Ese niño cambio mi vida

Un niño 20 años menor que yo trastocó mi vida.

ESE NIÑO CAMBIO MI VIDA

Diego entró furioso en el escritorio de Esteban y se dejó caer en la silla frente a su escritorio. Antes de que pudieran decirse algo los detuvo su secretaria que entraba aterrada pues sabía que nadie podía entrar en el despacho de su jefe sin autorización.

Deje Alicia, no se preocupe, yo me encargo de este bruto – dijo Esteban sonriendo a su amigo.

Lo siento Esteban estoy furioso – dijo Diego con un bufido.

Discúlpate con Alicia cuando salgas, ella tiene ordenes y no le gusta que la ignoren de esa forma – le dijo a su amigo.

Diego sonrió pensando en lo respetuoso que era Esteban con sus empleados. Desde que había heredado la empresa de su padre consiguió formar un equipo de trabajo muy unido y de excelente calidad. Desde que trabajaba con Esteban se había dado cuenta que sus empleados eran su única familia y los trataba como un padre exigente pero sumamente respetuoso y cariñoso. Por eso venía muy molesto a plantearle una situación muy incomoda que se estaba dando en la fábrica con un empleado muy especial.

Esteban el chico nuevo, el hijo de Jiménez es un hijo de puta y no lo quiero en el personal – dijo de un tirón totalmente exaltado.

¿Qué hizo ahora? – dijo Esteban algo resignado pues ya se veía venir un problema.

Se las agarró contra Rúben, el cretino es un homofóbico y no lo deja en paz y lo peor es que está creando un ambiente tan tenso que me temo que alguien pase a mayores.

¿Con Rúben? pero si ese muchacho es increíble, nunca molesta a nadie. Nunca conocí mejor compañero de trabajo, todos lo quieren en su equipo. – preguntó Esteban extrañado.

Lo sé, y es por eso que tengo miedo. La actitud de David tiene incómodos a todos y temo que alguien por salir en defensa de Rúben pase como te dije a mayores. Ya hoy terminaron a los empujones con él y hubieran seguido si no aparezco yo en el comedor.

Háblame de David – pidió Esteban que por norma nunca desestimaba un problema de personal.

El muchacho como empleado es excelente, es un genio con las computadoras por lo que creo que está totalmente desperdiciado en la fábrica. Aún así cumple con su trabajo eficientemente pero en su relacionamiento con sus compañeros es un desastre. Es arrogante, pagado de sí mismo irrespetuoso y no ha logrado relacionarse con nadie en la empresa. Hace seis meses que está con nosotros y no tiene un solo amigo. Siempre está solo y no logró encontrar a nadie que quiera formar un equipo de trabajo con él. Lo puse a trabajar con Rúben justamente porque este muchacho es la persona con más paciensa y más dulce que he conocido y lo único que logre es que este lo martirizara por su condición de gay a pesar de conocer las normas de la empresa al respecto.

¿Hablaste con Rúben? – preguntó Esteban

Si, y eso es lo más raro, cuando le pregunté me miró muy serio y me dijo: ¡Déjalo en paz!.

Diego hizo silencio dejando a Esteban que pensara en todo lo que le había dicho. David había entrado por contratación directa de su jefe por lo que él no podía hacer nada por más Jefe de Personal que fuera. Era un tema que debería resolver Esteban.

Déjame solo, veré lo que hago – dijo Esteban a su amigo y mientras este se iba se recostó en su sillón – No olvides disculparte con Alicia cuando salgas y pídele que entre un momento.

¿Necesitas algo Esteban? – preguntó Alicia unos minutos después. En su cara se notaba que había aceptado con agrado la disculpa.

Necesito que suspendas todo por el resto de la tarde y no me molesten por ningún motivo y a las 16 horas hagas que venga a verme David Jiménez. – dijo Esteban

Alicia se retiró dejando a Esteban pensativo tratando de resolver un tema que a simple vista parecía menor pero para él no lo era para nada.

Esteban había contratado a David a pedido de su padre Alvaro Jiménez su más importante competidor en el ramo. Las relaciones entre él y Alvaro estaban bastante tirantes hacia algún tiempo pues su empresa le había ganado dos importantes clientes en los últimos tiempos cosa que a Alvaro no le había gustado mucho.

Esteban en realidad no confiaba en las intenciones de Alvaro pero cuando le presentó a su hijo y le pidió que lo contratara para instruirse en el ramo este aceptó.

Alvaro adujo que quería que David aprendiera el oficio desde abajo sin que lo vieran como el hijo del dueño. Esteban dijo que entendía pero en realidad las razones por las que contrató al muchacho fueron otras.

