Esperando por ti 2

Aqui os dejo la continuacion, espero que os guste y gracias a todos por la comprension y apoyo...

HOLA, AQUÍ ESTOY DE NUEVO, COMO OS DIJE, NO SABIA SI VOLVERIA A ESCRIBIR O NO, PUES ENTRE ALGUNOS PROBLEMAS PERSONALES Y LA POCA INSPIRACION QUE TENIA, PUES DECIDI INFORMAROS DE QUE POR EL MOMENTO NO ESCRIBIRIA. PERO LA INSPIRACION HA VUELTO Y POR ELLO HE VUELTO A ESCRIBIR UN CAPITULO MAS DEL RELATO QUE ANDABA HACIENDO. ESPERO QUE OS GUSTE Y QUERIA AGRADECEROS TODOS LOS COMENTARIOS DE APOYO QUE ME HABEIS DADO.

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Después del desafío de Ana, tenia muchísimas ganas de que la paciente entrara sola, no solo por el hecho de que era un código de maltrato, sino por lo que había dicho. Íbamos de camino a la sala de espera por el pasillo cuando a lo lejos vi a una muchacha muy linda, con la carita muy adolorida y con ojos muy muy tristes que me miraba fijamente como me acercaba hacia ella, cuando mi corazón se paralizo un segundo y de repente comenzó a latir más rápido de lo habitual, en ese momento me quede paralizada y sin saber qué hacer.


No sé cuánto tiempo estuve así, pero sabía que tenía que reaccionar y decir algo, porque tanto Ana como las dos personas se me quedaron mirando extrañadas. Por lo que, salí de mis pensamientos como pude y comencé a articular palabra.

Yo: Buenos días

Nahomy y Sara: hola doctora

Yo: bueno, me ha comentado Ana, que por lo visto usted no deja a la paciente que entre sola a la consulta, a que se debe eso?

Sara: bueno… mire… es que se que es muy miedosa y por eso quería entrar con ella.

En ese momento me di cuenta como la linda muchachita se le quedaba mirando muy extrañada, como teniendo en sus pensamientos rabia, dolor y a la vez extrañeza de lo que estaba escuchando, por lo que sabía que tenía que hacer algo para conseguir que entrara sola.

Yo: mire, perdone que sea así, pero la paciente tiene que entrar sola, porque la tengo que explorar y hacer pruebas. Pero no se preocupe usted, que cuando acabe con todas las pruebas, podrá entrar con ella si así lo desea.

Sara: de acuerdo doctora, si es por eso no hay problema, yo espero aquí, pero en cuanto sepa algo me avisa, de acuerdo?

Yo: si, no se preocupe usted, que cuando tengamos un juicio clínico, yo misma vengo a informarle.

En ese momento, vi como a Sara se le cambiaba la cara, estaba entre preocupada y enfadada, pero intento disimular muy bien

Sara: cariño, sabes que me encantaría entrar contigo, pero como no se puede, se que esta doctora te cuidara bien, pero recuerda que me prometiste portarte bien.

Mientras se lo decía, me di cuenta como la cogía del brazo que estaba dolorido y pude ver como en el rostro de la paciente se vislumbraba el dolor mas grande, pero por alguna razón se aguanto allí mismo rígida y sin moverse.

Nahomy: si, amor (lo dijo con retintín). No te preocupes que me portare bien (le puso una sonrisa que a leguas se veía que era muy falsa)

Después de decir esto, la soltó y ella se dirigió detrás de mí con la cabeza agachada y con lágrimas en los ojos.

Cuando entramos en la consulta, me percaté de la cara de avergonzada que puso y más aun, la tristeza con la que me miraba tímidamente y todo eso me empezó a dar mucha ternura, cosa que era algo complicado en mí, pero tenía la necesidad de cuidarla de todo lo malo que le estaba pasando, y no sabía si iba a conseguir que ella denunciara a esa HP que estaba fuera y que había tenido el valor de ponerle la mano encima a esa belleza. Mientras que decía esto en mi cabeza, con mucha delicadeza le dije que se sentara y yo me dirigí a sentarme en la otra parte de la mesa, para guardar la profesionalidad que siempre tengo.

Yo: Nahomy Ferráez, verdad?

Nahomy: si

Yo: encantada, soy la doctora Lucía Molina

Nahomy: mucho gusto.

