Esposa Infiel Leticia y sus tetas
Leticia, alquilo su casa y algo más...
Esposa Infiel… Leticia y sus tetas
Leticia es la ex esposa de Andrés (amigo de trabajo), rellenita de 1.65 m. de altura, muy simpática de rostro, ojos negros vivarachos, sonrisa amplia, con enormes tetas y un trasero de campeonato, algo especial para el trato (no es muy sociable)
Conoció a la que fue mi esposa Patty, ambas no se llevaban bien, más por un tema de mujeres que por otra cosa, pero se soportaban, gajes del oficio.
Han pasado ya 6 meses desde que me separe de Patty, y todo va de maravilla en el trabajo, sin embargo, teníamos problemas con un proyecto en el norte del país y el cliente quería mi presencia permanente en obra.
La empresa creyó conveniente alquilar una casa en vez de pagar hotel, buscar casa era la prioridad que tenía al llegar a Piura.
Estando en Piura supe por amistades en común que Leticia y Andrés se habían separado hace ya un año y no en las mejores condiciones. Nos cruzamos un par de veces por la ciudad y conversamos cosas sin sentido.
Pasaron los días entre Lima y Piura; saliendo del aeropuerto sonó mi celular, era Leticia me pregunto qué hacía otra vez en Piura y que voltee y mire hacia la puerta, colgué y me acerque hacia ella, nos saludamos y termine contándole el motivo de mi regreso, además que estaba buscando casa para alquilar.
Le dije que me iba a hospedar en un hotel y que estaba sin almorzar porque el vuelo se había retrasado, invitándola a cenar, le propuse una parrilla y no objeto.
Mientras cenábamos conversamos de muchas cosas, hasta que tocamos el tema del alquiler de la casa. Leticia me cuenta el tema de su divorcio y que sus hijos estaban fuera de casa vacacionando en Lima con sus abuelos, y que en cuanto alquile su casa se mudaba con ellos.
Me pareció interesante la idea de alquilar su casa, ya me había hospedado antes y conocía sus comodidades, preguntándoles cuáles eran las condiciones, las mismas que me explico y terminamos cerrando el trato. Aunque sólo tuvo una condición, que se quedaría hasta terminar la mudanza de sus cosas personales.
Cambiamos el tema de conversación, le comenté que me estaba separando de Patty, también me estoy separando Lunatacas al parecer estamos destinados a andar sin nuestras parejas – comento Leticia. Al terminar de cenar pedí una botella de vino para brindar por nosotros, y que todo nos vaya mejor en esta nueva etapa de la vida. Leticia dudo un poco; pero al final era un brindis nada más.
Ya instalado en su casa, interactuábamos mucho, nuestras conversas eran largas y siempre acompañadas de una botella de vino, un día llegue temprano, se sorprendió ya que la encontré recién salida de ducharse, sólo con una bata rosada y una toalla que envolvía su cabello, al voltear su bata se abrió, dejando a la vista gran parte de las inmensas tetas que tiene y mostrando la pelambrera de su vello púbico no recortado, su pronta reacción hizo que se acomode la bata, pero el movimiento soltó la toalla de su cabeza, por sujetarla dejo la bata más abierta, mostrando más su figura. Me acerque a ella y le amarre la bata, su olor era muy agradable, mi verga ya se había despertado.
Leticia quiso huir, no la deje, tranquila no hay nada de malo, ha sido un accidente, que le puede pasar a cualquiera – le dije para calmarla; no Lunatacas que vas a pensar de mi – me contesto. Nada malo, te repito que ha sido un accidente – le conteste.
Al cabo de los días nos olvidamos de lo sucedido y conversábamos de diversos temas, Leticia sirvió la cena, le increpe que no se moleste por esa atención; pero se me ocurrió algo, Leticia que te parece si te quedas acá y te pago un adicional por mantener la casa, total una entrada extra no te vendría nada mal, de paso que te entretienes en algo – le comenté. Lunatacas no creo que sea prudente, que van a pensar los vecinos – me contestó.
Los vecinos se pueden ir al carajo, tú no estás haciendo nada malo, lo cual es verdad o ¿no? – respondí, Leticia no contesto sólo bajo su mirada. Piénsalo bien y me das una respuesta mañana cuando venga.
Salía temprano hacia el proyecto y regresaba a esos de las 7 pm todos los días incluso sábados, los domingos iba más tarde y regresaba después de almuerzo, Leticia no me dio una respuesta, pero seguía esperándome con la cena, hasta que le pregunte y me dijo que sí, que se quedaría en su casa “trabajando para mí”.
Llego fin de mes, la llame al celular para decirle que no cocine porque la iba a llevar a cenar y que escoja el lugar, lo cual acepto amablemente.
Llegue a la casa me duche y cambie, baje a la sala y me quede en una pieza, Leticia vestía una blusa escotada que dejaba ver gran parte de sus tetas, una falda pegada que mostraba su cintura y contorneadas caderas resaltando sus nalgas, el usar tacos le levantaba amablemente su trasero, bien peinada y maquillada; la escudriñé de pies a cabeza cogí su mano y le di la vuelta de gallo para poder escanearla completa, mientras ella soltaba una sutil sonrisa y se sonrojaba. Se había arreglado para la ocasión.
Salimos a cenar, la parrillada estuvo muy buena con su respectivo vino para bajarla, brindamos para que nos vaya bien y nos reímos por nuestros errores maritales, dentro de los temas que tocamos le comente que tenía una aventura con otra mujer, que era muy cercana a Patty, ella lo tomo con gracia. Pedí otra botella, estábamos relajados y empilados. Leticia ya estaba bastante picada, se puso de pie para ir al baño y las piernas la traicionaron, fui rápido para evitar su caída agarrándola por la cintura y pegándola a mí.
Terminamos la botella, pague la cuenta y regresamos a casa, nos sentamos en la sala, conversamos un rato, ella se quitó los tacos ya que le dolían los pies. Leticia te apetece otro vino para seguir conversando y no cortar esta noche – le pregunte; Lunatacas sabes que no soy de tomar mucho; realmente te había subestimado siempre, eres muy conversador y la plática esta interesante – me contesto.
