Esta mujer me lleva por el mal camino 9
Un fin de semana en Paris, junto a Susana, y Vanesa y sus amigos
Pasados unos dias, nos fuimos a pasar un fin de semana con mi pareja a Paris. Vanessa (nos esperaba allí) tenia un apartamento en Montmartre, el barrio bohemio por exceléncia.
Subimos al avión el viernes al mediodia, y a las 16.00 ya estábamos aterrizando en la ciudad el amor.
Nos movimos bien en metro, y al rato llegamos al estudio que Vanessa tiene en el barrio parisino.
Nos esperaba super bien vestida, con un vestidito oscuro, ajustado, taconazos, y esos labios que nos vuelven locos pintados de Rojo.
El estudio, era muy pequeñito, 30 metros cuadrados diria yo. Cocina amerciana, cama de matrimonio en un extremo, y sofá cama en el otro, con un enorme televisor.
El baño tenia ducha con hidromasaje, era amplio para lo pequeño del piso.
En cinco minutos nos acomodamos, Vanessa nos preparo un café, y nos sentamos en el sofá para hablar del planing del fin de semana.
Aquella noche cenariamos con un grupo de vecinos suyos del barrio, y al dia siguiente hariamos una visita por la ciudad.
-os advierto, que mis vecinos, son gente muy variopinta y abierta. Lo pasaremos genial ya vereis-nos explicaba...
-pero tenemos plan o no tenemos plan?-contesté yo en plan exagerado.
-estamos los tres, seguro que tenemos plan-sentenció ella.
Seguímos charlando durante un rato, mientras nos cambiamos de ropa.
Salímos a tomar algo, antes de cenar, y nos metimos en un bar cerca del piso.
Allí nos esperaba Michelle, un músico que tocaba en el metro (tocaba la guitarra española increiblemente bien) con aspecto hippie, y Dominique, una chica rubia del sur del pais, y pintora de profesión.
Nos sentámos con ellos, todas las conversaciones pasaban por Vanessa y por mi, ya que Susana no habla ni papa de francés.
Hablábamos de como era la vida en Paris, y en ese barrio en particular. Ambos explicaban que el barrio tiene un encanto especial que enamora. A Vanessa sin ir más lejos, le gustaba refugiarse allí varios meses al año, cuando tenia proyectos importantes y lo que necesitaba era desconectar.
Pasado el rato, la pareja nos dejo, y nosotros seguimos con nuestras copas.
-dime Vanessa, donde está tu novio Francés??-le preguntó Susana.
-novio?? Jajajaja, yo no tengo novio...
-en serio no tienes un follamigo en Paris??-intervine yo.
-en serio. A ver, tengo unos amigos gays con los que me relaciono de vez en cuando...algo similar a lo que haceis vosotros con Tete y Roger.
En ese momento me vino a la cabeza la última vez que Tete me follo el culo, y se me puso dura.
-de verdad, no tengo nada serio con nadie, no podria, sólo Jean y Luca....-casi nada pensé yo.
Vanesa se relacionaba con la pareja de Gays de vez en cuando. Eran compañeros suyos del trabajo. Del tema del TupperSex, Vanessa llevaba el mercado español, y ellos el francés, ciudad donde su empresa tenia la sede.
Salimos del bar, y nos fuimos hacia el restaurante donde teniamos que cenar.
Al final cenamos los tres solos, ya que a la otra pareja les salió un compromiso ineludible, en un bar parecido al que fuimos primero.
Después de cenar, y de ventilarnos casi dos botellas de vino entre los tres, nos fuimos a tomar una copa a un bar de ambiente, cerca del piso (todo quedaba cerca del piso). Al entrar pude ver un icono en la puerta.
Nos sentámos en una mesa, y pedimos unas copas. El bar estaba a reventar de gente, habia de todo, hombres y mujeres. A pesar de ser un bar Gay, era un local de moda del barrio, y lo frecuentaba todo tipo de gente, de todo tipo de preferéncia sexual.
Pasado un buen rato, se me acerco un hombre, de mi edad, y me preguntó si queria entrar con él en el cuarto oscuro. Con mucha educación le dije que no. Me apetecia la verdad, pero estaba con Susana y Vanesa. Con ellas dos, algo grande podia pasar, y no me lo queria perder.
Seguimos a lo nuestro, debia ser al una de la madrugada, decídimos irnos para casa. Al salir, nos encontramos con Marco, un amigo de Vanesa, y como no, del barrio.
Hablaron algo que no pudimos oir, y al poco, nos fuimos para casa.
Nada más cruzar la puerta, tanto Susana como yo nos tiramos encima de Vanesa. No se quién de los dos tenia más ganas.
Susana empezó a besarla, metiéndole toda la lengua dentro, y yo, acercándome por detrás empezé a desabrocharle el vestido, y el sujetador.
