Esta fue mi segunda imaginada vez

De como una mente loca y soñadora tiene su segunda experiencia bi.

Había pasado ya bastante tiempo desde aquel hotel y yo me moria de ganas de verte. Había habido muchos mensajes, correos y llamadas. Por supuesto unas cuantas masturbaciones delante de la pantalla del ordenador leyendo esas historias, imaginando esos probadores de ropa contigo y conmigo probando de todo menos ropa, limpiandonos el sudor antes de salir ante la mirada atónita y a veces de repulsa de las encargadas de esos probadores. Y por fin nos las habíamos arreglado para quedar otra vez.

Esta vez era un poligono, una tarde de domingo en la que no debería haber nadie por alli. Ya te había visto según daba la vuelta con el coche, alli apoyado en el tuyo, esperando, y por mi cabeza volvian a pasar las imagenes de aquel hotel que tan bien aprovechamos.

Pare el coche a tu altura y bajé de él sin mediar palabra, sin dejar de mirarte. Quería que lo primero antes de cualquier "hola" fuera un beso. Pegar mis labios mojados a los tuyos y dejar que nuestras lenguas se enroscaran. Cuando los separé de los tuyos ya te saludé de palabra.

Te había gustado mucho, pero tu mirada no lo llegaba a demostrar del todo a causa de la sorpresa de haberte besado en la calle. Temí que te enfadaras, pero al devolverme el beso me di cuenta de que había sido todo lo contrario, de que te había excitado, y mucho dada la dureza que sentía pegada a mi entrepierna en ese segundo beso.

Movimos los coches un poco buscando la parte trasera de una nave y ocultándonos un poco de cualquier carretera.

Tú saliste primero del coche y te acercaste a mi ventanilla extrañado de que yo no lo hubiera hecho aún. Cuando te acercaste y agachaste la cabeza te sorprendí (o no...?) con otro intenso beso, más largo que los anteriores y por supuesto mucho más lujurioso. Te cogí suavemente de la cara separando tu lengua de la mia y seguidamente puse mis manos en tu pantalon y empecé a desabrochártelo. De nada sirvió tu tono de sorpresa al preguntarme si de aquella forma, en la misma calle, ibamos a empezar porque en menos de cinco segundos ya respirabas agitado al notar mi lengua por encima de tu capullo. No podría calcular el poquísimo tiempo que tardó tu polla en demostrarme su dureza dentro de mi boca. Aquello me encantaba, chuparte la polla era para mi algo increiblemente placentero y desde que lo hice la primera vez no dejaba de deleitarme acordandome de ella en mi boca aquella mañana en el hotel.

Ahora la tenía otra vez encima de mi lengua y sabía que podría estar toda la vida chupándotela y aún me parecería poco.

Subía y bajaba mi boca apretándo todo el tallo que era capaz de introducirme, no dejaba de darte lametazos en la cabeza, te acariciaba los huevos, pasaba la lengua sobre ellos y volvía otra vez a tu polla ayudándome también de la mano. Si en ese momento no paro te hubieras corrido dentro, cosa que sinceramente me apetecía bastante.

Me bajé los pantalones y te pedí que metieras tu cabeza dentro del coche y me la empezaras a chupar. La situación era muy morbosa, yo dentro del coche con la polla super dura después de haber saboreado la tuya, y tu con el cuerpo fuera del coche, la polla fuera del pantalon y la cabeza subiendo y bajando haciendome disfrutar como nunca y como siempre.

Me encantaba tu forma de chupármela, despacio, aplicando la presión justa con los labios, subiendo y bajando y moviendo tu lengua alrededor de mi capullo. Eso era lo más parecido al cielo que nadie se pueda imaginar. No estuvimos mucho rato asi porque la posicion era tan morbosa como incomoda para los dos. Así que salí del coche agarrándome los pantalones como pude y te apoyé contra la puerta del conductor. Te bajé los pantalones casi hasta los tobillos y empecé a chupártela de nuevo. Traté de hacerlo de la misma forma que antes me lo habías hecho tú, pues lo consideraba mejor forma que la mía, y no sé si lo conseguí pero tú te retorcías de placer.