Descorché otra botella serví dos copas y seguimos con la conversa, serví las últimas copas cuando le entrego la suya, Leticia calcula mal y derrama el vino sobre su blusa, ¡Noooooooo!, mi blusa nueva, que torpe que soy – exclamo Leticia. No seas así, no es tu culpa, esa delantera tuya te jugo en contra – le dije – ambos nos reímos a carcajadas, mientras ella trataba de contener el líquido con sus manos.
Primer encuentro en la cocina
Fui a la cocina a buscar papel toalla, le acerque el mismo para que se limpie; Leticia libero dos botones de su blusa para limpiarse el vino, que discurría por sus tetas, tuvo que soltar un broche del brassier (se abría por delante), dejando más carne a mi vista. Eso hizo que mi verga despertará. Leticia levanto la mirada y se dio cuenta que estaba mirándole las tetas y que ella mostraba más de la cuenta, limpiándose lentamente sin dejar de mirarme, cuando me di cuenta me encontré con sus ojos y ya era tarde para cualquier excusa.
Leticia, se paró rauda yéndose a la cocina, dude, ¿no sabía qué hacer? seguirla o no, mi verga erecta me dijo que hacer. La seguí a la cocina, Leticia de espaldas acomodaba su blusa, la hice girar, desabotone su blusa y solté el brassier, con un papel toalla comencé a limpiar sus tetas, eran enormes (más grandes que las de Sandra), con venas marcadas pero que no desentonan, una aureola marrón oscura de tamaño mediano y un pezón que sin estimularlo es bastante grande, ella me dejo hacer mirándome fijamente a los ojos, continúe con mi labor de limpieza, levante la mirada encontrándome con sus enormes ojos, acerque mis labios para besarla, beso que no fue negado, apenas respondido, sin moverse sólo me miraba, a medida que cumplía con mi tarea note que su respiración era agitada.
La besé por segunda vez, ella retrocedió un paso, la seguí, retrocedió otro paso más, la tome de la cintura, hasta que un mueble de la cocina no dejo que retroceda más, ahora Leticia devolvía tímidamente mis besos, me atreví a meter mi lengua; ahora correspondía mis besos. Ella tenía sus manos en mis brazos, sutilmente las aparte para que mis manos amasen sus tetas y pellizcar sus pezones; pero qué haces Lunatacas, ¡No hagas eso! ¡NO está bien! Para por favor – exclamo Leticia. No le di chance alguno, me incline y me lleve su pezón izquierdo a la boca, succionando suavemente, saboreando su piel y el vino, Leticia respiraba entrecortado y pidiendo que no continúe.
Seguí con la exploración de sus tetas, enormes tetas, venosas y coronadas con hermosos pezones oscuros, de aureola mediana y llamativa, radiantes por el vino derramado, Leticia ya no se quejaba ni nada, ahora acariciaba y jugaba con mi cabello, ahora sus pezones eran como el chupón de bebé.
Me incorporé para besarla, nuestras lenguas se enfrascaron en una lucha propia, mis manos le amasaban las nalgas, levante su falda para meter mi mano entre el encaje del calzón y jugar con su vello púbico; bajando hasta la entrada de su vulva, acción que provoco que doble las rodillas.
Lunatacas ¡No!, lo que estamos haciendo no está bien, ¡No hagas eso! – exclamó Leticia, había recogido su falda hasta la cintura, la levante en vilo para sentarla sobre el dichoso mueble de la cocina, en un hábil movimiento hice a un lado la tela que cubría su vulva, dejando su sexo expuesto, pude sentir la mata de vellos que la cubrían, era evidente que no se había preparado para la ocasión por la abundante pelambrera. Jugaba con su vello púbico y con mi dedo índice acaricie sus labios mayores.
Ahhhhhh, No hagas eso, ahhhhhh, ¡por favor! Noooooo, ahhhhhh, nooooooo – atino a decir Leticia. Mi dedo salió húmedo al terminar su recorrido, me lo lleve a la boca y lo saboree, introduje esta vez mi dedo en su vulva, produciendo más gemidos en Leticia, le estimule el clítoris con el pulgar y mi dedo medio ingreso a su cueva, que a estas alturas ya estaba encharcada, lista para ser fornicada.
Leticia contraía el cuerpo y gemía, ¡No me hagas eso!, ahhhhhh, ¡No está bien!, ahhhhhh, sus manos cogían mi cara y me besaba con pasión, separa su rostro; no puedo creer lo que me estás haciendo ¡Que bien se siente! ¡Lunatacas detente por favoooorrrr! – exclamó, su mente decía una cosa; pero sus manos hacían otra, soltó mi correa cayendo el pantalón, buscaba liberar mi verga, que ya estaba totalmente erecta. Su mano recorría toda la extensión de mi verga, hummmmm Lunatacas ya está lista, que dura y suavecita, su mirada era lasciva, su gesto era de goce y con sus piernas me atrajo hacia ella, dirigiendo mi verga a la entrada de su vulva, comenzando la penetración, ahhhhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, que rico, hummmmm, Lunatacas, hummmmm, ahhhhhhhh – susurraba en mi oído Leticia.
La vagina de Leticia estaba lubricada e hirviendo, oponía cierta resistencia al ingresar para ceder y cuando retrocedías parecía que te quería succionar para que no lo hagas, una sensación bastante agradable, empecé un mete y saca suave para ir subiendo el ritmo, ella ya me abrazaba con sus piernas y brazos, buscaba sus labios para besarla, sigue, sigue no te detengas Lunatacas, ahhhhhh, que bien se siente esto, ahhhhhh, que rico, hummmmm, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh, muévete – gemía Leticia.
Continúe con el bombeo, la posición era precisa, estábamos a la misma altura, ella simplemente se movía buscando que las arremetidas sean más placenteras. Pasaron algunos minutos, nos besábamos frenéticamente, disfrutaba de sus tetas, ella se entregó y acompasaba el ritmo.
