Estaba depre y me fui al cine

Pasó hace muchos años, en la ciudad de Nueva York. Aún conservo un frasco de perfume que me regaló porque me enloquecía.

FUI AL CINE

Sucedió hace varios años, Yo tenía 22 y me encontraba en la ciudad de Nueva York. Estaba muy solo porque mis amigos decidieron regresar a la Argentina. Éramos tres locos que por las dificultades políticas que se vivieron en los años 70 decidimos emigrar. Pero ellos eran muy apegados a sus familias y no pudieron soportar la distancia. Yo en cambio estaba decidido a quedarme todo lo que se pudiera.

Mis amigos tenían mi misma edad y lo pasábamos muy bien. Conocimos chicas americanas, y latinas. Nos enfiestábamos con bastante frecuencia y en más de una ocasión la fiesta daba para chupar alguna pija.

Cuando tomé conciencia de que quedé "solo", me sentí bastante depre.

Lo primero que hice fue mudarme a un lugar más chico y mas económico. Y decidido a enfrentar todo solo, comencé a salir y hacer cosas que no había hecho mientras vivía con mis amigos.

Un sábado a la tarde fui a caminar por algunas calles que desconocía de la ciudad. Hacía mucho calor y me metí a un cine a ver un estreno.

Me llamó la atención que no estuviera lleno y me ubiqué donde me indicó el acomodador. Ya había comenzado la película y a mi lado se sentó un señor. Yo estaba muy absorto mirando la peli y él también.

Los dos estábamos con bermudas porque el calor de la ciudad era infernal. Yo tenía una camisa muy delgada y el tenía una remera sin mangas. Nuestras piernas se rozaron muchas veces. Yo no le daba importancia. Pero en un momento sentí la mano de él tocando su pierna y al mismo tiempo con disimulo tocaba la mía. Yo miré de reojo y en la penumbra vi su rostro. Me pareció muy atractivo, y a juzgar por sus brazos tenía una musculatura excepcional. Yo había tenido algunos encuentros con hombres y por eso lo dejé que siga con el juego.

Como él notó que yo no ofrecía resistencia, avanzó un poco y tocó mi pierna como acariciando, mis rodillas. Y así con mucha delicadeza fue acercándose a mi entrepierna y se dedicó a tocarme la pija que estaba al palo. Logró bajar el cierre de mi bragueta y sacarla.

Me practicó una paja hasta que lo tuve que detener porque sentí que acababa. Terminó la película, la cual casi no terminé de ver. Me arreglé la ropa, me levanté y me fui al baño.

Estaba en los mingitorios y llegó él se colocó a orinar a mi lado. Yo seguía muy caliente y no podía disimular mi erección. Sentí su mirada y cuando lo miré, me hizo un guiño y salió.

Yo lo seguí. A una cuadra del cine se detuvo. Se presentó, me dijo si quería venir a su departamento. Acepté. Tomamos un taxi y fuimos a la altura de la calle 60 y Park Ave. (Zona muy bacana )

Su departamento era un semipiso espectacular. Me invitó a ponerme cómodo. Hablamos sentados en unos sillones muy mullidos. Y tomamos una bebida fresca.

Me fascinaba su belleza, alto, muy atlético. Cabello lacio castaño y un bigote rubio finito. Su sonrisa mostraba sus dientes perfectos y labios finos. Le pregunté la edad y me dijo 32. tenía su cuerpo bronceado, con un hermoso contraste por la piel banca por un diminuto slip de baño. Los glúteos duros y redonditos estaban para comerlos.

Me preguntó si quería cenar con él. Como yo estaba solo en la ciudad, todo esto me venía muy bien y me sacaba de mi depre.

El notó algo extraño en mi, porque me dijo "tenés una mirada triste, no me querés contar… ¿qué te pasa?".

Le conté todo lo que pude, mientras cenamos. Tomamos un vino tinto de origen francés y la comida era exquisita. Ya hacía, fácil, 4 horas que estaba compartiendo con alguien que me hacía sentir como en una película. Después de cenar me dijo que le gustaría que me quede a dormir. Yo ya no me oponía a nada, Fuimos al dormitorio. Me dio elementos para que me bañe. Y cuando estaba en la ducha todo cubierto de espuma él entró y me empezó a lavar el pelo, dijo que le gustaban mis cabellos ondulados y muy negros. Mientras me lavaba me besaba el cuello por atrás y toda la espalda. Su lengua recorría mi espalda, mis glúteos y ponía su cabeza entre mis piernas y besaba mis huevos.

Después me secó el pelo, me coloqué una bata y fuimos hasta la cama. Sus besos fueron llegando a todo el cuerpo y me besaba en la boca en forma interminable.

Ya acostados empecé a devolver atenciones y mis manos y mi boca recorrieron todo su cuerpo, mi lengua de entretuvo en su pija, en sus bola que me parecieron enormes y finalmente le metí la lengua en el culo. Nos pusimos en posición de 69. Yo me devoraba la pija que no era muy gruesa, pero muy larga. Él estaba engolosinado por la mía y me repetía ¡qué grande la tenés!. Quiero sentirla toda dentro mío.

Usó una crema para facilitar la penetración. Me decía "despacio, por favor". Con sus piernas en mis hombros lo penetré. Cuando estuvo bien adentro yo comencé a moverme más rápido. Cambiamos de posiciones. La que más le gustó fue sentarse en mi pija y moverse a mi ritmo. Yo lo pajeaba y lo hice acabar en mi pecho y en mi cara. El sacó mi pija de su culo y me la chupó hasta que acabé, en su boca. Y así con la boca llena de leche me dio un beso y me hizo probar mi acabada. Quedamos rendidos y nos dormimos abrazados.

A la mañana siguiente me despertó chupándome la pija, y yo busqué la de él y así desayunamos le leche de cada uno.

Lo que sucedió después lo contaré en otro relato. Que disfruten este.

oscargrimau@yahoo.com.ar