Yo: bueno, cuénteme que le ha pasado (mientras que decía esto mi cara se torno a una ternura que nunca antes había tenido con casi  nadie)

Nahomy: pues que me he caído por las escaleras (lo dijo sin mirarme a los ojos)

Yo: pero bueno, como se ha caído, es que se mareo, es que perdió el equilibrio o es que la empujaron

En el momento que escucho eso, se comenzó a poner nerviosa, las lagrimas corrían por sus mejillas y se le veía la cara de miedo que era impresionante

Nahomy: no, no, como me van a empujar? El problema es que soy muy torpe y me tropecé (esto lo dijo otra vez sin mirarme)

Yo: bueno, está bien, lo que tú digas, pero realmente lo que estoy viendo a simple vista y sin explorarte aun es de una persona que es maltratada.

Cuando pronuncie la palabra maltrato, ella puso cara de terror y comenzó a templar. Eso me hizo instintivamente levantarme de mi asiento y dirigirme hacia ella, sin saber por qué, cogí y la abrace con mucha ternura y en un susurro le dije: “no te preocupes, que será como quieras y yo estaré para ayudarte y cuidarte”. Mientras decía esas palabras, yo misma me sorprendía del comportamiento que estaba teniendo, como podía dejar la profesionalidad a un lado, que es lo que me estaba pasando, pero eso no me importaba, me importaba realmente que ella estuviera bien y que no se preocupara.

Después de tranquilizarla le dije que tenía que explorarla y que tenía que quitarse la ropa, ella se quedo mirándome fijamente con cara avergonzada y yo le dije que no se preocupara de nada. Cuando la vi allí, indefensa, con tantos morados por el cuerpo y con la cara de dolor que tenia, me entro unas ganas enormes de salir fuera y romperle a Sara la cara de una, pero sabía que eso no podía hacerlo. Cuando termine la exploración, estaba claro que tenía el brazo roto, que tenia golpes por todo el cuerpo de distintas épocas y que por todo el juicio era de maltrato. Le comente que tenía que hacerle una placa, para saber la magnitud de la rotura y con los resultados sabríamos si operar o no, pero le comente que por la legalidad debía dar parte al juzgado de los maltratos.

En ese momento se me puso a llorar desconsoladamente, no sabía qué hacer y me conto un poco que si yo hacía eso era peor, que Sara era una persona muy importante y que aparte de ella, yo también tendría problemas. Con sus palabras denotaba que le importaba, pero como le iba a importar yo, si nos acabábamos de conocer. Cuando acabo de decir esto, la abrace y le dije que no se preocupara, que no iba a dar parte, pero que no me parecía bien la actitud cobarde que estaba teniendo, que los problemas había que enfrentarlos y que si no denunciaba, lo más probable es que al final le hiciera más daño.

Nahomy: doctora, no me importa el daño que me pueda hacer a mí, pero la verdad es que no me gustaría que por mi culpa usted tuviera problemas, porque se está portando muy bien conmigo y no me parece lógico.

Yo: bueno, se hará lo que digas, pero esto tiene que acabarse, no puede hacerle más daño.

Nahomy: no se preocupe, que no puede hacerme más daño del que ya me ha  hecho, y sabe lo peor?

Yo: no, que es lo peor? (lo dije efusivamente, estaba impaciente por su respuesta)

Nahomy: lo peor es que me dice que me ama y la verdad es que si eso es el amor, pues me gustaría no enamorarme nunca más

Me quede sorprendida con lo que me estaba diciendo, vale que nunca me había enamorado, pero como una persona podía pensar que el amor era eso y más aun como podía hacer creer a otra persona que el amor era la vejación y el desprecio. No le pude contestar a lo que me dijo, yo no sabía lo que era el amor, pero seguro que eso no.

Bueno, vamos a hacer una cosa, vas a ir con la enfermera a que te escayole en brazo, porque no hay que operarlo y mientras yo hablare con Sara.

Cuando decía eso vi como ella tenía una cara de preocupación impresionante, entonces continúe diciendo.

Yo: no te preocupes que no diré nada de lo que me has dicho y menos aun sabrá que yo lo considero un maltrato, así que ve tranquila, pero antes toma esto. (Le di mi tarjeta con mi teléfono y mi dirección de cara) Si tienes cualquier problema o necesitas algo ya sabes que puedes contar conmigo.

Nahomy: muchas gracias doctora, pero porque se molesta tanto conmigo?

Tenía ganas de decirle que la verdad no sabía, pero que tenía la necesidad de cuidarla, pero eso no era muy profesional.

Yo: pues no me gustan las injusticias y si te puede ayudar, pues para eso estoy.

Ella se dirigió hacia mí y me abrazo fuertemente, al sentir ese abrazo mi corazón comenzó a latir más rápido, pero realmente no sabía qué era lo que me estaba pasando y no entendía como mi cuerpo reaccionaba de esa forma.

