Especial de Halloween. El Culeón

Una pequeña muestra del folklore venezolano, con el toque de humor negro característico y el terror de cualquier macho. Basado en una leyenda muy conocida. Pobre Mamagallo, debes respetar a las ánimas.

Prólogo:

Hola que tal lectores, bienvenidos al Halloween.

Muchos de ustedes se preguntarán, ¿qué coñoelamadre hace un sudamericano celebrando esa vaina?, si las auyamas (calabazas) que nosotros conocemos  son nada más las que nos comemos en el rolo e´ sancocho que nos mandamos un domingo en el río con unas cervecitas y una jodedera. ¿Ah? Pa’ venir a estar pensando en fantasmitas y tonterías de Freddy, Jackson y el payaso pedófilo de IT…

Ustedes dirán “este chamo si es agua fiesta y cagón”, y en realidad no se equivocan. Parte de la cultura del sudamericano, y más del venezolano, colombiano, ecuatoriano y todos esos locos por los que Bolívar se cayó a coñazos hace 200 años para que ahora no alcance ni para un pan (los españoles se frotan las manos y se ríen de eso) es estar tan rodeado de cuentos de brujerías, aparecidos, muertos cargados, etcétera, que venir un gringo o un europeo nórdico a querer impresionarte con sus cuentos de hechiceros y golems, trolls y brujas que hornean dulces, la vemos como una fantasía de Harry Potter, que pareciera un niño de 5 años el que te lo estuviera contando.

Parte de nuestro folklore está tan arraigado a mitos o leyendas de gente que se cree existió en realidad, y está tan vivo en la mente de todos nosotros, que día a día convivimos con eso en nuestra sociedad. Es así como ya naciendo en nuestras venas corre la sangre junto con la del Silbón, la Sayona, la Llorona, La bola de fuego del Avila, el “musiú” llanero, Florentino y el Diablo,  y tantas y tantas historias autóctonas, o recibidas de fuera de la migración contínua, que contada de varias formas, exagerada por aquí, o sazonada un poco por allá, pasa de boca en boca hasta que se siente verdad. Tan es así que no nos cuesta nada “hacer” de una rama de árbol y unos cuantos rezos un artilugio poderoso con el cual podemos ir al cementerio a profanar una tumba para con los huesos adornar el palo y ordenarle a un muerto a hacernos favores a cambio de energía espiritual para que pueda pasar en paz al otro plano. O sea…  O.o

Es de saber, que aparte de los ya mencionados “espítirus” como dice el Rey julien, tenemos varios demonios de carne y hueso. Estos carajos te tienen con las bolas al cuello todo el tiempo y atacan a todas horas. Algunos salen en las esquinas y te encañonan, otros te paran en portales y pasajes macabros llamados “alcabalas”, y los más peligrosos a veces conviven contigo, normalmente se les conoce como suegra y cuaima.

Dirán que esto es toda una sarta de estupideces y mandarán al carajo el relato, pues esperaban encontrarse una historia de una vampira violadora, o una mujer con verga de 30 centímetros que te embosca y te saca las tripas por la boca de una buena cogida, o un asesino serial que mata culeando, cosas así, pues les digo, no se despeguen, que lo que viene es parecido. Aunque sí les aviso, historias de terror tenemos bastantes, incluyen sexo desenfrenado. Una de estas historias de terror es aquella en la que dos tortolitos tienen una noche de sexo desenfrenado, con alcohol y cigarrillos, mucho placer gozo y orgasmos sabrosos, y después de todo eso, al pasar tres días la prueba de embarazo te sale positiva.

-¡BUUUUUUU… buena la cagada que pusiste. Jajajajajaja!- (risa malvada)

¿Vieron cómo hasta en el terror jodemos con el humor negro? Entenderán entonces la historia a continuación. La famosa historia del Silbón, un muchacho llamado Juan Hilario, cuya suerte no fue muy buena y cuenta la leyenda que mató a sus padres y como castigo su espíritu vaga por los campos con una bolsita a cuestas que según la historia, contiene los huesos de sus padres. Según dice se escucha un silbido agudo y tétrico característico, el cual si se oye cerca, es que el silbón está lejos, y si se oye lejos, pobre de ti webón.

