Escuela de señoritos
Una extraña historia contada por alguien que la escucho por ahi...
ESCUELA DE SEÑORITOS
La historia me la refirió hace muchos años , uno de los protagonistas de la misma. En un principio a mi me pareció, algo irreal, fantástico, pero, en este mundo todo puede pasar y más con la raza humana. Debe ser que con el paso del tiempo y con las cosas vividas ya no me pareció tan imposible.
Iván, nuestro protagonista, era un irresponsable, un indomable. No lo soportaban en ninguna escuela. Lo habían echado ya de todos lados. Cuando cumplió los dieciocho años, su abuelo, que era el tutor de aquel chico malhumorado, irascible, mal educado, lo llevo a un pequeño pueblo, perdido en las montañas. Se había enterado que allí abrían una escuela.
El abuelo no le dio importancia a lo que allí habrían de estudiar. Se lo quería sacar de encima, esto dicho por el propio Iván, que se reía a carcajadas ,mientras nos contaba aquella historia.
La cuestión que con una pequeña maleta de la noche a la mañana se encontró en aquella escuela. Lo recibieron los maestros Al y Benito. Le dieron una breve bienvenida sin explicar mucho de que iba la cosa. Pero dejando en claro que no se toleraría la mala conducta, sobretodo eso.
Luego los dividieron de tres en tres y los condujeron a los cuartos. Roque y Juan eran sus compañeros. Chicos que se veían fuertes y atléticos. Los cuartos eran confortables. cómodos. Se repartieron las camas. Acomodaron sus cosas y se echaron en las camas hasta la hora de la cena. Charlaron abiertamente y entablaron una buena relación rápidamente.
En la cena conocieron al director de aquella escuela. Un hombre ya mayor. De buen porte y voz muy grave, como de ultratumba. Les explico que estaban allí porque en realidad nadie los quería en otro lado y que de allí saldrían como todos unos señoritos. Y que lo mejor de todo, les gustaría. Les encantaría el sabor de ser un buen señorito. Después se despidió. Comieron tranquilamente y se marcharon a dormir. Al otro día empezarían con las clases.
Llego el día soleado, lo veían por la ventana amplia del cuarto. Desayunaron. Luego fueron al cuarto que hacía de aula, con pizarrón y todo. Puntero. allí estaba el maestro Al. Un tipo joven, rubio, de ojos claros, con un cuerpo torneado. Parecía un boxeador o algo así se lo imaginaba Iván.
__¡Buenos días señores, aunque debo decir mejor, señoritos!!
__¡Buenos días, señor!!__ repitieron a coro, con sonrisas en la cara de oreja a oreja. Mas que nada o sobretodo por el dibujo de un pene gigante que había en el pizarrón.
__¡No sé que les causa tanta gracia. Lo que ven es para ustedes, como un símbolo de adoración! este instrumento. Este miembro varonil, es el faro, de ustedes, si quieren ser unos excelentes señoritos, deben conocerlo a fondo, así también como todo el resto del cuerpo del macho a servir!!
__¿Macho a servir?__ preguntó Roque, no sé si haciéndose el sorprendido
__¿Porque señor Roque, acaso usted esta en desacuerdo con eso?¿Acaso usted desconocía el temario de esta escuela?
Si no está de acuerdo ahí esta la puerta…__ invito el maestro Al
__¡¡No, es que..!Estaba un poco confundido
__Bien aquí esa confusión será aclarada
__¡Esta bien señor Al!
__Bien, bien y para empezar se quitarán la ropa__ se miraron entre los tres, haciéndose muecas. Pero comenzaron a quitarse la ropa. Quedaron desnudos.
__¡Muy bien! ¡Pero deben mirarse!¡vean el cuerpo del otro!__ los tres muchachos comenzaron a mirarse con un poco mas de confianza. Soltándose. Iván vio la larga pija colgando de Roque y sus protuberantes nalgas. Juan tenía la mirada ardida y sus bolas eran grandes y gordas. Las nalgas de Juan era muy tersas o al menos así las notaba Iván.
__¿Les gusta lo que ven? __ pregunta el maestro Al
__¡Si, si maestro!!__ contestó Iván con cosquillas en el cuerpo.
__¡Maestro son cuerpos hermosos!__ comentó Roque. Juan no decía nada pero se veía que su miembro cabecea buscando levantarse.
