustaría saber que es lo que piensa… ahora me salí de mi misma, de mis presentaciones de lo que estaba aparentemente bien, dejándome llevar como pocas veces lo hice ó mejor dicho, lo he hecho en mi vida. Estiré mi mano, y busqué la suya, reaccionó mirándome sonriente.

Esperamos a llegar, Cristina metió el auto, en el parqueadero que daba entrada a la puerta trasera del sitio. En el primer piso, se veía a todo el frente una barra, donde sólo atendían meseras, que a propósito, aparentaban darles lo mismo si sus prendas no dejaban nada a la imaginación. Se encontraban varias mesas alrededor, y en el fondo algunos asientos que estaban ocupados. la pista de baile, era inmensa y sonaba repetidamente una canción electrónica que bailaban algunos muchachos, que a juzgar por la manera tan desenfrenada como tomaban continuamente, sumándole al hecho de que parecían que fuera la primera vez, que entraban a una discoteca, supuse que muy seguramente eran menores de edad, con documentos falsificados.

-¿Camila?

-oh? lo siento, disculpa estaba pensando en otra cosa

-¿viste a alguien conocido?

-no – le sonreí - ¿Dónde nos hacemos?

-por el momento arriba – comentó Cristina mirando su celular – cuando ellos lleguen, volvemos a reacomodarnos

subimos al otro piso… estaba mas lleno que el anterior, uno de los meseros que no se cansaba de mirar mis piernas y mis senos ¬¬ nos ubicó en una buena mesa, con vista a toda la discoteca.

Sami se hizo a mi lado, mientras que el mesero tomaba orden de lo que íbamos a tomar, ella me robó un beso… me causó gracia verle el rostro al muchacho de sorpresa, Cristina sonrió de la nueva ocurrencia de Sami, pidiendo simplemente 2 cervezas y una copa de Ginger (bebida refrescante sin licor)

-tómate una cerveza Cris – mencionó Sami, pensando que el Ginger sería para Cristina – tu novia va a estar con otro tipo, y eso es fuerte

-si, muy fuerte – contestó su compañera – pero yo voy a tomar cerveza, el Ginger es para ti

El mesero se quedó viendo la conversación abiertamente

-nada más – lo despidió Sami groseramente

-oyee… ¿Por qué eres así?

-aamh bueno, si te gusta que te miren como si quisieran comerte, entonces lo llamo de nuevo

-Sami relájate ¿Qué te pasa?

Ella suspiró – ya, lo siento, perdóname, estoy estresada, no quiero que nada malo pase

-ok – dije haciéndome la enojada

Se acercó mucho mas de la cuenta a mi, haciendo que su voz, se colara en un susurro por mi oído – hermosa, no quiero embarrarla mas contigo ¿Si? ¡Perdóname!

Hazte la dura por lo menos un minuto mas<<

Y fue imposible… su mano derecha pasó por mi cintura, recostando mi cuerpo contra el sofá y ella quedando sólo un poco sobre mi… pasé mis manos alrededor de su cuello, e hice que bajara mas a mi, dispuesta para besarla.

Y de nuevo, volvía a caer en ese millón de sensaciones capaces de enloquecerme en un solo segundo… su mano, sujetó mi cintura, obteniendo una mejor posición, el ruido de los bajos que hacían sobre-salir exageradamente la música, el pensar que mucha gente estaría viéndonos, dejar a Cristina sola por un momento… todo se olvidó, dejó de existir en ese momento… la calidez de sus labios me hacían sentir segura, como realizada… difícil explicar lo que se vive con la persona que se ama, sólo sé que sentirla así, conmigo, junto a mi y simplemente saber que como antes, ya no existía alguien que cubriera sus pensamientos, donde se veía lejanamente imposible el hecho de que yo estuviera un solo momento en ellos, y tan simple como saber que en este instante estaba solo para mi, todo esto me hacia sentir feliz, ó sólo era ella la única persona capaz de producir todo eso en mi.

Ese beso hizo subirme al cielo, y dejarme allí metida mientras duró, sus labios jugaban a ser tiernos y fingían no querer mas… intentaba alejarse pero al mismo tiempo, prolongarlo por un momento mas.

-AQUÍ ESTAN SUS BEBIDAS! – casi que gritó el joven que nos atendía obligándonos a separar en medio de un impulso, involuntariamente provocado

-¡GRACIAS! – Contestó la niña con la que hace menos de 30 segundos, me había besado de una manera sensacional, del mismo modo - ¡Puede Retirarse!

El hombre, la miró queriendo estrangularla, y ella con una sonrisa a triunfo le respondió su enojo. Cristina le puso su bebida justo antes de que Sami tomara una de las dos cervezas.

-ei, esto es tuyo

-¿hablas enserio? – Se burló – una cerveza no me va a embriagar

-Sami es enserio – le dije – no puedes tomar, sabiendo que te tom

-Ya entendí – me interrumpió – ok, Yo tomo Ginger – fingió sonreír – además, el licor no es lo mío – bebió de su copa

-estás loca Sami jajaja, además el mesero quiere golpearte

-oye si, que grosera – reí

-¬¬ (me miró de esta manera) ok, no peleo mas con el mesero, es mas, le voy a proponer ser mi amigo – y de nuevo su ironía aparecía en un gesto gracioso que hizo reírnos - ¿vale?

-va! – expresó Cristina quien no paraba de sonreír, a lo mejor eso era lo que Sami estaba haciendo, tratando de hacerla olvidar un poco de lo que se nos venia encima, al menos mientras llegaban ellos.

-yo voy al baño – dije levantándome, Sami se hizo hacia a un lado, para cederme el paso

En el recorrido del sitio donde estábamos ubicadas, hasta el baño… por lo menos fui culpable de dos empujones de dos mujeres hacia dos hombres, quienes no respetaron su presencia, olvidando que ellas también tenían ojos y podían darse cuenta de las miradas que posaron sobre mi

Me lavé las manos… retoqué mi cabello… sentía un cosquilleo, me sentía nerviosa… miré mi atuendo por medio del espejo, realmente me había organizado más de lo habitual… pensé en el comportamiento de Sami ¿Quién puede entenderla bien? ¿Lo que pasó con el mesero fueron celos o simplemente quería hacer respetarme?

