Esposa Infiel: Sandra y Leticia
Un trío inesperado, pero muy muy placentero
Esposa Infiel: Sandra y Leticia
He vivido un par de meses de luna de miel total en el norte, Leticia y yo somos amantes a tiempo completo; pero la visita de su prima Julissa y su novia Diana hace unos días hicieron que nuestra relación tome un giro inesperado.
Lunatacas tengo que contarte algo, el otro día escuche unos gemidos que venían del cuarto donde estaban las chicas, me llamó la atención, como la puerta del cuarto estaba entreabierta me asomé para ver qué era lo que pasaba, vi como Julissa le comía el coñito a Diana, vi todo lo que hacían; creo que se dieron cuenta de mi presencia porque gemían y gemían más.
¿No sé por qué terminé caliente? Estaba que quemaba, tuve que tocarme un rato para que se me pase, no fue suficiente, te esperaba con ansias en la noche y pudiste calmar mis calenturas – me dijo Leti. Bueno es algo normal que te excites viendo a dos personas hacer el amor – le conteste.
Oye, pero esas dos lo hicieron toda la tarde, ¿eso es normal? – replico Leti; claro es una relación de mujeres el tiempo es lo de menos, Uds. pueden hacerlo todo el día, a diferencia de nosotros – le conteste.
Tengo sueños recurrentes con esa escena, ver como se comían el coñito y las tetas, como se entrelazaban, como se daban mutuo placer, cada vez que acuerdo se me aflojan las piernas y se me humedece mi coñito – comento Leti, la bese y fornicamos para el recuerdo, termine con un dolor de lengua que me duro todo el día siguiente.
Por la noche, Leti pidió que repitamos la sesión y volvió a comentar que no podía quitarse la imagen de la cabeza. Lunatacas no lo tomes a mal, te puedo hacer unas preguntas: ¿Has estado con un hombre? ¿Qué se siente? ¿Te molestaría si lo hago con una mujer? Leti nunca he estado con un homosexual, si a eso te refieres, no sé qué es lo que se siente, no me llama la atención ni por probar; respecto a tu segunda pregunta si quieres estar con una mujer, es tu decisión, total no creo que eso cambie tus gustos sexuales; pero es bueno que pruebes – le conteste.
Tú me puedes ayudar con eso, es decir, ¿Puedes contratar a alguien para que lo haga conmigo? – me pregunto Leti, poniendo cara de ternura. No lo sé, no conozco a nadie que pueda hacer eso – le conteste, abrazándola y llevándola al sofá para calatearla y meternos otro polvo de campeonato.
Los días siguientes pasaron y cada vez que se acordaba Leticia me hacía hincapié en su pedido, ahora tenía una fantasía sexual, es más se volvió asidua al porno lésbico. A Leticia cuando se le mete algo en la cabeza no hay forma de sacárselo, pero no quiere arriesgarse con cualquiera. A esto lo llame su antojo obsesivo .
Conversaba a diario con Sandra vía celular, le comenté lo del antojo obsesivo de Leticia y me dijo se encargaría de ver como complacerla.
Los días pasaron y Sandra me llama emocionada, ¡Lunatacas! estaré por Piura unos días, por trabajo, este fin de semana estaré libre y luego trabajo en la semana, convencí a mi jefa de que me deje viajar antes y acepto, ¿qué te parece si nos vamos a la playa? ¡Excelente! Cariño la vamos a pasar bien – le contesté. Además tengo algo que contarte, recuerdas que estuve trabajando por el sur, mi compañera de cuarto era lesbiana y fui su novia el tiempo que estuve por allá, de lo cual no me arrepiento, mis gustos no han cambiado, así es que ni te preocupes se lo que tengo que hacer, es más si podemos nos metemos los tres a la cama, esa es una de mis fantasías sexuales y espero que me la cumplas, sí quieres llevo mi consolador – comento Sandra. Me dejo sin habla, solo atine a decirle está bien; Sandra me sorprendió otra vez.
Leticia sabe que tengo un affaire en Lima, con alguien muy cercana a Patty; pero no le he dicho quién es. Caso contrario ocurre con Sandra, ella sabe al detalle mi aventura con Leticia.
