Escuchando con mi amiga
Mi amiga y yo nos ponemos cachondas con el vecino
Hace unas semanas que me he mudado a un nuevo barrio, quería cambiar de entorno y esa zona me gustó porque parecía bastante tranquilo. Es un barrio tranquilo, de algunos chalecitos apartados y bloques antiguos donde la mayoría de vecinos son tomoonas mayores y jubilados.
Mi bloque es de los que tiene más vecinos antiguos, exceptuando en mi planta que también se ha mudado hace poco un hombre joven y mi casa y la suya dan pared con pared. Somos dos adultos que viven solos con total libertad de hacer y deshacer en casa como convenga. Eso está muy bien, solo que al ser las paredes tan finas tenemos que tener cuidado con el ruido y respetar los horarios de siesta y demás. Todo muy bien hasta ahí ¿Verdad?
Eso pensaba yo hasta que llegó el primer sábado y me hice una auto bienvenida, con casi todo ya planteado pero con algunas cajas que habían aún por sacar.
Para acabar el finde guay, llamé a una amiga a pasar la tarde noche y si quería quedarse a dormir, y así echarnos unas copas juntas tomando algo y tal....
A eso de las diez de la noche ya con todo bien colocado y limpio , nos dimos una ducha para refrescarnos.
Cómodas ya tiradas a todo lo largo que podíamos en el único sofá que tenía todavía.
Ya habíamos cenado y teníamos la artillería pesada preparada encima de la mesa. Con dos botellas de vino blanco metida en una cubitera, un par de copas, porros y algo de fiesta blanca que a las dos nos gusta de vez en cuando. Pasado un rato muertas de la risa por todo, hablando de todo como siempre y con un puntazo buenísimo por toda la mezcla, escuchemos un porrazo fuerte contra la pared que nos calló de golpe. En el silencio de la noche se oye todo, y pared con pared más. Después del siguiente porrazo empezaron a oírse otros más continuos y a un ritmo bastante coordinado y delatador que hizo que mi amiga y yo nos miremos de golpe y empezasemos a reírnos como locas y a carcajadas. Confieso que cuando tomo y estoy con alguien sola uno de los efectos que más me gusta es que me pone muy muy cachonda, si la persona que me acompaña me gusta y es morbosa como yo me deshinibe totalmente, noto como mi vagina empieza a lubricar, noto el clítoris hinchado de excitación, palpitaciones.... Y con el efecto de la coca de no cansarme, entro en bucle. Me encanta cuando estoy en casa sola y jugar con mi coñito largo rato y ver porno mientras me coloco y me masturbo.
Bueno y después de este pequeño dato, volvemos a lo de antes.
Mi amiga es igual que yo en ese aspecto, incluso ella ha llegado a hacer tríos y orgias. Cosa que yo todavía no me he atrevido a experimentar y me encantaría.
Escuchando los empujes a mi amiga Yoli y a mi se nos pusieron los pezones tan duros que atravesaban la camiseta, riéndose Yoli me soltó: Te has puesto cachonda eeh! Guarronaaa jajajaj, yo también mira. Y de golpe se bajo el tirante sacándose el pezón por arriba, marroncito claro, pero duros y encogidos como piedras, se cogió los pechos por fuera y se los pellizcó fuerte como para calmar las punzadas de placer. Por inercia y por los efectos de tanta mezcla mordí mi labio saboreando mentalmente las tetas de mi amiga y con la pipa palpitando. Estábamos muy cachondas y sentadas una frente a la otra abiertas de piernas y encajadas.
Así sentadas, me bajé la camiseta y dejando las tetas fueras rozandolos y mirando nuestros ojos fijamente, jadeando silenciosamente para poner la oreja en el vecino y a quien le estuviera dando lento y fuerte. La chica de vez en cuando soltaba un gemido fuerte, y en el hueco del pantalón empezaron a aparecer manchar de humedad de Yoli y en el mío también. Yo estaba apoyada un poco en los brazos y con la cadera balanceando adelante y atrás buscando calmar los latigazos de placer que daba mi coño. Teníamos los mofletes rojos del ambiente morboso, y del vino. Los ojos bien espabilados mirando lo que hacía la otra, las pupilas dilatadas del polvito blanco. Y las bocas abiertas casi babeando, de cachondisimas que estábamos. La muchacha estaba en pleno apogeo y le daba igual, gritaba de cara a la pared que la follara, que quería más, y lo que parecía azotes en el culo.
Yo fuí la primera en dar el paso y cogiendo un poquito de coca con el dedo se lo puse por la aureola, ella quieta miraba lo que estaba haciendo y empecé a lamer los restos del pezón, la lengua dormida se movía libre por alrededor y mi amiga gemia de gustazo también en voz alta para que nos escucharan. Eso me puso más cachonda aún y se los mordí más fuerte para que gritara. Le daba palmaditas y ella parecía serpiente de tanto que movía las caderas, sonriendo con caras de guarras y lamiendonos la cara empezamos a besarnos y a gemir y decirnos guarradas.
Mi acción siguiente fue empezar a bajar lamiendo el cuerpo de Yoli, apretando pellizcando y mordiendo y ella encajada debajo mía se movía pidiendo guerra. Le quité los pantaloncitos y como ninguna usamos bragas en casa ahí tenía el coñito brillante de Yoli, depilado pero con una tirilla hacia arriba que daban ganas de quitárselo a lametones.
