Estando con casanova (capítulo 4)
Que bien se siente perder la virginidad con un mangaso... y que mejor que sea alguien sin compromizo que no se clave
Cuarto capítulo
Una noche antes de regresar a los ensayos recibí una llamada de Alejandro, no quise contestar, sentía que si presionaba ese botoncito verde le diría hasta de qué se iba a morir así que lo dejé pasar, y me preparé mentalmente para el día siguiente, ensayamos y no me dirigí a él de forma especial, pretendí como que nada había pasado, lo que no permitió que la gente hablara, sabía que eso era su plan, solamente dar de que hablar a la gente, le gustaba que la gente se llenara la boca hablando de su hombría así que no le di el gusto, y él no se veía contento, todos se preguntaban por qué estaba Alejandro de tan mal humor, pero nadie descifró la respuesta. Pasó el ensayo y se llegó el día del ensayo previo al estreno, era el ensayo general, fue tan difícil fingirme amante de un hombre al que había aprendido a aborrecer pero salía todo bien, producción estaba encantada conmigo, uno de ellos se acercó y me dijo:
_ es muy difícil encontrar actrices jóvenes que hagan lo que tú, llegaste caída del cielo…
_ muchas gracias señor, espero dar el 150% en el estreno…
_ ya lo creo, no lo dudo, después de las ovaciones me gustaría hablar de negociaos contigo, ¿se puede?
_ Claro, estaré supongo que en mi camerino, o prefiere hablar en barandillas…
_ espero te sientes con migo y unos amigos en nuestra mesa unos minutos durante la cena…
En eso quedamos, y yo recordé que no había agua en mi casa, fue un balde de agua fría, mentí con el director que quería quedarme a dar una reflexión antes del gran día y esperé a que todos salieran para escabullirme a los baños de la regadera para echarme un duchazo antes de irme, cuando me salí de la ducha enrollada en una toalla escuché pasos, se acercaban hacia mí tan indiferentemente que pensé que tal vez era el intendente así que tomé mi ropa que me metí a una regadera para correr la puerta y cambiarme a gusto pero me equivoqué…
_ ¿otra vez no hay agua en tu departamento?...- dijo un sarcástica voz, era la de Alejandro…
_ Y tú como siempre de sucio, espiando a las chicas mientras se cambian la ropa…
_ es uno de mis pasatiempos…_ otra vez su maldito sarcasmo.
_ no me extraña que sea uno de tantos de esa clase…
_ ¿y el tuyo es embaucar solteros?...
Estaba a punto de correr hacia él y abofetearle pero reprimí mis sentimientos (mis intolerantes padres me habían hecho experta en eso) para decirle…
_ sí, claro, por eso me fui a meter a la cama der más influyente de la producción, el más interesante, bueno, no sin antes asegurarme de que fuera el más imbécil para que no me fuera tan difícil de llevar a la cama…- desbordé el ironía valiéndome de mis dotes de actriz y él lo notó…
Tal vez no se topaba con ese tipo de reacciones a menudo por que se irritó y prefirió salir, lo cual me decepcionó definitivamente se molestó y yo lo miré con risa burlona y cerré la puertecilla para cambiarme. Salí rápido, y noté que seguía allí, traté de pasar sin verlo pero me tomó por el brazo con fuerza y me dijo casi susurrando en mi oído…
_ Si que eres buena actriz, mira que perder tu virginidad y fingir que no te interesa…
_ ¿de qué me hablas?... quizá fingí, pero da igual no? Para ti no cambiará nada, no quiero nada de ti, ni te comprometí ¿Por qué no te dejas de estupideces? Por favor, eres más dramático que Otelo...
Me soltó a fuerza, y seguí mi camino para decirle ya lejos
_ no querías que fuera tú zorra personal ¿o sí?... Abre los ojos, no eres más que el gigoló gratuito de las chicas del elenco…
Ya me había contado mi abuela (una persona bastante franca), que los hombres veían dos piernas y en seguida se lanzaban entre ellas, y creo que esas palabras resonantes en mi mente eran las que me habían hecho decir esas cosas que después tuve que ponerme a pensar si en verdad las sentía, en definitiva me había cobrado la reacción tan humillante de el otro día, pero, por alguna razón aparentemente desconocida para mí, tuve que pensar en las razones que tuvo él para decirme esas cosas tan horribles, y caí en la cuenta, a la vez me hizo sentir extraña, pensó que yo lo veía como algo más esa noche, tal vez la resolución sobre él estaba condicionada por mi fiesta de despedida con Francisco y por las detestables palabras de Alejandro, pero había sido placer para mí, fue lo que me hizo enojar, que me viera de la misma manera que me veían mis padres, una niña sentimental e inocente (por no decir que tonta)…pensaba en eso mientras caminaba por el largo pasillo hacia la salida, luego por la calle hasta la esquina, donde me detuvo el auto de Alejandro que se me cerró, me dijo “sube”… no quería subir en su auto, pero menos quería armar una escenita en la calle, no si no había quien me pagara por eso, así que subí y arrancó el paso del coche era bastante rápido y un poco brusco no dije una sola palabra la verdad no encontraba que decir, de mi parte estaba dicho todo, al menos las partes que yo quería que supiera, salimos de la ciudad por la salida a Toluca y llegamos a una zona verde con muchos árboles y lago afectada por una blanca neblina, salió de la carretera por un camino de terracería hasta llegar a un claro donde se detuvo y alcancé a ver una cabaña a unos metros… “este wey nunca se cansa” pensé mientras abría mi puerta para bajar…
_ quiero que hablemos…- dijo mientras buscaba en su chaqueta las llaves para abrir la casa…
No tenía caso que me hiciera la enojada y dijera que me iba sola, era imposible, estaba en no sé donde por la salida a Guadalajara ¿Cómo podía irme de allí?... después de que abrió la casa encendió las luces y una chimenea artificial…
_ no pensé que un actor ganara tanto…bueno, un actor de nuestra categoría no gana mal, pero dudo que alcance para estos lujos…- dije tratando de desviar la tensión y dejar de lado los problemas tontos…
Esa noche era muy fría había neblina que se notaba desde adentro de la casa, la sala tenía un muro de cristal a modo de ventanal que brindaba una vista preciosa cuando no estaba obscuro, al menos eso dijo Alejandro, mientras encendía la cafetera y le llenaba el tanque de agua.
