Esperando por ti

En ese momento en mis pensamientos estaba toda la conversación que tuve con mi abuela poco antes de que muriera, ella me decía que no me preocupara, que cuando encontrara a la persona adecuada mi corazón la reconocería...

Hola a tod@s, vuelvo con un nuevo relato que espero que os guste y que queráis que lo continúe. Este relato es  ficción, cualquier cosa que se asemeje a la realidad es por pura casualidad.

Me encontraba en la oscuridad de la noche en la  ventana fumándome un cigarrillo y solo podía escuchar como las olas del mar rompían contra la orilla y en ese momento en mis pensamientos estaba toda la conversación que tuve con mi abuela poco antes de que muriera, ella me decía que no me preocupara, que cuando encontrara a la persona adecuada mi corazón la reconocería, pero eso después ya del tiempo que había pasado, la verdad es que había dejado de creérmelo. Salí un poco de mis pensamientos para darme cuenta que en mi cama estaba otra conquista mas, que en vez de tener ganas de acostarme a su lado a dormir, tenía ganas de que se fuera y me dejara mi cama, para poder descansar, porque al día siguiente, bueno en pocas horas tenía que ir a trabajar.

Volví a mis pensamiento, como podía ser cierto que ese órgano que tenia y que me daba la vida, no pudiera ser capaz de sentir nada por nadie, como podía ser que después de pasar una gran noche, no fuera amor, solo fuera simplemente sexo, del bueno, pero sexo. En mis pensamientos, solo escuchaba una y otra vez la voz de mi abuela diciendo que mi corazón seria listo. Pero eso no era lo que sentía él, solo sentía un vacio enorme y unas ganas de quedarse solo otra noche más para descansar.

Pensé en todas las personas que habían pasado por mi cama, tanto hombres como mujeres y como podía ser posible que ninguno me hubiera hecho sentir nada, ni una mísera mariposa ni un latido más rápido, solo la mera agitación del acto sexual.

Me encontraba pensando en lo vacía que era mi vida, cuando alguien me agarro por la espalda de una manera delicada e intentando abrazarme, aunque yo solo sentí la situación más incomoda de mi vida. Como pude me separe de ese abrazo y me quede de frente a Fran con una mirada de aburrimiento, de ganas de que no estuviera allí todavía.

Fran: por favor, siempre es la misma historia. Porque eres así?

Yo: como soy?? Además, sabes lo que hay no se de que te sorprendes a estas alturas.

Fran: Pensé que esta vez era diferente, que por fin te dabas cuenta de que siento algo por ti.

Yo: Fran, sabes lo que hay entre nosotros, sabes que nos lo pasamos muy bien en la cama, pero que yo no quiero nada con nadie, pensé que lo sabías.

Fran: ando cansado de siempre la misma cosa, eres lo que no hay. Me estoy cansando de lo mismo, me siento utilizado.

Yo: vas a empezar con lo mismo??

Fran: no entiendo porque vuelvo a caer en esto y no, no voy a decir nada más.

Yo: disculpa, pero fuiste tú el que querías que viniéramos a mi casa. No estoy diciendo que me arrepienta, porque sabes que lo pasamos bien y además que eres un buen polvo, pero también sabes que eres solo eso, ahora no tengo tiempo para nada más.

Fran: sé lo que había y sé que eres la mejor que conozco en la cama,  pero ando cansado de la frialdad que  tienes, te vas a quedar sola por esa actitud y la verdad es que no quiero saber nada más de ti.

Yo: discúlpame si soy fría, pero sabes cómo soy y sigues siempre con lo mismo, sabes que no quiero nada de relaciones y sigues insistiendo, así que si no quieres volver, pues sabes dónde está la puerta.

Fran salió como alma que lleva el diablo y dando un portazo. Yo me fui a dar una ducha y volví a pensar, pero esta vez en las palabras que Fran me acababa de decir, seria cierto que era tan fría, pero la verdad es que no era frialdad, es que no quería nada con nadie y en verdad en este momento no tenía mucho tiempo. Salí de la ducha y me acosté en la cama.

Esta con todos los pensamientos en mi cabeza, lo que acababa de decir Fran y lo que mi abuela me dijo, seria que era fría porque me sentía vacía, seria que mi corazón no quería sentir nada por nadie, seria que me quedaría sola para siempre. Con todos estos pensamientos rondando mi cabeza me quede dormía.

Sonó el despertador y a duras penas me levante para ir a trabajar, hoy me tocaba guardia, así que estaría encerrada en el hospital durante 24 horas. Me levante y me tome un café y solo las frases que me habían dicho rondaban por mi cabeza. En ese momento me puse delante del espejo:

Vamos a ver Lucia, tienes 26 años, estás trabajando en lo que has soñado desde que eras niña que es ayudar a los demás, tienes un buen cuerpo y unos ojos que cautivan y según dice la gente tus labios son de escándalo. Sabes que hablas con todo el mundo, que eres dulce cuando quieres y que sabes hacer sentir bien a la gente, así que déjate de tonterías, que seguro que encontraras a la persona adecuada.