Le dije que una de mis fantasías sexuales desde que probé la coca era meterme una encima del coño de una tía.
Así que con cuidado dejé caer un poco de la que tenía preparada en la mesa a lo largo del carrilito de vello, lo que sobró se lo limpie con la lengua en dirección al clítoris dejándolo un poco sin sensibilidad, y a mi amiga riéndose porque le daba cosquillas.
Estábamos tan pendientes la una de la otra que no nos dimos cuenta que ya no había ruido, así que ahora éramos nosotras las escuchadas.
Lejos de cortarnos pensábamos que ya que estábamos íbamos a continuar nosotras con la fiesta en la cama cuando terminasemos. De mientras seguíamos jugando en el sofá. Nos quitamos toda la ropa y por curiosidad pegué la oreja a la pared por si se escuchaba algo. Todo lo contrario parecía que los expectantes ahora eran los vecinos.
Así con el culo en pompa Yoli se puso atrás mío, pegando su cuerpo caliente a mi espalda, metiendo las manos por debajo de los brazos agarrando las tetas con una y con la otra tirando del pelo a un lado para morder mi cuello, empujando con la pelvis como si quisiera follarme. Dejé escapar un gemido intenso así con la cara pegada en la pared, y ella divertida lo repitió empujando de manera que sonaba igual que cuando lo hacían ellos. Me dijo que me quedará quieta en esa posición. Y yo obediente que me gusta ser le hice caso. Metió una mano por entre medio de los muslos empujando dejando más visibilidad y espacio para jugar conmigo. De mi coñito depilado caía un hilito fino colgando apuntó de caer en la funda del sofá que mi amiga guarrona recogió con su lengua sin llegar a tocar mis labios del coño. Suspiré de impaciencia, Yoli morbosa y perversa metió dos dedos de golpe dentro agitando en círculos haciendo que yo chillara fuerte los sacó y hablando fuerte para que se pudiera escuchar me dijo. - Prueba lo rico que tienes el coño. Y los metió todo mojados con la lengua hasta el fondo haciendo que me diera un arcada y salivara. La muy guarra recogiendo fluidos, se los metía en su coño masturbándose. Y de ahí volvió al mío, metiendo y sacando poniéndome caliente como una perra pidiendo más. Volví a notar movimiento al lado y pegué otra vez la oreja.
Ésta vez escuche su voz, la de él. Le decía.... Esas perras me han puesto la poya dura otra vez. Ven cariño cometela, me la tienes que bajar tú putita. Yo jadeando empecé a hablar más obsceninades, y ya, para rematar solo faltaba que mi Yoli metiera la cabeza por debajo de mi culo y empezara a comerse todo mi coño con unas ganas que en mi vida me lo habían hecho así, y por supuesto nunca con una mujer.
Estaba desatada y yo con ella.
- Ooohh sii, cómete mi coño Yoli.
Y un gemido alto masculino se oyó en todo el bloque casi.
-Mmmm que hijas de puta, oohhh sii ven, que te quiero follar la boca mientras follan ellas perra. Siii me voy a correr en tu garganta quieras o no.
Mi Yoli más activa y dominante me colocó bien a cuatro patas encima del sofá, se puso detrás de mí, empujando mi cabeza al sofá cogió la otra botella de vino que ya estaba vacía empezó a restregarla por toda la raja del coño y del culo. Vaciaba un poco y limpiaba con la lengua por todos mis huecos. Pude distinguir como volvían a follar por el ruido que tenían, y porque ella no paraba de decir que parase que la estaba reventado.
Yoli fue a mi cuarto al cajón de mis juguetes y trajo una polla larga doble. Se ensartó ella sola el coño con la suya y con la cabeza de la otra apoyada en el boquete del culo hizo un intento de meterla, haciendo que yo me quitase.
- Por ahí no cabrona!!!
Su contesta fue un azote y volver a empujar mi cabeza hacia abajo callando mi boca y sin aviso ninguno me la metió de golpe en la vagina abriendo completamente y chillando de dolor.
- Que hija de puta eres, bestia!!
-Ashhh calla guarra que mira como se te está derritiendo, en el fondo te ha encantado perra.
Y siguió follando fuerte al ritmo de mis gemidos, sin consideración, dándose a un ritmo salvaje ella que me follaba como en mi vida lo habían hecho. Yo me corría sin parar, una y otra vez y otra vez, me tenía cansadisima, pero no quería que parara. Quería más.
Sacando el dildo lo apuntó de nuevo al ojete esta vez más despacio, pero el juguete estaba tan mojado que entró la cabeza prácticamente sola.
- Aaaa ahhh, para para!! No te muevas que me destrozas.
Mi Yoli quieta, mientras yo instintivamente como no me estaba doliendo, me estaba follando yo sola, moviendo el culo en círculos y adelante y atrás, estaba tan cachonda y me sentía tan Cerda que casi sin darme cuenta iba empujando más y más hasta que tenía la poya de plástico completamente dentro. Mi amiga bruta viendo el espectáculo me cogió de la cola con las dos manos levantándome, empezó a romper mi culo sin miramiento mientras nos corriamos como putas en celo. Sin descanso, un orgasmo, otro y otro, que nos dejó exhaustas, respirando y acariciando suavemente la piel irritada del polvazo, hasta que nos quedamos dormida en cualquier momento.