Ana entro, le comente que nos habíamos equivocado, que se había caído y que la escayolara mientras yo iba a hablar con su familiar o mejor que la llamara a su familiar para que le comunicara el diagnostico.

Me encontraba en mi consulta, esperando que Sara llegara y mientras no podía parar de pensar en Nahomy, en lo frágil que se veía, en lo que había dicho del amor, en lo triste que se podían ver sus ojos y más aun en las ganas que sentía que esa impresentable pagara por todo lo que había hecho, pero se lo prometí, así que debía fingir delante de la impresentable. De mis pensamientos me saco el ruido de la puerta, por lo que al escucharlo me puso muy seria y dije que entrara.

Le conté que Nahomy tenía contusiones por el golpe y que se había producido una fractura en el brazo que no tenía que ser operada, pero que debían  escayolarla. Cuando le explique todo lo que le ocurría a Nahomy, ella me pregunto que si se podía ir a casa hoy, yo le dije que sí y le comente que lo único que tenía que hacer es guardar reposo e hice hincapié en que debía de tener más cuidado en no volver a caerse de esa manera (mientras decía estas palabras en mi cara se podía ver el odio que tenia hacia ella, porque ambas sabíamos lo que en verdad había pasado). Ella me respondió hipócritamente que se encargaría de que no le pasara nada a Nahomy y yo con respondí rápidamente y con una seriedad impresionante que eso esperaba por el bien de todos.

Después de informar a Sara, entro en la consulta Ana y Nahomy, les conté los cuidados que debía hacer y que en un mes tenía que volver a la consulta para que la revisara. Cuando estaba por terminar le hice una seña a Ana para que se llevara a Sara de la consulta y esta le dijo que tenía que firmar unas cosas en la secretaria, mientras que la doctora le daba la última información a Nahomy. Ambas salieron de la consulta y nosotras nos quedamos hablando del tratamiento.

Cuando vi que ya no había peligro de hablar, me acerque a Nahomy.

Yo: mira, sé que no lo he hecho bien, porque debía de haber dado parte, pero sé que es lo que usted quería.

Nahomy: no me hables de usted, por favor y gracias por haberte saltado el protocolo (fue la primera vez que vi una pequeña sonrisa en su cara y eso me hizo olvidarme de todo lo que había hecho)

Yo: de nada, pero sigo diciendo que deberías denunciarla (se lo dije con una gran ternura)

Nahomy: mira, no serviría de nada, bueno, si, de que siguiera maltratándome más. Además, no tengo a nadie, me quedaría en la calle o mucho peor sería lo que me haría.

Yo: bueno, vamos a hacer una cosa. (Le di mi tarjeta con mi teléfono personal y la dirección de mi casa) Si tienes algún problema o necesitas algo, cuenta conmigo (en ese momento no sabía lo que estaba haciendo, pero necesitaba cuidarla o por lo menos que supiera que tenia a alguien y que no estaba sola)

Nahomy: muchas gracias, pero porque haces esto?

Realmente no sabía contestar a esa pregunta, algo me impulsaba a hacerlo, pero no sabía que era, haciéndome que me quedara bloqueada solo mirándola fijamente.

Nahomy: te pasa algo?

Yo: no, perdón… Es que simplemente quiero que sepas que puedes contar con alguien si lo necesitas, además eres mi  paciente y mi deber es velar por que estés bien.

Nahomy: pues mil gracias.

En ese momento se acerco a mí y me abrazo. Sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, pero seguía sin entender la reacción de mi cuerpo, nunca antes me había pasado esto y me comencé a poner nerviosa. En ese instante, vi que en la puerta estaba Ana y Sara que nos miraban algo extrañadas, por lo que rápidamente me separe de ella y vi como Sara le echaba una mirada desafiante a Nahomy, cosa que me preocupo un poco, pero en un abrir y cerrar de ojos se le cambio la mirada a la de una persona muy enamorada, por lo que se me quito un poco esa sensación de agobio que me entro.

Las despedí y continué con mi trabajo. Cuando acabe mi turno de 24 horas, me fui a casa, anda agotada del día, así que cuando llegue me tire en el sofá, pero no podía sacarme de la cabeza a Nahomy. No sabía lo que me pasaba, pero sentía la necesidad de saber cómo se encontraba y si Sara hubiera intentado maltratarla otra vez y si le hubiera hecho más daño, esas preguntas se agolpaban en mi mente. Con todos los pensamientos me quede dormida.

De repente, comencé a escuchar la puerta de casa, no paraban de tocar insistentemente, así que me levante y me dirigí hacia la puerta, cuando la abrí solo pude decir: “que haces tú aquí??”

CONTINUARÁ-------------------------------------------------