Esta mujer me llevará por el mal camino 19
Sigo con divertidas y curiosas experiéncias, bueno, y alguna no tan divertida....
Pasados unos días de mi viaje, y después de hacer la mudanza al antiguo piso de Mireia, y que Mireia se fuese al de Susana, todo volvío a la normalidad.
Una noche, nos llamó Aitor, el del club swingger. A mediados de Junio, el Sr.Louis repetía el fin de semana loco en Matadepera, al que el año anterior, habíamos asistido. Había que confirmar la plaza, pues eran limitadas para poder quedarse a dormir, así que Susana y yo le dimos el visto bueno.
Unos días después, Roger vino a verme al despacho con una propuesta de trabajo. Quería montar un negocio en NY, relacionado con su sector: la Publicidad.
-entonces-explicaba Roger-el lunes a las 10.30 de la mañana, salímos desde el Prat, hacía NY. Estaremos una semana como máximo.
-genial, me vendrá genial una semana fuera de casa, después de tanto viajecito y tanta mudanza.
Yo, con tanto ajetreo, llevaba varios días sin follar, y el tenerlo en el despacho me puso cachondo. Y él se dió cuenta.
Se levantó, y como hace siempre, se vino a mi lado de la mesa.
Sin decir ni media, Mireia estaba en su despacho con la puerta abierta, le bajé los pantalones, y los calzoncillos.
Me acerqué su polla a la boca, y le pegué cuatro lametones. En seguida se puso dura.
Le chupé la polla un buen rato. Estaba sediento de su leche.
-no quieres que te folle?-me preguntaba.
Sin contestarle, seguí chupando. Roger descartó el polvo, y me agarró por la cabeza para hacer más profundos mis movimientos. Continué chupando aquella maravillosa polla, hasta que al poco, aguantó su polla dentro de mi boca, y se corrió. También devería llevar unos cuantos días sin follar, pues la corrida que me tragué fue brutal, por cantidad y por sabor.
Quedamos en que me pasaría a recojer por la tarde, para ir a Reus a una reunión.
Durante la mañana, continué trabajando pues tenía una gran cantidad de cosas que hacer durante la semana, para poder irme tranquilo.
Al cabo de un rato de irse Roger, entró Mireia en mi despacho.
-que tal con Roger?-me preguntó.
-bien, por?
-hace mucho que no os liais no?
Evidentemente no se había enterado de nada.
-si, no se...un tiempo si...
-os corta el rollo que esté yo aquí?
-para nada Mireia, aunque de todas maneras, tampoco follábamos en el despacho antes que tu entraras en nuestro "grupo"...
-ya, claro....me daba rollo pensar que os cortaba yo el rollo.
-para nada, al contrario...
Le hice una señal mirándome el paquete.
-has follado hoy Karlo?-me preguntó consciente de la señal que le había echo.
-hoy no, pero ayer por la noche si....
-y que tal?
-bien, como siempre, nada memorable, pero bien. Susana y yo nos entendemos muy bien en la cama....
Con mucha calma, empezé a apartar los papeles de encima de la mesa, y ponerlos a un lado.
Mireia se levantó y vino a mi lado de la mesa, y se apoyó en ella. Se levantó la falda, ante mi atenta mirada, hasta que asomo el triangulito que formaba sus braquitas y sus piernas. Me quedé ipnotizado. Entones con mucha sutileza, puso una de sus piernas encima de la mesa. Yo no perdía detalle, creo que incluso babeaba. Abrió un poco la otra pierna, hasta quedar bastante espatarrada. Se medio tumbó ligeramente en la mesa, y deslizó su mano libre por su blusa, desabrochando dos botones, y dejando ver su imponente escote. Continuó deslizando su mano, hasta llegar a su coño. La metió entre sus braguitas, y empezó a masturbarse. Tenia su húmeda vagina a dos palmos de la cara, pero aguanté como un campeon.
Mireia se empezó a masturbar, y no tuvo reparos en aumentar su ritmo, al ver que yo prefería mirar desde muy cerca.
Me llegaba el olor de su sexo, y aun y con eso, aguanté como un campeón.
El coño de Mireia es uno de los mas sabrosos manjares que un hombre puede probar. Es simplemente una locura.
Ella se ponía más y más cachonda, y continuó masturbándose hasta que se corrió.
Entonces le aparté las braguitas, y se lo comí durante un leve espacio de tiempo. No me quería perder la sensación que me produce el sabor de su corrida en la boca.
