Estabamos en el mes de Marzo (Adjunto)
Aunque todo el relato es basicamente real, en ciertos aspectos he dejado volar mi fantasia.
Aquella noche dormí mal, desvelado, con sobresaltos, el descubrir la bisexualidad de Salva me había puesto muy nervioso, obviamente no tenia nada que reprocharle a el ni ninguno de los chochitos con los que el tuviese alguna aventura, me lo tenia que reprochar a mi mismo porque, habiendo tantos hombres en el mundo porque tenia que tocarme a mi el mas complicado, posiblemente alguien podría pensar que no es justo por mi parte el reclamar o exigir exclusividad, sin embargo yo sabia perfectamente que el día que tuviese que decidir entre mi duro trabajo por sacarlo adelante y mi apoyo a hacia su vocación de cantar, y el ultimo chochito con el que hubiese estado follando, ganaría ella, por un simple complejo de machito, y además añadiría el comentario de tienes que entenderlo, a mi me gustan las chicas y tu, ya lo sabias porque te lo dije.
Procuré aceptar la situación de la manera mas llevable aunque los celos me atormentaban, Salva cada vez se volvía menos cuidadoso en lo referente a dejar rastros, encontraba cabellos largos en el coche, olor a distintos perfumes, inclusive envoltorios de preservativos en el cenicero, algunas noches no volvía a casa, claro que cuando teníamos sexo era de una manera explosiva, como siempre, pero yo, aunque callaba sufría por dentro, habían pasado 16 meses desde que lo conocí, gracias a mis contactos se había colocado como cantante en una compañía itinerante por España, lo que conllevaba unas ausencias periódicas según las actuaciones y un cierto distanciamiento entre nosotros, su selección para el concurso "el Trampolín", en televisión era ya cosa hecha, además si me preciaba de conocer bien al director Salva ganaría el concurso, era todo lo que a el le gustaba, joven, guapo, machito y chulito.
En vistas de que aquello no tenía solución, o si la tenia iba a ser cediendo y sufriendo por mi parte y ante la evidente realidad de caer en una depresión, decidí salir a dar una vuelta por la ciudad a ver que encontraba, o en su defecto a airearme un poco, disfrutar de una tarde luminosa, alegrarme la vista con la cantidad de hombres guapos que inundan la ciudad de Barcelona, y además sentarme en una terraza y tomar algo, no tenia la intención de engañarle pero quería sexo y el cada día me daba menos.
Ni corto ni perezoso me dirigí a las Ramblas, exactamente a una terraza muy conocida por ser frecuentada por chicos de todo el mundo que absorbidos por la ciudad quedan desamparados y como buscando un ente protector, Salva estaba en Jerez de La frontera y yo, mas solo que la una, no tenia nada que perder y mucho que ganar.
Tome poseían de una mesa perfectamente colocada como para tener un campo de visión de mas de 180 grados, solicite mi consumición al camarero y me dispuse a observar..
La verdad que no estaba nada mal lo que tenía al alcance de mis ojos, varios chicos de distintos tipos de físico y posiblemente de etnia, estaban pululando entre las mesas la terraza y la barra como buscando la presa a cazar, exhibiendo sus físicos con la ligereza de ropa que el buen tiempo proporcionaba, un festival de pectorales, espaldas brazos, pezones duros y marcados, culos terribles, duros redondos y apetecibles, y unos bultos en las entrepiernas capaces de levantar la libido a cualquiera, se veían marcando y claro esta se adivinaban pollas de todos los tamaños y formas, gruesas, largas, cabezonas, definidas, cargadas a la derecha, a la izquierda, los mas osados que no llevaban ropa interior, con el tronco golpeando el pantalón con la cadencia de un sublime badajo, y unos cojones repletos y deseosos de ser vaciados acompañando todo ese conjunto fálico.
Absorto estaba ante tal desfile qué no preste atención a un chico que situado a mi derecha me pedía un cigarrillo con un gesto casi imperceptible, me sobresalte y intente hacerle comprender que no fumaba ya que su idioma me eres desconocido aunque no así el gesto con el que me indicaba.
No era ningún niño, rondaría los 30 o 35 años, alto, buen cuerpo, estomago liso, unos anchos hombros que junto a unas fuertes piernas enmarcaban un buen culo y un mucho mejor paquete, este análisis físico lo realice en un recorrido visual de su anatomía, al fin y al cabo esos chicos venían a ese bar en concreto buscándose la vida, y el no iba a ver una excepción, intercambiaba sonrisas con un grupo de amigos situados unas mesas mas allá, yo al ver la situación le dedique una sonrisa y le invite a tomar asiento en mi mesa, unos minutos conversando y descubrí que se llamaba Dimitri, y era de Bulgaria, el conocía unas cuantas palabras en Ingles y otras tantas en Alemán, todo esto sumado a las ganas de hacerse comprender y a la necesidad hicieron que pronto entabláramos una rudimentaria conversación.
