Esta mujer me llevará por el mal camino 21

Encuentros, y algún desencuentro, y como siempre, muuuucho sexo. Espero que os guste.

Recordaréis a Theo, mi colega crotata que trabaja en el hotel Jumeirah de Frankfurt, y a su amigo Miro. Hacía tiempo que estábamos en contacto, y por fin, se venian los dos a pasar unos dias a Barcelona. La semana que venian, me pilló de viaje, como no.

Llegué a Barcelona el jueves por la tarde, y quedé con ellos el viernes, para pasar el fin de semana juntos.

El viernes por la mañana, llegué a mi despacho a eso de las 10.00. Me había levantado tarde, pues estaba agotado.

Como no puede ser de otra manera, Mireia me esperaba en la puerta. Ya hacía buen tiempo, y las mujeres se empezaban a vestir de verano. Como me gusta esa época del año. Paseo de Grácia, la arteria comercial por exceléncia de Barcelona, esta a tope de guiris con poca ropa.

Llevaba puesto un vestidito oscuro, corto, con un cinturón muy ancho, y unos zapatos de plataforma de verano, de estos con la suela de esparto, bastante altos. Preciosa como siempre.

-que tal el viaje jefe?-me preguntó al tiempo que me daba dos besos.

-bien, en lo laboral, en lo personal un coñazo. Estoy hasta los mismísimos de viajar tanto. Londres es un coñazo si no tienes con quien salir.

-no te viste con Mateo?

-si, cada dia, pero no me quiero relacionar con él. Es muy pesado.

-bueno, paciéncia, en el próximo me vengo contigo-me decía Mireia para quitarle hierro al asunto.

Me senté en mi mesa, para revisar papeles, y Mireia se fue a su despacho.

A los cinco minutos volvío.

-voy abajo a por un café, que me he quedado sin capsulas. Quieres uno?-me preguntó.

-perfecto, no he desayunado. Susana está fuera en Lisboa creo, y no tenía tiempo tampoco. O mejor aún, me vengo contigo.

Sin darme cuenta, pues estaba mirando el ordenador, Mireia estaba en mi lado de la mesa, apoyada sobre ella. Cuando giré mi cabeza, me dió un vuelco el corazón. Llevaba unos cuantos dias sin tocarla.

Me moví con la silla, hasta ella. Me puse en frente, y le cogí los muslos con mis manos. Mireia me dedicó una sonrisa pícara.

Subí mis manos, levantándole el vestido, hasta que aparecieron sus preciosas braguitas de color rosa, con un diminuto lacito. En efecto, debajo hay un regalo.

Le bajé las braguitas que cayeron al suelo.

Me levanté en busca de sus labios, y la besé profundamente.

-te he echado de menos-me decía mientras yo le llenaba el cuello de besitos.

-y yo...ya te he dicho que no me gusta viajar solo.

Mientras literalmente me la comía a besos, le fui desabrochando el vestido, que ella dejó caer encima de mi mesa.

Con suma facilidad, le desabroché el sujetador de color rosa, y también con otro lacito en medio, entre sus pechos.

Recorrí todo su cuerpo, dedicándome a sus pechos, y bajando por su dura barriga, hasta llegar a su apetitoso coño.

Abrió un poco las piernas, y me deleité con sus olores y su sabor. Empecé con pequeños besitos, siguiendo con unos ligeros lametones, hasta que me volví loco, y se lo comí a saco. Me moría de ganas, y ella de gusto.

-levanta por favor-me susurraba Mireia-quiero correrme contigo.

Yo no quería soltar mi presa ni a tiros, pero, pensando en un bien mayor, le hice caso.

Me quité la americana, y la corbata. Mireia se puso en pié, y mientras me desabrochaba los botones de la camisa, ella se arrodilló en el suelo, y me desabrochó los pantalones, que cayeron al suelo. Siguió con mis calzoncillos, y al ver aparecer mi polla, se olvidó de bajarmelos y se la puso en la boca. Al notar su lengua en mi capullo, me puse aún más cachondo. Elle empezó a chupar a saco, en cinco lametones estaba empalmadísimo.