Al tener sus pechos entre mis manos, mi verga empezó a ponerse realmente dura. Ella me metia mano por encima del vaquero.
Con el fin de ponerlo todo más fácil, me desnudé, e hizo lo propio con lo que quedaba de vestido, y con el tanguita.
Me arrimé de nuevo a ella, de manera que le frotaba mi polla entre sus nalgas. Susana no la soltaba, estábamos aun a un metro de la puerta.
Vanesa y yo nos fuimos hacia la cama, mientras Susana se desnudaba.
Justo en el momento que Vanesa se introducia mi polla en la boca, llamaron a la puerta.
-soy Marco-escuchamos desde detrás de la puerta.
-Abrele Susana, no hay problema.
Los dos nos miramos a Vanesa con cara de flipar un poco.
-de verdad, le puedes abrir, si se une a nostros genial-continuó Vanesa.
Susana se fue hacia la puerta, aún con la ropa interior puesta.
Abrió la puerta, y el chico lejos de flipar, entró disparado.
-buenas noches, soy Marco, se puede?-dijo cuando estaba ya al pie de la cama.
-sabes que si se puede-le contestó Vanesa.
Susana terminó de desnudarse, y al llegar a la cama, le dió un empujón al chico, que se sentó justo a mi lado.
Mi mujer se fue directa a sus pantalones, bajándolos de golpe, con calzoncillos y todos. El chaval no era un superdotado, pero tenia una verga decente.
Susana se la introdujo entre la boca, y empezó a comérsela. Vanesa hacía lo propio con la mia. Yo estaba ya apunto de estallar. Me dejé a caer en la cama, tapándome la cara con las manos, y sin parar de jadear.
-són ellos verdad?-le preguntó Marco a Vanesa.
Vanesa asintió sin sacar mi polla de mi boca.
El chico se puso junto a mi lado, mientras Susana le seguia comiendo el miembro.
Opté por un cambio de roles, y le pedí a Vanesa que se pusiera a cuatro patas.
Después de dilatarle un poco el culo, le fui introduciendo mi polla dentro. Me encanta ese culito prieto, y a mi polla todavía le gusta más.
Susana al escuchar los gemidos que soltaba Vanessa, se puso igual a cuatro patas, y Marco, después de enfundarse un condón, empezó a follarla bien duro.
Los dos uno al lado del otro, nos mirábamos y nos reíamos. Las dos chicas, no paraban de gemir.
Al poco de ir empujando no pudé evitar correrme dentro de mi querida Vanessa.
El chico, aguantó un rato más, y se corrió también dentro de mi mujer.
Los cuatro nos quedamos un rato en la cama, en pelotas, fumando.
Al poco, Marco se fue.
Vanessa nos contó que le había hablado de nosotros, y resumiendo, le dijo que eramos su pareja de amantes.
Justo en ese momento, se levantó y abriendo un cajón cerca de la cama, saco el mítico vibrador doble, y levantándolo, le hizo un gesto a mi mujer, que asintió inmediatamente. Esta claro, que no quedaron del todo satisfechas después del polvo.
Se colocó justo con las piernas abiertas delante de Susana. Esta hizo lo propio y se espatarro bien. Me pasarón el vibrador doble, y emezando por mi mujer, se lo introduje a las dos. Metí mi cabeza en medio, para comerles el clitoris un poquito a cada una. Las dos se movian y gemian como unas perras. Menudos gritos.
Vanesa se masajeaba el clitoris con sus dedos, mientras Susana se conformaba con mi lengua.
Al poco rato se corrieron las dos, quedando medio muertas encima de la cama.
Ahora si, estaban del todo extasiadas.
Seguimos charlando un poco más y nos pusimos a dormir.
A la mañana siguiente, me desperté sobresaltado, al notar algo en mi polla: era Susana que se habia levantado con ganas. Que despertar.
Cuando pude abrir los ojos, y ver bien lo que pasaba, vi que estaba completamente empalmado, con mi mujer comiéndome la polla como una loca. Entonces, vi que Vanesa que también estaba despierta, se acercaba a nosotros al sofá cama. Llevaba algo entre las manos.
Me abrió bien las piernas, y me introdujo el mismo vibrador que habían usado la noche anterior. Empezó a follarme el culo con aquella polla de plástico, al tiempo que mi mujer seguia comiéndome la polla a lo béstia.
No tardé mucho en soltar mi corrida matutina dentro de la boca de mi mujer, que como siempre, no dejó caer ni gota. Que gustazo dá despertarse así!
Nos pegamos unas duchas, y salimos a pasear por aquella hermosa ciudad, que conozco tan bien, al igual que Vanesa. Susana tendria dos guias de lujo.
