Espérame, si quieres!!!

Aburrida, desesperada porque él no quería volver. Así se presenta un fin de semana anodino, mientras el mundo parece derrumbarse en el exterior...

A PUNTO DEL FIN DEL MUNDO:

Viernes por la mañana. Veo la televisión aburrida… En invierno casi no tengo trabajo. Soy la encargada del mantenimiento de un bloque de apartamentos en la playa… Vivo aquí en el apartamento más pequeño, contiguo a la entrada. Es un buen chollo. Los propietarios son gente de “posibles” y dejan propina… En invierno, como ahora, casi no hay nadie. No hay que arreglar puertas, grifos…

Un trabajo en el que es raro ver a una mujer… Vaya tontería. Puedo hacerlo igual que cualquier hombre. La mayoría de los propietarios mayores me reciben con una sonrisilla no exenta de lascivia. Lástima que tengas novio me decían algunos, medio en serio, medio en broma.

Ahora ya no tengo novio… Me harté de él… Sí, es un trozo de pan… pero tiene manías para parar varios trenes. Es profesor de instituto y tiene un apartamento en el centro. Pasaba muchas noches allí… Él venía por aquí frecuentemente. De hecho, aun tiene las llaves.

No fue buena idea deshacerse de él. Paso mucho tiempo sola y no lo llevo bien. Llamé a amigas, salimos por ahí… ligué con tíos… A follar vienen rápido, pero todos desaparecen después de meter. Él se quedaba abrazado a mí… soportaba mis explosiones de carácter…. bueno, de ira.

Este fin de semana pinta muy aburrido… No hay nadie, directamente nadie más en el bloque. Todos han huido. Hace un par de semanas que una extraña enfermedad respiratoria se extiende por el país. Afecta sobre todo a mayores pero también hay jóvenes muy mal. Nuestra ciudad es de las más afectadas. Los propietarios se han vuelto a sus ciudades de origen por miedo… A lo mejor llevan el contagio.

Acaban de cerrar los colegios e institutos… ¡¡¡Ehhh!!! Él tampoco trabajará hoy. ¿Por qué se me va la cabeza a ese pensamiento? Le escribí un mensaje de móvil hace media hora… sin respuesta… Como los cincuenta anteriores. No coge el teléfono si lo llamo… ¿Lo estoy acosando? Cualquiera diría que sí…

Veo las cámaras todos los días… En el fondo quiero descubrirlo entrando con su llave. Acosándome él a mí… No he visto nada.

Me descubro llorando… 11:00 de la mañana, en la tele hablan de la epidemia, las víctimas, las posibles medidas de las autoridades…


EL PAQUETE:

Suena el timbre… Voy con desgana. ¡¡¡Un paquete para mí!!! Es una caja bonita, parece un regalo… La abro y…. ¡¡¡Alucino!!!

Trae una carta. Conozco la letra… Se me acelera el corazón… mi cuerpo pasa en un par de segundos de la temperatura normal al frío extremo y después al calor. Leo la carta:

<<Espérame, si quieres!!!

Pero si lo haces, sigue mis instrucciones: espera a la noche… empieza a las 19:00, ya estará todo oscuro. Antes de nada, enciende el farol que hay en la entrada del bloque. Así sabré que estás esperando. Si está apagado, te dejaré las llaves en el buzón...

Si has encendido el farol, pon la calefacción… no quiero que pases frío. Desnúdate del todo… DEL TODO. Ponte la braga roja… es un culotte con encaje, te gustará… Pon las sandalias en los pies. Puedes poner la televisión o la radio… pero nada de series o cine… música de fondo o algo similar.

Abre la botella… Si quieres, puedes enfriarla antes un poco… no te pases que es tinto. Bebe al menos una copa llena… Mejor dos. Quiero que llegues a ese momento en que tus ojos se abren como platos y no puedes evitar una sonrisa enorme…

Llega el momento de decidir… puedes esposarte las manos por delante o a la espalda. Si lo haces por delante es que quieres una noche y lo que surja… Por detrás, es que quieres más... sustituye más por lo que quieras.

Si vas a esposarte a la espalda, ponte el antifaz antes. Con las manos delante podrás hacerlo después. NO APRIETES MUCHO… podrías hacerte daño. El arco dentado de cada grillete entra en un trinquete, puede avanzar pero no volver hacia atrás sin la llave. Es como una carraca.

