Esta mujer me llevará por el mal camino 20

Un viaje muy movidito y provechoso. Espero que os guste

Como recordareis, un lunes a finales de Mayo, me fuí de viaje con Roger a NY por un tema de trabajo. Queriamos hacer una fuerte inversión en una empresa hotelera que estaba en auje en la ciudad, y que contaba ya con tres hoteles de 5 estrellas, uno en Brooklyn, otro en Manhattan y un tercero en Miami, Florida. Conozco muy bien al CEO de esta empresa, y tras algunas reuniones, coincidimos que era el momento de crecer, y para ello buscar socios potentes. Roger y yo estábamos dispuestos a invertir fuerte, pero las cifras que creíamos convenientes, para dar el salto definitivo, eran inalcanzables para mi, para el dueño e incluso para Roger.

En mi últmo viaje a Doha, convencí a un fondo de inversión para que colaboraran, pero continuaba faltando dinero para poder cumplir el plan de expansión que con Richard (el CEO de la empresa hotelera) habíamos trazado.

Nos hospedamos en el hotel de Brooklyn, en dos habitaciones separadas.

El hotel tiene un RoofTop que está muy de moda en la ciudad, y por la noche, con buen tiempo, hay un ambiente tremendo.

Al dia siguiente, Martes, nos fuimos en el ferry a Wall Street, dónde el gurpo inversor tenía las oficinas. Nos reunimos nosotros tres con los dos socios principales, dos vejestorios de 80 años cada uno, y una de las famílias más ricas de la ciudad, y con su sequito de 7 abogados. La imágen era curiosa, pues estábamos nosotros tres en un lado de la mesa (rectangular) y las otras 9 personas en el otro. Parecía un partido de rugby.

Richard tiene muy buenas ideas, pero muy poco don de gentes, así que llevamos el peso de la reunión entre Roger y yo.

Primero Roger, mediante un montaje en video, y unos Pdf's les explicó el plan de crecimiento, lo suyo es la publicidad, si se lo propone le vende una máquina de hielo a los esquimales. Cuando fue el momento de hablar de dinero, intervíne yo, que para eso estoy.

La verdad, es que quedaron muy contentos. Nos pidíeron 72 horas para tomar una decisión. Les explicamos que teniamos otra reunión por la tarde, para explicarles lo único, pués claro está, no nos lo podíamos jugar todo a una carta. Ellos lo entendieron, y me pidieron que no tomaramos una decisión sin antes consultarles a ellos.

Después de la reunión de la tarde, que no fue tan bien, pues el turismo no es el sector principal dónde se mueven, nos fuimos para el hotel.

Quedamos con Roger en subir al RoofTop después de cenar, a tomar una copa.

Nos sentamos en una mesita, con unas vistas increibles sobre el Skyline de Manhattan en frente, y el puente de Brooklyn a la derecha.

Estuvimos charlando un rato, de cosas nuestras, cuando se nos acerco un hombre, mejicano, Mateo. Era uno de los abogados del Buffete que habíamos visitado por la mañana.

Nos pidió permiso para sentarse, y sin tapujos, nos explicó que había venido por ordenes de sus jefes, pues querían saber un poco más de nosotros, o más concretamente, de mi. Asi que allí me teneis soltándole un rollo a aquel hombre que debía tener mi edad más o menos.

Estuvímos hablando mucho rato, Roger, que apenas intervenía, llegó un punto que nos pidió permiso para irse a dormir.

Pasado un ratito, se nos acercaron un par de chicas, pidiéndonos permiso para sentarse. Yo no estaba para ostias, pués me jugaba mucho, así que al igual que Mateo, les dijímos que no. Es un hotel de lujo, y és habitual que haya "busconas" por esos locales.

Al cabo de un rato, se nos acercaron otras dos.

-escuche Karlo, y si vamos a un sitio más íntimo?-me preguntó Mateo.

Saltaron todas las alarmas, pués por el tono que usaba, me pareció que buscaba algo más que hablar.

El tipo, no era muy guapo, mas bien bajito, muy moreno, con gafas, pelo rizado muy engominado. Se le veía fuerte.

Dadas las circunstáncias, le dije que Ok.