Pareces una adolescente Camila, ya basta… deja de pensar tonterías<<

Terminé de organizarme y salí… llegué a la mesa, Sami revisaba su celular y Cristina bebía de su cerveza… el mesero volvió, otra ronda mas, la mirada del tipo comenzaba a irritarme ¡¡no hay nada peor que un hombre mirando con morbo y perversión!!

Dejó las cervezas, junto con la bebida de Sami y finalmente una nota, que tomé en su presencia y rompí sin leerla.

Hice que bajara un poco, y poder hablarle

-si quieres conservar tu trabajo, respétame por favor – susurré con seriedad

Inmediatamente, sus ojos se vieron ubicados justo sobre Sami, asintiendo y retirándose

-Lo siento – me excusé con las dos –

El celular sonó, el agente sólo confirmó que ya iban a entrar

Todas tres pendientes, mirando hacia la entrada discretamente, y justo, luego de 5 minutos esperando… primero entró él… sinceramente sólo supe que era él por que Sami cambió de posición y Cristina se puso más alerta. Un hombre alto, acuerpado de tez clara, con poco cabello, chaqueta de color negro con bordes de color azul de cuero. Un pantalón ligeramente desgastado que no le quedaba ancho pero tampoco ajustado, zapatos que no alcancé a observar muy bien, por lo que su caminar era ligero y la luz no ayudaba mucho. Su mano tenía apretada la de Luisa, Cristina comenzaba a insultarlo continuamente, maldiciendo con voz agitada… Sami sólo atinaba a mirarlos y nada más.

Luisa estaba hermosa, realmente hermosa, su cabello hacia darle vida a toda su personalidad

Un mesero llegó con una botella de whisky, Pablo inició con dos copas que pasaron agriamente por su garganta… Luisa sólo se conformaba con actuar naturalmente… el intentaba besarla, ella sólo sonreía evitando ese "pequeño" contacto.

  • ¡Mierda! ese tipo está tomando, el no va a entender nada ¡Carajo! – la tranquilidad de Cristina, y de hecho de todas, comenzaba a perderse, no habíamos contado con que pablo quisiera tomar – maldición! que Luisa se salga ya de aquí, después vemos que hacemos

-ya, cálmate ¿Si? esperemos un momento, o al menos a que Luisa nos de una señal

Sami seguía en silencio, Pablo sacó a bailar a Luisa… su presión continua obligando a su compañera a ceder a lo que él estaba proponiéndole, comenzaba a causar más desesperación… Luisa volvió a sentarse, después de 4 temas seguidos bailando, Pablo la siguió… La novia de Cristina, tomó a su antiguo ex novio de sus manos, acercándose a él, obsequiándole amistosamente un corto y fugaz beso que logró molestar a su actual novia.

-¿y ahora QUE?! NO PUEDO SOPORTAR, ¿También tendré que ver como se van a un motel? nah, no que fuera tonta

Me levanté y conversé un instante con Cristina, entendía perfectamente lo que podía llegar a estar sintiendo, pero era muy claro que si fallábamos, pondríamos en sobre-aviso a Pablo, y no sabíamos que estaba tramando el también.

Cuando volvimos de nuevo, ya Sami no estaba… la busqué con una mirada lenta pero intensa alrededor de toda la discoteca, y mi intento fue fallido. Ahora lo que necesitaba de toda nuestra atención era ver que pasaría.

Luisa logró con ese beso, calmar un poco a Pablo, hacer que el por lo menos accediera a escucharla, pude observar a los dos agentes que estaban pendientes de la situación, actuaban normalmente, como dos clientes mas del lugar.

Así se pasó unos 15 minutos… en los que las cosas parecían haberse calmado, pero no era así, de repente el tipo se levantó cogiendo fuertemente a Luisa de la cintura, pegándola a su cuerpo y obligándola a responder a sus besos. Con su dedo, amenazaba continuamente a su compañera, como indicándole cosas que el le decía. Las cosas comenzaron a tensarse, Sami no aparecía, no contestaba, Cristina cada vez más estaba más desesperada y los agentes sólo miraban detenidamente lo que pasaba. El seguía tomando, cada vez más rápido, cada vez con más cantidad… su mano tocaba descaradamente las piernas de Luisa, y mantenía un contacto muy íntimo entre sus labios y los de Luisa.

No sé en que estaba pensando en ese momento, pero sólo atiné a acercarme a ellos… ya estaba metida en esto, ya tenia que exponerlo todo o todo!

Luisa:

Hablé con él, tratando de mantener la situación en un ambiente tranquilo, pensando tal vez… en que las cosas tendrían que sostenerse así; Calmadamente. Pero el licor que Pablo estaba ingiriendo en su cuerpo no estaba ayudándome en lo absoluto. En sano juicio y con sus 5 sentidos completamente en orden, pude asentar la conversación en el restaurante, desde el mismo momento en que nos vimos… después, obedecí a las instrucciones de los agentes, y a las recomendaciones de Sami. Lo seduje, tratando de que nos fuéramos a la discoteca donde ellas, nos esperaban. Si era lógico pensar, en tomar algo de alcohol, pero no ¡¡whisky!! Y menos de ese modo… se tomaba dos tragos con una cantidad considerable en menos de 5 minutos. ¿Cómo íbamos a tener una conversación normal a ese ritmo? después, como era de esperarse… comenzó con lo que me temía, a pedirme besos, a decirme que me extrañaba, a afirmar que el me perdonaba ¿pueden creerlo? y luego, a decir que se quería acostar conmigo. No se como lo obtuve, pero pude evitar su juego por mas de una hora… ya las cosas se me salían de las manos, ya comenzaba a perder el control, la fuerza con la que estaba cogiéndome, causaba miedo en mi… su paulatino manoseo, me estaba desesperando. Nadie me daba muestras de que seguir haciendo… Pablo ya no quería escucharme, sólo quería actuar… cuando le dije que las cosas no serian así; me amenazó "o son así o te atienes a lo que puede pasar" ¡¡mi hermana estaba sola en casa de Camila!! >>con poncho, pero el está enfermo…:S<< ¿Qué pasaría donde Pablo supiera donde se estaba quedando Maite? ¿Y si el también había planeado algo?