Lunatacas no sé que estoy haciendo, que rico se siente, hacía tiempo que no tenía relaciones, ahhhhhh, y estaba con ganas, hummmmm, mientras la taladraba, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh, me corro, ahhhhhh, estoy llegando, ahhhhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengooooo! Leticia alcanzo el primer orgasmo, uff, a mí me faltaba poco para llegar Leticia contraía su vagina, dándome un gran placer, sentí como la electricidad recorría mi espalda para terminar en una gran explosión y descarga de semen inundando a Leticia, Wow Lunatacas he sentido toda tu descarga, que bien se siente – exclamó Leticia.
Ambos nos besamos, ahora ella sonreía y tenía los cachetes rojos, no la saques todavía, no te muevas, déjala un ratito – me dijo. Continuamos besándonos y acariciándonos. Cariño vamos a seguir con esto – le dije. En eso suena el intercomunicador, nos hizo reaccionar raudamente, Leticia contesto, era la vecina que le iba a entregar un paquete que había llegado en nuestra ausencia, Leticia trataba de acomodarse la ropa.
Maldije a la vecina por cortarnos el momento, Leticia atendió a Laura (la vecina) quien se metió hasta la sala, en un descuido aproveché para subir al cuarto y limpiarme, ya que estaba todo manchado de los jugos de Leticia y mi semen.
Leticia y Laura se pusieron a conversar largo rato, me di un duchazo y me tire en la cama, los días siguientes transcurrieron con normalidad entre Leticia y yo, ella evitaba el tema de nuestro encuentro, situación que me resulto bastante incomoda, en el trabajo un amigo me comenta que se iba a Máncora a pasar el fin de semana, haciendo que se me prenda el foco, busque en mis contactos los teléfonos de hoteles donde ya me había quedado, había uno en promoción hice la reserva respectiva y llame a Leticia para decirle que se prepare porque íbamos a estar fuera todo el fin de semana y que sobretodo lleve ropa de baño y bronceador.
En la playa
El viernes salí temprano de la obra, a eso de las 11:00 am, me metí por el Mall y compre ropas de baño, bikinis, pareos y bloqueadores solares, además de provisiones para el camino, llame a Leticia para decirle si ya tenía todo listo, que la iba a recoger, ya en el carro enrumbamos hacia la playa.
Conversamos lo sucedido días antes y ella se mostró avergonzada, que no debió suceder nunca y que no se volvería a repetir, yo sonreía y mi mente solo se enfocaba en como la iba a fornicar.
Llegamos a Máncora nos registramos en el hotel, dejamos las cosas en el bungalow y salimos a almorzar, un paseo por la playa para bajar el almuerzo y de ahí a bañarnos, conversamos diversas cosas, verla enfundada en su ropa de baño entera no animaba para nada, regresamos al bungalow y le mostré dos bikinis, Leticia mira lo que te he comprado, espero que te gusten – le comente; Leticia reviso ambos bikinis, ¡estás loco si piensas que voy a usar esto! Soy una señora decente y no pienso ponerme esto – contesto Leticia muy incómoda.
Mira cariño tienes un par de tetazas, que las cubres siempre, un trasero que ya quisiera cualquier jovencita y unas caderas que no puedes ocultar, estas en la playa con un huevón que no es tu marido y encima te pones en pose – le reclame airadamente; Leticia me lanzó una mirada que por poco y me parte en dos, cogió los bikinis y se metió al baño. Salí del bungalow y me zambullí en la piscina. Al rato llego Leticia con su pareo puesto, le hice señas para que entre al agua y casi se me caen los ojos, traía puesto el bikini floreado, que apenas contenía esas tetazas, la trusa se perdía en sus caderas y apretaba sus enormes nalgas, ella no es sensual al caminar; pero el piso caliente hizo que camine rauda y contornee su cuerpo.
Leticia entro en la piscina y el agua fría hizo que sus pezones despierten, siendo aprisionados por el top, difícil tarea para esa prenda, contener esos enormes melones; nadamos y jugamos un rato departimos con dos parejas que estaban también en la piscina.
Al caer el sunset salimos de la piscina para apreciarlo desde la orilla del mar, aproveché para abrazarla y besarla, Leticia se relajó y estaba pegada a mi pecho en todo momento, note la falta de bronceado de su piel.
Leticia regresó primero al bungalow, para enjuagarse y arreglar sus cosas, la seguí a una distancia prudente, ya dentro del dormitorio la cogí por la cintura y nos besamos, pero me paro en seco diciéndome que deje todo para después de la cena, a regañadientes acepte.
Nos duchamos y luego fuimos Máncora Pueblo a cenar en el Tao, donde la pasamos muy bien, la cena estuvo agradable. Luego caminamos un rato por la playa, había una luna espectacular, en una de las bancas la senté sobre mis piernas y estuvimos besándonos largo rato, aprovechaba para meterle la mano por todos lados, me sorprendió ya que tenía puesto el otro bikini.
Regresamos al hotel, al pasar por el bar pedí un par de chilcanos y nos tumbamos en la hamaca que estaba en el patio; mira Lunatacas, es irreal lo que estoy viviendo, acabo de divorciarme y no me parece conveniente empezar otra relación y no quiero que esto vaya por mal camino y se deteriore nuestra creciente amistad – acotó Leticia.
Respiré profundo, le hice saber que no había problema, y que no tenía nada porque preocuparse, total es una mujer libre y si no quería nada era su decisión, la abracé y nos besamos, regresamos al bar a tomar más chilcanos, el ambiente estaba en su punto, buena música, nos juntamos con las parejas de la piscina a departir un rato, bebimos y bailamos, disfrutando del jolgorio hasta entrada la madrugada, cuando la mayoría de parejas se habían ido procedimos a retirarnos.
Ingresamos al bungalow de la mano, me regalo una amplia sonrisa y me besó, la gire frente al espejo de la cómoda desabotone su blusa, le desate el top liberándole las tetazas, sus pezones estaban erguidos y desafiantes, la eche sobre la cama sin dejar de besarla, le amasaba las tetas, se las mordía y succionaba sus pezones, ella cambio la posición y se arrodillo, ahora yo estaba echado, sus manos recorrían mi entrepierna por encima del pantalón; saco mi verga, que ya estaba erguida, empezó a hacerme una agradable paja, no dejaba de amasarle los melones, trate de incorporarme, pero no me dejo, Lunatacas que tal pinga que tienes, las venas están marcadas, con la cabeza pelada, sonreía y continuaba su labor, sus manos son suaves y se sentía bien; Leticia se detuvo y miraba mi glande, se lo llevo a la boca su lengua se movía de una manera singular, luego lo recorrió por completo, con su mano amasaba mis testículos y seguía masturbándome, uff, que delicia, me devoró la verga la escupía y seguía con su labor, uff, Leticia me sorprendió, no esperaba que sea una mamadora innata, me hizo ver estrellas; si no fuera por el alcohol me hubiese venido en su boca.
