Escuchame Y Dime Lo Que Anhelas.

Sopesando lo que iba a decir mientras la curiosidad renació en el cuerpo del joven, Jairo tuvo un impulso de sinceridad tentado a decirle que el único motivo se basaba en el hecho de no poder dormir al querer escuchar de nuevo su voz, pero sabía que sería algo que sus labios no podrían pronunciar.

Mirame Y Dime Que Me Odias.

Capitulo III

~Escuchame Y Dime Lo Que Anhelas~

El viento intenso de agosto comenzaba su danzar cubriendo las calles de aquella gran metrópolis que se alzaba a la vista de todos, las corrientes provocaban un baile incesante de las ramas de los árboles que la adornaban mientras desprendían las hojas que con debilidad apenas se podían sostener. Un grupo de chicos se encontraba reunido en el pequeño parque de su universidad, su conversación se centraba en la próxima salida hacía un pequeño pueblo aledaño. El propósito de este se basaba en una obra social a los niños de una pequeña escuela rural, planeaban la hora de salida, que pensaban llevar para la recreación y los refrigerios que pensaban brindar.

-La profesora Antolinez me aviso que ella salía unas horas atrás con el otro grupo de los chicos de civil – hablo Karina mientras se tomaba sus  rizos de color azabache para hacerse una cola de caballo- Y también dijo que cuando llegara esperaba que al menos ya estuviéramos jugando con los niños.

-Bueno siendo así nos tocara salir a eso de las siete de la mañana – intervino Cristian mientras anotaba en su agenda digital – Además ya tengo planeado un par de juegos que realmente nos servirán mucho.

-¡Maravilloso! – Exploto Laura simulando alegría – No tendré que hacer nada.

-Quieta ahí cariño – Le respondió Lucas – Hay mucho trabajo en la cocina con las madres de familia.

-¿Vos me hablas enserio? – Lo miro fijamente a los ojos anonadada – Mira mis manos – Puso sus manos muy cerca del rostro de Lucas – Yo en mi vida he cocinado y no pienso dañármelas.

-Deja el drama Laura – La miraba fastidiada Camila – No te la vengas a dar de delicada aquí que créeme que no se te da para nada.

-Claro como vos si estas acostumbrada a hacer esos trabajos – Le respondió Laura.

-¿Si y que tiene? – La reto cara a cara Camila – No me avergüenzo de ser alguien trabajadora no como vos mantenida de m…

-¡Ya! – Corto la discusión Víctor – Dejen de pelear por estupideces y mejor sigamos organizando la salida de mañana.

-¿Entonces mañana a las siete de la mañana en la casa de Cristian? – Pregunto Karina para cortar el tenso ambiente que la discusión había causado.

-Si me parece excelente idea -  Concluyo Víctor mientras sentía como su celular vibraba en el interior de su pantalón – Sigan organizando… Ya regreso – Miro a la pantalla y se dio cuenta que era su madre – Hola ma.

-Hola hijo… ¿dónde anda? – de la otra línea hablaba una mujer ya de unos cuarenta años mientras conducía un Mazda Azul, los manos libres le ayudaban a prevenir cualquier infracción mientras por la ventana del piloto entraba una suave ráfaga de viento que despeinaba un poco su recién arreglado cabello.

-Saliendo de la uní ¿por?- pregunto Víctor mientras recogía su morral y acomodaba lo poco que cargaba ese día.

-Es que en este preciso momento estoy por pasar por aquí al frente si quieres te puedo llevar a casa – Dijo su madre mientras se fijaba en el reloj que se sujetaba en su delgada y morena muñeca.

-Entonces ya mismo salgo madre – Dijo mientras colgaba el celular y lo guardaba – Bueno nos vemos mañana chao chicos – Salió algo apresurado para poder alcanzar a su madre.

El chico atravesó rápidamente los caminos que lo conducían a la puerta de salida de aquella gran facultad, paso por la biblioteca pintada con sus paredes de un amarillo opaco adornada con las caras de los más grandes revolucionarios de Latinoamérica. Al final salió encontrándose a su preciada madre, le sonrío al mirarla, rodeo el auto y finalmente subió al asiento del copiloto.

-Hola madre – saludo nuevamente mientras le proporcionaba un beso en su mejilla derecha.

-Hola mi niño ¿cómo le termino de ir hoy? – pregunto mientras presiono el acelerador y se unía al mullido de carros de la autopista.

  • Pues bien madre… Mañana iremos a realizar la actividad que te comente hace unos días – Le informo distraídamente Víctor.