Hasta que sentí la mano de alguien en mi hombro, volteé con miedo y de la manera más fugaz, hasta que vi a Camila. Sin poder entender nada, sólo permití a que ella hablara.

-¿Luisa? wwoh pero que sorpresa - >> ¿Qué estás haciendo? no entiendo nada<< - hace cuanto no te veía amiga ¡¡estas divina!! – y eufóricamente logró levantarme del asiento, y seguidamente, abrazarme

-sígueme el juego y no hagas esos gestos que se va a dar cuenta – susurró muy cerca de mi oído, mientras me abrazaba

-Camila! ->> ¿Qué hago? no soy buena como actriz<< - pero que coincidencia ¿Qué haces aquí?

Pablo nos miraba, pero en especial, no le quitaba su vista a Camila… y en realidad, estaba como nunca la había visto.

-vine con una amiga, pero ella está con su novio – sonrió coquetamente a Pablo, quien entendiendo la mirada seductora de mi "amiga" y se presentó

-hola hermosa – cambió el tono de voz con ella, al que tenia conmigo >>miserable<< - mucho Gusto, pablo

Camila siguió mirándolo de ese modo… estiró su mano y se presentó ante él, claramente, Pablo se sintió mas que emocionado por lo que la invitó a sentarse con nosotros. No sabía muy bien, hasta donde llegaría esto, pero al menos no estaba en tela de juicio el acostarme con él.

-¿quieres tomar una copa?

-dale, sólo una – asintió – y ¿son novios?

Miré a Camila >> ¿por qué preguntas eso?<< -miré a Pablo >>Dios… ayúdame<<

-no – contestó él rápidamente – sólo amigos –

Vaya, los limites de este tipo son repugnantes!<<

-Ummm… - Pablo la invitó a bailar, Camila aceptó aparentemente gustosa, mientras noté la distracción de él, tuve tiempo para examinar un momento la discoteca y mirar donde estaban Cristina y Sami… y las vi, Cris me miraba a mi preguntándome con gestos si estaba bien, Sami hizo lo mismo, para después observar a Camila… mis manos comenzaban a temblar, sentía un miedo intenso recorrer mi cuerpo de manera agitada. Luego de unos minutos, llegaron… ahora el interés de Pablo, no era solamente yo.

-Camila ¿tienes planes para ahora mas tarde?

Ella pensó un momento antes de responderle – emm la verdad, sólo me queda ir a mi depa y acostarme, ya no veo mas por hacer

Algo que siempre admiré de Pablo fue su manera directa de decir las cosas, jamás improvisaba algo, siempre iba a lo que quería.

-¿Qué tal si vamos los tres a un lugar mas… intimo?

Ya estaba lo suficientemente tomado, yo no pude responder nada

-Umm, yo pienso que si! aunque sería mejor ir a mi casa, ¿no les parece?

Ya estaba comprendiendo lo que Camila trataba de hacer, ¿Qué si teníamos prueba de que el me estaba amenazando? si, los agentes me introdujeron un pequeño micrófono en el que pudieron escuchar muy bien, la amenaza de Pablo… pero había algo en contra, él no fue claro con su amenaza "o son así o te atienes a lo que puede pasar" es claro que si el encuentra un buen abogado, puede muy fácilmente salirse de la demanda por que está tomado, y además en ningún momento mencionó a Maite o hacerme algo! lo que necesitábamos eran más pruebas, pruebas para que nadie pudiera salvarlo… y hacer que se pudra en la cárcel por mucho tiempo… o al menos que le quede claro, que si se mete de nuevo conmigo, puede irle peor con la justicia.

-¿Qué piensas Luisa?

Suspiré, era ahora o nunca – está bien, Vamos.

Pagó la cuenta y mientras iba por su auto, pude hablar con Camila

-¿estás loca? donde el se de cuenta ¿Qué pasa Camila?

-¿y entonces que querías? si no llegaba, sabes lo que estaría pasando en este momento

-si, lo se. ¿Y como ir a tu casa? allá están poncho y Maite

-lo se, ya les mandé un texto para que salgan de allá rápido, a Sami también le envié otro para que sepa a donde vamos.

-¡suban! – dijo, acercándose con el auto

Yo, me acomodé adelante con él, y Camila se ubicó atrás.

Jamás en mi vida, había hecho algo tan peligroso, ahora cuando ya estaba consiente de tantas cosas, podía meditar que todo esto, me lo había ganado yo, con mi forma de ser. Fui severamente egoísta en toda mi vida, en donde solo importaba yo, y los míos… siempre que estuve con Pablo, lo hice sentir dueño de mi cuerpo, de mí… porque me gustaba, y sencillamente por que era la pareja perfecta para la niña play de la universidad. ¡Mierda! ¿En donde tenia mi cabeza anteriormente? tuvo que pasar todo esto con Sami para por fin reaccionar y darme cuenta de lo equivocada que estaba. Observo a Camila, fingiendo sonreírle a un hombre que ni siquiera conoce, todo lo está haciendo por ayudarme… y saber todo lo que le dije antes, como me comporté con ella… el remordimiento, la conciencia y la culpa, hacían un viaje repentino a mis reflexiones, en donde siempre, por cualquier lado que mirara la única culpable salía siendo yo.

sólo pensé en ella, en lo preocupada que se veía cuando pude verla… en su apoyo, en su amor… no quería pensar mucho en esto… pero sé muy bien lo que estoy sintiendo por Cristina

