Esclavo sexual

Mis dedos se aferraban de las sabanas mientras todos mis músculos se tensaban, era un dolor insoportable, más del que jamás había sentido. Podía notar como cada vez avanzaba y rozaba mi interior lo que me provocaba algunos calambres con un sinfín de gritos, gemidos y lágrimas.

Me levanté para observar el paisaje de las casas cubiertas por la nieve, aunque estuviera a doce pisos de alturas podía oler el aroma de la navidad. Siempre me gusto esta época del año; mi familia se reunía para dar gracias y compartir todos por igual. Era el único día en el que estábamos sentados en una mesa, juntos. Extraño la calidez de mi hogar, los besos de mi madre, extraño el poder relacionarme con las personas…

El crujido de la puerta me saca de mis pensamientos y en pocos segundos la sala se impregna de su elegante olor, ese perfume que solo a él le sienta tan bien y hace que mis hormonas se alboroten.

No aparté la mirada de la ventana, simplemente estaba a gusto viendo caer la primera nevada del año. Por otro lado escucho el sonido de unas bolsas caer en el mesón y con ellos un fuerte suspiro.

─ He traído la cena, sírvela antes de que se enfríe. Voy a cambiarme.

Al voltear ya no estaba, empiezo a caminar para agarrar unos platos y los dispongo en el mesón para servir la comida.

Observo que la luz del pasillo se enciende y su cuerpo aparece de repente con unos apretados calzoncillos que le marcaban de una descomunal manera su paquete. Pareciera que todo ese gran bulto estuviese comprimido entre esa delgada tela blanca.

Nunca me cansaba de admirar su cuerpo,  todos sus músculos son tan perfectos y armoniosos que me cuesta creer que la imagen del frente es verdad, me cuesta creer que hayamos tenido tantos momentos juntos. Es que joder, es todo un adonis. Aquellos trabajados pechos cubierto de una fina capa de vello que llega hasta su ingle y se pierde en su pantaloncillos, esos agrandes brazos con los que me abraza y que decir de su macizo trasero, tan placentero como cada centímetro de su cuerpo.

─ ¿Y bien? vas a comer o te quedaras mirando no sé qué─ elevo mi mirada hasta encontrarme con sus oscuros ojos que muestran cansancio y a la vez un profundo misterio.

─ Aquí tienes tu plato─ lo coloco arriba de un elegante mantel con todos sus cubiertos y su correspondiente copa de vino─ ahora si me disculpa iré a dormir, he pasado todo el día acomodando la…

Me quedo estático al sentir el cálido tacto de su lengua recorrer mi temporal de manera sublime. Mis manos se estremecen con el contacto por lo que intento mantenerme en pies sujetado del borde de la mesa. Su viscoso musculo recorre la suavidad de mi pial hasta llegar al lóbulo de la oreja, por lo que tímidamente dejo escapar un gemido.

Rápidamente me giré despegando mi cuerpo del suyo, pero antes de poder avanzar un poco más, su mano se enganchó a mi antebrazo y fue en ese instante cuando los dos quedamos frente a frente. Sus ojos azabaches comenzaron arder de deseo, reconocía esa ambición en su rostro. Aunque solo la luz de la luna alumbraba el espacioso salón, pude percibir algo muy particular en su cuerpo.

Muy al costado del cuello tenia estampado un intenso lápiz labial color carmesí y poco más atrás, su piel se hacía roja formando una especie de círculo.

Mi vista no se pudo separar de ese sitio, intente tragar saliva pero por desgracia me termine ahogando y en un descuido sentí como mi cuerpo volaba por el frio aire hasta quedar en su regazo.

Se sentía tan caliente y placentero estar tan cerca de la persona que amas, tenerlo entre tus brazos y oler su aroma. Sentir como su respiración suavemente acaricia mi cabello y como sus grandes manos se apoderan de cada rincón de mi abdomen.

Como pude, me acomodé para levantar mi cuello y poder mirarlo fijamente mientras llevaba dos de mis dedos hasta su cuello, limpiando ese rastro de labial.

─ Iré a dormir, buenas noches y feliz navidad─ intenté zafarme de su cuerpo, pero él era mucho más fuerte que yo.