  • ¿Esa de la visita a la escuela del pueblo que queda a unas horas de la ciudad?- pregunto la madre mientras mantenía fija la mirada al frente.

-Sí, pensamos realizar una actividad completa que contenga la mayoría de  juegos posibles – Confirmo y agrego un poco más de información para su curiosa madre.

  • ¿A qué horas salen mañana? – inquirió Fernanda mientras cruzaba la esquina  del  hermoso parque central mientras le dedicaba una sonrisa a un curioso conocido.

  • A eso de las siete de la mañana – respondió Víctor mientras tomaba su celular, enseguida hizo un movimiento rápido de dedos y lo desbloqueo.

  • Algo temprano – dijo la madre sin importancia alguna – Antes que se me olvide hoy en la noche llega tu padre de su viaje al eje cafetero.

  • Si, no me digas madre – en el rostro de Víctor se dibujó una mueca de desagrado.

  • Que no te la lleves bien con tu padre no quiere decir que te descuentes conmigo – el estado de animo de Fernanda tuvo un pequeño sobre salto.

  • Sabes que la única razón por la que ansió que llegue es para que me de noticias de las personas que si me han dado más cariño de ese que algún día deseé de su parte – puntualizo el chico mientras en su interior esa melancolía que lo carcomió durante sus años de infancia volvía a arder.

  • Roberto siempre fue frio – trato de menguar un poco el desprecio latente que se desprendía por los poros de su hijo.

  • No es una excusa realmente valida – dijo el chico mientras sostenía el celular entre sus manos. Empezó a teclear un corto mensaje a su querida hermana preguntándole donde se encontraba.

  • Pero es la única – trato Fernanda de finalizar la breve discusión.

  • Sofía llego a la casa hace algunos minutos – Víctor capto el clamor de su madre por terminar tan desagradable tema y decidió no seguir dándole importancia – Dice que nos espera para almorzar.

  • ¡Maravilloso! – Exclamo la madre mientras de nuevo dibujo una sonrisa en su perfilado rostro – Mañana tampoco estaré en casa… Iré con Adela  a escoger las plantas para la remodelación del jardín – en ese momento el verdadero motivo de su salida provoco una sonrisa que su hijo no paso por alto.

Fernanda era una chica que cursaba último año de bachillerato cuando en una de las tantas salidas organizadas por el colegio religioso al que asistía. En aquella salida junto con su gran amiga Adela decidió darse una pequeña escapada del incesante mando de las ancianas mientras recorrían una ciudad desconocida para ellas hasta ese entonces, recorriendo la población a su antojo en una mirada se topó con aquel chico caminando con mirada alta, porte de conde y una sonrisa de chulo que termino de convencerla. Roberto era muy ágil se percató de la atención que despertó en aquella bella joven pueblerina, se acercó lentamente sin borrársele en ningún momento su sonrisa coqueta, se presentó y la invito a tomarse algo mientras que otro chico se encargaba de  mostrarle sus encantos a Adela y así obtener el que sería su plato de esta noche.

Las horas pasaron alrededor de Fernanda como si de un tren se tratase, pero ella parecía no percatarse de nada solo de la sonrisa y anécdotas que cada vez la hacían sumergirse en el lago de encanto y amor. Roberto miro como aquella chica le serviría de cuartada perfecta para impedir su inminente matrimonio con la nada agraciada Estela, hija del mismísimo alcalde de la ciudad; esta unión traería consigo un gran negocio entre los padres de los chicos. Fernanda fue convencida luego de tan agradable tarde y noche para escapar con Roberto quien le juraba un amor eterno que jamás sintió. Las complicaciones familiares por parte del comprometido fueron muchas pero al final logro su cometido y termino casado con la ingenua chica, el matrimonio siempre fue un infierno luego de consumarse, los botones de amor prometido jamás florecieron y el corazón de la joven Fernanda con cada noche de sexo sin sentimiento alguno fue marchitándose sin que nada lo parase.

El automóvil azul se estaciono al lado de una casa adornada con un estilo algo bizarro, columnas de madera que sostenían un gran balcón el cual era adornado con figuras características de la era precolombina, a sus pies se encontraba la puerta principal fabricada con madera de roble y teñida de un vino tinto espeso. La madre agarro el freno de mano entre sus delgados dedos apretó, tiro y finalmente giro la llave para que el motor dejara de trabajar. Fernanda y su hijo se retiraron el cinturón de seguridad, bajaron del auto e ingresaron a la elegante vivienda.

