Esperé un año, pero valió la pena
Conozco en una salida casual a Rebe, pero tengo que esperar un año para poder estar con ella, ya que yo solo estaba de vacaciones, pero valió la pena.
La conozco
En menos de 48 horas me iba del país, había venido 15 días a visitar a mis padres como hago cada año y siendo viernes, salí con mi amigo Edu a tomarme unas cervezas. El sábado lo aprovecho en familia para despedirme de todos, terminar maletas y el domingo ya salía mi vuelo, por lo que era la última noche para disfrutar de mi ciudad.
Edu me vino a buscar a la casa y me comentó que había hablado con una amiga de él, y que estaría en una pizzería de un centro comercial tomando algo, le dije que me parecía buen plan, por lo que decidimos ir para allá.
El lugar estaba lleno, había música, una gran terraza y ahí estaba la amiga de Edu que se llama Susana con dos amigas, una de ellas se fue pronto por lo que ni recuerdo el nombre y luego estaba ella, Rebeca.
Al llegar nos saludamos y presentamos todos, solo se conocían previamente Edu y Susana. Pedimos unas cervezas y empezamos a hablar de temas triviales, la conversación normal de una noche de cervezas, películas y series que cada uno ha visto, a qué se dedicaban, algún chiste, lo normal mientras nos conocíamos más.
Como era un centro comercial, ya hacia la media noche iban a cerrar, por lo que decidimos dirigirnos a otra zona de la ciudad, a un típico bar de cervezas para continuar. Pagamos y ellas decidieron ir al baño antes de irnos, y ahí fue cuando la pude detallar.
Cuando llegué y nos presentamos me pareció una muchacha bonita pero normal, sin embargo, de pie fue algo que me impresionó, 1 metro 69 cms de estatura (me lo diría un tiempo después, por eso lo sé con exactitud) pero llevaba tacones puestos por lo que se veía muy alta, vestía unos jeans pegados que hacían verle unas nalgas de ensueño, buenas tetas sin ser grandes, pelo negro suelto, flaca, con sus uñas arregladas, una figura de verdad que me impresionó.
Obviamente mientras entraba al baño no podía separar mi mirada de ese par de nalgas que caminaban con tanta gracia, y al desaparecer ambas en el baño, no pude más que comentarle a Edu que pedazo de mujeres que nos hacían compañía, ya que Susana su amiga, también tenía lo suyo, una morena con unas tetazas que llamaban la atención donde fuera y que había ya tenido algo con Edu.
Yo mido 1 metro 80, destacan mis ojos porque son verdes y eso en mi país no es tan habitual, siempre hice natación por lo que tenga buena espalda, de cuerpo normal, jamás he sido de gimnasios.
Mi amigo se llevó en su carro a Susana para ir al otro bar y yo me fui en el carro de Rebe, por lo que fuimos hablando en el camino.
Ya en el bar logré hablar más de tú a tú con ella, le comenté de un trabajo que tuve que era muy interesante ya que pude viajar a varias partes del mundo. Ella una amante del mar me contaba que le había gustado bucear y yo compartí mis dos experiencias haciendo la práctica del buceo.
Creo que ella ignoraba tanto a su amiga como yo a mi amigo y se sentía que iba surgiendo una química, esas risas típicas que acompañan cuando hay atracción, y ya han rodado varias cervezas.
El problema fue que nos cerraron el bar a las 3am, su amiga Susana ya estaba muy cansada y Rebe vivía bastante lejos en una ciudad satélite fuera de la capital, mientras que yo me iba en menos de un día y medio por lo que no hubo cabida para más, a pesar de que la atracción era más que evidente.
Edu me comentó que mientras yo fui a pagar la cuenta, él le dijo a Rebe bromeando que ella me veía como si fuera un chocolate que se quería comer y ella se reía sin parar sabiendo que era verdad.
Me faltó valentía para proponerle seguir, entre las mil excusas que la acababa de conocer, vivía lejos, ella tenía que llevar a Susana a su casa que ya se quería ir, al final me dije a mi mismo que por lo menos me había entretenido en mi última noche de salida en mis vacaciones, pero hubiera querido seguir la noche ella y yo solos…
Mantenemos el contacto
No sé porque, pero tampoco le pedí el teléfono, bueno, al final vivimos en continentes diferentes así que me convencí que no había manera, sin embargo, mi amigo Edu le pidió a Susana sin yo decirle nada, el Instagram de Rebeca, así que la agregué y le mandé un mensaje antes de irme el domingo.
