Esta mujer me llevara por el mal camino 24 Ironia2

Segunda parte de unas locas vacaciones en baleares.

Al día siguiente, desperté solo en la cama, en mi camarote. Era la una del mediodía. Las sabanas daban pena de la bacanal del día anterior. Mi piel estaba súper pegajosa. Restos de flujos varios. Me dolía la cabeza una barbaridad. Al lado de mi cojín, el vibrador con el arnés del maletín de Vanessa. Subí a la cocina, y me tomé un ibuprofeno antes de nada.

Volví a mi camarote, y me estuve media hora en el baño. Salí limpito y dispuesto. Estaba todo en su sitio, algo castigado, pero bien colocado.

Saludé a las chicas, que como siempre, estaban en el solárium. He de decir, que a esas alturas, los bikinis brillaban por su ausencia. Todas excepto Sandra, ya iban en pelotas. Era divertido porqué sobretodo Mireia tenia marcas de la braguita por no haber tomado nunca el sol desnuda.

En el puente, estaban los chicos y Judith. Me senté al lado de esta, y estuvimos charlando un rato los cuatro.

Roger me contó que había quedado con Jordi en Ibiza. Nos habían invitado a una fiesta privada. Ya nos dirigíamos hacía la isla, y desde allí, en Taxi haríamos hasta su casa.

Aquel día, fondeamos delante de la concurrida y famosa playa de Ses Salines. Bajamos a comer al que seguramente sea el chiringuito mas famoso de la isla.

Después de comer, y con un pedo importante,volvimos al barco. Las chicas se quedaron en la playa, para ver el ambiente, y conseguir que nos metiesen en alguna lista vip de alguna de las discotecas top.

Al subir al barco, me fui directo a mi camarote. Eran casi las seis de la tarde, iba pedo, y tenía una fiesta por la noche. Durante la comida, acordamos queiríamos solo Roger y yo, pues a las chicas no les apetecía nada encerrarse en una casa, y Sandra no soporta a Jordi, no se porqué.

Me quité la camiseta, y me tumbé en la cama como caido del cielo.

A los dos minutos apareció Roger, con, evidentemente, ganas de marcha.

Al principio, opté por hacerme el dormido, pero cuando me acercó la polla a la cara, no pude remediar abrir la boca.

Me metí su polla dentro, completamente flácida, y con cuatro lametones y babeándola bien, se puso dura rápidamente. La chupé y la saboreé durante un buen rato. Entonces, sin soltarla, me desabroché las bermudas y me las quité.

Me puse de lado y Roger hizo lo propio, haciendo así un 69. Mi polla se puso dura más rápido que antes la de Roger.

Nos las chupamos durante un buen rato.

Roger se incorporó, y se dispuso a follarme. Me puse un cojín bajo la espalda, y abrí bien mis piernas. Me la metió hasta el fondo y se quedó quieto. Cogió mi polla con una de sus manos, y empezó a masturbarme, a la vez que me follaba el culo. Me moría de gusto. Estuvo follándome durante un buen rato, hasta que no pude aguantar más y me corrí encima de mi propia barriga. Roger soltó mi polla, y aumentó el ritmo de la enculada. Con una de sus manos jugueteo con mi semen, llevándoselo a la boca con los dedos. Unos cuantos empujones más, y me llenó el culo de leche.

Nos quedamos unos segundos en silencio mirándonos, y se levantó de la cama. Mientras buscaba su bañador, me dijo:

-prepárate para esta noche, acudiremos a una fiesta gay.

-Jordi organiza una fiesta Gay?-le pregunté asombrado. Recordaba haber follado con él, pero me parecío que era mas de mi cuerda, que completamente Gay.

-Karlo no te enteras, Jordi es completamente Gay. Tiene pareja, y son gente abierta, pero solo se acuesta con hombres.

-ok, entendido-contesté yo-me lavaré bien el culo....

A eso de las once de la noche, después de cenar, me di otra ducha, y me fui a cambiar. Como mandan los cánones, si estás en Ibiza, te vistes de blanco, y el lino, aunque muy delicado, ideal para el verano. Lo malo, es que todo dios va igual...