En el momento que David se sentó frente al él y lo miró con esos ojazos negros que tenía Esteban se sintió raro. Él era un hombre grande, ya hacía rato que había cumplido los cuarenta y David era un niño de veintidós años. ¡Pero que niño! No le sacó los ojos de encima durante toda la entrevista. Lo miraba tan fijamente que Esteban a pesar de su experiencia se puso muy nervioso y no entendía porque este niño le provocaba tanto. Esteban ya hacía años que había reconocido su atracción por los de su mismo sexo. No se calificaba como gay porque siempre odió ponerle nombres a sus preferencias sexuales. En realidad el también salía con mujeres y le gustaban pero se sentía más cómodo con los hombres. Mientras vivieron sus padres, una pareja entrañable pero muy conservadora, mantuvo sus preferencias en secreto. Cuando estos murieron se sintió mas libre pero ya se había acostumbrado a su vida discreta y no la cambió. No era que lo ocultara pero tampoco lo pregonaba por ahí por lo que en realidad pocas personas lo sabían en la ciudad. Estaba seguro que Alvaro no sabía nada pero este niño lo desconcertó por completo. Sus ojos parecían invitarlo a algo pero sus antecedentes por todos conocidos no coincidían con esa impresión. El chico había salido con toda niña soltera de la ciudad. Tenía la combinación exacta para una vida social agitada. Era sumamente atractivo y se lo consideraba un muy buen partido por lo que toda chica en edad revoloteaba alrededor de David. No se le conocía novia porque en realidad no duraba más que tres citas con cada una.

La verdad es que en la media hora que duró la entrevista Esteban a pesar de saber que se arrepentiría de contratar a ese arrogante muchacho que no había dicho mucho, se dio mil excusas para contratarlo pero la única verdadera era que esa mirada lo había cautivado e interesado.

En un principio lo puso a trabajar en su mismo piso en un cargo menor asistiendo a su secretaria. Ya ahí tuvo quejas de la actitud poco cordial del chico pero quiso pensar que eran dadas por su inseguridad ya que este era su primer trabajo. A los quince días de estar trabajando ante quejas insistentes de varias de las secretarias lo llamó a su despacho para averiguar que pasaba con el chico.

David no voy a andar con vueltas contigo por que no es mi estilo, he notado que no te llevas bien con tus compañeros de trabajo y quiero saber porqué.

Yo no vine a hacer amigos aquí sino a trabajar y a aprender– contestó David con petulancia.

Esteban lo miró a los ojos desconcertado. ¿Qué le pasaba a este niño? David le resistía la mirada con descaro. Esteban se revolvió incomodo en su silla pero no le pensaba permitir que le ganara y mantuvo su mirada hasta que el muchacho la bajó un tanto avergonzado. En ese momento parecía mucho más joven casi un adolescente y Esteban decidió no perder el terreno ganado.

Pues trabajar lo estás haciendo y por lo que sé muy bien, pero en lo referente a aprender vas por muy mal camino. – dijo sin dejar de mirarlo fijamente.

David levantó la vista rápidamente y en sus ojos se reflejaba su orgullo herido, no le gustaban las críticas. En ese momento se sintió como si estuviera frente a su padre y eso no le gustaba nada y menos le gustaba que fuera Esteban el que lo hiciera sentir así. En realidad no le gustaban las personas mayores y era todo culpa de su padre. Desde muy chico siempre lo trató con mano muy dura y le exigió siempre la excelencia en todo lo que hacía. El siempre intentó complacerlo siendo siempre el mejor en todo pero nunca logró un halago de él. Su padre siempre encontraba algo para humillarlo, lo hacía hasta en público. Cuando cumplió los dieciocho años decidió que su padre no valía la pena. Descubrió varias cosas de él que hicieron que lo viera tal cual era y no el hombre perfecto que creía. Lo peor de todo fue cuando comprendió que su madre los abandonó por los maltratos psíquicos que él le inflingía. Ella era una mujer dulce y cariñosa pero muy débil y un día no soportó la presión y no supieron más de ella. David nunca se lo perdonó ni a ella el abandono ni a su padre el haber sido la causa de ello. Todo lo que sufrió en su adolescencia por la falta de cariño lo hizo muy desconfiado y arrogante sobre todo con las personas mayores.

Pero con Esteban había sido diferente. Lo que Esteban no sabía era que David lo venía observando desde hace tiempo en el club donde ambos concurrían.

Esteban desde hace dos años venía donando cuatro horas semanales de su tiempo para asistir a un grupo de niños pobres todo a su costo. Por esto era muy admirado y querido por todos. David lo observaba de lejos admirado por el cariño que Esteban prodigaba a estos niños en su mayoría desprovistos de todo lo necesario. Muchas veces había querido acercarse pero nunca se atrevió por su desconfianza. David era muy inteligente y reflexivo y sabia que en un principio lo que lo atrajo de Esteban era la imagen paterna que le faltaba pero eso con el tiempo fue cambiando. Hoy no veía en él nada parecido a un padre, veía al hombre, al hombre en toda su magnitud. Aunque el no se consideraba homosexual sabía que Esteban le gustaba y le gustaba como hombre eso lo confundía pero a la vez lo enganchaba más. Con suma discreción buscaba todas las oportunidades posibles para verlo en el gimnasio y en las duchas. En los últimos tiempos comprendió que su atracción era seria cuando solo podía masturbarse pensando en él.