Ella me respondió y aceptó la solicitud de amistad de Instagram y nos dijimos hasta la próxima, yo le comenté que cada año regreso a visitar a mis padres por lo que le comentaría cuando volviera.
Llegué a España y a la semana nos encerraron a todos los el tema de la pandemia. La verdad no me pegó tanto porque trabajo en una consultoría IT y puedo teletrabajar desde dónde sea, así que mis días eran llenos de carga de trabajo como siempre.
De vez en cuando, ella me comentaba alguna historia de mi Instagram y yo a ella. Que contar de estos tiempos que para todos fueron igual.
Un día le envié un mensaje diciéndole que había soñado con ella, que solo recordaba dos cosas del sueño, que estábamos como en un mercado típico, dónde se consiguen artesanías locales, productos de comida.
La otra escena que soñaba era que estábamos como en un campo o pradera y había un molino, ahí hacíamos el amor sobre un mantel, no le di detalles porque no tenía intenciones de que el mensaje fuera algo porno sino quería ver su respuesta a eso. Pero en el sueño la tenía a cuatro patas mientras la penetraba admiraba esas nalgas que me habían dejado encantado esa noche que la conocía, las agarraba y golpeaba, luego estaba yo de pie mientras ella me hacía una mamada y le acababa en la boca.
Ella me respondió que le encantaba que había soñado con ella, que le encantan los mercados y que muchas veces los sueños son premoniciones del futuro. Más tarde me envió otro mensaje diciéndome que le enviara un mensaje de voy en la noche, que ella lo escucharía antes de dormir a ver si soñaba algo tan sabroso como el sueño que yo había tenido. Que decir que su respuesta me gustó mucho.
Yo sabía que volvería en febrero de este año nuevamente, así que cuando compré el pasaje en diciembre le comenté que iba a volver un par de semanas de vacaciones.
Nos vemos finalmente
Tenía muchas ganas de irme de vacaciones, estaba cansado de un año de pandemia, quería ir a mi casa, descansar y en secreto tenía la esperanza de poder verla de nuevo. En este año ella podía haber conocido a alguien o simplemente que no pudiéramos vernos.
Llegué un sábado por la mañana y cumplí años al día siguiente, ella me felicitó y yo le dije que estaba en la ciudad, su respuesta fue que no podía irme sin que nos viéramos por lo que quedamos para vernos el próximo sábado que ella podía bajar a la capital.
Pasó la semana viendo a familiares y conocidos, y llegó ese sábado; durante el día vi a un amigo del colegio, nos tomamos algo hasta que ella me comentó que venía bajando, le pedí a mi amigo que por favor me llevara a mi casa y a los 10 minutos ella me pasó buscando.
Nos saludamos dentro del carro con efusividad y nos fuimos a tomar algo a un centro comercial que tiene varios locales y terrazas, serían las 7pm más o menos. Yo le di un regalo (una taza muy bonita para tomar café que ella ama) que le había traído, que ella apreció mucho.
Nos tomamos unos mojitos mientras nos poníamos al día, parecía que era ayer que nos había visto por última vez (y única, ya que esa noche fue cuando nos conocimos), y nos fuimos conociendo un poco más.
Por ejemplo, yo no sabía que estuvo casada, se casó muy joven y al final no resultó. Me comentó de sus cosas, proyectos, se estaba cambiando de rol dentro de su misma compañía, yo le compartí lo que había sido mi año en España.
Cuando la conversación fluye el tiempo se va volando, por lo que eran las 10pm cuando nos fuimos a otro bar, pedimos un tobo lleno de cervezas, el local era cerrado con música y estaba lleno, por lo que teníamos que hablar cerca para escucharnos.
Eso ayudó a que pasara lo que tenía que pasar, y que queríamos que pasara, nos comenzamos a caer a besos sin que importara nada, que rico eran esos labios, sería ya medianoche y ella se tenía que ir, ya que como he comentado, vive fuera de la capital.