Llegámos al chalet de Jordi en una selecta urbanización privada, con acceso directo a una cala, que quedaba de uso exclusivo para cuatro chales más. Vamos, uno de esos de 30mil a la semana...

Que el too se codeaba con gente de muuucha pasta, en el aparcamiento, conté tres Ferrari y dos Bentley. Todos, con matrícula extranjera. En la puerta, una bandera con los colores del arco iris.

No me va este tema, el de las banderas. No me identifico con ninguna, y menos una de “indole” sexual...

En la fiesta, se veían claramente dos tipos de gente completamente distinta, un gran grupo como dos terceras partes, eran gente mayor, todo o casi todo, hombres, y el otro grupo, menos gente, muy joven, hombres y mujeres con pintas de gogo de discoteca, y con un denominador común, todos y todas eran muy muy guapos.

Buscamos a Jordi, que charlaba con dos hombres mayores, nos presentó, y nos enseño un poco lo que era la fiesta, principalmente en el jardín, y en la sala. En la cocina podíamos encontrar comida, y en una pequeña sala junto al comedor, por si queríamos intimidad para consumir cualquier tipo de substancia.

-y para acabarnos dijo señalando las escaleras-en la planta de arriba hay tres habitaciones a oscuras y sin puertas. Allí podéis subir cuando queráis. Sobretodo, respeto hacía todo el mundo.

Roger sonrió, y le dió un pequeño abrazo a Jordi, se nota que eran buenos amigos.

Nos quedamos un rato hablando los tres, se nos acercaba gente a saludar a Jordi, el nos los presentaba a todos, y yo olvidaba sus nombres al segundo.

Si recuerdo a Mia, una espectacular pelirroja de origen norteamericano, que no hablaba nada de español. La recuerdo porqué era como yo de alta, con un cuerpo lleno de pecas, y una impresionante melena pelirroja, que sin ser un experto, parecía más que natural. La chica vestía un vestido muy ligero y corto, cada vez que levantaba un poco un brazo, podías verle sus impresionantes pechos.

Jordi nos dijo que era actriz y que había venido desde no se donde para la fiesta, y a pasar unos días en su casa.

Muy a mi pesar, la chica no mostró el más mínimo interés en nosotros, nos dio la mano, charlo con Jordi unos segundos y se fue.

Poco a poco, me fui quedando de lado, ya que Jordi y Roger hablaban de cosas suyas. Decidí salir fuera, a echar el anzuelo, y relacionarme con alguien.

Me fumé un cigarro observando al personal, todo el mundo hablaba en corrillos, menos los más jóvenes que hacían jaleo al lado de una de las barras.

Me acerqué a esta, y pedí un whisky. Me lo tomé mirando la gente, y nadie me hacía ni puto caso (lógico por otro lado, no me conocían de nada). Incluso una de las chicas, vino a la barra, me empujó y ni siquiera se giro para pedir perdón.

Decidí volver dentro, entonces vi a Mia quitarse un hombre de encima que se la quería ligar, con cierta cara de asco.

Me acerqué a ella, junto a la barra de dentro, y pedí otro whisky.

-que pesada puede llegar a ser la gente-le dije. Mia puso una agradable cara de interés al escuchar que mi inglés era perfecto.

-de donde eres?-me preguntó-hablas muy bien mi idioma.

-es una história muy larga-dije con bastante poca gracia pues puso una ligera cara de decepción-verás, resumiendo, soy francés de padres catalanes, criado mitad en Francia y mitad en España, y estudié toda mi educación en inglés. También estudié la universidad en Columbia.

A Mia se le iluminó la cara cuando mencioné Columbia, pués resulta que ella había acabado un master el año anterior en esa universidad. Incluso habíamos tenido un profesor en común. Mia tenia empresariales, y hacía de actriz por vocación, aunque no me habló mucho del tema.

La chica me empezó a contar cosas de la univsersidad, mientras yo, tras el tercer whisky, empezé a pensar en como follármela.

No seria tarea fácil, pues tengo 16 años más que ella, y encima ella estaba convencida de que yo era gay.

