Espada II: Espada Magna Capítulo 12

Al fin Norma arriesga el todo por el todo en su batalla contra Suren, incluso su vida y la de su mujer que están unidas de alguna forma arcana; ataca Suren desde los cuatro flancos, aun asi consigue entrar por el rio, pero Suren no parece rendirse ni perder terreno..todo esto es una auténtica locura

Serie La espada II

Espada Magna

Capítulo 12. Lucha en el río

Al día siguiente, las catapultas vomitaron piedra como siempre sin parar; gran parte del ejercito retrocedió para construir dos o tres pequeños barcos y la otra parte corto la madera para construirlos del nuevo bosque que cree ayer.

Me reúno con los altos mandos, para intentar cambiar la situación de algún modo; tendría que ser hoy o nunca, no hay otro modo. Para que los de Suren no descansen, mando un ataque frontal con mis criaturas; no gasto demasiadas energías, pues esta noche vendrá el ataque de verdad.

Ejercito de ataque:

Herboreos 100

Ents 10

Esqueletos 200

Caballero esqueletos 20

Guardianes de piedra 300

Centinelas de piedra 30

Total: 660

Ese ataque duraría horas, asi que los de Suren debían estar agotados; nada mejor que para un último ataque, los enemigos agotados y los nuestros descansados.

-      General Arles, ¿Cómo están los ánimos de la tropa? – le pregunto, primero.

-      Están bastante desanimados, pero aún confían en vos; tienen fe en que conquistareis esta ciudad hoy, con vuestro plan. – comenta el general, preocupado; no lo dice, lo veo en sus ojos.

-      ¿Cuántos soldados nos quedan exactamente? – pregunto al mayordomo

-      4113 señor, son suficientes para tomar la ciudad; ¿no creéis? – me pregunta, dudo unos segundos hasta contestar; al final decido no hacerlo, él lo capta y baja la cabeza.

-      Si no hay más refuerzos detrás, no malgastaremos fuerzas ni energías buscándolos; no podemos centrarnos ahora en perseguir a los que huyen o se esconden, asi que nos centraremos en el aquí y ahora. – sentencio y todos apoyan lo que digo, asintiendo con sus cabezas; aunque cabizbajos. - ¿y la orden cuando llegara? – pregunto inquiriendo a Nadir.

-      Pronto, muy pronto; mi señor. – deja caer Nadir, sintiéndose mal por mí.

-      Quizás cuando lleguen, abra acabado la guerra. – dejo caer, provocando un gesto triste en su cara.

-      Aránea, sé que estas cansada por los heridos; pero ¿podrías proteger los barcos? – le pregunto, ella suspira cansada.

-      Puedo proteger dos, si intentara tres; no protegería ninguno, pero podemos meter el tercer barco en medio y si cuela cuela. – opina ella.

-      Está bien, es lo que hay; lo que tenemos, no nos queda otra. – declaro frustrado. – Yo me llevare 9 norteños, 9 guardias nobles y los Beserkers que nos quedan; en las otras barcas ira la misma proporción solo que 10 nobles y 10 norteños, ¿alguna pregunta? – pregunto, pero nadie dice nada.

Tras unos segundos viendo que sus ánimos no son mejores que los de las tropas.

-      Necesito que ataquéis una vez más sus muros, para que estén atentos sobre todo a ellos; que no miren el rio, asi que dividiremos nuestras fuerzas en 4. – comento, todos quedan expectantes; para ver cuál es el plan.

-      Arles atacara por el frente, mi padre por la izquierda; Beg y Giwi por la derecha, yo por el rio y Bensley si la puerta se abre debes meter el ejercito que queda por la puerta. Este ataque no debe fallar, es el último; la última oportunidad que nos queda, necesitamos que salga bien. – insto a estos, pero ninguno dice nada; todos están preocupados.

-      Saldrá bien. – dice al cabo de un rato Aránea, no muy convencida.

-      Esta noche, preparaos; descansad mientras. – ordeno y todos asienten.

Una vez nos quedamos solos Bensley y yo…

-      Señor, ¿confía en que llegaran las tropas de la orden esmeralda? – me pregunta este, lo miro por largo rato antes de contestar.

-      No confío en ellos, pero en ella sí. – suelto, poniéndome de pie.

-      ¿y confiáis en vuestro padre? – me pregunta, niego con la cabeza.

-      No, pero no me queda más remedio que delegar; no puedo hacerlo yo todo solo, mi padre es un borracho aunque ahora este sobrio no durara. – rechisto, el asiente.

-      Pero tiene tanta o más aspiraciones que vos. – replica Bensley.

