Esta es una larga historia (2)

Sabado...

SABADO

13:00 horas

Ummmm! Día caluroso, medio nublado, que me pongo????

Vestido rojo pegado y sexi?... no Luciana, mala idea

Jeans ceñidos y blusa escotada? Suena mejor

Ups! En que momento salió esa horrible llantita???? No no no, blusa a la cintura nanay, mejor algo mas… holgado.

Wow! Luciana, te ves divina: jeans ajustados, blusa flojita; cual es la gracia??? Los jeans realzan tu trasero, no muy grande, no muy pequeño, pero perfecto para cumplir cualquier fantasía; esas piernas se ven deliciosas: duras, firmes y… como para ponerlas en los hombros de cualquiera!! Jejejeje.

Veamos… la blusa holgada cubre perfecto esa llantita que te sorprendió en el momento menos oportuno, los senos se marcan justo lo necesario; chica! A la carga!

15.00 horas:

Menos mal que por fin decidiste que ponerte! Te has pasado media hora en la regadera y nada que decidías que hacer, aunque… esa tanga negra de encaje negro al frente es algo atrevida no?, pero… no importa, la imagen que el espejo me regresó es la de una nena de 28 años, 1.68 mts de estatura, 57 kilos de peso, senos talla 34 C (Talla mexicana por supuesto), con unos pezones rosa claro, redondos, de esos que dan ganas de comerse a chupetones, cabello negro ondulado a los hombros, piernas largas, torneadas a base de tantos años en bicicleta y corriendo (15 para ser precisa), en fin… bastante apetecible la niña.

17:00 horas

Lista! Repasemos el equipo: tanga negra, con encaje transparente que apenas alcanza cubrir un pubis cuidadosamente depilado, bra de media copa (negro por supuesto!), cabello suelto, brillante después de unas cuantas cepilladas (100 como me dijo la abuela), maquillaje ligero y un toque de Fleur de Interdit (Givenchy)… wow! Te ves linda nena, suerte!

18:30 horas

Me va a dar algo… porque no llega??? Qué le pasó??? Se arrepintió??? Regresó con su ex????, me plantó?? Se le olvidó?, chocó en el camino? Ufff…me estoy desesperando….

19:00 horas

Nunca imaginé que ver entrar a una mujer a un café atestado, ataviada con unos jeans deslavados, una camisa mas grande que mi imaginación y unos ojos profundamente tristes pudiera moverme algo en el estómago, pero bueno… sorpresas te da la vida no?; se acercó a mi con una ligera sonrisa y me dijo, hola, perdón por la tardanza pero.. no sabía si era buena idea venir o no… me disculpas???

  • Claro! No hay problema, de hecho acabo de llegar también
  • Ah si?
  • Si, perdón, también se me hizo un poco tarde (tip: jamás reconozcas que tienes una hora esperando como boba)
  • Ok, de todos modos, discúlpame, no suelo ser impuntual, pero hoy no se que me está pasando.
  • Lo que sea que te esté pasando no es pretexto para no pasarla bien, vale? Te tomas un café o que te gustaría.
  • Me late el café, y algo dulce, no he comido

Después de tan "interesante" inicio, Alex tomó asiento frente a mi, pidió su café, un pastel de moka y empezamos a charlar de cualquier cantidad de tonterías: que si el clima, que si el tráfico, que si la Madre Teresa de Calcuta, bla bla bla….

21:00 horas:

Todo este tiempo se me ha ido como el agua; me fascina escucharla, me puedo perder en sus ojos obscuros, enormes pero con una expresión de tristeza que agobia; sus labios carnosos y húmedos me hacían perder un poco el hilo de la charla, me daban ganas de mordisquearlos; a que sabrían? Que se sentirá pasar mi lengua por ellos, lentamente, saboreándolos… y si mejor los chupara un poquitín? Seguramente sabrían dulces… mmmm… que increíble no? Pensar en acariciar así la boca de alguien de quién no se sabe casi nada.

22:00 horas:

  • Luciana, me la he pasado muy a gusto, pero ya es un poco tarde, te parece si nos retiramos?
  • Si claro, a la hora que gustes nos vamos
  • Ok, ahora sería excelente irnos, pides la cuenta por favor?

Obvio, cuando una anda a la conquista, no puedes decir que no, así que con toda la resignación posible pedí la cuenta…. Quince minutos después estábamos ante el auto de Alexandra a punto de despedirnos.

22:30 horas

  • Traes auto Luciana?
  • No, pediré un taxi, me encantó compartir ese café contigo
  • Como? Taxi? Ni hablar, te llevó
  • No es necesario
  • No, no lo es, pero prefiero llevarte, en donde vives?
  • En la zona sur y tu?
  • Perfecto, vivimos cerca entonces, sube, te llevo.

Jamás imaginé que un trayecto en auto pudiera ser tan agradable y excitante al mismo tiempo; viajábamos en silencio y éste se rompía un poco al son de la música de Michel Bolton; observaba su perfil, sus manos con unos dedos finos y delicados tomando el volante, con sus ojos atentos al camino me hicieron pensar: qué se sentirá sentir esas manos tocándome? Apretándome los senos, acariciándome las piernas… y esa boca?? Me encantaría tenerla en mis pezones, adorándolos, besándolos…. Y quizá, un poquito mas al sur… mmmm

  • Te apetece tomar una cerveza?
  • Eh???? (me pilló totalmente desprevenida)… si claro!

Una cerveza???? Cómo? Pero insisto, cuando andas a la conquista, jamás puedes decir que no.

No he dicho que toda esta historia se desarrolló en un hermoso puerto, así que con el marco que solo el sonido del mar puede dar, nos tomamos la famosa cerveza, en silencio, sentadas en el auto, estacionado en un mirador frecuentado por muchas parejitas que buscaban la complicidad de la noche para dar rienda suelta a la pasíon

23:30 horas:

  • Luciana, me la he pasado genial, hacía mucho que no charlaba tanto tiempo con alguien
  • Yo también me la he pasado muy padre y quisiera prolongar mas la noche, pero ni hablar….
  • Que pasa si te digo que también me gustaría que este momento se prolongara?
  • No pasa nada… o si?
  • No sé… tu dímelo
  • Mmmm…. Como que quieres escuchar?
  • Quizá que me invites a tomar un último café… en tu casa.
  • Alex, quieres ir a tomar un último café en mi casa?
  • Si claro, indícame por donde me tengo que ir,

Wow! Wow! Wow!... lo último que esperaba esa noche era tener a Alex en mi casa, pero una vez que se instaló en mi sillón favorito, con un tarro de café humeante, pensé: que hice tan bueno que hoy tengo como recompensa tener a esta mujer aquí????

Sentía una necesidad tremenda de tocarla, besarla, hacerle el amor… pero… todo en su momento, así que me limité a sentarme a su lado y preguntarle si le gustaba el café; puso el tarro sobre la mesa de centro y volteó a verme fijamente; no supe como reaccionar y realmente no se como ni porque, pero cuando tomé conciencia de lo que pasaba, simplemente me estaba comiendo esos labios, pasando mi lengua por ellos, lentamente, saboreándolos, mientras mis manos traviesas viajaron hacía su espalda; gimió muy despacio, enredando su lengua en la mía; sentir su humedad, el calor de su boca, ese sabor dulce que solo las mujeres tenemos, me hizo perder la cabeza, así que empujé su cuerpo, pegado ya al mío y recostada sobre ella, continúe besándola, gozándola, mientras sentía sus dedos enredarse en mi cabello y su aroma a flores, a mujer; escuchar "Luciana, que rico me besas" fue el detonador de