Decidí ir quemando etapas. Hablamos un rato de sexo, donde pude dejar claro que era bisexual, y tenia una pareja que era una mujer. Ella flipaba (como mucha gente), con lo de la libertad para tener relaciones.

Cuando entendió que me gustaba follar con mujeres, cambió un poco el tono y su ímpetu habládome. Era una chica que gesticulaba mucho, muy masculina diría. En un par de ocasiones, me había cogido del brazo, y se me había arrimado mucho, y yo, con el simple roce de sus pechos, me ponía cardíaco.

Nos tomamos unos chupitos de JagerMeister (me vuelve loco), y llegué a la conclusión, que llevaba un pedo como una casa. Y ella igual.

Le pedí que me esperara un momento, y me fui disparado a buscar a Roger. Por suerte, llevaba dos bolsitas de harina.

Volví con la peliroja y una de las bolsas, decidido a quemar cartuchos.

-me acompañas un momento a la salita de al lado?-le dije mientras acababa el último chupito.

-si, pero para que?-me preguntó ella visiblemente pedo.

-tengo algo que remediara un poco el alcohol.

-perfecto, con esta borrachera soy capaz de hacer alguna tonteria-contestó ella.

Como ni ella llevaba bolso, ni yo cartera, cogí la bolsita y el tabaco, y le pedí un par de pajitas cortadas a la camarera.

Nos fuimos a la sala de al lado. Dos hombres mayores, esnifaban sobre una mesa, en una bandeja enorme que tenia mas restos de harina que otra cosa.

Me senté en el otro extremo, y ella se acercó a mi y agachándose un poco (le pude ver las tetas, e incluso el ombligo) me dijo:

-espera a que se vayan. Me da corte que me vean drogarme.

Los dos hombres, se fueron, y nos sentamos en uno de los sofas.

-sabes como funciona esto?-le pregunté armándome de valor.

-si claro, no es la primera vez ni mucho menos-me contestó ella muy vacilona.

-vale, pero yo lo hago diferente.

-a si, como?

-verás, yo te pondré una ralla, pero en alguna parte de mi cuerpo, y de alli la tendrás que esnifar.

Ella sonrió, y se quedó pensativa unos segundos. Bastantes segundos. Me parecieron horas. Para evitar que se rajase, fui abriendo la bolsita....

-de acuerdo-contestó al fin-veo por donde vas.

Sonreí, porqué pensé que si decía cualquier otra cosa, la cagaba vilmente.

Como persona educada, empecé yo, para que esnifara ella. Puse mi brazo izquierdo encima de la mesa, y con sumo cuidado, hice una ralla muy pequeña (empezando por el brazo puedes necesitar cuatro bolsas...).

Ella se rió al ver lo ridícula que era, pero con una de las pajitas, se la esnifó (y le volví a ver las tetas).

Su turno, en el brazo también. Pim pam. Me permití el lujo con suma delicadeza de pasarle la lengua para cojer los restos. Que piel, no os lo podéis imaginar.

Me volvía a tocar. Me desabroché la camisa, y ella se reía a carcajadas. Quería avanzar, y que viera que aquel cuarentón estaba en forma (al menos relativamente en forma).

Me levanté, y apoyándome en la mesa, me puse un poco de harina debajo del ombligo. Ella cogió la pajita, y se la esnifó. No hizo nada para evitar rozarme el paquete con la mano, y eso, sin duda, era buena señal.

Su turno, el cuello. Se inclinó hacía atrás, y le puse una poca en el cuello, dejando caer otra poca muy cerca de sus pechos. Me la esnifé, y volví a pasar la lengua. Al notar el tacto húmedo de mi lengua, soltó un pequeño suspiro.

Con los dedos, pues no me atreví a más, recogí lo que había dejado caer cerca de sus pechos. Ella se puso erguida, y me sonrió. Yo lejos de apartar la mano, seguí rozándole aquellos impresionantes pechos, cubiertos sólo por una fina capa de tela. Sus pezones estaban erectos, y yo, quería tocarle cada una de sus innumerables pequitas.

-continuamos?-me dijo, mientras yo seguía obsesionado con sus tetas.

Me levanté y cerré la puerta del despacho.

