Esta mujer me llevará por el mal camino 23 Ironia1
Una semana, con la tropa de crucero por las baleares
Durante la primavera, estuvimos preparando con Roger, una salida en barco por Baleares. Roger tiene un yate espectacular (bueno, cuando estas en Ibiza parece una patera, pero es un gran barco), con camarotes y equipado para 12 personas. En la organización de la salida, durante una semana, era entre semana navegar por Formentera, y buscar playas paradisíacas en las que solo se puede llegar en barco, y durante el fin de semana pasarlo en Ibiza para salir de fiesta.
Saldríamos hacía Ibiza el sábado 22 de Julio, y volveríamos el lunes 31. El barco de nombre “Ironia” ya nos esperaba en Ibiza desde unos días antes.
Lo complicado de decidir era si contrataba tripulación o no. Por navegar no había problema, tanto el como yo tenemos el permiso para ese tipo de embarcación. Pero perdíamos en comodidad, ya que había que hacer todo, cocinar, limpiar etc...Al final en una cena que hicimos cuando les explicamos el plan a las chicas, sería ir sin tripulación. Se trataba de estar tranquilos y relajados, sin que nada ni nadie pudiese interrumpir nuestra intimidad.
Yo llegué al Ironía el domingo 25, después de llegar aquel sábado de NY, fui a Ibiza donde aún estaban en el puerto de Marina BotaFoc.
Allí me esperaban Susana, Tete, Mireia y Vanessa por un lado, y Roger y Sandra por el otro. Por sorpresa también se apuntó Judith (creo que os he hablado de ella, es una chica de Barcelona, que en ocasiones hace de escort, y otras de modelo).
Durante la semana vendría más gente.
Yo para variar, fui el último en llegar. Como lo hice tarde, decidimos ir a comprar el lunes por la mañana las provisiones en algún supermercado grande, y no tener que recurrir a las pequeñas tiendas de ultramarinos en Formentera.
El mismo domingo salimos a cenar por el puerto, y después nos tomamos unas copas en el salón del Ironia. A la hora de dormir, cada uno a su cama. La primera noche parecíamos gente tímida. Al llegar a mi camarote, Susana se puso “mimosa”.
-hace muchos días que no te veo-me susurraba-y me temo que estos días no te voy a ver muy a menudo.
-voy a estar aquí-le decía yo.
-si, pero estaras muy solicitado, como siempre.
Empecé a besarle el cuello, mientras ella se desabrochaba el vestido y se quedaba en braguitas. Jugué con sus pechos, me los comí a besos.
Susana se tumbó en la cama, y le dediqué una merecidísima comida de coño. Me rodeaba la cabeza con sus piernas, y se retorcía de placer. En uno de estos movimientos se dio la vuelta, ofreciéndome un precioso primer plano de su culo. Jugué con sus nalgas, y pasando mis dedos por su ano, le dediqué unos buenos lametones, mientras con mis dedos jugaba con su coño, que estaba mojadísimo.
Acabé de desnudarme, y follamos durante un buen rato. Primero a cuatro patas, y después medio de lado, los dos tumbados. Me encantaba ver a mi mujer a través del espejo, con una pierna en lo alto, y mi polla entrando y saliendo, mientras ella no dejaba de gemir.
Después de unos cuantos empujones, mi mujer se corrió.
Se quedó unos instantes tumbada en la cama, y yo a su lado, esperando, aun con la polla tiesa.
-estas bien?-le pregunté
-estoy en el cielo-me contestó ella entre susurros.
Aprovechandome de la situación, le sugerí que se diese la vuelta otra vez.
Susana se dejó hacer. Le coloqué un cajín debajo de la barriga, para que su culo quedase en pompa. Le di un par de lengüetazos más, y poniéndome encima de ella, le folle el culo. Sus gemidos se ahogaban en la almohada, pero los mios no. La empujé a conciéncia durante un rato, hasta que me corrí dentro de ella, cayendo rendido en la cama.