Ya dentro prosiguieron a tomar el almuerzo acompañados de la joven Sofía, la comida siguió hablando de algunas trivialidades hasta que al terminar decidieron cada uno tomar una siesta ya que la noche que se avecinaba se presentía que sería más larga de lo pensado.

-¿Oye conseguiste el número de alguna de esas bebes de la piscina? – pregunto Rendón ansioso por saber algo de  aquella chica que lo había hipnotizado, Laura.

  • Pues realmente no – respondió Rengifo sin interés alguno.

-  ¿Y vos García? O solo fuiste a darte golpes con los pelados (chicos) esos jajajaja – exploto en una carcajada Rendón.

  • Tampoco conseguí ninguno Rendón y al menos yo si me acerque no como a otros que parece que se les encoge cuando no están en su territorio – contraataco Jairo mientras recordaba la sonrisa de Víctor. Desde lo ocurrido en aquel día de relajación no podía sacarse a ese chico de su cabeza, aunque habían pasado varios días desde tan desagradable incidente no paso día que no pensó en él. Recordó que debía llamarlo para concretar la salida de recompensa que quedo pendiente.

  • ¿Que te acercaste? Jajajaja – se burló Rendón no dándose por vencido – si pasaste toda la tarde cuidando al pobre del herido y por cierto que te vi muy sonriente con él ¿será que se te está mojando la canoa “garciíta” ?

  • ¿Y si es así a vos en que te afecta? – Jairo nunca fue de esos chicos que se dejó joder de nadie y esta vez no sería la excepción – ¿O es que estas interesado en probar? Te puedo dar una probadita si quieres – dijo lascivamente mientras se pasaba su rosada lengua por su labio superior para humedecerlo.

Los otros chicos que se encontraban en la habitación permanecían sin inmutarse ante la situación que pasaba ante sus ojos, es que no era para menos Jairo el más masculino y el mejor de todos los reclutas prácticamente había lanzado una descarada propuesta, aunque se tratase de una jugarreta para callar a Rendón despertó muchas dudas.

-Tan chistoso García pero esta no se queda así – finalizo diciendo Rendón mientras salía de la habitación con cara de fastidio.

Jairo se sentó en su cama mientras con una toalla secaba su cabello tratando de destensar un poco su cabeza, la pequeña discusión lo dejo algo aturdido y cayó en cuenta de que podría dejar sus gustos al descubierto algo nada bueno sabiendo lo machista que podría llegar a ser la institución y la mayoría de sus ocupantes. Miro su celular lo tomo entre las manos para luego buscar el número de Víctor, lo contemplo un momento mientras sopesaba la tentadora idea de llamarlo, escuchar su voz, sentir esa sensación de nuevo, sentirlo a él de nuevo.

-El sargento nos llama para formar – aviso Rengifo mientras Jairo miraba por última vez la pantalla del celular antes de apagarlo.

Los hombres empezaron a formar en fila indias perfectamente alineados, con mirada al frente, erguidos tal y cual los habían domesticado. Frente a ellos se encontraban los superiores de igual modo mientras los últimos trazos de atardecer se colisionaban entre sus cuerpos.

-Descansen -  ordeno el comandante para luego aclarar su garganta y empezar a dar el informe – patrulleros en el día de mañana el Ministro de Hacienda piensa dar una conferencia en el auditorio León De Greiff… En esta estarán presentes además personajes como senadores, embajadores y el vicepresidente… Como ya sabemos los estudiantes de la Nacho (abreviación para referirse a la Universidad Nacional) usaran este evento para realizar una de sus grandiosas protestas… Nuestro deber es garantizar que todos los invitados salgan ilesos si las cosas se complican… No siendo mas mañana salimos muy temprano a formar un cinturón de seguridad… Ya pueden retirarse – Finalizo dirigiéndole una mirada discreta a Ruíz, una invitación maquillada pero descarada a probar de nuevo ese néctar que ya se comportaba como una droga que exclamaba con ansias su consumo de nuevo. El comandante dio media vuelta y la inminente oscuridad cayo entre ellos finalmente dando paso a una noche más llena de lujuria en aquella oficina.

Jairo dio media vuelta para dirigirse a su habitación, empezó a caminar con paso tranquilo por el césped algo marchito por los largos entrenamientos que se realizaban sobre él, a sus espaldas caminaba pensativo Rendón formulándose la mejor manera para abrir una conversación pacifica con García, él mas que nadie sabía que no podían estar peleados y menos siendo compañeros de cuarto.