-vamos al sofá-le dije.

Me acabé de desnudar, y fuimos hacia el sofá. Me senté y ella lo hizo encima mio.

Como por arte de mágia, mientras nos besábamos profundamente, mi polla encontró la manera de ir a parar donde es bien recibida. Mireia también se dio cuenta, y bajándo un poco su cuerpo, se la metió toda dentro.

El tacto del cuerpo de esta mujer, cuando los dos estamos desnudos, el recorrer con mis manos su espalda y su culo, y ella moviéndose arriba y abajo, es para enloquecer.

Mireia aumentó sus movimientos consciente que me iba a correr, sin dejar de besarnos. Tuvímos un orgasmo los dos a la vez. Mi polla se vació dentro de ella.

Continuamos así un rato, no os sabría decir cuanto.

Bajámos a desayunar al Paseo, y una vez sentados, me dijo:

-este mediodía voy a buscar a tu mujer al aeropuerto-comentaba Mireia-quedé así con ella.

-muy bien. A las 13:00 tengo una videollamada con NY, que allí serán las 9:00-contesté yo.

-ok, vendremos directas al despacho.

Como me dijo, se fue a por Susana, y vinieron al despacho a las 14:30. Nos fuimos a comer los tres, y hablamos de lo nuestro. Todo en su sitio. Mireia nos decía que sentía debilidad por nosotros dos, pero que entendía nuestro estilo de vida. Y por eso, según decía, pensaba disfrutar de nosotros mientras pudiera.

Dicho esto, les comenté que estában aquí Theo y Miro, y que saldría a cenar con ellos. Susana comentó que saliera solo con ellos hoy, y mañana hacerlo todo el grupo junto. Se avecinaba el finde en Matadepera, e ir al club de Aitor era buena idea.

Aquella noche salimos a cenar los dos croatas, Ruben y Tete, y yo.

Parecíamos unicef.

Estuvímos bebíendo y cenando, en ese orden. Al acabar la cena empecé a dar viajecitos al lavabo, porque lo necesitaba. Con la ayuda de la harina controlo el alcohol.

Fuimos a un club a tomar algo, pero nos rallamos rápido. Estábamos cerca de casa de Tete y Ruben, asi que compramos unas botellas, y nos fuimos para allí.

Al llegar, en cero coma, se caldeo el ambiente...Ruben le hizo una señal a los croatas, y yo, me tuve que "conformar" con Tete.

Apareció de su cuarto, en pantalón corto completamente transparente. Yo para la ocasión, llevaba unos calzoncillos Jackstreap, y le esperaba sentado en el sofá, viendo como Ruben se hacía polvo con sus nuevos amigos.

Tete se acercó a mí, que solo inocorporándome le llegaba a la altura de su paquete.

Le bajé los pantalones nuevos, y le cogí la polla con la mano. Abrí ligeramente la boca, y él hizo el resto. La acompañó hasta mis labios, que no tuvieron más remedio que abrirse por la que se avecinaba. Empecé a chupársela a conciéncia hasta que la tuvo bien dura.

Me levanté, y me puse de rodillas en el sofá. Theo se había acercado a nosostros, pués Ruben y Miro se entendian bien solos.

Antes que Tete empezara, me puse completamente a cuatro patas en el sofá, gesto que agradeció gratamente Theo, acercándome su polla. No dudé en metérmela en la boca y empezar a chuparla. Mientras Tete, me preparaba el culo, con un poco de lubricante, y dos de sus dedos, que si los veis, es como si hablara de una polla de tamaño normal.

Frotó su polla entre mis nalgas durante un rato, y al ratito, presentó su enorme Rabo a mi culo, y literalmente lo perforó. La mamada que le estaba haciendo a Theo se vió algo afectada, pués con los viajes que me pegaba Tete, me movía entero.