Por culpa del puto jetlag, no fui capaz de dormirme, así que para no molestarla a ella, me levanté y subí al puente de arriba, desde donde se conduce el barco.
Aproveché para hacer un test de los diferentes mecanismos, más por aburrimiento que por necesidad.
Estábamos en un amarre muy hacía el mar, y el tumulto de gente de la ciudad no se oía apenas. A mi alrededor, todos los barcos estaban completamente a oscuras.
Me hice un canuto, para coger el sueño. Al poco de fumármelo, subió Tete, que tampoco tenia sueño.
-no puedo dormir-me decía-en el camarote de Roger estan follando a saco, y no puedo dormir, a parte de que me he puesto cachondo....
-joder Tete, una buena paja nocturna, y en paz, ¿no??
Como vi que no estaba por la labor de seguir mi consejo, me senté en un banco que hay detrás del timón, y con un dedo, le hice una señal para que se acercarse.
Le bajé el pantalón corto, y le cogí la anaconda con la mano. La levanté, y empecé a lamerle los huevos, mientras con otra mano lo masturbaba.
Le estuve dando besos a su capullo, y pequeños lametones. Le pasaba la lengua a lo largo de su polla, disfrutando de su grosor, de sus venas, de los líquidos preseminales que quedaban como hilos colgando entre mi boca y su polla. Al final me la metí en la boca, y se la chupé dulcemente durante un buen rato. Tete no hacía más que soltar pequeños gemidos, y darme pequeños empujones, para meterme mas dentro de la boca.
Lo miraba fijamente a los ojos, y abría la boca todo lo que podía. Entonces él, me empujaba su polla hasta lo más profundo de mi garganta. Sin llegar a provocarme arcadas, me metía un buen cacho de tranca en la boca.
Entonces yo se la aprisionaba entre mis labios, y le lamía todo lo que mi lengua buenamente podía.
Tete estaba cachondo, por primera vez, que yo recuerde, tardó relativamente poco en correrse. Me agarró la cabeza, para que no se me escapara ni una gota. Yo lo esperaba con la boca abierta, para que me viera tragármelo.
Me llenó la boca de semen, que me apresuré a tragar. Seguí chupando aquella dura estaca, y a los dos segundos, me volvió a soltar otra lefarada en la boca. Inferior a la primera, pero igual de caliente que la primera. Continué tragando, y chupando, deseando que no dejase de correrse nunca. Le dejé la polla completamente limpia. Me levanté y le susurré al oído:
-un dia de estos te quiero follar tu culo virgen Tete.
Me hizo una mueca, a modo de sonrisa. Sabía que llegaría el momento, y no lo quería dejar escapar. Soñaba con follarme aquel culo negro.
Tete se fue a dormir, bien relajadito y descargado. Yo me quedé un rato más en el puente, me fumé otro canuto, y ya un poco sobado, me fui a la cama.
Al dia siguiente, lunes, después de gastarnos un pastizal en un supermercado, levantamos anclas y nos dirigimos a Formentera, concretamente hacía el Racó de ses Pedreres. Teníamos las boyas y ancla especiales para poder estar en mar abierto, cerca de la costa. Sin dañar el fondo marino.
Llegamos a sitio durante la tarde, fuimos bastante rápido.
Susana y Vanessa hicieron la cena, que comimos en el comedor exterior.
El ambiente era relajado. Teníamos un par de yates bastante lejos.
Cuando anocheció, el cielo nos regaló una noche con una espectacular que se reflejaba en el mar, y una cantidad de estrellas incontables.
Después de cenar, recogimos entre todos, y nos quedamos en el mismo sitio, donde habíamos cenado. Roger nos obsequió con un poco de harina, uno que es previsor. Nos tomamos unas cuantas copas.
Sandra y Roger estaban muertos de sueño, y se retiraron pronto.
