Estaba repostada y volvieron a llenarme el depósit
Me volvieron a repostar y eso que yo no marcaba la reserva, pero ese par de sementales eran difíciles de contener, y uno no es de piedra.
Llegue a casa junto a Fran y mi marido estaba esperando en el garaje para ver los daños del coche, pues había hablado con por el móvil con el manos libres del vehículo para avisarle que iba con compañía, ya le había puesto sobre aviso de aquella aventurilla que acababa de tener, deseando el conocer a Fran, aunque este andaba algo cortado ante la situación que se le presento, pues era difícil entender para el, cómo se tomaba el asunto mi esposo.
Les presente y Paco para romper el hielo le dijo:
Tranquilo amigo que esto es algo normal en nosotros últimamente, pues nos liberamos en el sexo y le damos prioridad al disfrute, siempre con respeto y contándonoslo todo, y además veo que sabe elegir bien.
El ya algo más tranquilo le dio las gracias y le dijo que lo cierto es que últimamente la gente está más liberada, pero ya sabes lo que somos de otra época a veces nos cuesta entender las nuevas tendencias, aunque claro yo en este caso no pongo objeciones de ningún tipo y menos con la mujer tan sexi que tienes, pero esto ya lo sabes tú mejor que yo, y que conste que yo no fui el que inicio el tema, que fue un golpe de suerte y luego nos dejamos llevar, riendo ya picaronamente los dos.
Paco rápidamente comento que subiéramos a casa a cenar algo que ya tenía preparado un picoteo con una botella de vino para tomar.
Nosotros lo agradecimos y más con el desgaste que ya llevaba, aunque a mí me habían dado un poco de rica nata e iba con el deposito algo lleno, a consta también de perder algunos fluidos, pues este semental me había dejado gratamente extenuada.
La cena transcurrió muy desenfadad y sirvió para que Fran nos contara algunas peripecias de su viaje y a la vez c conocernos algo más, él dijo cuando ya andábamos tomando una botella de cava, que se hacía tarde y que debía marcharse aunque la compañía era súper agradable, pero Paco rápidamente le dijo:
N o hombre esta noche descansa aquí con nosotros y mañana cuando te levantes reanudas la ruta, además después de lo que me conto mi mujer, no dejarme con la miel en los labios que la noche es larga y yo necesito un ayudante para esta noche, que esta hembra veras como quiere guerra pronto.
Yo mire a Fran y le pregunte en plan morbosilla y picarona si le quedaban fuerzas, respondiendo el rápidamente que él se animaba en segundos, y más con semejante mujer.
Paco no quería perder tiempo y se lanzó como un tigre a mis pechos a la vez que me desvistió con rapidez, miro a Fran y le dijo que no se cortara que aquello era faena de tres, riendo seguidamente, a la vez le dijo, además quiero ver esa manguera que tanto bien me hablo Tere de ella.
No hizo mucha falta para animarnos a desvestirnos, pues en segundos ya estaban los dos con los péndulos al aire, Paco lo miro y dijo: con razón se trajo el trabajo a casa, menudo aparatito tienes amigo, joder mi mujer se los busca bien equipados, riendo seguidamente.
Yo me había calentado ya otra vez y les pedí que me los acercaran para paladearlos, agarre con cada mano uno, aunque el grosor del de Fran hacía difícil asirlo con una sola, descapullando con mi boca y dejando libre aquel cabezón en forma de seta que al ponerla junto a la de mi esposo esta parecía más pequeña, aunque este ya la tenía dura como una piedra, pues estaba excitado viendo aquel semental que me había traído a casa.
Fran puso la mano sobre el hombro de mi esposo y le dijo, joder amigo tu mujer come de lujo, la voy a echar de menos en mi viaje, como me gustaría llevármela para esas noches largas y solas que paso en la roulotte , seguro que me dejaba seco en dos o tres días, riendo seguidamente los dos.