Volví al presente, con una sonrisa… Pablo hablaba con Camila de lo que estaba haciendo actualmente… ya casi llegábamos… ¿ahora qué iba a pasar? sólo necesitaba que el fuera mas claro con sus amenazas, o que se culpara solito de lo que había hecho a Maite, o simplemente de lo que pensaba hacer si yo no hacia lo que quería… o que intentara ponerse violento y tratar de hacernos daño por estar con él… Tan solo eso… lo miré, el está joven, demasiado joven… cuenta netamente con 24 años, puede luchar por lo que quiere… y justo se tiene que obsesionar y convertirse en la persona que jamás esperé de él. intenté arreglar las cosas, para que yo no saliera perdiendo, ni el tampoco… se merecía todo lo peor por aprovecharse de mi hermanita, pero también entendía que Camila tenia la razón… una persona así se aleja de lo que está bien y está mal, estaba enfermo, a lo mejor con una mentalidad absurda, la misma que yo tenia con Sami… donde no me importó hacerle daño, aún sabiendo que ella se había arriesgado por mi… eso no me importó, como tampoco jugar con Cristina y acostarme con ella, cuando unas horas antes, lo había hecho con Sami. Por eso no podía juzgarlo, me costó mucho darme cuenta de todo lo que hacia mal, pero caí en cuenta… ahora, él no quiere… y está apunto de joderse su vida

-no sabes cuanto te deseo – su voz logró estremecer mi cuerpo del temor, ya habíamos llegado, Camila hablaba con el portero y Pablo estaba esperando a que yo, saliera del auto

-Pablo, enserio… tan sólo arreglemos las cosas, no tenemos por que hacer esto

-cá-lla-te! ó es esto… ó

-listos – lo interrumpió Camila >>joder! no puedo ser mas de malas<<

Bajé del auto, subimos el ascensor… Pablo sonreía constantemente y Camila aparentaba estar normal.

Entramos, y oré por que ni Poncho ni Maite, estuvieran allí

Al no sentir nada extraño, respiré tranquila.

-acomódense, y bienvenidos – anunció Camila

-no tienes algo para tomar, para entrar mas en calor?

-no – le negó ella – ¿por qué estar ebrios? si así podemos pasarla mucho mejor

Y él se fue junto a ella, la cogió con fuerza de la cintura obligándola a besarlo, ese beso fue asqueroso, el mismo que me había dado a mí, hace sólo unos minutos… podía ver como su lengua trataba de entrar en la boca de Camila, pero está no se lo permitía

-mmmh las cosas comienzan a tensarse, eh? – tomó como excusa está frase para separarse de él

Su mirada expresaba lujuria, morbo y deseo

-vamos a la cama – exigió

-espera… ¿por qué tan rápido? –

-ustedes están jugando conmigo o ¿qué diablos pasa? –

se dio cuenta<< - me provocan, me seducen y a la hora de la acción no hacen nada, no, no, no, a lo que vinimos!

Tragué saliva sintiéndome verdaderamente nerviosa… Camila se tornó seria, el volvió a cogerla y descaradamente, palpó su cadera de un modo grosero… fuimos a la habitación… mi corazón comenzaba a latir mas rápido

-el hombre soy yo! y te voy a enseñar a ti Luisa, que conmigo es con quien tienes placer, no con esas

-shh, No dañemos la noche

-yo pongo las reglas, ustedes dos no se tocan… - con su mano, cogió mi rostro con fuerza – a ti nadie te toca, nadie excepto yo! – y me tiró a la cama, se quitó su chaqueta y

-ven – llamó a Camila quien comenzaba a demostrar nerviosismo, la tomó del cabello, obligándola a bajar, quedando de rodillas ante él

-Pablo ¿Qué haces? – me alarmé

-MIERDA! QUE TE CALLES! YO PONGO LAS REGLAS Y HACEN LO QUE YO, ORDENE! –

Camila con miedo, sin saber como actuar, lo miró a él

-quítame el pantalón – ordenó mientras con su mano, me llamaba a mi

Me acerqué… también me cogió del cabello… dirigió mi mano a su abdomen, subiéndola por su pecho… Camila ya había desabrochado su botón y había bajado la cremallera

El se ayudó a quitar su pantalón, no sin antes sus zapatos, quedando en un bóxer de color blanco, cerré mis ojos… pensé en Maite… todo por ella

-Tócalo! – dijo mordiendo su labio, hablándole a Camila señalándole su miembro

De la manera más astuta, Camila se levantó, estaba en su sostén por que Pablo ya le había quitado su blusa… Primero me besó a mí… Luego a ella… la tiró a la cama, deshaciéndose con afán de su pantalón, dejándola simplemente en su ropa interior… a mí, también me acomodó junto a Camila, se ubicó sobre mí, con la intención de tocar mis senos

no puedo, no puedo, no puedo<<

Del mismo modo, me quitó el jean… y como si necesitara descargar toda su excitación, me tomó a la fuerza

-Pablo, no… No, así no!

-te callas! – me cogió de los brazos, volteándome, ubicándome en cuatro

Maldición! y ahora ¿Quiere esto?<<

Camila trató de distraerlo, tan sólo esperábamos alguna señal de la policía o de Sami y Cristina, pero nada… la cogió del rostro, pegándole en la cara

-Perra! y llevó su mano justo en dirección a su vientre

Ella se alejó rápidamente, y el alcanzó a cogerla con fuerza, tomé impulso para distanciarlo de nosotras, pero también me golpeó

-noo! noo, asi no Pablo ¡estás locooooooooooo!

-¿qué? ¡Cállate Luisa! que vos sos la puta mayor! anda, esto te gusta – y me obligó a chocar contra la pared, ahí me di cuenta que el micrófono no lo tenía, se me había perdido… se ubicó tras de mi, dejándome prácticamente que desnuda, rogué por qué no se me hubiera caído, y él lo cogió – con que era esto?! eh? DESGRACIADA! TE DIJE QUE SIN NADA RARO LUISA! – desde ese momento, se convirtió en un hombre que jamás había visto

Comencé a llorar, sin saber que hacer… sentí sus dientes justo en mi hombro

-aaahhtrrrr ¡¡Maldito!! Estás enfermo – le grité alejándolo de mi, Camila estaba con un florero dispuesta a golpearlo y el solamente, corrió a su chaqueta sacando un estuche con una serie de navajas… sacó la mas grande, cuyo filo estaba sujetado a una hendidura realmente amenazante.

-¿vos me crees a mi un estúpido? ¡¿Pensaste que no me iba a dar cuenta?! Decime que es esto???! – y sacó el pequeño micrófono que tenia sujeto a mi oído – yo te juro que de esta no te salva nadie, y te voy a dar con lo que mas te duele!