-la tercera, es especial-le dije para saber si avanzaría o no el tema.

-si? En que consiste?

-escojes tu, donde quieres ponerme la harina.

Soltó una sonrisa, y me dijo que de acuerdo.

Me acerqué a ella, y me dijo:

-túmbate.

Me tumbé en la mesa, con las piernas colgando desde las rodillas, pues no era muy grande. Me abrió la camisa, que seguía desabrochada, y me tiró un poco de harina a la altura del pecho (mi gozo en un pozo me dije).

Entonces se puso entre mis piernas, y poniendo sus enormes tetas encima de mi paquete, se esnifó la harina sin usar cañita.

Se me puso el vello de punta, y la polla también. Y lo notó, vaya si lo notó. Haciendo todo el roce y contoneo que pudo, me sobo con sus tetas todo el paquete, la barriga, y las piernas...

-mi turno-dije yo.

Le pedí que se tumbara también, y le desabroché el vestido, que se sujetaba con dos simples botoncitos. Llevaba solo un pequeño tanga con tiras transparentes, por eso parecía que iba completamente desnuda bajo el vestido.

Intenté no quedarme embobado más de lo necesario. Le puse un poco de harina en el vientre, y como ella, la esnifé sin pajita. Al pasar la lengua, no pude evitar bajar por su tanga. Ella no abrió sus piernas, pero soltó unos cuantos suspiros.

Se incorporo, y me dijo?

-la cuarta como funciona?

-igual que la tercera.

Puse dos vasos de agua, y esperé a ver que me pedía. Ella se había levantado, y se había abrochado el vestido. Parecía pensativa.

Me acerqué a ella, y le dije en el oido, y compelatmente pegado a ella:

-se ha pasado tu tiempo, si tu no escojes, lo haré yo.

-como?-me dijo ella sonriendo e indignada a la misma vez.

Le cogí los dos brazos, y haciéndome a un lado, se los puse encima de la mesa. Los separé, y me puse detrás de ella. Me senté en la silla, de forma que su culo me quedaba a un palmo de la cara. Le separé un poco las piernas, y con toda la delicadeza del mundo, y recreándome todo lo que pude, le subí el vestido. Apareció ante mi un perfecto culo blanquito con pequitas, con un hilillo transparente en medio. Se me puso más que dura.

Le puse un poco de harina, justo donde acaba su espalda. La esnifé, y al pasarle la lengua continué bajando, al tiempo que con las dos manos le agarraba aquella preciosidad. Esta vez si abrió las piernas. Continué con mi lengua, y pasando por su ano, llegué a su coño. Si yo estaba empalmado, ella estaba mas que mojada. Aquel flujo me sabía de maravilla.

La invité a sentarse encima mio, de espaldas a mi. Le besaba el cuello, con una mano le tocaba las tetas, y con la otra me fui directo a su entrepierna.

Le masturbé el clítoris durante unos instantes, ella se estremecía como una loca.

Se levantó, y desabrochándose el vestido con una sutileza enfermiza se apoyó en la mesa. Le aparté el tanga, y me dispuse a comerle aquel increíble sexo completamente depilado. Se corrió con mi cabeza entre sus piernas.

Se levantó, y se sentó encima mio. Me las ingenié para bajarme los pantalones, y ella se fue introduciendo mi dura estaca entre sus piernas. Me cabalgaba al ritmo que quería, ella tenía el mando. De vez en cuando, se quedaba quieta para que jugase con sus pechos.

Apretó su cabalgada, hasta que no pude aguantar más y me corrí en su interior. Entonces ella continuó besándome, y poco a poco se apartó de mi, y me dejó que me limpiara y me quitara el condón.

Me levanté de la silla, me costaba incluso andar. Del orgasmo se me había pasado el pedal que llevaba.

Mia se recoloco el tanga, y se abrochó el vestido. Los dos nos fuimos al baño, para arreglarnos un poco.

Al salir, había entrado gente en el despacho. Con discreción nos fuimos para fuera, a la barra, donde pedimos un par de copas. Eran algo más de las tres de la madrugada, ya se había ido gente, pero todavía quedaba mucha.