Le comenté a Leticia que mi affaire iba a venir a la ciudad, que se iba a quedar unos días en la ciudad y que se prepare porque los tres nos iríamos a Vichayito el fin de semana, ya había hecho las reservas. Leticia no lo tomo a bien, se fue sin decirme nada. Ni siquiera me preocupe en seguirla, no me habló dos días y ni se asomó por mi cuarto, días que aproveche para descansar, tenía que recargar energías para lo que me esperaba.
Llego el dichoso jueves, antes de salir al aeropuerto, Leticia cariño acompáñame a recoger a Sandra; ¡No soy tu cariño y no quiero ir!, estoy ocupada – contesto Leticia enojada. La jalé hacia mí, le agarré las nalgas, ¡eres una señora y compórtate como tal! – le dije. Leticia movió la cabeza afirmando lo dicho.
Salí a tomar un taxi, cuando aparece Leticia Lunatacas, ¿te puedo acompañar al aeropuerto? – pregunto; claro que sí cariño – le conteste, se sentó y nos besamos.
Enrumbamos al aeropuerto, Leticia estaba intrigada por conocer a mi affaire . Estando en la zona de desembarque Sandra salió rauda para abrazarme y darme un efusivo beso, luego saludó a Leticia, quien se quedó en una pieza y con una cara de asombro.
El taxi nos espero para el retorno, sentados los 3 en el asiento posterior, ¿Por qué no me dijiste que estabas saliendo con tu cuñada? – me reclamo Leticia, le iba a contestar, porque lo mantenemos en absoluta reserva – contesto Sandra.
¿Qué les parece chicas si vamos a cenar? ¿A dónde quieren ir? – pregunte, las dos en respuesta unísona pidieron parrilla, soltando una carcajada por la coincidencia, esto era un buen augurio.
Entramos a un local de parrillas, degustamos las carnes, bebimos un par de botellas de vino, conversamos y reímos de nuestras ocurrencias, casi una hora después pedí la cuenta y pagué.
Sandra prepara a Leticia
Nos fuimos a casa, ellas se sentaron en la sala, Leticia puso música de fondo, mientras yo me dirigí a la cocina, sorpresa grande cuando no encontré vino, solo tres botellas de pisco, whiskey y cerveza, salí y les pregunté si les apetecía un chilcano, ambas contestaron que sí, total mañana es nos vamos a la playa acotaron, riéndose a más no poder. Preparé los tragos, seguimos departiendo, conversando y riéndonos; Leticia quería saber detalles de nuestra relación, a lo cual Sandra contestaba amenamente, ambas ya estaban bastante picadas y empezaban a llevarse bien, eso me tranquilizó
El insoportable calor norteño hacia transpirar a Sandra más el alcohol hicieron que se quite la blusa quedándose en un top deportivo, Leticia se ahogó con el trago y la miraba perpleja; tuve que preparar la segunda ronda de chilcanos para que no se me corten y me dejen con las ganas.
¡Qué calor que hace! No sé cómo pueden andar con ropa Uds. – dijo Sandra.
Ya estamos acostumbrados – le contesto Leticia, mientras bebía de su vaso.
¿Por qué no me sigues? Y te quitas la blusa – le dijo Sandra a Leticia.
Noooo, ¡estás loca! Sólo tengo mi body debajo – le contesto Leticia.
Ya déjense de tonterías – les dije a las dos, quitándome la camisa y quedando con el torso desnudo.
Los tres reímos a carcajadas; Sandra se acercó a Leticia, le quito el vaso de la mano bebiendo del mismo procedió a desabotonarle la blusa para sacársela, dejándola sólo con el body, los pezones de Leticia se hincharon, antes de retirarse Sandra le dio un pico, Leticia quedó atónita. Así vas a estar más cómoda – dijo Sandra a Leticia.
¡Vaya que te manejas buen par de tetas! – le dijo Leticia a Sandra.
Sandra le cubrió las tetas con las manos; ¡Tú también tienes tetas grandes! – le contesto pícaramente.
Sandra se arrodillo entre las piernas de Leticia y pego sus tetas a las de ella, las mías son muy grandes – le dijo, las mías también – contestó Leticia, chócatelas tronando ambas manos, pero las mías son más bonitas – le dijo a Sandra.
Leticia la miraba atónita e incrédula, repíteme lo que has dicho – le dijo a Sandra.