-Vamos al bar de abajo?-le pregunté yo haciéndome el tonto.

-estará cerrado, són las dos de la madrugada, yo había pensado más bien en su habitación.

Me quedé a cuadros unos segundos pero reaccioné diciéndole que si.

Nos fuimos a mi habitación, que era una suite, con unas vistas increibles. Quedaba sólo dos plantas debajo del RoofTop.

Admiramos las vistas desde la ventana, me preguntó:

-está usted casado?

-no, vivo con una chica, pero tampoco le sabría decir si estoy comprometido-le contesté yo medio en cachondeo.

-y usted-le pregunté yo.

-estoy separado, estuve 5 años viviendo con mi novio, y antes de casarnos, nos separamos.

En ese momento ya me quedó claro del todo lo que hacíamos en mi habitación.

Decidí tomar la iniciativa de la situación, pues estaba claro el tema.

Hice ver que estaba un poco borracho, pués habíamos bebido bastante, y le dije:

-Mateo, te importa si me doy una ducha? Estoy algo sofocado.

-estas en tu casa, por favor.

La habitación, tenía el lavabo comunicado con la misma. El water quedaba tras una puerta con cristal glaseado, y la ducha, justo al lado, con un cristal completamente transparente.

Me desnudé al lado del lavabo, y me puse el albornoz. Salí un momento, y le pedí que se pusiese cómodo.

Me metí en la ducha, desde la silla de la mesa de la habitación me veía perfectamente.

Me enjaboné el cuerpo con sutileza, haciéndo incapié en mi paquete. El cabrón no perdía detalle. Me dí la vuelta, para que viera mi culo, me lo enjaboné bien, e hice pasar uno de mis dedos por la raja de mi culo, hasta llegar a mi ano. Repetí la operación un par de veces, por si no le había quedado claro.

Cuando me di la vuelta, Mateo estaba de pié desabrochándose la camisa. Con una sonrisa buscó mi aprobación, que obtuvo de forma inmediata.

Salí de la ducha, y sin secarme, me envolví una toalla a la cintura.

Se acercó a mi, y empezó a pasar sus manos por mi cuerpo mojado.

-desde que le vi esta mañana-me dijo-me morí de ganas de follarlo. Incluso me masturbé en mi despacho después de la reunión.

Le agradecí el comentario con una sonrisa. El tipo se lanzó a por mis labios. Fuí bajando por su cuerpo, y le bajé los calzoncillos. Mateo tiene una bonita polla, que no dudé en meterme en la boca. En pocos lametones la tenia dura dura. Seguí comiéndosela.

-déjeme follarlo-me decía, casi suplicando-quiero follarlo.

Me puse a cuatro patas encima del puf que hay junto a la ventana.

Mateo se calzó una funda, y puso lubricante en ella. Me rondó el ano un poco, y me la metió. Se quedó quieto, y al ver que no le había costado en exceso, me la metió hasta el fondo. Empezó a empujarme, agarrándome por los hombros y a ratos por las caderas. Me daba bastante duro. Para que el polvo no se hiciese eterno, le pedí que se sentara él en el puf. Me puse de espaldas a él, y poquito a poco me senté encima de su polla. El tío gemía a lo béstia. Fui aumentando el ritmo arriba y abajo, y cuando la tenía toda dentro, le hacía unos pequeños movimientos con el culo (me los enseño mi mujer) que hacían que se volviese loco.

En poco rato noté como aumentaban sus gemidos, y me agarraba por el culo para que aflojase la intensidad de mis movimientos. Me quedé quieto con su polla dentro, y noté como perdía rigidez, se había corrido. Me levanté con delicadeza, y me volví directo a la ducha. Cuando salí, Mateo estaba vestido.

-le dejo aquí mi tarjeta, si no nos viésemos, llamemé cuando visite NY.

Me extrañó la frialdad final, lo reconzco. Me sentía como una puta. Solo le faltó dejarme los billetes en la mesita. Pero la realidad, es que me gustó pensar que me había dejado follar por dinero. Si alguna vez no me va bien en ésto, me hago chapero, pensé.

