Esclavo de mis vecinos. (capítulo 30)

Por una de esas casualidades de la vida mis vecinos y yo descubrimos nuestros gustos y podemos cumplir deseos y sueños.

CAPITULO 30

(se recomienda leer los anteriores)

Según me había contado mi Dueña, Isabel era la ex mujer de Arturo, ellos cuando eran pareja, ya que ahora estaban divorciados desde hacía bastante, formaban parte del círculo de parejas que asistían a las fiestas swingers y que acudían con cierta regularidad en aquellos años a reuniones más íntimas para realizar tríos, intercambio de parejas en general sexo no convencional. Solamente una vez estuvieron íntimamente con ellos, fue en una fiesta en casa de D. Fermín y luego coincidimos con ellos alguna que otra vez, pero sin ningún tipo de relación íntima, ella era muy reservada y él era lo contrario.

Cuando se separaron todos pensaron que era algo normal ya que eran muy diferentes y parecía como que no compartían muchas cosas en su vida, aun menos el tener la complicidad necesaria para vivir dentro de este mundo liberal.

Arturo con alguna copa de más llego a confesarle a Chema las tendencias sumisas de su mujer Isabel, aunque a él no le llamaban la atención, ni le excitaban, eso nos hizo en un momento dado fijarnos más en ella y sí que parecía algunas veces como demasiado incomprendida o no escuchada, indudablemente no encaja en aquella pareja con Arturo. Otro episodio que le confeso a Chema otro día de copas fue de cómo había pillado en más de una ocasión a su mujer viendo videos BDSM de Amos disciplinando, azotando y tratando a sumisas como perras, aquello también nos llamó mucho la atención pero enseguida vino la separación y ambos abandonaron la ciudad con diferentes destinos y por supuesto el círculo de amistades.

Ya no habían vuelto a saber nada de Isabel hasta que por un estúpido esguince en el tobillo de mi Dueña le recetaron y aconsejaron reposo, pierna en alto y varias sesiones de rehabilitación con un fisioterapeuta, en realidad le era muy incómodo desplazarse hasta las clínicas de fisioterapia y en una conversación con la Señora Luisa, esta le dijo que conocía a una fisio muy buena, que algunas veces trabaja para ella pero era autónoma y que atendía en el propio domicilio de los pacientes, le dijo que quizás la conociese por el antiguo grupo de amigos, era Isabel la fisio recomendada, así que mi Ama le dijo a Luisa que le diese su teléfono y que la llamase por favor, el tema del reposo en una persona activa como mi Dueña hacía que su mente no parase y menos mal que me tenía a mí, su esclavo, muy pendiente de ella en todo momento.

La llamada de Isabel fue apenas unas horas después y se desarrolló muy agradable, le conto a mi Ama de forma resumida lo que había sido de ella y que había vuelto a la ciudad hacia relativamente poco, que trabajaba finalmente de lo que profesionalmente ella siempre había sido, fisioterapeuta, y quedo con mi Dueña en arreglar su agenda y venir a casa en una hora.

Mi Dueña sintió alivio, pues su pie la tenía demasiado inmovilizada y me ordeno arreglar un poco el porche y ponerme un delantal blanco con poquito de encaje con el que estaba muy mono, también un tanga de hilo con algo de encaje por delante y por supuesto la cofia en mi cabeza, me ordeno que cuando abriese, solo tenía que mostrarme educado, saludar y que no debía de darle trato de Dom a Isabel y después debía guiarla educadamente hasta el porche.

En tan solo unos minutos llamaron al timbre, atendí la puerta, me comporte como mi Ama me había ordenado y pase a Isabel al porche, donde estaba mi Dueña en su sillón.

-          Perdona que no me levante Isabel, pero me cuesta bastante, dijo mi Ama sentada y con el pie en alto apoyado en un puff.

-          Hola Merche, no te preocupes, quédate donde estas por favor, dijo Isabel acercándose a darme un par de besos y decirme lo contenta que estaba de verme.

-          Desea algo más mi Ama, pregunte con respeto y sin desear interrumpir.

-          No Dani, sigue con tus tareas domésticas, me dijo mi Ama.

Isabel por favor, siéntate y cuéntame que hace mucho que no se nada de ti y esto es una sorpresa.

Yo me retire a la cocina y ella se sentó y comenzó a poner al día a mi Dueña, que le iba bien en el trabajo, que estaba sola, que no había vuelto a tener pareja, que había terminado un poco desilusionada de las relaciones, mi Ama le dije que la encontraba genial físicamente y ella le respondió que se cuidaba mucho, que llevaba una vida tranquila y muy sana, también le dijo mi Ama que se alegraba mucho por ella de verla tan bien y con toda la intención le comento que ahora estaba realmente muy atractiva como mujer, ella se sonrojo bajo la mirada y me dijo de ver la pierna lesionada.