Ya no podíamos hacer nada, pablo estaba tomado y su continuo movimiento con ese artefacto nos obligaba a permanecer quietas… volvió a componerse su pantalón

La puerta comenzó a sonar… luego, sentimos como la abrían con fuerza, me quedé paralizada, todo esto traumatizaba mi razón, sin permitirme actuar

Pablo corrió al lado de nosotras, empujó a Camila hacia adelante y a mí, me atrapó entre sus brazos

Por la puerta de la habitación la primera persona que se vio, fue Cristina… él se agachó tomando un zapato, y tirándoselo justo en el rostro, lo cual causó que ella cayera al suelo

Mis llantos hacían más drama, Camila estaba paralizada, Pablo estaba temblando y su navaja alcanzaba a rozar mi cuello.

Entraron los agentes con dos revólveres en sus manos, gritando un "suéltala ya mismo" pero el no hizo caso, y finalmente, entró Sami… quien logró desestabilizar a Pablo por completo

-A vos te estaba esperando ¡Pendeja! – gritó – llega alguien a moverse y le doy - enterró su "Arma" un poco mas en mi cuello

Cristina se levantó con un gran morado en su rostro, igual de desesperada que todos, en ese momento volvió abrirse la puerta, con dos sujetos que jamás había visto en mi vida, en sus manos llevaban accesorios de hierro, logrando distraer la atención de los agentes… todo se convirtió en un verdadero caos, Pablo me empujó con fuerza, haciéndome golpear contra la madera de la cama y así cayendo al suelo. cuando volví a mirarlo, intentaba con fuerza herir a Sami… ya no sabía qué hacer, Sami se defendió como pudo, tirando la navaja de Pablo, pero él comenzó a golpearla… se escuchó un disparo! uno de los agentes había herido a uno de los sujetos que entró… el otro, logró esposar a el compañero del herido. el agente apuntó a Pablo, pero él alcanzó a tomar de su estuche, otra mas… con lo que de nuevo cogió a Sami… a ella la rayó en el rostro, demostrándole a los agentes que hablaba enserio… la puerta se abrió y se alcanzó a escuchar una patrulla

-Yo me jodo pero vos quedas peor que yo! Me jodiste la vida y ahora te la jodo yo! – fue lo ultimo que escuché que el le dijo antes de que la policía actuara

Tomó un gran impulso para herir a Sami y clavar su navaja en el tronco de ella, una inesperada reacción de Camila, logró empujar a Sami haciéndola caer al piso, pero el no se dio por vencido, causándole el daño a ella. el filo del arma entró ligeramente en el costado izquierdo del estomago de Camila… ver la sangre derramada de su cuerpo, la reacción de Sami, al tomarla antes de que ella cayera al suelo, el estado de shock de Pablo al observar lo que había hecho, el correr de Cristina a donde estaba Camila, el policía cogiendo a Pablo con fuerza, y tratándolo con violencia, los agentes con sus rostros expresando una derrota y la culpabilidad de que todo había sido por mi responsabilidad, me afectó considerablemente… tan sólo vi que todo me dio vueltas y sentí un fuerte golpe de mi cabeza al caer al suelo.

Cristina:

-¿un café?

-Si – me reacomodé en el asiento – que esté bien cargado por favor

-Ok, Ya regreso – susurró el padre de Sami dando la vuelta

Alrededor mío estaban muchas personas, quizás 15 o 20… familiares de Camila en especial, la que parecía ser su madre no se cansaba de llorar, sus ojeras cada vez se hacían mas notorias y mas grandes. Su voz estaba cansada de llorar y preguntarse ella misma por que le pasaba eso a su hija. Con ella estaba el que supuse era su esposo y otras personas mas. Luisa aún no salía de revisión, había sufrido un desmayo y cuando se despertó, estaba muy alterada. Maite seguía durmiendo, en un pequeño sofá que estaba a mi lado. A mi izquierda estaba Marcela, la mamá de Sami y otra mujer que no sabia quien era.

Sami aún no llegaba… eso me tenia preocupada, después de que se llevaron a Camila en la ambulancia, ella se fue con Cesar ¿A dónde?... realmente increíble todo lo que pasó esta noche. Las cosas se salieron por completo de nuestras manos, cuando por fin los seguíamos directo al apartamento de Camila, dos carros mas, nos detuvieron… fingiendo una situación alarmante, después nos dimos cuenta que eran amigos de Pablo… el tipo también estaba preparado para cualquier acto, los agentes pidieron refuerzos y se apuraron para llegar a tiempo, al parecer Pablo intentaba hacerles daño y el micrófono ya no funcionaba.

Cuando llegamos, había 2 muchachos que se encargaron de golpearlos, al momento de entrar en confrontación, huyeron. Y no había tiempo para seguirlos, me adelanté pidiéndole al portero que me ayudara abrir el apartamento. Al final, logramos despojar la puerta de su lugar y entrar apresuradamente… lo recuerdo y todavía me duele, Pablo me lanzó uno de sus zapatos en todo el rostro… woowh! eso dolió mucho. Ahora Camila está mal… la herida alcanzó a tocar parte interna de su sistema y ahora sólo queda esperar. También hay que pensar si la navaja estaba infectada, si es así, las cosas pueden complicarse más.

Sólo quedaba esperar.



-Nah, yo me pienso quedar hasta saber que va a pasar con ella, además Sami no aparece

-Luisa por favor, ¿no escuchaste lo que dijo el doctor? hasta mañana no se sabrá algo porque Camila está dormida. Ven amor, vamos a casa, tú estás débil y debes descansar

-si – me apoyó Maite – vamos Luisa, mañana volvemos.

Finalmente pudimos hacer que se dejara llevar a la casa, sentía un remordimiento entendible pero sin causa, no debía culparse por lo que le sucedió a Camila, el único culpable de todo es ese tipo. Poncho nos llevó a mi casa en mi carro, ya que yo también me sentía algo indispuesta por el "zapatazo" que me metió Pablo. El camino fue silencioso, el hecho de que Camila estuviera allí tan gravemente herida nos había dejado estáticos, nunca le debió pasar eso a ella, no cuando se enfrentó por ayudar, y luego se arriesgó por salvar a Sami. Intenté llamar de nuevo a su celular, no contestó, con esta ya serian 24 llamadas que le había hecho y no aparecía, su amigo Cesar tampoco se reportaba.