Cachondeo aparte, el tio me escribió un mail al dia siguiente, pidiéndome disculpas por su comportamiento, y deseando que no interfiriera en nuestros negocios.

Con todo el humor del mundo, me vestí y volví al RoofTop, a ver si pillaba cacho pues me habían dejado a dos velas. Era ya muy tarde, estaba casi vacío. Me dejaron entrar con la condición de tomar solo una última copa.

Me senté en la barra, y empecé a darle charla a la camarera, una suramericana con muchas curvas.

Cuando la tía vío que tenía ganas de marcha, pasó de mí.

Entonces subió el botones que antes nos había traído champan a la habitación. Un chico rubio con un plumazo de la ostia, y una carita muy fina y mona. El tio me preguntó:

-ya se ha ido su amigo?.

-si, bueno en realidad no nos conocíamos.

-y ha sido una buena visita?-me dijo sin cortarse un pelo.

-pues ha sido corta la verdad-continué yo-y la verdad, incluso diría que muy corta.

El chico se fue con una bandeja para abajo dedicándome una sonrisa.

Me fui a mi habitación, y decidí usar el recurso que nunca falla. Me puse unos vídeos de mi tablet, y me hice una paja solo en mi habitación.

Al dia siguiente por la mañana, recibí una muy buena notícia, la visita del dia anterior había dado sus frutos. Nos reuniríamos al dia siguiente para que nuestros respectivos abogados preparáran el acuerdo.

La mala notícia era que nos teníamos que quedar un dia más.

Durante la mañana estuvímos dando garbeos por zonas turísticas de Manhattan, Roger y yo. Ya por la tarde, como hacía buen dia, decidímos volver al hotel y darnos un bañito en la piscina del Rooftop.

Roger me vino a buscar a la habitación, y haciéndolo pasar, lo provoqué un poco, y acabámos follando en la cama antes de subir a la piscina.

Tenía muchas ganas de sentirlo dentro de mí. Me encanta sentir sus jadeos en mi cuello, al tiempo que mi culo siente como si fuese a estallar, y me encanta también cuando noto su semen recorriendo mis paredes interiores e incluso gotear un poco a través de mi ano.

Esta vez hice una pequeña variación, y es que después de follarme el, cambiamos papeles y lo follé yo. Su culo hace me corra a los pocos empujones. Me pone a mil.

Total que subímos bien descargaditos a la piscina. Nos tomamos unas cuantas cervezas, en la zona vip. Le eché el ojo a un par de chicas, más jóvenes que yo, unos trienta, una morena, y la otra mulata, muy guapas las dos. Me dió la impresión que ellas también nos lo habían hechado a nosotros. Ir con Roger aumenta las posibilidades de exito un 200%.

Roger y yo nos fuimos a cenar después del bañito a una pizzeria cercana. Llegamos al hotel a eso de las 22.30. Pasámos por la habitación, y nos trincamos un par de wiskys cada uno.

Al rato decidímos subir arriba a tomar algo en sociedad, aunque yo de buenas ganas ya me hubiese quedado en la habitación follando con él.

Entramos en el terrado, y nos tomamos una copa en la barra. Yo buscaba las chicas de la tarde para enseñárselas a Roger, pero no las veía por ningún lado.

Nos acercamos a la zona vip, reservada a clientes del hotel e invitados especiales, y nos sentamos en una mesa. Yo con mi tercer wisky ya iba "tocado". Al final de la línea de mesas donde estábamos, estaban las dos chicas hablando con otros dos chicos.

-mierda, se nos han adelantado-le dije a Roger.

Roger se giro, pués le quedaban detrás, y las vió.

-ostia puta, pues si que son guapas si....va tranki Karlo, que hoy mojamos seguro-me dijo Roger.

-si, si de eso no tengo duda, pero para variar, me haría ilusión ligar con mujeres-le dije yo.

Al rato, una de las chicas se levantó, para ir fuera de la zona privada. Roger salió disparado destrás de ella. Iba a la barra, y Roger la siguió hasta allí. Se le puso al lado, no se que coño le dijo, pero en diez segundos la chica ya le daba dos besos (raro, pués en EEUU te suelen dar la mano si no te conocen). Al poco, la chica se giro hacía mi y sonreía. Yo lejos de evitar la mirada le devolví una sonrisa.