Me tuvieron así durante un rato. Tete, en un acto de generosidad, le hizo el gesto a Theo de cambiar de postura. Theo me endiñó su polla que entro con cierta facilidad. Y desde ya empezó a follarme a saco, al tiempo que me pegaba cachetes en el culo.

Tete, que es generoso, pero no perdona, se puso delante de mi, y agarrándome la cabeza, me metió la polla hasta la garganta, o hasta la médula no se....me costaba respirar, pero no tuvo ninguna compasión de mi. Menos mal, que Theo estaba ahora con un ritmo suave, así que me pude ayudar con una mano, y chupársela al negro mientras lo masturbaba. Se me ocurrió la brillante idea de meterle un dedo en el culo.

Y el cubano se volvía loco.

Tete me dijo que se iba a correr, así que me di la vuelta, y abrí la boca. Theo, me abrió las piernas, y continuó follándome, y Theo, apuntaba con su enorme capullo dentro de mi boca. En pocos segundos tuve mi premio. Tragué sus dos primeras rafagas, y jugue con la última, al tiempo que se la seguía chupando.

En un plis, noté que Theo abandonaba mi culo, y juntando su polla con la de Tete, apuntó otra vez igual. Me la metí en la boca, y se la chupé hasta que volví a tener premio.

Sediento de polla, me levanté y me fuí con Ruben y Miro. Ruben estaba cabalgando al croata, así que me arrodillé delante, y acercando mi boca se la chupaba a Ruben mientras lo follaban. Ruben hizo que el croata se corriera, y después de avisarme, le quité rápido el condón y me metí su polla en la boca. Ruben aguardaba masturbándose. El croata me folló un poco la boca, y me soltó su corrida dentro. De nuevo estaba tragando semen, que me rebosaba por la comisura de los labios.

Después de un rato, chupándosela a Ruben, me agarró fuerte por la cabeza, y me lo soltó dentro. Otra vez. Cuatro.

Me levanté, y me bajé los calzoncillos, mirando a mis compañeros. Fue Theo el que tuvo el detalle de chupármela y tragarse él mi corrida.

Esa noche, después de llegar a mi casa, llegué a la conclusión que no es recomendable ponerse muy morado, y enrollarse con cuatro tios.

Al salir de casa de los chicos, después de pegarme una ducha rápida, me fui en busca de un Taxi, pues evidentemente mi coche se quedaba donde estaba. Faena tenía para andar recto.

Justo llegó el Taxi, y recibí un whatsapp de Mireia "que haces jefe?" "Estoy aburrida"

"Ven a casa" le contesté yo.

Al final la pasamos a buscar en el mismo taxi que iba yo. Susana estaría a punto de llegar si no lo había echo ya.

Llegamos a casa, y Susana acababa de hacerlo.

-vaya jeto llevas-me dijo nada más verme

-yo también te quiero-le contesté yo.

Mireia se partía de risa.

-que tal la noche?-me preguntó

Le hice un pequeño resumen, y entonces entendió mi cara.

Me volví a dar una ducha, dejándo a Susana y Mireia en el comedor.

Cuando salí, estában en la cama.

Durante un buen rato, me dediqué a mirarlas. Se comían a besos, se follaban con la mirada.

Muchas veces creo, que mi mujer sería capaz de hacer que me corriese solo mirándome.

Se fueron desnudando. Se tumbaron en la cama, haciéndo un morboso 69. Mireia se volvía loca, y es que Susana, no chupa nada de nada mal.

Mireia se revolvió, escapándo del entrepierna de Susana. Se puso un arnés, y empezó a follar a mi mujer que la esperaba espatarrada.

Le metió la polla de goma dentro y empezó a follarla con fuerza, como a Susana le gusta.

En poco rato Susana se corrió, y escapando de las garras de Mireia, le pidió el arnés.

Mireia se la miraba ponerse, mientras yo jugaba con su coño, haciéndo que se mojara rápido.