Inmediatamente que metí de nuevo el celular en el bolso, sonó. Miré la pantalla, era un número desconocido.

-¿Hola?

-¿Cristina?

-Si, ¿Quién habla?

-Soy Marcela, ¿Cómo estás?

-bien, preocupada por Sami ¿Sabes dónde se encuentra?

-si, acabé de hablar con ella, Cesar ya la trae para mi casa

Suspiré – pero ¿está bien? ¿Puedo ir a tu casa a verla?

-mira como la escuché. Creo que le asentará bien dormir un poco, dependiendo de cómo la encuentre, yo te estoy avisando, supuse que estaban preocupadas por ella y por eso te avisé a ti. Yo llevo a Sami al hospital ¿de acuerdo?

-Si, Si, oye Marcela, cuídala; no debe de sentirse muy bien.

-Claro, te dejo ¡Cuídate!

-Ok, gracias, adiós

-chao

Guardé el celular, miré a mi novia a los ojos, estaban cansados de llorar, su rostro manejaba un aspecto triste y pálido, sus labios característicamente se encontraban resecos, su cabello parecía no haberse arreglado por lo menos en 5 días, sus prendas estaban maltratadas y sucias. No parecía la Luisa de siempre, esa niña rubia que cuida su apariencia como una de las cosas mas sagradas en su vida

-¿Sami está bien? – preguntó ella, sin alejar su vista de mis ojos

-eso creo, por lo menos ya sabemos que apareció – miré que ya estábamos tan sólo a una cuadra de distancia para llegar – Poncho, voltea a la derecha por favor

-Va, sanas y salvas – bromeó él, se me hizo lindo que en esta situación tan lamentable para el, su familia y obviamente su hermana, no perdiera su esencia – cuídense niñas

-je! ¿Eso quiere decir que te vas con mi carro? – dije bromeando

-pues, yo te envío el de Luisa ¿si? – sonrió apenado – no mentiras, lo siento, es que fue la costumbre, no lo recordaba

-jaja fue broma, dale… yo tomo un taxi para irme ahora

-no, yo te envió este apenas llegue al hospital de nuevo

-Ok, Gracias por traernos

-nah, no hay de que. Hablamos más tarde

-chao Poncho

Luisa ya había entrado al edificio, di un largo suspiro… ¿Cuándo iban a mejorar las cosas?

Sami:

-¿Señorita usted que está haciendo aquí?

-déjeme hablar con él. Sólo un momento oficial

-imposible, hay que organizar el papeleo, además no es permitido, mejor váyase, no tiene buena apariencia

-por favor, sólo un momento – le hablé con sinceridad, necesitaba ver a Pablo, tan sólo un minuto – prometo que no tardaré mas de 2 minutos

Me miró pensativo, mi cara de victima y de suplica, debió causarle algo de lastima y compasión, aceptó no muy seguro y me llevó a un cuarto donde estaba Pablo. Cuando entré hacia frio, el aire acondicionador estaba a mil, él estaba asentado en un sillón de madera, con su cabeza mirando al suelo.

-de nuevo yo – dije, logrando sorprenderlo y levantarse asustado

-vete Samantha – se alejó lo mas que pudo de mi

-si, tranquilo. Sólo vengo a decirte una cosita

Su mirada estaba envuelta en lágrimas, su cuerpo temblaba, y yo me estaba muriendo sin saber de Camila, pero primero debía hacer esto.

-esa mujer a la que heriste, fue la única que me ayudó a salir de toda la mierda en la que estaba metida – mi tono de voz subió sin yo desearlo, mi propósito no era pelear, tan solo quería desahogarme justo con él – y ¿sabes por qué estaba metida en todo eso? ¡por tu culpa! jamás te hice nada, en cambio tú impulsaste esa maldita apuesta que acabó conmigo y con todo lo lindo que llegué a sentir por Luisa – sin pensarlo, y con todo el arrepentimiento total, lloré – porque yo me enamoré como nunca lo hice antes. Resulta que porque sos un maldito machista que a propósito termina siendo un homofóbico irrespetuoso ¿Debo pagar yo y la gente que me rodea?

-Callateeeee – gritó llorando

-¿Qué me calle? no, quiero decirlo ¡¡quiero golpearte hasta que no puedas mover un maldito musculo de tu cuerpo!! pero no lo voy hacer por que no quiero ser igual que tú. – mi voz indiscutiblemente comenzaba a quebrantarse, mis lagrimas mojaban parte de mi camisa y mis manos sólo atinaban a tratar de secarme – jodiste a su hermanita ¿Qué culpa tiene una niña de 14 años de que una mujer no te quiera por que prefiere estar con otra? mierda ¿Cómo podes llegar a ser tan ignorante? pff y ahora ténes el descaro de decirme ¿Qué yo te jodí? ¡carajo! ¿Sabes qué? cuando venia para acá pensaba decirte que te deseaba lo peor, pero solo basta verte para saber que ni eso te deseo.

Sus ojos me miraban de una manera diferente, su hombría trataba torpemente por no demostrar debilidad, pero no se puede ocultar lo que se siente, cuando han tocado en lo más profundo de tu rudeza.

-cuando llegué a su casa, ella estaba casi desnuda. Colmada de un temor que no pensé que existía en su ser… ahora sólo te digo esto… ruégale a Dios por qué a esa mujer que ahora debe estar en un hospital herida por lo que le hiciste, no le pase nada malo… porque donde no sea así – me acerqué a él con tanta rabia que no cabía en mi, imaginarme a Camila en una camilla luchando por su vida, me estaba destrozando – no me alcanzaran los días, para hacerte pagar lo que hiciste.

Estando a tan escasos centímetros de su rostro, donde esperé que me empujara, que me golpeara o que me insultara, pero no lo hizo. Le di dos palmaditas en su mejilla izquierda, inyectando con mi mirada todo lo que estaba sintiendo.

-estuve 2 veces muy cerca de la muerte en muy poco tiempo, pero porque yo lo busqué. Porque mi inmadurez, me llevó a eso, por ser cobarde y pensar que era una solución… por ¡estúpida! pero …ahora está ella que no merecía eso, y prefirió hundirse antes que yo, por eso sólo espero que no le pase nada Pablo… por tu bien!