─ No te vayas, al menos cenemos juntos, ya falta poco para la navidad─ me arrastra con sus manos hasta que mi dorso pega del filo de la mesa─ tienes que comer, presiento que no lo haces bien… estas más delgado.

─ Son solo presentimientos─ dije seco mirando  hacia la nada.

Resultaba jodidamente difícil mantener al margen todos estos sentimientos que se me han estado acumulando en los últimos tiempos. Es jodidamente difícil actuar como si nada estuviera pasando entre nosotros. Si  solo me dieran la oportunidad de retroceder el tiempo juraría que esto no volviera a suceder,  no volvería a caer en sus encantos.

─ Solamente limítate a cogerme como lo has venido haciendo todo el tiempo que llevamos juntos─ mire su cara de sorpresa tras mi palabra─ tu opinión me dejo de importar ya hace mucho tiempo.

─ Pero que tonterías estas diciendo─ un fuerte golpe en la mesa hizo que empezara a temblar, mientras intentaba buscar la forma de escapar del lugar─ mírame a los ojos cuando te estoy hablando, joder, sabes que me molesta cuando haces este tipo de cosas─ sus manos agarraron mi cuello hasta hacer voltear mi cabeza muy cerca de la suya─ te he dado todo lo que me pediste, tienes un apartamento, buena ropa, me tienes a mí ¿Acaso piensas que solamente estoy contigo por cogerte? Eres bueno en la cama, debo admitir, pero también te quiero y he renunciado a cosas importantes por estar a tu lado.

─  Por un momento creí que sentías lo mismo que yo, demonios tú no me amas. Yo soy el que lo ha dado todo para que funcione, no sé cómo puedo seguir amándote. Soy un estúpido. Deje mi vida por completo para estar a tu lado… Mi familia, mis amigo, mis estudio… ¡toda mi vida social! ¿Y sabes? Sé muy bien que tengo culpa, he esperado demasiado de alguien que nunca me dará nada de lo que realmente quiero. Siento que ya no pude encontrar una buena manera de expresarme, porque lo cierto es que el enojo que sentía consiguió rebasarse por completo. Haces todo esto para lastimarme, te aprovechas de mí, de mis sentimientos…

─ ¿Olly? ─ escuche como pronunciaba mi nombre mientras mis lágrimas manchaban la alfombra. Es estúpido esperar algo que solo duele, pero también es estúpido dejar ir todo lo que realmente quieres.

─ Ya no quiero seguir viviendo entre paredes. Anhelo besarte en público, decirles a todos que te amo. Ya no quiero un amor a medias. He luchado y sufrido tanto, que me merezco algo mejor.

─ Sabias muy bien lo que significaba estar a mi lado. Nunca te prometí estar agarrados de mano en plazas y bares. Ni mucho menos te prometí amor, simplemente no puedo querer a alguien más de lo que te quiero. Ahora tranquilízate, vamos a solucionar las cosas.

─ No, ya no quiero. Todo esto se salió de control.

─ Sabes que tengo una reputación que mantener, todo mi trabajo en la empresa se desvanecería si se enteraran que me acuesto contigo. ¿Piensas que soy cobarde?, pues bien. Sabes todo lo que me costó llegar hasta donde estoy, no voy a renunciar a eso aunque tenga que aparentar alguien que no soy toda la vida. ¡Demonios Olly! Sabía que este día llegaría… y no te culpo de nada. Llevas encerrado en estas paredes por más de un año, nada más que compartiendo íntimamente conmigo… debí ser más frio tal vez así…

─ Me iré…solo deja que me vaya, quiero ser libre.

─ ¿En verdad quieres irte?

─No

─ No lo hagas

─ ¿Por qué? ¿Me amas acaso?

─ Sabes que no puedo quererte como en verdad quieres…esto es todo lo que puedo ofrecerte.

─ Soy tan estúpido, creyendo que podía algún día hacerte cambiar… Muy bien esta será mi última noche, recogeré todo para largarme mañana─ seque las lágrimas de mi rostro para poder verlo de frente─ Seré discreto al salir…Ah se me olvidaba decirte que aun llevas lápiz labial en el cuello.

Di la vuelta y empecé a caminar hacia mi habitación, cuando iba a entrar sus manos me detuvieron de una manera brusca y me hicieron girar hasta que nuestros rostros se vieron. Pero esta vez con bastante intensidad. Su mirada era fría como el hielo, hacía sentir escalofríos en mi interior.