-      Lo sé, algún día le daré un puesto de cierta importancia; alejado de mí, pero hoy lo necesito entre mis filas. – comento, viendo que no tengo mucha gente en la que confiar; realmente, pero la situación mejorara lo sé. – Ah Bensley, no olvidéis detener las catapultas; cuando mis tropas entren por detrás, sino nos masacraremos nosotros mismos y sería muy estúpido. – le ordeno al recordarlo en última instancia, el hace el amago de una sonrisa.

-      Asi será, rey Norman.

Los ejércitos los dividimos asi…

Ejercito de Norman : 60 hombres

Noble: 29

Norteños: 29

Beserker: 2

Total: 60

Ejercito de mi padre : 1029 hombres

Guardia noble: 48

Soldados: 76

Milicia: 169

Leva: 293

Norteños: 46

Voluntarios: 397

Ejercito del general : 1029 hombres

Guardia noble: 48

Soldados: 76

Milicia: 169

Leva: 293

Norteños: 46

Voluntarios: 397

Ejercito de Beg y Giwi : 1029 hombres

Guardia noble: 48

Soldados: 76

Milicia: 169

Leva: 393

Norteños: 46

Voluntarios: 397

Ejercito de retaguardia : 1029 hombres

Líderes: Bensley, Aránea; Nadir.

Guardia noble: 48

Soldados: 76

Milicia: 169

Leva: 293

Norteños: 46

Voluntarios: 397

A las tropas se las veía bastante intranquilas, separarse de este modo y atacar por la noche que no se ve nada; no es lo mejor para una moral hundida, pero es lo que tenemos y sin duda nuestra única opción.

Como yo no estaba, le deje el honor de hablar al general Arles; mientras yo y mis 60 leales nos escabullíamos en la oscuridad, cargando con tres barcas rumbo al rio…el dio un discurso para animar a los hombres, a pesar de que él no estaba animado; de dar valor a los que no habían nacido con el como él desde niño.

-      Soy el general Arles para los que no me conozcan, todos pensáis que es un honor morir por Sir Norman Wesley; pero os equivocáis, él tiene el honor de contar con tan valientes hombres que arremeten una y otra vez contra esos poderosos muros sin vacilar. – empieza el discurso, llamando la atención de la gente más llana; Edan el padre de Norman esta disgustado por no hablar el, pero se sorprende de las palabras del general Arles. – Norman es tan humano como tú y como yo, sus sueños no son para él; son para nosotros, para todos incluso para los que luchan contra él y él se está jugando todo hoy como nosotros. – continua su discurso, provocando murmullos de la gente; de los guardias nobles, de los oficiales y suboficiales. – no solo pone su vida en riesgo como las nuestras, sino que trae a luchar a su padre; a su mujer embarazada, a su mayordomo que lo crio desde pequeño y a sus mejores amigos que ya los conocéis…Norman no tiene más familia que esa y si Norman se lo juega todo por nosotros, ¿no vamos a darle lo mismo que él nos está dando? ¿no vamos a darlo todo? Al cuerno quien no lo de todo; yo pienso dejar todo hoy en el campo de batalla, hoy entraremos en Suren y nos mearemos sobre los nobles que aquí se atrincheran. – grita Arles, subiendo el tono poco a poco; hasta que va gritando a pleno pulmón y recibe un montón de vítores, se ha ganado a todos por igual.

-      Excelente discurso General Arles, ahora solo falta llevarlo a la práctica. – opina por lo bajo, Edan.

-      Callad y apoyad a vuestro hijo, de él depende todo esto. – suelta el general, mostrando su apoyo incondicional a Norman; Edan asiente disgustado, esperaba un poco de apoyo por su antiguo general.

-      Mi hijo vencerá, después de todo sale a mí. – suelta, Edan; Arles lo mira mal, mientras susurra para que no lo escuche.

-      Yo no estoy tan seguro, para mí que sale a la madre.

Mientras todo esto ocurría llamando toda la atención de la fortaleza y tras eso cada general se lleva a su ejército para posicionarlo en su sitio, hoy todos los ejércitos llevan más de una decena de escalas; al menos 2 torres de asedio, en el frontal hay 3…Una vez que empieza el ataque por los laterales y los frontales, las catapultas paran de atacar; nadie sabe cuándo Norman y sus hombres llegaran adentro, sería un error seguir disparando a partir de aquí.

…En la fortaleza…

-      ¡Señor, nos atacan! – grita un oficial.

-      ¿por dónde? – pregunta el general Írgalo.

-      Por los tres frentes – comunica el oficial.

-      Lleva a todos a las murallas, que no pasen; ¿Por qué las catapultas han cesado? – pregunta Írgalo con un mal presentimiento.

-      No lo sé señor, se abran quedado sin piedras. – supone el oficial.