Se sentó en el puff y con suma delicadeza cogió el pie de mi Dueña poniéndolo encima de sus piernas, estuvo palpando el esguince y viendo donde le dolía más, sus manos eran muy suaves, muy delicadas y acariciaban el pie de forma muy sensual, a mi Ama le gustaba, para estar más cómoda mi Dueña abrió más sus piernas y la falda de su bata cayo hacia los lados un poco más de lo que ya estaba, con lo que Isabel podía perfectamente ver sus piernas y su tanga blanco totalmente transparente que apenas tapaba aquel precioso sexo, de nuevo se sonrojo con este movimiento de pierna de mi Ama y sus manos sobre su pierna se detuvieron.

-          Por favor Isabel, no pares, tienes unas manos muy sabias y deliciosas para masajear mi maltrecho y dolorido pie.

De nuevo las manos de Isabel comenzaron a masajear y acariciar el pie de mi Ama y con la mirada baja dijo.

-          De verdad te gusta mi masaje en tu pie?

-          Mucho Isabel, quizás no te acuerdes ya, pero los pies son una de mis zonas más erógenas y además uno de mis puntos débiles, y a ti Isabel?, te gustan mis pies?

-          Siempre tuviste unos pies preciosos Merche, tú siempre fuiste muy elegante y siempre lucias muy bien, eres una mujer espectacular, pero eso supongo que ya lo sabes, no hace falta que te lo diga yo, dijo Isabel bajando de nuevo la mirada.

-          Me gusta que me lo digas tu Isabel, a cualquier mujer nos gusta gustar a los demás y ser deseada, a mí además me gusta que me lo digan, que me lo expresen y sobre todo que me lo demuestren.

-          Me sonrojas Merche, se atrevió a decir Isabel.

-          Me gusta que te sonrojes, es buena señal, bueno Isabel, que me dices de mi esguince?, dijo mi Ama para tratar de que se sintiese más cómoda y menos cortada.

-          Creo que has tenido suerte, es un esguince leve por lo que hasta ahora he podido comprobar, pienso que en unas pocas sesiones estarás recuperada, quizás no puedas bailar hasta más adelante pero sí que podrás caminar sin problema.

-          Creo Isabel que como he decidido que seas tu quien me de la rehabilitación y los masajes, no me voy a conformar con unas pocas sesiones, creo que voy a querer más, dijo mi Ama, sonriendo y tratando de generar confianza en ella.

Tus manos en mi pie me tienen totalmente enganchada y siempre deseo más de lo que me gusta y me proporciona placer, ya sabes que soy muy exigente, además de una mujer que suele conseguir todo lo que se propone.

-          Avísame Merche si en algún momento alguno de mis dedos te aprieta de más y te causa algo de molestia por favor.

-          Tranquila, lo sabrás, de momento lo estás haciendo muy bien, me gusta, es más, me resulta muy sensual y además de atenuarme las molestias me estas relajando mucho que también lo necesitaba, esta situación me tiene alterada.

Ella seguía masajeando el pie de forma delicada y mi Ama estaba ya algo excitada.

-          Perdona que sea tan mala anfitriona Isabel, no te he preguntado si querías tomar algo.

-          No tranquila, solo quizás un poco de agua, se me ha secado la garganta, gracias.

Mi Ama cogió de la mesa que estaba junto a mí el mando y apretó un botón, trataba de mostrar a su amiga cual era ahora su vida, sentí una descarga y un suspiro ahogado salió de la cocina, enseguida aparecí yo en la puerta del porche.

-          Si mi Ama, que desea?, pregunte desde la puerta del porche.

-          Tráele un vaso de agua a Isabel perrito.

-          Si mi Ama.

Isabel presenciaba la escena y no decía nada, su mirada estaba en mi pie y sus manos seguían masajeándolo.

Lleve el vaso de agua en una pequeña bandeja como le gustaba a mi Ama que sirviera las cosas y lo deje en la mesa que estaba junto a ellas por indicación de mi Dueña.

-          Creo que hoy lo hago todo al revés Isabel, perdóname por favor, quizás por mis molestias y dolor de este maldito esguince soy un horror de anfitriona, me acabo de dar cuenta que tampoco te he presentado a nuestro esclavo.

-          No Merche por favor, tranquila, balbuceo Isabel ya muy nerviosa.