Estuvieron hablando unos diez minutos, incluso vi que la chica sacaba el móbil, no se si para llamar a alguien, o para anotar algo...

Se bebieron un chupito, y la chica le dió un beso a Roger en la mejilla.

Volvío hacía la mesa con cara de satisfecho. La chica, mulata con el pelo muy rizado, largo, un vestido gris claro, y tacones de aguja, al pasar por mi lado, me dijo "nos vemos". Era preciosa.

Al tiempo que se sentaba Roger, me dijo:

-espera 5 minutos.

-a que tengo que esperar?-contesté yo observando que la chica que no había hablado con Roger se giraba y no paraba de sonreir-que coño les has dicho?

-pues bien-contestó Roger gustándose y orgulloso del resultado que se avenicaba-le he dicho que somos una pareja de Gays de Barcelona, y que nunca habíamos visto una chica de color tan guapa como ella.

-en serio?

-y tan en serio. También le he dicho, que podía venir a nuestra habitación, a tomar algo. Ella decía que estaba con una amiga, y con dos chicos que no se podían quitar de encima.

Aun no había acabado de explicármelo, que las dos chicas se levantaron de la mesa donde estában, y se sentaron en la nuestra. Melanie y Shelma. Nos presentamos. Al creernos una pareja gay, se abrieron desde el primer momento, y la verdad es que echámos unas buenas risas.

Al rato, lo inevitable:

-venis a nuestra habitación a tomar la última copa?

-de que va esto? -preguntó Melanie

-de tomar una copa en la habitación-contestó Roger.

-soys gays o nos estais tomando el pelo?

-venid a nuestra habitación, y os hacemos un numerito-les contesté yo con mi habitual poca mano izquierda.

Nos reimos un buen rato, y al final nos levantamos para ir para abajo. Pedazo de jacas.

Llegamos a la habitación, las dos se quedaron un poco cortadas. Estuvímos unos minutos en el balcón, mientras nos subieron una botella de cava y cuatro copas.

Nos triquilamos la botella entera entre cachondeo y risas. De manera natural, la conversación iba subiento de tono. En un momento dado, las chicas se vinieron arriba, y nos pidieron que querian ver espectáculo.

Roger se me acercó y me desabrocho la camisa, y me la quitó, yo hice lo propio con él. Cuando se dirigía a los pantalones, lo paré.

-y vosotras chicas?-les dije a las chicas, para que se implicaran...

-tenemos que participar?-contestó Melanie

-bueno, un poco nosotros, y otro poco vosotras....es justo no?

Shelma se acercó a Melanie, y le desabrocho la blusa. Melanie hizo lo propio con la camiseta de tirantes de Shelma. Se quedaron las dos en sujetador. Seguían sonriendo, pero ahora sus caritas denotaban morbo. Se estaban poniendo cachondas, bien!

Roger me desabrochó los pantalones, y me los bajó. Mientras yo me quitaba los calcetines, se quitaba sus pantalones. Nos sentamos los dos al pié de la cama.

Nos quedamos quietos, y ellas también. Estaban en sujetador con sus faldas y shorts todavía puestos.

-no nos estareis tomando el pelo verdad?-preguntó Melanie, que es más desconfiada...

Roger se levantó, y se puso en frente mio. Le bajé los calzoncillos, y me quedé a un palmo de su polla, aún flácida.

Las chicas seguían expectantes.

Para que salieran de dudas, agarré el pene de Roger y me lo llevé a la boca.

Me lo metí entero, y empecé a chuparla. Las chicas se sentaron a mi lado, no daban crédito. Ahora ya no se reían tanto, pués se dieron cuenta de que aquello iba en serio.

Shelma estaba justo a mi lado, agarré la polla de Roger por la base, y se la ofrecí. Soltó una pequeña sonrisa, y declino mi invitación.

Roger me apartó la cabeza de su entrepierna, y les dijo a las chicas:

-ahora es vuestro turno chicas.

Ellas se ruborizaron bastante. Continuaban flipando.