Intenta ponerte cómoda… túmbate… Siempre has tenido mucha facilidad para dormir… el vino te ayudará… puedes tomar más si quieres, como si acabas la botella.

Pero recuerda, si aceptas, al menos esta noche mando yo.

Creo que sabes que hay que acordar una palabra de seguridad para estas cosas… Permíteme que sea una frase breve… una que repetías mucho el último mes: “NECESITO MI ESPACIO”... Si lo dices te soltaré y saldré por la puerta para no volver ya nunca más… NUNCA MÁS.>>


ESTOY ESPERANDO:

He bebido casi toda la botella. ¡¡¡Ahhh!!! las esposas a la espalda son incómodas, muy incómodas. Me tumbo en el sofá, cabeza abajo, me muevo mucho, no sé cómo ponerme.

El alcohol me nubla la cabeza… ¡¡¡Ahhh!!! Sí que tengo sueño, pero en esta postura no lo lograré…

Dormito un poco… despierto un par de horas después. Me duele un poco la cabeza, sigo sola, con las manos sujetas a la espalda… Oigo un “debate” de participantes de un reality en la televisión… Son penosos. Pues anda que yo…

¿Qué es eso? Oigo llaves… Menos mal, si no venía lo iba a pasar muy mal.

Los pasos se acercan… ¡¡¡Ahhh!!! Sus manos sobre mí… me acaricia la espalda… me toca el culo por encima de las bragas rojas. Noto como hurga en las esposas.

  • ¿Qué haces?
  • Por ser la primera vez te voy a contestar, a partir de ahora, si quieres hablar sólo di “Señor”, si yo te doy la palabra, di lo que quieras.

¡¡¡Vaya!!! Recuerdo que me pasaba mucho con él cuando estábamos juntos… creo que me toca devolverlas todas este fin de semana. Sigue hablando:

  • Las estoy colocando bien. Las dejaste muy flojas. Hiciste bien por si se apretaban. Debe quedar un dedo entre el metal y la piel. Y ahora, se aplica el doble cierre con la llave.

Oí dos leves crujidos metálicos.

  • Ahora ya no se pueden apretar….

Con suavidad me levanta me sienta… Aprovecha para tocarme las tetas… ¡¡¡Ahhh!!! Su mano entre mis piernas. Me frota un poco ahí en el coño, por encima de la braga. Empiezo a ponerme a cien.

El muy cabrón para… Oigo como se sirve una copa de vino. Debe haber echado todo loq ue quedaba. Creo que se ha sentado enfrente de mí… Lo oigo beber a sorbitos. Me mata de impaciencia… haz algo, viólame, arráncame las bragas con los dientes.

  • Señor… -me atrevo a decir…

No contesta… Me besa… Su lengua. Húmedo. Con sabor a vino. Dulce, pero fuerte, vigoroso… ¡¡¡Me encanta!!!

Noto su boca en los pezones. En el ombligo… tiene su cabeza en mi regazo, su mano en mis muslos.

  • En pie -dice, de repente.

Seco, autoritario. Lo contrario de lo que era él a diario… Nunca me dijo que no a fregar los platos, a lavar la ropa… Ahora me da un poco de miedo, pero me gusta.

Obedezco, me pongo de pie. Noto como me baja las bragas. Estoy indefensa, no puedo evitarlo. El culotte llega con a los tobillos, se atasca con las sandalias. Es como tener los pies atados, no podría dar un paso.

¡¡¡Ahhh!!! Me ha empezado a chupar la vulva… ¡¡¡Ahhh!!! Su lengua sigue húmeda, lo hace lentamente. Debe estar de rodillas delante de mí… Le tiraría de su pelo… lo lleva tan corto que es imposible pero le arañaría la cabeza. No puedo… Me retuerzo con las manos sujetas atrás. Muevo las manos frenéticamente intentando soltarme. Oigo una horrible música de eslabones metálicos. Me duelen los grilletes. Pero nada iguala al calor que viene de mi sexo.