-          Saluda a nuestra invitada esclavo.

-          Encantado de saludarla Isabel, es un placer conocerla.

-          Igualmente, respondió tímidamente ella.

-          Dani es nuestro esclavo, nuestro perro desde hace unos meses, aún está en periodo de adiestramiento pero estamos muy contentos con él, andábamos mucho tiempo buscando tener un sumiso en propiedad y lo conocimos a él, también queríamos una perra pero no tuvimos suerte y no encontramos nada que mereciera la pena, ya sabes como es este mundo BDSM.

-          Si, claro, dijo con la mirada baja.

-          Dani, puedes seguir con tus tareas, retírate, me ordeno mi Ama.

No sé si te sientes incomoda ahora mismo Isabel con este tema, he dado por supuesto y pensé que tu conocías este mundo perfectamente y que no eran nuevas o desconocidas para ti este tipo de relaciones.

-          No Merche, no es incomodidad, perdóname, quizás es sorpresa, asombro porque no había pensado en ello y me ha pillado por sorpresa, lo que ha hecho que afloren toda una serie de sentimientos encontrados porque hace mucho que este mundo BDSM quedo atrás para mí, pero tranquila que no me siento en absoluto incomoda, es más, os felicito a vosotros por tener un esclavo y felicito a tu esclavo por haber tenido la suerte de encontraros. Se que no es fácil para los Dom, ni para los sumisos.

-          Nosotros, Chema y yo, siempre pensamos que eras una buena sumisa, acaso ya no te sientes sumisa Isabel?

-          Hace mucho de eso Merche.

-          No te he preguntado eso, responde por favor a mi pregunta Isabel.

-          Nací sumisa y moriré sumisa Merche, mis deseos son algo que llevo conmigo siempre, pero no encontré la persona o la forma de sacarlos y es obvio que cada día más me resulta difícil expresarlos y que salgan, pero están ahí, siempre han estado ahí, pero no soy yo quien los hace salir, así que supongo estarán esperando que alguien les provoque y sea capaz de sacarlos.

-          Me gustas Isabel y es una pena que no hayas encontrado a quien entregar tus deseos y dejes salir esos sentimientos tuyos, serias una excelente perra.

-          Gracias Merche, … tú también me gustas a mí, siempre me has gustado, pero como te he dicho no sé cómo dejar salir lo que tengo dentro, creo que no es algo que dependa de mí.

-          Como te gusto Isabel?, como me ves?

-          Como persona, como mujer y … como Ama, te veo poderosa y muy atractiva, ya te lo he dicho y aunque me cuesta te lo volveré a decir, me gustas mucho Merche, siempre fuiste muy atractiva para mí, aunque nunca supe expresarlo.

-          Ya es una confesión Isabel, vamos avanzando, no dejes de masajear el pie y dime, y a Chema como lo ves?

-          Igual que a ti Merche, me gustan las personas y después los roles, Chema me gusta como persona, como hombre y como Amo creo que debe ser un Amo genial.

Aquella respuesta le había costado mucho expresarla, pero la sentía tal y como la dijo y de alguna manera se había liberado, mi Ama se hizo un poco hacia delante, acaricio su mejilla con una mano, ella se sonrojo y su cara ardía, paso su mano por detrás de su cabeza y la atrajo hacia mi Ama, pego sus labios a los de ella y le dio un leve beso que ella no rechazo, mi Ama saco un poco su lengua y la de ella reacciono e intento atraparla, pero no la dejo, mi Ama sonrió y ella se avergonzó, bajo su mirada y mi Dueña le indico con un gesto que siguiera masajeando su pie.

-          Lo que me has dicho de cómo nos ves Isabel y este deseo reprimido que tienes creo que tiene mucho sentido, … que significa que te sigues sintiendo una perra sumisa en busca de unos buenos Amos y en busca de doma y adiestramiento, crees que es cierto lo que digo?

De nuevo bajo la mirada, se sonrojo, apenas le salían las palabras y por fin dijo.

-          Si Merche, supongo que así es, aunque poca gente entiende en general estos sentimientos, estos deseos, lo de ser sumisa, o lo de desear una buena doma y adiestramiento, este mundo D/s es bastante incomprendido y poco conocido.

-          Tienes mucha razón, pero poco me importa lo que la gente entienda perrita, ahora mismo solo me importa lo que pienses tú, lo que sientes tú, por cierto, te importa que te llame perrita?

-          No Merche en absoluto, tú puedes llamarme como quieras.