Nos quedamos Tete y yo, con las cuatro chicas.
-Vanessa, has traido el maletín
-si!!-contestó ella-Roger tuvo la precaución de pedirme uno antes de que el barco saliese de Sitges hacía aquí.
Vanessa se levantó y fue a buscarlo. Cuando lo abrió encima de la mesa, todos supieron a que nos referíamos.
Vibradores, anreses, lencería, aceites, esposas, en fin, de todo.
Durante unos segundos de silencio, todos nos mirábamos y sonroiamos, pero nadie tomaba iniciativa.
Le pedí a Tete que se levantase, y lo invité a tumbarse encima de la mesa.
Al principio, quiso rehusar mi invitación, pero viendo la cara de las chicas se dejó hacer.
Me levanté despues de esnifar un poco más, y sin cortarme, le quité el pantalón. De la camiseta ya se había encargado Judith.
Teníamos a un negro de metro noventa, con una polla enorme, completamente desnudo, y tumbado encima de la mesa.
La más rápida fue Vanessa, que se levantó, se bajó el bikini, y se sentó encima de la cara del cubano. Tete, solo tenía una opción, comerle el coño a saco. Y vaya si lo hacia.
Mireia y Judith, empezaron a jugar con su polla, dándole pequeños lametones.
Yo le abrí bien las piernas, y le estuve chupando un poco su ano, que se encogía cada vez que notaba mi lengua. Le fui metiendo un dedo poco a poco, y la verdad, cada vez entraba mejor.
Susana se me acercó, con un arnés puesto. Le cedí el sitio. Me puse al lado de Judith, intentando pillar algún lametón a aquella empalmada polla.
La que más gemía era Vanessa que se hacía polvo cada vez que Tete le metía la punta de su lengua en su mojado coño.
Susana untó su polla en lubricante, y se la fue metiendo a Tete poquito a poco. Los gemidos del cubano llegaban a los barcos de al lado, incluso a la isla. Pero quejarse no se quejaba nada. Para su suerte, Susana no le había puesto una gran polla al arnés.
Estuve observando la situación desde la barra, mientras me preparaba una raya y me serva un whisky.
Judith se puso encima de la mesa, y con la ayuda de mi secretaria, se introdujo la dura verga de Tete en su sediento coño.
Incluso me tomé la libertad de cojer el móvil y grabar un vídeo de unos minutos.
Susana se apartó de Tete, y quitándose el arnés, cogió a Mireia de la mano, y se sentaron en el sofá que había detrás.
Mientras Mireia le comía la boca a mi mujer, les acerqué un vibrador doble, de esos que usan habitualmente las lesbianas.
Se tumbaron las dos bien espatarradas, y le metí primero un extremo a Mireia, y el otro a mi mujer.
Vanessa se levantó después de correrse, y de dejarle la cara a Tete chorreando. Se puso ella el arnés y le dijo algo a la oreja a Judith, que seguía cabalgándolo.
Judith se apoyó en una silla, ofreciéndole su impresionante coño a Vanessa. Ésta la empezó a follar con fuerza.
Tete, levantó la cabeza, viendo el panorama.
Me puse a un lado de la mesa, dándole mi polla, para que la chupara, al tiempo que masturbaba la suya, que seguía completamente empalmada.
Tete me la chupó durante un rato, girando su cabeza hacia mi, yo le daba pequeños empujones.
Me fui para su culo, esperaba ese momento. El me sonrío, siendo consciente de la que se le venía encima.
Abrió sus piernas, apoyando sus tobillos en mis hombros. Me unté los dedos en lubricante, y le metí dos durante unos segundos. Mis dedos entraban y salían cada vez con más facilidad. Asi que acto seguido, me unté lubricante en la polla, y sin compasion, se la metí en su estrecho culo. Cuando no le había metido media polla, parecía imposible pensar que se la metería toda. La saqué y volví a la carga. Esta vez entraba algo más.