Apareció Roger, preguntando donde me había metido. El tio quería subir a las habitaciones. Entonces le volví a presentar a Mia, y el entendiéndolo todo me dio su aprobación.

-Mia esta en Ibiza con una amiga, y se van mañana a Barcelona. Le he comentado que se queden el fin de semana en tu barco, que Barcelona está muy aburrida en estas fechas-le expliqué a Roger en inglés para que Mia se quedase con el rollo.

Aquella preciosidad, como os contaba antes, era de Seattle, pero vivía en Washington desde adolescente. Durante nuestra charla en el despacho me contaba que conocía a Jordi por haber echo varios anuncios en su país.

A Mia la idea del barco le pareció bien, pero nos dijo que quería comentarlo con Sara, su amiga con la que había venido a Ibiza.

La chica y yo, salimos fuera, pues me quería fumar un cigarro. Ella ya no se separaba de mi, y yo encantado. En la barra donde estaba la gente joven, si observé esta vez que si me miraban, está claro porqué, y. a mi me parecía genial.

-Te parece si vamos al despacho otra vez?-le pregunté a Mia. Como el juego había durado mucho rato, pero apenas habíamos consumido, tenia ganas de ir un poco morado.

-Me parece genial. Me apetece. Jugaremos otra vez?

-Claro que jugaremos, pero después.

Trincamos las copas, y nos fuimos al despacho. Había gente en el, uno de ellos Jordi, que nos saludó.

Me senté en un extremo de la mesa, y le hice un gesto a Mia para que se sentara en mis piernas, pues no quedaban sillas.

El tacto de su culo encima mio, me puso a cien. Mia preparo cuatro rallas, dos puntitas, y dos grandes. Le dimos cuenta los dos, y nos quedamos unos segundos sentados. Mia miraba el techo, pues le daba la sensación que le salía sangre. Nada de nada.

Al minuto, nos levantamos, y salimos a fumarnos un cigarro con el que había limpiado la mesa. De este si que fumó.

-consumes mucha harina?-le pregunté.

-no se si mucha o poca, pero casi cada vez que salgo o voy a alguna fiesta, siempre hay harina. Si no me paso me sienta bien...

-has follado con una mujer alguna vez?-continué con el interrogatorio.

-si, en varias ocasiones....en la facultad, y con un grupo de amigos en Washington, hemos hecho una orgía en alguna ocasión que nos poníamos muy pedo. Lo que nunca visto es follar a dos hombres.

Se le dibujaba una sonrisa en la cara, sin duda, estaba más que enseñada. Mejor.

Volvimos a entrar dentro, la cogí de la mano, y subimos a los cuartos de arriba donde aun no habíamos estado.

Nos quedamos en la entrada junto a la puerta del segundo cuarto que vimos. Había tres hombres follando. Los gemidos y susurros inundaban la habitación.

Uno de los chicos a cuatro patas, le estaban dando por delante y por detrás.

Justo detrás de ellos, otros chicos observaban.

-que te parece?-le dije al oido a Mia que estaba flipando.

-muy excitante.

-pues esto no es nada, -le dije yo- si estuvieses en medio aun te gustaría mas.

Estuvimos mirando como cinco minutos, entonces, con mi brazo izquierdo, le rodee la cintura, y me la puse delante mio, apoyando su espalda sobre mi pecho. Con la misma mano, deslicé mis dedos entre sus pechos, sus pezones estaban duros como martillos.

Ella con unos sutiles movimientos de culo hizo que mi polla se pusiese dura como una roca.

Deslizó su mano derecha hacía mi polla para asegurarse que estaba bien dura.

Se dio la vuelta, y abrazada a mi, me beso profundamente, y me susurró al oído:

-quiero ver como te follan.

-estas segura? Yo prefiero follarte otra vez....

-primero quiero ver como te follan.

Sonreí dando el visto bueno.

Dada su obsesión e insistencia, me acerqué a los dos chicos que miraban a los otros tres. Me desnudé, y me senté entre ellos.

Mia se vino a ese lado de la habitación para verlo en primera fila.

Les cogí la polla a cada uno, pues se estaban masturbando.