Me di la vuelta destruida, necesitaba verla, saber como estaba, hablarle

Antes de salir me di la vuelta, su cuerpo se refugiaba en un pequeño rincón en toda la esquina de esta habitación, con sus piernas encogidas y en fuertes llantos, parecía un niño indefenso.

-ah, y no se te olvide que si algún día llegas a tener hijos, ojala las cosas no se te devuelvan, y terminen resultando como esta niña que quisiste matar hoy, ¿Sabías que la lengua castiga?...

Y salí.

-6 minutos 24 segundos – manifestó el oficial mirándome amablemente

-Lo siento – le dije, buscando a Cesar con mi mirada

-Vaya descanse señorita, no se nota bien. Debe dormir

-si, gracias.



-Mierddddddd…. – me levanté asustada >>¿Qué estoy haciendo aquí? Camila, Camila, Camila<<

-eei, stop, tranquila, detente, cálmate ¿quieres?

-¿Qué hago aquí? ¿y Camila? ¿Cómo me quedé dormida, Cesar?

-ey, muñeca mírame – tomó mi rostro y luego me abrazó – todo va a estar bien, sólo necesitabas descansar, llegaste muy mal Sami, ve y dúchate y vamos al hospital

Traté de separarme de él, pero no pude… estaba sensible, quería despertar y creer que nada había pasado… sentía miedo… no merezco a Camila ¿Cómo pudo hacer eso? temía llegar al hospital y que me dijeran algo que no quería escuchar, por primera vez, podía comprender a mi madre, en todo lo que me decía siempre que me despertaba después de una recaída, su angustia y su continuo llanto al verme. ¡¡Que egoísta he sido!!

-sshh ¿Quieres llorar? – susurró tiernamente, observé sus gestos, de pronto apareció Marcela con una bandeja de comida

-neeh – traté de sonreír, agradecida con ambos… siempre, así no los metiera en mis asuntos, ahí estaban – sólo quiero irme ya al hospital

-Primero cómete esto, segundo te bañas, tercero salimos – asentí, ni modo de llevarle la contraria a mi segunda mamá – tus padres llamaron, están allá.

-Bien – suspiré – todo va a estar bien ¿Cierto?

-Sami… sos fuerte, demóstralo hermosa

-no lo soy – me encogí de hombros – no le puede pasar nada malo

-todo va a estar bien, un puñal no puede ser tan grave

-Marce, tú no la viste caer así, sus ojitos perdidos, y sangre por todo lado, de repente perdió conocimiento y no respondió mas – lloré de nuevo, con sólo recordarlo volvía a sentir como si estuviera pasando en este momento

-Ya… come y cámbiate, en el cuarto ahí ropa

Comí rápidamente, apenas podían pasarme los alimentos por mi garganta… me duché, no dejaba de pensar en ella…

Necesito que estés bien<< y al final, pudimos salir de la casa de Marcela.

Llegar al hospital no fue complicado, no quedaba muy lejos y el tráfico no estaba muy pesado, entré casi que corriendo… sentía mi cuerpo agotado, sin querer dar más. Después de preguntar en recepción en donde estaba Camila, subimos al piso sexto y en la sala de espera… había unas 13 personas, pude reconocer a mis padres. Los saludé, mi mamá, no tenia buena cara y mi papá sonreía tristemente.

-Sami! – sentí la voz de Poncho – me tenias preocupado

Corrí a él, sentía que merecía pedirle disculpas, por mi culpa su hermana estaba en esa situación… - ¡Lo Siento Poncho!

Sus manos abrazaron mis brazos y mi espalda… nos separamos y me tomó de su mano

-mamá – se refirió a una señora que aparentaba tener mucha clase, secándose sus lágrimas con un Pañuelo de seda – ella es Sami, es una amiga muy especial de Camila

La señora se levantó, su sonrisa me pareció amable pero su figura estaba agotadamente triste. – Soy Diana, un gusto Sami.

-siento mucho esto señora – expreso honestamente – Camila tiene que ser fuerte

La señora lloró aún mas >>Vaya ¿tienes don para causar llantos o que?<< - Poncho la abrazó y yo opté por retirarme

-¿Qué han dicho de Camila?

-aún no se sabe nada Sami, el doctor dijo que había que esperar a que despertara, pero está tardando mucho..

Me senté a un lado de mi papá, miré algunas de las personas que acompañaban a la madre de Camila… después de un momento, llegaron Luisa y Cristina, acompañadas por Maite.

Maite llegó corriendo a mis brazos, se sentó en mis piernas y me dio un fuerte abrazo… Luego, fue a donde Poncho… me levanté, Cristina hizo lo mismo, refugiándome en sus brazos por un largo momento. Después, vi a Luisa, dolía verla… parecía con una enfermedad terminal… la abrasé y vi por medio de sus hombros, como aparecía por el ascensor Sergio.

-Vos que haces aquí! – reclamó Poncho – ándate de acá, no sos bienvenido! – y se fue hacia él

Entre mi padre, otro señor que acompañaba a la madre de Camila y cesar, lo detuvieron, una pequeña discusión entre ellos, que al final quedó sanada cuando determinaron que lo mejor, era que el recién llegado, se fuera.

Después de esperar una hora más, por fin salió una enfermera

-¿Quién es Samantha Díaz?

-YO – dije de inmediato, eso me puso feliz. Primera persona que nombró

-Camila se encuentra en revisión, todavía no recibirá visitas porque aun se encuentra muy lastimada. Usted señorita – se refirió a mi – puede estar aquí a las 9 de la mañana?

-claro que si ¿me dejaran verla?

-si todo sale como se espera, es lo mas posible – sonrió tratando de darnos animo – por lo que es inútil que se queden otra noche, es mejor que descansen y mañana regresen.

-Gracias

Salimos del hospital, al menos había reaccionado y me había nombrado, mañana estaría aquí puntual para verla. Muchos de los familiares de Camila se fueron. Tan solo quedaron netamente 2 personas más, allá de la mamá y el hermano. Por presentación de poncho, un muchacho que ya se veía muy acuerpado para la corta edad que demostraba su rostro, era un amigo de ella, y la otra mujer que la acompañaba era una amiga también. Ellos se fueron para su apartamento. Dejé que mis padres se adelantaran y fui a casa de Cristina con ellas tres.