¡Qué las mías son más bonitas y más ricas! – refuto Sandra.
No lo creo – le contesto Leticia.
Sandra se sentó en la mesa de centro y quitándose el top, dejando al aire sus hermosas e inmensas tetas, se las amaso y jalo de sus pezones, dejándolos turgentes, para luego juntar los brazos y regalarle una pícara sonrisa, ¿Crees que son hermosas? ¿Te gustan? – le pregunto a Leticia.
Leticia miraba a Sandra con la boca abierta, tomo de su vaso presurosa procediendo a quitarse el body y sobarse las tetas suavemente y pellizcar sus pezones, adoptando la misma pose que Sandra, ¿acaso estas no lo son? ¿tú que dices? – le contesto a Sandra.
A este punto estaba con la verga levantada, me la acomode, marcaba a mil y entendía que era el momento que Sandra había preparado para Leticia y yo era el espectador de honor.
Sandra se acercó a Leticia para juntar sus tetas, se miraban fijamente a los ojos, luego ambas comenzaron a acariciarse las tetas y jugar con los pezones, Sandra dejo que Leti le amase las tetas, mientras ella le acariciaba el cabello y rostro para con un sutil movimiento darle un beso, Leticia cerró los ojos y dejándose llevar, ambas se tomaban por el rostro y se besaban con pasión, se notaba como sus lenguas se entrelazaban, uff yo estaba a punto de explotar. Se acariciaron mutuamente por unos minutos, hasta que Leti se detuvo y cogió su vaso para beber, lo vacío raudamente. Volvía a preparar otra ronda.
Ambas no se dejaban de mirarse, Leticia hizo que Sandra se siente con ella en el sofá, ¡Brindemos! ¡Salud! – exclamo Leticia.
Leticia ¡Brindemos por nuestras tetas! Jajajajaja – dijo Sandra. Salud brindamos todos.
Sandra abrazo a Leticia para juntar sus tetazas, esta vez Leticia beso a Sandra, ¡eres la primera mujer que beso!, ¡que bien lo haces! – le dijo Leticia a Sandra. Tú también besas muy bien – le contesto Sandra.
Ellas volvieron a besarse y tocarse las tetas mutuamente, Sandra dio el primer paso y se llevó una teta de Leti a la boca, para succionar su pezón y con su lengua lamer toda su gran masa, Leti arqueaba la espalda y con su mano guiaba la cabeza de Sandra, comenzando el gran espectáculo lésbico que tenía frente a mis ojos, estuvieron acariciando, besando, chupando, lamiendo y amasándose las tetas mutuamente, se miraban fijamente sonreían y entrelazaban sus lenguas.
Yo quería abalanzarme sobre ellas; pero opté por irme a la cocina a echar más hielo a mi trago, salí hacia el patio a fumar un cigarro. Regrese a la sala y ya no estaban las dos, escucho el llamado de Sandra, Lunatacas tráenos trago estamos en el cuarto, ok – conteste.
Amor Lésbico
Les preparé otra ronda de chilcano, mi vaso solo lo llene con gaseosa y hielo, sabia lo que me esperaba y tenia que estar sobrio, subí al cuarto y casi se me caen los tragos al ver que Sandra estaba tumbada en la cama con la cabeza metida entre las piernas de Leti comiéndole el coño, mientras Leticia se agarraba la cabeza producto del placer que estaba recibiendo.
Me senté en un sofá que hay al costado de la cama como un espectador privilegiado en primera fila, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh, que rico se siente, ahhhhhh – susurraba Leticia, hummmmm, que rica concha que tienes, hummmmm – le contesto Sandra, Leticia se acariciaba las tetas.
Sandra se esmeró con el trabajo que le hacía a Leticia, quien había recogido sus piernas y con sus talones sobre la espalda de Sandra, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, uy que rico – gemía Leticia, ahora con dos dedos penetraba la vulva, ufff, me tuve que acomodar la verga, a estas alturas estaba que me dolía mucho.
Las lamidas y metidas de dedo de Sandra hicieron que Leticia explote, ahhhhhh, me corro, ahhhhhh, estoy ahhhhhh, llegando, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! Leticia alcanzo su primer orgasmo de la noche.
Podía ver como el pecho de Leticia se contraía producto del clímax, el subir y bajar de sus monumentales tetas mientras con sus manos halaba los cabellos de Sandra.