Me levanté de la silla, estaba empalmadísimo, y la ayudé a ella a bajarse de la mesa, dándole una mano.
Se puso en pie, y se puso bien la falda.
Nos quedamos los dos de pié, y no pude evitar besarla. Le comí la boca un poco, y la invité a sentarse.
Entonces, hice lo propio, me senté en mi mesa, y me bajé los pantalones y los calzoncillos. Me dura polla apareció tiesa como una estaca. Ella sonrió. Empezé a masturbarme, delante de ella, que al igual que yo, aguantó sin tocarme.
Me estuve masturbando mirándola a la cara, con los ojos medio cerrados por el gustazo.
Noté que me iba a correr, y ella también. Entonces se acercó, y abrió su boca para que lo soltase dentro. Y vaya si lo solté. Mireia, rauda y veloz, se lo tragó todo sin desperdiciar ni gota, y aún me la chupo un poco más para que quedase todo apunto para el/la siguiente.
Se puso en pié, volvío a besarme y se fue a su despacho.
Aquel mediodía había quedado para comer con los del banco. Que dura me la pone Sónia, la delegada del banco para mis cuentas. Cada vez que la veo, me la follo dos o tres veces. Mentalmente claro.
Llegué al despacho con media hora de retraso, pues había quedado con Roger para ir a Reus.
Mi sopresa, porqué fue una sorpresa, fue la imagen que me encontré al entrar al despacho de Mireia. Estaba con la falda levantada, y apoyándose en su mesa. Roger estaba detrás completamente desnudo, y logicamente follándosela. Me puse más cachondo que yo que sé.
Me vieron entrar, los dos, y quedarme en la puerta mirando, y no me dijeron nada, y siguieron. Mireia gemia como una loca. Tengo que reconocer que un pequeño hilo de celos corria por mi sangre. Pero era pequeño.
Pensé en dejarlos, y pensé también en unirme.
Por el momento, decidí sacar mi verga a relucir, y masturbarme allí en la puerta.
Al poco Roger se corrió, y se apartó.
-no te muevas-le dije a Mireia.
Pensaba que no me haria caso, pero si lo hizo. Así que me acerqué, y le metí mi dura polla por aquel precioso y húmedo coño. La follé a conciéncia, mientras Roger se vestía. Mireia enloquecía con su segunda follada, y más aún cuando empecé a meterle un dedo por el culo. Su precioso ano recibío mi dedo encantado, así que no pude evitar un cambio de abujero. Se la fui metiéndo poco a poco por su estrecho culo. No paraba de gemir y pedirme que quería polla.
Mi pene se fue perdiendo por su culo, hasta estar completamente dentro, entonces aumenté el rimo de mis envestidas, hasta que irremediablemente, me corrí dentro de él. Recuerdo que caía un pequeño hilo de semen de su culo.
Ella, sin bajarse la falda, se fue para su lavabo a lavarse, y arreglarse.
Roger y yo nos fuimos hasta Reus ha toda óstia. Llegamos tarde, y la reunión fue una mierda, previsible, pero una mierda.
Aquella noche, le expliqué la movida a Susana, y estuvo encantada. Ella decía que era bueno que Mireia se abriera del todo, pues hasta entonces, solo tenia relaciones si estaba con ella (y sus amigas) o conmigo.
Al dia siguiente, Mireia, me explicó como fue, había sido Roger, que le pidió si queria follar, ella le dijo que no, peró el apareció desnudo en el despacho, y entonces no lo pudo evitar. No estaba para nada arrepentida.
-Mireia, ayer por la noche no follé-le dije después de que me explicara la história-haces algo por mi?
-no podemos follar, ayer por la noche me vino la regla, pero todo tiene remédio.
Me levanté de mi silla, y me puse enfrente de ella. Me abrió la bragueta, y sacó mi polla fuera. Se la metió en la boca, y me la chupó, y menuda mamada me hizo.
La cogía de la cabeza para que se la metiera toda en la boca. No hay nada como una buena mamada con garganta profunda para empezar el dia. Mi polla estaba roja por su pintalabios. Me hacía enloquecer con el juego de sus labios y su lengua. Al rato, me corrí en su boca, que ella había abierto, para que yo viera como se lo tragaba todo.
Me encanta ir al trabajo.
El viernes por la mañana, me llamó Roger. Me dijo a ver si quedábamos con Sandra, su mujer, para ir a cenar o algo, pués el estaria fuera hasta el domingo, y el Lunes nos íbamos a EEUU
Llamé a Susana, y no podía quedar ni el viernes ni el sábado. Llamé a Sandra, y quedé yo con ella. Tenía que irla a buscar a Valldoreig el viernes por la tarde, e iríamos a cenar y a tomar algo.