En un principio cuando su padre le dijo que quería que empezara a trabajar con Esteban se sintió sumamente satisfecho pero su mundo se vino abajo al saber la verdadera razón de su interés en ingresarlo ahí. Su padre quería hundir a Esteban y quedarse con todo el mercado existente y para eso lo necesitaba a él como espía dentro de la empresa. David a pesar de las enseñanzas de su padre era una persona honesta y no le gustaba para nada su papel pero en principio lo había aceptado como modo de acercarse a Esteban. Una vez dentro de la empresa su padre empezó a presionarlo y más cuando supo que trabajaba en la gerencia misma. El nunca pensó en ayudar a su padre pero aún así se sentía desleal con la persona que más admiraba y eso lo hacía muy infeliz en su trabajo. Pero todo esto no se lo podía contar a Esteban.

Hey niño ¿sigues conmigo? – preguntó Esteban muy serio. No entendía a este muchacho. Ante su crítica en un principio parecía que se iba a poner a llorar y luego se alejo dentro de sus pensamientos y sus ojos ya no decían nada.

David se dio cuenta que se había ensimismado en sus pensamientos frente a Esteban y se avergonzó aún más.

Lo siento - dijo bajando la vista pero fue solo un segundo, enseguida volvió a surgir su arrogancia. – ¿que es lo que no he aprendido? – preguntó.

Una empresa para funcionar eficientemente depende en buena forma del buen desempeño del equipo de trabajo. Esto no se logra con trabajos aislados por brillantes que sean. El buen relacionamiento de los integrantes de un equipo es primordial para que todos rindan lo máximo de sí mismos. Es como en el deporte las jugadas personales son muy importantes pero totalmente inoperantes sin el equipo que te apoye detrás.- dijo Esteban en modo suave.

Lo entiendo – dijo David conmovido. En ese momento se sintió como uno de esos niños del club y sintió la necesidad imperiosa de que Esteban lo abrazara como siempre hacía con ellos.

Además me han dicho que has rechazado ayudar a algunos de tus compañeros cuando te lo ha pedido y quisiera saber la razón – preguntó Esteban

David había rechazado ayudar a Raúl y Santiago de Compras porque le habían pedido ayuda en las dos últimas licitaciones de la empresa. Su padre le había pedido específicamente información sobre ellas y el no quería dársela. Ahora ante la pregunta directa de Esteban se sentía en un apuro y no sabía como salir de él por eso recurrió a lo único que lo hacía sentir seguro su arrogancia. Levantó su mirada de nuevo y no contestó.

Preferirías trabajar en otro sector de la empresa – pregunto contrariado Esteban por no poder comprender a este joven tan extraño. – Estás aquí por un favor a tu padre para aprender pero no creo que funcione si no te sientes cómodo.- dijo Esteban

David sin comprender bien porque se sintió muy herido por estas palabras y sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. Quiso ocultarlas y se levantó dándole la espalda a Esteban.

Si no tiene inconveniente preferiría trabajar en el sector de la fábrica en cualquier cosa. – dijo con un hilo de voz y un leve temblor en su espalda.

Esteban se dio cuenta del estado de David y se inquietó. Se levantó y fue hasta él. Puso sus manos sobre sus hombros y sintió el temblor de sus músculos. Lo hizo girar para mirarlo a los ojos. Lo que vio en la mirada del chico lo confundió aún más. David tenía miedo. Pero ¿a qué?

¿Qué tienes, niño? Si no me hablas no puedo ayudarte– preguntó Esteban con dulzura.

David temblaba y los ojos se le llenaron de lágrimas, la dulzura que Esteban había empleado lo desarmaba.. Esteban lo pegó contra su pecho y lo abrazó con fuerza. El muchacho con todas sus emociones desbocadas no pudo controlarse más y comenzó a llorar mansamente. Esteban lo dejó desahogarse mientras acariciaba su espalda y lo mantenía contra su pecho. Sentía como las lágrimas de David mojaban su camisa.

David más calmado levantó la vista y lo miró totalmente avergonzado mientras Esteban pasaba sus dedos suavemente por sus mejillas y por sus labios. Su rostro se veía tan bello tan vulnerable que no supo contenerse y lo besó suavemente.

Todo el cuerpo de David tembló como si recibiera una descarga eléctrica y entreabrió sus labios y se entregó totalmente a la caricia. Las manos antes inertes a sus costados se elevaron acariciando tímidamente el pecho del hombre.

Esteban al sentir la caricia de David se descontroló y el deseo sustituyó a la ternura y sus lenguas se encontraron con pasión. Su boca abandonó los labios del muchacho y descendieron por su cuello besando, lamiendo y acariciando todo a su paso. Su pasión era tal en ese momento no pensaba en nada. Su excitación era tanta que cuando llegó a la yugular sus dientes mordieron la suave piel con fuerza. Un gemido escapó de la boca de David y sus uñas se clavaron en el pecho de Esteban ante el pequeño dolor.

Al sentir las uñas en su pecho Esteban volvió a la realidad. ¿Qué estaba haciendo?. Se estaba aprovechando de la vulnerabilidad de un muchacho veinte años menor que él y que además era su empleado. Separándose un poco lo miró a los ojos y le dio un suave beso en cada uno de ello y lo volvió a abrazar con mucha fuerza pero ya sin pasión. Respiró profundamente y sin soltar sus hombros lo separó de él para poder mirarlo atentamente.