Con estas palabras, me anime un poco, me vestí con unos pantalones vaqueros y una camisa y mis tacones. Fui derecha al hospital y cuando entre por allí me encontré las mismas caras conocidas de por las mañanas: Juan, Luis y Rodolfo, 3 viejecitos encantadores que venían todos los días y solo se quedaban cuando yo tenía guardia. Luisa, que venía a por sus pastillas y unos cuantos pacientes mas, la verdad es que la mañana estaba siendo muy tranquila, cuando de repente escuche que me llamaban

Enfermera: doctora molina??

Yo: si dime Ana que pasa?? Y además, sabes que me puedes llamar lucia

Ana: fuera hay una paciente que es un código 3

Yo: un código 3, que se está muriendo??

Ana: no, un código 3 y viene con su acompañante que supongo que será su pareja. Qué hacemos?

Yo: aaahhh!!!Un código 3, pues que pase la paciente sola.

Ana: no, es que su acompañante insiste que pasa con ella y no he podido explicarle que no.

Yo: bueno, pues saldré yo a decirle que solo puede pasar la paciente a que la revise y que luego pasa ella.

Ana: si lo logras te doy un premio (me miro con una mirada picara y muy provocativa)

Yo: mmm, qué edad tiene la paciente??

Ana: la paciente tiene 24 años

Yo: vale, lo demás mejor que me lo cuente ella.

Ana: te repito que si logras que entre sola te doy un premio

Yo: te tomo la palabra, jaja. Le guiñe el ojo y salimos de la consulta.

NAHOMY:

Era de madrugada ya, por fin Sara se había dormido y andaba intentando salir de sus garras para poder sentirme algo libre. Cuando conseguí zafarme de ella, me fui al balcón a tomar un poco el aire.

Me encontraba mirando al infinito en la oscuridad de la noche y pensando cómo había llegado a esta situación, sé que soy una persona muy tímida, pero no entiendo cómo puedo sentirme como me siento, como puede ser que siempre acabe pasando lo mismo, todas las noches quiera o no tengo que hacer el amor, si se puede llamar así con Sara, ella es mi pareja desde que tenía 17 años y a los 20 nos fuimos a vivir juntas, todo era maravilloso hasta que comenzó el día a día, ella consiguió que dejara de estudiar y que me pusiera a trabajar por el hecho de que consiguió hacerme sentir que no valía para dibujar y que el arte no era la definición que podía hacer de mis bocetos. Comencé a trabajar en una tienda, luego en una cafetería y así he estado durante 3 años. Además, de que ha conseguido que sienta que no sirvo para nada y que sin ella no podría ser nadie ni tener nada.

Todo eso me lo llevaba planteando semanas antes y cada día que pasaba me sentía mas y mas vacía. Sentía que no la amaba y que ella nunca me amo, consiguió apartarme hasta de mi familia y solo la tengo a ella, por eso será que haga lo que haga, al final siempre la perdono, pero creo que ya no puedo más, me siento con ganas de morir, de desparecer para siempre.

En mi mente estaba solo lo que había ocurrido esa noche. Sara había llegado de trabajar y yo ya le tenía la cena preparada como todos los días. Al llegar solo me beso con rabia porque había tenido un mal día y cuando acabo la cena, que además dijo que era repugnante. Me cogió fuertemente del brazo y me llevo a la fuerza para el dormitorio. Yo al principio le decía que se esperara a que acabara de recoger, pero ella no me hacía caso y más fuerte me agarraba, hasta que comencé a gritarle que no quería hacer el amor con ella.

Sara me miro desafiantemente y sentí como su mano me propinaba un golpe impresionante, sentí como mi labio dolía y ella en vez de pedirme perdón ni nada, me tiro en la cama y me saco la ropa, aunque yo seguía insistiendo que me dejara, ella no me escuchaba. Solo escuche como me dijo en el oído, eres mía y harás lo que yo diga si no quieres sentir más dolor.

Así que la deje como otras veces que hiciera lo que quisiera, no tenía ni ganas ni fuerzas para luchar con ella. Sentía dolor en mi labio y ella solo quería practicar sexo, porque realmente, eso no creo que se considerara amor, aunque en verdad me planteo ahora que si alguna vez hice el amor con ella.

Cuando satisfizo sus necesidades carnales, se quedo dormida y me agarro fuertemente como para que no me escapara y aquí andaba yo. Pensando en todo el tiempo que he vivido con una persona que solo me hace daño y que en verdad es ahora cuando me planteo si alguna vez me amo.