Leticia soltó mi verga y me dio un beso, la eche sobre las sabanas, nos desnudamos por completo, la encontré completamente depilada, no había nada de vellos, y eso me estimulo más, hundí mi cara en su vulva, para empezar la sopeada de rigor, ya estaba lubricada por la excitación del momento y jugué con sus labios mayores que sobresalían notoriamente, trataba de penetrarla con mi lengua, restregué su clítoris, lo succione, arrancando gemidos, ohhhhhhhh, ahhhhhh, hummmmm, sigue Lunatacas, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, no te detengas, ahhhhhh, que rico se siente, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh – susurraba Leticia.
Ella hacia movimientos circulares con sus caderas y se agarraba las tetas, facilitando mi labor, en cada pasada más gemidos emitía; sigue, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, ¡Que rico! Vamos, ahhhhhh, no te detengas Lunatacas ahhhhhh. Mi lengua exploro todos los rincones de su zona pélvica, besaba sus labios mayores y hundía mi lengua en su ano, ella simplemente gemía del placer que le daba, pase a besar sus muslos, ella comenzó a masturbarse.
Hicimos un 69, nos dimos mutuo placer un buen rato; pero llego la hora de la verdad; me eche sobre ella besándola, intercambiando nuestros propios sabores, llevé sus piernas sobre mis codos, ella acomodo mi verga en la entrada de su vulva y la penetré de golpe, ahhhhhhhh, despacio, hummmmm, no seas bruto, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh – exclamó Leticia. Comencé con el movimiento rítmico embistiendo cada vez con más fuerza, besándola al mismo tiempo. Lunatacas sigue, ahhhhhh, sigue, ahhhhhh, no te detengas, ahhhhhh, que ricoooooooooo – gemía Leticia, sin dejar de mover las caderas en forma circular, lo que daba un placer inenarrable en cada embestida, esta tía tiene buen ajuste. Lunatacas qué dura la tienes, ¡Qué rica esta! Siento tu verga como una barra caliente – exclamo Leticia; dicho esto me halo por los cabellos y me beso.
Solté sus piernas y con ellas me rodeo la cintura, estando ensartado con los talones me atraía haciendo que la penetración sea más profunda, incremente la velocidad, Leticia arqueaba la espalda y con la respiración entre cortada, no dejaba abandonadas sus tetazas, Lunatacas, ¡Me vengo!, ahhhhhh, ¡Me vengo!, ahhhhhh, si, siiiiiiiiiiiiiiiii, hummmmm, alcanzó el clímax del orgasmo.
Leticia no se recuperaba del orgasmo aun y ya la tenía encima mío, a manera de cowgirl de espaldas, ella misma se clavó mi verga en su vulva y se sentó, resoplando, empecé el mete y saca, la tenía agarrada de la cintura para hacer que suba y baje con más facilidad, hummmmm, ahhhhhh, Lunatacas la siento toda dentro de mí, ahhhhhh, que rica pinga tienes, ahhhhhh, ufffff, que rico, ufffff, hummmmm – decía Leticia. Estuvimos buen rato en esta posición hasta que me dijo que no le daban las piernas.
La acomode de perrito, la penetre de un solo envión, Leticia sintió la pegada, ¡Ay!, ahhhhhh, no seas tosco, ahhhhhh, me lastimas Lunatacas, ahhhhhh, sí, ahhhhhh, que rico, ahhhhh, la siento toditita, ahhhhhh – exclamaba Leticia. Hicimos las respectivas variantes de la posición, ella con los brazos extendidos, moviendo las caderas, luego con la cabeza hundida en la cama, mientras sus uñas se clavaban en las sabanas, ver ese par de nalgas era un espectáculo, grandes, gordas que formaban una pera de agua, seguía embistiéndola con mi ariete y cogiendo sus tetazas para amasarlas, también la hale de los cabellos y con fuerza la penetraba, ponía mis dedos en su boca para que los mame. Apoyado en mis rodillas o solo en una de ellas, seguí taladrándola y dándole nalgadas, dejando sus nalgas rojizas, ella simplemente ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, que rica la tienes, ahhhhhh, muévete, ufffff, sigue así, ahhhhhh, que rico, ahhhhhh ¡Me vengo!, ahhhhhh, ¡Me vengoooooo!, ahhhhhh, si, siiiiiiiiiiiiiiiii, tuvo otro orgasmo.
Leticia se recompuso, me pare al borde la cama Leticia sentada se tragaba mi verga, uff, que tal mamada, con sus manos apretaba mis testículos y me masturbaba, la voltee poniéndola en 90 grados con sus brazos apoyados en la cama para embestirla, en cada envión sentía como un tope en su vagina, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, llenas todo mi coñito, ahhhhhh, muévete, ufffff, que rico, ahhhhhh, mi coñito está llena de tu pingota, ahhhhhh – susurraba Leticia. Seguí con las embestidas la agarraba de las caderas para evitar que se me escape, ella sentía la pegada tratando de huir sobre la cama; pero su torpeza hizo que quede con las rodillas y codos doblados mostrando una espectacular vista de su trasero, no tenía a donde ir, ya la tomaba por los hombros por lo que no podía incorporarse, Lunatacas, uff, que rico, ahhhhhh, siento que me llenas toda, uff, eres un malo, uff, déjame que me mueva, uff, que rico se siente, ahhhhhh, muévete, ahhhhhh – exclamaba Leticia.