Lo siento no quise aprovecharme de ti – dijo suavemente.

David lo miró por unos largos segundos separándose totalmente de él.

Deberías despedirme no soy bueno para ti – dijo bajando la vista.

¿Por qué dices eso? Tu no puedes ser malo para nadie – dijo Esteban conmovido y extrañado por sus palabras.

Las apariencias engañan Esteban yo no soy bueno para nadie – dijo David marchándose sin mirarlo nuevamente

Esto había pasado hace dos semanas y aún hoy Esteban seguía confundido con David. Al otro día de su encuentro aunque su primera intención fue buscarlo y pedirle explicaciones de su extraña aptitud, prefirió poner distancia de por medio y pidió a Diego que lo ubicara en la fábrica. Desde ese día no volvió a hablar con él y sólo lo vio a lo lejos en contadas ocasiones. La única de estas veces significativa fue en el bar del club cuando se encontraba tomando algo con Rúben después del entrenamiento. Él estaba haciéndole un comentario jocoso a Rúben al oído cuando levantó la vista y se encontró con los ojos de David a la distancia. Se sorprendió un tanto por la extraña expresión del chico que parecía mirarlo con rabia. Rúben se volvió al notar la mirada de Esteban y sonriendo dijo: - Tu admirador secreto te está pescando en aptitud comprometida con el gay de la empresa.

¿Qué dices? – le preguntó Esteban extrañado.

¿Nunca te diste cuenta de cómo te mira – preguntó

Son ideas tuyas – dijo Esteban nervioso

Si tú lo dices – le contestó Rúben dejando el tema de lado.

Ahora se encontraba tratando de decidir que hacía con ese muchacho que lo atraía tanto y a la vez lo desconcertaba al no poder entenderlo. ¿Sería cierto que tenía interés en él y por eso se las agarraba con Rúben? Era una tontería el no tenía nada con Rúben pero claro David no podía estar seguro. Esa idea lo halagaba y a la vez lo inquietaba un poco. Debía reconocer que después del encuentro en su oficina no había dejado de pensar en David ni un momento. Hasta se llegó a masturbar pensando en él. Si era sincero consigo mismo debería reconocer que lo quería en su cama pero también quería protegerlo y cuidarlo. Presentía que el niño sufría pero no sabía la razón. Esa tarde lo iba averiguar y trataría de ayudarlo. ¿Se estaría enamorando de ese niño? Hacía tanto tiempo que no sentía nada parecido por nadie que estaba muy confundido.

Faltando unos minutos para las 16 horas lo llamó Alicia.

Esteban sé que no querías que te molestaran pero el señor Alvaro Jiménez llamó varia veces diciendo que es urgente que hable contigo, dijo que es sobre su hijo y como tú lo estás esperando quise avisarte. –

¿David está en la empresa? – preguntó Esteban asustado pensando que le había pasado algo.

Si, es más viene llegando en este momento, ¿Esteban? – contestó Alicia.

¿Qué? – preguntó ante la duda de Alicia

No nada ¿qué le digo al padre de David?

Esteban dudó un momento y sin saber bien porque razón prefirió hablar con David y no con el padre.

Has pasar a David y dile al padre que no estoy ubicable que me llame mañana – contestó Esteban – Ah Alicia que David no se entere que hablas con el padre –

De acuerdo – terminó Alicia.

David entró en su oficina mirando hacia el piso, presentía lo que Esteban le iba a decir. La noche anterior había abandonado la casa de su padre después de una violenta discusión cuando le comunicó que no pensaba ser su espía en la empresa de Esteban ni en ningún otro lado. Su padre se puso furioso y lo golpeó varias veces con el puño dejándole un bello recuerdo en su rostro. Pero la pelea no fue lo peor; su padre cuando David le dijo que se iba de casa se rió y le preguntó con ironía como pensaba vivir después que Esteban se enterara porque había entrado él a trabajar en su empresa y este lo echara a la calle como un perro traidor que era. David lo miró con tristeza y se fue sin mirar atrás. No se llevó nada ni siguiera su dinero. Esa noche deambuló por la ciudad sin rumbo fijo hasta la hora de entrar a trabajar y se dedicó todo el día a esperar la llamada de Esteban y la llamada llegó por eso David no podía levantar la vista del piso y por eso se sorprendió tanto con la primer pregunta de David.

¿De qué quiere hablar tu padre conmigo? –

No había hablado con él, todavía no sabía nada tenía la oportunidad de explicar él las cosas primero. Aunque no creía que eso le sirviera de mucho. ¿Qué le podía importar a un hombre como Esteban lo que tuviera que decirle un niño como él? Otra vez tenía ganar de llorar. ¿Qué diablos le pasaba frente a este hombre que siempre lo ponía en ese estado? Siempre estaba a la defensiva y se sentía totalmente vulnerable. Como le gustaría que no le preguntara nada por un rato y solo lo abrazara y lo besara como la otra vez, que feliz sería si tan solo lo besara una vez más. Levantó la vista y le mostró con vergüenza sus lágrimas y sus heridas decidido a terminar con todo de una vez.