Susana se tumbó, y fue Mireia la que se dispuso a cabalgarla. Yo lo vi claro, y empezé a jugar con el culo de mi secre.

Se me puso dura sola, le unté el culo con un poco de lubricante, y le fui metiéndo mi dura polla despacito, pero hasta el fondo. Era ella la que marcaba los movimientos, y la que soltaba unos gritos que raro, si no lo escucharon los vecinos.

Disfrutando como una viciosa, nos cabalgó a los dos, hasta que me corrí dentro de su precioso y estrecho culo.

Caí rendido en la cama, solo recuerdo a mi mujer y mi secretaria besándose.

A la mañana siguiente me levanté y estaba mi mujer conmigo, Mireia ya se había levantado.

Fui en su busca, y para flipar, descalza y con una camisa mia desnuda.

Me dio un pico, y se sentó en la mesa.

Me puse cardíaco, y el ir en pelotas, no me ayudó a disimular el asunto.

Mireia se dio cuenta, y sonrió.

-el jefe se ha levantado contento verdad?

-el jefe se ha puesto contento al ver a su secretaria en su cocina-le contesté yo.

Mireia se medio sentó en el marmol de la cocina, y se abrió la camisa.

No la besé mucho, pues me acababa de levantar, pero me la follé a conciéncia muy muy a conciéncia. La recuerdo gemir y estremecerse como si la tuviese enfrente ahora mismo.

Con el calentón mañanero, al rato de dárle candela no pude aguantar más y me corrí. Le di un piquito y le dije:

-secretaria buena, secretaria buena.

Me respondió con una mueca irónica, y se fue a la ducha.

Mientras preparaba el desayuno, escuché gritos en la ducha. Fui corriendo, y no eran gritos, eran gemidos de mi mujer, pues Mireia le estaba dedicando una sonora comida de coño dentro de la ducha.

Aquel sabado lo pasamos junto con los croatas haciendo el turista por Barcelona.

A media tarde, fuimos a recojer las maletas que tenian en el hotel, ya que se quedaron a dormir en casa, que tenemos sitio de sobra.

Al anochecer, nos arreglámos un poco, y salimos a tomar algo antes de cenar.

A la hora de la cena, también vinierons Tete y Rubén.

Tomamos un par de gin's en el mismo restaurante, y nos fuimos al club de Aitor, donde teníamos una habitación preparada. Llamé al pizzero, que son su atención habitual, me acercó la harina a la puerta del restaurante.

Con las copas, les expliqué como funcionaba el local de Aitor, ya que para Theo, Miro y Mireia era la primera vez.

Mi "secretaria" estaba algo nerviosa, ya que intuía la que se le venía encima.

Cuando llegamos al club, previo paso por los lavabos del restaurante, para ponernos en marcha, nos quedamos los siete en la barra, y pedimos unas copas. Echámos un vistazo, estaba a tope. Como decía al principio del relato, Barcelona está a tope de turistas en esta época del año.

La mujer de Aitor, nos recibío de mil amores, y estuvímos un rato charlando con ella.

Se acercó Aitor, y nos dijo que nuestra sala ya estaba preparada, así que subímos con las copas para arriba.

Cuando llegámos, nuestra sala era la segunda, nos había preparado 7 copas de cava y un par de botellas, con una bandeja al lado (muy previsor él). Había cambiado la decoración de la habitación, ahora teniamos más perchas para colgar la ropa, y lo más destacable, una luz de esas negras, que hacen que brillé el color blanco.

Al poner la harina encima de la bandeja, era un espectáculo de colores, y si llevabas algo de color blanco (Mireia y Susana llevaban la parte de arriba de su ropa) parecías un gusiluz.

Nos quedamos los siete dentro, con la puerta cerrada para que no entrase nadie, yo me puse a hacer comentarios chorras, para reirnos todos un rato.

Nos ventilamos lo que había en la bandeja, los cuatro de siempre.