-García! – exclamo ya no aguantándose más Rendón mientras tocaba el hombro de su receptor – pana… es que… no quiero andar de pelea con vos… vení hagamos las pases parcerito – rodeo con su enorme bíceps el hombro.

  • Tranquilo Rendón… nada de rencores entre los dos – dijo Jairo mientras le dedicaba una sonrisa.

  • ¿Entonces cuando la próxima salida panita?- inquirió Rendón ya quitado de cualquier pena.

  • Ya eso lo cuadramos con los demás – respondió Jairo – mejor es ir a dormir porque mañana va a ser un día muy pesado.

  • Tienes razón pana – concluyo.

  • Si… será muy largo – Jairo dejo la última palabra en el aire mientras recordaba de nueva cuenta a Víctor.

En la noche se escuchaban los murmullos creados por el impedimento de aquellas gruesas paredes de que salieran las voces con su nitidez original. En el salón de visitas se encontraba Fernanda junto a sus dos hijos y sus cuñados, Antonio y Leandro, a la espera de que hiciera acto de presencia su esposo el cual ya había embarcado la casa una hora antes, dos muchachas del servicio y un cocinero esperaban la orden para empezar su labor sobre la gran mesa.

-¿Y dime Sofí como te está yendo en tu último año de bachillerato? – pregunto su tío Leandro para pasar un poco el tiempo.

  • Bien tío… Ya término en pocos meses – respondió automáticamente la chica mientras se tomaba la punta de sus risos y se miraba distraídamente las puntas.

  • ¿Y qué carrera piensas estudiar? – pregunto su otro tío ya algo aburrido.

  • Arr… Artes Vis… Visuales – tartamudeo un poco la chica ya presintiendo la reacción que tendrían sus locutores.

  • ¿Estás hablando enserio? – inquirió Leandro.

  • Totalmente tío – al acabar de decir esto su progenitor hizo acto de presencia con su rostro arrugado y una actitud indiferente como era de costumbre.

Todos los asistentes se levantaron de sus puestos dirigiendo sus pasos hacía el gran comedor, ese lugar que nunca fue de encuentro mutuo entre los familiares sino una mesa más de discusión sobre negocios. Cuando cada uno estuvo sentado en su respectivo asiento comenzó a servir la comida las manos agiles de las dos jóvenes muchachas.

-¿Cómo quedo la cosecha esta temporada Roberto? – pregunto Antonio mientras empezaba a cortar lentamente el bistec que ardía en su plato.

-Esta tuvo una producción que supero a la anterior por más del doble… realmente nos dejara muchas ganancias – respondió Roberto mientras devoraba un trozo considerable de carne.

  • ¿A qué precio se comprar el bulto? – pregunto esta vez Leandro.

  • Pues solo subiremos un 5% con respecto a la cosecha anterior – siguió contestando  Roberto.

Al otro lado de la mesa las manos de Víctor se empuñaron, su mandíbula se tensó y dirigió una mirada llena de odio a su progenitor, Fernanda al ver la reacción de su hijo poso su delgada mano izquierda en la de su hijo para tranquilizarlo. Este era su padre, un hombre que despreciaba el trabajo honesto de los demás, un acumulador de capital sin precedente alguno.

  • Con esa decisión lo mas seguro es que nos quede más del triple de ganancias – agrego Antonio para luego dar paso a degustar el suave puré de papa que reposaba a un costado de su plato.

-Como siempre Roberto un genio para los negocios – lo alabó su hermano Leandro.

-Como siempre menos preciando el trabajo de la gente que realmente trabaja – ataco Víctor a sus familiares. El rostro de Roberto permaneció inmutable mientras que sus tíos lo miraron durante un segundo y callaron esperando que su hermano mayor contestara.

  • No me sorprende tu comentario Víctor – respondió su padre luego de dar un bocado de comida – siempre tan preocupado por la plebe – finalizando dio una sonrisa irónica.

  • Y tu padre como siempre un godo sin alma a toda regla – contraataco Víctor.

  • Respeten… Este es un lugar únicamente para unir a la familia – los corto Sofía mientras ni ella misma se creía las palabras que acababa de decir.

  • Sofí tiene razón – la apoyo Antonio – Pasemos a otro tema mejor… al ver que no es muy agradable hablar de la economía familiar ¿porque no hablamos de tu futuro Sofí? – prosiguió lanzando una pregunta meramente retorica – Pensaba proponerte que ingresaras a estudiar medicina… He hablado con tus maestros y me han comentado que tus calificaciones son perfectas – lanzo al fin su punto.