-      ¿Hay alguna criatura no humana? – pregunta el general.

-      No, señor; ni rastro de ellas, incluso el discurso lo ha dado el general y no Norman. – suelta el oficial.

-      Algo huele a chamusquina – protesta el general.

-      El pueblo señor, está en llamas. – informa el oficial, pensando que el general no lo sabe.

-      No hombre no, vigilad el rio y la puerta frontal; algo viene hacia nosotros, que no vemos venir. – sopesa el general, mirando por todas las ventanas.

-      A la orden… - deja caer el oficial, tras eso se retira.

-      ¿Dónde estás Norman y que planeas?  - pregunta el general.

En otro lugar muy cerca del agua.

-      Soltad los barcos en el suelo y atad la cuerda a ese árbol. – ordeno, los hombres sueltan el barco con delicadeza; a pesar de que pesa mucho, no nos queda otra.

Los soldados hacen los nudos, tras eso se me quedan mirando en la oscuridad.

-      Una vez entremos, nos dividiremos en dos grupos; mi grupo ira a la puerta para abrirla, el otro grupo la liara en la ciudad para distraer a las gentes de las murallas. – comunico el plan a todos, los beserkers levantan la mano.

-      ¿y nosotros? – pregunta interesado, al que señalo.

-      Vosotros destruid. – digo, haciendo que suelten una carcajada silenciosa.

Nos montamos en las tres barcas, dos están señalizadas porque están protegidas por Aránea; me monto en una de ellas, selecciono 10 guardias nobles y 10 norteños que van conmigo. En la otra que está protegida van los 2 beserkers, 9 guardias nobles y 9 norteños…en la otra que no está protegida van los 10 guardias nobles y 10 norteños restantes.

Una vez todos montados, cortamos la cuerda; el rio empieza a arrastrarnos rio abajo, da un poco de impresión por la velocidad que estamos cogiendo y todos estamos atados a las barcas para no caernos con los impactos contra la orilla u otras rocas. Empieza a entrar agua, por lo que vamos achicando; pronto se vislumbra la ciudad y se escucha el sonido de la batalla, cuando llegamos encallamos contra el puerto de improviso una lluvia de flechas nos sorprende.

-      ¡acabad con los arqueros! – grito, mientras señalo con mi espada; a un arquero le sale una planta carnívora que se lo come y luego va a comerse a otro, de otro lado sale una planta jaula y enjaula a otro…por ultimo un tercero queda enredado en una enredadera.

Los primeros en obedecer las órdenes mientras los arqueros entran en pánico son los beserkers, saltan de la barca; corriendo hacia estos, llevándose alguna flecha que no los para por el camino. Las dos barcas protegidas por Aránea, han resistido las flechas sin problema; la tercera ha tenido 3 o 4 muertos y al menos 6 o 8 heridos de diversa gravedad, los que pueden luchar corren detrás de los beserkers para ayudarles.

Desgraciadamente uno de los arqueros antes de morir…

-      ¡¡Nos atacan!! – grita, provocando que alguno de los defensores de las murallas se vuelva hacia el rio.

-      Grupo 1 conmigo, grupo 2 liadla en gran medida en la ciudad; suerte a todos, para que os ayuden. – ordeno y alzo la espada.

Invoco:

50 herboreos

5 Ents

100 esqueletos

10 caballeros esqueletos

150 guardianes de piedra

15 centinelas de piedra

Me arrodillo del esfuerzo.

-      ¿estáis bien señor? – pregunta un guardia noble

-      Solo un poco cansado, en marcha. – digo, resoplando; levantándome con esfuerzo.

Mientras el grupo 2 se organiza y se dirige al centro de Suren con su nueva escolta…el grupo 1 se desliza por calles segundarias, intentando pasar inadvertido; entre las patrullas que se dirigen a por el grupo 2, que con suerte hará un buen espectáculo.

Grupo 1:

Guardias nobles: 10

Norteños: 10

Norman

Total: 21

Grupo 2:

Criaturas: 330

Guardias nobles:

Norteños: 22

Guardias nobles: 25

Total: 377

Grupo de barcas:

Heridos: 9

Mientras tantos en las murallas la lucha era feroz, ni un bando retrocedía; ni el otro, ninguno decantaba la balanza a su favor y las perdidas en ambos grupos estaban siendo cuantiosas.

-      Este Norman está loco, va a tomar la ciudad; pero ni unos ni otros, podremos recuperar las perdidas. – murmura para sí, cuando escucha la voz del arquero; desde el rio, se muerde los labios con rabia.

-      Batallón del sur, conmigo. – ordena, preparado para verse las caras contra Norman; se lleva 300 hombres que necesitan en las murallas, pero si no lo hace este abrirá las puertas y será peor.