Espiando a Carla

Días antes Carla me había comentado lo que le gustaba andar por casa totalmente desnuda cuando estaba sola. Yo estaba desesperado por verla sin ropa y mi mente armó un plan en segundos. Mereció la pena y acabé siendo espectador anónimo de su striptease que no esperaba tener público.

Soy Juan y os voy a contar la historia de la primera vez que me ponía a espiar a una chica. Dentro del voyerismo ya os conté en mi relato "Las prisas me hacen exhibirme" como empiezo en este mundo aunque de la parte exhibida y de manera no voluntaria, ya que todo surgió como surgió, a pesar de todo ese día vi que me excitaba mucho el tema.

Esta historia empieza conmigo recién cumplidos los 18 ya que era el mayor de mi curso, aunque estuviese en el ultimo año de instituto. Lo primero que hice fue sacarme el carnet de coche ya que me gustaba ser bastante independiente de mis padres, y las chicas se volvían locas por un hombre con carnet, no se si por temas prácticos de que puedas llevarlas de un lado a otro o por follar en él o no sé, el caso es que funcionaba. A pesar de todo yo seguía liado con Carla pero aún no me la había conseguido follar ya que tenía bastante miedo a ser desvirgada ni apenas verla desnuda, ya que sin alcohol de por media, la chica era bastante monja, y con 18 años, yo ya empezaba a estar algo cansado de ir tan despacio.

Un día antes de liarnos me comenta:

  • Oye Juan, sabes algo gracioso?

  • Dime.

  • Bueno, a mi me encanta ir desnuda por casa si estoy sola, y si no con cuanta menos ropa mejor, porque me siento más cómoda, me atosiga mucho toda mi ropa apretada, e ir con pijama o cosas así no me gusta porque no me veo guapa. Entonces el otro día iba en tanga y sujetador por casa, no me quedaban bragas limpias que me son más cómodas y tuve que ir así. Me vio mi padre en el salón y me dice: "Hija, pero tu ya usas eso? Madre de dios, lo espabilada que va la niña ya..." Fue algo embarazoso, pero me hizo bastante gracia que mi padre se pensase que aún soy una niña pequeña.

  • Como te las gastas también, aunque estén tus padres en tanguita por casa.

  • Joder, son mis padres. Si no me atrevo a ir en ropa interior delante de ellos, a ver delante de quién lo hago.

Yo que por culpa de ir tan lento andaba bastante caliente en aquella época, me empezó a crecer un poco la polla solo de escuchar que le encantaba andar desnuda por casa, y desde ese momento ya me rondó la idea de intentar cazarla desde fuera totalmente desnuda COMO FUESE.

Y a pesar de manejar toda la información posible: cuál era la ventana de su cuarto, los horarios de cuando sus padres salen de casa, las horas a las que se da sus baños relajantes... TODO. Pues la primera vez surgió en un momento semi-inesperado.

Al ser el primero de mi generación en sacarme el carnet, eres la persona a la que le toca pringar y llevar a todo el mundo de aquí para allá mínimo un año, así que el viernes de aquella semana volvía de entrenar haciendo una ruta y dejando por ahí a mis compañeros. Cuando dejé al último en su casa pensé:

"Que tarde se me ha hecho, ya son las 22:10. Los padres de Carla muchos viernes salen a cenar con algunos amigos y después se quedan a tomar algo con ellos. A Carla le encanta darse un baño relajante justo cuando ellos se van ya que así no los tiene que aguantar. Si se desnuda para bañarse luego no creo que se vuelva a vestir..."

En ese momento mi polla comenzaba a acaparar toda la sangre de mi cuerpo que podía y mi mente solo estaba en un objetivo: ir a casa de Carla, a ver si podía pescarla como Dios la trajo al mundo. Aceleré todo lo que pude hasta la calle de su casa, cuando llegué fui todo lo despacito que podía, aparqué en la acera de en frente y apagué el coche para que no llamase la atención y me quedé a escuras dentro de él. Miré a su ventana y nada, no había suerte. Le dí de margen unos 15 mins, porque si no mi madre se empezaría a preguntar donde estaba.

Pasados los 15 mins estaba a punto de rendirme y encender el coche cuando se encendió la luz de su cuarto. Allí entraba ella con una toalla secándose bien con las cortinas totalmente abiertas, todas mis cábalas habían sido ciertas. Ahora solo tocaba rezar porque no bajase la persiana, ya que era bastante tarde pero Carla para eso era muy despistada.

Lo que pasó a continuación es uno de los momentos de mi vida, que mi polla pasó de estar un poco morcillona solo a estar totalmente empalmada en un segundo: Carla tiró la toalla al suelo como si estuviese haciendo un striptease como una profesional. Sus tetas se menearon de arriba a abajo unos segundos dejando ver aquellas tetas muy por encima de la media de tamaño de su edad, con esos pezones preciosos justo en el medio de cada una, erguidos a más no poder. El coño sin embargo lo tenía sin depilar, con bastante pelo (es normal, si no tienes intención de follar esos meses, para qué pasar ese dolor?). Luego se dio la espalda y me dejó ver aquel culo turgente, bastante grande también, algo caído así que también lo pude ver rebotar al quitarse la toalla un poco pero sin embargo en su sitio para ser Carla una persona que no hace nada de deporte.