Sandra se incorporó, echándose sobre Leticia para besarla y morderle los pezones; metiéndole los dedos en la vulva agitándolos frenéticamente, ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, otra vez, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo!, Leticia exploto en su segundo orgasmo consecutivo. Siguieron besándose y acariciándose un buen rato, hasta que Leticia respiraba con normalidad.
Ufff, que rico, me has hecho llegar dos veces seguidas – le dijo Leti a Sandra, sí, eres muy sensible preciosa, ahora me toca a mí – le contesto Sandra, Leticia se apuró a sacarle el buzo y la trusa, haciendo que Sandra se eche, mordió sus tetas y bajo con su lengua dejando un rastro de saliva hasta la entrepierna de Sandra, quien separó las piernas y recibió la lengua de Leticia, que ricooooooo, hummmmm, que rico, hummmmm, así, mueve tu lengüita mi tetona preciosa, ahhhhhh, así, ahhhhhh, así, ahhhhhh, sin dejar de jalarse los pezones, levantaba su cuerpo como queriendo que la lengua de Leticia penetre más en sus cavidades.
Leticia ahora metía sus dedos en la vulva, atrapaba con sus labios el clítoris de Sandra, por momentos se sacaba de la boca algunos vellos púbicos, volviendo a su labor, que ricooooooo, hummmmm, me vengoooo, hummmmm, sigue, hummmmm, así, hummmmm, así, hummmmm, me vengoooo – gemía Sandra. Leticia cruzo sus piernas entre las piernas de Sandra haciendo que sus vulvas se junten a manera de liana, dándose mutuo placer, a un solo ritmo tocándose las tetas y pellizcándose los pezones. La escena era fantástica e increíble, ambas no dejaban de mirarse, inundando el ambiente de sexo y pasión.
Sandra llevaba las riendas, posicionando a Leticia en un 69, ambas hundieron sus rostros entre sus piernas y sus lenguas recorrían sus vulvas, la habilidad de Sandra hizo efecto en Leti, ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, sí, otra vez, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo!, dejando el rostro de Sandra lleno de sus jugos. Leticia recupero su respiración comiéndose con más ganas la vulva de Sandra, los movimientos de su lengua y la arqueada de espalda de Sandra, mostraban que estaba cerca de alcanzar el clímax, que ricooooooo, hummmmm, sigue, hummmmm, me vengoooo, hummmmm, sí, hummmmm, así, hummmmm, así, hummmmm, me vengoooo – gemía Sandra.
Ambas quedaron un rato desparramadas sobre la cama, Leticia por estar encima de Sandra salió primero, quedando tendida boca abajo, eso aprovecho Sandra para echarse sobre su espalda rozándole las tetazas en su espalda y su vulva en las nalgas, mientras Leticia con sus manos trataba de tomarla por las nalgas, los movimientos suaves fueron incrementado poco a poco, en un ritmo muy acompasado.
Uff, en este punto no tuve más remedio que liberar mi verga de su encierro, poniendo el vaso helado sobre la misma para evitar que me venga por lo que estaba viendo. Esta escena, tan intensa, de sexo lésbico tenía para rato y no las iba a interrumpir.
Leticia se volteó metiendo su mano en la vulva de Sandra, sentada sobre ella, a lo cowgirl, hizo lo propio, sus miradas estaban clavadas en cada una, los movimientos de sus manos fueron cada vez más frenéticos, hasta que ambas gritaron al unísono, que ricooooooo, hummmmm, me vengoooo… sí, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! Habían fusionado sus cuerpos y sellaron con un beso el clímax alcanzado.
Tuve que salir del cuarto para ponerme un par de hielos ya que mi venida era inminente, de paso fumar un cigarro.
Cuatro huecos solo para mi
Luego de un buen rato regrese, ambas se acariciaban la espalda, las tetas, las nalgas, la pasión con que se besaban, no decían palabra alguna… hasta que Sandra exclamo: Leti tenemos a un espectador de lujo y está listo para que nos atienda, señalándome ¿Qué dices lo invitamos?
Verdad, me había olvidado de mi casero – contesto Leticia; ambas me miraron sonrientes estirando sus manos para que me les una.
