Esposa caliente
Continuación de la historia de Ysabel, y un compañero de trabajo.
Luego de ese encuentro las cosas cambiaron para mi, muy aparte que mi esposo me cogía por las noches yo tenía unas ansias enormes de coger con Luis en las mañanas.
La siguiente vez que Luis fue a trabajar a la casa, al entrar me dio un beso profundo y calido, me llevó de la mano al segundo piso, me, dijo que me quitara la ropa y me ordenó que caminara desnuda por la casa mientras hiciera mis labores.
Así lo hice, yo desnuda haciendo mis labores domesticas, eso me excitaba luego el se acercaba por detrás y me manoseaba, acariciaba todo mi cuerpo de arriba hacia abajo.
Luego nos fuimos a la sala y nos echamos en la alfombra, nos besamos y manoseamos por un largo rato, me mamó las tetas yo seguía botando lechita de mis pezones eso lo excitaba aun mas, luego me volteó y me puso en cuatro, me lamió el culo y la concha hasta donde se pudo, yo gemía de placer, luego me metió su verga la cual esperaba con ansias, sentí como abarcaba todo mi espacio vaginal, y empezó a hacer su jueguito de entrar y salir rápidamente.
Se echó sobre mi y mordió mi nuca yo gemía y lloraba de placer, el seguía metiendo y sacando su cosota, agarrando mis nalgas con sus manos, me sentía como una yegua salvaje siendo domada por un vaquero, por un larguísimo rato estuvimos así, el cogiéndome de las caderas sin darme respiro y yo relinchando de placer.
Me pregunto si podía venirse dentro de mi, lo cual yo acepté no quería que saque su vergota de mi para nada, así que se vino aferrándose aun mas a mis caderas, dando un gemido profundo de placer.
Quedamos tirados en la alfombra por un buen rato ninguno de los dos quería levantarse el aun sin sacar su verga de mi conchita.
Al reaccionar y levantarnos nos empezamos a besar apasionadamente, como marido y mujer, luego empezamos a jugar y corrimos al jardín de la parte posterior de la casa, yo corrí adelante y el atrás yo volteaba a mirarlo y veía como su verga iba recuperándose de la cabalgata anterior, el me cogió por la cintura y caímos lentamente al grass, seguimos besándonos y acariciándonos, luego abrió mis piernas y me penetró allí mismo al aire libre, yo lo rodeé su cintura con mis piernas impidiendo que se liberara de mi por cualquier motivo.
Empezamos a coger frenéticamente, yo aun lubricada por la corrida anterior facilité el ingreso de su gruesa verga. Empecé a gemir y retorcerme de placer, no nos habíamos dado cuenta pero nuestra cogida estaba siendo observada por dos vecinas de las casas contiguas, pero no nos dimos cuenta sino hasta haber acabado.
Luego de un buen rato de gemir y de hacer movimientos bruscos encada embestida tome su verga y la chupe justo antes de que se viniera me tomé toda su leche, antes de engullirla jugué con ella en mi boca para luego tragármela, luego fuimos a la ducha nos bañamos, nos cambiamos y nos despedimos y cada uno para su casa.
Luego de llegar a mi casa, calentona y sedienta de placer, esperé a mi esposo y me insinué a lo que el no demoró en cogerme como un salvaje. Se vino dos veces el condenado y yo gustosa recibí esa cogida como una buena esposita.