__¡Tienen cuerpos soberbios!¡Los machos estarán encantados con ustedes!¡Miren esas colitas jugosas y firmes, esos penes potentes, esos pechos, esos huevos llenos de deseo y energía, me encantan!__ así transcurrió aquella primera clase de la mañana.
A la hora de la siesta empezaba otra clase. El maestro Al los llevó a otra aula. Entraron.
__Bueno muchachos, para que sepan, les diré que las clases son para tres porque queremos que salgan unos señoritos de diez. Por eso es que son grupitos de tres.__ entonces siguió contando lo que harían esa tarde. Después de un pequeño discurso, les presentó al macho, como los llamaba el, que deberían atender aquella tarde.
El macho en cuestión, apareció ante ellos, solo con una prenda, un calzoncillo estilo bóxer de tela. Estaba con un antifaz en el rostro. Tal vez, pensó Iván, sería el almacenero del pueblo , entonces no quería que se revelara la identidad. Para que si alguna vez lo vieran por la calle no lo reconocieran. Tal vez era un juego, una política de la escuela.
__¡Como ven el macho ahora se acostará!__ guiaba el maestro. El macho se tiro apoyado en unos cómodos almohadones sobre una cama acondicionada para tal fin.
__¡El macho, siempre tiene ganas de que lo acaricien y lo toquen, esta en los genes, siempre esta dispuesto y espera que el o los señoritos lo satisfagan!!__ el macho se acomodó. Tomo un periódico que había puesto allí y comenzó a leer como si nada ocurriese a su alrededor. Esto a Iván le causaba un poco de gracia y además pensaba que todo era una locura. Un sueño. ¿Quiénes eran los locos estos que pensaban así?
__¡Bueno señoritos, ahí lo tienen al macho!¿Que van a hacer?__ preguntó el maestro.
__¿Atenderlo?__ respondió Iván
__¡Muy bien , claro!¡A ver!__ entonces Iván subió a la cama y se recostó al lado del macho que no hizo ningún gesto. Los otros lo siguieron. Uno a los pies, Juan, y Roque en el otro costado. Iván apoyó la mano sobre el muslo desnudo del macho que hizo un pequeño movimiento tensando el musculo.
__¡Bien así, así!!__ arengó el maestro. Roque acarició los pechos duros del macho que suspiró por primera vez. Juan empezó a frotar los pies del macho que se movió y se notó que la poronga reaccionaba moviendo la tela del calzoncillo. Frotaban cada uno esas partes del cuerpo y miraban los rictus que el macho hacía con la boca. Eran de placer.
__¡Iván por sobre la tela masajea su miembro, ahora, suave!!__ el maestro Al impartió la orden y presto Iván se dirigió a aquella viril herramienta. Poso las manos en ella por sobre la tela y el muñeco se tensó mucho más y de la boca del macho salió un quejido de gusto. Iván masajeó suave en principio y luego se aferró al garrote aquel y por primera vez sintió que le gustaba lo que hacía.
__¡Así se hace, así se hace, ojo, no queremos que el macho se vaya, así que háganlo lento!!__ Iván apretaba aquella masa de carne que se ponía cada vez más rígida y rocosa. Los otros también ahora pasaban las manos y los dedos buscando tocar el pedazo y las bolas de aquel macho que ya gemía de placer decididamente.
__¡Ahora quítenle el calzoncillo!¡Juan no olvides los pectorales y el cuello!¡Roque dedícate a las bolas, mira que lindas son!¡Este macho esta muy a gusto con ustedes!__ Iván se aferró al mástil duro y grueso. Su verga golpeaba por saltar. Dura. Inflada. Enardecida. Pero se dedicaba con ahínco a aquella poronga hermosa que tenía en sus manos.
El macho comenzaba a sudar y a agitarse cada vez más. Las caricias de aquellos chicos lo calentaban al máximo. Roque estrujaba las pelotas y el macho enmascarado se retorcía en la cama vigorosamente. Así mismo Juan con sus dedos pellizcaba las tetillas y aquel estallaba en aullidos de placer que al parecer hacían poner a mil al maestro Al, que vociferaba de una manera extraña y singular. Parecía el mismo diablo dando órdenes y guiándolos al paraíso del infierno. Las pijas de los señoritos estaban al máximo esplendor tratando de romper los pantalones. El macho con su vergota a punto de estallar. Gruñía el macho desorbitado.