Me acerque a ellas, ¿no sabes cómo extraño tu pinga? ¡Mi consolador no es lo mismo! – exclamo Sandra, llevándose mi verga a la boca y comenzar con una buena mamada, Leticia me acariciaba el pecho, ambas comenzaron a impartirme una mamada de campeonato, indescriptible, los que han tenido la suerte de hacer esto saben de lo que hablo, inenarrable, porque no sé cómo describirlo.
Una me chupaba la verga, la otra me succionaba los testículos, uff, se turnaban para llevársela a la boca, la escupían, la lengüeteaban, uff, de solo recordar ya estoy empalmado otra vez, ponían mi verga entre sus tetas para hacerme una paja rusa. Con una sobre estimulación a cuestas por lo observado y ahora con dos lenguas que trabajaban mi verga, mi corrida era inminente, no quería llegar aun, Leticia espera, espera, que no se venga aun, disfrutemos con él – hablo Sandra. Leticia soltó mi verga y asintió con la cabeza. Tenía una erección descomunal, jamás había tenido una así, mi verga estaba más grande y gruesa, totalmente empalmada.
Terminaron de desvestirme, Sandra se echó sobre Leticia y comenzó a besarla, la tome por las caderas para empezar a penetrarla, pero ella esquivaba mis intentos, Lunatacas espera, la noche es para Leti – me dijo Sandra, acomodando almohadas bajo las nalgas de Leticia, a quien tome por sus piernas y sin más la penetre, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh, siento tu pingota en mi coñito, ahhhhhh – me decía Leticia, cogí por las caderas a Sandra y trataba de llevar el ritmo, mis dedos penetraron la vulva de Sandra y empezó el desenfreno.
En un cambio de planes, penetre a Sandra hummmmm, sí, hummmmm, sí, hummmmm, que rico – dale Lunatacas métemela toda, hummmmm, que rica pinga, hummmmm.
Después de un rato de intercalar entre una y otra, ahora Sandra estaba echada y Leticia encima, penetre a Leti, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh, sí, ahhhhhh – gemía besando a Sandra, mientras Sandra con sus dedos estimulaba el clítoris de Leticia.
Había apreciado el hermoso culo de Sandra, coronado por el tatuaje tribal que lo más apetecible aun y ahora veía el esplendor del culo de Leticia, la marca del bikini sobre su piel bronceada hacia que mis arremetidas sean más fuertes.
A cada embestida sentía pequeñas descargas eléctricas, el estímulo recibido era intenso, Sandra se encargaba de las tetazas de Leticia, mientras yo la taladraba en perrito, en un momento sentí como la corriente recorría mi medula y terminaba por descargar en mi verga para llenar de semen el interior de Leticia, esto hizo que Leticia emitiera una serie de gemidos: ahhhhhh, ¡sí! ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! – gemido que indicaban que había llegado al clímax del orgasmo.
Sandra no perdió el tiempo y volteo a Leticia para comerle la vulva y recoger la mezcla de fluidos que estaba soltando, mientras Leticia me jalo metiéndose mi verga en la boca dejándola limpia y lustrosa, los dedos de Sandra arremetían con furia el interior de Leticia y su lengua desenfrenada lamia su vulva, ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, sí, otra vez, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! – gemía Leticia al tener un nuevo orgasmo; luego Sandra besó a Leticia para compartir lo que su lengua la mezcla de semen y jugos vaginales. Esto me puso a mil por hora, ya estaba empalmado otra vez por los estímulos visuales y la lengua de Leticia.
Sandra dirigía la acción, hizo que me siente con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, para que Leticia se siente encima, no sin antes darme una apetecible mamada, dirigiendo mi verga a la vulva de Leticia, comenzamos con la cabalgata, de cuando en cuando, Sandra me mamaba la verga y volvía a meterla en Leticia, mientras yo le mordía las tetazas a Leticia, uff, que sensación; luego me tumbo en la cama, para que Leticia se siente en mi rostro para sopearla, mientras ella se clavaba mi verga, hummmmm, que rico, hummmmm, sí, hummmmm, que rica pinga, hummmmm, nos estamos comiendo, hummmmm le decía Sandra a Leticia, acariciando sus nalgas. Leticia gemía tenuemente, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ante los embates de mi lengua en su interior.