Yo no fumo, pero pedí un paquete de Marlboro al camarero así como dos coca colas y un bocadillo para el ya que me indico con una mano frotando en el estomago que tenia hambre, no iba sucio,, ni mal rasurado, la verdad es que su aspecto era agradable, quizás un poco mayor al lado de tanto veinteañero guapísimo pero la verdad a mi me apetecía mas un hombre hecho y derecho, talvez por intentar sacarme a Salva de la cabeza evitaba a cualquiera que pudiese recordármelo.
Llevábamos como unos 40 minutos hablando, sus amigos se habían marchado, por lo que le pregunte por señas y señalando el reloj, si tenia que ir a algún sitio, si se iba a casa, el mediante cuatro palabras y veinte gestos con los que los dos reíamos a cada momento me dio a entender que no tenia nada, ni casa ni trabajo ni nada que hacer, pague la cuenta, y cuando nos levantábamos el me indico que quería ir al baño, bueno, pues a esperar, vi como caminaba hacia el pasillo y como tomaba la escalera que subía hacia el piso superior que es donde estaban los servicios del local, en el ultimo momentos y antes de desaparecer de mi vista, como presintiendo mi mirada clavada en su nuca, giro la cabeza y me lanzo una mirada repleta de vicio acompañada de de un movimiento con los ojos indicándome que le siguiera, recordé por un instante lo diminutos y visibles que eran aquellos servicios, por lo que intentar algo era cuanto menos peligroso, pero la cabra tira al monte y esperando unos instantes fui tras el, justo entre y en la pared y en los dos apretadísimos urinarios estaba el con la mirada clavada en la puerta y con un gesto de cabeza invitándome a tomar sitio a su lado, el pantalón totalmente desabrochado y una polla grande y gruesa que descansaba sobre un par de preciosos y voluminosos cojones se balanceaba en su mano, no era necesario decir nada la situación lo decía todo, yo estaba nervios, aquel era un baño muy frecuentado y aunque estábamos solos los dos tampoco era plan de ponerse en evidencia, aun y así yo no quitaba la vista de aquel trozo de carne que no hacia mas que gotear precum por su orificio, le indique con un gesto que debíamos irnos pero el, y sin dejar de sonreírme recogió un goterón de precum con su índice y dirigió este hacia mi boca haciendo que mi lengua golosa lo atrapara al instante.
Vaya calentón, se guardo como pudo su poderosa herramienta en sus pantalones y siguiéndome nos dirigimos a la calle, yo tenia el coche en el parking subterráneo de Plaza Cataluña, por lo que en el paseo Ramblas arriba le deje que me tomara por la
cintura o por los hombros hasta que llegamos, estaba en el sótano tres, una vez dentro del coche, y a pesar de mi oposición ya que podría pillarnos algún vigilante, el se desabrocho el pantalón y se lo bajo hasta medio muslo cubriéndose con una fina cazadora que llevaba que, aunque ocultaba de la vista su pieza de artillería mostraba alzada la carpa que provocaba su erección. Tomo mi mano derecha y la coloco debajo de aquel montículo, con su mano sobre la mía me hizo recorrer aquella parte de su anatomía, aprecie el grosor y el largo de su polla así como la dureza y volumen de sus huevos, tenia que conducir, tenia que salir de allí, por mi hubiese prolongado la situación pero prefería llegar a casa y terminar lo iniciado antes de verme sorprendido por alguien y tener que dar unas explicaciones que ni me apetecían ni tenia porque dar,.
El trayecto hasta casa no era ni largo ni corto, Paseo de gracia arriba, torcer en Aragón, Avenida de Roma, Entenza arriba y dirección Camp Nou.
Todo el trayecto estuvo acariciándose la polla medio tapándose medio no, a ratos volvía a recoger precum con su dedo y otra vez me lo remetía en la boca, para después terminar lamiéndose el dedo con lujuria , en este juego estábamos cuando llegamos a casa, accione la puerta del aparcamiento introduje el coche y lo estacione.
Estábamos en casa, le dije Dimitri de subirse el pantalón pero el, sin hacerme caso se lanzo sobre mi boca y me beso con pasión, su lengua recorría cada uno de los rincones de mi boca, jugaba con la mía y hacia dibujos en mis encías, mordisqueaba mis labios y volvía a introducirse curios en lo mas profundo de mi boca.
