Esclavo Sumiso (1)

Una visita de un amigo extranjero se convierte en una semana de sexo violento, dominación y maltrato, que sin embargo solo hace que mi amigo se caliente más.

Esclavo

Para los que lean esta historia, es verídica. Solo cambié los nombres y los lugares para que no se sepan quienes son sus protagonistas.

Hace poco vino de visita a mi país un chico que conocí en uno de mis viajes. Darío, de 22 años, tiene un buen cuerpo, trigueño, totalmente lampiño, músculos marcados y como me gustan a mí, con un culito bien puesto. Lo conocí en una discoteca, pasamos una de esas noches fenomenales y luego vino de visita a mi país por una semana.

Apenas llegó lo llevé a la cama. La mama verga con unas ganas que da gusto sentir su lengua pasar por mis huevos y mi tronco, es un mamador de primera. Yo lo puse a mamar en la sala de mi apartamento, viendo la ciudad desde el piso 18 a través de mis ventanales. El arrodillado y yo parado, viendo como se tragaba mis 7 pulgadas y media lentamente, a veces con arcadas pero siempre hacia adentro. Al rato ya no aguanté más y me vine. Le agarré la nuca con fuerza mientras los chorros de leche caían directamente en su boca.

"Trágatelo perra, trágate mi leche" y él, sumiso, obedeció.

Más tarde salimos a un bar local. Ahí, luego de un par de tragos, nos encontramos con Evelio, un policía de unos 35 años con un cuerpo espectacular, velludo y un poquito de panza que no se le ve nada mal. Vi como Evelio lujuriaba las nalgas de Darío y al rato lo invité a que nos acompañara a mi casa.

Ahí, sin mucha demora, lo pusimos en 4 sobre la cama y tomamos turnos lamiéndole la raja del culo, mordiéndole salvajemente las nalgas y haciéndolo mamarnos la verga. Él solo se quejaba por lo bajo pero pedía más y más.

Yo me lubriqué los dedos y comencé a meterle dos de una sola vez en el culo. "Como lo tiene el cabrón, esta abierto como una flor" comentó Evelio. Inmediatamente él le metió otros dos dedos, junto a los míos. Darío hizo un gesto de dolor pero lo sostuve con fuerza. "quédate quieto hijueputa, que te voy a abrir bien". Le metía y sacaba los dedos y veía como su ano rosadito y prieto a la vez se tragaba dos dedos míos y 3 de Evelio, forzándolo a abrirse cada vez más.

Evelio se puso atrás de él y comenzó a penetrarlo con fuerza, mientras le halaba el cabello hacia atrás. Al ver yo la cara de sufrimiento de Darío me acerqué y le puse a mamarme de nuevo, le escupí en todo el ojo del culo y me puse cerca para ver como la pinga de mi amigo lo taladraba, haciendo que su culo se retrajera con cada embestida.

Evelio se quitó el condón, lleno de mierda y sangre, y le puso la tranca en la boca para venirse encima de su cara. Darío solo se quejaba por lo bajo, tratando de zafarse de mis manos, que lo tenían bien agarrado por la cara.

Eso fue a los dos días de estar ahí. Espero que quieran saber que le hicimos antes que se regresara a su país y por que creo que no va a visitarme más.

Continuará