¡Dios! ¿Qué te pasó, quién te hizo eso? – preguntó Esteban asustado mientras que se acercaba y tomaba su cara entre sus manos.

Mi padre después de que le dije que no sería su espía en tu empresa – contestó David avergonzado pero ahora sin bajar la vista

Esteban se le quedó mirando su bello rostro lleno de moretones y cortadas mientras trataba de entender el significado de las palabras de David. Alvaro Jiménez puso a su hijo como espía en la empresa y lo golpeo porque este se negó. ¿Qué significaba eso?

Agarró a David por los hombros y lo arrastró con él hacia el sillón sentándolo a su lado. Lo volvió a mirar. Sus ojos demostraban su confusión y David no sabía que decir solo lo miraba esperando una respuesta.

La confusión de Esteban estaba dada más por sus sentimientos que por lo que le había dicho David. No sabía a que reaccionar primero, si a la furia que sentía por lo que parecía una traición o al dolor en los ojos de David. Acarició con delicadeza el rostro de David sintiéndolo temblar bajo sus dedos y decidió que ambos debían tranquilizarse y aclarar esta situación.

Quiero que me contestes solo una pregunta y quiero la verdad – dijo tomando su barbilla y mirándolo a los ojos profundamente - ¿Te negaste a traicionarme o te negaste a seguir traicionándome? – dijo Esteban sintiendo un nudo en el corazón mientras esperaba la respuesta.

Nunca te traicioné, nunca le dije nada de esta empresa a mi padre y es por eso que me negué a trabajar en las licitaciones, no quería saber nada de lo que a mi padre le interesaba – dijo David rezando porque Esteban le creyera.

Esteban lo miró por largo tiempo tratando de ver en los ojos del muchacho y por más que miraba no pudo encontrar nada de falsedad. Le sonrió y lo abrazó con fuerza. Sus manos acariciaban su espalda y su boca besaba cada una de las heridas de su rostro. Cuando besó su boca David se quejó porque tenía los labios todos cortados y aún le dolían mucho.

Lo siento bebe, mataré a ese cretino, te juro que si se acerca a 100 metro tuyos lo mato – dijo llorando por el dolor de David. - ¿Cuándo pasó esto, cuando te golpeó? – preguntó furioso mientras seguía tocando todo el cuerpo de David buscando otras heridas

Anoche cuando llegué del trabajo – contestó David feliz pero confundido por una reacción que no esperaba.

Debiste llamarme y te hubiera sacado de ahí – le dijo Esteban

Es que no sabía que hacer, estaba muy confundido y me fui de casa, quería pensar y caminé toda la noche hasta la hora del trabajo.

¿Trabajaste todo el día en ese estado, sin dormir y después de recibir una golpiza? ¿Estás loco? – Esteban sufría pensando en la noche que debía haber pasado.

Estoy bien ya no duele tanto – dijo David con una sonrisa que apenas podía esbozar.

Vamos – dijo Esteban de pronto levantando a David casi en vilo.

¿Adónde vamos? Hay muchas cosas que quiero decirte – dijo David algo mareado al verse levantado de golpe.

Después hablaremos, ahora tenemos que salir de aquí – dijo arrastrándolo con él y sacándolo de la oficina solo deteniéndose para recoger sus llaves y celular del escritorio.

Pero ....

Nada niño ahora yo me hago cargo – dijo a David con una sonrisa – Alicia nos vamos, tu no sabes nada de nada – dijo muy serio y mostrándole el celular – Solo si se quema la empresa – dijo ya en el ascensor ante los ojos desorbitados de Alicia y la mirada aturdida de David.

Ya en el auto Esteban iba muy serio sin decir palabra, David se sentía un tanto vulnerable por no saber en que pensaba ni adonde iban. Tenía miedo que quisiera ir a enfrentarse a su padre, en realidad Esteban se veía furioso.

Tranquilo, mi niño ya nadie te dañará nunca más.- dijo Esteban con una seguridad que estaba lejos de sentir.

Esteban sabía que salió de la oficina como Don Quijote a pelear con molinos de vientos por ese muchacho pero afuera estaba la vida real y debía pensar en lo que ambos sentían. David lo había dicho tenían mucho que hablar todavía pero ahora tenía que alejarlo de su padre por lo menos por unos días hasta que estuviera más repuesto.

David decidió dejarse llevar y con el calor de la calefacción y el ruido del motor se quedó dormido profundamente. No era raro estuvo toda la noche deambulando por ahí muerto de frío y dolorido y después trabajo el turno casi completo, estaba agotado.

Habían llegado hacia unos minutos, David descansaba en el sillón de la sala muerto de frío, no tenía fuerzas ni para pensar. Miraba a Esteban que batallaba con la estufa a leña para tratar de aclimatar la fría casa de campo. David no recordaba mucho del viaje ni como llegó a ese sillón, en ese momento solo quería seguir durmiendo ya que a pesar del frío se sentía por primera vez en mucho tiempo muy seguro. Se preguntaba la razón de ese sentimiento ya que no sabía que iba a ser de su vida de aquí en más pero si podía robarle a la vida unas horas con Esteban todo estaba bien.