Como sé como funciona esto, me levanté y me desnudé de arriba abajo, y no fue para empezar con el rollo, que tembién, lo hice para que mi ropa quedase bien colgada y toda en su sitio, ya que siempre que voy, pierdo algo.

El resto de tropa, empezó a desnudarse también, y llegó un punto, que estábamos casi todos en pelotas encima de la cama, mirándonos, riendo, y sin hacer nada.

-queréis que habra ya la puerta?-les pregunté a todos.

-espera un rato que me acostumbre-me contestó Theo, que aún sentía algo de verguenza.

Me levanté de la cama, y la rodeé en busca de Mireia. La levanté de la cama, ella sentía vergüenza, pero se dejaba llevar.

La puse enfrente mío de espaldas a mí, la rodeé con mis brazos, y empecé a tocarle las tetas y la barriga. Al pasar mis manos entre su entrepierna, puso una pierna encima de la cama, para darme acceso libre a su sexo.

Todos nos mirában.

Señalé a Tete, que se levantó, y se puso a nuestro lado.

Me arrodillé enfrente de él, y le pedí a mi secre que hiciese lo mismo.

Nos quedamos los dos mirando la enorme polla que tiene el cubano.

La agarré con la mano, y se la ofrecí a Mireia.

Se metió todo lo que pudo en la boca, y empezó a hacerle una señora mamada.

Me levanté, y me senté al lado de mi mujer, que empezó a besarme.

Sin saber quién, me agarraron la polla con la mano, y empezaron a masturbarme.

Era Theo. No tardó mucho en llevársela a la boca.

Susana me abandonó y se fue a por Ruben y Miro.

Me quedé un rato mirando como Tete se follaba a Mireia, Theo me estaba haciendo una señora mamada, pero se me ocurrió cambiar de tercio.

Me aparté, en la habitación estaba bastante oscuro. Solo se escuchaban jadeos y gemidos. La que mas gritaba, con diferéncia, era Mireia.

Era el momento de abrir la puerta.

La deje completamente abierta, con la cortina entrecerrada. Esto significa que puedes mirar, pero no participar si no te invita álguien de la cama.

Theo me miraba desde la cama, masturbándose, así que me puse a cuatro patas encima, y el rapidamente se levantó, y se puso detrás de mí. Me untó un poco el culo, y poco a poco me penetró. Conforme entraba y salía apretaba más o menos. Me la metía hasta el fondo.

Levanté la cabeza, y a había un tio en la pared, mirándonos. Le hice una señal con la lengua. Rapidamente se me acercó, y me dejo verla. Intenté alcanzarla con una mano, pero los empujones de Theo me lo impedian. Entonces el hombre se sentó en la cama, facilitándome el acceso a su miembro.

Me la metí entera en la boca, y se la chupé lo mejor que podía debido a que Theo no aflojaba.

Giré la cabeza a un lado, Susana recibía por la boca y por abajo, no alcancé a ver por donde. En el otro lado, Mireia no dejaba de cabalgar a Tete, y tampoco de gemir y jadear.

Noté que Theo apretaba un montón, y al poco rato de hacerlo, se corrió en mi espalda. El mismo se encargó de repartirlo por toda mi espalda y nalgas, con sus dedos.

El chico que tenia delante, la tenía dura como un palo. Le coloqué un condón con la boca, como una profesional, y me senté encima suyo, mirándo a la puerta.

Empecé a cabalgar aquella bonita polla, mirándo hacía la puerta.

Un matrimonio mayor nos miraba.

La señora se me acercó, y señalando mi polla me pregunto si podía. Entre jadeos le dije que si, y en medio segundo me estaba sujetando la polla con su mano, e intentando sincronizar sus movimientos con una mamada.

La señora se las ingenió de maravilla, y yo me hacía polvo de gusto.

El señor junto a la pared, había sacado su enorme polla,  y empezaba a masturbarse.

Me levanté de la polla que me follaba, le quité el condón, e invité a la señora a continuar chupándosela.

Me acerqué al señor, y le pregunté:

-le importa que le ayude?