Ayude a Shelma a levantarse, y Melanie lo hizo por iniciativa propia. Acompañe a Melanie, a ponerse detrás de su amiga, y le puse las manos en el sujetador. Le desabrochó el sujetador, y me miró con cara de querer saber que era lo siguiente.

Le di la vuelta a Shelma, y volví a guiar a Melanie, que esta vez lo pilló rápido, y le desabrochó la falda por el lado y se la bajó. Shelma lucía una braguita tipo brasileño, y en efecto, estaba rebuena.

Le quitamos entre Roger y yo esa braguita, y la dejámos de pié, completamente desnuda. Ella se tapaba.

Melanie, se puso rapidamente en frente de su amiga, dándole la espalda, para que le desabrochara el sujetador. Aparecieron dos pedazo de tetas que hicieron que practicamente me empalmara.

Melanie se dió la vuelta, y su amiga le bajo los shorts y las braguitas a la vez.

-ahora que?-preguntó la chica mulata.

-ahora lo que vosotras queráis-contestó Roger.

Invité a Melanie, a tumbarse en la cama. Y le susurré al oido:

-cierra los ojos, y disfruta.

La chica se tumbó completamente boca arriba, y cerró los ojos. Por iniciativa propia abrió sus piernas con tal delicadeza, que incluso a Shelma se le escapó un suspiro.

Invitamos a la chica, a disfrutar del coño de su amiga. Me tumbé frente a ella, y empecé a lamerlo. Al notar mi lengua, Melanie se retorcio por completo. Shelma puso mi cabeza justo a mi lado, me aparté un poco, y soltó su primer lametazo. Lo saboreó, me miró y sonrío.

Su primer coño.

Le separé los labios vaginales a la mulata que tenia un coño rojizo precioso. Shelma se tiró por él, y ahora sí, empezó a comérselo a lo béstia.

Melanie continuaba con los ojos cerrados, me acerqué y la besé en la mejilla. Entonces abrió los ojos y viendo que era su amiga la que le comía el coño, soltó un gemido que retumbó la habitación. Se esbozó una sonrisa en la cara, que aún le dura.

Shelma siguió con su amiga, y Roger, que lo de hacer de espectador no es lo suyo, me hizo una señal. Por encima de la cara de Melanie, le volví a comer la polla. La mulata buscó la mía con su mano derecha, y rapidamente me empezó a masturbar.

-chicos, chicos-susurraba Melanie-quiero veros follar....va chicos.

Shelma levantó la cara e hizo un signo de afirmación.

Roger, se tumbó en la cama, con su estaca mirando al techo. Me puse encima de él, y poquito a poco hice desaparecer su polla dentro de mí.

Las chicas gemian casi más que yo. Melanie me volvío a cojer la polla y me la puso dura, y Shelma, menos comedida se acercó a mi y empezó a soltar lametones a mis huevos y a la polla de Roger cuando asomaba un poco.

Lo cabalgué durante unos minutos, y antes que se corriera, me aparté. Cogí a la chica mulata, y le pedí que se tumbara de espaldas.

Melanie me hizo caso absoluto, y lo bonito fue que su amiga Shelma hizo lo mismo.

Me acerque a su culo, y empecé a besarlo. Le abrí un poco las nalgas y le pasaba mi lengua por sus abujeros. La chica undía su cabeza en la almohada y gemía como una loca.

Roger a mi lado, le estaba comiendo el coño a Shelma, que le sujetaba la cabeza con las manos.

Le pedí a Melanie que se diese la vuelta, y le levanté las piernas por encima de mis hombros. Recuerdo aquella mirada con esos ojos negros como el carbón.

Me enfundé paraguas, y le metí mi durísima polla poco a poco. La chica cerró los ojos y empezó a gemir. Yo iba aumentando el ritmo de mis empujones. Mi dura polla se acoplaba a aquel coño como un guante. Estuve un buen rato follándomela hasta que sin avisar me corrí.

Me giré, y vi que los otros dos habían acabado hacía un rato ya.

Melanie me dio un beso y me dedicó una preciosa sonrisa.

Acabámos la noche con unas risas, y otra botella de cava.

Al dia siguiente, reunión de puesta en marcha de la creación de la nueva sociedad, y vuelta a casa.