"He quedado con Sandra esta tarde" le escribí a Roger "ok, grácias" me contestó, y después añadió "te vas a follar a mi mujer cabrón" "como lo sabes, el otro día tu te follaste a mi secretaria jajajajajaj".
Tengo clarísimo que a Roger no le importaba lo mas mínimo lo que hiciese con Sandra.
Ir a cenar con un travestí me supuso un pequeño trauma al prinicípio, pero nada raro al final. Primero pensé en llevarme a Mireia, pero tampoco quería ponerla en un compromiso, con tan poco tiempo....
Fui a recojerla a la hora indicada, un caballero es puntual. Esaba muy guapa, con unos leggins negros, un top ajustado, y una chaquetita por encima, toda de negro. Se la ve siempre muy elegante.
Fuímos a tomar una copa primero, y después a cenar. Durante la cena, inevitablemente, la conversación fue subiendo de tono, recordando fiestecitas privadas, y recordando también mi primera vez.
-nos damos un homenaje Karlo? Que te parece?
-me parece genial. Incluso se que ha Roger le parece genial.
-me contó Roger que habías probado la viagra, y que te follaste a no se quién...
-me la dejaron probar si....no es que sea la ostia, prefiero la harina, pero, estás empalmado un huevo de rato, y claro....le sacas más partido. Lo que pasa, es que si voy de harina, floto con el orgasmo.
-joder, tengo una caja en casa, y no la he probado. Nos vamos?
-quieres que nos tomemos una viagra cada uno?
-siiiiiii y follámos toda la noche.
-me parece bien, pero hi si nos buscámos una tercera persona?
-conoces ha alguien?
-si, la viagra me la hizo probar una escort que se llama Judith, podríamos llamarla...
-pués no es mala idea!!!
Llamé a Judith y le hice la propuesta, pero era viernes, y tenía trabajo.
A los diez minutos se debío arrepentir, porque me mando un whatsapp diciéndome "porque no venis tú y tú amiga a mi casa? Esta mas cerca que Sant Cugat...Es que a las 00.00 tengo una hora con un cliente"
Lo hablámos Sandra y yo, y llegamos a la conclusión que era mejor dejárlo para otra ocasión. Con Judith digo...
Le dijímos que eso, que otro dia.
Cogímos el coche y nos fuimos para su casa de Valldoreig.
Al llegar nos fuimos directos al Jacuzee y nos metímos dentro con una botella de cava. Estuvímos fumando bastante, y bebiendo. Al rato de estar en remojo, Sandra se me sentó encima y empezó a besarme, o más bien a comerme la boca. Que lengua...
El cuerpo exuberante de aquella mujer con polla, encima mio, y la sensación de las burbujas del Jacuzee me vuelven loco.
Me susurro al oído algo de que no tenía condones. Cuando me dejaba la boca unos segundos le dije:
-en serio?
-en serio, no uso condones con Roger, y sólo tengo relación de confianza con él..con el resto siempre me pongo.
Al principio me dio mal rollo, pero a los segundos lo pensé bien y le dije:
-el sólo tiene confianza conmigo, y yo con las tres chicas...es un circulo grande, pero me parece bien, me parece genial.
Entonces me abalanzé sobre ella, con mi habitual poca grácia, pues no se como no la partí en dos.
Salímos del Jacuzee y nos fuimos directos a su habitación. Por precaución, nos partímos una pastilla. Entonces me acerqué a ella, y besándola, le di la vuelta, y la puse frente al espejo. Yo la abrazaba por detrás, ella, se apartaba el pelo a un lado, entonces abrió su albronoz, yo se lo acabé de quitar y me quité el mio.
Continué besándole el cuello, mientras mis manos, se perdían con sus tetas.
Mi mano derecha no pudo evitar deslizarse hacía su preciosa polla.
En ese momento sonó mi teléfono. Era Mireia. Lo dejé sonar, y continué.
Volvió a llamar, Sandra me dijo:
-cójelo, a ver si le pasa algo a la pobre chica.
-seguro que va pedo y quiere marcha-le contesté yo.
Respondí al teléfono, y tenia yo razón, iba pedo y quería marcha.
-estoy con la mujer de Roger, y ni te cuento lo que iba a hacer ahora.
-yo quiero venir!! Donde estáis?
-en el quinto coño Mireia, y tu vas pedo.