-          Eso suena a declaración de intenciones perrita …

-          Quizás lo sea Merche, la situación, la conversación, mis nervios, etc.

-          Bien, pues entonces dejemos claras las posiciones perrita, usa el usted para dirigirte a mí, acaba tus frases con Señora y si deseas pronunciar mi nombre soy para ti Señora Mercedes, entendido?

-          Si Señora.

-          Te sientes más cómoda así?, solo pronúncialo así si lo sientes y deseas así, entendido?

-          Si Señora, gracias, aunque aun me cuesta, me gusta sentirme así ante usted.

-          Te gusta que marque las diferencias, que te imponga un protocolo a seguir?

-          Si Señora, me gusta, me siento más cómoda en el lugar que me corresponde.

-          Te sientes más cómoda si te fijo tu posición ante mí, verdad?

-          Así es Señora.

-          Dime una cosa perrita, sientes mi poder?

-          Si Señora, lo siento con fuerza.

-          Te gusta?

-          Si Señora, me gusta mucho.

-          Lo deseas?

-          Si Señora, lo deseo, usted es especial.

-          Deseo seguir llamándote perrita o perra o quizás más cosas, pero aún me agrada más que llamarte así te excite, es así?

-          Si Señora, me excita que me llame así, me gusta y deseo que siga haciéndolo, es algo que me acerca a usted y eso me hace sentir bien, usted puede llamarme como quiera Señora Mercedes.

-          Y el sentir mi poder, que me trates de usted y como Señora, te excita perrita?

-          Si Señora, me excita y usted lo sabe, dijo ella.

-          Cuando te pregunte algo, limítate a responder lo que te he preguntado perra, no me digas lo que se o no sé, no evadas mis preguntas, entendido?

-          Si Señora.

-          Dime perra, te gusta mi pie?

-          Si Señora, mucho.

-          Estas excitada de poder estar acariciándolo?

-          Si Señora, lo estoy, confeso costándole expresar su excitación.

-          Te excita que te humille perra? Es algo que deseas, verdad?

-          Si Señora, pero solo si viene de usted.

-          Deseas besarlo como una buena perra?

-          Si Señora, sí que me gustaría, pero solo si es su deseo.

-          Bueno aun no te lo has ganado perra, no creas que ciertos privilegios se regalan.

Quiero que sepas que soy una Domina muy severa y estricta, que no me gustan las gilipolleces y que me encanta la humillación y la disciplina.

-          Para mí eso es una virtud Señora, me refiero a ser severa, a ser estricta, a la disciplina.

-          Ósea que eres una perra necesitada de disciplina y severidad, no?

-          Es algo que siempre me ha atraído y excitado Señora, aunque no he tenido oportunidad de tener experiencias en ello, … siempre lo he deseado.

-          También te excita ser forzada y humillada perrita?, necesitas de una mano que te guie y conduzca.

-          Si Señora, no sé cómo explicarlo, pero es como usted dice, tiene usted razón.

-          Veo que miras mucho mi entrepierna perrita, te gusta mi tanga?

-          Si Señora, es muy bonito y perdone que mis ojos vayan a mirarla quizás donde no deben o donde no han sido autorizados.

-          He abierto mis piernas para que mires perra, dime, te gusta más mi tanga o lo que oculta el tanga?

-          Me gusta usted Señora y lógicamente lo que oculta su tanga.

-          Hace ya rato que me tienes excitada perrita, estoy mojada, quizás si te lo ganas y si muestras el deseo que tienes dentro de ti, luego te permita que pruebes este delicioso manjar.

Isabel se quedó callada y no respondió, el deseo, la vergüenza y toda situación como se estaba desarrollando le estaban pudiendo, estaba que no sabía cómo proceder o responder, solo quería o pretendía agradar a su anfitriona, a quien la estaba poniendo en esta situación, mi Ama la tenía donde quería tenerla, estaba excitada y sin saber bien que debía de hacer.

-          Cuando yo digo algo o pregunto, una perra como tu debe responder siempre, con educación, con respeto, según las normas que se le hayan impuesto, pero responder siempre, queda claro?

-          Si Señora, perdóneme mi torpeza me cuesta hacerme a la situación.

-          Puedo entender que la situación ahora mismo te supere, que no la esperaras, incluso que por tu falta de habito y pudor no sepas como proceder, pero no tolero, ni perdono las faltas de respeto.

-          La entiendo Señora, le ruego que perdone y disculpe mi torpeza.

-          Si es que esta situación no es agradable o deseable para ti, ahí tienes la puerta, nadie te obliga a nada, pero si aun estas aquí entiendo que aunque no sepas expresarte es la situación que deseas, es así perra?