Primero despacio, apretando con los labios, haciendote sentir mi lengua por toda tu polla, jugueteando con tu capullo. Subía y bajaba, despacio, apretando lo justo, centrándome en la presión y el jugueteo con la lengua. De vez en cuando imprimía más ritmo pero sin olvidar que quería que sintieras mi lengua en todo momento. Tu estabas que no podías más, creo que lo estaba haciendo bien, yo desde luego me moría de placer de tenerla en la boca y ver que te gustaba tanto.

Tus piernas de pronto empezaron a temblar, yo ya lo imaginaba porque te notaba respirando cada vez mas agitado, te ibas a correr. Yo no me apartaba quería que te corrieras en mi boca, realmente lo deseaba y cuando empecé a notar el sabor de tu semen aflojé el ritmo para poder disfrutarlo más. Seguía con el juego de la lengua y con la presión de los labios sobre tu polla, pero también empecé a hacer algunos movimientos de aspiración con la boca. Tu semen empezaba a llenar mi boca y tus gemidos la tarde. Cuando me la saqué de la boca todavía goteaba algo de semen de tu polla y al ir a lamerlo cayó un buen chorro de tu semilla resbalando por mi barbilla. Casi había sido para mi más placentero que una corrida mía, pero no quería quedarme sin ella, asi que al final te hice entender como quería follarte. Estabas todavía en el limbo, perdido por todo el placer que habías derramado en mi boca y no te enterabas bien de lo que te estaba pidiendo, y era casi hasta gracioso je je je. Yo estaba fuera del coche y tu te habías metido dentro, en la parte de atrás. Esperé un poco hasta que te hiciste con una buena postura para hacer lo que te había pedido. Quería follarte a través de la ventanilla trasera, quería correrme dentro de tu culo contigo en el coche y yo fuera.

Parecía que quería abrirse sólo, me resultó super fácil introducir mi polla en aquel agujero que ya había disfrutado enormemente aquel día. Y tu parecías no tener fin, te retorcías de placer, aquello todavía te excitaba más que la mamada que hacía prácticamente unos segundos te había hecho, y no podía verte la polla pero ya me la imaginaba otra vez dura.

La postura era super excitante, el morbo de hacerlo casi en la calle me hacía disfrutar más y si no dejaba de meterla y sacarla de tu culo me correría pronto. Un par de veces la tuve que sacar para no correrme tan pronto, pero ya lo estaba deseando y después de lo que consideré un buen rato viendo mi estado de excitación pensé en dejarme ir y correrme dentro de tu culo. Ya estaba casi a punto, mi polla entraba y salía con una facilidad increible, tus gemidos y tu placer exaltaban el mio y ya me iba a correr, debería tener mi semen casi en la punta cuando sin decir nada y con un movimiento increiblemente rapido te diste la vuelta y te metiste mi polla en la boca. Dos chupetones bastaron para hacerme correr con un placer nunca antes encontrado por mi poca experiencia bi. Masturbándome con la mano y con la polla apoyada en tu lengua ya derramando mi semen me hacías dar mis ultimos espasmos derramando unas pocas gotas que todavía me quedaban sobre tu lengua. No me lo esperaba y creo que eso supuso ese chispazo añadido de placer que había sentido. Ese repentino cambio te lo agradeceré siempre.

Como ya suponía tu polla estaba de nuevo dura, y te propuse hacer algo que me excita mucho. Masturbarte con la mano mientras no dejo de besarte y saborear tu lengua. Aceptaste encantado claro, y así nos volvimos a correr los dos, con las lenguas sin dejar de pelear. Yo tardé algo más, tardo un poco más que tú en recuperarme pero mi capricho fue muy satisfactorio. Imaginarme besandote mientras noto como derramas tu semen en mi mano me excitaba mucho, y comprobé que así era cuando ese día lo hicimos realidad.

Esto va por ese chico al que estoy deseando ver y por todo aquel que se pueda sentir identificado, como yo.