Me arrodillé en el suelo, y me engullí la polla que me quedaba mas cerca. Mientras se la chupaba al afortunado, no apartaba mi mirada de la pelirroja, que se estaba poniendo a mil.

El otro chico se acercó más a su compañero, para que se la chupara a el también.

Cuando las dos pollas estuvieron mas que apunto, me desnudé, y me puse a cuatro patas en la cama. Uno se puso detrás mio, y tras jugar un poco con mi ano, y ponerme lubricante, empezó a follarme, con bastante brusquedad. El otro se puso enfrente mio, y continué chupándole el miembro.

Al que se la estaba chupando, se corrió rápido, ya debía llevar rato dándole al mango. Por suerte, el tío se aparto rápido, pues sino me lo hubiese soltado todo en la boca.

Con el chico de detrás, me seguía follando a lo loco. Me movía entero. Yo no apartaba mi mirada de Mia, que tampoco perdía detalle. Se contorneaba con ligeros movimientos, como dudando en su actuar o no. Permanecía a mi lado, de pié, sin perder detalle.

El chico me agarraba las caderas, y hacía fuerza en mi interior, también alternaba con mis nalgas, arañandolas de gusto. La verdad, es que el tío me estaba follando rebien.

Después de un buen rato dándome polla, se corrió en mi culo, ya que pude notar como su polla perdía rigidez, y el aflojaba el ritmo de sus envestidas.

Sin darme tiempo a levantarme, observé que Mia ponía cara de sorprendida.

Me di la vuelta, sentándome en la cama, y en frente tenía un tio de edad avanzada, con una pedazo de polla en la mano, completamente empalmada.

-ahora yo-me dijo en un perfecto francés.

Le hize una señal a Mia para que se sentara a mi lado, mientras con una mano le agarraba la pedazo de polla al madurito francés.

Mia se sentó a mi lado.

-quiero que lo veas de cerca-le susurré al oído.

Le comí un poco los huevos al tio, y acto seguido me metí su polla en la boca. El tio enseguida me agarro por la cabeza, y empujó su polla hacía mi interior todo lo que mi poca y mi garganta le permitieron. El tipo me folló la boca durante un rato, y cuando consideré que era suficiente, me tumbé, y levanté mis piernas todo lo que pude.

Mia se medio tumbó a mi lado, tenia su cara a menos de un palmo. Sus pechos rozaban mi cuerpo, y me puso una mano en el bajo vientre, para notar como me follaban.

El hombre se puso un condón, y se lubrico la polla. Mia se incorporó levemente, para ver de muy cerca como aquella pedazo de polla se perdía en mi culo. Se acercó tanto, que por un momento pensé que me la chuparía, pero no.

El francés desconocido, presentó su capullo en mi ano, y como notó que estaba a punto, fue metiendo su polla todo lo que pudo. Cuando entró toda, empezó a moverse ligeramente, para ir aumentando el ritmo. Yo me moría del gusto.

Mía volvío a mi lado, su vestido le jugo una mala pasada, y se abrió dejando al aire uno de sus increibles pechos. El solo echo de notarlo en mi piel, hizo que se me pusiese morcillona. Ella se acercó más y me beso profundamente. Estaba claro que quería notar y sentir mis jadeos. Y con la pedazo de follada que me estaba haciendo aquel hombre mayor, os aseguro que notó mucho mucho mis jadeos. Cada vez que me estremecia, ella notaba como el vientre se me ponía duro, y eso la excitaba mucho.

El tipo ya me estaba follando a saco, y para acabar de ponerla cachonda, le pedí al francés, en francés (ella no lo entendió) que queria que se corriese en mi boca. El me contestó con la cabeza, y siguió dándome gusto en el culo durante un rato.

Mia gemia a mi lado, casi tanto como yo. Tenía los ojos cerrados, me tocaba el vientre, me rozaba con sus pechos desnudos, y no paraba de comerme la boca.

Al rato, el hombre sacó su polla y se apresuró a sacarse el condón. Me incorporé rapidamente, y Mia, sorprendida, también lo hizo junto a mi.