Soy una persona normal, la verdad es que no me considero guapísima y menos ahora que me repugno a mí misma, pero antes me encantaba arreglarme y la verdad es que soy delgada, cabello negro y unos ojos grandes y ahora muy tristes. Me encantan las mujeres desde siempre y cuando comencé con Sara, pensé que sería el amor de mi vida, mi media naranja, porque siempre he pensado que las medias naranjas existen y que el amor verdadero también. Aunque de un tiempo a esta parte, la verdad es que creo que eso es un invento que nos hace más insignificantes de lo que nos pueden hacer las personas que están a nuestro alrededor.

Después de tirarme toda la noche pensando en todo lo que había sucedido en estos 4 años, me di cuenta de que ya era hora de cambiar la cosa, que estaba harta de que me tratara mal y que esa mañana iba a ser la última.

Cuando Sara se levanto empezó a buscarme por toda la casa y cuando me encontró en el balcón.

Sara: pero subnormal, que haces ahí?. No te habrás tirado toda la noche ahí?

Nahomy: pues sí, aquí he estado toda la noche, pasa algo?

Sara: cómo? Me estas faltando al respeto? (subió el tono de voz y le agarro fuertemente para que entrara)

Nahomy: no te falto al respeto, solo digo que estuve sentada pensando y que me canse

Sara: de que te cansaste?

Nahomy: de ti

En ese momento sentí como un golpe volvía a colisionar con mi rostro y un dolor muy fuerte sentí en mi cara.

Sara: como te atreves a decir eso, si solo me tienes a mí, que  estás diciendo (mientras que gritaba iba empujándome con fuerza)

Nahomy: solo digo que no puedo seguir así, que me he cansado de que me golpees (eso lo dije bajando cada vez más el tono de mi voz)

Sara no podía creer lo que estaba diciendo y en un arrebato el empujo  fue más fuerte que hizo que me cayera por las escaleras del dúplex. Solo sentí como mi cuerpo iba golpeándose por algunas escaleras y cuando llegue al final sentí como mi brazo sonó igual que cuando se rompe un palo.

El dolor era impresionante, no podía parar de llorar y entonces Sara se acerco a mí y comenzó a pedirme disculpas, me decía que no sabía que le había pasado, que me amaba mucho y que lo sentía muchísimo. También comenzó a decirme que si decía algo de lo sucedido, sabía lo que podía pasar y que además, como su familia era muy importante, ella estaría bien.

Yo no podía pensar ahora en eso, solo pensaba que necesitaba un medico y que el dolor era insoportable, las lagrimas corrían por mi rostro. Así que le dije que me llevara al hospital y ella dijo que vale pero que solo con la promesa que no iba a decir nada de eso, sino que se había caído o algo. Después de prometérselo corrimos al hospital.

Cuando llegamos nos atendió una enfermera encantadora y lo único que dijo después de muchas preguntas que conteste sin contestar nada de verdad era que solo podía entrar yo en la consulta. Sara se puso a gritarle a la enfermera que no me iba a dejar sola, que tenía que entrar conmigo y mil excusas. Por lo que la enfermera pidió que nos esperáramos a que hablara con la doctora.

Mientras que la doctora venia, Sara solo me agarraba y decía que no dijera nada que sabía lo que me esperaba y yo solo podía pensar en el dolor que sentía en el brazo.

De repente a lo lejos vi aparecer a la enfermera con una mujer alucinante, un cuerpazo, un cabello negro liso por debajo de los hombros y unos andares que me hicieron quedarme fijamente mirándola.

LUCIA:

Después del desafío de Ana, tenia muchísimas ganas de que la paciente entrara sola, no solo por el hecho de que era un código de maltrato, sino por lo que había dicho. Íbamos de camino a la sala de espera por el pasillo cuando a lo lejos vi a una muchacha muy linda, con la carita muy adolorida y con ojos muy muy tristes que me miraba fijamente como me acercaba hacia ella, cuando mi corazón se paralizo un segundo y de repente comenzó a latir más rápido de lo habitual, en ese momento me quede paralizada y sin saber qué hacer.

CONTINUARÁ------------------------------------------

Hola a tod@s, aquí estoy de vuelta con un nuevo relato que espero que os guste y me decís si queréis la continuación o no.

Bueno, este relato, o por lo menos esta parte se la dedico a Blue, que cumple hoy años y que mejor regalo que te puedo hacer que un relato, porque así fue como nos encontramos, es decir, leyendo tu mis relatos y yo los tuyos. Así que espero que te guste mi regalo y muchas gracias por ser como eres, te quiero un montón. Ángel también te manda besos. Esperamos que disfrutes mucho en tu cumpleaños y que seas muy feliz. Un beso de los dos.

Bueno, para cualquier cosa podéis mandar los comentarios y si queréis que siga también. Un abrazo para tod@s.