Aquello era la hostia, estaba a dos mil, como pude tire de su pantalón arriba y lo hice bajar del coche, aun teníamos que llegar a casa y en medio estaba la escalera, o paraba aquel animal, o terminaría follando en algún rellano que no seria el mío precisamente.
a duras penas llegamos a casa vestidos, Dimitri desde luego sujetándose los pantalones
y con la polla fuera, como pude abrí la puerta de casa lo arrastre dentro y de un portazo volví a cerrar, aquello era puro canibalismo, nuestras bocas devoraban cada centímetro del otro, caímos al suelo enredados y no quedo ni un centímetro de piel por explorar, nuestros cuerpos bañados en un coktail de saliva y sudor brillaban a la luz de la lámpara, y el parquet encerado hacia que nos deslizásemos sobre el mismo en un extraño ballet erótico, en ese recorrido llegamos al cuarto de baño, nunca quise tener bañera por lo del ahorro del agua pero mi ducha es muy amplia pues utilizando parte de la arquitectura destine cerrándolo con una mampara un rincón de 2metros y medio por 1 y medio como amplio espacio de ducha, pues ahí acabamos, nos despojamos de la poco ropa que aun pendía de alguna de nuestras extremidades y abriendo los chorros de agua nos metimos.
Bajo aquella cascada de agua tibia, sentí su lengua entre mis pierna, el tumbado en el suelo y literalmente sentado en su cara, note como mi orificio mas sensible se dilataba hasta que su lengua casi entraba entera dentro, ayudado con sus dedos índices iba dilatando y abriéndome poco a poco pues quería disfrutar de mi interior hasta la saciedad.
Ayudado por los agarraderos que hice colocar el las paredes para manejarme mejor en caso de alguna convalecencia, fui colocándome de todas las posturas posibles y así nuestros cuerpos se fueron acoplando de manera que inventamos nuevas posturas en el sexo, extrañas, innovadoras, sentí como me follaba con una mezcla de dulzura y pasión hasta entonces desconocida, parábamos cada 5 o 10 minutos pues era tanto el placer que queríamos retrasar el orgasmo.
De golpe, levanto mi cuerpo, estábamos los dos juntos y nuestras pollas en su máxima dureza casi enredadas y sentí como me levantaba hasta que mi polla quedo a la altura de su boca, me lo quede mirando y con un balanceo esta cruzo su rosto rozando sus labios, saco la lengua y la paso por mi capullo saboreando mi precum, pero no eran esas sus intenciones, me apoyo en la pared y me pidió me agarrara en un saliente de la misma que queda alto, así sujeto por arriba y con mía piernas enroscadas en su cuerpo me fue dejando caer hasta que su polla derecha como un mástil entre sola en mi culo, me besaba con lujuria mientras sus embates y el calor de su polla en mi anterior me anunciaban la proximidad de su orgasmo, mis manos me sujetaban por arriba y las suyas lo hacían sobre mi culo para ayudar su ataque, por lo que arque mi espalda apretándome contra su pecho y así mi polla empezó a frotarse sobre su pecho haciendo que el ,placer me embriagara de tal modo que cuando empecé a sentir sus trallazos en mi interior me corrí como un poseso haciendo que mi leche saltara sobre su cara con gruesos goterones, estábamos agotados, fue doblegando sus piernas hasta que las mías tocaron suelo, fuertes palpitaciones de su polla, todavía en mi interior me decían que aquel toro tenía fuerza para aquello y para mucho mas, pero yo estaba rendido, mi cuerpo no daba más de sí y casi no sentía nada de cintura para abajo, el agua caia con una cadencia casi mágica y desenganchando nuestros cuerpos dejamos que esta dibujase calma y paz sobre nuestros cuerpos.
Nos secamos el uno al otro convirtiendo aquel simple acto en una ceremonia casi religiosa, nuestra piel tersa y relajada olía a sexo, a sexo limpio, nuestra mirada ya era relajada, con esa paz que te da el placer pleno y que solo entiende quien lo ha vivido, y así, desnudos y cogidos de la mana fuimos caminando hasta la cama, nos desplomamos sobre ella y nos abandonamos al necesario descanso.
Se cerraban mis ojos mientras mis dedos jugaban con los suaves rizos del vello de su pecho, su respiración pausada me indicaba que el sueño le estaba venciendo, alargue la mano, apague la luz y pensé..
Para que soñar, el sueño se puede vivir