En un descuido gateo sobre la cama y se me escapo, ambos sudábamos copiosamente, giro y recogió sus piernas me acerque y tome sus muslos, para clavarle mi verga, ahhhhhh, Lunatacas, ahhhhhh, mi coñito, ahhhhhh, muévete, hummmmm, que rico – susurraba Leticia, mientras me cogía por el cabello, seguí embistiendo hasta que, ¡Me vengo!, ahhhhhh, ¡Me vengoooooo!, ahhhhhh, si, siiiiiiiiiiiiiiiii, hummmmm, alcanzando el clímax; pero no dejo de mover sus caderas, incremente el ritmo y sentí esa corriente bajando por la espalda, reaccione rápido me salí de ella y le puse la verga en la cara, Leticia dudo, pero empezó a mamármela con firmeza, momentos en que siento la explosión en mi verga seguida de las chisgueteadas que golpearon su boca, ella se atraganto le dieron arcadas y dejo caer gran parte de mi semen sobre sus tetazas, ella siguió mamando, dejándola lustrosa y limpia. Con mis manos recogía el semen y lo desparrame por sus tetas y cara. Leticia se sintió asqueada, pero lo acepto, luego me dijo que no le gustaba tomarse la leche, después se acostumbraría.
Nos metimos a la ducha, aseados, salimos y nos tumbamos en la cama, conversamos un buen rato de cosas sin importancia.
Ella manoseaba debajo de la toalla, haciendo que mi verga comience a despertar, me saco la toalla tirándola al piso agarro mi verga, sonrió y rodeo mi glande con sus labios, empezando a mamar y pajearme a la vez, lamio mis testículos, succionó uno por uno suavemente, ensalivo todo el largo y su lengua hacia su trabajo, agarraba su cabeza suavemente, me hizo una garganta profunda y una buena paja rusa. Una pausa y mis dedos estimulaban su clítoris y hurgaban su vulva, mi otra mano amasaba su enorme teta izquierda (tengo una obsesión por esa teta en especial, en todas las mujeres), siguió con la pajeada, nos besamos, lamí sus orejas y baje por su cuello, sus grandes tetas fueron mordidas, succionadas, lamidas, jugué con sus pezones, los deje hinchados, baje por su vientre y ensalive su ombligo, llegue a su vulva y metí mi lengua, ella arqueo el cuerpo, comencé a sopearla con lascivia, la voltee y pude deleitarme con sus nalgas, grandes y carnosas, una pera perfecta, mordiendo y buscando la unión de las mismas para al final darle un beso negro, ahhhhhh, ¡Qué estás haciendo! ahhhhhh, ¿Se siente raro! Lunatacas no te detengas, ahhhhhh, no te detengas, Leticia levantaba sus nalgas, muestra de que estaba gozando, seguí lamiendo su ano introduje uno de mis dedos en su vulva, a la vez que penetraba lengüeteaba, ufffff, que rico se siente, ahhhhhh, sigue no te detengas, que rico – exclamó Leticia.
Ella se incorporó y nos besamos, la hice que se monte encima mío mi verga ingreso en su vulva sin oposición alguna, ohhhhhhhh, ¡Que rico se siente!, hummmmm, eso me gusta mucho, ahhhhhh, la tienes dura y la siento hasta el fondo, ahhhhhh, me siento llena de tu pingota, Leticia seguía moviéndose, la tenía abrazada, sintiendo como sus tetazas cubrían todo mi pecho, gimiendo suavemente, y llevando el ritmo de la penetración, mientras yo empujaba cada vez y aumentaba el ritmo, ahhhhhh, que bien se siente, ahhhhhh, ¡Qué rica pingota que tienes!, ahhhhhh, vamos Lunatacas, hazme sentir, ahhhhhh, soy tuya, ahhhhhh, ¡Soy tuya! – susurraba extasiada Leticia; ahora tenía el control de la penetración y la apuntalaba con más fuerza.
Amasaba sus nalgotas y besaba sus tetazas, había arqueado su espalda dejando sus melones las tenía a mi entera disposición, mordiendo, lamiendo, succionando y chupando sus pezones, Leticia se incorporó y comenzó a cabalgarme, el movimiento de sus caderas era placentero, ¿Te gusta Lunatacas? ¿Quieres que me siga moviendo así? – preguntó Leticia, claro que sí, cariño te mueves bien – respondí, el panorama era mejor aún, ella juntaba sus brazos haciendo que sus tetas queden entre los mismos, generando una vista insuperable, seguimos por un rato en esta posición.
Nos soltamos, me acerque al borde la cama, para que ella se siente sobre mí, pero dándome la espalda y con las piernas juntas, ella acomodo mi verga en su vulva y se sentó de golpe, ufffff, sí, ufffff, que bien se siente, muévete Lunatacas, ahhhhhh, no dejes de moverte, ella controlaba la penetración y la complementaba con el meneo de sus caderas, mi brazo izquierdo la rodeaba por la cintura para que no se caiga y con el derecho jugaba con sus tetazas o la hacía voltear para besarla. Lunatacas, eres una caja de Pandora ¡Qué rico!, hummmmm, que bien se siente; ahhhhhh, comenzó a darle más intensidad a sus movimientos, hasta que su cuerpo se contrajo y arqueo la espalda ¡Qué rico siente! Ohhhhhhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengoooooo!; toda ella temblaba, acababa de alcanzar otro orgasmo, más intenso que el anterior. Deje que se recupere, estábamos disfrutando con lascivia y lujuria nuestra noche de sexo.
La eché sobre la cama, recorrí sus piernas y me zambullí en su vulva, que estaba desbordada por sus jugos vaginales, no, ¡No!, hummmmm, ¡NO!, ahhhhhh, estoy muy sensible, ahhhhhh, no hagas eso, ahhhhhh, Lunatacas estoy muy sensible, hummmmm, no hagas eso, hummmmm – exclamo Leticia, cogí sus pies y lentamente levanté sus piernas para ponerlas sobre mis hombros, Leticia puso una cara de lascivia, ¡Me estás haciendo sentir como una puta! – dijo Leticia; Hummmmm pues ¡Bien sí, ahora eres mi puta! – le conteste, la penetre, clavaba las uñas en la sábana, me incline hacia ella para tomarle las tetas, y acomodando mejor sus piernas, ufffff, que rico, ufffff, se siente bien, Lunatacas siento toda tu pingota dentro de mí, ufffff, soy tuya, ufffff, ¡Soy tu puta! – exclamó Leticia mordiéndose los labios en cada embestida que recibía.