Repetí la operación hasta que se la metí hasta el fondo. Cuando mis piernas y mis huevos hicieron contacto con las suyas, me quedé quieto, para que el me notara todo dentro.
-te gusta cabrón?
-folleme folleme-me suplicaba el Cubano.
Mi polla se perdía en su negro culo, cada vez con mas facilidad.
Se dió la vuelta, cansado de tener las piernas en alto. Me puso el culo en pompa, y seguí follándolo con fuerza. Cuando noté que me iba a correr, me fui a su boca, y se la metí hasta la yugular. El la aprisionaba con sus gruesos labios, y después de unos cuantos empujones, me corrí en su boca. Por la postura en la que se encontraba, no tuvo más remédio que tragárselo todo.
Le eché un vistazo al sofá, y todas follában entre ellas. Mireia estaba a cuatro patas, y Susana se la follaba, y Vanessa, estaba cabalgando a Judith, con una espectacular polla de latex negro.
Tete me dió una palmadita en el culo, me giré, estaba sentado en la mesa, con su enorme polla dura entre sus manos.
-mi turno-me dijo.
Se sentó en el otro sofá, y me dirigí allí. Yo estaba sin dilatar ni nada. Tete me sobó un poco el ojete con lubricante, y rapidamente me pidió que lo cabalgara.
Me fui sentando despacito, pues aquella pedazo de polla, me destrozaba el culo. Cuando tenia media dentro, le levanté y le puse más lubricante.
Volví a sentarme, esta vez si, mi culo la acogió con gusto. Con mucho gusto.
Lo cabalgué aumentando el ritmo conforme mi culo me lo permitia. Judith y Vanessa se habían puesto una a cada lado mio. Vanessa me sujetaba los huevos para que no me votasen tanto.
Tete me agarraba las nalgas y me las arañaba.
Judith, intentaba meterse mi polla en la boca, pero con mis movimientos le era imposilble. Se arrodilló delante nuestro, y nos pasaba su lengua viperina por mis huevos, y por la polla de Tete cada vez que salia de mi culo.
Vanessa, me susurraba guarradas al oido.
De vez en cuando, me quedaba quieto, con su verga dentro, y hacía pequeños movimientos en circulo. Me hacia polvo del gusto.
Entonces lo continuaba cabalgando.
Recuerdo ver a Vanessa con mi teléfono, grabar un pequeño video, de aquella verga negra desapareciendo en mi culo.
Tete tiene mucho aguante, y puesto de harina ni os cuento.
Me levanté, y me tumbé en la mesa.
Tete me siguió, me levantó las piernas a saco, y aguantándolas, me volvió a meter la polla dentro.
Judith se sentó encima de mi cara, para que yo, entre jadeos, le comiera el coño, que chorreaba sexo por todas partes.
Vanessa empezó a jugar con mi polla, mientras Tete no dejaba de destrozarme el culo.
Cuando noté el tacto de la lengua de Vanessa, mi polla se fue poniendo dura. Me dolía un poco el capullo, pero no me quejé nada de nada. Judith se tumbó encima mio, y mientras yo le seguía comiendo el coño, ella se alternaba mi polla con Vanessa.
Tete aumentó su ritmo considerablemente, aquello estaba apunto.
El cubano sacó su polla de dentro mio, y Judith, que estaba a menos de un palmo, recibió su polla en la boca. Tete se lo soltó todo dentro, y ella, dándose la vuelta, se acercó a mi cara, y me lo soltó encima de la boca, las mejillas y la barbilla. Entonces, las dos, como hienas, me chupaban la cara, y me comían la boca compartiendo entro los tres la corrida del cubano.
Me levanté, me dolía el culo, y tenía todo el cuerpo lleno de liquidos varios, de las chicas, de Tete y algo de sudor mio. Me acerqué a la barnadilla, y como no estaba muy alto, me tiré al agua en pelotas.