Yo seguía dando cuenta de esos dos pollones, frotando de vez en cuando sus cabezas entre sí, cosa que agradecía Paco, pues gemía como un oso cuando hacia esto, Fran ya la tenía dura y venosa como cuando me follo en la furgoneta, pues mi sabia comida los había puesto a los dos como miuras.
Paco volvió de lanzar un piropo al aparto de su aliado, volviendo a decirle que era colosal aquella manguera, pasando acto seguido a tocarla mientras yo la chupaba a la vez le agarro los huevos como pesándolos, con la palma de su mano, esto no pareció molestar a Fran, todo lo contrario lo excitaba más.
Cuando ya note que supuraban por sus agujeros los primeros líquidos, las solté para que me atendieran a mí ahora. Fran me giro tomándome por detrás y metiendo su duro rabo entre mis piernas, este asomaba por delante con su enorme cabeza en forma de seta, desafiando al que se acercara a aquel agujero, pero Paco que andaba deseando comer de todo, se agacho rápidamente a comer mi conejo que andaba ya medio goteando jugos de tanta excitación que tenía, y de camino con disimulo cato también algo de aquel níscalo que se mostraba junto a mi abierta rosa, que palpitaba con las lengüetadas de mi esposos y los roces de aquel cabezón.
A la vez Fran me estaba pellizcando los pezones y estos se habían puesto de punta e hinchados como dos botones por tan sabio majaseo, a la vez mi nuca era pasto de sus besos y mordiscos, su mano ahora estaba sobre la cabeza de paco diciéndole a este que comiera de todo, le decía chupa ese coñito y dame también un repaso por mi rabo que cuando este bien voy volver a perforar esta hembra que tienes, que esta noche va a soñar con polla y de las gordas.
Paco al oír esto, agarro el rabo ya sin miramientos separándome un poco mis piernas para poder tomarlo y metiéndose la cabeza de golpe en su boca comenzó a chuparlo como un caramelo, Fran bajo su mano ahora metiéndola en mi conejo que había dejado libre la boca de paco, , haciendo que este explotara en un orgasmo tremendo, esto excito a paco que se levantó y sin miramiento me pego una embestida de frente con su duro rabo, comenzando a follarme de pies.
Ahora andaba sintiendo el roce entre mis piernas de aquel mástil y mi marido en mi interior con un ritmo endiablado, dando cuenta de mi escocido pero mojado conejito.
Cuando vio que se iba a correr paro, dejando libre aquella abertura que ahora ofreció a su aliado, diciéndole que deseaba ver cómo me follaba.
Fran que no dudo ni un segundo aquel buen ofrecimiento, le pidió a paco que se sentara, guiándome a mi agachada hacia el rabo de este para que siguiera comiendo, dejando mi culo en pompa, abrió mis piernas con sus muslos y comenzó a frotar aquella seta en mi dilatado coñito, pareciendo este estrecho ante tal grosor, pero deseando ser embestida por aquella fiera del sexo que tanto placer me había dado horas antes,
Después de unos pequeños escarceos por el exterior, me la metió lentamente, sintiendo como si me metieran una barra de fuego en mi interior, tras los primeros movimientos rítmicos de mete y saca, mis piernas comenzaron a temblar, pues ya estaba yo en mi dinámica de eso pequeños orgasmos, pero largos e intensos que me afloraban cuando era taladrada por una buera y sabia herramienta como de aquel semental.
Paco notaba que yo gozaba mucho pues su polla la estaba devorando con tanta ansia que el temía desapareciera con algún mordisco ante tanto gemido y placer que estaba yo padeciendo.
Le agarre los huevos fuertemente para que no se corriera aun, aunque ya se había echado hacia atrás gimiendo y notaba estos como se contraían para soltar una buena ráfaga de leche y nata que tan ricamente me gustaba tomar de mi esposo.
Esta no tardo mucho aunque intente frenarla, sorprendiéndome como una fuente en mi cara y boca, con tal intensidad que me puso perdida, no dando tiempo a tragar, sino solo un poco, de aquel mana blanco viscoso que yo adoraba.