Ya esta, en unos minutos el ambiente estará más cálido y agradable – dijo Esteban estirándose como un gato. - ¿Tienes hambre? – preguntó

Estoy hambriento, hace más de 24 horas que no pruebo bocado – dijo David algo asombrado ya que no había pensado que su debilidad se podía deber al hambre.

Tu quédate ahí descansando mientras preparo algo rápido – le dijo Esteban rozando apenas su mejilla con sus dedos.

¿Te ayudo?

No, tu descansa un poco más, ya vengo

Esteban preparó algo rápido y lo sirvió junto a la estufa donde había un ambiente muy agradable en esa noche invernal. David comió con hambre y en silencio. Cuando terminaron Esteban levantó los restos y se sentó junto a David que dormitaba junto al fuego. Pasó un brazo por su espalda y tomando una manta se recostó en el sillón arrastrándolo con él bajo de la manta.

David quedó recostado sobre su pecho, con una mano acariciaba su espalda desde su nuca hasta su cintura y con la otra jugaba con su cabello. El chico metió su mano bajo la camisa del hombre y acariciaba lentamente su pecho erizando todo su cuerpo. Ambos estuvieron así sin decirse nada por mucho tiempo, solo disfrutando de su calor.

David, ¿qué esperas de mí? – preguntó suavemente Esteban

David, pensó un rato su respuesta, ya no quería seguir dudando ni teniendo miedo de lo que sentía. Decidió decir la verdad sin importar las consecuencias y sin levantar la vista le contestó.

Que me ames – dijo con miedo.

Uff, ¡qué alivio! – contestó Esteban distendiendo todos sus músculos

¿Qué esperabas que dijera? – preguntó David un tanto extrañado.

¿Esperar? Esperaba justo eso que dijiste pero tenía miedo que necesitaras un padre.

Con lo que siento cada vez que me besas, eso sería un tanto incestuoso.

¿Sí? ¿Qué sentís cuando te beso?

Muchas cosas pero ninguna que tenga que ver con un padre, como por ejemplo esto – acomodándose sobre Esteban de forma que sus genitales se juntaran - lo que me interesa es el hombre – dijo mientras sus dedos apretaban un pezón de Esteban.

Aaahh mi niño – gimió Esteban sintiendo como su pene cobraba vida al sentirse frotado por el de David.

¿Vos que esperas de mí? – preguntó David mientras martirizaba la entrepierna del hombre.

No lo sé David, quizás lo mismo que tú, pero estoy muy confundido – dijo suspirando. Si David no se quedaba quieto y seguía atormentándolo, no podía pensar.

¿Tú confundido? – preguntó David que no esperaba esa respuesta de un hombre tan seguro como Esteban.

Si niño, los hombres viejos también se confunden, sobre todo con niñatos tan inquietos como tú que no los dejan pensar – rezongó Esteban incorporándose y volviendo a sentar a David a su lado pero sin dejar de abrazarlo.- hablemos.

David sonrió en forma pícara un tanto orgulloso del poder que experimentaba al descontrolar a Esteban que trataba de aquietar su respiración.

Si ríete, me tienes como un adolescente en su primera cita, pero tenemos que hablar –dijo Esteban tratando de quitar las manos de David de su pecho

Te quiero Esteban, no me importa lo que pase mañana pero hoy quiero estar contigo – dijo David acariciando a Esteban en su entrepierna por encima del pantalón.

Basta, compórtate por un rato y escúchame un momento – dijo Esteban retirando la mano de David. - ¿Has hecho esto alguna vez? – preguntó

No, nunca – dijo David bajando la vista avergonzado.

Puedes estar confundido, yo lo estoy – dijo Esteban con una sonrisa al ver los colores en la cara del muchacho. – ¿No te satisfacen las relaciones con las mujeres? – preguntó acariciando su mejilla lastimada.

No me entendiste – contestó David más avergonzado aún – Cuando dije que nunca lo había hecho quise decir con nadie – dijo bajando la vista.

Esteban lo miró horrorizado, el niño era virgen, que estaba haciendo. Se sintió totalmente confundido, por un lado se sentía feliz, ser el primero en la vida de David le producía un sentimiento atávico de posesión que lo llenaba de satisfacción pero por otro lado su parte consciente lo abrumaba con la responsabilidad. Los sentimientos que le inspiraba David lo confundían aún más. Él era un hombre adulto y si fuera solo deseo mandaría al chico a dormir aunque tuviera que tuviera que pasar horas bajo una ducha fría, pero él quería al chico, según pasaban las horas mas se daba cuenta, estaba enamorado de él. La pregunta era si estaba dispuesto a asumir la responsabilidad que ese amor llevaba consigo.

Miró a David a los ojos y vio la necesidad de afecto en él, esos ojos le pedían a gritos que lo amara pero no se decidía, el muchacho podía estar confundido y el no quería dañarlo.

Estas desilusionado – dijo David con lágrimas en los ojos.

Estás loco, estoy maravillado, extrañado algo abrumado pero nunca desilusionado – dijo Esteban con una sonrisa – explícame como un chico de 22 años se mantiene virgen en estos días y por favor no sientas vergüenza conmigo – preguntó Esteban viendo los colores en las mejillas de David.