Me metí aquel capullo rojo super duro en la boca, y al segundo lametón, se corrió en mi boca. Me apresuré a jugar con el semen y enseñarselo ligeramente a la chica. Le continué chupando la polla, que ahora estaba flácida.

Cuando el señor estuvo servido, me dio la grácias, y se fue.

-si te vienes al barco estos dias, serás tú quien me folle el culo-le dije al oido a Mia, que soltó un gemido.

Me puse en pié, me vestí, y le ofrecí mi mano a Mia, que seguía atónita sentada en la cama.

Aceptó mi mano, y nos fuimos al despacho a darle a la harina.

Se volvió a sentar encima mio, y esta vez si le metí la mano en la entrepierna. Estaba mojadísima...

Se metió toda su ración, y se quedó apoyada sobre mi, mientras mis dedos jugaban con su clitoris.

No le importó que hubiese gente en el despacho, y lejos de reprimirse, gemia como una loca. Con la otra mano, dejé al aire sus increibles pechos, y ella, con la nuca apoyada en mi hombro, gemia al lado de mi oreja, y me decía guarradas que faena tenía para entender.

Se corrió con mi mano entre sus piernas. Pude notar como toda ella se estremecía.

-busquemos una habitación-me dijo al oido.

Entonces se puso bien el vestido, miró a los tres tios estupefactos que teníamos delante, y se levantó. Yo de cuenta de mi ralla y me levanté también.

Nos cruzamos con Jordi en la sala, que muy amablemente nos dejó su habitación, pidiéndonos unicamente que no mancharamos nada ni fumasemos.Subímos a la segunda planta de la casa, y llegamos a su habitación. Antes de cerrar la puerta, ya había hecho desaparecer mi ropa. Abracé a Mia por detrás, y le desabroché el vestido, mientras le comía el cuello con una sesión de dulces besitos. Tenía la piel de gallina. Sus pezones estaban erectos como piedras.

Se tumbó de espaldas en la cama, y le llené la espalda de besos y suaves lametones, y con una de mis manos le hacía cosquillas con mucha suavidad.

Mia no dejaba de estremecerse.

Continué bajando por su larga espalda, y cuando llegué a su pomposo culo, me recree un buen rato en el. Aproveché para hacer desaparecer su insinuante y diminuto tanga. Separé sus nalgas y le dediqué unos cuantos lametones a su ano.

Mia se dio la vuelta, y separó sus piernas, y entonces le dediqué una señora comida de coño. Estuve un buen rato, entreteniendome en cada pliegue de su clitoris, en sus labios...alternava lametones y besos suaves, y algun mordisquito en las piernas. Ella me agarraba la cabeza para que no parara.

Aumente un poco el ritmo de mis lametones y me ayude con dos dedos en el interior de su coño, para hacer que se corriese, otra vez.

Entonces fui subiendo por su barriga, y me entretuve un buen rato con sus pechos, lamiendo y mordisqueando sus pezones, su cuello, hasta llegar a su boca.

-quiero que me folles suave-me dijo al oido-quiero que me folles durante mucho rato.

Mia abrió sus piernas, y mi polla hizo el resto. Desapareció entre los labios de su coño con suma facilidad. Como ella me había mandado, la folle suavemente durante mucho rato, tanto como fui capaz. No fui capaz de distinguir cuantos orgasmos tuvo, ya que cada vez que le sacaba la polla y se la volvia a meter, parecía tener uno, de los gemidos que pegaba.

Me agarraba fuerte por el culo, para sentirme bien a dentro.

Yo hundía mi cabeza en su cuello y en su pelo rojo, y la llenaba de besos, en la oreja, en la cara, en el cuello, en la boca. Sus labios son una perdicion.

Cuando noté que no aguantaba más, aumente un pelín el ritmo, hasta que me corrí. Nos corrimos los dos a la vez, y ella del gustazo, me araño la espalda de arriba abajo.

Nos quedamos un rato inmóbiles, hasta que me levanté, y nos metímos en la ducha.

-mañana venimos a tu barco-me dijo mientras me besaba abrazada a mi-y si Sara no quiere venir vendré yo sola.