Seguí chupando aunque se quedó algo morcillón aquel rabo, mientras Fran continuaba perforando mi conejo, me sujetaba ya por la cintura pues noto que yo apenas me mantenía en pie , aunque yo me apoyaba con una mano sobre un muslo de mi esposo, para soportar las fuertes embestidas.
Cuando pensé que iba a correrse, la retiro comenzando a frotarla por mi ano, notando rápidamente que aquel agujero también se dilataba fácil, y con sabia maestría fue abriéndolo e introduciendo su enorme rabo, yo fui a quejarme pero ya no tenía ni fuerzas y paco animado por tal espectáculo, me dijo, ¡Menuda enculada vas a recibir mi amor ahora! .
Esto animo a este maestro de cama, que parecía mentira el aguante que tenía y más con esa tremenda dureza que mantenía durante todo aquel magnifico polvo, acelerando algo el ritmo con duras enculadas, sintiendo yo como el interior de mi cuerpo era tomado por aquel monstro de las profundidades con cabeza de dragón, que parecía devorar todo lo que se encontraba a su paso.
El número de mis orgasmos ya era lo de menos pues lo que deseaba ya era poder parar y que mis agujeros volvieran a su estado normal, pero también disfrutaba como una loca con semejante macho, y Paco sorprendido por aquel acoso, comenzó a frotar su morcilla para que se animara rápidamente otra vez volviendo a ofrecérmela para comer.
Justo en ese instante y acompañado de unos fuertes gemidos, note como mi depósito de reserva volvía a ser repostado por tal cantidad de crema que me tenía asustada, notando como parte rebosaba al sacar y meter aquella tranca, mi marido viendo aquello, se deslizo debajo de mí, sentándose en el suelo y comiendo mi coñito ahora con la leche que rebosaba y bajaba hacia él desde el otro agujero , agarrando las pelotas de Fran que a la vez masajeaba ahora como pidiéndole que se exprimieran para dar toda la leche que había dentro.
Fran se dejó llevar en esa postura un rato, con su tranca dentro de mí, aunque perdió algo de fuelle y rigidez, pero debido al gran tamaño que tenía, esta no se salía de mi estrecho agujero, mientras la experta boca de Paco comía ahora mi coñito con una sapiencia que me hizo llegar a mi último orgasmo de la noche, notando la polla de Fran los espasmos de mi culo, diciéndome medio en broma, “Tere que me vas a partir el rabo con esas contracciones”.
Paco se levantó soltando ya los duros y sobados huevos de Fran , este a la vez saco de dentro de mí ya su relajada tranca , ofreciéndomelas los dos otra vez para chupar, uno para que le quitara los restos y mi esposo otra vez con el mástil duro para que selo volviera a pajear.
Yo no tenía espíritu para mas pero fue Fran el que me animo a darle la última comida a mi esposo, ayudándose este con su mano para en pocos minutos me llenarse la boca con la ultimas gotas de leche que pude sacar de aquel rabo, quedándonos los tres rendidos sobre el sofá, a penas sin poder hablar.
La estampa era diga, yo tumbada entre aquellos dos hombres desnudos, estos con la piernas abiertas mostrando sus flácidos pero grandes rabos en estado relajado, con los huevos al aire medio colgando por la pérdida de tan preciado líquido, pero que tanto placer daba perder, siendo acariciada por las manos de los dos, que cariñosamente recorrían mi cuerpo.
Después de un merecido descanso nos fuimos duchando y nos fuimos a la cama pero ahora a dormir.
Por la mañana después de un desayuno copioso nos despedimos de Fran, pues aunque le apetecía quedarse y a mi más, él quería seguir si ruta, prometiendo que al regreso de su viaje por Europa, pasaría unos días con nosotros para volver a recordar tan buenos momentos, invitando a no perder tan buena amistad.