Jugaba con sus tetazas o me acercaba a besarla, variando la posición de sus piernas, en ambos hombros, sobre uno solo o con los pies agarrados por sus tobillos, Leticia por momentos blanqueaba los ojos, síntoma inequívoco que está gozando. Este movimiento me estaba pasando factura ya que sentía le inminente descarga que estaba por propinarle. Antes de que se me venga la descarga la volví a cambiar y esta vez me senté en la cama con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, ella se sentó, ufffff, que rico se siente, Lunatacas te estas cachando a tu puta – susurró Leticia, mi descarga era inminente y esta vez llegamos los dos al mismo tiempo, ufffff, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ¡Me vengoooooo!, dejándose caer sobre mí, mientras le chupaba las tetas y mordía sus pezones, haciendo prolongar su clímax.
¡Guau Lunatacas! hacía tiempo que no la pasaba tan bien, me has hecho llegar 5 veces y gritar como puta, estoy toda sudada y llena de tu leche – comento Leticia; cariño me has sorprendido tú también no sabía que eras tan desinhibida en la cama – le conteste; ahora limpia todo lo que has dejado manchado. Leticia esbozo una gran sonrisa, llevándose mi verga a la boca, limpiando el semen y sus jugos, dejándomela lustrosa y limpia.
Me levanté y traje un par de cervezas para beber, mientras ella se metió al baño para bañarse me jalo a la ducha, ya bañados bebimos las cervezas y descansamos un rato, no sé cuánto tiempo había pasado, comencé a molestarla que estaba descolorida, es verano y andas toda pálida, más tarde nos vamos a la playa para que te bronceas un poco; pero sin ropa de baño, para que color sea parejo – le dije; Lunatacas eres un loco – contesto, reímos a carcajadas.
Ella jugueteaba con mi verga, mientras conversábamos, logrando que se levante otra vez, comenzó a pajearme y besarme a la vez, mientras jugaba con sus tetas e introducía mis dedos en su vulva, estimulándole el clítoris.
Rompiéndole el culo
Lunatacas ¿cómo puedes estar listo otra vez? ¿has tomado algo? – me pregunto sorprendida Leticia, nada cariño, simplemente que tengo ganas y hay que aprovechar – le conteste. Aunque yo mismo me sorprendí de esto.
Pedí a Leticia que se ponga a cuatro patas, colocando almohadas bajo su vientre, hundiendo mi rostro entre sus nalgas, mientras mis dedos jugaban con su vulva y su clítoris.
Continúe estimulándola e introduje un dedo lubricado con sus mismos jugos en su arrugado ano, haciendo que Leticia se retire, pero su cabeza choco con la cabecera de la cama y no tuvo a donde más ir, ¿Qué piensas hacer? ¿Sácalo de ahí? – me reclamó airadamente Leticia. Cariño, ¡Ya es hora de que pruebes algo distinto! te voy a romper ese lindo culo que te manejas, así que relájate – conteste con firmeza, ¡Estás loco! Lunatacas, nunca lo he hecho por ahí ¡Por ahí no se hace! – me reclamó ella. Cariño, te voy a romper el culo y voy a hacer que los disfrutes – le dije. Leticia, algo dudosa no puso objeción.
Volví a meterle el dedo al culo, le besé la espalda, mientras jugaba con sus labios mayores masturbándola suavemente, Leticia tenía una cara de espanto. Coloqué mi verga en la entrada de su vulva y arremetí con fuerza, ufffff, ahhhhhhhh, ¡Despacio no seas bruto!, ufffff, sigue, ahhhhhh, ¡Sigue! Méteme tu pingota – ahhhhhh, que rico, que bien se siente – exclamó Leticia. Incremente la fuerza de la penetración y ella entro en ritmo, me agarraba fuerte de sus caderas e inclinaba el cuerpo para besar su espalda y poder pellizcar sus pezones. Cariño lleva tu mano y acaríciate, recuerda que eres mi puta – le dije, ¡Si soy tu puta! – contestó Leticia.
El mete y saca, hizo que Leticia se excite y lubrique, por la fuerza de las embestidas la hice llegar otra vez ¡Qué rico!, ahhhhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, me vengo, ¡me vengooooooo!. Sin darle tiempo a que descanse abrí sus labios vaginales y humedecí mis dedos con sus propios jugos, empecé la profanación de su ano con mi índice derecho, dándole un beso negro y dejando ensalivado su ano, ufffff, ohhhhhhhh, Lunatacas, ¿Qué haces? Se siente raro – dijo Leticia.
Deje que se acostumbre al invasor, ya no resoplaba, su respiración se normalizo, por lo que introduje dos dedos haciendo que ella recule, cariño relájate eso va a hacer más fácil la penetración, y si te duele mucho simplemente te lo saco y hacemos otra cosa. Leticia obedeció sumisamente.
Ahoca dos dedos, en cada salida de mis dedos ensalivaba su ano, una vez acostumbrada, introduje un tercer dedo, auchhhh, auchhhh, ¡Ten cuidado! ¡Duele! – reclamó Leticia. Proseguí con la preparación y ahora ya entraban y salían sin oposición, sus resoplidos se convirtieron en suaves quejidos, Leticia había cogido ritmo y acompasaba la penetración estimulándose el clítoris.
Acostumbrado su ano a los tres dedos, llego el momento, coloqué mi glande en la entrada de su ano, forzando la virginal entrada, Lunatacas ¡Sácalo que me duele! – dijo Leticia levantándose repentinamente, la agarre por la cintura para que no se me escape.
Ay, ay, auchhhh, Lunatacas una cosa son tus dedos y otra es tu pingota, ufffff y con esa cabezota que tienes me vas a partir en dos, ufffff, ¡Así que NO! ¡NO me la vas a meter por atrás!, ayayay, auchhhh, sácala por favor. En un movimiento inesperado se sacó mi verga del culo, dejándome en el aire.