-quieres conocer a mi mujer? Se llama Susana-le dije.

-seguro que no le importara?

-seguro que no. Y te advierto, te hará la mejor comida que te han echo nunca.

-mmmmm-contestó ella, ante la imagen que se le presentaba....

Cuando salímos, pude observar mi espalda, con los arañazos en la espalda y en el culo, incluso me picaban pues estaban ligeramente ensangrentadas.

-tampoco me olvido de la idea de tus juguetes-me dijo Mia con cara de verguenza.

-no lo olvides no, me muero de ganas.

Nos vestimos y nos fuimos para abajo. Eran algo más de las cinco de la mañana, al pasar por el primer piso, nos encontramos a Roger saliendo de uno de los cuartos, donde al parecer lo habían puesto a caldo.

Mia y yo nos fuimos a la barra de fuera, donde me presento a Sara. Entonces le expliqué a su amiga nuestro plan. Al vernos cogídos de la cintura se dio cuenta que no podía negarse, y no lo hizo.

Sara era una buena amiga de siempre de Mia. Nacida en Washington, hija de padres mejicanos, pelo negro y muy largo, ojos oscuros, piel morena, no muy alta, grandes pechos, operados y para mi gusto, un pelín delgada.

Vestía un vestido largo, con una apertura en una pierna que le llegaba a la cintura, haciendo gala que no llevaba ropa interior.

-nos la podremos follar a ella tambien verdad?-le pregunté en voz muy baja a Mia. Esta me dio un cachete seguido de un pico.

-ya veremos, ya veremos.

-os lo habéis montado alguna vez?-le pregunté aprovechando que Sara hablaba con otras personas.

-no nunca-me dijo ella-pero la verdad, aunque no se porque te cuento esto, me he masturbado unas cuantas veces pensando en ella.

No pudo evitar sonrojárse.

-se lo has dicho?-insistí yo.

-como se lo voy a decir?

-bueno, se lo diremos, tranquila que se lo diremos.

-sabes una cosa? -Continué- para mi no tienes que tener secretos, yo sacaré lo más profundo de ti, te lo aseguro.

La verdad es que me miró con cara más de miedo o de tentación, no seria capaz de explicaros.

Justo en aquel momento, apareció Roger, ahora si, con un aspecto más presentable.

Le di la dirección del amarre a Mia, y quedámos en que las esperabamos antes de comer, para salir a navegar hasta el dia siguiente.

-que tal en la fiesta Karlo?-me dijo Roger en el Taxi-has desaparecido.

-he estado jugando con la pelirroja. Una mujer increible de verdad. Menudo pivón.

-te la has follado?

Me subí un poco la camisa, enseñando las marcas de guerra. Roger sonrió.

-vendrán las dos al barco mañana-le repetí por si se le había olvidado-menudo partido le van a sacar las chias cuando las vean.

-las chicas y tu-me djio.

-y nosotros Roger, y nosotros.....

Al llegar al barco, Susana estaba despierta. La noche estaba siendo larga, pués le habían dado una viagra a Tete, y tenian sus respectivos coños destrozados.

Le expliqué mi nuevo fichaje, cuando le dije que era pelirroja esbozó una sincera sonrisa. Le dije también que vendrían al día siguiente con una amiga.

Susana estuvo encantada.

Me metí en la ducha, para despejarme,

-quieres que me meta contigo Karlo?-me preguntó mi mujer desde la cama.

-claro que si.

Al verla entrar, me vinieron a la retina todos los increibles momentos que he vivido desde que la conozco. En lo que me ha convertido, o como dice ella, la parte de mi que he podido sacar a relucir.

He titulado todos los relatos de mis experiéncias mal (ahora ya no los cambio ajajajaja) esta mujer no me lleva por el mal camino, me lleva por la felicidad.

Susana, que observó la cara de tonto que ponía, me abrazó, y me besó profundamente. Encendimos la ducha, y estuvímos debajo un buen rato.

Besándonos y sobándonos como dos amantes novatos.

Una vez fuera, me sequé bien y me metí en la cama. Susana como ya había dormido algo, se quedó en cubierta con Sandra que también estaba levantada.