Tete vino por popa y bajo el muelle.
Acabamos los seis en pelotas en el agua, que con aquella luna, estaba transparente. Menudo gustazo de bañito.
Subímos, nos duchamos con la manguera y agua dulce. Decidí quedarme despierto, por si se levantaba viento. El ancla que usábamos no te garantizaba que el barco no se desplazara un poco, y no podíamos acercarnos a las rocas ni a la playa.
Subí al salón exterior donde estábamos, recogí mis vermudas, mi tabaco, y subí al puente.
Se fueron todas a la cama, menos Mireia, que apareció en el puente, con una bolsita de harina, una botella de wisky, y lo más importante, completamente densuda. Bendito verano.
Preparó unas rayas al lado del timón. Cuando se agachó un poco para esnifar, me dedicó un par de contoneos con su culo, que no pude desaprovechar.
Con una de mis manos, hice recorrer mis dedos dentro de su coño primero y dentro de su culo después.
Ella soltó pequeños gemidos, y continuó esnifando.
Me pasó la cañita, y hizo lo mismo conmigo mientras esnifaba yo.
Se sentó justo al lado del panel de mando. Abrió sus piernas, y empezó a jugar con su clitoris. Yo permanecía sentado en la silla del timón. Mi polla estaba apunto de reventar las bermudas que llevaba puestas.
Mireia se masturbo delante mio, y yo, la dejé hacer hasta que se corrió. Entonces le pasé la lengua por su mojado coño. Me levanté, me saqué las bermudas, y me senté en el sofá que hay detrás del timón.
Me agarré la polla, y me fui masturbando poco a poco. Mireia esbozó una sonrisa, volvió a abrir sus piernas, y a pasar sus dedos por su vagina.
Nos mastrubábamos uno en frente del otro, sin tocarnos. Mireia gemia, y yo estaba a mil. A los pocos minutos, no pudé evitar correrme.
Ella se levantó rauda y veloz, me lamío primero la polla, que aun goteaba esperma, y después la barriga, donde había caido todo. Entonces se sentó encima mio, y nos fundimos en un profundo beso, intercambiando mi corrida con nuestras salíbas.
Estuvímos sentados en el sofá hablando de nuestros antiguos matrimonios, y de lo que habíamos cambiado en un plazo de tiempo muy corto.
Al rato, empezó a salir el sol. Encendí el interruptor del alumbrado general del barco, e hice sonar la sirena.
A los cinco minutos estábamos todos en el salón viendo un espectacular amanecer.
Susana y Vanessa parecían “walkin dead”, y Judith ni siquiera subío.
-me voy a dormir-le dije a mi mujer al tiempo que le daba un beso en la mejilla.
Al llegar a mi cuarto, estaba hecho un zisco. Se notaba que había tenido más fiesta Susana después de la del salón....
Mireia que lo vió desde la puerta me dijo:
-porque no te vienes a dormir conmigo?
Me puse las chanclas, y la acompañe hasta su cuarto. Nos tumbamos en la cama, desnudos, y poniéndome encima de ella, la llene de besos.
Cuando noté que la tenía bien tiesa, Mireia abrió sus piernas y mi polla entro sola. Follámos despacio, disfrutando de cada movimiento, cada jadeo, con el tacto de la piel...seguí follándola durante un buen rato, hasta que muy a mi pesar, me corrí en su interior. Le dí otro beso, y caí frito en la cama.
Al dia siguiente, me desperté al notar los motores en marcha. Salí fuera, las chicas estában en el solarium y en la piscina, y Roger y Tete estában arriba en el puente. Tete estaba al timón, y se le veía muy emocionado. Antes de subir con estos dos, pasé a la piscina, a dar los buenos dias. Le di un beso a mi mujer, y con la cara que me miraron las demás, les acabé dando un beso a cada una de ellas. Mireia era la única que estaba dentro del agua, desnuda.