Cariño te va a doler, es lo normal, si te relajas y cooperas, el dolor va a ser mínimo y para dar paso al placer – le susurre al oído, mientras la llevaba a la posición inicial. ¿Lunatacas estás seguro de lo que haces? – respondió ella; claro cariño – conteste.
Leticia retomo la posición inicial sus manos agarraban la cabecera, esto podría hacer que se escape en cuanto sienta dolor. Volví a introducir un dedo debidamente lubricado, luego el segundo y el tercero para que no sienta la pegada, una vez que su ano se dilato, coloque mi glande en su virginal ano, forcé, ella quiso escapar, empuje con fuerza y su esfínter cedió, ay, ay, ay, me duele, ¡Sácalo! Auchhhh ¡No lo soportó! Ayayay ¡Sácalo por favor! – imploraba ella, relájate cariño, deja que se acostumbre al invasor – le dije.
No me movía, sólo sentía una gran presión ahorcando mi cabeza, con mi cuerpo había evitado que Leticia se levante y huya, prácticamente la tenía pegada a la cabecera; ella respiraba entrecortado (con sus tetazas pegadas a la madera hacían que esto sea más notorio) pude notar que algunas lágrimas corrían por sus mejillas, la tome por las caderas y suavemente hice que retome la posición inicial, auchhhh, auchhhh, duele, ayayay, Lunatacas me duele mucho ¡Sácalo! Podemos hacer otra cosa, pero sácalo por favor – reclamaba Leticia, hice caso omiso pues ya la tenía descansando sobre las almohadas, separé sus nalgotas, percatándome que tenía casi la mitad de mi verga dentro, al querer escapar y con mi arremetida había entrado más de la cuenta.
Leticia pedía que se la saque, ella respiraba profundo, temblaba y suplicaba que se la saque, ella hizo un repentino movimiento haciendo que su ano se coma mi verga hasta el fondo, auchhhh, ay, ay, nooooooo, nooooooo, me duele, sácala por favor, ayayay, sácala, ayayay, me duele – reclamaba Leticia; a esa hora fácil sus suplicas se escucharon por todo el hotel. Sólo la sujetaba por sus caderas, cariño relájate, si te mueves te va a doler, deja que tu ano se acostumbre a mi verga – le dije a Leticia; Lunatacas me duele mucho, ¡por favor sácala!, ¡me haces daño! – contesto, te lo repito relájate – conteste.
Pasaron segundos interminables, sin movernos ambos, ella ya no se quejaba y había bajado su mano hacia su entrepierna tocándose suavemente el clítoris, poco a poco incremento su estimulación, Lunatacas siento toda tu pingota en mi culito, ufffff, me siento llena, ufffff, si vas a hacer algo, ufffff, hazlo ya – exclamó Leticia.
Ante tal invitación comencé a moverme lentamente, ella resoplaba y se quejaba, mis movimientos se convirtieron en embestidas, primero solo sacaba la mitad e ingresaba, luego sacaba casi toda mi verga para volver a embestir, produciendo ese dichosos sonido que se da cuando las caderas chocan contra las nalgas, aumente la velocidad y fuerza, nooooo, me duele, nooooo sigasssss, me duele, auchhhh, eres un bruto, Lunatacas me estas partiendo en dos, auchhhh, noooooo, detente, ayayay, detente por favor – reclamaba airadamente Leticia. Sentía como su anillo ofrecía resistencia y su esfínter cedía en cada embestida, solo miraba como mi verga se perdía en ese, hasta hoy, no profanado, arrugado y oscuro agujero. Por un momento se me nublo la visión, descuido que Leticia aprovecho para zafarse y tratar de huir, reaccione atrapándola y quedando encima de ella, para su mala suerte mi verga no salió de su culo, me levante y acomode, agarre sus nalgas y mi verga solo siguió el camino, forzando, abusando y violentando su entrada, auchhhh, ay, no, ay, no, por favor no, ¡Sácala! ¡Me duele mucho! Ayayay – se quejaba Leticia, hice caso omiso a sus reclamos y peticiones, sólo sentía mi verga atrapada en su ano, una sensación por más inenarrable, ella ajustaba más como tratando de impedir detener al intruso, acción que me ocasionaba más placer.
Lunatacas, por favor, me duele mucho, me estas partiendo en dos, ayayay, ayayay, ¡Sácalo! – seguía reclamando Leticia; tuve que bajar el ritmo, cuando ella empezó a sollozar tenuemente, le acaricie la espalda y me pegue a ella, trate de girar su rostro para besarla, pero lo rechazo.
Cariño, te dije que te iba a doler, tienes que colaborar, no ofrezcas resistencia, relájate que te va a gustar – le dije, mientras limpiaba las lágrimas de sus mejillas y buscaba sus labios para besarla.
Lunatacas, eres un bruto y tosco, me ha dolido mucho, parece que me estabas partiendo en dos, eso no se hace, me duele mucho, eres un malo, ¿estas obsesionado con esto? – reclamaba Leticia, cariño relájate para que puedas disfrutar – conteste.
No lo sé, me has maltratado mucho, me duele mi culito – exclamó Leticia, cariño si te la saco te va a doler más cuando te la vuelva a meter – conteste, ¡por favor! Sácamela – exclamo Leticia
Le saque la verga ella se volteó, notándola más aliviada, Lunatacas me ha dolido mucho, tengo algo de morbo por saber qué más puede pasar – me dijo Leticia, esbozando una tímida sonrisa y besándome.
Lunatacas se te ha bajado señalando mi verga, cogió una cerveza me echo un poco y con una toalla la limpio, para luego llevársela a la boca y darme una agradable mamada, ensalivando toda la extensión de la misma, se hecho cerveza en el canal de sus tetas y me hizo una paja rusa, sus labios esperaban mi glande para succionarlo, ufffff, que agradable sensación. El tamaño de sus tetas hacia que mi verga se pierda de vista, la paja rusa continuo fue prolongada y el placer también.
Lunatacas antes intentarlo otra vez, excítame lo más que puedas, es más sencillo – me dijo Leticia, está bien cariño, pero no olvides que también debes de colaborar y relajarte – le conteste. Acomodé las almohadas bajo su vientre; abrí las nalgas de Leticia y pude apreciar un hilo de sangre recorriendo hacia el perineo, literalmente le había roto el culo.
