Espada II: Espada Magna Capítulo 11
Norman hace planes más complejos para conquistar Suren, ya que los simples no han servido y busca formas más complejas de usar su poder también; ya que lo básico no ha sido la diferencia, pero aun asi la cosa va a alargarse más...ya que los defensores se defienden con uñas y dientes como pulgas.
Serie La espada II
Espada Magna
Capítulo 11. Luchando en campo abierto
Contemplo como amanece por tercer día en el asedio a Suren, nuestras tropas están frescas; su moral agridulce, se han acostumbrado a llegar y pegar mala pata.
Nuestras catapultas siguen escupiendo bolas de piedra una tras otra; dañando el interior de Suren y sus alrededores, pero su muralla es indestructible parece; por fortuna no hemos perdido demasiadas tropas, por desgracia ellos tampoco.
Estoy farfullando, protestando y renegando de mis poderes; porque hasta ahora no me han servido de nada en absoluto, más que para evitar tener bajas cuantiosas.
- Estos poderes de mierda, no sirven de nada. – me quejo.
- Sí que sirven, es solo que te has obcecado en una pequeña parte de ellos; no más, pero puedes hacer más cosas. – protesta Aránea, la miro como si hubiera matado a mi padre; entonces se me ocurre una idea, al mirar a mi padre y mis amigos.
- Tienes razón mujer, podemos engañarles. – comento, entrando en mi tienda como un huracán; todos me siguen mirándose entre sí, sorprendidos.
- Hasta ahora ellos han visto un gran ejercito frente a sus puertas, que solo se ha llevado derrotas. – empiezo a explicar – si dividimos el ejército en tres, es posible que se atrevieran a atacar; porque su general es muy impredecible y harto impulsivo, eso haría que dos ejércitos por el lateral los podría pillar indefensos y quizá podríamos entrar en la maldita fortaleza. – sigo explicando, el general frunce el ceño.
- Si dividimos las fuerzas en tres, sí que es posible que ataquen con caballería a la fuerza delantera; lo que debilitaría su defensa si ganamos, pero esperarían dos ataques laterales. – argumenta el general.
- No si creen que huyeron. – rebato, dejando perplejos a todos; sobre todo a mi padre.
- Brillante, yo conduciré el ejército de la derecha; conozco esa zona, quizás podamos ganar terreno. – sonríe mi padre, asiento confirmando eso.
- ¿nosotros? – pregunta Giwi, por qué Beg está esperando mis órdenes.
- Vosotros cogeréis la otra parte y atacareis por la izquierda. – les ordeno, ellos asienten.
- Asi será mi amigo. – comenta Beg, despreocupado.
- Aránea, tú te quedaras con las catapultas y la mitad de mi ejército que no se debe perder; porque si lo perdemos no aguantaremos el envite de una caballería, ni de milagro. – argumento, ella niega con la cabeza.
- Si usáis el resto de vuestros poderes, dejareis la caballería indefensa.
- Como digáis…vamos a dividir los ejércitos.
Ejercito de Norman: 3.053 hombres bajo mi mando
Guardia noble: 122
Soldados: 190
Milicia: 425
Leva: 904
Voluntarios: 1275
Norteños: 135
Beserkers: 2
Ejercito de Edan : 1.525 hombres bajo el mando de mi padre
Guardia noble: 61
Soldados: 95
Milicia: 212
Leva: 452
Voluntarios: 637
Norteños: 67
Beserker: 1
Ejercito de Beg y Giwi : 1.526 hombres bajo el mando de estos.
Guardia noble: 61
Soldados: 95
Milicia: 212
Leva: 452
Voluntarios: 637
Norteños: 68
Beserker: 1
Nos organizamos esta vez en cuatro ejércitos, el que atacara bajo el mando del general el frente; formado principalmente por los voluntarios y la leva, los dos ejércitos que huirán cuando el general pida refuerzos y el mío que protegerá las catapultas.
- ¡Pronto Suren caerá, vedlos tan seguros bajo sus murallas; se creen invencibles, pero pronto les demostraremos que no lo son! – grito, para que mis hombres me escuchen. – muchos caeremos en la batalla, pero nuestras familias serán recompensadas; porque conquistar Suren, nos otorgara el poder por completo del sur y ya podríamos llamarnos Reino. – grito, causando que nuestra moral suba; ellos se preparan para el asedio frontal, los veo trabajar desde sus murallas.
- General Arles, coja a los hombres y ataque. – ordeno, creando las criaturas que hoy puedo; para que colaboren con el asedio, eso sube la moral de mis hombres.
310 herboreos
31 Ents
250 esqueletos
25 caballeros esqueletos
125 guardianes de piedra
12 centinelas de piedra
- ¡apoyad al ejercito! – les ordeno, los míos gritan con gran moral; llevan hacia delante todas las escalas que hemos podido hacer desde el último ataque, porque las anteriores están rotas ya.
El general se ha llevado hacia delante…
General Arles : 2.179 hombres bajo su mando.