No lo sé, nunca se dio. Con las chicas siempre me sentí algo intimidado. No es que no me gustaran, me gustaban y mucho pero siempre creí que para llegar al sexo debía haber un sentimiento involucrado y nunca se dio con ninguna. Mi madre me abandonó a los diez años y mi padre nunca se fijo en mi ni en mis relaciones. Nunca tuve una conversación de sexo con él. Mis amigos y compañeros de estudios se burlaban de mí y muchos me consideraban marica pero a mi no me importaba yo solo quería sentir algo por la persona con la que tuviera sexo por primera vez.

¿Y con los chicos? – preguntó Esteban.

David lo miró confundido y sonrió.

Eso es lo más raro, nunca me gustaron los hombres, cuando mis compañeros me llamaban marica a mi no me importaba porque yo sabía que era mentira. Nunca sentía atracción por ninguno. Desde chico fui a club y aunque los veía desnudos en las duchas nunca sentí ni excitación ni interés alguno hasta que apareciste tu.

¿Yo?

Si, hace dos años cuando entraste al club, el primer día que té vi todo en mi cambió. Estabas en el gimnasio curando la rodilla de un niño. Lo tratabas con tanta ternura que me llamó la atención. – David lo miró a los ojos – Si ya sé en un principio puede ser que viera al padre que no tuve pero eso solo duró unos meses, poco a poco fue cambiando. Cuando te veía en las duchas ya no miraba al hombre tierno que cuidaba a los chicos, no te voy a negar que al principio no quise reconocer la atracción que sentía por ti, yo mismo me plantee innumerables veces que mi falta de afecto paterno me llevaba a eso pero después de algunos meses tuve que reconocer que quería al hombre y no al padre. Pasaba en el club las mismas horas que tu, te seguía a la empresa y a tu casa a distancia, durante esos dos años aprendí todo lo que podía de ti.

Pero, como no me di cuenta, ni siquiera te vi – dijo Esteban abrumado por la confección de David.

Puedo llegar a ser invisible cuando me lo propongo – dijo David con una tímida sonrisa – pero déjame seguir. Yo quería acercarme a ti pero nunca pude tener el valor para hacerlo. Esa falta de valor también se debía a que me resistía a mis sentimientos por un hombre. En las noches despertaba totalmente excitado después de soñar contigo, en las duchas del club debía esconderme a masturbarme después de verte. Sufría cada una de tus relaciones. Me moría de celos pero no sabía como manejar todo lo que sentía. Solo hubo una persona que se dio cuenta de lo que pasaba – David hizo una pausa un tanto avergonzado pero ante la mirada inquisitiva de Esteban siguió – Rúben, él sabía porque me pescó varias veces espiándote en el club y una vez cerca de la puerta de tu apartamento. Mientras mantuvo una relación contigo yo notaba su molestia pero después que terminaron parecía divertirse conmigo, incluso a veces se me acercaba y me decía cosas – dijo David haciendo una pausa.

¿Qué cosas? – preguntó Fernando algo molesto.

Cosas como ¡Anímate!, decíle que te gusta o ¡De lejos no vas a lograr nada! O ¡No seas cobarde mirá que no muerde!, algunas veces se ponía un poco insinuante y me decía: ¿Querés que te ayude con eso? Refiriéndose a mi excitación, - aclaró David rojo como un tomate – o ¡Si el no quiere yo estoy dispuesto!. Todo eso me confundía más. Creo que por momentos lo odiaba porque me hacías mezclar sentimientos de vergüenza y celos.

¿Por eso nos miraste con tanta rabia la semana pasada y te metías con él en la empresa? – preguntó Esteban un tanto amoscado que a estas alturas tenía un sentimiento de propiedad por David que lo asustaba.

Es que pensé que habías vuelto con él – dijo David sin mirarlo.

Ven aquí tonto, que en esos días ya me tenías totalmente loco – dijo Esteban abrazándolo.

¿Sí? – preguntó esperanzado recostando su mejilla en el pecho de su amado.

Si, pero sigue por favor, quiero saberlo todo.

No hay mucho más, cuando mi padre me comunicó que te había pedido un puesto para mí en tu empresa fue el día más feliz de mi vida y el más difícil. Por un lado sentía una alegría inmensa porque podría por fin acercarme a ti pero por otro no sabía como hacer para deshacerme de mi padre y de sus ideas de que fuera su espía. En ningún momento pensé en hacerlo pero sentía que igual estaba siendo desleal con todos. Quería quedarme en tu empresa cerca de ti pero no podía congeniarlo con los motivos por los que había obtenido el cargo. En ese momento ya me habia admitido a mí mismo que te amaba pero sabía que tú ni me habías notado y por lo tanto no podía decirte nada de mi padre. ¿Por qué me ibas a creer? Yo no era nadie. El día de la entrevista estaba como paralizado, por fin te tenía enfrente y podía hablarte pero no sabía que decirte. En ese momento me sentía perdido. Los días siguientes fueron peores y mi padre no paraba de atosigarme preguntando cosas de la empresa y de ti. Como no obtenía las repuestas que quería cada vez era más violento y insultante conmigo. Todo eso yo lo arrastraba día a día en el trabajo.