Como las cosas serias no son nuestro fuerte, no faltó el que cagara parte de nuestra historia y buscara actualizarla o “modificarla” para la actualidad. Es tan cierto lo que les digo, como que ahora mientras escribo esto viendo Meridiano TV, me encuentro con que el jueguito imbécil de inflar un globo con la boca y dárselo los niños para que se vayan a jugar con él y dejen la ladilla porque te estorban y tú le quieres meter mano a tu marido, se ha convertido en un campeonato mundial profesional en donde 4 jueces y referis vigilan que el globo no toque el suelo. Y para guinda del pastel, hay un mamaguevo de aquí participando en ese mundial contra un brasileño con la camisa de “la vinotinto” puesta, algo digno de la FIFA.

Por esta especie de “remasterización” por la que pasan las cosas ahora, fué así como un día, un pendejo sin oficio que ni idea de quien carajo es se tomó la libertad de tomar la historia del silbón y convertirla en una especie de parodia. Dicha parodia incluye cierta carga sexual que… ¡eureka! Cuadra perfecto para está página. Una historia nacida de una grabación que se subió hace muchos años a internet, y que casi todos mis compatriotas conocen. No sabemos quien lo grabó, pero ya es de dominio público. Total que al desconocer el origen y convertirse en un cuento de pueblo, me tomo la libertad YO ahora de intentar transcribir (lo que recuerdo) y  postear esta historia de terror titulada:

EL CULEÖN

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La Historia de Mamagallo

El Culeón, culeao..

“Arpa, cuatro y maraca” Tres instrumentos musicales que cargan con la responsabilidad de mostrar en un joropo la identidad de un país. Años, siglos, tierra, generaciones, todo en una simple canción. Alma del llano, donde el alma es el pueblo, y el pueblo es el llano.

Estando en las época de las fiestas patronales, era muy común que al pueblito más o menos importante llegaran desde distintas partes del país gente a disfrutar y vacilársela. Puros “llaneros” carajos de vida de hato y agricultura, expertos coleadores, copleros, etc, llegaban a formar parte de la rumba.

Al ser esta vaina nada más que “monte y culebra”, era común tener que pasar por caminos totalmente solitarios, oscuros, nada más que a la luz de la luna o cualquier lamparita de kerosén o antorcha que tuvieras por ahí. Toda la gente evitaba viajar de noche, y mucho más porque la época de las fiestas coincidía tambien con la de las ánimas y leyendas del pueblo.

Un día de esos, el popular “Mamagallo”, hombre jodedor recio, se encontraba en la casa de su compadre echando varilla y tomando curda, cuando este ve que se levanta de noche y empieza a acomodarse y ponerse pinta para salir.

-¿Epa, pa´ dónde va uste´ ahorita compay?- preguntó el compadre

-¿Para dónde más va ser? Pa’ la finca de Melano - respondió orgulloso Mamagallo.

-¿Qué? Compa… ¿usted está loco? ¿Cómo se ocurre ir para allá a estas horas? No señor, quédese por aquí. Recuerde que estamos en mayo, el mes del Culión, es peligroso andar por ahí, y más ahorita que no cargo el tubo-

-¿Qué tubo ni que nada compadre? Yo no necesito ningún tubo. Deje nada más que me salga el Culión ese por ahí pa’ que vea los trancazos que le voy a mete’-

Tolomeo, compañero de andanzas, trata de advertiré y aconsejar a Mamagallo de nuevo, para que desista de tan peligrosa empresa.

-Nooo compadre yo no iría pa’ esa finca-

-¿Por qué? ¿Qué le preocupa compa?, ¿de Melano?- preguntó burlón Mamagallo.