¡¡¡Ehhh!!! Por qué paras… Ya lo sé. Toca penetración… Ahora me pone de rodillas a mí… Me inclina el tronco sobre algo blando… el sofá. Lo noto… su pene avanza por dentro de mí… primero despacio, con cuidado de no hacerme daño. ¡¡¡Ahhh!!! Ahora rápido, fuerte…

Me coge por el pelo… Me he dejado el pelo largo como cuando era jovencita. Me agarra por la melena. Tira del pelo, al tiempo que empuja, yo soy el caballito, el me monta… ¡¡¡Ahhh!!!, ¡¡¡Ahhh!!!.... Él eyacula, yo exploto de placer. Noto calor, mucho calor…


HAY QUE DORMIR:

Con gran delicadeza me pone de pie, me sube las bragas. Me lleva… no sé a donde, sigo llevando el antifaz. Sí… es a la cama. No había mucho sitio donde ir.

  • Señor -le digo.
  • Habla.
  • Necesito hacer pis.

No contesta… cambia de rumbo, me lleva al baño, me baja las bragas y me sienta en el retrete.

  • Señor….
  • Dime…
  • Permíteme ser tu esclava, para siempre.
  • Esclava no…. no me gusta ese concepto.
  • ¿Y qué soy?
  • Este fin de semana, mi prisionera. El lunes por la mañana serás liberada.

Llegamos a la cama.

  • Señor.
  • ¿Qué?
  • Va a ser horrible dormir con las esposas atrás.

Oigo ruido metálico. Allí, de pie junto a la cama, me suelta una mano. ¡¡¡Ehhh!!! Oigo de nuevo el inconfundible ruido de carraca. Ahora me engrilleta por delante. Me sienta en la cama. Me quita las sandalias y me tumba de lado. ¡¡¡Ahhh!! Me abraza desde atrás… hacía mucho que no notaba su cuerpo cálido, que no me rodeaba con sus brazos.

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No es cómodo dormir sin poder separar las manos pero lo puedo tolerar. Noto como el sueño puede conmigo de nuevo… Me centro en su abrazo, olvido los grilletes.

¡¡¡Ehhh!!! ¿Qué pasa? El sol ya entra por la ventana… Lo noto incluso con el antifaz. Noto su mano en la entrepierna… Me mete mano suavemente… Poco a poco me voy calentando, retorciéndome, sintiéndome húmeda.

¡¡¡Ahhh!!! Me mordisquea los hombros, el cuello… me da la vuelta… Espalda contra la cama. Se coloca sobre mí… Acaricia mis tetas. Las agarra, las aprieta…. ¡¡¡Sí!!!

Me penetra… guía el miembro con su mano. Entra poco a poco… ¡¡¡Ahhh!!! Estoy caliente… el me monta de arriba a abajo, sin piedad. Me voy a correr… me voy a correr… Me corro… Él sigue… sigue un rato… Lo noto cuando eyacula… Sale de mí… me besa suavemente.

Me quita el antifaz…

  • Levántate, vamos a desayunar.

Busco las bragas y voy a ponerlas…

  • Bragas no, pon las sandalias, yo estoy en la cocina.

Me cuesta poner las sandalias esposada. Llego a la cocina. Ya tiene café y tostadas listas. Desayunamos… Él me tiene que untar la mantequilla.


EL LUNES:

Pasamos el fin de semana así. Desnudos y follando cada dos por tres. Yo esposada y con los zapatos puestos. Me voy acostumbrando a la incomodidad. Como contrapartida, él hace todo, prepara la comida, hasta me la pone en la boca… Esto debe ser el síndrome de Estocolmo, sentir que tu secuestrador te está mimando.

Al llegar el lunes me vuelve a follar por la mañana. Temprano, siete de la mañana. Nunca me gustó madrugar. Así es menos desagradable.

Cumple su promesa. Me quita las esposas.

  • ¿Vas a trabajar?, No hay nadie en la comunidad.
  • No, pero siempre hay cosas que hacer… Hay que pintar un par de paredes, arreglar una cerradura...

Ahora debería decirle que se quede… que él no tiene trabajo. Enciendo el televisor que hay frente a la cama. Informativo… NOTICIA IMPORTANTE: se decreta cuarentena general, todos deben permanecer en su domicilio. Si te pilla en otro lugar, se recomienda que te confines allí mismo.

No lo dudo… Cojo las esposas que habían quedado sobre la mesa. Me las pongo por delante… sin apretar mucho. Lo miro extendiendo las manos…

  • Señor...
  • Dime…
  • El fin de semana se acaba de prorrogar hasta nuevo aviso.

FIN