Sandra hizo girar a Leticia, ahora se veían los rostros, juntaron sus tetas y sus lenguas, no dejaba de menear las caderas dándome mucho placer, Leticia apretaba mi rostro con sus muslos, moviéndose suavemente, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, Sandra, ahhhhhh, es tan rico, ahhhhhh – gemía Leticia.
Leticia hizo que Sandra se retire y se abalanzó sobre mi verga, quedándonos en un rico 69, Sandra vino hacia mí para besarme y meterle dos dedos en la vulva de Leticia, quien seguía entretenida chupándome la verga.
Leticia soltó mi verga, solo para sentarse en ella y de la mano guio a Sandra a la posición que ella tenía, esta vez mientras Leti me cabalgaba, yo sopeaba a Sandra, ellas se besaban y manoseaban las tetas.
No sé cuánto tiempo paso mi mente se nublaba por ratos, ufff, mi cabeza metida en la concha de Sandra y Leticia cabalgándome, parecería que estaba en el paraíso, Leticia acelero el menear de sus caderas, muévete, ahhhhhh, me corro, ahhhhhh, estoy llegando, ahhhhhh, pon la dura, ahhhhhh, así, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! para explotar e inundar mi pelvis con sus fluidos vaginales. Mientras Sandra mamaba las tetas de Leticia, echándola sobre las sabanas para comerle el coño apasionadamente, ahhhhhh, ¡no! ahhhhhh, espera, ahhhhhh, no hagas eso, ahhhhhh sí, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! – gemía Leticia. Sandra se reincorpora esbozando una pícara sonrisa busca mis labios, nos besamos, luego me acerca a Leticia para poder besarnos los tres.
Leticia estaba desecha tanto placer la había dejado casi sin fuerzas, a duras penas, ya no puedo más, estoy muerta, guau, que rico carajo, ¿Qué me están haciendo?, que bien me han hecho sentir Uds. – nos dijo Leticia. Sandra la tomo por las manos, he hizo que me posicione delante de Leticia, me ensalivo la verga y la puso en la entrada de su vulva, pego sus tetas en mi espalda y coloco las piernas de Leticia en mis hombros, ¿Qué hacen? Ya no puedo más, ¡No se pasen! – nos reclamó Leticia; ya era tarde mi verga se deslizaba sin dificultad en su interior, Sandra acompasaba mis embestidas, sentía su respiración y la calidez de sus tetazas en mi espalda, Lunatacas, ¿dime? ¿Cuál pose le gusta más? – me pregunto Sandra; siempre se viene de perrito – le conteste. Ahhhhhh, no sigas, ahhhhhh, por favor, ahhhhhh, no sigas, hummmmm, uff, uff – exclamaba Leticia.
Continúe embistiendo y Sandra marcaba el ritmo, agarraba por los tobillos a Leticia y acaricia toda la extensión de sus piernas hasta donde le daban los brazos, hizo que me separe un momento me mamo la verga para luego introducirla, esta vez puse los pies de Leticia en mi pecho, la embestía sin piedad, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, por favor, hummmmm, uff, uff – gemía Leticia, Sandra ofreció sus tetazas a Leticia para que se las mame mientras con sus manos estimulaba el clítoris de Leticia, mi mano atrapo una nalga de Sandra quien se acomodó para que pueda penetrar con mis dedos su humedecida vulva. Ahhhhhh, ¡Sí! ahhhhhh, sí, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh sí, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! – exclamaba Leticia en un nuevo orgasmo colosal.
Sandra me separo de Leticia, le acomodo las piernas entre sus muslos y se puso de perrito, hundí mi rostro entre sus nalgas para lamerle la vulva, el perineo y su arrugado ano, no espere mayor invitación la penetre, hummmmm, que rico, hummmmm, Lunatacas, hummmmm, muévete, hummmmm, que rico – gemía Sandra y besaba a Leticia, luego le comía las tetas. Gozaba ver las nalgas de Sandra y al final el rostro de Leticia, toda sudada y mojada, ambas estaban gozando a más no poder, corrección los tres gozábamos de tanto placer.