-bueno, yo...con mirar....

-permítame que insista-le dije al tiempo que me arrodillaba en frente suyo.

El hombre sentía vergüenza, se le notaba, pero le cogí la polla con la mano, y se dejo hacer.

Me la metí en la boca poco a poco. El señor se apoyaba en la pared, mirando al techo, y sujetándome la cabeza.

Entonces empezó a llevar la iniciativa y me empujaba follándome la boca.

Le apreté con los labios y la lengua, y al poco se corrió en mi cara. El morbo le pudo, y aguantó poco....una lástima.

Miré hacia la cama, Mireia continuaba con Tete, ahora a cuatro patas.

Me acerqué a ellos, y me senté enfrente de Mireia, ella girando un pelín la cabeza, empezó a darme besos en la polla. Sus besos, unidos a sus jadeos, hicieron que se me pusiese dura en seguida.

Tete le pegó cuatro empujones a lo béstia, y se acercó a Mireia por el otro lado.

Mi secretaria y yo, juntamos nuestras bocas, y se la chupamos entre los dos a Tete hasta que se corrió entre nosotros. Nos morreamos y guarreámos la cara.

-ponte a cuatro patas cariño-le dije a Mireia.

Se puso mirando a la puerta. Esperando marcha. Me acerqué a la puerta, en la pared había dos tíos mirando. Me acerqué a ellos y les dije:

-os la quereis follar?

Ni contestaron, se bajaron los pantalones, y se acercaron a ella, que con una mueca, me dió las grácias.

Uno de ellos fue directo hacía su culo. Mireia se lo miró y le soltó un rotundo "NO".

El chico lo pilló rápido, y empezó a jugar con su coño, un poco de frote y se la metió. Mireia cerro los ojos, y soltó dos grandes gemidos.

Para cuando los pudo abrir, ya tenía al otro tio, con su polla en la mano, a un palmo de su cara. Lejos de rehusar la invitación, abrió su boca, y empezó a chupársela al tio, que no podía creer el pedazo de pivón que le estaba comiendo la polla.

En aquel momento, heramos once o doce personas. La verdad, es que no cabíamos.

Decidí tomarme un kitkat, preparé un buen viaje en la bandeja, y me acabé una copa de cava que teníamos allí encima. La visión era fantástica.

Mi mujer estaba jugando con Theo, Miro y Ruben. La poca luz no me alcanzaba ver que le hacían, pero gemían como perros.

Mireia estaba entre dos desconocidos, y otra mujer, estaba también con un desconocido. Olía a sexo por todas partes.

Después de mirar un rato, entraron dos tios más. Se me quedaron flipando, al verme en pelotas, y parcialmente empalmado.

Me senté en la cama, y les hice una señal para se acercaran. El primero se acercó rápido, y dejo caer sus pantalones. Le bajé los calzoncillos, y le agarré la polla con la mano. Le pegué cuatro lametones, mientras la masturbaba lentamente.

Abrí mi boca, y me la metí dentro. Empezé a chuparla a buen ritmo.

A mi lado, los que estaban con Mireia, cambiaban posiciones. Bueno, en realidad, uno se iba, pues se había corrido, y el otro pasaba a follársela.

Mireia no dejaba de gemir.

El tio que estaba en la puerta se me acercó, con su polla en la mano.

Se la agarré mientras seguía chupando la otra.

El primero, con la polla tiesa, se fue a follarse a mi secretaria, pués el que estaba con ella, quedo finiquitado.

Yo seguí chupando la nueva entre mis labios.

-fóllame-le dije sin contemplaciones.

Me puse a cuatro patas, al lado de Mireia. El tio desde el suelo, llegaba perfectamente. Me endiño su dura polla sin contemplaciones, y no pude evitar soltar dos gritos. Empezó a empujarme con fuerza, y yo a flipar de placer.

Por delante de la puerta, no cesaba de pasar gente. Ahora estaba la cortina completamente abierta, de esta manera, cualquiera podía entrar y apuntarse.