  • Creo que deberías considerar la propuesta de tu tío Sofía – salieron las palabras de la potente voz de su padre.

  • Papá la decisión ya está tomada… Estudiare artes visuales – contesto ella mientras tocaba levemente las comida con el tenedor.

  • Esto es ¡grandioso! – Dijo su padre con suma ironía – solo me falta que me digas que piensas estudiar en esa universidad de vagos que solo marchan y no estudian – por la mente de él paso como su hijo ingreso a aquel plantel sin su más mínimo consentimiento.

  • No sería mala idea – dijo Víctor con el único propósito de provocar a su padre – Yo con todo el gusto la llevare a conocer lo que realmente es una universidad.

  • ¿Y también la llevaras a esas fiestas de depravación que tanto te encantan ir? – Roberto no iba a permitir que su hijo le faltara el respeto.

  • Gracias padre me has acabado de dar una grandiosa idea… Así no permitiré que le amargues la vida a Sofí como tú ya tienes amargada la tuya – finalizo dando una esplendorosa sonrisa que molesto de sobre manera a su padre.

  • ¡Es suficiente! – Puntualizo Roberto – Leandro y Antonio sigamos hablando de los negocios en mi estudio no pienso seguir aguantando los insultos de este mocoso.

Diciendo esto último los tres hermanos se levantaron de sus respectivos lugares y dirigieron sus pasos a la segunda planta donde se encontraba el estudio. La discusión había dejado un ambiente muy tenso que solo se diluyo al momento que los susodichos dejaron el lugar. Por lo que se veía la amistad entre padre e hijo jamás llegaría a ser lo que alguna vez Víctor había añorado.

-No podía terminar de mejor manera tan maravillosa cena – inquirió Víctor mientras se levantaba lentamente de la silla, se puso al lado de su madre y su hermana proporcionando un pequeño beso en la cabeza de ambas  para luego perderse en el largo pasillo que guiaba a su habitación. Por su parte Sofía se levantó en silencio mientras vigilaba que nadie se percatara a donde se dirigían sus hábiles pasos.

El cuerpo se removía pensativo, la piel rosaba tímidamente la delgada sabana que lo cubría, a pesar de la oscuridad mantenía los ojos abiertos con miles de cosas en su mente. Jairo a pesar de tener que levantarse a la madrugada no había podido dar el último pestañazo para quedar dormido, ya había aguatado muchos días sin saber nada de aquel chico que le robado la tranquilidad en un segundo. Tomo de nuevo su celular, busco el contacto que tenía el nombre de “Víctor” lo acarició un poco y supo que hasta que no escuchara al menos su voz la mente no lo dejaría pegar el ojo en toda la noche.

Ya con una decisión clara en su cabeza retiro la sábana de encima de su cuerpo para luego dirigir sus pasos a las afueras de la habitación en la que reposaban los cuerpos inertes y fibrosos de tres de sus compañeros; giro lentamente la perilla de la puerta y por consiguiente la jalo para luego salir. La noche estaba algo fría, nada raro en aquella ciudad, sopeso su decisión y presiono finalmente el botón verde dándole paso a grandes cantidades de sangres liberadas por sus venas que empezaron a hacer latir su corazón más rápido, el tono del teléfono a cada sonido le hacía dar un salto imposible de divisar a simple vista y de un momento a otro una voz sonó al otro lado de la línea.

-¿Si… buenas? – hablo Víctor con la curiosidad a flor de piel, ¿Quién sería? Cruzo la fugas pregunta por su cabeza. Su cuerpo permanecía parado en el centro de la habitación luego de salir del baño.

-Ammm… - pensamientos empezaron a recorrer el cuerpo de Jairo dejándolo petrificado ¿Qué le diría? ¿Qué le preguntaría? ¿A dónde lo invitaría? Su cabeza se hizo un nudo al igual que su lengua que permanecía intacta.

  • ¿Alguien está por ahí?... – pregunto el chico ya curioso de quien era el número desconocido que lo llamaba – o ya se… es una broma… ¡grandioso! – Jairo permanecía con las preguntas sobre la piel, no sabía todavía cómo reaccionar.

  • Sabes que mejor hasta lu… – ya sin nada de paciencia y con algunos trazos del inminente sueño.

  • ¡Espera! – al fin salieron las primeras palabras de los labios temerosos de Jairo, un bocado de aire fue expulsado de sus pulmones para luego mirar el cielo nublado.