_ nos quedaremos aquí dos días, el director me prestó esta cabaña, dijo que teníamos que afinar nuestros personajes… - obvio eso era mentira
De pronto parado en frente de mí jaló el frágil botón entre mis pechos, después el otro, yo me volví de espaldas a él diciendo, “¿Qué te pasa?”… traté de abrocharme de nuevo pero fue inútil, él metió sus manos desde mi cadera luego al cintura hasta llegar a ellos por debajo del suéter, mientras besaba mi cuello, luego se acercó a mi oído y susurro despacio, “eres un misterio, siento que puedo llegara a amarte…”comencé a sentir que lago se levantaba debajo de su bóxer y comenzó a empujarme hasta la cama, yo subí mis rodillas, no quise acostarme quedamos los dos hincados en el colchón de la cama, así fue como empezó a recorrer mi cuerpo por debajo de la ropa, tasta que llegó al límite del pantalón desabotonó, y bajó el cierre, entonces metió su mano por debajo de mi braga, entonces llegó a mi clítoris ya un poco inflamado, estaba predispuesta a recibir sus dedos, en cuanto el primero entró lancé un gemido, me hiso sentir aún más excitada, siguió metiendo y sacando sus dedos jugueteando dentro de mí, mientras con la otra mano oprimía mis senos, sacó sus dedos mojados de mi pantalón y los llevó a mi boca, yo bebí de ellos y dejé que me quitara la ropa, dejé que me guiara, de rodillas casi encima de mí, yo me sostuve con la cabecera de la cama y me penetró suavemente, siempre comenzaba despacio, despacio, como sintiendo cada movimiento al entrar y salir de su pene en mí, comenzaba a acelerarse su respiración y yo, solté más gemidos pidiéndole más, entonces el ritmo comenzó a ir cada vez más rápido hasta que yo estaba gritando, de placer y dolor, agarrando con fuerza la cabecera, después detuvo sus movimientos, sacó su verga pero aún no había perdido la erección, yo me voltee y el comenzó a succionarme los senos mientras desde mi nalga llegaba hasta mi vulva y la acariciaba con sus dos manos luego me tomó por la cintura, el se hiso un poco hacia atrás para herectar su pene un poco más y me hiso sentarme encima yo sentía como entraba de nuevo en mí, trataba de bajar despacio sintiendo cada recorrido de él en mí ¡era la gloria!, cuidadosamente Bajaba hasta que sentí en mis nalgas sus piernas, allí la locura se apoderó de mí, comencé a moverme, no sé si involuntariamente, solo sabía que cada vez estaba más cerca de un grito, a él yo ya lo escuchaba decir ¡así, así!, una y otra vez tenía sus manos en mi cintura, y cada vez la apretaba con más furor aferrándose a ella y guiándola hacia donde ambos sentíamos más excitación, era glorioso sentir sus manos calientes en mi cintura, luego en mis pechos oprimiéndolos con esa fuerza sutil que hacía que yo gritara cada vez más fuerte, mientras el se corría dentro de mí yo me alivié de que no hubiera gente a los alrededores de ese lugar solitario, creo que todo el barrio nos habría oído en mi casa o en la suya…
Los encuentros sexuales con él eran así, siempre el tomaba la iniciativa y yo siempre pretendía negarme para conservar el pudor que lo excitaba. Una noche fue diferente, esa vez, yo fui a su habitación tenía miedo de que se fuera y me abandonara en ese sitio por eso me levanté a mitad de la noche , caminé hasta su cuarto y me metí en su cama, el se despertó sin duda, y tal vez le sorprendió que tuviera esas agallas porque me miró fijamente un tiempo antes de decir “¿puedo violarte?” con una risa sarcástica entonces me besó en los labios con una pasión muy relajante, que por alguna razón me hisos sentir segura de él en ese momento, yo lo abrasé… esa noche fue la única que no hicimos el amor por que yo era la que tenía una pregunta, una que quería resolver antes de involucrarme sentimentalmente con alguien como él, sin más ni más la solté en medio de la noche:
_ Alejandro, ¿Qué somos tu y yo?....- un tenso silencio llenó la atmosfera para escuchar después…
_ no esperes una respuesta, no soy de los que propician sueños estúpidos en las niñas…
No pude evitarlo más y me reí como si acabara de escuchar un chiste y di un giro en la cama:
_ me molesta tanto que digas esas cosas que a veces no sé cómo reaccionar, ni de qué manera decirte que no soy una niña… supongo que así piensas porque acabo de independizarme… en fin, gracias por responder…
Me levanté de la cama con tranquilidad y me dirigí a la puerta, cuando él me alcanzó y me tomó con ambos brazos de la cintura “¿A dónde vas?” me dijo con su voz penetrante que me hacía saber que quería tener sexo ocasional.
_ A mi cuarto a dormir…
_ no estarás pensando en irte a llorar donde no te vea…- es pregunta tan absurda me orilló a responderle con sarcasmo:
_ si, déjame ir por qué no aguanto más el llanto ¡jah, jah!