(Ya en su casa)

-no es por ser cruel – comentó Cristina mientras nos pasaba refrescos – pero ustedes dos, parecen muertos vivientes

Le sonreí con gracias pero irónicamente – tan linda tú!

-¿cierto que si? – se acomodó al lado de Luisa – tómate eso, y te acuestas a descansar – me miró a mi - ¿Sami, te preparo cama a ti?

-no, yo ya enseguida me voy. No quería llegar a casa todavía, al menos debo suponer que mis padres ya están acostados y no me van a preguntar que fue lo que pasó.

-oye a propósito, hoy me llamaron de la universidad a decir que tenía que retomar clases desde mañana, sino lo hacia, me daban por perdido el semestre, y como la que me avisó fue Carolina, mandó decirte que iba lo mismo para ti.

-si, yo mañana voy en la tarde. ¿Y Luisa?

-ella tiene permiso

-ok. –Luisa no digitaba ninguna palabra, su mirada se perdía con el paso de sus pensamientos. Después, de un momento, Cristina se retiró por lo que mañana le tocaba madrugar casi a las 4 am.

-oye, no quiero verte así – le dije tratando de animarla – esto no fue tu culpa, sabemos que Pablo no estaba en sus 5 sentidos

-Sam, todo ha sido por mi culpa – bajó su rostro y yo me acerqué a ella – primero lo tuyo, luego el accidente por la misma cosa, y ya ¿esto? parece que soy un imán de la mala suerte para ti y los tuyos

Vi su rostro tan débil, tan escaso de fuerza, tan sumamente triste que sólo provocaba abrazarla hasta que su apariencia mejorara. – no digas eso. ¿Sabes algo? me siento orgullosa de ti, has cambiado mucho en este tiempo y eso no lo imaginé. Camila tiene que estar bien.

-¿me perdonas? – susurró con su voz quebrantada, para después abrazarme sorpresivamente; refugiándose en mis brazos – perdóname por todo el daño que te he hecho.

Acaricié su cabello, y luego la alejé un poco, para hacerlo con su rostro – lo pasado, es pasado. Y te perdoné hace rato ¿no lo recuerdas? – sonreí – ya no te pongas mas así hermosa, que no sabes como me afecta verte así.

-ta bien – se resignó

-ve y descansa – cogí mi mochila y le di un fuerte beso en su frente. Salí de esa casa, pedí un taxi y me dirigí a la mía, tenía muchas cosas en que pensar.

A la mañana siguiente llegué media hora antes, de la manera mas correcta, me permitieron verla, no sin antes cubrirme con una bata y un cubrebocas. Fui la primera persona que la vio. Estaba dormida, todos esos aparatos me sofocaban, me acerqué a ella y con mucha sutilidad acaricié parte de su rostro mientras le vi el resto del cuerpo. Estaba muy débil… me destrozó verla así… no le hablé, tan sólo la observé y consentí… la misma enfermera entró casi que a los 7 minutos a decirme que ya era justo. Paulatinamente, entraron sus amigos, su familia, y los demás. Llegaron a pasar cerca de 3 días en los que Camila ni siquiera abría sus ojos. Nada me estaba funcionando, y mientras más tiempo pasaba, más me desesperaba. La primera noche se quedaron con ella, hoy me tocaba a mi… trasnoché con sólo verla, pidiéndole que fuera mas fuerte… ahora si alcanzaba a valorar lo que era ella para mi, lo que significaba en mi vida… pero el cansancio, el llanto, la tristeza y el capricho de mi cuerpo por pedirme un descanso, me obligó a quedarme dormida en ese sofá. Mis esperanzas se agotaban, el doctor decía que si nada cambiaba en 10 horas, tendrían que hacerle una cirugía que tendría sus pro y sus contras. Por lo que me dijo Cristina, no era muy seguro eso, pero si se tenia que hacer, si Camila no despertaba.

se que puedes lograrlo, se que eres fuerte bonita, lo se… lo se… vamos, despierta y mírame, dime que estás bien… ¡¡vamos Cami!! despierta hermosa, hazlo por mi… por las dos<<



Ese aparato que informa como va su estado, me despertó… el sonido aumentó con mas continuidad, su cuerpo inició un movimiento alarmante en el que su pecho y su abdomen subían y bajaban chocando con su ritmo normal, los doctores entraron corriendo, comenzaron a ponerle mas aparatos… ese sonido no se detenía, cada vez sonaba mas y mas y mas, la miré… no encontraba sus ojos, su cuerpo estaba despidiéndose… grité, mi desesperación había aparecido con mayor fuerza, me acerqué a ella y dos de los doctores me sacaron a la fuerza. afuera estaban todos, no podía contener mis lagrimas, la misma sensación que sentí el día cuando me quedé a dormir en su casa, en la misma noche cuando conocí a Poncho, cuando sentí un frio interno y una voz que me decía que las cosas no iban a estar bien… no, no, no.. Por favor, ella no

¿Qué hago si le pasa algo? no alcancé a decirle cuanto la quiero, no alcancé a que escuchara una palabra de amor de mi boca… mierda! Camila no me hagas esto<<

Fue Luisa la primera persona a la que abrasé, desde aquí se veían a los doctores angustiados, donde cada segundo las posibilidades de que sus rostros dieran una buena noticia, disminuían… caí al suelo

¡¡Yo estuve a punto de morir por que lo merecía y no me pasó nada!! ¡¡Y ella no se lo merece y está punto de irse!! ¡¡No!! ¡¡No!! No!!

Todo fue un caos, no podía calmarme, el miedo me invadió por completo, tan solo vi a un doctor mayor salir de la sala. El resto, estaban mirando a Camila, pero ya no hacían nada. Nos miró fijamente, y bajó su rostro… y tan sólo esas dos palabras, destruyeron mi vida por completo.

-Lo siento!

Cerré mis ojos, mi espíritu estaba derrotado, y mi cuerpo no quería reaccionar… Camila había muerto… :’(

mi final<<