No sé cuánto tiempo pasamos observándonos, ninguno emitía algún sonido,  por miedo abandonar nuestros lugares. O tal vez era una pena arruinar los pensamientos que en este momento estábamos sintiendo.

Soy débil, lo sé, pero apuesto que nadie se podría resistir a tener un hombre así en frente.

─ Sabes que no puedo dejar que te marches─ fue él quien le dio paso a la conversación. Su aliento se apodero de mí, era tan fresco, entre menta y tabaco. Realmente refrescante que no dude ni un segundo en inhalar el único aire cálido del ambiente.

─ ¿Por qué? ─ pregunte con un suave susurro─ tarde o temprano te cansaras de mi…es cosa de momento.

─ Olly tu cuerpo me enloquece, no sé qué tienes, pero desde el primer momento en que te vi sujetando ese pesado bolso a unos cuantos metros de mi oficina quise tenerte, probar cada centímetro de esa suave y blanca piel─  sus dedos fueron bajando hasta acariciar toda mi espalda─  Sentir el tacto de esos carnosos labios rojos que hacen un sublime contraste con el azul de tus aniñados ojos. Eres mío, no dejare que nadie más te toque. Que nadie te mire y sienta esos lujuriosos deseos que provocas en las personas.

De nuevo nos miramos, hasta que se hace cada vez más cerca y nuestros ojos se agradan, se acercan entre sí, se superponen, mientras el resto de nuestros cuerpos omniscientes se limitan a respirar confundidos, en pocos segundos nuestras bocas se encuentran y luchan tibiamente. Siento como su lengua se apoya apenas en mis dientes, mientras intenta abarcar cada rincón, mordiéndome con deseos los labios. El silencio se vuelve apoderar del lugar y que la pobre luz de la luna que se escabulle por la ventana, intenta arroparnos y ser testigo de este maravilloso encuentro. No es un beso tierno, lleva más bien ese toque de necesidad por volverse a encontrar.

─ ¿Quieres que te satisfaga?

Tímidamente afirmo mientras dejo que sus manos tomen el control de mi cuerpo.

─ Me encanta el sabor de tu piel, es tan dulce que no puedo parar de besarte─ libero un fuerte gemido cuando su lengua se detiene a jugar con mis tetillas mientras que con sus manos terminaba de desnudarme─ así me gustas que estés para mí, sin nada, mostrando ese cuerpecito… me provocan hacerte muchas cosas, ¡Dios! Sin tan solo pudieras entrar en mi mente me llamarías pervertido. Promete que siempre serás mío, necesito que salga de tu deliciosa boquita.

─ Ya, ¡aah! ─ sentí como sus dientes se aferraban a mis pezones y algo dentro de mí se estremeció, empecé a sentir un leve calor que invadía mi cuerpo y sin poder explicarlo quería más, quería todo su cuerpo, tenerlo dentro ─ Te lo prometo, sí, soy todo tuyo. Todo fue un…aaah….error, nunca debí haberte gritado.

De pronto dejo de sujetar mi cuerpo y caí torpemente al suelo. Mi culo toco el frio piso lo que hiso que empezara a temblar, por unos instantes dude en mirarlo, era evidente que me estaba consumiendo en mi propia moral, pero algo en mi sentía que no podía parar lo que estaba haciendo. Desde el comienzo me había marcado, solo bastaba el tacto para que todo mi ser reaccionara hacia su verdadero dueño, hacia mi hombre. Sin lugar a duda le pertenezco en cuerpo y alma.

─ Deja de esconder tu cuerpo con los brazos y mírame─ con algo de timidez alzo mi cabeza para observar su sonrisa victoriosa, eso sin duda era lo que más me encantaba. Sus perfectos dientes brillando al contraste de su sexy barba, lo hacían lucir tan varonil y triunfal que me excita. Por lo que busco esconder mi erección pero es demasiado tarde, pues ya se ha dado cuenta─ ¿te gusta lo que ves? ¿Quieres tocarme? ─ asisto a todas sus preguntas mientras gateando me acerco a sus pies─ Vamos desnúdame, no pierdas el tiempo admirando algo que puedes degustar.

