Escribiendo y recordando

Como escribí mi anterior relato “Mi madre inglesa” y como no pude evitar disfrutarlo. Quiero comenzar explicando lo que supone para mi escribir, sobre todo escribir para las y los demás, sobre mis experiencias sexuales, algo tabú, íntimo y un poco vergonzante, pero a la vez un poco liberador y sobre todo muy excitante

Quiero comenzar explicando lo que supone para mi escribir, sobre todo escribir para las y los demás, sobre mis experiencias sexuales, algo tabú, íntimo y un poco vergonzante, pero a la vez un poco liberador y sobre todo muy excitante.

El caso es que he leído muchas veces libros de carácter erótico o pornográfico y aunque en algunos la autora afirma que es una historia real o casi real, nunca he llegado a creérmelo del todo, no parece captarme realmente, no me sumerge en lo que cuenta, si, me excitaba y he terminado masturbándome con muchos libros de este tipo, pero ninguno llegó a excitarme tanto como los relatos contados por personas que no ganan nada con ello, a no ser la satisfacción o el placer de recordarlo y contarlo, cierto es que aunque en ocasiones quién los redacta o escribe lo hace torpemente y con algunos fallos ortográficos y narrativos, si que te hacen pensar que son historías reales, aveces por pequeños detalles, otras por lo verosímil y contundencia de lo contado, pero el caso es que algunos si me convence su veracidad y dentro de estos, un pequeño porcentaje de ellos son realmente excitantes, tanto, que alguno de los que he leído ha conseguido arrancarme suspiros, con poco más que el roce de las bragas sobre mi excitado sexo y empaparlas por completo antes de llegar a tocarme siquiera. Esos relatos y un pequeño reto con alguien a quien aprecio mucho y que por cierto yo le enseñe todorelatos.com como fuente de muchas de mis prácticas sexuales, son lo que han hecho que me decida a publicar aquí este primer relato. A muchas de vosotras os pasará como a mí y sin importar mucho la calidad de la narración o la de quien la escribe, seguro que a algunas le ayudará, como otras me ayudaron a mí, a pasar esas tardes o noches de soledad y lo cierto es que esa idea también me excita a mí y he de confesar que cuando lo escribí alcance un nivel de excitación increíble y termine masturbándome muy placenteramente y como sois el motivo de que lo escribiese quiero compartirlo con vosotros, así sucedió.

Viernes noche, llego a casa, un poco cansada de un largo día de trabajo, una ducha, algo de picar y una peli. A mitad del film, que no era muy bueno, dos mensajes de una compañera recordándome unos documentos que había quedado de enviarle. Es una compañera de oficio,  es una mujer de más o menos mi edad y físicamente dicen algunos compañeros y otras personas de casos que llevamos juntas, que incluso nos han confundido, que nos parecemos mucho. Yo no sé si es así, pero lo que si se, es que me resulta muy atractiva y alguna que otra vez la he mirado con deseo y me la he imaginado muchas veces mientras me satisfacía sola, el caso es que a pesar de ser trabajo y no acostumbro a hacerlo, le respondí por tratarse de ella, pero desviando un poco los mensajes del trabajo hacia lo personal, la verdad la película me aburría y no tenía planes, así que me entretuve hablando con ella un rato, aunque fuese por mensajes de texto. Hablamos de todo un poco, se despidió pidiéndome que le enviase el dichoso documento.

Así que cuando se termino la conversación yo busqué mi ordenador portátil para enviarle los informes del carajo, entre los muchos archivos que tenía en la nube, había uno que se titulaba Eliza, era el pre proyecto de relato que me había propuesto escribir y había ido posponiendo,  por vergüenza o inseguridad, pero me dije “por que no”, sin saber lo excitante que resultaría.

Comencé a recordar y me puse a escribir, los primeros renglones fueron sucediendo, recordando muchas cosas de aquel trimestre se me dibujaba una sonrisa, hasta que llegamos a la parte en que dibujaba en mi mente la imagen de Eliza desnuda, sus pechos y grandes nalgas, fueron protagonistas en los siguientes párrafos y también en mi excitación, que con el pasar del relato fue en aumento. Sentada en mi sofá con solo una braguita y una camiseta, fui acariciando mis tetas recordando las suyas, continuaba escribiendo, pero mi conejito ya me mojaba las bragas y lo contraía casi involuntariamente, estremeciéndome, mi mano fue escurriéndose hasta mi entrepierna, cuando quise darme cuenta acariciaba mi sexo por encima de la braga, cuando separé la braguita para meter la mano bajo ella estaba empapada de una espesa baba, un hilo de flujo la unía a mi coño, frote un par de dedos sobre los labios de abierta raja, recogiendo parte del flujo que mis contracciones voluntarias hacían salir del hoyito, los recogí con los dedos y los acerque a mi boca, recordando como Eliza me los había dado a probar en aquella ocasión, los lamí saboreando mis propios jugos, con el ordenador apoyado en el reposabrazos me quite las bragas, que ya solo me estorbaban y comencé a frotar mi clítoris con suavidad, masturbándome muy despacio al principio y aumentando la presión sobre mi abultado y duro clítoris, apretándolo entre dos dedos de vez en cuando, me arrancaba gemidos y suspiros que yo intentaba silenciar y ahogar, con mi otra mano subí la camiseta dejando mis pezones al aire, abultados y excitados, me los pellizcaba, mi coño dilatado abría su interior expulsando cada vez más jugó, mis dedos brillaban y notaba como un hilo de flujo descendía hasta mi culo, apreté fuerte una de mis tetas con la mano y bajando la cabeza, acerque el pezon a mi boca y lo metí entre mis dientes, como le gustaba a Eliza y lo apreté, fuerte, cada vez más y con un gemido lo solté y mi coño libero toda la tensión de mi cuerpo con un orgasmo descomunal, seguí acariciando con suavidad mi clítoris, prolongando aquellas maravillosas contracciones y placer, estremeciéndome y retorciéndome con el contacto de mis dedos, mientras me recuperaba miraba la pantalla del ordenador y con esas sensaciones frescas en mi cabeza aproveché para terminar de escribir el relato. Luego cuando lo vi publicado, me di cuenta de que el título no fue de lo más acertado, porque si bien es cierto que Eliza ejerció como una especie de madre para mí en Inglaterra, sólo fue a nivel de que cuidó de mi, no por tener ningún vínculo consanguíneo conmigo por supuesto y aunque sexualmente he probado casi de todo, esos royos de madres e hij@s no me van nada en absoluto, por lo demás, aunque ya sé que la narrativa no es lo mí, estoy muy contenta con el relato.

Solo espero que resulte igual de excitante para vosotr@s. Un beso muy cálido para tod@s los que os molestasteis en votar y o comentar para hacerme saber que os ha gustado