-se la chuparé a un taxista para que me lleve-me contestó la muy putón.
-y no puedes pagarle con dinero Mireia?-le dije yo, preocupado que algún pervertido le hiciese algo a mi protegida.
-bueno, no te prometo nada-continuó ella-al fin y al cabo puedo hacer lo que me de la gana no?
-si claro, lo que pasa es que vas borracha, y lo que te da la gana ahora, se te puede girar en contra. Ven que aquí estamos.
-es perfecto-me dijo Sandra que estaba escuchando la conversación-es la nueva, genial.
Sandra me cogió el teléfono de las manos, y le explico como hay que hacer para entrar, pués vive en una urbanización privada, y no pueden entrar taxis ni coches no autorizados. Resumiendo: Mireia se venía.
Después de colgar le envié un whatsapp "ven preparada bonita, Sandra y yo vamos de Viagra. Vas a tragar tanta polla que vas a flipar"
A los cinco segundos, recibí una foto, bastante oscura, era el entrepierna de Mireia masturbándose, dentro de un coche. O eso parecía.
Esta tía es un peligro-pensé para mí.
Tiré mi teléfono en la mesita, y sin decir ni media, volví a continuar donde me había quedado. Su cuello, sus tetas, y su polla.
Le llené la espalda de besos, hasta llegar a su culo. Separé sus nalgas, y empezé a besarle el ano. Ella me apretaba la cabeza contra su culo, y yo intentaba follarla con mi lengua.
Me levanté, y le pedí que se tumbara en la cama. Entonces continué con su boca, y con sus pechos. Bajé hacía su polla, con el primer contacto de mi lengua se puso dura. Me la metí en la boca entera, y empecé a subir y bajar con mi boca. Le acariciaba los huevos, y urgaba su ano.
Sin decir nada, me senté encima de ella, que con su polla se masturbaba entre mis nalgas. Alcancé el bote de lubricante, y me unté un poco en el culo. Entonces, levanté mi culo, y ella dirigió su polla dentro de mi con una sutileza brutal. Del primer empujón estaba dentro. Entonces la fui cabalgando. Ella me metía tres dedos en la boca, para que los chupara. Me quedé quieto, y le hice un pequeño juego de nalgas que me enseño Ruben. Enloquecía la tia, se hacía polvo.
Me tumbé en la cama, y me abrí de piernas. Me metió de nuevo su verga, esta vez si, hasta el fondo. Sandra tiene una polla de anchura normal, no muy gorda, pero de un palmo como mínimo.
Me follaba a saco. Y yo tocaba el cielo.
-quiero tu corrida Sandra-le supliqué entre jadeos.
Quitó su polla de mi ojete, y se acercó a mi boca. Me puse de lado, y me metí un buen cacho en la boca. Me la folló, y se corrió en mi boca. Su semen sabe a glória.
Me levanté y la bese para compartirlo con ella.
Sandra se sentó en la cama, le hacerqué mi rabo, que estaba bastante tieso, ella se lo hacía pasar entre las tetas. Se lo pasé a la boca, y le folle la boca hasta la garganta.
Se puso a cuatro patas, le puse un poco de lubricante en el culo, y se lo follé. No es estrechito como el culo de ninguna de las chicas, pero mola. Mola mucho.
Le dí durante un rato, y como me pedía ella, me corrí dentro de su culo.
Paramos un rato, y os fumamos un cigarrito de esos que dan risa.
Llevábamos un rato, sentados en el comedor fumando y riendo de chorradas.
Se levantó, y se me sentó encima. Nos besamos como si fuesemos dos adolescentes que solo saben comerse la boca. Su lengua dentro de mi boca, me ponía tan cachondo que no pude evitar empalmarme.
Sandra notó que mi polla estaba dura, pues aparecía entre sus piernas. La suya no tardó mucho en ponerse dura también.
Me hacía polvo con sus tetas, pero a pesar de eso, le pedí que se levantara.
La hice girar, y su culo me quedaba a la altura de la cara. Le separé las nalgas, aun olía a mi semen. Le comí el ano entero, apretando con mi lengua. Ella se masturbaba para poner su rabo aun más duro.
Justo en ese momento, llamaron al telefonillo desde la caseta de seguridad de la urbarnización. Sandra contestó, y solo la escuché decir que porfavor la acercaran a casa. A esas horas, de la madrugada, las 2.30 no dejaban entrar taxis.
Esperamos los dos a Mireia en la puerta de casa de Roger, completamente desnudos y empalmados.