Me levanto llevando mis manos hacia su pantaloncillos y no dudo en bajarlos. Después de que ya estamos los dos completamente desnudos admirando nuestros cuerpos me acerco aún más para aspirar todo ese olor viril. Sus manos se sostienen a mi cadera y me volteo para poder chocar mis nalgas de su jugoso mástil.

─ Mueve las caderas─ Me dice y así lo hago, tratando a su vez de girar mi cuello para darle un apasionado beso exasperado.

Siento como su pene intenta hacer presión en mi espalda, mientras que con sus manos acaricia mis pechos, mi abdomen, hasta que baja tocando mi pene que desde ya hace algunos momentos comenzaba a babear.

─ ¡Ahhh, no lo hagas, para ya! ─ Le susurro en el oído para detener esa deliciosa paja que me ofrecía. No había tenido contacto con mi miembro desde ya mucho tiempo por lo que sentía que todo el líquido iba a salir disparado sin control─ es que, aahh, métemela, la quiero adentro.

─ Pídemelo mas nene, quiero que me lo supliques, muéstrame que tan necesitado estas─ sentía como los vellos de su barba masajeaban mi nuca.

─ No aguanto más amor, quiero…quiero que me marques para nunca dejarte…!aaaah! Quiero que me cojas…te lo suplico joder, mi culo late por ser embestido.

─ Una vez que empiece no pienso parar… ni que me lo supliques  llorando.

Me levantó sin ningún esfuerzo hasta lanzarme en su cama. Sus sabanas tenían su olor impregnado, eran suaves como sus caricias. Vi su silueta parada justo detrás de la puerta mientras caminaba cuidadosamente hacia donde estaba.

Mi corazón latía cada vez más con cada paso, cuando estuvo lo suficientemente cerca vi su mirada cubierta en llamas, quemadas por el deseo. Solo puedo decir que al ver sus ojos caí hipnotizado.

No sé de donde saque la voluntad para levantarme y ponerme a gachas sobre la cama, ofreciéndole lo que quería.

Mi rosado y lampiño ojete estaba al aire esperando ser embestido.

─ Justo como me gusta, mi bebe, preparado para ser cogido─  empezó a estrujar, masajear y golpear mis nalgas hasta que siento mi sangre hervir en la zona─ ahora déjame probarte, quiero lamer tu interior.

─ No, no lo ha….. !aaaah! ─ curvo mi espalda con el contacto de su lengua.

Empezó a moverla intentando empujar y explorar la zona. Sentía la jugosidad y su suavidad bajar y subir por mi periné.  Intente cerrar fuertemente los ojos y ahogar mis gemidos en las sabanas.

Intentaba dilatar mi esfínter metiendo un dedo, así dejar que la lengua fluyera sin mayor esfuerzo.  Mis piernas empezaron a temblar y el placer se apoderaba de todo mi cuerpo, por lo que perdí un momento la noción y cuando estaba a punto de caer agarró mi cintura para luego voltearme bruscamente quedando frente a frente y poder fundirnos en un beso.

─ Noto que tu agujero tiene hambre, como soy piadoso y bueno le daré carne de primera─ se paró para sujetar su pene y no sé si fue una alucinación pero lo veía enorme, mas hinchada y con un hilo de líquido pre seminal que terminaba en las sabanas.

─ Esta enorme─ dije perplejo teniéndola entre mis manos. Estaba caliente y latía al compás de su corazón, mire hacia arriba y me encontré con su rostro ardiente, esperando mi siguiente movimiento.

─ Uno de tus tareas es mantener la casa limpia verdad─ asistí rápidamente─ entonces que esperas para limpiar  las sabanas y todo mi miembro…Hazlo ya.

Lo mire intentando procesar lo que me había dicho, pero basto que llevara sus manos a mi cabeza para empezar con mi limpieza.

¿Me pregunto cómo había caído tan bajo? ¿Desde cuándo las cosas se habían salidos de control?

Tal vez siempre estuvieron así, estoy mal de la cabeza  lo sé, me di cuenta cuando cada vez se iba incrementando las agresiones en el sexo y me gustaba, lo disfrutaba.

Mi lengua seguía lamiendo su mástil hasta que quedo completamente limpio, lo volví a mirar y este me asistió. Lo cual fue la señal para que bajara mi cabeza aún más hasta las sabanas y empezara a lamer toda la suciedad.