Estuvimos toda la mañana visitando la ciudad, la parte más turística, y por la tarde, nos dedícamos a pasear por nuestro barrio, después de visitar Le Sacre Coeur, pasamos también por el Moulin Rouge, y la plaza de los pintores.
Después de una larga caminata, a eso de las 20.00 nos fuimos para casa, para pegarnos una ducha y salir a cenar. Aquella noche teníamos reserva en un exclusivo local de la ciudad, dejábamos el aire bohémio de nuestro barrio, por uno más exlusivo del centro de la ciudad. Asi que tocaba tunearse y ponerse guapo.
Tambén cenarian con nostoros Jean y Luca, que les gustaba más frecuentar este tipo de ambientes.
Llegamos en Taxi, puntuales (que ya tiene mérito, porqué circular por París es un drama). Nos abrió la puerta un botones del restaurante (menudo palo me van a pegar, me dije). Jean y Luca nos esperaban dentro.
El local era impresionante, con música un pelin alta, lo justo para poder hablar con un tono normal. Todo decorado de forma muy moderna y minimalista.
Jean y Luca estaban ya sentados en la mesa, con una copa. Jean era un tio alto, guaperas (supongo), delgado, parecía estar muy en forma. Pelo rubio, muy moreno de piel para estar en noviembre, unos cuarenta y pico....
Luca en cambio, era un chico más bien bajo, aunque vestia muy bien, algo más desenfadado, con barba de pocos dias, la misma edad que Jean, y muy muy simpático. Para nuestra sorpresa, sobretodo la de mi mujer, hablában perfectamente español, pues veraneaban en Ibiza desde hacía años.
Vanesa nos presentó, ámbos se levantaron y nos dieron dos besos a cada uno. Una vez sentados, Jean sacó un tema directo al que le interesaba. Él era un tio así, directo.
-explícame bien eso de ser Bisexual, pués me crea dudas Karlo-no pude evitar sonrojarme un poco. Acababa de poner mi culo en la silla, y ya me querian hablar de sexo.
-ya te dije que conocerias gente muy abierta y directa-me dijo Vanesa con un amplia sonrisa entre los labios.
-pues mira Jean, es muy fácil de entender-le dije, si se trata de ser directo, yo me siento genial. Siempre me acusan de tener poca mano izquierda-a mi me gusta tanto tener relaciones sexuales con hombres que con mujeres. Aunque si puede ser de los dos, mejor.
-pero eso es complicado-insitió-no te crea dudas?
-no tengo ninguna duda. Te diré más: tengo pareja, Susana, con una relación abierta, y tengo un amigo, Roger, con el que tengo relaciones sexuales, sin tener más relación que esa, y nuestra amistad claro. ¿Entiendes?
El chico asentia, al tiempo que Luca se reía un pelín.
-yo nunca me iria a vivir con Roger, no tengo ningún tipo de sentimiento hacía el, aparte de una fuerte atracción sexual.
-no se si me estás convenciendo-interrumpió-nosotros tenemos relaciones con Vanesa, muy de vez en cuando, y Luca se lo pasa mejor que yo. No siento mucha atracción hacia ella. Está claro que cuando me pongo, me pongo, me la follo, y disfruto, pero no es lo mio.
-lo tuyo és que te den por detrás-interrumpió Luca-está claro, tu eres gay 100% te sientes asi. Perfecto. Punto. Karlo, al igual que Vanesa, y que yo, somos más abiertos.
-mira tio-interrumpí yo-te pongo un ejemplo directo: ahora que se que te gusta, me encantaría bajarte los pantalones y follarte el culo aqui ahora mismo. Se me pone dura de imaginarlo. Pero no me iria a vivir contigo, ni tendria una relación de afecto más allá de lo amigos que podamos llegar a ser.
-entiendo...pero no comprendo, da igual-sentenció al tiempo que acababa su copa de un trago.
Justo en aquel momento nos sirvieron la cena, durante la cuál mantuvimos conversaciones igual de interesantes, pero nada picantes, y por lo tanto no vienen a cuento.
Al acabar la cena fuimos en dos taxis a una discoteca.
Teniamos un reservado para nosotros, con una camarera en exclusiva.
-otro pastizal-me dije. Aqui veníamos invitados. Al poco de estar sentados con nuestras copas, llegó el Sr.Aulas, el jefe de Vanesa Jean y Luca. El mayor distrubuidor de jugeteria erótica de Europa. Todos los que soys aficionados a los juguetes seguro que habeis tenido alguno de sus marcas.
Estuvimos hablando largo y tendido sobre su gremio, la verdad un mundo muy interesante. El tio dominaba de todo, desde todo tipo de artilugios raros, columpios, materiales como siliconas y látex, y lo último en lo que se etaba metiendo, las muñecas o maniquíes de aspecto real.