__¡Bueno señoritos un momento!!__ se escuchó la voz del maestro Al. Los muchachos se detuvieron y el muñeco del macho quedó bamboleándose de un lado a otro. Elástico. Fibroso. Brillante.
__¡Dejemos al macho reposar hasta mañana, nos ha dado grandes enseñanzas!!__ así dio por finalizada la clase. Los señoritos partieron a su cuarto y allí se masturbaron rabiosamente porque habían quedado en tal estado que no pudieron contenerse. Apenas se miraron y se quitaron las ropas. Roque con su vergaza gruesa y firme fue el que empezó y los siguieron Juan e Iván desaforados y salvajes. Iván se tentó y acarició la poronga de Juan y este lo dejo. Entonces Roque tomo la pijota de Iván y Juan la de Roque y así se masturbaron comunitariamente para desahogarse.
Esa noche muy tarde Iván se levantó al baño ya que no podía aguantar. Se orinaba. No sabía la hora que era pero andaba por los pasillos casi a oscuras. De pronto escuchó jadeos o algo parecido a ello.
Se detuvo frente a una puerta entreabierta en la semi penumbra. La luz de una lámpara lo guió. Los gemidos y suspiros iban in crescendo. Y allí los vio sacudiéndose, retorcidos. El maestro Al cabalgaba al macho de la clase de la mañana. Totalmente desnudos. La espada del macho estaba clavada hasta lo mas hondo en el ojete del maestro que gemía y subía y bajaba sin respiro. Apuraron, gritaron, y los líquidos del maestro bañaron la panza y el pecho del macho. Y el culito del maestro empezó a llenarse de espeso jugo viscoso y blanquecino. Se fundieron en un beso chorreando saliva. Iván silenciosamente se retiró mas caliente que en la mañana. Llegó al baño y como tenía el fierro mas duro que en la mañana tuvo que masturbarse y meterse varios dedos en su ojete para terminar regando de leche el piso del baño.
La clase de la mañana consistía en que el macho leía un libro en bata en un sillón muy cómodo. Los tres señoritos se tuvieron que quitar las ropas y ponerse un delantal pequeño de lo mas cómico que cubría sus partes de adelante pero la cola quedaba al aire.
__¡Bien señoritos, ustedes deben mostrarle al macho, deben incitarlo, el macho siempre esta dispuesto a satisfacer sus gustos y necesidades!!¡¡Muéstrense, muestren sus colitas jóvenes y frescas como sin querer, pasan por delante de el, y ya su olor incitara al macho!!__ los chicos empiezan a pasar despacio por delante del que está sentado, al parecer, imperturbable. Toman unas gamuzas, plumeros y algunos utensilios que estaban para usar. Hacen que limpian.
__¡Me gusta, me gusta, observen al macho ya esta un poco mas interesado!!__ los muchachos observan que la tela de la bata se mueve. Como si la herramienta del macho se estuviera poniendo en movimiento. Iván solo mira al maestro y recuerda la escena de la noche y solo así se levanta su juguetona pija, levantando el delantal. Cabe decir que este es otro macho con otro antifaz. Pareciera que es mas joven, por la piel, así lo detalla Iván.
Roque se acerca al macho y pone su cola en la nariz del macho que huele. Juan abre la bata tomando la iniciativa. Salta una tremenda estaca alzada, mirando el techo. Dos bolas grandes y llenas los obnubila a los señoritos, los dedos de Roque las acarician. El macho se mueve. La bata vuela pronta. Iván observa la cara de el maestro Al. Los ojos le brillan. Perversos. Lujuriosos.
Juan acerca su cara a las tetillas fuertes y alzadas del macho que gime. Pasa su lengua atrevido.
__¡Así es Juan, muy bien, muy bien!!__ casi grita entusiasmado el maestro. La mano de Roque se aferra a la pijota. Brava. Dura. Es un semental. Iván se arrodilla y pasa la lengua por aquel hermoso tronco. Los gritos del macho revuelan por los aires. Juan comienza a morder el pecho. Lame y muerde. Chupa. Roque se agacha y se prende a las bolas del macho. Mete una bola en su boca. Luego juega con la otra. Vibra el macho. Se agita. Las voraces bocas de los señoritos están demandando más del macho que se contorsiona.
__¡Controlen las caricias, que el macho quiere gozar un poco, no se apuren, no lo devoren!!!__ ordena el maestro Al.
Roque un poco mas jugado, roza el orificio del macho con la punta de la lengua. El macho quiere volar. El mástil salta de un lado a otro. Se mueve loco. Con vida propia. Gruñe el macho y aprieta las muelas.