Ya dentro del carro en el estacionamiento nos seguimos cayendo a besos y ahí si hice lo que tenía que hacer, y le dije directamente que fuéramos a un hotel, que yo conocía uno que quedaba cerca, ella sonrió y me dijo que le parecía bien.
Llegamos al hotel y me bajé a pagar mientras ella estacionaba. Entramos a la habitación y nos caímos a besos, nos comíamos con esas ganas que teníamos acumuladas durante todo este tiempo.
Le agarraba esas nalgas tan divinas finalmente, le metía mano por todo ese cuerpo que había sido soñado en las varias pajas que me había hecho pensando en ella. Así estuvimos unos quince minutos hasta que nos empezamos a desvestir.
Tenía una tanga color negro que le quedaba espectacular pero que no dude en quitarlo para meterme entre sus piernas a saborear ese caramelo. Se lo lamí y chupé con tantas ganas como cuando uno está saboreando un helado. Mientras le iba metiendo un dedo para masturbarla mientras ella agarraba una almohada y se la ponía en la cara mientras gemía, metí luego un segundo dedo para dilatar más ese coñito que estaba totalmente depilado y que ya chorreaba.
Después de un rato comiéndola la penetré en misionero, que sabroso se sentía estar dentro de ella, todo calentico, la embestía con ganas, hasta que cambiamos de posición y ella se puso arriba y empezó a rebotar, yo mientras agarraba esas tetas que finalmente eran mías por una noche.
Me sorprendió que no era nada pasiva, y así me lo hizo ver cuando me jaló hacia arriba y yo la ayudé en el movimiento y quedamos sentados uno frente al otro, aproveché para chuparle un poco las tetas hasta que ella empezó a cabalgarme y a gritar con fuerza, nada de cortarse ni un pelo, le estaba poniendo energías al asunto.
Después de unos minutos en esa posición, la puse a cuatro patas y finalmente tuve ante mi esas nalgas, era tal cual lo había descrito en el sueño, grandes y con unas caderas anchas para agarrarlas y poder penetrarla con más fuerza.
Mentiría si no soy el típico hombre que es su posición sexual preferida, el tener a una mujer en cuatro y poder admirarla mientras la tomo por las caderas o la cintura visualmente es lo máximo.
Le agarré el pelo para jalárselo y empecé a penetrarla con más fuerza aún, luego le empecé a dar nalgadas que ella acompañaba con gemidos, hasta que ya estaba algo cansado, teníamos ya un buen rato haciéndolo y le dije que quería acabarle en la boca.
Ella no lo dudó, solo me dijo dale, y empezó a mamármelo con unas ganas que yo sabía que no iba a durar mucho, se lo sacaba de la boca y me lo agarraba y se la frotaba por sus pezones, luego me hizo una garganta profunda ella sola, yo la dejaba hacer mientras disfrutaba, me pidió que la ayudara a pajearme mientras ella ponía su boca para darle lametones, hasta que ya no aguanté más, se lo dije y rápidamente le tomé la cabeza y la presioné contra mi polla mientras me vaciaba completamente, ella se lo tragó todo de una y caíamos rendidos en la cama.
Descansamos en el hotel hasta que amaneció, serían las 6am cuando salimos y me dejó en mi casa, nos caímos a besos un rato más y se fue, me avisó cuando llegó a su casa y yo aproveché el domingo para descansar de ese día que entre alcohol y sexo me habían dejado agotados.
Quería volver a verla y despedirme de ella, hacerle el amor una vez más, pero me comentó que estaba en sus días. Igual nos vimos, nos tomamos un café cerca de la plaza y hablamos un ratico, me llevó a mi casa y nos despedimos comiéndonos la boca, tuve que forzarme a bajarme porque las ganas que tenía subían con cada beso, solo con pensar en lo que habíamos vivido una semana antes me provocaba que bajo mi pantalón se me parara.
A día de hoy aún mantengo el contacto con ella, de vez en cuando nos mandamos mensajes y comentamos las cosas que subimos a nuestras cuentas de Instagram, siempre con las ganas de poder volver a estar entre sus piernas y sentir a esa niña tan divina una vez más, porque yo sé que Rebe también lo sueña.