-          Si Señora, es como usted dice, estoy aquí y la deseo.

Estaba a punto de que su corazón se le saliese por el pecho, nerviosa, excitada, deseando que mi Ama diese el paso definitivo pero ella aun quería ponerla más.

-          Quítate los pendientes y las gafas, déjalos en la mesa, quiero ver tu cara sin nada.

Dejo por un instante de masajear el pie de mi Ama y se quitó los pendientes de perlas que llevaba y las gafas, mostrando su rostro sin nada.

Con una de sus manos, mi Ama le tomo su cara por la barbilla y la puso en la distancia y altura justa, con la otra mano le dio un bofetón, su reacción fue de cerrar los ojos y mantener la cara en su posición, eso le gustó mucho a mi Dueña, le dio otro bofetón y acto seguido una serie de bofetones seguidos que dejaron su cara enrojecida y ardiendo.

Mi Ama puso su mano frente a su boca y cuando abrió los ojos la cogió suavemente y la llevo a su boca, besándola con adoración.

-          Que se dice perra?

-          Muchas gracias Señora, muchísimas gracias, dijo besando con adoración la mano.

-          Creo que necesitas mucha más disciplina, más hostias como las que te acabo de dar perrita, te han gustado?

-          No las esperaba Señora, me han pillado de sorpresa.

-          No te he preguntado eso perra insolente.

-          Si me han gustado Señora, me han excitado mucho.

Mi Ama le retiro la mano y le indico que siguiese con el masaje en su pie.

-          Te he dicho y espero no tener que repetírtelo nunca que no tolero las faltas de respeto, ni tampoco el que no se me obedezca.

-          Si Señora, he entendido.

-          Si fueses mi perra aun lo entenderías mejor, el látigo enseña más.

Te gusta el látigo perra?

-          Me excita pensar en ello Señora, ya he visto las marcas de su esclavo y me ha excitado verlas.

-          Así que la perra Isabel es de las que le gusta una doma dura, es así?

Respóndeme perra porque llegados a este punto ya no te permito más tus silencios, ni que tus deseos más íntimos no me los expreses con claridad a mi cuando yo te los pregunto.

-          Si Señora, a esta perra le atrae un adiestramiento duro, ya le dije antes que para mí que usted y el Señor sean severos y estrictos es una virtud, es como yo lo siento Señora.

-          Estas excitada perra?

-          Si Señora, mucho.

-          Porque?

-          Porque para mí usted es como una Diosa y la deseo, deseo besar sus pies, deseo que me humille, que me azote, que me someta …

-          Ponte en pie.

Una vez que se puso en pie mi Ama le indico que se acercase a ella y le metió la mano por debajo de su falda, llegando a sus bragas y efectivamente estaban empapadas, cuando la mano de mi Dueña paso por su coño soltó un suspiro que de nuevo la sonrojo.

-          Desnúdate completamente perra.

Esa orden la pillo de improviso, bajo su mirada pero no se atrevió a no obedecer, pausadamente comenzó a desabotonar su camisa, quitar su falda y desnudarse.

-          No tenemos todo el día, acelera.

En unos segundos estaba desnuda completamente frente a mi Ama.

La hizo dar unas vueltas para poder verla bien.

-          Serás una buena perra, le dije dándole un azote suave en su culo.

Bueno, perdona, aun no se si ese es tu deseo, el de ser una buena perra?

-          Es mi deseo Señora, quiero ser una excelente perra … para ustedes.

-          Te me estas ofreciendo perra?

-          Si Señora.

-          A nosotros nos gustan las putas perras sumisas, tú lo eres?

-          Si Señora.

-          Dilo tú, quiero oírlo de tu boca.

-          Soy una puta perra sumisa.

-          Suena bien perrita, vas por buen camino.

-          Gracias Señora, dijo ella ya totalmente entregada y excitada.

-          Arrodíllate ante mí y ahora sí que puedes besar mis pies, ya sabes que ese es tu sitio desde ahora, a mis pies o a los del Señor.

Se arrodillo y beso con pasión los pies de mi Ama y su nueva Señora, se le notaba su excitación, lamia cada dedo de su pie, lo besaba, lo adoraba.

Mi Ama se hizo hacia delante en el sillón y bajo su mano para acariciar su cabeza, era el símbolo de que estaba donde debía y hacia lo que debía.