El segurata la dejó en la entrada del jardín, Sandra abrió la puerta, y la vimos venir por el caminito que hay. Venía dando tumbos, del pedo que llevaba.
-hola que tal? Molesto?
Le contestamos con un simple hola, y cerramos la puerta.
-vaya estais entretenidos-continuó Mireia, que ahora hablaba más claro.
Mireia llevaba puesta una minifalda negra y muy mini, unos tacones altos, muy altos, ligueros que quedaban tapados justos por la faldita, un top rojo con escote palabra de honor, sin sujetador, y una chaqueta cortita de color negro.
Se nos quedó mirando, sus ojos cambiaron. Aparecieron esos ojos oscuros y una irremediable cara de vicio, incluso se mordía el labio inferior, al vernos desnudos, sobretodo a Sandra.
Se levantó la falda, sus medias se aguantaban por la silicona que llevan para ese cometido. No llevaba bragas.
-vienes bien preparada-le dijo Sandra.
-si, me las he quitado en el Taxi.
-al final sera verdad que le has pagado con carne al taxista-le dije yo-por eso has tardado tanto?
-no le he pagado en carne...le he pagado con dinero-contestó mientras nos dirigíamos al salón-cuando voy pedo me pongo muuuuuy cachonda. El tanga se lo he dado al de seguridad, que no me quería acercar hasta aquí, y le he dicho que si me traía tendría un premio. Me he quitado el tanga dentro de su coche. La cara de emoción del viejo verde era un poema. Igual se ha pensado que me dejaría follar.
Le he dicho: mira tu premio, me he masturbado en el taxi,
Esto te olerá a mi eséncia.
El tio se ha quedado paralizado, pero el tanga bien que se lo ha quedado.
-pues si te pones guarra cuando bebes si-contestó Sandra, mientras yo hacía otro porro- a ver que le digo yo mañana al Sr.Mariano....
Mireia se levantó del sofá, aun con la falda levantada y la chaqueta puesta.
Nuestras pollas seguían practicamente empalmadas.
Se arrodilló en el suelo, y nos las agarró una con cada mano. Solo notar su mano, se me puso dura.
Empezó por la de Sandra. Se la metió en la boca, y empezó a chuparla con ganas, con muchas ganas.
Yo estaba tan cachondo, que ni siquiera esperé mi turno, y me levanté, me puse detrás de Mireia, y se la endiñe hasta lo más hondo de su dulce coño. Pues si que se habría masturbado porqué olía a sexo por un tubo.
Cuando considero que ya había chupado bastante, se levantó, se quitó la chaquetita, y se bajó el top. Llevaba la falda hasta la cintura, y el top bajado también. Sandra y yo babeabamos delante de aquella delícia de mujer.
Se sentó encima de Sandra, e hizo desaparacer su polla entre sus piernas. La besaba como si le fuese la vida, y Sandra, no dejaba de gemir.
Me fui a la habitación a por el lubricante, y cuando volví, seguían exactamente igual. Mi miembro se había bajado un poco, así que me puse de pie en el sofá, y les metí la polla entre sus bocas. Solo con la idea ya se me había puesto dura, pero todo y con eso, estuve un rato disfutando de los lametones que aquellas dos pedazo de mujeres me regalaban.
Volví donde lo había dejado, le separé un poco las nalgas a Mireia, que no dejaba de cabalgar a Sandra, y me refregaba mi polla entre ellas. Le unté el ojete en lubricante, y puse un poco en mi polla también. Mireia se quedó quieta esperando ansiosa a que la follaramos por doble. Soltaba sus primeros gemidos al notar mi capullo en las puertas de su culo. Este estaba enorme, a punto de estallar. Le metí la polla por el culo sin compasión, hasta dentro. Primero soltó un grito, que ella misma convirtió en gemido, y a los pocos segundos, sus jadeos de placer inundaban la casa.
La presión de aquel estrecho culito, juntada con la que ejercía Sandra con su polla dentro del coño de Mireia, hizo que en pocos minutos notara que me iba a correr.
Saqué mi polla del culo, y volví a ponerme de pié en el sofá.
Por comodidad, y porqué estaba quieta, le metí el capullo entre los labios a Sandra que rapidamente abrió la boca. Me la lamió rebién, y al segundo le solté toda mi leche dentro. Mireia se morreo con ella, ambrienta de leche, para compartirlo.