Yo en aquel momento antes de nada avisé a mi madre que había quedado a cenar con mi compañero de equipo, Álex que sabía que me iba a cubrir sn problema y así se lo pedí. Acto seguido tiré el móvil al suelo del coche para ponerlo totalmente en horizontal, recliné el asiento para que nadie que pasase por la calle pudiera verme, cerré las puertas del coche, me bajé tanto pantalones como calzoncillos y me saqué la polla totalmente erecta ante ese espectáculo (18cm) y pidiéndome a gritos una paja, yo la empecé sin rechistar. Iba muy acelerado pero es que encima lo que vi después me aceleró aún más CARLA SE HABÍA EMPEZADO A TOCAR DELANTE DEL ESPEJO. Mi respiración se aceleraba e inconscientemente estaba empañando todas las ventanillas del coche, pero mi polla pedía que me masturbara cada vez más y más rápido así que le hice caso. Luego me di cuenta de como estaban las ventanillas de empañadas y fui desempañando como pude la de mi lado con la mano. En ese momento se me ocurrió grabar aquella escena, pero tenía las manos bastante ocupadas, así que apoyé el móvil contra la ventanilla, y chequee un segundo que tal y como estaba, grabara todo el show que se veía a través de aquella ventana. Después de dejarlo ahí, seguí a la zambomba.

Luego el espectáculo pasó a otro grado más, Carla se tumbó en cama mientras se seguía masajeando el coño (sin penetración al ser virgen, está claro) y se la veía tan excitada que se abrió de piernas y las extendió ambas señalando al techo, dejando ver su coño con toda la nitidez que os podáis imaginar aunque lo tuviese sin depilar! A mi no me faltaba nada para correrme allí mismo, mientras seguía de vez en cuando desempañando el cristal.

Todo iba a la perfección hasta que se cruzó en mi orgasmo una puta pega (pájaro muy común por mi zona). Carla tenía fobia a todo tipo de pájaros, y la dichosa pega decidió ponerse a graznar como una loca al lado de la ventana de Carla, con lo cual estaba se detuvo en seco, se asustó medio segundo y miró hacia la ventana, dándose cuenta de que estaba con las luces encendidas, desnuda, tocándose y las persianas sin cerrar. Y al acercarse a la ventana vio a través de mi ventana desempañada mi polla siendo masturbada. Pegó un grito y bajó de golpe la persiana. Yo en ese momento pensé que la había cagada como nunca, y encendí el coche y me fui cagando leches de allí con el pantalón y calzoncillo en el suelo del coche y la polla aún erecta a punta de correrme.

Aparqué un par de calles mas adelante, en una zona sin farolas para poder vestirme lejos de cualquier mirada, y seguí mi camino a casa.

Después de cenar, hablé con Carla con total normalidad y ella no me dijo nada del asunto hasta que fueron como las 00:00. Entonces me saca el tema:

  • ¿A qué no sabes que me pasó antes?

  • ¿Qué pasó?

  • Bueno, te dije esta semana que me encantaba andar desnuda por casa, ¿no? Pues justo hoy mis padres se habían ido y yo estaba sola en casa.

  • ¿Y por qué no me avisaste?

  • Ay, hijo, dame un poco de espacio eh, no seas así. Pues como te decía, salgo del baño, me estaba secando, y llegué a mi habitación, tiré la toalla al suelo y fui desnuda por allí. De repente escucho un pajarraco de esos, me asusto y me doy cuenta de que estoy desnuda con las persianas subidas aún. Me asomo a cerrarlas no sin antes mirar donde estaba ese pajarraco, y veo un coche con todas las ventanillas empañadas menos la del conductor que parecía desempañada con la mano y por ahí se ve un hombre masturbándose.

  • Ostia ¿Y qué hiciste? -disimulé haciéndome el sorprendido y sabiendo que me había ocultado parte de la historia por vergüenza.

  • ¿Cómo que qué hice? Bajar las persianas lo más rápido que pude ¿Qué iba a hacer? Vaya espectáculo le di al chaval.

-¿Chaval o hombre, en qué quedamos?

  • Pues solo le vi la polla, pero parecía bastante joven solo al verla, los huevos en su sitio... Y además era bastante bastante grande eh, menudo pollón, estuve por decirle que subiera...

  • OYE ¿QUÉ DICES?

  • Tranquii jajaja, no te pongas celoso que era broma. Aunque una polla así... Fijo que tú la tienes bastante más pequeña.

  • Ya seguro...- dije mordiéndome la lengua.

  • Ay que vergüenza Juan, que encima no estaba depilada...

  • Mejor ¿No? Así se te vio menos.

  • Ya, eso si... -dijo sin convencerse de todo, porque era plenamente consciente que al dar el espectáculo de la cama se le había visto todo nítidamente.

  • Así que le enseñas todo a un desconocido, mientras a mi ni me llamas estando sola. Creo que me merezco algo más yo, no?

  • Bueno la verdad es que esto me dejó algo caliente, no te voy a mentir. Mañana quedamos y ya vamos viendo.

Al día siguiente volvimos a quedar y no quiso hacer anda que no estuviésemos haciendo ya, besos con lengua, tocamientos por encima de la ropa y poco más, pero yo aquella noche me puse el vídeo con mala calidad de mi móvil y que de vez en cuando se veían las ventanillas empañadas, pero gracias a dios el momento culmen de la cama, se ve a la perfección e incluso le hice captura a ese momento para ampliar su coñito y poder verlo con todo detalle. Rematé la paja que había empezado en el coche por todo lo alto, llené todas las sábanas con mi corrida y tuve que ir a por un trapo húmedo para arreglar aquel desastre, pero la ocasión mereció la pena.