Subió uno de los camareros, a recojer las copas vacías. También traía condones, que dejó encima de la mesita.

Nos dijo en voz alta, que ya habían cerrado, con lo que podiamos estar más tranquilos.

-quédate aquí-le dije.

Ni me contestó. Se fue con la bandeja, mientras el tipo me follaba cada vez mas duro.

Entonces una enorme polla negra se acercó a mi boca. Era Tete. Me metí su capullo entre los labios, y empecé a lamerlo como un loco. El me empujaba para metérmela en la boca entera, pero yo, haciendo presión no le dejaba.

En aquel momento, subieron Aitor, el camarero Tomás, y la mujer de Aitor.

El matrimonio se desnudo, la chica se fue con Susana y los tres chicos, y Aitor, vino por mi. Yo con la polla de Tete entre los labios, no daba para más. Mireia, en un acto solidario, se me sentó al lado, pues su partener se había corrido, y empezó a comerle la polla al dueño del local.

Mireia se levantó un momento, y se fué al lavabo. Gran error salir desnuda de la habitación. Era carne de cañon. Tomás, que lo vió, salió detrás de ella disparado, medio en bolas.

Tete ya tenia la polla dura como un palo. Me tumbé en la cama, boca arriba, el me levantó las piernas, hasta quedar por encima de sus hombros. Me dilató un poco el culo, y me la metió dentro. Esa mezcla de gustazo y placer, me hace enloquecer.

Aitor, lejos de renunciar a mi, se acercó por mi cabeza, y de nuevo, me folló la boca.

Yo no podía ni gemir.

Álguien, que no se quien era, me estaba agarrando la polla, y empezaba a masturbarme. Al poco rato, me la chupaba, pero no podía ver quien era, ya que las piernas de Aitor me tapaban la cara.

Por la comida que me hacían diría que era mi mujer, pero no estaba seguro.

Está claro que me dejé llevar como un cabrón.

Tete me follaba con ganas, y bastante duro, y para mi sorpresa, Aitor no tardó mucho en correrse, en mi boca. Lo hizo sin avisar, y un pequeño hilo de semen me caía entre los labios.

Al apartarse, pude ver que en efecto, era Susana la que me hacía un homenaje.

Le di una palmada en el hombro, y se puso en posición 69. Su coño me quedaba a la altura de la boca, así que empecé a lamerlo como un loco. Ella me seguía chupando la polla, mientras miraba, en primera fila, como aquella enorme polla negra se perdía dentro de mi ojete.

En un momento de gustazo, y de placer, vi aparecer una polla por encima de mi cabeza, que rondaba el coño de mi mujer. Apuntó hacía el, y yo le solté dos lametazos a aquel precioso capullo, era Theo.

Me la metió hasta la garganta, un par o tres de veces. Yo tenía la garganta dormida, a causa de la harina, aún y con eso, me encantaba. La lamía con mi lengua y la presionaba con mis labios. Se puso bien dura, y entonces se la metío a Susana. Los huevos me rozaban la frente, pero el morbo me podía. Seguía dándole lametones al clitoris de mi mujer.

Tete seguía follándome con fuerza, y la poscición era cómoda pero claustrofóbica. Así que me los aparté como pude. Con mi polla empalmada, me senté encima de la de Tete, que volvío para mis adentros sin problemas.

Theo continuó follándose a mi mujer, y Tete a mi.

Apareció una pareja, joven, en la puerta, y rapidamente entraron. El chico sacó su polla a pasear, y la chica se la tocaba, al tiempo, que levantaba su falda, y se metía su otra mano entre sus bragas.

La chica se nos acercó, y sentándose a mi lado, me agarró la polla, que rapidamente se volvió a poner dura. Mientras, el chico, le metió la verga en la boca a mi mujer, sin pedir permiso.

Apreté un poco con mi ojete, y Tete no puso aguantar más y se corrió dentro de él.