─ Joder pero mira nada mas como chupas…¿Te ha gustado? Me esmero siempre en comer lo mejor para que puedas saborear tu lechita de calidad.

─ Estuvo buena─ agarró mi barbilla intentando limpiar los rastro de líquido pre seminal que aún tenía en las mejillas─ me gusta mucho, estaba saladita.

─ Así me gusta Olly, te encargaras de chupármela luego. Ahora voy  terminar lo que he querido hacer desde la mañana. Acuéstate boca arriba y abre muy bien las piernas cariño,  espero que ya te hayas preparado para mis embestidas.

Sentí como sus dedos entraron de golpe de manera inesperada y por reflejo intente zafarme del contacto. Estaba muy nervioso.

─ Estas muy tenso…debes de tranquili…

─ ¡Aaaah! Jodeeeer, basta….aaaah─ sin previo aviso me la metió por completo. La sentía caliente y palpitante, pero todo era opacado por el terrible dolor que me embargaba.

─ Tranquilo, respira─ decía empujando cada vez más.

Mis dedos se aferraban de las sabanas mientras todos mis músculos se tensaban, era un dolor insoportable, más del que jamás había sentido. Podía notar como cada vez avanzaba y rozaba mi interior lo que me provocaba algunos calambres con un sinfín de gritos, gemidos y lágrimas.

─ Me duele…Para ya es enorme…─ mis palabras fueron calladas por un fuerte gemido.

─ Te advertí que no iba a parar, tú te lo buscaste, solo intenta mantener la calma y sedera.

─ Oh vamos…aaah… eso lo dices porque no eres tú el que tiene una verga adentro. Parad te lo ruego.

─ Se siente tan rico, como apresta ese agujero… es tan perfecto, como si estuviéramos diseñados el uno para el otro.  Ahora prepárate porque va a empezar lo bueno…

Abrí los ojos y mire su cara de placer bañada de sudor, una mueca de victoria me hizo saber que no iba a darse por vencido. Pues solo me quedaba esperar a que el dolor pasara y me acostumbrara o desmayarme. Por suerte empezó a envestirme y el dolor se hizo un poco menor.

Cada vez que le suplicaba que parase, me envestía más fuerte. Tanto que sentía como sus bolas tocaban mi periné rechinando al compás de la cama.

─ Duraría toda la noche así, demonios, es tan prieto… como quieres que te deje ir. Venga, es hora de que trate a este cuerpo como merece y me ponga a saborear tu rica piel.

─ Me duele….aaah─ su lengua fue recorriendo mi  vientre hasta llegar a mi pezón y se aferró a ellos─ ¡Aaaah! Me duele la espalda, siento que… ¡aaaaah! Me rompes el culo, es muy grueso joder no puedo soportar el do…

─ Deja de quejarte Olly… ya pareces una chica, sé que lo estás disfrutando tanto como yo. Es que ni cuentas te habías dado que he introducido tu vibrador preferido para que te acostumbres de una vez por todas a tu macho.

No puede ser, no lo creía… desesperado lleve mis manos a mi culo y toque el latex del vibrador que usaba aquellas noches cuando me ordenaba que me lo dejara puesto. Abrí los ojos sorprendido y me recibió con un feroz beso, esta vez sus dientes se sujetaron de mi labio inferior haciendo que el sabor ferroso de la sangre se apoderara del contacto.

Entre besos y algunas caricias, el dolor fue cediendo y poco a poco volvía a disfrutar de una suculenta cogía, me gustaba como nuestros cuerpo bañados en sudor rosaban aspirando cada esencia que salía de nuestro interior mientras me enculaba.

─ Aaaah, que rico..aaah que bien se siente─ gritaba y no me importaba ser descubiertos, pues solo quería vivir el momento─ hazme tuyo, seré tu niño. Eres lo mejor que me ha pasado…

─ Deja de gemir.

─ No puedo, esta tan rico…─ cada vez sus movimientos se hacían más rápidos.

─ ¿Te gusta cómo te culeo? ─ Su voz ya estaba más ronca, por lo que me existe aún más al escucharla.

─ Si… si… que rico.

─ Ahora siéntate y cabalga sobre mi miembro.