Entre embestida y embestida metía mi dedo gordo en el arrugado ano de Sandra, y ella apretaba las nalgas no permitiendo que salga, me anime y embadurne su ano con sus jugos y mi saliva, hice la presión necesaria, auchhhh, Lunatacas, auchhhh, mi culito, hummmmm, sigue, hummmmm, sigue mi amor, hummmmm, que rico – gemía Sandra, meneaba las caderas desatendiendo a Leticia, quien al percatarse lo que ocurría la tomo por las tetas para amasarla, Sandra arqueaba su espalda y apretaba las nalgas, haciendo que mi verga quede atrapada; Leticia cogió la cabeza de Sandra halándola hacia ella, besándola y con un brazo trataba de alcanzarme. Fueron minutos de intenso placer. ¡Te gusta mi tetona! ¡Te gusta la pingota de Lunatacas! ¡Te está reventando el culito! Hummmmm, ¡que rico!, muévete mi tetona, muévete para que sientas mejora esa pingota en tu culito – le decía Leticia a Sandra. Con sus manos en la cadera dirigía los movimientos de Sandra para que sienta mejor la penetración, Sandra ajustaba más sus nalgas, uff, que bien se siente mi verga atrapada por el esfínter de Sandra. ¡Sí! Hummmmm, ¡Qué rico se siente! Hummmmm, Lunatacas que rica pinga que tienes!, hummmmm – gemía Sandra.
Leticia deslizo su cuerpo, para poner su vulva a la altura del rostro de Sandra, quien hundió su cara para poder lamerle la concha, saque mi verga haciendo que Sandra se eche y volví a penetrarla, sintiendo el meneo de sus caderas, y tratando de probar el sexo de Leticia, nuestros movimientos se acompasaron y ambas gemían de placer, ohhhhhh, sí, ohhhhhh, no te detengas papi, ohhhhhh, métemela hasta el fondo, ohhhhhh, no dejes de moverte, ohhhhhh, mi amor muévete, hummmmm, que rico, hummmmm, que ricooo, ¡me vengooooo!; al mismo tiempo solté mi descarga de semen en el interior de Sandra, terminando ambos rendidos, Leticia no dejaba de estimularse el clítoris.
Descansamos un rato, nos acomodamos Leticia a la izquierda y Sandra a mi derecha, nos besamanos por turnos y tratábamos de unir nuestras lenguas los tres. Sandra se levantó primero y me jalo de la mano, hice lo mismo con Leticia y nos metimos a la ducha.
Salimos y nos tumbamos en la cama, tomamos un poco de chilcano, Sandra besaba con lascivia a Leticia y esta me agarraba la verga, se acomodó para hacerme una paja rusa, besando mi glande cuando salía de entre sus tetazas, Sandra hizo lo mismo y ambas comenzaron un show aparte, jugaban con mi verga haciéndole pajas rusas con sus tetazas turnándose para mi deleite. Este juego se prolongó por buen tiempo, lo disfrutaba es indescriptible la sensación de dicho momento, uff, tanto estimulo hizo que mi verga esté preparada para dar batalla otra vez.
Leticia tomo la iniciativa y tumbo a Sandra, recogiéndole las piernas sin dejar de besarla, frotaban suavemente sus vulvas para incrementar el ritmo, dándose placer mutuamente por un buen rato, ¿qué esperas? ¿qué te invite? – me dijo Leticia, me ubique detrás de ella y se la metí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh, ¡que rico! – exclamaba Leticia, para volver a besar a Sandra. Gozaba de la vista, las enormes nalgas de Leticia cada vez que embestía haciéndola gemir de placer, aproveche para meter mi dedo gordo en su arrugado ano, auchh, Lunatacas, ahhhhhh, méteme tu pingota en mi culito – me dijo Leticia, no espere segundo llamado, me salí para darle una lengüeteada al ano, para luego profanarlo con mi verga; auchhhh, ohhhhhh, auchhhh, muévete, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh, siento toda tu pingota, ahhhhhh – gemía Leticia, incrementando el menear de sus caderas, Sandra se deslizo para ponerle las tetas en la cara de Leticia y esta empezó a mamárselas. Seguí embistiendo el ano de Leticia, sintiendo como su esfínter cedía ante mis enviones, uff, sensación increíble. Lunatacas ¡dale duro! ¡dale duro! ¡Disfruta del culito de Leti! Llénale el culito con tu leche – me decía Sandra. Cogí por los cabellos a Leticia para hacerla que se pegue más a mí, bombeando con más fuerza, Sandra aprovecho para meterle la mano y estimularle el clítoris, ahhhhhh, ¡sigue, sigue!, ahhhhhh, dame más duro, ahhhhhh, que rico – gemía Leticia.