En poco rato, Sandra daba síntomas de correrse, y Mireia, que tambiés se dió cuenta, acudií a por su polla, para acabar de ayudarla. Esta vez, la muy cabrona no lo compartió y se lo tragó todo, dibujando una amplia sonrisa en su cara.
Estuvímos un rato más en el sofá, fumando de nuevo, ahora los tres.
-volvemos al Jacuzee?-nos preguntó Sandra.
Nos levantamos los tres, Mireia aun llevaba la ropa en la cintura, y los zapatos puestos.
Al llegar al gimnásio, el jacuzee está allí, ayudé a Mireia a desnudarse. Me arrodillé para bajarle la falda y quitársela, y le bajé las medias. Al tener aquella preciosidad de coño que tiene, se me fue la boca. No pude evitarlo. Empezé a comerle el coño con ganas. Olía a sexo. Sandra, que le había quitado el top a Mireia por arriba, se fue agachando por la espalda de Mireia, hasta llegar a su culo.
Le hice poner una pierna en la repisa del Jacuzee, para que estuviese bien espatarrada. Sandra le comía el ojete, y yo el coño, y Mireia, de nuevo, gemía como una loca. Con una mano en la cabeza de cada uno de nosotros, no nos dejaba apartar la boca de su sexo. Entre sus piernas, la lengua de Sandra y la mía se encontraban a menudo. En poco rato, Mireia tenía un orgasmo, mientras nosotros no dejábamos de lamerle sus dos preciados abujeros. Entre jadeos nos decía que aquella estaba siendo la mejor noche de su vida. No era para menos.
Sin ponder dejar de lamer, pués el olor a sexo junto con los flujos que emanaban de su coño, me ponía aún más cachondo, le seguí comiendo el coño hasta que tuvo, de nuevo, otro orgasmo. A pesar de estar de pié, en una postura incómoda, su cuerpo se estremecía por completo. Hacía mucho rato que tenía la piel de gallina. Y Sandra y yo, no nos cansábamos de comérnosla.
Después del segundo consecutivo, Mireia se metío en el agua. Sandra fue a por más cava, y yo me metí dentro con mi ayudante.
Mireia se me acercó y empezó a besarme con lujúria. Cuando vino Sandra, se nos acercó dentro del agua, y nos besábamos los tres, bueno, más bien nos tocábamos con las lenguas y con los labios. Estuvímos sobándonos los tres durante un buen rato. Mola un huevo, aunque a veces parece que me faltan mano.
Mireia seguía encima mío, y tenía a Sandra pegada justo detrás.
-vamos a la cama?-nos sugirío Sandra.
-un momento porfavor-les pedí. Invité a Mireia a salir del agua. Esa noche, tenía una obsesión (bueno reconozco que aún la tengo hoy) que era y es, comerle el coño a mi secretaria (ya sabeis que no es mi secretaria, es una ayudante, o compañera de trabajo, pero me pone pensar así).
Mireia se sentó al borde del Jacuzee, y me abalanzé por él. Sandra por su parte, se puso detrás mío y empezó a jugar con mi ano.
La morenita estaba tan cachonda, que no tardó en tener otro orgasmo. Fue entonces cuando nos embolbímos en toallas y albornozes y nos fuimos a la cama.
Me tumbé boca arriba, y Mireia se puso encima mio, en un precioso 69 (hasta la fecha no habíamos echos muchos 69, y desde aquel día hasta hoy, no soy capaz de recordarlos ya que lo hacemos muy muy amenudo).
Yo no me cansaba de comerme aquel precioso coño, y Mireia tampoco tenia inconvenientes. Sandra, se puso delante de Mireia, y continuó con mi culo. De vez en cuando, Mireia le comía la polla a ella. Sandra me puso lubricante, y me metió su duro pene dentro. No pude evitar soltar unos gemidos, y ellas tampoco. De vez en cuando, Mireia le sacaba la polla de mi culo, y la chupaba, incluso, juntaba las dos pollas y pasaba la lengua por ellas. Luego dirigía la polla de Sandra a mi ojete de nuevo, y Sandra contintuaba embistiéndome.
Mireia se sentó en la cama, aún encima mío, y se morreba con Sandra. Esta se hacía polvo con la boca de la chica, pues incluso dejaba de eumpujarme.
La chica se dio la vuelta, y Sandra dirigió mi dura polla hacía dentro de mi secre. Mireia se apoyó en mi, y nos comimos la boca un buen rato, mientras disfrutaba de mi polla dentro, y yo lo hacía con la de Sandra.