La agarro del pelo y levanto su cara, la pus mirándola a los ojos y bajo sus manos hacia sus pechos, los acaricio, ella cerro sus ojos y suspiro pero las manos de mi Dueña iban hacia sus pezones, los agarro, pellizco y retorció un poco, vio con una sonrisa sus gestos mezcla de dolor y placer, pero llenos de deseo y de que no soltara aquellos pezones.

Siguió pellizcándolos y retorciéndolos.

-          Dime perra, acaso deseas entregarte a nosotros? Que te apliquemos la doma y el adiestramiento que consideremos necesario para ser nuestra puta perra sumisa?

Deseas ser usada para nuestro placer?

Mi Ama clavo sus ojos en los de ella y esos ojos imploraban que sí, que si lo deseaba, que si lo quería, pero mi Ama quería y necesitaba que ella lo expresara, así que ahora pellizco más fuerte y retorció más fuerte sus pezones, los cuales respondían perfectamente y se endurecían, parecía que le gustaba y que estaba gozando.

-          Si Señora, deseo que me eduquen, me enseñen, me sometan y que me apliquen la doma o adiestramiento que quieran para ser su puta perra sumisa, dijo finalmente bajando la cabeza.

Un sonoro bofetón de mi Ama la hizo poner de nuevo la cabeza donde le había indicado.

-          Para someterte perra primero has de entregarte por completo, sabes lo que eso significa?

Ya te he dicho antes que no nos gustan las sesiones, los calentones, las gilipolleces, ni las cosas a medias, lo que es nuestro, es nuestro y hacemos lo que nos da la gana con ello.

-          Deseo entregarme por completo, tampoco yo deseo juegos de ahora sí, ahora no, deseo vivir acorde con mi naturaleza y como le he dicho antes mi naturaleza es sumisa, aunque hasta ahora no haya podido desarrollarla.

Aquella respuesta agrado a mi Ama y la convenció de que lo tenía claro, ya solo se trataba de comprobar que efectivamente todos eran compatibles en sus deseos, para eso tendría que probarla.

De nuevo mi Ama estiro sus pezones y de nuevo un gemido salió de su boca.

-          Eres asquerosa, escrupulosa, perra?

-          No lo creo Señora, no tengo mucha experiencia como sumisa, pero en el pasado con mi ex sí que hemos experimentado algunas cosas digamos que menos habituales o normales.

-          Abre la boca perra.

La abrió y acto seguido mi Dueña estiro otra vez sus pezones y le escupió en su boca, no hizo gesto de que le desagradase y no le excitase, le indico que tragase y lo hizo con gusto, de nuevo le dijo que abriese la boca y esta vez fueron varias escupidas las que recibió, dentro y fuera de su boca, las de fuera le dijo que las recogiese con su lengua y que nunca desperdiciase nada que ella o Chema le diesen, nada.

Soltó sus pezones y acaricio su cara enrojecida por el bofetón, de nuevo puso su mano frente a su boca y de nuevo ella la tomo suavemente para besarla agradeciendo.

Mi Ama quito su mano de la boca de Isabel y le indico que de nuevo besase y lamiese sus pies.

Toco el botón del mando y sentí una descarga, me acerqué a la puerta del porche a ver lo que deseaba mi Ama.

-          Dani, tráeme un poco de zumo de piña bien fresco.

-          Si mi Ama.

Fui hacia la cocina a preparárselo mientras Isabel seguía besando y lamiendo sus pies, mi Ama quería dejarla ahí un rato, quería que pensase y sobre todo que desease, que la desease.

Volví con el vaso de zumo y mi Ama lo cogió para darle un sorbo.

Me indico retirarme.

-          Dime que entiendes tu como cosas menos normales que has experimentado.

-          Me refería Señora a estar con otras mujeres, a ser penetrada analmente, a tragar semen, a lamer el culo, no se … también mi ex me hizo alguna vez lluvia dorada, no sé, ya ve que tengo poca experiencia.

-          No es importante la experiencia perra, es importante la actitud y el deseo, dime, tragaste la lluvia dorada?

-          No, no me dijo que lo hiciera, ni me ordeno nunca que deseaba que la tragara, tampoco mi ex era muy experimentado o muy dominante Señora.

-          Bueno, aquí la tragaras y más cosas.

Ella se quedó en silencio, creo que más por vergüenza que por no saber que decir, porque en ese momento sus deseos eran decir si a todo, a lo que fuese que viniese de mi Ama.

Mi Ama, pese a su dolencia, se puso en pie frente a ella, se abrió la falda y le indico que le bajase y quitase el tanga.

Lo hizo con suma delicadeza y cuando lo tenía en su mano, mi Ama de nuevo se sentó en su sillón.