-seguro que Vanesa no les ha explicado, que sacámos moldes de su culo-nos decia el hombre de forma campechana. Vanesa se moria de la vergüenza, y Susana y yo nos partiamos de risa.
-si, la verdad, la muchacha tiene un culo perfecto-dije yo. Vanesa no sabia donde mirar.
-no solo es perfecto, sobretodo es tentador. Cuando se lo miras te apetece tocarlo, te apetec amarlo..-el hombre estaba describiendo lo que sentiamos hacia aquella chica, tanto mi mujer como yo.
Nos vevímos alguna copa más, y el Sr.Aulas, nos dejó.
Seguímos los cinco charlando, y al rato (por fin!!) Luca, tomó la iniciativa.
-os apetece tomar la última en casa? Vivimos aquí cerca.
Todos asentimos con la cabeza, y a los cinco minutos nos fuimos.
Vivían en el puñetero centro de Paris, en un ático impresionante.
Al entrar, nos acompañaron al salón, donde, entre muchas cosas, tenian una pecera iluminada enoooooorme. Dos sofás muy grandes uno delante del otro, en los que nos sentamos.
Jean sirvio unos chupitos, observé, que las muy cabronas de mis acompañantes me dejaron entre los dos chicos.
Me apoyé en el sofá, y Jean y Luca empezarón a besarse nada más dejar el vaso en la mesa. Los tenía a menos de un palmo. Entonces Luca se giro hacia mi, y empezo a desabrocharme la camisa, tocándome los pezones, que se ponian duros con el tacto de sus dedos. Jean con rapidez, se deshizo de mis pantalones y mis calzoncillos.
Entonces los dos se apartaron un poco de mi.
En frente, Susana se habia levantado su falda, y Vanesa se quitó los leggins, ambas empezaban a masturbarse.
-nosotras disfrutaremos del espectáculo-nos dijo Vanesa.
Los dos chicos sonrieron, y yo me dejé llevar.
Jean se avalanzó sobre mi polla, y se la metió en la boca. Como mamaba el cabrito.
Le pedí a Luca que se desnudara, y poniendose al lado del sofá, me facilitó su verga.
-yo creo que quieres esto verdad?
Sin siquiera contestar me metí aquella hermosa polla en la boca, notando como se iba poniendo dura con cada lametón. El tio me acompañaba con sus caderas, con suavidad, cada vez la metía más dentro de mi boca.
Jean seguia haciéndome una deliciosa mamada.
Entonces me tumbé del todo, boca arriba. Fue Jean el que me acerco su diminuto miembro a la boca, metiéndomelo dentro, empezó a follármela. En pocos segundos ya tenia un tamaño importante, y después de aplicar mis artes felatorias a tope, al minuto, aquella polla ya era enorme. Podia notar cada pliege de su piel, y todas sus venas al pasar por mis labios y mi lengua.
Luca me levantó las piernas, poniendolas encima de sus hombros. Después de jugar brevemente con sus dedos, se dispuso a follarme. Me fue metiéndo su polla despacio, de manera constante, hasta dentro, entonces la sacó, se pusó un poco más de lubricante, y volvió a la carga. Jean se apartó de mi cara un momento, para darse la vuelta, entonces pude apreciar la polla de aquel hombre bajito, entrar y salir de mi ano con facilidad. Al segundo, Jean se ponia en posición 69 conmigo, de manera que me comia mi flácida (de momento) polla y me metía la suya entera en la boca. No me dejaba mucho margen de maniobra, la sacaba y la metia de mi boca a su antojo, al igual que su novio hacia con mi culo. No podia resistir tanto gustazo, no hacia más que gemir y gemir. En poco rato, para mi suerte, Luca se corrió, estuvo veloz en sacarla de mi culo, quitarse el condón y meterla en la boca de su amigo que andaba por allí cerca. Este trago, algo, dejando una parte encima de mi barriga.
En ese momento se intercambiaron, y empezó a follarme Jean. Sin contemplaciones, a saco, al tiempo que Luca me masturbaba. En pocos segundos le llené la cara de semen a Luca, y en poco rato, Jean se corria dentro de mi culo, cayendo los dos rendidos a mi lado.
Entonces levanté la cabeza, Susana y Vanesa se masturbában mutuamente, y se corrian mirandonos a nosotros.
La verdad, sin ser memorable, fue un auténtico polvazo.
A pesar de que insistieron en que nos quedásemos a dormir allí, los tres coincidimos en irnos para casa. Eran las cinco de la madrugada, y al mediodia siguiente nos volviamos a Barcelona.
Aquella noche dormimos como troncos, después de la cena, el alcohol y la bacanal, no era para menos.
Al dia siguiente, tras perinentes duchas y magreos llenos de complicidad, nos fuimos al aeropuerto, y de vuelta para casa de Susana.