  • ¿Con quién hablo? – al escuchar aquella voz algo familiar todo rastro de sueño fue dispersado de su alrededor camino lentamente hasta la orilla de su cama para luego posarse en la orilla de esta.

  • Con… con Jairo… – concluyo mientras solo quedaban algunos vanos rastros del nerviosismo que lo invadió hace unos pocos instantes.

Ahora el paralizado ante la sorpresa fue Víctor que no esperaba una llamada a tan altas horas de la noche y más que fuera de ese hombre que lo atraía tanto.

  • ¿Sigues ahí? – pregunto ya algo ansioso el policía.

-Si… perdón es que me tomo por sorpresa tu llamada – confeso el chico algo nervioso.

-Si incomodo puedo llamarte otro día – salieron las palabras con una tristeza recubierta.

-No como crees – dijo Víctor con algo de desesperación al notar el efecto negativo que habían hecho sus palabras – Solo es que estoy sorprendido por tu llamada… pero es una sorpresa grata – concluyo mientras en su mente completaba la frase con un “Muy grata realmente”.

  • Ah entiendo… - respondió Jairo sin saber cómo continuar la conversación – ¿y cómo va el golpe? – no se le ocurrió nada mejor de momento.

  • Pues bien… ya ni lo recordaba jajaja – finalizo con una pequeña risilla nerviosa, empezó a notar que la  plática no avanzaba y le atemorizaba eso, quería seguir  con ella lo más que pudiera.

  • Lo supuse… - los dos ya estaban tensos al llevar una plática tan corta y no saber de qué hablar.

-Si… - y sin que ambos lo pudieran evitar la conversación cayó sin duda alguna.

  • Víctor… - hablo nerviosamente Jairo para llamar su atención.

  • Si… dime – por la mente del chico cruzo la vaga posibilidad de que la conversación saliera de nuevo a flote.

  • El verdadero motivo de mi llamada es… - cayo un momento sopesando lo que iba a decir mientras la curiosidad renació en el cuerpo del joven, Jairo tuvo un impulso de sinceridad tentado a decirle que el único motivo se basaba en el hecho de no poder dormir al querer escuchar de nuevo su voz, pero sabía que sería algo que sus labios no podrían pronunciar – es… es que te quería invitar a tomar unas frías en estos días… tú sabes… por lo del golpe y esas cosas.

-  Ammm – pensó un momento la propuesta - ¡claro! – exclamo con alegría.

  • ¿Entonces qué te parece en el bar Tony’s que queda en el centro comercial? – ya sin nerviosismo alguno propuso alegre.

  • Esta bien… ¿Qué día? ¿A qué horas? – acepto gustoso.

  • Que te parece… - antes de dar una respuesta hizo una revisión por su apretada agenda de entrenos – ¿qué te parece el sábado? ¿A eso de las ocho de la noche?

-Me parece perfecto – contesto con una gran sonrisa.

  • Entonces… no siendo más te dejo para que descanses – dijo finalmente Jairo mientras trataba de esconder su euforia.

-Pues si… que tengas buena noche Jairo – respondió Víctor mientras se levantaba de sus aposentos para presionar el interruptor de la luz y quedar totalmente en oscuras.

-Dale Víctor… ten una muy buena noche… - finalizo el policía mientras ninguno de los dos se atrevía a dar el difícil paso de cortar la llamada.

  • ¿Patrullero que hace levantado a esta hora? – pregunto uno de los guardianes de la noche, la repentina voz tomo por sorpresa a García tanto así que se vio forzado a hundir el botón rojo de su celular.

-Estaba hablando… con mi madre – respondió el patrullero.

-Bueno… - con su mirada inquisidora el guardián se alejó  de la habitación.

Jairo ingreso de nuevo a la habitación mientras en su mente seguía vagando la voz de Víctor, esta noche no podría dormir a plenitud eso era seguro pero los motivos de esto habían dado un giro de ciento ochenta grados, la desesperación se esfumo sin realmente notarlo y su lugar le dio paso a la anhelo que ese día llegara.


Bueno ya corregidos los errores de los dos primeros capítulos creo que me quedo la gran lección de revisar minuciosamente cada vez que escriba para no volver a cometer errores de tan grande índole. No siendo más espero que les gustara este nuevo capítulo, como ya saben espero críticas tanto positivas como negativas de eso depende mi evolución como escritor.

Besos y Abrazos Att: Ricardo Morales Rojas, Riick :3