Le pedí a la chica que se levantara, ella obediente, se puso a cuatro patas en la cama.

Levanté su falda, y le bajé las bragas hasta las rodillas. Me enfundé un condón y me la follé a saco. Aquella joven, tenía experiéncia, a pesar de su edad. Gemía como una loca.

Le dí fuerte un buen rato, y en un momento, se giro, y señalando con un dedo su ano, me pidió más marcha.  No tuve reparos en cambiar de abujero, así que le follé el culo. Más estrecho logicamente, pero también parecía un ano experto

Mi mujer ya estaba entre dos pollas, como mas le gusta, una por delante y otra por detrás.

Al rato, irremediablemente, me corrí dentro del culo de la chica, que después supe, era una famosa actriz porno catalana. Por eso noté su experiéncia.

Me levanté, y me puse los pantalones y los zapatos, pensando en ir a buscar a Mireia.

Bajé abajo, el bar estaba practicamente vacío, quedaba una pareja enrollándose en uno de los sofás, pero ni rastro de Mireia.

Pasé detrás de la barra, hasta el office. Allí estában. 4 tíos, la tenían a cuatro patas, uno la follaba, y los otros tres se masturbaban, esperando su turno.

-todo bien?-pregunté en voz alta.

-si, pase pase, que esta tiene ganas-me dijo uno de ellos.

Mi primera idea fue regalarle un puñetazo, pero al ver la cara de gustazo de mi secretaria, vi que no era el caso. Se lo estaba pasando en grande.

El tio que se la follaba se corrió, y otro tomó su relevo. Justo en ese momento, apareció Theo, que se quedó a mi lado.

El tipo, intentó metérsela por el culo a mi secretaria, y ella, le dijo que NO.

Insitió, y le volvió a decir que no. Al final el muy gilipollas, agarrándola fuerte por las caderas, se la metió en el culo. Mireia soltó un grito que retumbo el local.

Me acerqué a él, y lo aparté de Mireia. El tio se me quedó mirando en actitud vacilona, con la polla tiesa. No pude evitarlo. Le solté un puñetazo en plena cara, que aún le debe retumbar.

Dos de los tios vinieron a por mi, le di a uno primero, pero el otro consiguió agarrame por los brazos, cuando el otro se disponía a devolverme el golpe, Theo le soltó uno que le reventó la nariz. Se enzarzaron los tres, el croata repartía óstias a diestro y siniestro.

Me acerqué a Mireia, que le lloraban los ojos. Un pequeño hilo de sangre caía por sus piernas. La tranquilicé a ella, pero yo me acabé de encender. Me venían a la cabeza muy malos recuerdos.

Le dí otro puñetazo al tio que le había echo daño, que fue a parar al suelo. Me puse encima de él, y si no llegan a venir los chicos todavía le estoy dando puñetazos en la cara.

En un minuto, habían bajado todos de arriba. Susana incluso bajaba mis cosas.

Salímos del Office, y nos sentamos en la barra, encontes apareció Aitor, y nos pidió que nos fuesemos, que allí ya no pintábamos nada. Le habíamos partido la cara a sus camareros.

Dos de ellos acabaron en el hospital. Uno por los golpes de Theo, y otro por los mios. No presentaron ningúna denúncia.

Nos fuimos para mi casa, pués eran más de las cinco de la mañana. Mireia no articulo palabra en todo el camino.

Una vez más tranquilos, le explicamos como funciona bien esto. Ella nos decía que no pasaba nada, que lo entendía. Hasta que el gilipollas aquel le reventó el culo, ella se lo estaba pasando de puta madre. Se la habían follado cinco o seis tios.

Aitor, después de averiguar lo que pasó, me llamó pasados unos días.

Lo mandé a la mierda, tendría que haber preguntado en su momento, no cuatro dias tarde.

Lo malo fue que no nos invitaron al finde loco en Matadepera.

Lo bueno, es que organicé uno en mi casa de Miami Playa a finales de Julio, y fue tremendo.

Después os lo cuento.