Con un movimiento quede arriba y por ende su pene salió del todo, quedando la sensación de vacío en mi interior. Mi esfínter intento mantener retenido el dildo pero por la viscosidad de la zona salió disparado como una bala junto a una gran cantidad de fluido.

Mis mejillas se ruborizaron por la escena, había caído mucho fluido en las sabanas y en su cuerpo.

─ Disculpa, no sabía que esto iba ocurrir.

─ Saborea, es nuestro néctar, fruto de nuestro participado orgasmo─ Agarro con sus manos un poco del líquido que tenía en el abdomen y metió dos de sus dedos en mi boca─ ahora siéntate en mi mástil y cabálgale a tu potro.

En el momento que me vuelvo a subir, me agarra las nalgas estrujándolas y con su guía me logro introducir el glande, veo que suelta una sonrisa tras mi mueca de dolor e intento avanzar.

No tenía noción que mi culo estuviera tan dilatado, pues una vez que avanzo rápidamente se traga toda su miembro y caigo de manera brusca.

─ ¡Aaaaah! Joder me siento lleno─ dije entre susurros intentando mantener la compostura.

─ Eso es cómetela toda, es tuya bebe, hasta el fondo─ me dijo mientras cabalgaba sin parar.

Con cada salto que daba gemía, baje mi mirada para intentar ver su hermoso rostro. Como sus ojos se cerraban de placer mientras sus pechos estaban flexionados y cubierto cada vello de sudor, me hacía pensar que era la imagen más hermosa y a la vez morbosa que podía tener de mi amante.

Estuvimos toda la noche en la faena sin parar, el frio la habitación poco a pocos se fue perdiendo por el calor que provocaban nuestros cuerpos.  Después de un largo tiempo empecé a sentir un dolor en mi pene, pero no podía venirme, eso sería ensuciar el cuerpo de mi hombre y no le gustaba. Por lo que decidí ignorarlo y darle plazo al gran placer que estaba sintiendo atrás.

De pronto empezó a tomar de nuevo el control de las embestidas y cada vez se hicieron más fuertes como mis gritos. Hasta que sentí un fuerte chorro tocar mis entrañas y en segundos todo mi interior se volvió caliente y jugoso. Con un fuerte suspiro flexiono mi cuello dejando mi cabeza descansar y mi cuerpo se queda intentando mantenerse en equilibrio encima del suyo.

Los dos entre fuertes respiros nos quedamos viendo ya satisfechos. Le di un último beso antes de lavarme y poderme limpiar. Por lo que busco con mis piernas el suelo hasta que de un salto logro ponerme de pies. El dolor al caminar era terrible y unido a la fuerte presión que ejercía mis testículos junto con el tambalear de mi erecto miembro, hicieron que me corriese sin ni siquiera poder un solo dedo en él. Solo basto con el rose del viento para que la sentible zona estallara, pues cuatro grandes chorros salieron de mi interior salpicando todo el suelo.

La sensación de alivio fue tan placentera que caí al suelo de manera inmediata mientras soltaba un fuerte gemido.

Con timidez salí de la habitación y cuando ya estuve completamente limpio. Escucho los fuegos artificiales por lo que al salir apresurado para ver el destello y todos los colores que se apoderaban del lugar.

Poco después veo que por el reflejo de la ventana ya estaba arreglado, con su típico traje gris y aquella corbata vinotinto que le regale en navidad. Preparado para enrumbarse de nuevo a su verdadera y feliz vida.

─ Feliz Navidad Olly─ escuche que decía con su ronca voz para luego oír el sonido de la puerta cerrarse.

Y en se momento termine de entender que no importa si lo doy todo, al final todo acaba en nada… simplemente soy su esclavo sexual.

Si llegaron hasta aquí gracias por leer la historia… y pues venga ¿qué les ha parecido? Cuantos como Olly no se encuentran. y es que nadie escoge al amor, nadie el momento, ni el sitio, ni la edad, ni la persona… solo dejamos el corazón actuar. Este simplemente es un musculo, muy poderoso, pero a la vez ciego. Y cuando más ahogado te encuentres es que te das cuenta de que al estar confiando plenamente en una persona, al que crees amar, este de verdad va rompiendo tu interior. Así como el pasar de una tormenta, hasta que ya no queda más que un simple vacío.

Saludos!!!