La penetré agarrándola por las caderas, ella colaboraba masturbándose, las embestidas fueron incrementando y trataba de amasarle las tetazas cada vez que podía, así fue como descubrí que esa posición era la que la llevaba al delirio y alcanzo otro nuevo clímax ¡Otra vez!, ahhhhhh, ¡Qué rico!, ahhhhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii,¡me vengooooooo! – Leticia gozaba sin frenos ni ataduras.
Unte mis dedos con sus jugos vaginales y los introduje en su ano, un par de minutos para que se acostumbre, apunte mi verga hacia su anillo hice presión, pero no entraba, más saliva y nada, auchhhh, auchhhh, duele Lunatacas, no seas malo, duele mucho – me decía Leticia; colabora cariño, relájate y no dejes de estimularte – conteste.
Apliqué un poco más de fuerza y su anillo cedió, con mi glande dentro, me mantuve inmóvil, ¿Lunatacas qué haces? ¿Por qué no te mueves?, es mejor que lo hagas de una vez – me dijo Leticia. No espere segundo llamado y suavemente la penetré, ufffff, ufffff, ay, ay, duele, duele, ufffff, se siente extraño, ufffff, Lunatacas me has partido en dos, ¡Me tienes como una puta! ¡Soy una puta! – exclamaba Leticia con la cabeza girada mirándome fijamente,
El ano de Leticia se acostumbró al invasor, incrementé el ritmo de la penetración para que la disfrute. A medida que cogíamos ritmo y nos sincronizábamos, Leticia disfrutaba cada vez más, Lunatacas, ufffff, me duele, ufffff, pero se siente bien, hummmmm, no dejes de moverte, que rica pingota tienes, me has partido en dos, ufffff, ¡Me haces sentir como una puta!, ufffff, ¿Así se sientes las putas?, ufffff, ¿Dime?, ufffff, ¿Contéstame? – reclamaba Leticia.
Continúe con el bombeo, con la sensación de aprisionamiento de su anillo y su esfínter cediendo al invasor, parece que mi verga estaba aprisionada en una funda cálida y rugosa, por momentos Leticia ajustaba sus nalgas haciendo más placentera la profanación de su culo. Lunatacas, ufffff, no sé qué me has hecho, ufffff, pero me está empezando a gustar, ufffff, ¡Que rico!, ufffff, ¡Que bien se siente!, ufffff, ¡Me tienes como una puta! – susurraba Leticia, estas palabras hicieron que incremente el ritmo de la penetración; auchhhh, ufffff, dale, ufffff, dale, ufffff, muévete, ufffff, ¡Soy tu puta! – gemía y gemía.
Ella retiro las almohadas, para bajar su cabeza y clavar las uñas en las sabanas, regalándome una vista espectacular, ahora si formaba una pera perfecta, incremente mis embestidas; pero calcule mal y se salió mi verga.
Leticia se sentó, mirándome fijamente, hizo que me siente al borde de la cama para ensartarse mi verga en su vulva, ella levantaba se cara dejando sus tetazas a mi disposición, mordía sus pezones, me abrazaba y cabalgaba magistralmente, sus movimientos fueron incrementándose, ahora me agarraba el rostro y nuestras miradas se encontraron, besándome con pasión desmedida, la abrazaba, ahhhhhh, ahhhhhh, sí, sí, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, me vengó, ¡me vengooooo! – gemía Leticia, al alcanzar otro orgasmo, mojando mi entrepierna con sus líquidos.
No deje de moverme, Leticia levanto sus caderas un poco para acomodar mi verga en su ano, sentándose lentamente, ufffff, duele, ufffff, se siente bien, hummmmm, muévete Lunatacas, hummmmm, muévete, hummmmm, que dura esta – susurraba Leticia en mi oído, moviendo sus caderas de una deliciosa manera.
Lunatacas que rico, hummmmm, se siente, hummmmm, me tienes por el culo, hummmmm, mi culo lleno con tu pingota, hummmmm – gemía Leticia, me clavaba las uñas en la espalda, gozaba de sus tetazas y sus pezones, le agarraba las nalgas amasándolas, coloco sus manos sobre mi pecho haciendo que me recueste sobre las sabanas, para seguir cabalgándome.
Hummmmm, hummmmm, que rico, hummmmm, hummmmm, soy toda tuya, hummmmm, soy tu puta, hummmmm, ¡Lunatacas rómpeme el culo!, hummmmm – exclamaba Leticia; incrementando su ritmo, me agarre de sus tetazas y bombee con fuerza, hasta sentir esa corriente que bajaba por mi espalda para terminar en una fuerte descarga en la profundidad de su ano, llenándolo de semen, Leticia clavaba sus uñas en las sabanas. Hummmmm, hummmmm, que rico, hummmmm, dale, hummmmm, no dejes de moverte, hummmmm, muévete, hummmmm, muévete – susurraba Leticia. Me moví un poco más, estaba exhausto y agitado; Lunatacas quédate como estas, no hagas nada, deja que disfrute el momento – me dijo Leticia, mientras meneaba sus caderas suavemente y me besaba. Leticia no alcanzo el orgasmo en esa ocasión. Nos quedamos dormidos en esa posición.
Despertamos tarde y nos metimos un mañanero. El resto del fin de semana nos dedicamos a fornicar y disfrutar de la playa.
Regresamos a Piura y durante los meses de mi estadía prácticamente fornicábamos a diario, con mucha práctica conoció los placeres del sexo anal y ella me enseño una manera distinta de placer con sus tetas.
Leticia amplio su horizonte sexual, quería experimentar con una mujer con la complicidad de Sandra cumplí sus deseos, pero no conto con que Sandra quería un trío y la pasamos muy bien.
Leticia y Sandra saben que tenemos una “relación cariñosa” son buenas amigas y se llevan bien; nos hemos dado el gusto de viajar varias veces los tres a diversas localidades; tenemos nuestras diferencias, pero nada como para que nuestra relación se deteriore.
Saludos y espero que les haya gustado.