-No compa’. A mí no me coge el que quiere sino el que puede, como ya le dije no tengo el tubo-

-¿Pero cuál tubo compa?, ¿usted no sabe dar coñazos?-

-No compa’ yo no me refiero al tubo de defenderse, sino al tubo de vaselina, es que… usted sabe que con la saliva esa vaina se seca y entonces después arde mucho-

-¡Qué compa tan marico! Y que teniéndole miedo a Culeón… Déjate de esa vaina Simelemón. ¿Tú no eres un macho pues? Vente vale, que van las carajas estas de la Villa que te quitan la ladilla-

-No que va… compadre yo quiero conservar entero el forro, mejor lo dejo solo- y se fue a su cuarto.

Mamagallo no insistió más y tomando su sombrero y su garrote salió camino a la finca de Melano.

Era Mamagallo un hombre de pueblo, hecho y derecho, de fundillo intacto. El macho que no se pelaba una rumba. Juan Parranda, lo apodaban los baquianos. Decidido andaba por el camino que conducía a la finca, alejándose mas y mas del pueblo. De pronto se sintió solo, una brisa extraña empezó a soplar de repente, tirando su sombrero. Se agachó a recogerlo, y escuchó cerca de él un slibido espeluznante.

-Fuuuuiii, Fiiiiiiuu-

-¿Quien andai’?- preguntó sobresaltándose.

Giró sobre sí mismo y no vió nada. Dio unos pasos más y volvió a escuchar el silbido, esta ves un pco mas suave:

-Fuuuuuiii, Fiiiiiuuu-

Mamagallo se enojó.

-¡Ah vaina pues! Ahora sí me jodí yo con este… lo que me faltaba-

Y pensando que es una broma de su compadre Simelemón Tolomeo, comenzó a carcajearse fuerte y sonoro:

-¡Jajajaja, Compadre déjese de mariqueras. ¿Usted es marico o qué? Mosca donde esté escondido, no lo vaya a pica’ una mapanare por pajuo. Sálgase de ese monte. Sea serio compadre-

Al instante otro silbido, más lejos, pero con más lascivia, se escuchó.

-Fuuuiii, Fiiiuuu, zzzzz que rico vale…- se escuchó una voz

Mamagallo ya arrecho, no le estaba gustando el juego, con su cara de culo y empezó a gritar :

-¡¿Bueno que guebonada es pues?! Bien bueno vale. Compadre póngase serio, parece que le picara ese culo, busque otro que se lo coja…-

De nuevo el silbido, esta vez casi inaudible, terminó de hacer ciertas sus sospechas.

¡Mira culión coñoetumadre, a mí no me vas a joder nojoda!, no seas tú tan marico-y sacando el garrote añadió:-Mira lo que tengo pa ti, pa que te lo gozes bien dentro.

Un último silbido y empezó el calvario.

Un ruido raro como de ramas rotas le llegó por atrás, giró lanzando un garrotazo, pero no le dio a nada. Seguía escuchando el “siseo” mezclado con los silbidos que se hacían eco en la llanura, viniendo de todas partes.

Giraba y giraba lanzando golpes por doquier, pero sentía que lago lo tocaba, manoseándole las tetillas y las nalgas, él solo lanzaba golpes y gritaba:

-¡Deja culión marico, ven y agárreme este que tengo aquí pues!-

Un movimiento extraño y sus pantalones cayeron enredándose en sus tobillos, al mismo instante un empujón lo hizo caer de boca al suelo, lanzando el garrote más adelante. Forcejeando sintió un peso que le llagaba por detrás y lo sujetaba, obligándolo a ponerse en cuatro. Luchando por soltarse giró la cabeza para ver qué era lo que lo estaba sometiendo, y su cara fue de terror.