-          Veras que está muy mojado, y eso es por ti putita mía.

-          Gracias Señora.

-          Lámelo entero, por donde más húmedo esta, límpialo, trágalo y saborea mis fluidos, mis jugos.

Lo abrió en sus dedos y el triangulito más húmedo paso su lengua una y otra vez hasta recoger todos los restos de mi excitación, lo saboreaba de manera golosa y se notaba su excitación y deseo.

-          Te gusta el sabor perra?

-          Si Señora, mucho, es delicioso.

-          Quieres más putita?

-          Si Señora, por favor, lo deseo mucho.

-          Quieres que te use para mi placer perra?

-          Si Señora, lo deseo.

-          Ya ves, solo me gusta usar lo que es mío, lo que me pertenece.

-          Yo soy suya Señora, me he entregado hace rato y aun hace más rato que soy suya, que puede hacer conmigo lo que desee, que la deseo, que es usted mi Diosa, mi Reina, mi Ama.

Mi Ama cogió el mando que estaba en la mesa y aprete el botón, de nuevo sentí una descarga y aparecí en la puerta.

-          Si mi Dueña, que desea?

-          Ve a la mazmorra y tráeme el collar de cuero rosa con su correa, el látigo trenzado que me gusta y mi caña de bambú, rápido perro.

-          Putita aún no se si eres merecedora de darme placer y quiero comprobar que lo que dices es sincero.

-          Si Señora.

En ese momento llegue de nuevo al porche con todo lo que me había ordenado traerle mi Dueña, me arrodille a sus pies y se lo ofrecí.

-          Esclavo ponle a esta perra el collar, engancha la correa y cuélgala de la argolla de la columna.

-          Si mi Ama.

Le puse el collar y engancho la correa y tirando de ella la llevé a la columna, allí con la misma correa la colgué en la argolla indicada.

-          Perrita tu culo lo quiero en pompa, dispuesto para mí.

-          Si Señora.

Puso el culo como le había indicado y con un gesto mi Ama me indico que la ayudase a levantarse, lo hizo y apoyándose en mi fue hacia ella, a mi me ordeno quedarme junto a la mesa donde estaba lo que había traído y que mi Ama me lo iría pidiendo.

Mi Ama acaricio de nuevo sus pechos, pellizco sus pezones, retorciéndolos y viendo como gozaba la perra, también mi Dueña estaba gozando mucho, bajo su mano hasta su coño y estaba chorreando, pase su mano por el culo de ella y le dio unos azotes, gemía la perra y parecía gustarle, los azotes ahora fueron más fuertes, después con una mano retorciendo su pezón y la otra azotando su culo cada vez más fuerte su trasero se puso rojo mientras ella gemía y creo que la muy puta se corrió.

-          Que ha pasado perra?

-          Lo siento Señora no sé qué ha pasado, no lo he podido evitar, todo lo que me está sucediendo desde que he llegado a esta casa me ha puesto muy caliente, usted me excita mucho Señora Mercedes y apenas he podido evitar el correrme, lo lamento mucho Señora.

-          No me gustan las excusas o que trates de justificarte ante mí, solo puedes correrte si yo te doy mi autorización, solo así.

-          Si Señora, le suplico que me disculpe, no he podido evitarlo.

-          Tu perro, dame el látigo y ve a traer una mordaza para la perra, estoy harta de escucharla.

Le di el látigo a mi Ama, el cual paso por la boca de la perra para que lo lamiese y yo fui a buscar la mordaza, cuando regrese mi Ama me ordeno ponérsela bien apretada a la perra.

-          Eres una zorra desobediente y aprenderás a obedecerme.

Ella balbuceo algo que no se entendía con la mordaza puesta y mi Ama comenzó a azotarla con el látigo, aquel látigo de una sola tira trenzada era una maravilla como sonaba y marcaba la piel con un tono rosáceo muy sugerente, su espalda quedo marcada como con líneas cruzadas, así como su culo y sus muslos, la perra aguanto bien el látigo y mi Ama estaba muy excitada de la sesión que estaba viviendo.

Entonces mi Ama me pidió que le diese la caña y con ella en la mano se dispuso a dejar su culo aún más rojo de lo que ya estaba, solo le dio unos 10 azotes pero la caña marcaba bien cada uno de ellos, me dio la caña una vez que dio por finalizado el castigo y se sentó en el sillón de nuevo.

Mi Ama me indico que descolgara a la perra y que la dejara en el suelo a que se repusiera.

-          Perro, ven aquí y cómeme el coño, quiero correrme.