La postura era imposible, y nos dimos cuenta, nos dejamos caer los tres en la cama, besándonos y pasando la lengua por todo lo que teníamos cerca, ya fuese un culo, un pecho o un brazo. El caso era el contacto.
Puse a Mireia a cuatro patas, y Sandra se coloco detrás mío. Así si. Yo marcaba los movimientos, y mi polla se perdía en el coño de Mireia, y por detrás recibía una dura verga.
Sandra y yo, a la vez, notamos que nos ibamos a correr.
Mireia que lo vio venir, se tumbó boca arriba, poniendo su boca justo debajo de nuestros cuerpos. Los dos le acercamos nuestros miembros, y le soltámos toda la corrida en la cara y en la boca. Mireia con los ojos cerrados, se lamía todo lo que podía. Entonces le metí mi polla en la boca, para que la limpiase, y después Sandra hizo lo propio. Nos avalanzamos los dos sobre la cara de Mireia para lamérsela, yo al mismo tiempo, seguía con mi mano, masturbándola a saco. La chica se hacía polvo. Y nosotros también.
Quedamos los tres rendidos en la cama. Eran las tantas de la madrugada, no tardaría mucho en amanecer.
Nos duchamos los tres, cuando se nos pasó un poco el efecto de la pastilla azul.
Mireia y yo nos fuímos para Barcelona.
Nos subímos en mi coche, y nos paramos en la caseta de seguridad, bajé la ventanilla, y le dije al guardia:
-grácias por traer a mi mujer hace un rato.
El hombre se quedó tan asombrado, que ni siquiera contestó. Levantó la mano, y nos abrió la barrera para que pudiésemos salir.
Mireia me dijo que no quería dormir sola, asi que nos fuimos para mi casa.
Subímos sin hacer ruido, pues eran más de las seis de la mañana.
Entramos en el piso, se veían restos de jaleo, ropa tirada etc..
Me acerqué a mi habitación, es escuchaban jadeos dentro. Abrí la puerta con cuidado, para no molestar, allí estaba mi mujer, pengado botes encima de un afortunado joven. Cerré la puerta, con el mismo cuidado, y me fui para el comedor, pués Mireia me esperaba allí.
-vámonos, tiene compañia.
Nunca pensé, en mi vida, que un dia, llegaría a mi casa, y me encontraría a mi mujer follando con otro tio. Y lo que más me preocupa, es que no me importaba.
Bueno, un pelí de celos sí, porqué estaban los dos solos en nuestra cama. Quizás no sea tan abierto como me imagino. La realidad, es que a dia de hoy, después de haber aclarado un par de conceptos, no me importa.
-quieres que vayamos a mi casa?-me sugirió Mireia que me vio cierta cara de preocupación.
-me parece bien.
Al subir a mi coche, a Mireia se le subió un poco la falda. Le pude ver los ligueros y un poco el coño. Me puse cachondo no, lo siguiente. Le metí la mando encima de una pierna, y ella las abrió un pelín. Mi mano se hundió un poco entre sus piernas, y me lance por su boca.
-vamos a mi casa Karlo, vámonos ya-me suplicó.
Enchegué mi coche, y salí zumbando del parquing. Encaré la Avenida Sant Gervasi a fondo. Al llegar a una pequeña rotonda: tachan!! Control de alcoholemia!!
La situación fue surrealista, mientras yo preparaba el carnet, el polí, no le quitaba ojos al entrepierna de Mireia.
-sople aquí hasta que yo le diga-me dijo el hombre mientras se babeaba con Mireia, que no se había dado cuenta.
Yo se me había dado cuenta, y mientras el hombre miraba el resultado de la prueba, le hice una señal a ella, que lo pilló enseguida, y las abrió un pelín más. La muy cabrona se bajo un poco el top, y casi se le veían los pezones.
El poli se quedó haciendo ver que miraba el aparato, y no le quitaba ojos a Mireia.
Ella me miraba a mi, como la que no quiere la cosa, nos pusímos a hablar ella y yo.
-como lo ves?-me preguntó.
-bueno, algo dare, pero hace muuucho rato que no bebemos, y entre una cosa y la otra...
El urbano seguía mirando a Mireia. Solo le faltó sacarse la minga y hacerse una paja.
-bueno que?-le pregunté al poli.
-pués ha dado usted positivo, bajé del coche, y diríjase a la furgoneta, para una seguda prueba
-cuanto he dado?
-0,28, está un poco por encima, por eso le queremos hacer otra prueba.
-muy bien-le dije yo mientras me bajaba del coche.