Un negro cuarto bate, cuadrado, musculoso pero feo el coñoemadre, todo arrugao, estaba detrás de él. Pero eso no lo asustó como tal, sino la enorme tranca del negro que se levantaba hacia él. Tenía el guebo torcido, morcillón, y se levantaba más y más. El negro puso su tranca justo en la entrada del culo de nuestro Juan Parranda, que al sentirlo, “presa” de los nervios empezó a pronunciar una plegaria intentando ahuyentar al demonio:

-Ayyy San Pateste… no me desampares. Anima de San Lucas, yo no quiero un guevo… ¡yo quiero una cuca!-

Al pronunciar esto último sintió partirse en dos. De un solo empujón el negro maldito le rompió el culo enseguida, haciendo que éste se pusiera rígido como una paleta e intentar gatear hacia adelante. El negro lo agarraba de la cintura mientras le hacía el infierno en su culo. Mamagallo solo lloraba y gemía:

-¡ay coño, desgraciado… no. Ayyy hijueputa, duele. Ay, ay santo, ayyy, ahhh, ayyy mis rayas-

El negro siguió embistiendo hasta que Mamagallo ya no tenía fuerzas, sentía esa cosa removerle la mierda en los intestinos, solo daba grititos de dolor suaves. Casi al final, cuando sentía que estaba por irse, dejó escapar unas palabras susurrándolas junto con el último suspiro:

-Ahhhhhh…. Ahhhhhhh, ay. Eso si duele…-

Al día siguiente, un par de peluqueros que venían de regreso de la finca de Melano, dieron con el cuerpo de un hombre en el suelo boca abajo, con los pantalones en los tobillos y el culo abierto y sangrando. Rapidamente empezaron a cuchichear entre sí para ver si lo ayudaban:

-Ay mira eso, ¿sabes a quien se me parece?, a Luis. Casi siempre lo dejan así—

-No no, es “Tinita” el que viene de San José, el que hizo crecer a Frank..-

Mientras llegaron y ayudaban a Mamagallo a levantarse, éste volvió en sí, quejándose de un dolor en el culo, llora, tose y se le salen unos peos.

-Mamagallo reacciona, ¿que te pasó?- preguntaba el peluquero dándole palmadas en la cara.

-Despierta Mamagallo… ay mira como lo esfarataron- dijo el otro.

Cuando se recuperó, llorando y quejándose, le contó a los peluqueros lo que pasó

-…ay sí muchachos, ese culión coñoemadre. Me agarró el malparido, y lo grande que lo tenía el muy desgraciado… ¡Palabrita e’ mamagallo, ay coño…, que no salgo más nunca, sin el tubo de vaselina! Palabrita e’ Mamagallo… ¡palabrita! Ahhh, ayyy…-

Al poco tiempo de volver al pueblo, después de eso Mamagallo se convirtió en peluquero. Cualquier tema nuevo de gays y maricos, siempre salía su nombre. Que era mencionado siempre en una nueva copla, inventada para las futuras generaciones y que sonaba de vez en cuando en alguna pulpería:

*Dicen que fue un 6 de mayo

Como a las seis de la tarde

Cogieron a Mamagallo, y él decía

¡Ay, eso arde!

Cogieron a Mamagallo, y él decía

¡Eso arde!...*

*No vayas para la fiesta

Te dijeron, Mamagallo

Porque hay un maldito negro

Caraoteando a los borrachos

Ya a más de uno en este pueblo

Lo ha dejado sin los rayos…*

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Muchas gracias por leer. Es un placer compartirles parte de nuestro folklore de la mano del humor.

Terror y terror. ¿Saben qué da más miedo?, ver un evangélico armando una tarima el domingo a las 7:00 am con un sonido bestial digno de un sound car, o pararte por la mañana y abrir la puerta encontrándote de frente con los Testigos de Jehová.

¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO...!

Ya saben, búsquense algo que nos asuste en verdad que no sean aparecidos y brujas. Aquí a uno le sale una muerta o una bruja y enseguida la tenemos de rodillas  haciéndola atragantarse de guevo, igual que Shorty en Scary Movie 2.

“¿Y si sale un tipo?”, preguntaran…

Bueno. A menos que el fantasma sea gay y se enamore de ti, con una botellita de anís Cartujo o si es el fantasma de un “vikingo” pelabola, una botellita de ron Centauro o Toro más unos escupitajos de aguardiente y se va feliz.

Feliz Halloween ratas.

Con esto es como si escribiera mi primer relato de la categoría Parodias jejeje.

Dedicado a mi pequeña amiguita zoofílica de página, Irene. y  a Nymphosissi y Skarlet

Irvic F.C.

27-10-21