Pasé por la cocina, y me puse un café. Con éste en la mano, subí al puente donde estaban los chicos.
Les dí los buenos dias, y me senté en el sofá donde casi había pasado la noche.
Tete me pidió relevo, y no le dije que no. Lo que no sabía era la idea que había tenido. Mientras llevaba el timón, me bajó los pantalones, y empezó a meterme un dedo por el culo. Entonces paré motores, y Roger soltó el ancla.
Me puse a cuatro patas en el sofá, en menos de un minuto tenía la polla de Roger en la boca, y la de Tete en el culo. No llevaba ni quince minutos despierto, y ya me estaban dando por todos lados. Roger tenía la polla durísima, y Tete me pegaba unas embestidas tremendas.
A los pocos minutos, cambiaron sus posiciones, Tete me follaba la boca, y Roger el culo. El primero la tenia empalmada a más no poder, y el segundo se hacía polvo de gusto follándome. En poco rato, noté como Roger me soltaba toda la leche en mi interior, y al rato, Tete, lo hacía en mi boca.
Menuda manera de empezar el dia.
Me fui para abajo, con un cigarro en la boca, el café en la mano, y completamente desnudo. Me metí debajo de la ducha que hay al lado de la piscina, y me metí dentro. Las chicas me observaban.
Me senté en el borde de la pequeña piscina, y separé un poco mis piernas. Me apoyé sobre mis brazos, y con una mano, me agarré la polla y emece a masturbarme.
Fue Judith, la que mostró interés, y apareciendo de dentro del agua, como si de una sirena se tratase, se metió mi polla entre los labios, y me la chupo a fondo. Mi mujer se nos acercó por un lado, y sentándose al mio, me daba besos, a la vez que poniendole una mano en la cabeza, acompañaba los movimientos de Judith. Esta, sin sacasrse mi miembro de entre los labios en ningún momento, seguia estrujando mi polla con ellos y su lengua.
Al poco me corrí dentro de la preciosa chica, que siguió con mi polla entre sus labios durante unos minutos más.
Durante el resto del día poco hay que destacar, bueno, Mireia, que es de origen Valenciano, nos hizo una paella que hacia llorar de lo rica que estaba, y después de comer, apalancados en los sofás exteriores, se nos hizo de noche, haciéndo el perro. Me hice una siesta de una hora larga, y me levanté muy motivado.
El turno de la cena me lo comí entero, pues los demás habían estando limpiado cromados y haciendo cosas varias. Después de cenar, subímos a la sala exterior donde, la verdad se estaba de fábula.
Aquella noche acordé con Roger, que se quedaría el diespierto por fuera, y yo “dormiria”.
Después de un par de wiskys, les susurré a mi mujer y a Mireia que si me querían acompañar al cuarto.
Me levanté, y las dos me siguieron. Mireia entro junto conmigo, y mi mujer tardó dos minutos más. Había ido por el maletín de Vanessa.
Lo mejor de todo fue que junto a Susana, al minuto aparecio también Vanessa.
Mireia me desnudó, y me tiró a la cama. Susana se acercó a mi con un botellín de agua en las manos. Abrió la otra mano, y tenia una pastilla azul.
No lo dudé ni un segundo. Le cogí la pastilla, y la botella de agua. Me la llevé a la boca, y me la tragué entera.
Me tumbé en la cama y me dejé llevar.
Solo os puedo contar que durante tres horas estuvímos follando los cuatro. Allí había de todo, para todos. Mi mujer nos folló a los tres, a ella también creo que nos la follamos todos. Recuerdo correrme en el culo de Vanessa, y en la boca de Mireia....sería incapaz de explicarlo detalladamente.
Recuerdo entre Vanessa y yo follarnos a Mireia. Recuero ver a Mireia morirse de gusto con una comida de coño de Vanessa.
Recuerdo cabalgando a Mireia con el arnés, y follarme a Susana....
En fin, una locura...toda la semana lo fué.