Ese día estaba yo muy ansiosa - por Esther
Un grupo de autores de TR hemos decidido escribir una serie de microrelatos como ejercicio. Esperamos que sean del agrado de los lectores.
Desconocido me poseyó en la playa de mis fantasías
Ese día yo estaba muy ansiosa, y caminando me dirigí a la playa. Aquella hermosa playa que siempre me arrullaba, la misma donde tantas veces deje mi imaginación volar. Jamás pensé que todas mis fantasías, allí se harían realidad. Era ya avanzada la tarde, me había puesto un juvenil vestido primaveral, que a la menor ráfaga del viento dejaba mis piernas al descubierto. De pronto, lo vi, alto, atlético, muy moreno, se veía que pasaba muchas horas ahí tomando el sol, subió la mirada y nuestros ojos se encontraron, fue como un golpe eléctrico, una sensación tan erótica que no pude más que dirigirme hacia él como hipnotizada. Al llegar junto a él, la brisa levanto mi vestido, yo luchaba intentando agarrarlo, cuando de pronto sentí sus manos en mis muslos, levante mi vista, un "Ah," escapo de entre mis labios. Una vez más él me miro, esta vez me sonrió, sus manos seguían entre mis muslos, buscando, subiendo al centro de mi feminidad. Francamente aquello me tenía en trance, estaba calentándome como en el más loco de mis sueños, aquel moreno desconocido me estaba tocando, estaba invadiendo mi intimidad, y no me molestaba en lo más mínimo, al contrario, me sonroje cuando note que al llegar a mi chochita estaba muy húmeda cosa que le gusto pues de inmediato sonrió, retiro su mano, mis jugos escurrían entre sus dedos, mirándome a los ojos lamió, luego sin ningún apuro siguió hurgando dentro de mi cuevita. Sus dedos me poseían, una y otra vez, yo casi no podía creer, mi cuerpo estaba erotizado por completo, sin más se dejo llevar por sus dedos en un loco danzar, su boca lentamente bajo a mi boca y se posesionaron de mis labios, sus dedos se movieron aumentando su velocidad hasta que estalle en un mar de temblores. Gemí enloquecida, dejándome llevar por aquello que tanto necesitaba.