Una gotita aparece en el ojo de la cabeza del macho. Iván lucha por no tocarse allí mismo. Roque tiene su vergota tan alzada como los otros. Juan busca la boca del macho y chupa la lengua de este. La fiebre estimula a todos. Están a punto de estallar. Las manos de Roque ahora acarician y juegan con ellas. El macho suda, chorrea agua y su cuerpo se vuelve brilloso y mas apetecible aún. Se inflama mucho más y el bocado es más gordo. Las bocas la comen, una y otra vez. Roque e Iván se turnan para chupar y mamar aquella espada sabrosa. Juan sigue con la boca del macho que está en un punto álgido, definitivo.
__¡Un momento señoritos, deténganse ahora mismo!!__ los tres sueltan a la presa. Ahogados en placer. Las sensaciones se chocan. Se sienten frustrados.
__¡No se pongan ansiosos y nerviosos!¡Hoy vamos a continuar!¡No se preocupen!¡A ver Iván, acércate al macho!__ Iván se pone muy cerca. Casi tocando con su machete a medio desinflar en la boca del macho.
__¡Quiero que te chupes un dedo, lo ensalives bien!!__ eso hace Iván
__¡Ahora clávalo en tu ojete!__ así lo hace Iván dando un gemido de placer. Lo hunde.
__¡Bien, bien, ahora abre tus nalgas y siéntate sobre la pija del macho lentamente!!__ Iván pasa sus piernas por sobre el macho. Con sus manos abre las nalgas duras. Siente que su agujerito late de placer y ansías. Toma la pijota del macho ansioso y la guía a su entrada. Allí la apoya y comienza a bajar sobre el mástil. Al fin lo entierra. Siente que su cuerpo se completa. Se relaja abriéndose para el macho que lo penetra. Gimen. Suspiran. Las pijas de los otros dos están al máximo. Solo miran. La estaca de Iván se endurece al máximo. Baila loca mientras es penetrado hasta las bolas. Muerde sus labios. Caliente. Siente que su culo se parte en dos. Sabroso. Gimen los dos actores. Lloriquea al ser penetrado. Las manos del macho ser agarran firmes de las nalgas. El sube y baja, sube y baja afiebrado.
Los ojos del maestro Al están a punto de estallar. Los ve moverse y gemir y su piel se quema al rojo vivo. El también tiene su pija a punto de estallar por los aires. No dice nada. No puede articular palabra. Es un testigo más. El macho empieza a gruñir y entra como en un estado de trance. Vibra como si tuviera un ataque de epilepsia. Iván siente que su culo se abre un poco más. Empieza a regar al macho cuando su canal se inunda de leche viscosa y salobre. Se sacude. Tiembla. Pierde un instante la razón. Su ojete abierto se llena de fluidos. Cataratas descienden de el. Al, el maestro aplaude y le dice a los otros que observen. Como el señorito ha cumplido con su labor de satisfacer al macho. El macho se ha vaciado. Ha dejado su huella. Su simiente en el culito del alumno ardiente y aplicado. Jadean. Iván siente que el falo se desinfla de a poco y unos borbotones salen de su dilatada cola. Chorrea de gusto la miel.
__¡¡Muy bien, el macho ha dejado su néctar en el señorito, el macho hambriento está conmovido, ha sucumbido por unos momentos a la tarea de los señoritos, se siente colmado, solo unos momentos luego querrá más!!!__ el macho se sienta, el sudor le corre por la piel.
__¡Bien ahora es cuando Juan y Roque terminarán la tarea!! ¡Toman la mano del hombre, del macho y lo llevan a la cama!!__ así lo hacen, las pijas de Juan y Roque están alzadas, ya no aguatan mas.
__¡El macho se pondrá de rodillas al borde de la cama!!¡¡Sacando su cola!!__ el macho hace lo que escucha, en este momento es tan poderoso el maestro Al. Juan abre las nalgas y su lengua se pierde en el hoyo. Roque masajea su pijota, la tiene entre sus manos. La saliva se mete en el orto del macho. Las bolas reciben un lengüetazo de Juan de vez en cuando.