Le hice un jesto a Mireia para que me esperase fuera del coche. Mireia cogío mi paquete de tabaco, y poniéndolo toda la ropa en su sitio, bajó del coche. La recuerdo como si fuese ahora mismo, con su minifalda, sus tacones, y el escotazo que llevaba.
Entré en la furgoneta, donde había otro policía. Me senté delante suyo, en una mesa, me acercó otro pitorro que saqué de la bolsita, y lo introduje donde me dijo.
Yo rezaba para que no mi hiciesen un drogotest, pués beber, había bebido, pero hacía ya mucho rato.
Soplé, y esta vez, 0.24.
Me fui para fuera, y el poli, le comunicó la história al compañero.
-va usted al límite permitido, no sería mejor que condujera su acompañante?-me dijo el urbano. Yo que no lo vi venir, le contesté que ok.
Mireia estuvo deacuerdo en que la hiciesen soplar, así que el policía la acompaño hasta la furgoneta. Ella no se cortó un pelo, y al subirse le obsequió con un contorneo de culo que seguro que se la puso dura. Y para mas inri, al sentarse en la mesa, le volvió a regalar una vista, ahora si, muy privilegiada, pues el agente se quedó fuera de la furgo, y pudó ver en primer plano el precioso coño de mi ayudante.
Sopló y dio 0,20.
El poli le ofreció su mano para bajar de la furgo, y poder apreciar asi, el impresionante escote. El tio se estaba haciendo polvo.
Se acercaron los dos, a mi coche, y el poli me dijo:
-ella da casi tanto como usted, así que ustedes mismos, no les vamos a denunciar.
-no claro-contesté yo-al fin y al cabo no hemos dado positivo.
-les recomiendo que para otra vez...-empezó a sermonear-
-oiga, conocemos la ley, y somos adultos, grácias por sus consejos. Ahora solo pienso en llevarme a mi chica a casa para hacer lo que toca. Disculpeme.
Antes de acabar de hablar, ya estábamos los dos dentro del coche, con el motor en marcha, observé que el policía se le fueron los ojos a Mireia, y el no hizo nada por disimularlo.
Me miré a Mireia, y llevaba la falda bastante para arriba, y las piernas completamente abiertas.
Puse la D, y mi RS6 salió zumbando del control. Hasta pienso que me podrían haber denunciado por chulo, o mejor por gilipollas.
-Karlo, que ese poli me mirara, me ha puesto muy cachonda.
-joder, pues el de la furgo me ha puesto cachondo a mi....tenia pinta de dar mucha caña, y con el uniforme....
-ostia, al final resultará que me estas convirtiendo en una exibicionista....
-tu sabrás Mireia-le contesté.
Llegamos al parking de su casa, el antiguo piso de Susana, y ya no pudimos aguantar más.
Sin darme tiempo a tirar el asiento para atrás, se sentó encima mio. Su falda toda arrugada en la cintura.
Levanté un poco el culo como pude, y me desabroche pantalones, y bajé calzoncillos.
Mi polla ya estaba dura como un palo. Mireia empezó a besarme como una loca, yo le bajé el top, dejando aquellas dos impresionantes tetas a la vista.
Se sentó encima de mi polla, pues ya la notaba dar bandazos entre sus piernas.
Mi polla se perdió por su precioso coño, con una facilidad pasmosa.
No podía parar de comerle la boca. Me vuelve loco jugar con su lengua. Ella subía y bajaba encima de mi pene, soltando gemidos y susurrándome guarradas.
Recuerdo que nos sentíamos observados, por un vecíno que se iba con la bici. Pero no nos cortó el rollo ni mucho menos.
Mireia siguío encima mío con sus movimientos y sus jadeos. Al rato, tuvo su premio, e inundé su coño con mi corrida. Continuó con mi flácida verga dentro suyo, sin dejar de besarme.
-quedate a dormir-me decía.
-tu no quieres dormir Mireia.
-porfavor, quedate a dormir conmigo, no quiero dormir sola.
Todo esto, me lo pedía mientras me llenaba la cara de besos. Si me hubiese pedido matrimonio, tampoco me habría podido negar.
Dormí en casa de Mireia, con ella, hasta la hora de comer, que me fui para la mía.
Hablé con Susana de la noche que había tenido yo, pero no le pregunté por la que había tenido ella.
Esa noche, me fui de casa, con el pretexto que había quedado con unos amigos, y en realidad, me fui a casa de Mireia a dormir. Bueno, dormir y hacer el amor...tantas veces como fui capaz.