Leva: 904
Voluntarios: 1275
Estos hombres corren bajo la lluvia de las flechas, llevándose alguna piedra por el camino de las catapultas; sufriendo el aceite ardiendo al subir por las murallas, entonces agitan la bandera lo que provoca que el ejército de la izquierda y el ejército de la derecha huyan a simple vista.
Al no recibir los refuerzos, los hombres se baten en retirada; mientras mis criaturas quedan luchando para distraer al enemigo, las puertas de la fortaleza se abren para dejar al descubierto al general Roduro con sus 300 caballeros y al menos 200 más de Suren que le siguen.
- ¡A la carga! – grito al frente del ejército que me queda y Aránea se une, para proteger la retirada de los hombres que atacaron de frente por mí y mi cruzada; tenemos algunas bajas antes de llegar, pero pronto hago aparecer un bosque de la nada que inutiliza su caballería.
- ¡Masacradlos! – digo, empezando a luchar contra los caballeros de Roduro; que están perplejos, como mis hombres y los hombres de Suren.
Los norteños, la guardia noble; los soldados, la milicia y los beserkers atacan junto a mi…Aránea está a mi lado y me cubre las espaldas, atacando con sus conjuros; pronto me bato en duelo contra Roduro, cuando se escucha como se atacan los laterales de la fortaleza.
- ¡¿me habéis engañado?! – ruge el, fuera de sí; totalmente furioso.
- Lamento deciros que sí. – digo, intercambiando cortes; mientras mi armadura resiste, la suya se lleva varios cortes de severa importancia.
- Brujo de mierda, no tenéis honor; aun asi Suren, no caerá. – dice, perdiendo la batalla; igual que sus hombres, que se ven rodeados por la rápida organización de los hombres de Arles.
Nosotros no dejamos heridos, ni prisioneros con vida; todos mueren, excepto Roduro porque es un oficial de alto mando y podemos negociar.
Ejercito de Arles : 1.089 hombres
Leva: 452
Voluntarios: 637
Ejercito de Norman: 741 hombres bajo mi mando
Guardia noble: 103
Soldados: 161
Milicia: 361
Norteños: 115
Beserkers: 1
Por los laterales, la batalla se volvió cruda; pero tuvieron que retirarse, esta vez Suren sí que había tenido bastantes víctimas, pero nosotros…también.
Ejercito de Edan : 1.218 hombres bajo el mando de mi padre
Guardia noble: 48
Soldados: 76
Milicia: 170
Leva: 361
Voluntarios: 509
Norteños: 53
Beserker: 1
Ejercito de Beg y Giwi : 1.065 hombres bajo el mando de estos.
Guardia noble: 42
Soldados: 67
Milicia: 148
Leva: 316
Voluntarios: 445
Norteños: 47
Todos venían con la cabeza gacha y entregaban sus informes antes de acostarse; no era para menos, esta noche habíamos perdido 2000 hombres y con suerte habríamos matado unos 800 o 1000.
Suren sin duda caería, pero nos haría pagarlo con sangre; de eso no hay duda, mientras todos duermen nuestras catapultas siguen vomitando piedras para no dejarles descansar y solo los vigilantes observan suspirando las murallas que aún no hemos podido cruzar.
Estoy mirando el mapa, cuando mi padre entra en la tienda.
- ¿no puedes dormir? – me pregunta.
- No puedo. – confirmo, sin dejar de mirar el mapa. – esa maldita fortaleza tiene que tener un punto débil. – le digo y el asiente, observa el mapa; se para a recordar, entonces lo dice.
- Lo tiene, el rio. – me dice sin explicar.
- ¿el rio, que pasa con él? – le pregunto, como no esperan que nadie cruce el rio; no tiene muralla por ahí, si pudiéramos meter un par de embarcaciones en la noche…quizás pudiéramos cruzar toda Suren y abrir la puerta, creo que puede ser la única manera; eso creo, la verdad. – sopesa el pensativo, dando vueltas de un lado a otro.
- ¿Qué paso en la muralla? – le pregunto, para saber porque fracasaron.
- No cabe nadie en esa muralla, la tienen tan llena; que solo por número, nos expulsan hacia fuera. – me confirma lo que sospechaba.
- Se defienden con uñas y dientes las garrapatas, pero mañana no atacaremos hasta la noche; solo las catapultas se van a mantener activas, los demás retrocederán a hacer barcos con la madera del nuevo bosque y por la noche…atacaremos desde el rio. – sentencio riéndome, mi padre asiente.
- Buen plan, hijo mío. – toca mi hombro para apoyarme, pero solo lo miro con desconfianza.
Me asomo afuera a contemplar Suren.
- Tres días y tres noches vais a aguantar, pero en la cuarta; vais a salir derrotados, no os vais a dar ni cuenta. – sentencio, mirando la ciudad; que medio en ruinas, aguanta todo lo que le echamos y más.
Dejo descansar a mis hombres, ya se han llevado varios palos; es peligroso, si nos llevamos otro más…podría perder el respeto y la lealtad de estos, un ejército sin eso; no puede combatir; no puedo perder más, esta vez tengo que ganar y si todas sus tropas están en la muralla en el rio no abra nadie.