Sandra ponte a cuatro patas al costado de Leticia, ahora te voy a bombear el culo – le dije; Sandra obedeció al instante, con las dos puestas en cuatro, pude deleitar mi vista con esos dos pares de nalgas hermosas y sus abiertos anos, peculiaridad, me percaté que Sandra lo tenía más oscuro que Leticia, solté a Leticia y enculé a Sandra, ohhhhhh, sí, ohhhhhh, vamos papi, ohhhhhh, métemela, ohhhhhh, no dejes de moverte, ohhhhhh, mi amor muévete – gemía Sandra, Leticia la besaba sin dejar de contonear sus caderas como si todavía tuviera adentro mi verga. Me turne un rato para penetrarlas en esa posición, disfrutando y diferenciando el calor de cada ano, Sandra tiene un ajuste increíble, su esfínter ofrece más resistencia y su tatuaje te entona, Leticia es más caliente sus nalgas forman un pera perfecta y menea mejor las caderas.
Sentía que ya se me venía, por las constantes descargas eléctricas en mi espina dorsal, así que voltee a Leticia levante sus piernas para colocar sus pies en mis caderas, Sandra colocó dos almohadas bajo las nalgas de Leticia, me ubico la verga en la entrada del ano de Leticia y de frente hasta el fondo, auchhhh, Lunatacas, auchhhh, eres un bruto, auchhhh, eso me dolió, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, ahora sí, ahhhhhh – se quejó Leticia, Sandra la besaba y le estimulaba el clítoris vertiginosamente. Trataba de pensar en otras cosas para no venirme, pero en un descuido se me salió la verga y en el regreso volví a profanar su ano, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, sigue así, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh – gemía Leticia. Incremente mis embestidas hasta que no puede más, sintiendo esa corriente que bajaba por mi espalda, recorría mi verga y la descarga final para llenarle el culo a Leticia con mi semen, Sandra no dejo de estimular el clítoris de Leticia, ahhhhhh, ¡Sí! ahhhhhh, sí, ahhhhhh, sí, ahhhhhh sí, ahhhhhh, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! – gemía Leticia soltando un gran chorro, me abalance sobre su vulva para poder lamer un poco de sus fluidos. Leticia y Sandra se quedaron sorprendidas, ¿qué fue eso? ¿qué me pasó? – preguntaba Leticia, ¿Lunatacas la has hecho orinar? – pregunto Sandra; tranquilícense las dos, no es nada malo y tampoco es orina, la estimulación que le has hecho a Leti sobre su clítoris ha ocasionado que eyacule, lo cual es algo normal y que no todas tienen el privilegio de alcanzarlo. Ambas seguían con cara de sorprendidas, pero más tranquilas, nos besamos los tres.
Somos hermanas de leche, de la leche de Lunatacas – le dijo Sandra a Leticia. Sí, somos hermanitas de leche – le contesto Leticia; ahora son mis mujeres, ¡son mis putas! – les conteste, ¡Sí! ¡Somos tus putas! – aclaró Sandra mirando a Leticia; ¡eres nuestro cachero! – recalco Leticia, nos reímos a carcajadas, acomodándonos sobre la cama.
Nos quedamos dormidos extenuados por la jornada de sexo que habíamos tenido, en la mañana tuve que ir a trabajar, no sin antes meterle su mañanero a Sandra, Leticia dormía con una sonrisa dibujada en su rostro. A duras penas llegue al final del día, ya de regreso en casa encontré a Sandra comiéndole el coñito a Leticia, justo acaba de alcanzar su orgasmo, soltando un nuevo chorro de jugos, se dieron cuenta de mi presencia y se abalanzaron sobre mí; repetimos plato, Leticia se dedicó a tratar de que Sandra eyacule y no paro hasta que lo consiguió.
El fin de semana la pasamos en Vichayito, fueron 3 días de sexo, sexo y más sexo, ambas mejoraron la técnica del squirt y me enseñaron como hacerlo, el lunes apenas podía mantenerme en pie.
Leticia ahora vive en Lima, ella dice que soy su trampa, jajaja ; aún hay más por contar… mucho más.