Roque aparta a Juan. Acaricia con su chota la entrada. Arde en deseos. Empuja. La pijota va entrando. Iván agotado mira con deleite. El macho gime mientras come la pijota de Roque, este empieza a taladrar. Lo bombea mas rápido. Juan se toca esperando turno. Las bolas de Roque golpean las nalgas del macho que se abre cada vez un poco más. Ahora el que chorrea gruesas gotas es Roque. Juan acaricia como al descuido las nalgas de Roque que apura un poco más. Sus bolas llenas golpean al macho que grita cada vez más alzado. Roque se afirma de los hombros del macho y larga su miel estancada. Entre aullidos. Entre improperios le llena el ojete al macho que bufa de
placer y locura.
Juan se mete urgentemente sin darle respiro. Esta tan abierto que de un golpe ensarta al macho que delira de placer y gozo. Lo sodomiza. Va y viene dentro de el. Sus huevos golpean el cuerpo ardiente y volcánico que se baña en sudor y lo contagia. Los gemidos y suspiros se hacen oír. Es todo una locura, piensa Iván, esto no está ocurriendo.
Juan aferrado a las caderas del macho lo serrucha un poco más y lanza los escupitajos dentro del túnel relleno del macho. Saca su pija babosa y completamente llena de fluidos y jugos. El macho se tiende con el culo chorreando néctar, casi al borde del desmayo.
__¡Esta es la mejor clase que he tenido en años!!¡Excelente, excelente señoritos!!__ casi al borde de los gritos aúlla el maestro Al. Iván recuerda que pensó en ese momento que aquel personaje estaba demente. Que necesitaba estar en una institución. Hasta tuvo unos segundos de terror.
Días después las clases con un nuevo macho se sucedió en las duchas. Los tres alumnos desnudos. Tapados con toallas. El macho bajo el agua de la ducha. Iván recuerda que la poronga de aquel, era realmente hermosa. Gruesa y venosa. Un tronco digno de ser besado, chupado, tragado.
Entonces se meten a la ducha, los señoritos, Juan se prende a la vergaza que se pone dura al instante. Roque acaricia las nalgas del macho, las abre y mete su lengua allí, sin reparos, el macho gime. Iván avanza sobre el pecho ancho de aquel que no tiene rostro. Muerde los pezones. Aúlla el macho. Se tensa. Las lengua de Iván se mete en las orejas, chupa el cuello, lo muerde. Mientras Juan atrapa las pelotas del macho y las devora de todas las formas posibles, Iván se prende con la mano al caño y lo masajea de forma salvaje.
La voz del maestro Al no tarda en llegar. Juan queda en la ducha con el macho. Se pone de pie. Gira y le da la espalda. El macho acaricia las nalgas jóvenes del chico. Las pellizca, las recorre entre jadeos y gemidos de los dos. Roque e Iván con las vergas álgidas observan la escena y sudan excitados y recalientes.
El macho frota la poronga entre las nalgas abiertas por el propio Juan que inclina su cuerpo levemente. El macho busca el anillo. Lo encuentra y lentamente empieza a poseer. Penetra y Juan se sacude como un pájaro herido y sometido. La propia pija de Juan se alza al máximo. El macho acaricia las tetillas del señorito. Gime y quiere más. El macho lo taladra ferozmente. Juan casi a los gritos derrama su néctar en el piso sin siquiera tocarse. El macho va y viene descontrolado hasta que llena el túnel del señorito gozando a pleno de la enculada que ha recibido.
En esa clase luego será el turno de Roque de ser atendido por aquel majestuoso macho y luego será Iván el que será cogido de forma salvaje por el macho. Los tres serán penetrados por aquel espécimen. Solo se detendrá a la voz del maestro Al.
Así Iván nos contó que estuvo un año en aquella falsa escuela. El curso termino de forma satisfactoria. Aunque nunca supo muy bien cual era el fin de todo aquello hasta que años después en un bar de mala muerte escucho a alguien decir, casi a los gritos, lo siguiente "en aquella escuela era un señor, sí, sí, ¿No me creen?, me cogí a todos los pendejos que se me dio la gana, había inventado una especie de escuela, ja ja ja, con unos cuantos pueblerinos que se ponían un antifaz en la cara, para que no los reconocieran, nos divertimos de lo lindo, cada belleza, ahhh, en fin, con decirles que hasta el director de la escuela, un juez venido a menos, participaba de aquellas fiestas, hasta que alguien nos denunció y terminamos en prisión, bah, algunos, pero bueno quien me quita lo bailado…." termino diciendo no otro que el arruinado y envejecido maestro Al.-