Me se puse loco de contento de recibir esta orden, no la esperaba y vi como la perra levantaba la cara y miraba a mi Dueña con cara de deseo y desolación de no ser ella quien le comiese el coño.

Mi Ama abrió sus piernas y yo me encajé entre ellas y comencé a besar y lamer el deseado y preciado coño de mi Ama, le estaba dando el placer para el que tan bien estaba adiestrado y supuse que mi Dueña pretendía enseñar a la perra, mi Ama la miraba desafiante a la perra mientras gozaba de mi lengua y ella apenas podía mantenerle la mirada, el deseo la consumía.

Puso su pie en alto, encima del puff mientras yo seguía lamiendo y besando su coño.

-          Ven perra, tu besa y lame mi pie.

A ella le cambio la cara y se apresuró a acercarse al pie de mi Ama de rodillas y comenzar a besar y lamer ese precioso pie, con deseo, con excitación, metía su lengua entre los dedos y besaba cada milímetro de esa piel.

-          Deseas más perra?

-          Deseo más Señora, mi Diosa, deseo ser suya, deseo lo que usted desee, deseo que sea mi Ama, mi Dueña, y que me adiestre, que me dome como mejor considere usted, la deseo mucho … y yo ya soy suya.

-          Estas usando palabras muy comprometidas Isabel, eres consciente?

-          Soy muy consciente Señora, mucho y en este momento se bien cuáles son mis deseos.

-          Estas dispuesta a todo por lo que deseas perra?

-          Lo estoy Señora, muy segura y muy dispuesta.

-          Tu vida tal y como ahora la conoces cambiara, lo sabes verdad?

-          Si Señora, lo sé, y no me importa, deseo esa otra vida siendo suya.

-          Nos gusta que nuestra perra sea nuestra puta y nuestra zorra, podrás serlo?

-          Estoy dispuesta a serlo y a aprender a serlo a su gusto.

-          Espero que estes dispuesta a obedecer en todo y que tus deseos sean reales.

-          Lo estoy Señora Mercedes.

-          Ven aquí, levántate y ven.

Se levanto y mientras yo seguía comiéndole el coño, mi Ama agarro la cabeza de la perra y la beso de forma apasionada metiéndole su lengua hasta lo más profundo de la garganta, fue un beso largo y de alguna manera con el quedaba sellada la entrega de la perra.

Mi Ama entonces se abrió el vestido y bajo los tirantes dejando al aire sus pechos, empujo su cara hacia ellos y ella como loca empezó a lamer y besar aquellos pechos y pezones dándole el placer que mi Ama deseaba.

-          Sigue así perro, sigue que voy a correrme, trágalo todo y no dejes de lamer hasta que yo te lo indique.

Tu perra, ve a mis axilas y lamelas, me da mucho placer recibir tu lengua ahí.

Ella dudo por un momento, se le noto que la orden la sorprendió, pero un tirón de una de sus orejas hasta llevarla a donde le había indicado mi Ama la saco de toda duda y comenzó a lamer la axila como ella deseaba y como le había ordenado.

Yo cumplí con mi obligación de forma excelente como siempre y el orgasmo de mi Dueña fue intenso, largo y muy placentero, yo lamí y tragué todo el fruto de mi trabajo y del placer de mi Ama, besando su sexo como agradecimiento.

Mi Ama acaricio mi cabeza y me indico que besase sus pies.

Después cogió a la perra por una oreja y tirando de ella la arrastro hasta que quedo frente a mi Dueña de rodillas.

La miro a los ojos, aún estaba como asustada, nerviosa y le dio un par de bofetones, a mi Ama le gustaba abofetearla, disfrutaba mucho haciéndolo y ella se excitaba.

-          Mira perra hoy es tu primer día y te estoy pasando cosas que mañana no te pasare, mi placer debe ser tu única obsesión, si deseo usarte es para que me proporciones placer y si yo te digo axilas tú vas y lames mis axilas para darme placer, sin plantearte nada más, como si te ordeno cualquier otra cosa, así que no me cuestiones nunca, no dudes nunca, limítate a obedecer y tu única obligación es complacer con el uso que se te dé o no servirás como puta perra sumisa.

-          Si Señora, así lo hare, perdóneme Señora.

Otros dos bofetones cruzaron su cara y la pusieron roja y acalorada.

-          Crees que solo me das placer si me comes el coño?

-          No Señora.

Iba a darle otra bofetada pero beso la mano de mi Ama de forma muy sumisa, muy entregada, humillándose ante ella y rogándole, suplicándole paciencia con ella.

continuara ...

agradezco comentarios y también criticas