Mi niño, si yo hubiera sabido – dijo Esteban totalmente emocionado.

Espera ya termino – dijo David que en ese momento quería decirle todo lo que sentía – Hace dos semanas en tu oficina cuando me besaste creí que me moría, por fin estaba donde quería pero me sentía como Judas. Tus besos y tu abrazo produjo en mí el efecto contrario al que esperaba, salí de tu oficina tan furioso con mi padre y conmigo mismo por estar en esa situación que me las agarré con todos los que se pusieron en mi camino de ahí en más. Rúben fue el blanco de toda mi frustración aunque aún así creó que él fue el único que me comprendió sin saber lo que me pasaba. Ayer se me acercó después de una semana de recibir de mí solo comentarios horribles y me dijo muy tranquilo que arreglara mi vida como un hombre sino nunca iba a conseguir que un hombre como tu me viera. Eso produjo en mi tal sacudida que ahí decidí enfrentar a mi padre y dejarlo y esperar que tu me comprendieras aunque nunca llegaras a quererme. Lo demás ya lo sabes fue lo que me trajo aquí. – terminó David con lágrimas en los ojos.

Esteban estaba totalmente emocionado, si antes tenía dudas todas se habían ido por completo. Tenía preguntas pero había tiempo después. Según David iba contándole todo él fue comprendiendo sus verdaderos sentimientos. Lo amaba profundamente, le había costado mucho reconocerlo pues nunca había sentido algo así por otro hombre. Siempre pensó que lo que lo atraía de los hombres era el sexo pero que cuando se enamorara sería de una mujer. Este chico le había llegado muy hondo y ahora lo tenía ahí entre sus brazos dispuesto a entregarse totalmente a él. Por unos segundos se preguntó si estaba dispuesto a enfrentar a una sociedad prejuiciosa de pueblo por este niño y supo que sí. Que vinieran todos los Alvaros Jiménez del mundo, él tenía tu tesoro entre sus brazos y no pensaba soltarlo.

Te amo David, te amo con todo mi corazón, ya no tienes que sufrir más por nada y por nadie. De ahora en adelante seremos los dos para todo – dijo abrazándolo fuertemente y besándolo con pasión contenida.

David no pudo contenerse y rompió a llorar sin consuelo contra su cuello. Todo su cuerpo temblaba contra el de Esteban. Este lo contuvo con fuerza y lo dejó desahogarse entendiendo sus sentimientos en ese momento. Esperó mientras se calmaba solo acariciándolo con ternura. Cuando David de calmó y levantó la vista tomó su barbilla y lo besó profundamente. Ambos se entregaron a la caricia con pasión. Cuando se separaron su excitación era tanta que dolía. Sus manos hablaron por ellos tocándose, acariciándose, conociéndose. La ropa era una molestia de la que fueron deshaciéndose poco a poco. Cuando la mano de Esteban tomó el pene de David totalmente erecto este gimió fuertemente.

Niño estás que ardes, hay tanta pasión en este bello cuerpo que me quemas – dijo totalmente excitado. - ¿quieres que hagamos algo con respecto a tu virginidad? – preguntó con picardía.

A pesar de lo excitado que estaba David bajó la vista con vergüenza y escondió su rostro en su pecho

Hey. Nunca no sientas vergüenza conmigo, tienes que entender que me estás haciendo el regalo más hermoso que me pudieras dar. Sólo debes sentir orgullo – dijo volviéndolo a besar.

Es que te deseo tanto, pero no sé que hacer, no quiero desilusionarte. – dijo David tímidamente.

Mi única desilusión sería no poder hacerte feliz, tonto. Iremos muy despacio. Sólo haz lo que tengas ganas de hacer, siente y déjate llevar por eso. Te amo y me amas, nada puede salir mal – dijo Esteban con una sonrisa. – Pero vayamos a la habitación, quiero que tu primera vez la recuerdes de por vida. – le dijo al oído mientras lo arrastraba a la habitación y lo hacía acostar en una gran cama.

Esteban miró detenidamente el cuerpo desnudo de David y tembló como si hubiera recibido una descarga eléctrica. Sintió que era capaz de tener un orgasmo solo mirando su cuerpo.

¡Dios! Eres tan bello que duele – dijo recostándose sobre él uniendo sus bocas y sus penes duros por la excitación.

Comenzó a besarlo con pasión contenida. Quería ir poco a poco, no quería apresurarlo, su intensión era que David disfrutase su primera vez, quería amarlo con su cuerpo. Por eso contuvo su excitación y recorrió el cuerpo del muchacho con su boca lentamente. Besaba, lamía y mordía levemente cada centímetro de piel. David se retorcía gimiendo bajo él. Todo esos meses de deseo contenido no lo habían preparado para lo que estaba sintiendo. Cada caricia de Esteban lo transportaba a límites insospechados, cuando creía que iba a eyacular el hombre se detenía y disminuía la intensidad de las caricias trayéndolo nuevamente a la realidad. En ese momento supo que no se había equivocado en esperar por este hombre y que pasara lo que pasara en adelante esta noche sería la más importante de su vida.

Marcj